Dos sonetos de Noé Machado Matheus

DADME, CRISTO LA SANGRE

Dadme, Cristo, la sangre de tu muerte,

dadme la voz del llanto que te aqueja,

la  herida de la lanza  y de la piedra,

la corona de espinas de tu frente.


Dadme tu  sed, Señor, dadme la fuente

bebida  en la maldad aventurera;

el sudario, sudor y la condena

y el llanto de la madre  por tu muerte.


Dadme los clavos que te dio el verdugo,

acostada la cruz sobre la arena;

los golpes del martillo uno a uno


y el látigo, serpiente de la  fuerza;

por último, Señor,  dadme la cruz

para morir también como tú en ella.

&   &   &

TU SOMBRA

Tu sombra no es la sombra que se pierde

debajo de otra sombra que  la cubre;

tu sombra es la nostalgia que en octubre

en su viaje fugaz dejó septiembre.


Tu sombra no es el tiempo detenido

en alas del reloj que se detiene;

es la luz de tu sol donde se tejen

tus pasos en la tierra del camino.


Tu sombra, confidente de mi sueño,

cobijó con su sueño el sueño mío,

y cautivo en tu voz y en el silencio


busqué tu nombre azul desde mi asilo,

mientras mi sombra, errante en tu recuerdo,

buscó a tu sombra errante al lado mío.

*Poeta venezolano. Obra publicada: Fabulario del tiempo, Maracaibo, 2010

8 comentarios

  1. Leí a vuelo de pájaro el poema. Es muy denotativo lo que trata de expresar la autora en su interior por alguna causa. Me llamó mucho la atención, que ella quisiera estar en el lugar de Cristo y vivir su angustia. Me hubiese gustado, que al final, hubiese dejado un asomo de resurrección, para darle un toque esperanzador. Y de este modo, el poema y sus sentimientos, se debatiría entre la nostalgia y esperanza, al menos para significar, que, en esa paradoja, se asoma en la rendija de su creación lo que todo ser espera, lo que parece inalcanzable, la felicidad. Y así me sentiría muy bien porque la muerte en su texto ofrece gotas de vida. Y así, me diría la poetisa, que entendió aquel bello mensaje de el Quijote cuando le dijera a Sancho. -Sancho, te advierto que el mal ha durado tanto, que ya se acerca el bien. Un abrazo.

    1. Tulio Rafael Durán Vegas. Soy el autor del soneto al cual te refieres. Mi nombre: Noé, en España, lo utlilizan también para el sexo femenino. En Venezuela no conozco esa costumbre. Recibe un cordial saludo. Gracias por leer mi soneto.

  2. Doy las gracias a Jorge Gómez Jiménez, por todos sus buenos deseos quien ha tratado de hacer lo posible para que yo publique, pero mis limitaciones en estas lides de la tecnología de la computación me han impedido hacerlo, pero ahí voy, haciendo lo posible por ponerme al día. Y creo lo lograré, porque la fe, mueve Montañas.

  3. No leí bien lo de Noe Machado Matheus, me imbuí en el texto del poema y me confundí con lo expresado por él. Pensé porque leí al final que era de la poetisa, María Antonieta Flores. Pero lo del análisis, en el fondo es el mismo, salvo, que en la forma, la mujer cambia ahora a hombre. Había leído unos textos muy bonitos de este poeta en libro que me regalara, el poeta Elí Galindo, que, por cierto, le rendiremos homenaje pos mortem, el 13 de septiembre, fecha en la cual no muere para nosotros, porque ese día celebraremos que cumple 64 de vida, para así mantenerlo en la conciencia colectiva, al menos en lo espiritual. Evento que se efectuará en San Sebastián de los Reyes, Venezuela, Aragua. No en el de España.

  4. Bien por hoy, sigan leyendo para que no le digan lo que Leoncio Martínez en una mancheta plasmara, sabiamente: Siga leyendo para que no sea burra.

  5. EN HOMENAJE A LA POESÍA DE ELÍ GALINDO.
    Tulio Rafael Durán Vegas.
    Cronista Oficial de San Sebastián de los Reyes.

