El enigma de la inmortalidad en la escritura de Álvaro Pérez Capiello

Carmen Cristina Wolf
“Reinventarse implica reconocerse, extraer señales de ese caos aparente del quehacer cotidiano, contemplar sin prejuicios el entorno como un niño que se asombra ante la poesía de las formas sin juzgarlas.” Estas son palabras escritas por Álvaro Pérez Capiello en su novela El desván de lo oculto. La publicación de la novela que hoy celebramos, Las pinceladas de la inmortalidad, revela la voluntad de Álvaro Pérez Capiello de “extraer” de manera magistral, los signos y las señales que le proporcionan sus observaciones y experiencias vividas en carne propia y en aquello que acontece a su alrededor.

Las pinceladas de la inmortalidad de Pérez Capiello, confieso que me ha fascinado en cada una de sus páginas. No me atrevo a aseverar que es el mejor de sus libros, pues esto sería capaz de herir la sensibilidad del escritor, considerando además, que leí con fruición sus libros anteriores, Guardatinajas, Laberinto de ilusiones, el Bar de Luso, Entre la verdad y el engaño y El desván de lo oculto.No obstante, su lectura me ha obsequiado una plenitud y una emoción que hacía tiempo no experimentaba con una novela.
Me permito afirmar que la escritura de Álvaro Pérez Capiello tiene mucho que ver con la poesía, si se toma en cuenta el valor metafórico y el refinado tratamiento de las imágenes, logradas en la narración de los hechos más sencillos, hasta en los sucesos de mayor trascendencia. Los viajes por diversas ciudades de España, Italia y Francia son subyugantes. Recordemos que el lenguaje es un campo de energía muy poderoso. Por las obras se conoce quien está alineado con algo superior.

Martin Heidegger se refiere a la creación poética como «alumbramiento», utilizando este término en su sentido más amplio. Explica la poiesis como «el florecer de la flor, el salir de una mariposa de su capullo, la caída de una cascada cuando la nieve que comienza a derretirse». Mediante las dos últimas analogías, Heidegger subraya el momento de éxtasis producido cuando algo se aleja de su posición como una cosa para convertirse en otra. La escritura es poder y este poder es, como dijimos, un elevado campo de energía. Afortunados quienes conectan con esa gravitación.
Es a partir de esta concepción que, en el campo de las artes, poiesis se refiere a la fascinación provocada en el momento en que, mediante múltiples fenómenos asociativos aportados por la percepción, los distintos elementos de un conjunto, se interrelacionan e integran para generar una entidad nueva, denominada estética.

El eje de esta novela es la interiorización de las vivencias del protagonista, y su relación con los objetos y los hechos que se van sucediendo a lo largo de la narración. Este indaga sobre los enigmas de su origen y sobre sus frecuentes estados oniricos. Su existencia apacible le permite dedicar largas horas a reflexionar acerca de hechos inusuales, que solo una mirada esclarecida puede desentrañar.
No deja de ser original que el protagonista lleve el mismo nombre que el autor, y se puede entrever, para los que hemos tenido la fortuna de conocer personalmente al autor, que este relato tiene mucho de autobiográfico. Los que conocemos a Álvaro, damos fe de su aguda observación de las cosas, su amor por la verdad, su temperamento más bien silencioso, que no pierde detalle de lo que acontece. Y el uso frecuente de la ironía y de un fino sentido del humor.

Lejos de mí la pretensión de abrir el abanico de sucesos en los que se ve inmerso nuestro protagonista, mas no puedo dejar de mencionar que este relato toca un tema de trascendencia, que durante siglos ha sido objeto de desvelos tanto para personas del común como para pensadores, teólogos y filósofos. Se trata del desencubrimiento de vidas pasadas, es decir, del fenómeno de la Reencarnación, del cual, si me permiten, he vivido experiencias que me inducen seriamente a creer en ella.

Jesús, a quien podemos considerar Maestro de maestros, nos abre una senda a esa búsqueda de la Verdad, Él dijo (Juan 14.6): “Yo soy la verdad”. En griego, la palabra verdad se traduce del griego aletheia, cuyo significado literal es el estado de algo que no esta oculto o escondido, el estado de lo evidente.” Uno de los pasajes hermosos de la novela Las pinceladas de la inmortalidad, es la referencia del autor a la vida de Marcos el evangelista, que devela la condición de creyente del autor. En el griego clásico , lethe significa “falta de memoria” o “secreto”, en la mitología griega Lethe es uno de los ríos del Hades, el lugar donde llegan los que mueren, aquellos que bebían de él experimentaban completo olvido, falta de memoria. Por lo que aletheia es el estado opuesto al “completo olvido” o “falta de memoria o conocimiento”. Etimológicamente, sería “la revelación de lo escondido”. Si consideramos la Verdad como la “revelación de lo escondido”, podemos creer en Jesús como aquel que puede revelarnos lo que esta oculto a nuestra razón.
En la novela hay pasajes de una verdadera belleza. En los viajes que realiza el protagonista buscando respuestas, surgen personajes de otras épocas, que logran fascinarnos al punto de no querer interrumpir la lectura. Qué relación tiene el Conde Carlo Cesare Malvasia y el pintor Giuseppe María Crespi con el narrador? Escribe Pérez Capiello: “…no pocos hechos y circunstancias de la vida, en apariencia inconexos, adquieren sentido bajo la esperanza de que nos reconciliemos con la realidad”… Cuanto sufrimiento nos ahorraríamos si creemos que los que nos sucede tiene un por qué, una explicación, y que esta vida es una escuela donde hemos venido a aprender.

Álvaro Pérez Capiello nos recuerda que vale la pena aceptar “que primero debemos creer para poder ver. El Reino de Dios, la certeza de nuestra permanencia en el mundo, yace anclada en nuestro interior”…
Esta novela es un clásico, a mi entender, porque nos mantiene con el corazón en vilo, con un perfecto uso del lenguaje y también por las enseñanzas que brotan de la pluma del autor sin este pretenderlo. Como cuando nos señala que “la vida nos regala, a diario, pequeñas claves o toques de campana, capaces de conectarnos con esa verdad interior”…

Alvaro Pérez Capiello es venezolano, nacido en Caracas, egresado de la Universidad Católica Andrés Bello como Economista, con postgrado en Bercelona, España. Ha escrito libros de ensayo, y ha sido articulista de algunos diarios y revistas de prestigio.
Se muestra profundamente crítico ante el derrotero de la civilización actual, cegada por los adelantos de la tecnología y el festín del consumo a ultranza, sin detenernos a volver la mirada hacia adentro de cada uno de nosotros, con descuido de lo verdaderamente esencial del espíritu. Muestra de ello, este pasaje escrito por Alvaro: “…la alternativa es apelar a la vida como un don precioso capaz de estallar y reconstruirse eternamente … Aceptar nuestra herencia divina para así poder crear, indagar y ser libres.”

En su escritura destaca la influencia de sus interminables lecturas e investigaciones acerca del pasado, para descubrir en él claves de la causalidad
Finalizo con esta frase de Pérez Capiello: “Somos aquello que hemos sido y también aquello que seremos … En definitiva, sólo quienes creen en la muerte pueden desaparecer.”

Carmen Cristina Wolf wolfcarmencristina@gmail.com
Twitter @literaturayvida
Leído en el bautizo del libro, el 9 de diciembre de 2012
En la Sala Mozart del Colegio Emil Friedman

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