María Luisa Escobar, su significado en la cultura venezolana

María Luisa Escobar. Su significado en la cultura venezolana

Por Carmen Cristina Wolf

A la venezolana María Luisa Escobar se la recuerda por su talento como compositora, pianista, investigadora, fundadora del Ateneo de Caracas y de la Asociación Venezolana de Autores y Compositores. La tenemos presente por su  condición humana generosa, siempre dispuesta a apoyar a sus amigos y a los artistas para dar a conocer su obra e interpretaciones en el país. Quienes la conocieron la recuerdan por su personalidad descollante, férrea voluntad, belleza en sus obras como compositora y por su apoyo a la cultura.

Ella es mi abuela, muy joven contrajo matrimonio con mi abuelo Federico Wolf y tuvieron tres hijos, el mayor fue mi padre, Waldemar Wolf González. Aprendí de ella su amor por la música, su entrega al estudio de la cultura venezolana en todas sus manifestaciones.

Puede afirmarse que una de las personas más conocidas en el mundo musical venezolano es María Luisa Escobar.  Y ha sido sobre todo por el éxito de algunas de sus composiciones  que se dieron a conocer internacionalmente y fueron interpretadas por cantantes de reconocida trayectoria. Sin embargo, como escribió Mariantonia Palacios en su libro “María Luisa Escobar: un nombre escrito en nuestra historia”,  se ha escrito poco acerca de su obra como promotora cultural, sobre sus investigaciones de la cultura indígena venezolana y “sobre el papel fundamental que desempeñó como luchadora por los derechos de la mujer y en defensa del gremio de artistas.” Ella fue “una de las figuras más extraordinarias en el proceso de culturización de Venezuela”, tal como escribió su amiga y colaboradora Mercedes Carvajal de Arocha (conocida como Lucila Palacios). Por eso, como homenaje póstumo, el diario El Universal del 16 de mayo de 1985, publica un artículo en su honor titulado: “María Luisa Escobar, nombre inscrito en nuestra historia”, que inspiró el título del libro de la investigadora y músico Mariantonia Palacios.

Infancia y primeros años. María Luisa González Gragirena, cuyo nombre artístico es María Luisa Escobar, nació en Valencia el 5 de diciembre de 1896.  Enrique González Olivo y María Gragirena Mijares, sus padres, sembraron en ella la afición por la música. Desde jovencita, su carácter voluntarioso la llevaba a lograr lo que se proponía. A los cinco años fue inscrita en el Colegio de Lourdes de las Hermanas Francesas en Valencia, donde estudió piano con  las monjas tarbesianas.  Luego sus padres viajan a Curazao e inscriben a María Luisa en el Colegio Welgelegen Habay. Estudió piano, violín, armonía y composición, también pintura, literatura, inglés, francés, todo lo que una señorita  de su época debía aprender. Al graduarse de bachillerato viajó a París, donde perfeccionó sus estudios de piano y composición como alumna del profesor Roger Ducasse. Regresa a Valencia y según escribe Mariantonia Palacios, “ingresa a la agrupación que dirigía Rafael Romero, padre de Aldemaro Romero,  destacado compositor de canciones que llegaron a ser muy conocidas en su tiempo y director de orquestas populares que amenizaban bailes y musicalizaban las películas mudas en Valencia.”

Contrajo matrimonio con Federico Wolf en 1918, joven empresario alemán radicado en Puerto Cabello, de quien se divorcia a los pocos años. De esta unión nacen tres hijos: Waldemar, Irma e Iván. Luego conoció a José Antonio Escobar Saluzzo (1887-1970), violinista integrante del Cuarteto “Ríos”. De su segundo matrimonio nació su cuarto hijo, José Antonio (Toney).

Fundación del Ateneo de Caracas. María Luisa Escobar fue un personaje descollante en la vida cultural venezolana. Lo evidencia su destacado papel al frente del Ateneo de Caracas, institución de la cual fue fundadora. El libro de Mariantonia Palacios relata: “En la Caracas de finales del siglo XIX y las décadas iniciales del siglo XX, las familias de los sectores privilegiados de la sociedad venezolana se reunían en sus casas para escuchar e interpretar piezas musicales, comentar sobre asuntos históricos y de actualidad  o bien leer ensayos o poemas. Estas reuniones van adquiriendo regularidad con el tiempo, lo que da paso al surgimiento de instituciones que permiten su expansión fuera del ámbito de los salones. Este es el caso del Ateneo de Caracas, que surge a partir de las reuniones que se hacían en la residencia de María Luisa Escobar.” En la dictadura de Juan Vicente Gómez las únicas iniciativas permitidas eran las actividades culturales, y las mujeres  eran sus  promotoras principales. Un grupo de damas de la sociedad venezolana, entre quienes se encontraban María Luisa Escobar, Cachi de Corao, Emma Silveira, Ana Cristina Medina Jiménez, Eva Mondolfi y la poeta Luisa del Valle Silva, deciden crear un “centro de cultura, arte y ciencias”. La pianista Eva Mondolfi de Del Monte propone el nombre de Ateneo de Caracas. “El General Vicencio Pérez Soto gestiona la consecución de una casa destinada en forma exclusiva para servir de sede al Ateneo, ubicada en la esquina de Marrón a Cují N° 43 de la Avenida Este del centro de Caracas. María Luisa Escobar y Cachi de Corao corren con los gastos de instalación y arreglo del local.” El Ateneo se instala el 8 de agosto de 1931. Se escucha una disertación de la poeta Luisa del Valle Silva sobre la importancia de la cultura en el país y acerca del trato del que es objeto la mujer en general.  Se ofrece un concierto del cuarteto “Ríos” integrado por Pedro Antonio Ríos Reina como primer violín,  José Antonio Escobar Saluzzo (esposo de María Luisa Escobar) como segundo violín, Oscar Brunwald en la viola y Renato Bellaci en el cello. Los padrinos de este acto fueron Pedro Antonio Ríos Reina y Eva Monfolfi. El Ateneo de Caracas será desde entonces el primer centro de promoción cultural del país. La prensa de la época recogió el evento y fue transmitido a todos los radioescuchas de la capital, lo que demuestra la importancia que la sociedad caraqueña le dio a la creación de esta institución.