    Elí Galindo nació un trece de septiembre de 1947 por lo que cumple 64 años de vida. Su cuerpo físico aunque dejó de mirar el Valle con sus mismos ojos, Aunque muriera en la ciudad de Caracas físicamente, el 13 de febrero del año 2006, nosotros lo tendremos siempre vivo para revivirlo y mantenerlo en la conciencia colectiva en lo espiritual. Un día lunes funesto emprendió su viaje con la firme creencia, de que, por la obra de Dios y la naturaleza, jamás moriría. Esta visión la plasma en sus poemas.
    Ha llegado a la misma puerta que señala Borges. “Esa que señalara Jesús, cuando nos dijera: Yo soy el camino, la luz la verdad y la vida. Principio y fin del universo”. En consecuencia, Dios es cosmos y hombre como lo seremos nosotros al nacer y el día que dejemos de existir. Pues, por eso, Él está en todo. Y todo en Él. Es la fuerza que todo mueve. Es, en otras palabras, la dialéctica con su devenir que hace que las contradicciones dejen de ser ellas para cumplir con el precepto lógico del tercer excluido, con su principio de no contradicción y el toque de los extremos: Alfa y Omega., Aleph y Tao, Principio y fin. etc. etc, etc, etc, etc., para que el polvo no muera.
    Ya lo señalara el ciego que más mirara, Jorge Luis Borges, con su poema circular:
    “No hay puerta/ estás adentro/ la puerta de entrada/ es la misma de salida. / “
    También en su poemario:” El Ruido de las Esferas”, nos los dijera con su musa, el mismo Elí Galindo, con su poema: La Máscara. Leámosla:
    “Ahora que la vasija/ mezcla su contenido con la tierra/ qué máscara usar entre los muertos/ El reposo me arrastra/ a lo más fuerte de la corriente/ Sin fuerzas/ he dado libertad al sentido de la vista/ Metiendo el hocico en la cruel estación/ Olfatea las huellas que caen/ del astro/ águila que no veré más/ Dónde quedaron los muros/ bordes de lo que yo era/ Negándome a pensar que sólo polvo contenían/me veo volviendo a la tierra/ mis huesos pulidos/ chocando precipitándome entre las peñas/ llevándome venas de agua con la frente/ El olvido ha viajado por mi cabeza/ frecuentemente/ pero esos vacíos/ dónde pararán/ Qué círculos ofrecerá paredes/ a mi rostro/ Qué he traído/ cuánto debí dejar/ Oh joven/ tú que gozas del favor de la edad/ y mira más alto que yo/ cuida tu máscara/ cuando ellas viajan de un estado a otro/ jamás vemos el mismo valle/ con los mismos ojos”.
    En él nos asoma, sin lugar a equívoco, los cambios de estado que experimenta la materia en esa rueda Borgesianas para coincidir con el argentino y con el poeta Miguel Ramón Utrera, y su poema intitulado LA OTRA SIEMBRA, Leamos un fragmento de este poema del gran chamán de las letras sansebastianeras y del país, Premio Nacional 1981.Orgullo del gentilicio.
    “Si volvemos al campo en nueva andanza/será con otra cita de la tierra/Vimos caer el árbol de las voces/bajo el trote infernal de la candela/ Vimos abrirse el surco de la sombra/y hundirse en él las voces ya deshechas/Otras sombras oyeron nuestros gritos/rendido ya, como semilla muerta/Detrás los escombros de la noche/quedaron las palabras prisioneras…..Es hora de volver/Y si volvemos/será con otra cita de la tierra/Sembremos, la angustia de esa muerte/que en simulada vida nos rodea/Al surco volverán espina y humo/torvas cenizas/Lágrimas sedientas/Toda zarza maldita/toda ruina/ de las que fueron plácidas presencias/Alguien verá la savia prodigiosa/en función de nutrir raíces nuevas/y en la luz de otra espiga, palpitando/el redivivo aliento de la tierra”.
    Ya lo dijeron otros al mirar que se acercaba el final, escribió Cartaphilus, menciona Jorge Luis Borges en su libro el Aleph, en la página 102, que “cuando se acerca el fin, ya no quedan imágenes del recuerdo; sólo quedan palabras, Palabras, palabras desplazadas y mutiladas, palabras de otros, fue la pobre limosna que le dejaron las horas y los siglos. Yo he sido Homero; en breve, seré Nadie, como Ulises; en breve seré todos: estaré muerto”. Pero, aún así, la vida triunfa sobre la muerte como lo hace el Cid, que después de morir su sola imagen puesta en un caballo, gana la batalla. Hermosa metáfora. Expresa que la muerte tampoco es Eterna, Es fugaz como todo en la vida.
    En fin, en esta línea de análisis, como dijera Borges, “todas las veredas de la tierra están en el Aleph, porque éste es el mundo. Es el Soph. O la Divinidad. El Aleph es a mi poco entender, lo que mencionara Pascal:”Una esfera, cuya circunferencia está en todas partes y el punto en ninguna. O al revés, una esfera, cuyo centro está en todas partes y la circunferencia en ninguna. Esta dualidad es absoluta, señala Borges, y concluye que es el absoluto, por su Eterno retorno. Por eso un hombre es todos los hombres”. En resumen, la vida es una ruina circular. El Dios fuego redime todo lo que destruye. Todos los caminos conducen a Roma. San Agustín, había previsto que Jesús es la vía recta que nos salva del laberinto circular. Sólo así podemos salir de la mil y una noche (1001). Esa noche que comienza en uno y termina en uno para cerrar el círculo y mantenernos en esa rueda que sólo venció la cruz con la resurrección de Cristo. Por todo esto he llegado a pensar que estos poetas bebieron en la fuente que bebieran los griegos, Nietzsche, Borges y otros para converger en sus enfoques poéticos.

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