La primera junta directiva del Ateneo de Caracas estuvo conformada así: Presidenta, María Luisa de Escobar, compositora; María Irazabal y Eva Mondolfi, pianistas; Ana Cristina Medina Jiménez, calígrafa; María Luisa Velasco, pianista y pintora; Luisa del Valle Silva, escritora y poeta; Cachi de Corao, poeta; Mary Espinoza y Ana Teresa Planchart; Emma Silveira, profesora de canto y pianista. Se observa la mayoría femenina y hay preponderancia de músicos y escritores entre los asiduos. Los eventos literario-musicales prevalecerán como actividades principales en los primeros tiempos con la invitación a compositores, escritores o conferencistas. Las cualidades artísticas de los miembros de esta primera junta son destacadas por la prensa capitalina. María Luisa Escobar presidió el Ateneo durante once años por reelección consecutiva, hasta que en 1942 la institución se muda a la casa natal de Andrés Bello, situada en la esquina de las Mercedes, parroquia Altagracia. A partir de ese momento,  la gran actriz Anna Julia Rojas, quien había sido vicepresidenta por cinco años, toma las riendas del Ateneo. Mientras, María Luisa viaja a Bogotá, donde permanece durante un año desarrollando una intensa actividad artística.

Durante el tiempo en que María Luisa fue presidente del Ateneo de Caracas, el movimiento cultural del país giró en torno a la institución, que fue el lugar de reunión de pintores, escritores, músicos, escultores, poetas, compositores, actores, directores, bailarines, conferencistas, historiadores venezolanos y los invitados internacionales que visitaban el país.  Entre las actividades promovidas por el Ateneo durante esa época, tres merecen ser destacadas. La Fiesta del Cuatro, organizada en 1933, la participación de Andrés Eloy Blanco en el Homenaje a las Mujeres de América en 1934 y el ciclo de Conferencias Venezolanistas realizado en 1940. Se desarrolla el interés de María Luisa Escobar por las expresiones folklóricas de nuestro país, que se recoge en su obra como compositora e investigadora musical. En el homenaje a las Mujeres de América se observa su insistencia en la defensa de los derechos civiles e individuales de la mujer venezolana, situación que la llevó a propiciar la Agrupación Cultural Femenina (ACF) y la Asociación Venezolana de Mujeres (AVM).  Se invita a conferencias sobre temas relacionados con la mujer y se lleva a efecto el I Congreso Venezolano de Mujeres en 1940.

El Ateneo de Caracas fue también sede de movimientos de resistencia ante la dictadura. Allí se reunían los “reformadores del sistema”. El 14 de febrero de 1936 se creó la Junta Patriótica Femenina. El 24 de marzo se recibió con honores a Rómulo Gallegos, quien regresaba de su exilio político, con un acto literario y musical donde participaron los escritores Lucila Palacios, Julián Padrón, J. M. Ferrer, Antonio Arráiz y Clara Vivas Briceño. María Luisa Escobar impulsó además la creación de instituciones similares en otras ciudades del país, incluyendo Valencia, su ciudad natal. Allí colabora con la escritora María Clemencia Camarán en la fundación del Ateneo de Valencia.  El día 25 de febrero de 1936 fue fundado y como homenaje por el apoyo brindado, la sala de conciertos lleva su nombre desde 1987.

Su música. A los seis años María Luisa Escobar compuso su primera canción que tituló “Blanca, la niña Angélica”, y a los dieciséis años compone su primer ensayo de teatro musical, en colaboración con el compositor Juan Vicente Lecuna y la poeta Olga Capriles. Fue una comedia musical con libreto de esta última. Maríantonia Palacios señala que su obra abarca varios géneros  instrumentales y ballet. Fue precursora del teatro musical en Venezuela. Escribió obras que fueron presentadas en el Teatro Municipal de Caracas. En 1941 estrenó “Orquídeas azules”, sinfonía ballet en tres actos sobre una leyenda de las selvas de Guayana con libreto de Lucila Palacios. Obtuvo mucho éxito y fue representada durante varios meses en Caracas. En 1942 se presenta en el Teatro Colón de Bogotá. Casto Fulgencio López publicó el 21 de marzo de 1941 en El Universal a  propósito de su estreno: “María Luisa Escobar ha puesto armonía  al hermoso cuento-poema de Lucila Palacios. La interpretación de Orquídeas azules en el Teatro Municipal. Ha archivado en nuestro subconsciente una nueva sensación artística –inocente y lejana- hermana de las maravillosas reminiscencias de los Cuentos de Grimm, de Perrault y del viaje encantado de los niños de Maeterlinck en la busca infructuosa del pájaro azul. (…) Y se hizo el milagro de la primera obra lírica nacional con todos los atributos universales de propiedad en el libreto, en la partitura y en la escenificación”.

Lucila Palacios en su libro Espejo Rodante,    afirma que esta fue la obra de teatro lírico más conocida de María Luisa. Para ella, las razones de su éxito radicaban en el tema (una leyenda indígena) y en la calidad de la música. La obra tuvo trascendencia internacional, al extremo de que La Comisión de Asuntos Americanos, creada en los Estados Unidos con el fin de fomentar la amistad con los países latinoamericanos, la recomendó a Walt Disney para que hiciera una película. Lucila Palacios afirma que el proyecto no se materializó debido al estallido de la Guerra Mundial, evento que requirió de los servicios de Disney para la producción de documentales de guerra. En 1945 estrenó en el Teatro Municipal la fantasía musical “Blanca Nieves y los siete enanos”, comedia en dos actos con libreto de Graciela Rincón Calcaño y escenografía de Carlos Salas, también con mucho éxito. En 1960 se inauguró en el Teatro Municipal un festival infantil. En el programa presentado el 17 de enero figuraban dos obras: “La cajita de música”, una fantasía musical con fragmentos de Schumann, Poldini, Rameau, Lladow, Waldteufel y María Luisa Escobar; y “La Cenicienta”, una comedia musical en 3 actos basada en el cuento de Charles Perrault con música de María Luisa Escobar. Fue un éxito rotundo.  Escribió otras obras como “La princesa Girasol”,  “Las siete lunas”, “Colegio de señoritas”; “Guaicaipuro”, sinfonía ballet en un acto y tres cuadros que exalta la memoria del cacique compuesta en 1951 y presentada con motivo de los III Juegos Deportivos Bolivarianos,  “Cruz de mayo” (1954),   “Las cinco águilas blancas”,  sobre una leyenda indígena merideña que escribió  Tulio Febres Cordero; “Ruptura de relaciones”;  tres coreo-dramas musicales compuestos en 1960;  “Upata”, basado en un relato de Celestino Peraza sobre el cacique guayanés, “Tiuna”, cacique caribe de la tribu de los Caracas, y “Murachí”, cacique de la Sierra Nevada; “Canaima”(1964), la leyenda de la Laguna;  “Tibaire”, basado en la leyenda de la fundación de la ciudad de Valencia y “Arichuna”, ballet en torno a la figura del cacique del estado Lara.

El piano fue el instrumento preferido de María Luisa. Para piano compuso los siguientes valses: “Luna de Camoruco”, “Sueños de Bolívar”, “Caracas romántica”, “La luz de mi ciudad”, dedicado a Antonio José de Sucre, “Noche de Luna en Altamira”, “Caracas va hacia el mar”, “Cundiamor”. La obra más conocida es su “Concierto Sentimental”, composición de 1948 en dos movimientos para piano y orquesta, el cual fue interpretado por María Luisa en Caracas, Buenos Aires y Nueva York (en esta ciudad, con la Orquesta de Conciertos de la Columbia Broadcasting System bajo la dirección de Alfredo Antonini en 1949). Reconocidas pianistas venezolanas también han interpretado esta obra con gran éxito: Rose Marie Sader (Gran Orquesta de Conciertos bajo la batuta de Pedro Antonio Ríos Reyna en Caracas, 1969 y en Polonia con la Orquesta Sinfónica de Czestochowa bajo la dirección de Zygmunt Szczepanski en 1970) y Guiomar Narváez con la Gran Orquesta de Conciertos conducida por Pedro Antonio Río Reyna en Maracay, 1970.

María Luisa Escobar compuso canciones y boleros que la proyectaron internacionalmente. Entre ellos destacan: «Caribe», tema de presentación de Radio Caracas  durante muchos años, “Rosas de fuego”, “Tonada llanera”, «Contigo», «Mi general Bolívar», «La despedida», «Carnaval de candela» (texto de Alberto Arvelo Torrealba), «Siempre».  También los pregones “Naranjas de Valencia”, “Rosas y claveles” y  “Gardenias”. Algunas de estas canciones están recogidas en el Album Canciones sentimentales, Ediciones Musicales Arco, Caracas, Venezuela; “No puedo olvidarte”, “Yo sé que volverás”. “Fascinación”, “Súplica”, “La espera”, “Todo azul”, «Canción del marinero», «Canción del aviador”, “Campanitas de pascua”, “Ven sin que te detengas”. Y su canción más conocida “Desesperanza” (1949), reconocida como «canción del año» en 1950. Esta última obra ha sido grabada por muchos cantantes, pero fue  el tenor de Venezuela, Alfredo Sadel, quien la hizo famosa. Dona Répole, en un artículo publicado en el diario El Mundo poco después de su muerte, cuenta una anécdota que refiere la grabación de ese éxito. Escribió que en el año 48 María Luisa  escuchó en la radio la voz de Alfredo Sadel. Encantada con el timbre, lo busca para ofrecerle su canción “Desesperanza”. Así inicia el trabajo conjunto de los dos artistas y Sadel pasa a ser el intérprete masculino favorito de la compositora, quien financia algunas de sus grabaciones y lo recomienda al maestro Ríos Reyna para que grabe su primer LP, Diamante Negro. María Luisa también escribió música de cámara. Resalta su producción para violín y piano: “Petite Suite” (sobre temas folclóricos venezolanos), “Barcarola “ y  “El pájaro de los siete colores”.

La canción “Desesperanza” ha sido interpretada por destacados intérpretes, como Aquiles Machado, Serenata Guayanesa, Ilan Chester, Josué Hernández y otros reconocidos cantantes.

 

Comunicadora social. María Luisa trabaja en la radio a partir de 1940, en varios programas como La caja de juguetes, de corte infantil. Mariantonia Palacios escribe que la gran pianista Guiomar Narváez “recuerda que en ese programa, donde eventualmente también participaba su madre, la soprano Lucía Malavé de Narváez, se hacía un concurso en el cual los niños debían enviar sus dibujos a la emisora. El que resultaba ganador, se llevaba una caja de chocolates.” Guiomar también recuerda que había otro programa producido por María Luisa Escobar donde interpretaba música en vivo. El nombre de María Luisa Escobar estará siempre ligado a la radio a través de los cantantes que interpretaron y grabaron sus canciones. Entre 1939 y 1943, fue designada, junto a Vicente Emilio Sojo y otras personalidades artísticas, para conformar el jurado de selección en la Junta Nacional de Programación de Radiodifusión. Escribió artículos en importantes revistas y diarios sobre personajes del mundo artístico, muchas veces bajo el pseudónimo “Doña Sol”. En 1944 fue designada jefe de prensa de la Cámara del Senado.

María Luisa Escobar desarrolló una intensa carrera artística, participó en numerosos eventos como pianista, cantante o compositora. Dictaba conferencias internacionales como representante del Ateneo o de la Asociación Venezolana de Autores y Compositores.

En 1937 es invitada a París para participar en el Congreso de Audiciones Musicales para la Juventud. Allí ofrece un recital con sus obras para canto y piano. Ese mismo año  viaja a Estados Unidos y ofrece recitales y conferencias en varias ciudades. En 1949 va a Nueva York como emisaria del gobierno venezolano. Allí  presenta sus obras en varios conciertos acompañando a la reconocida soprano venezolana Fedora  Alemán. También interpreta  como solista su “Concierto sentimental”. En 1951 representa a Venezuela en la Primera Conferencia Interamericana de Música que tuvo lugar en la ciudad de Miami, donde nuevamente, además de dictar varias conferencias, ofrece un recital de sus obras acompañando a  Fedora Alemán. En 1955 graba como pianista un LP con Billo Frómeta del frente de una orquesta conformada por miembros de la  Orquesta Sinfónica Venezuela. El disco se titula «Concierto venezolano.

Gutiérrez.

Se le otorgó el Premio Nacional de Música (1985) por su larga trayectoria creadora y  por sus composiciones de música venezolana. Jurados: Abraham, Abreu, Sauce, Fedora, Serrano, Andrés Sandoval, Eduardo Marturet, Guiomar Narváez, Frank Hernández, Marina Urguelles.

El final de una carrera. María Luisa Escobar falleció en Caracas el día 14 de mayo de 1985 después de haber cosechado laureles como compositora, intérprete y promotora cultural. Su obra deja huella en el mundo cultural venezolano. Para nuestra familia es un orgullo su labor incansable y manifestamos profundo agradecimiento a la pianista e investigadora Mariantonia Palacios por haber escrito el  libro “María Luisa Escobar: un nombre escrito en nuestra historia”, publicado en 2008. Y a SACVEN por su hermosa publicación y homenaje.

#marialuisaescobar   #musicavenezolana

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CULTURA MUNDIS, en alianza con EDITORIAL DIOSA BLANCA, invita a un encuentro especial con la poeta GISELA CAPPELLÍN, entrevistada por ANA MARIA HURTADO, EDGAR VIDAURRE y JOHNNY GAVLOVSKI.  En este encuentro, conversaremos sobre su trayectoria y sus obras.
Gisela Cappellin es poeta, editora, gestora cultural y docente. Consultora del Círculo de Escritores de Venezuela.
No te lo pierdas, porque las historias que se tejen con versos son las que nos recuerdan el valor de la humanidad.
CULTURA MUNDIS, TU VENTANA AL MUNDO
Un espacio donde las palabras nos llevan en un viaje que nos conecta con la belleza y la fuerza de la poesía expresadas por grandes poetas.
Editora: Carmen Cristina Wolf
@carmencristinawolf
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UN VIAJE A LOS CONFINES DEL MUNDO

Alvaro Pérez Capiello

Un viaje a los confines del mundo

Alvaro Pérez Capiello

«Cuando el conejo sacó un reloj del bolsillo de su chaleco, miró la hora y luego se alejó a toda prisa, Alicia se incorporó de un salto, pues cayó en la cuenta de que nunca había visto un conejo que llevara chaleco ni reloj que pudiera sacar del bolsillo y, ardiendo de curiosidad, lo siguió corriendo por el prado (…)» Estas líneas, corresponden a un clásico de la literatura: Alicia en el País de las Maravillas del escritor inglés, nacido en Cheshire, Charles Lutwidge Dodgson, mundialmente conocido por su pseudónimo Lewis Carroll. Profesor universitario, matemático y gran aficionado al ajedrez y las cartas, le gustaba sobremanera jugar con las palabras. En Alice in Wonderland, todo sigue su propia lógica: los gatos desaparecen sonrientes, la hora del té no acaba nunca y las reinas tienen ejércitos de naipes. Como muchas historias para niños, acaban seduciendo a los adultos que se internan en ellas y advierten, por ejemplo, la angustia que supone el tránsito de la niñez a la edad adulta a tiro de piedra de una rebanada de pastel o de una botella que, simplemente, está rotulada con la palabra «bébeme».

En el asueto de carnaval, llegó a mis manos una pieza teatral, aún no estrenada, del joven diseñador, actor y dramaturgo, Nelson García Restrepo (Nelson Alexandre). Titulada «El Quinto Elemento», posee indudables referencias al mundo helénico, siendo cuatro de sus personajes dioses que corresponden a los cuatro elementos clásicos: aire, agua, fuego y tierra. Como si estuviésemos al frente de uno de los pasajes de La Ilíada o La Odisea de Homero, Nelson nos presenta a dioses que juegan con el destino de los hombres a su antojo en una asamblea que bien pudiera estar emplazada en las alturas del monte Olimpo. Las acciones se inician con un niño al cual un mendigo ha resuelto contarle una historia… La isla de Kun, hogar de los kunianos, sufre por el poco respeto que sus habitantes han prodigado a las leyes de la naturaleza y, de allí, la intención de aquellos dioses de destruirla. ¿Habrá una salida? Al mejor estilo de los héroes de las epopeyas griegas; Jasón, Hércules, Aquiles, por solo mencionar algunos, el joven Alhí se embarca en una cruzada, y no en una cualquiera… En su viaje, se topará con La Gaviota en una barca, pasaje que me trajo a la memoria las vicisitudes sufridas por el protagonista de Relato de un Náufrago, aquella novela periodística de Gabriel García Márquez. Como bien diría Harold Bloom, todo en nuestro viejo universo algo le adeuda al pasado, hasta la misma idea del vuelo, que tiene su asiento en las alas de cera confeccionadas para Icaro por su padre Dédalo.

Alhí posee una brújula mágica que apunta a lo que más desea su corazón, aunque pareciese no estar preparado para las pruebas que ha de sortear en su búsqueda de los dioses Elementales, los únicos que pueden salvar a la isla de Kun de su trágico destino. Su barca zozobrará a causa de una tormenta que lo llevará a un islote en el centro de la Nada y, salvado por delfines, retomará la cruzada hacia el lugar donde el mar también es cielo. Esto me recuerda, sin duda, a la «Aventura de Jasón en búsqueda del vellocino de oro», cuando la nave Argos cruza un pasaje entre las simplegadas, enormes rocas movedizas que se tragaban a los navíos antes de remontar La Cólquida (El País del Sol). Nelson Alexandre, de nuevo nos revela su gusto por el mundo antiguo, por ese destino inexorable que no puede cambiarse: «todo sucede por una buena razón y en nuestro camino siempre encontraremos a las personas indicadas» -dice el personaje Alhí a La Gaviota.

Esta ave, parece huir cada vez que las cosas se tornan feas, es, digamos, una amiga de la conveniencia. En el caso de los dioses Elementales, ellos exhiben las virtudes y los defectos propios de los seres humanos, algo también muy del mundo helénico en verdad. En la escena siguiente, Alhí es capturado por piratas. El capitán Cascarudo, un temerario hombre-cangrejo, cuyo nombre es conocido hasta por las olas, amenaza con arrojar a nuestro héroe al mar hasta que descubre que es, nada menos y nada más, que un habitante de la isla de Kun. Continúa el viaje rumbo a la Gruta de Sorrento, lugar del Santuario de los dioses Elementales, pero, antes, hay un nuevo escollo que salvar. Se tejen muchas leyendas sobre el canto de las sirenas, un embrujo al que nadie se resiste, ni siquiera un pirata… La odisea que ha vivido Alhí, es una preparación que lo llevará a cumplir su sino. Nada de lo ocurrido, en esencia, es bueno o malo, aunque lo que está claro es que: «las cosas grandes y bellas son siempre difíciles de alcanzar».

El autor, en un tono filosófico, plantea una cuestión trascendental en las palabras del Maestro Februs: «Pequeño, Alhí, es imposible salvar a quienes no quieren ser salvados. Los sacrificios también deben meditarse». Este anciano alquimista, halló al propio Alhí de bebé dentro de una gran ostra en un paseo a orillas del malecón. Estaba envuelto en un manto de oro y llevaba, colgado al cuello, un curioso collar tejido del que colgaba una perla multicolor. A su tiempo, sería él quien le daría algunas claves para iniciar la aventura que nos ocupa rumbo al Santuario de los dioses Elementales. Resulta, de todo punto imposible, no dejarse llevar por algunas lecturas que han dejado huella indeleble en nosotros, concretamente la saga de los caballeros del Rey Arturo y su Tabla Redonda en búsqueda de una reliquia sagrada: el santo grial. Imagino, pues, al Maestro Februs como al Merlín de Camelot, rodeado por sus pócimas y escudillas en una atmósfera de misterio. Al protagonista, se le presenta entonces una decisión; abandonar la misión que lo ha traído tan lejos, o continuar… La historia nos coloca aquí frente a un dilema moral y, como espera el lector, Alhí, tomará la acción correcta… Es un héroe de los tiempos homéricos, que escucha los dictámenes de su corazón, alguien capaz de ofrendar la propia vida por los demás (los kunianos).

Las conversaciones entre los dioses Elementales a veces se nos antojan como una letanía: «¡Yo soy el más afectado por lo que está pasando! (Silfo). ¡Yo soy la más afectada! (Silce). ¡Yo propongo chamuscarlos! (Flamel). ¡Flamel! (Silce y Sifo). ¡Yo soy el que más sufre! (Silfo). ¡No, yo! (Silce)…» Ello, aporta a la pieza un halo de frescura y, hasta pudiera decirse, de comicidad. Muchas historias, exhiben una cierta circularidad, ellas «acaban donde comienzan» y, en nuestra opinión, esto ocurre con la pieza de Nelson Alexandre. Después de muchas aventuras, aquellos dioses continúan enfrascados en la misma cuestión: ¿cuál será la mejor forma de acabar con los kunianos y su isla en forma de pez?

El desenlace llega con grandes acordes, como si de una sinfonía del gran Beethoven se tratase, solo El Quinto Elemento, extraviado desde antiguo, puede salvar a los kunianos. Él, representa la armonía del Cosmos, siendo la suma de las cuatro energías elementales: fuego, tierra, aire y agua. Llegó el momento de que lo evidente se haga, pues, visible… Alhí es, en realidad, ese Quinto Elemento, pero, la verdadera moraleja de esta pieza estriba en que todo es cíclico, y que, de alguna forma, los comienzos se unen a los finales en esa maravillosa rueda de la vida. A veces, hay que recorrer medio mundo para entender que lo ansiado estaba a la vuelta de la esquina. No existen remedios mágicos, la verdad se halla en nuestro interior… Muchas enseñanzas pueden extraerse de esta obra, siendo un eje central la conservación de la naturaleza. A nuestro entender, quizá en un futuro próximo, Nelson García Restrepo (Nelson Alexandre) se anime a escribir una segunda parte donde el narrador se despoje de las ropas de mendigo y se nos revele como el mismísimo Maestro Februs.

 

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CARMEN CRISTINA WOLF EN EL DÍA MUNDIAL DE LA POESÍA

Por ser hoy 21 de marzo Día Mundial de la Poesía, publicamos el presente ensayo de la poeta Carmen Cristina Wolf. Fue publicado en su libro «Vida y Escritura»:

 

El Lenguaje, una Visión del Mundo

Por Carmen Cristina Wolf

El poema es un salvoconducto hacia la redoma azul de la libertad  

Un poema que es un verdadero poema nos acelera el pulso. Puede hacernos sentir asombro, admiración, ternura, rabia, espanto, alegría, dolor, nostalgia. Pero jamás nos dejará indiferentes.                                 

El Ser de la Palabra

Los seres humanos no tenemos otro apoyo ni otro refugio más que el lenguaje y el amor. Nos vamos haciendo, crecemos y nos construimos a través de lo que pensamos, decimos y creamos. O nos conformarnos con un molde ya hecho, lo que significa repetir patrones, o nos damos a la tarea de construir nuestro propio mundo. Ahondar en el ser del lenguaje permite encontrar caminos y avizorar horizontes para encarar el peor de los males de este mundo: la pérdida de sentido de nuestra propia existencia.

Uno de los libros más interesantes que me acompañan en el viaje por estos rumbos, es Ontología del Lenguaje de Rafael Echeverría (Dolmen ediciones). Parece una exageración, pero identificar y ahondar en los actos lingüísticos básicos, tales como decir sí o no, las declaraciones, afirmaciones, juicios, ofrecimientos, peticiones y promesas, en fin, todo lo que expresamos y callamos a cada instante, puede ser vital para entender un poco más nuestro universo personal y desplazarnos del desconcierto a la comprensión.

No hay palabras inocentes que caigan en saco roto. Toda frase construye un mundo de significados y genera acciones constructivas, respetuosas, adorables o perversas. El lingüista Mortara Garavelli acota que uno de los secretos del buen empleo de la teoría de la argumentación es saber guardar silencio cuando es menester. Es preferible hablar menos y reflexionar más sobre lo que pensamos y decimos. Este ejercicio puede convertirse en un juego fascinante, en un arte placentero. Ya la vida está muy enredada últimamente para pretender algo que vaya más allá de pensar apasionadamente en las cosas.

El desarrollo o la decadencia de los pueblos se reflejan en la riqueza o en la pobreza de su lenguaje, porque el lenguaje implica una visión del mundo. Somos de acuerdo a como hablamos. Todo fenómeno social es siempre un fenómeno lingüístico. Nosotros cortamos en pedazos el mundo, lo organizamos, lo conceptualizamos. Por ejemplo, cuando se habla de esencia y substancia, del ser y el ente, estas palabras están impregnadas de una visión que propusieron los griegos. Cuando nombramos los vocablos alma y cuerpo, nos enmarcamos en una concepción cristiana, estamos dejando sentado que existe una clara delimitación entre dos componentes del ser humano, uno visible, tangible, transitorio, el otro intangible e inmortal. Otra manera de entender la naturaleza humana, diría que no existe esta división entre alma y cuerpo, simplemente son estados distintos de energía y de conciencia. Solo mencionar estas palabras representa la adopción de un sistema de pensamiento religioso, filosófico, científico y social.

Un gobernante o líder que posea un lenguaje constreñido a una ideología excluyente y pretenda ignorar las otras visiones del mundo,  pretenderá encasillar a la sociedad en su visión, despreciando al resto de los ciudadanos que no piensan como él.

Hablar sobre la importancia del lenguaje es como constatar que el sol sale todos los días, pero con frecuencia es necesario insistir sobre lo evidente. Leer, escribir, es algo tan común que se pierde la percepción del carácter extraordinario del lenguaje.

¿No es sorprendente que las grandes transformaciones de las sociedades se inicien con palabras? El poeta alemán Hölderlin escribió: “Al hombre se le ha dado el más peligroso de todos los bienes, el lenguaje, para que atestigüe lo que es”. Y yo agregaría: lo que es y también lo que no es, porque el lenguaje está al servicio del albedrío del ser humano, para manifestar lo mejor de nosotros mismos y también para generar confusión, guerras y sufrimiento.

Ha llegado el tiempo de que en Venezuela  los maestros y los estudiantes aprendan teoría de la argumentación. La nueva lingüística reivindica la Retórica, expresarse con eficacia y con ética. Retórica no consiste en adornar las frases con vocablos extraños, no es un simple artificio literario y mucho menos pretender engañar a los otros mediante la persuasión.

La retórica es una disciplina indispensable para transformar a la sociedad. Así como un cuchillo se utiliza para partir el pan y mondar una naranja, también puede ser empleada para herir. Es por eso que saber retórica debe ir indisolublemente unido a la ética. Es un daño irreparable privar a los maestros de su arma principal: la teoría de la argumentación, el arte de la expresión persuasiva.

¿Cómo vamos a inflamar los corazones de los jóvenes de valores éticos, de ideales, cómo vamos  a convencerlos de tener fe en ellos mismos y orgullo de hacer las cosas bien, si los maestros no conocen el arte de convencer porque carecen de los recursos de la retórica?

La debilidad de nuestra nación se inicia en las aulas de clase.

La Seducción del Ritmo

El lenguaje cobra su mayor fuerza expresiva cuando está sustentado en el ritmo. El universo está inmerso en el ritmo. El ritmo rige el crecimiento de todo cuanto existe, de los hombres y de los imperios, de las cosechas y de las instituciones. El ritmo nos atrae porque desde el vientre materno vivimos en los latidos del corazón de nuestra madre. Al nacer nos mecen y nos cantan tonadas que repiten sus estribillos una y otra vez: “Aserrín, aserrán, los maderos de San Juan (…) los de rique, alfeñique, los de roque, alfondoque, riqui, rique, riqui ran (…)”.

El ritmo produce el placer de la espera, el placer de la realización y del recuerdo.  El poeta siente el ritmo de sus pensamientos, de los sucesos, de los sentimientos.  Se ha hablado mucho del ritmo interior del poema. Ese ritmo interior tiene que revelarse en intensidades, acentos, entonaciones, pausas, ritmo.

Aproximación al Poema

Todo lo que pensamos y sentimos, lo imaginario y lo real, puede ser transformado en poema. Una vez escrito, el poema es propiedad de quien lo haga suyo, no de quien lo escribió. Berkeley decía que el sabor de la manzana no está en la manzana, sino en el encuentro de la manzana con el paladar, así el ser del poema está en el  encuentro entre el poema y el ser humano que lo lee o lo escucha. El poema solo existe a medias cuando no es leído. Y cuando el poeta dice que a él no le importa si lo leen o no, me permito dudar de su sinceridad, porque no hay nada más gratificante que encontrar a alguien conmovido con un verso escrito por nosotros.

Sin pretender ponernos a buscar imposibles definiciones, recuerdo a Octavio Paz cuando dice que el poema es una obra única, irrepetible, insustituible, es una unidad autosuficiente. El poema empieza y termina en sí mismo. No tiene valor de cambio ni utilidad tangible. No es fácil poner a las palabras a decir lo que el poeta quiere que digan. Él libera las palabras de la conversación y vuelve a reunirlas en su condición de amigas, gracias a las frases: sonido-silencio, sonido-silencio y así.

Un poema que es un verdadero poema nos acelera el pulso. Puede hacernos sentir asombro, admiración, ternura, rabia, espanto, alegría, dolor, nostalgia. Pero jamás nos dejará indiferentes. El poema es una confesión de fe: el poeta puede o no creer en Dios, puede amar la vida o aborrecerla, creer que el ser humano es bueno, o malo, o ambas cosas, no creer absolutamente en nada. Aun así, el poema es una confesión de fe.

 

El auténtico poema no es fruto de la inspiración. Se aprende a escribir y es el fruto de una larga paciencia y de un intenso trabajo. Dice García Lorca: “Si es que soy poeta por la gracia de Dios, o del demonio, también lo es que lo soy gracias a la técnica y al esfuerzo y a saber de una manera absoluta, lo que es un poema”.

 

Concluyo con una anotación de Rafael Cadenas: “un pueblo sin conciencia de la lengua termina repitiendo los slogans de los embaucadores, es decir, muere como pueblo”.

 

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EN EL ANIVERSARIO DEL POETA LUIS BELTRÁN MAGO

 

ANIVERSARIO

Por Lidia Salas

A un año de su partida en el temblor de luces infinitas, agradezco a Dios el privilegio de haber estado en la cercanía de un poeta como, Luis Beltrán Mago, quien fue mi mentor, el amigo que compartía su pasión por la poesía, el guía dispuesto siempre a regalar una audiencia para mis versos.
Nacido en Cumaná, prestó su voz para  cantar la ciudad, el río y la mar:
«Cabalgando sobre la
mar
el aire juega
con las olas.
Riela el aire entre
la bruma
mientras la mar
se obscurece…»
Fue abogado, periodista, promotor cultural, uno de los fundadores del CEV.
Su escritura expresa la belleza del mundo, para significar estados de conciencia.
La mirada se recrea en los elementos, para reflexionar sobre la naturaleza  humana, sobre el destino del hombre, de acuerdo a los siguientes versos sacados de su libro, Del agua y de la lluvia:
«Por las viejas paredes
donde la lluvia escribe su mensaje,
el hombre se refleja
desde el agua y la nube.
Vive su propia eternidad
en esta hora donde la luz
se estira
hasta la inmensidad
de su presencia.
  Su sombra queda atrás.
  Brilla sobre el agua
de los siglos.»
Más adelante dice:
«Mi corazón es una vieja
casa
donde el sol y la lluvia
son los habitantes de mi alma.»

En su poemario: El mundo de la piel,  habla desde su corazón enamorado con imágenes  diáfanas que iluminan el diálogo con la amada:

«Amanecida esta tu boca sonrojada.
Amanecida la pestaña donde el sueño descansa.
Amanecido yo que pude alzar
la espada por sobre las murallas
y bendije tu cuerpo desde la torre
más alta de mi castillo…»
Deseo dejar testimonio de su generosidad fraterna, del humor presente en sus conversaciones cotidianas, del vacío que la ausencia de su palabra ha dejado en esta Venezuela, huérfana de mensajes de luz, en esta hora de sombras.
#circuloescritoresvenezuela
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DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER

Día Internacional de la Mujer

Por Farah Cisneros

El Día Internacional de la Mujer, es una fecha clave para reflexionar sobre los avances en la trayectoria por la igualdad de género, visibilizar las desigualdades que aún existen y reconocer el papel fundamental de las mujeres en la sociedad.
Relevancia y Significado

1.Orígenes y contexto histórico

•Se remonta a las luchas obreras del siglo XX, cuando las mujeres exigían mejores condiciones laborales y derechos políticos.
•En 1977, la ONU oficializó el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer.

2.Derechos e igualdad de género

•A pesar de los avances, aún existen brechas salariales, violencia de género y barreras en el acceso a educación y liderazgo.
•Este día impulsa políticas y acciones para garantizar la equidad en distintos ámbitos.

3.Reconocimiento y visibilidad

•Se destaca la contribución de las mujeres en ciencia, cultura, política y más.
•Se generan espacios de debate sobre feminismo, derechos reproductivos y participación política.

4.Movilización y cambios sociales

•Se realizan marchas, conferencias y actividades para sensibilizar sobre temas como el acoso, la violencia de género y la discriminación.
•Gobiernos, empresas y organizaciones aprovechan la fecha para promover iniciativas en favor de la igualdad.
Ejemplo de Impacto
Movimientos y campañas sobre igualdad salarial han cobrado fuerza en los últimos años, impulsando cambios legislativos y culturales en muchos países.
La literatura ha sido un espacio clave en la lucha por la igualdad de género y un reflejo de los desafíos, logros y voces de las mujeres a lo largo de la historia.

Relevancia del Día de la Mujer en la Literatura

1. Visibilidad de escritoras y sus aportes

•Durante siglos, muchas mujeres escritoras fueron ignoradas o publicaban con seudónimos masculinos (como George Sand o las hermanas Brontë).
•En la actualidad, el 08 de marzo es una oportunidad para reivindicar sus obras y su impacto en la literatura mundial.

2. Temas clave en la literatura feminista

•La lucha por los derechos de la mujer (Un cuarto propio, de Virginia Woolf).
•La opresión y el control sobre el cuerpo femenino (El cuento de la criada, de Margaret Atwood).
•La identidad y la independencia (Jane Eyre, de Charlotte Brontë).
•El rol de la mujer en la sociedad y la maternidad (Mujer en punto cero, de Nawal El Saadawi).

3. Movimiento feminista y literatura

•Autoras como Simone de Beauvoir (El segundo sexo) y Bell Hooks han influido en la teoría feminista.
•Hoy en día, escritoras contemporáneas como Chimamanda Ngozi Adichie (Todos deberíamos ser feministas) continúan impulsando el debate.

4. Premios y reconocimientos

•Cada vez más escritoras reciben premios importantes, como el Nobel de Literatura (Toni Morrison, Olga Tokarczuk, Annie Ernaux).
•El 8M se usa para fomentar la lectura de autoras y dar espacio a nuevas voces en la literatura.
¡Haz lo que te dé la gana! es un libro de mi autoría , publicado inicialmente en 2016 y reeditado en 2020. La obra se centra en el autodescubrimiento y la transformación personal, invitando a los lectores a reflexionar sobre su identidad y autoaceptación. En esta obra promuevo la idea de que cada individuo tiene el poder de cambiar su vida al hacerse cargo de su preparación y avanzar hacia un futuro inédito.

Reconozco mi enfoque en áreas como la Programación Neurolingüística, el liderazgo y el crecimiento personal. Además de mi labor literaria, me considero formadora en metodologías organizacionales y mentora en desarrollo integral.
Actualmente, formo parte de la Junta Directiva del Círculo de Escritores de Venezuela y fundadora de EGP Escuela de Gerencia y Pensadores, donde apoyo la divulgación del trabajo literario de escritores venezolanos en el mundo.
En una reciente entrevista, me permití compartir mi pasión por la escritura que comenzó desde temprana edad, influenciada por mi abuelo materno, periodista y cofundador de “Il Corrieri di Caracas”.  Después de dedicarme al derecho y al ámbito empresarial, retomo la escritura en 2011, enfocándome en la psicología humanista y la educación emocional. Estas experiencias me llevaron a publicar ¡Haz lo que te dé la gana!, donde abordo la importancia de enfrentarse a las propias emociones y buscar la felicidad a través del autoconocimiento.

 

@farah_cisneros en Instagram

Editora de la web: @carmencristinawolf

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BEATRIZ ALICIA GARCÍA, SELECCIÓN DE POEMAS

 

En celebración del Día de La Mujer, publicamos una selección de poemas de la escritora venezolana Beatriz García Naranjo:

QUERERSE LLEVA TIEMPO

Quererse lleva tiempo

a veces una vida entera,

entre el amor y el desamor.

 

Amor es acompañarse

en los buenos y malos ratos,

con las virtudes

y los defectos,

tenerse paciencia,

disfrutarse cada día

llueva o haga sol,

entender las equivocaciones

-errar es humano, tan humano-

 

Quererse lleva tiempo,

a veces una vida entera,

entre el amor y el desamor.

 

Mentiría si dijera

que te quise siempre

Bea,

que tu belleza me deslumbró,

tu corazón abierto,

tu perseverancia,

tu loco deseo de vivir,

-hay momentos en que

francamente te detesté-

no supe entenderte

 

Quererse lleva tiempo

a veces una vida entera

entre el amor y el desamor.

 

Amarte

ha sido mi triunfo,

el mejor de todos.

 

CAMINOS

Caminos que no van,

no llegan,

caminos paralelos,

caminos que no

volvían.

 

Caminos

que son promesas

vanas.

 

Caminos medusa,

caminos Reina de las Nieves,

caminos Frankestein,

caminos Robinson Crusoe,

caminos Alicia

en el abismo sin fin.

 

Caminos Dickens,

caminos Anaïs Nin,

caminos Cortázar,

caminos Javier Marías,

caminos Hanni Ossott.

No he conocido otros caminos.

 

¿QUIÉN SOY?

Me busco

en los áticos del alma

donde me espero

cuando me alejo de mí

en este silencio fértil

tejo la urdimbre

de la mujer que soy

 

AUSENCIA

Busco entre las horas

tu voz tu abrazo

en el inmenso océano

de la distancia

Tejo tus manos fuertes

protectoras tomando las mías

escucho el silencio

de ese latido que falta

en este amanecer

sordo inhóspito de no verte

Pero a veces

es la ausencia necesaria

el puñal que atiza

los encuentros más hondos

 

Beatriz  Alicia García Naranjo, escritora venezolana, poeta y ensayista,  con dilatada experiencia en impartir talleres de escritura creativa. Miembro del Círculo de Escritores de Venezuela. Con una amplia obra publicada, sus poemas aparecen recogidos en numerosas antologías.

@bagtalleresliterarios

#circuloescritoresvenezuela

Editora: @carmencristinawolf en IG @literaturayvida en X

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MARIE CURIE, FÉRREA VOLUNTAD Y ABNEGACIÓN

Marie Curie, férrea voluntad y abnegación

Por Ernesto Marrero Ramírez

En la lista de científicos abnegados y benefactores de la humanidad hay que resaltar, en letras mayúsculas, el nombre de María Salomea Sk?odowska, mejor conocida como Marie Curie o Madame Curie. Una mujer menuda, sencilla y de aspecto frágil, pero con un corazón de acero, un ingenioso cerebro y un alma indómita, que nace Varsovia, capital de Polonia, el 07 de noviembre de 1867. Su padre fue un profesor de física y su madre una profesora que dirigía un pensionado para hembras. Siendo aún niña la vida le presentó muchos reveses que tiñeron su infancia de gris. Tuvo que vivir en un país que se encontraba bajo el yugo de la Rusia Imperial y además le tocó soportar el distanciamiento de su madre que, aunque amaba mucho a sus hijos, evitaba abrazarlos y besarlos para no contagiarlos de tuberculosis.  A la edad de 9 años muere su hermana Sofía a quien apodaban cariñosamente como Zosia, a consecuencia de una epidemia de tifus, y dos años después su adorada madre, producto de esa infección bacteriana con la que tanto luchó. Por estos sucesos, el hogar de los Sklodowski se convirtió en un lugar sombrío, con las ventanas oscurecidas y atuendos negros. Estos hechos formaron en María un carácter fuerte y una mirada seca y triste, que la acompañaría el resto de su vida. Su educación inicial la obtuvo en Polonia, mostrando una capacidad impresionante para memorizar, además de realizar con facilidad cálculos matemáticos. Por otro lado, llegó a dominar varios idiomas: el polaco, el ruso, el alemán, el francés y el inglés.

Sus deseos de continuar estudios en la Universidad, se hicieron una necesidad muy grande. El problema era que en Polonia no le era permitido estudiar a las mujeres en niveles universitarios. Su hermana Bronia también quería estudiar medicina y así llegan a un acuerdo, Marie ejercería la labor de institutriz y ayudaría a pagar sus estudios con la colaboración de su padre, y cuando Bronia obtuviera su título, ella ayudaría a María a realizar los suyos. Y así lo hicieron. Con los años Bronia se gradúa y se casa con un médico, entonces María parte para París a estudiar en la Sorbona. Pasó un tiempo viviendo con su hermana y su cuñado antes de alquilar una buhardilla en el Barrio Latino, que quedaba cerca de la Universidad. Después de años de sacrificios, necesidades y mucho estudio se gradúa con honores en el año 1893, en la carrera de Física y un año después obtiene una segunda licenciatura en Matemáticas.

En Francia, María conoció al físico francés Pierre Curie, quien tenía ya un reconocimiento importante dentro del mundo científico por haber descubierto en 1880, junto a su hermano Jacques, la piezoelectricidad, un fenómeno por el cual al comprimir un cristal de cuarzo se genera un potencial eléctrico. Y Surgió así, prácticamente a primera vista, una atracción en la pareja, no solo física, sino intelectual y espiritual. Por este motivo, contrajeron nupcias el 26 de julio de 1895 ante el alcalde de Sceaux, población cercana a parís. Fruto de esta unión nacerían sus dos hijas: Irene y Eva.

En 1896, María, animada por Pierre, decidió hacer su tesis doctoral sobre los recientes trabajos del científico Henri Becquerel, quien habían descubierto que las sales de uranio transmitían unos rayos de naturaleza desconocida. Dicho trabajo estaba relacionado con el reciente descubrimiento de los rayos X por parte del físico alemán Wilhelm Röntgen. Marie Curie se interesó por este hallazgo y, con la ayuda de su esposo, decidió investigar la naturaleza de las radiaciones que producían las sales de uranio. Lo primero que descubrieron ambos, es que las radiaciones no eran el producto de reacciones químicas, sino que se debían a la naturaleza misma de la materia. En 1898, tras varios años de arduo trabajo, a través del estudio de un mineral denominado pechblenda, aislaron dos nuevos elementos químicos, uno fue el polonio, que María lo bautizó así en referencia a su país natal, Polonia. Ella quería que este nombre atrajese la atención del mundo hacia una Polonia sometida por el yugo imperial ruso y que anhelaba su soberanía e independencia. Y el otro elemento fue el radio, cuyo nombre se lo colocaron debido a su intenso poder radioactivo.

A raíz del descubrimiento del radio, el mundo estaba pendiente de la radioactividad, y por este motivo comenzaron a realizarse investigaciones y experimentos por todo el mundo. En este sentido, se establecen diversas propiedades del radio, el cual es capaz de impresionar las placas fotográficas, convertir la atmósfera en conductora de electricidad, reducir a polvo el papel o el algodón con el que se le cubre, logra expandir su radiación por todas partes, desprender calor, hacer fosforescente el diamante, producir gas de helio y lo más importante: sus rayos queman las células cancerígenas, de aquí se creará la radioterapia o cómo se le llamaba entonces: la curieterapia.

María y Pierre Curie se dedicaron a estudiar diversos materiales radiactivos. En esos años trabajaron en un cobertizo poco equipado y Pierre era el encargado de suministrar todos los medios y artilugios para que María trabajara. Los dos sufrieron quemaduras y llagas producidas por los peligrosos materiales radiactivos.

El 25 de junio de 1903, publicó su tesis doctoral titulada: Investigaciones acerca de las sustancias radiactivas. Y defendió su tesis ante un tribunal para obtener el doctorado con mención Cum Laude. Ese mismo año, junto con Pierre Curie y Henri Becquerel, María fue galardonada con el Premio Nobel de Física: «En reconocimiento a los extraordinarios servicios rendidos en sus investigaciones conjuntas sobre los fenómenos de radiación descubierta por Henri Becquerel». Es notable que estos dos grandes científicos, a pesar de vivir con muy escaso recursos económicos, nunca quisieron patentar sus descubrimientos e inventos. Siempre se atuvieron a sus ideas de que el conocimiento debería estar a total disposición de los otros científicos y en general de toda la humanidad, un acto elevado de altruismo.

Cuando todo indicaba que la familia Curie, caminaba por la senda de progreso profesional y familiar, ocurre una tragedia que va a ensombrecer sus vidas. El 19 de abril de 1906, Pierre, fue atropellado por un carruaje de caballos en la calle Dauphine, cerca de Saint Germain de Pres, en París. Murió de manera instantánea, con el cráneo triturado, sin que nada se pudiera hacer por él. María quedó muy afectada por esta desgracia, sintió que el mundo se le venía encima, ya no contaría con su compañero de investigaciones y de vida. Días después del fallecimiento de su esposo, comienza a escribir un diario, en el que plasma estas letras: “En la mañana del domingo que ha seguido tu muerte, Pierre, he ido por primera vez al laboratorio en compañía de tu hermano. He tratado de hacer un cálculo para una medida, pero me he visto en la imposibilidad de continuar. En la calle, camino como hipnotizada, sin preocupación por nada. No me mataré, no tengo ni el deseo de suicidio. Pero entre tantos coches, ¿no habrá uno que me haga compartir la misma suerte de mi amado?”.

En esos días el gobierno francés le ofrece una pensión vitalicia, la cual rechaza y argumenta que aún se siente lo suficientemente fuerte para obtener el sustento de su vida con su propio esfuerzo. Y poco a poco fue retomado fuerzas para seguir adelante y velar por la educación y el futuro de sus hijas. En este sentido, aceptó la cátedra de física que su marido había obtenido en 1904. Su primera clase en la Universidad causó gran expectación, pues era la primera mujer que daba clases en la Sorbona, que ya tenía 650 años de fundación.  En 1911, recibió su segundo Premio Nobel, ahora en Química: «En reconocimiento de sus servicios en el avance de la Química por el descubrimiento de los elementos radio y polonio, el aislamiento del radio y el estudio de la naturaleza y compuestos de este elemento». Marie Curie fue la primera persona a la que se le concedieron dos Premios Nobel en dos campos diferentes y, como mujer, era algo impensable para su tiempo.

En el año 1914, inicia la primera guerra mundial. Durante el conflicto bélico, los hospitales de campaña, en Francia, carecían de personal experimentado y máquinas de rayos X apropiadas para revisar a los soldados heridos en batalla, así que María propuso el uso de la radiografía móvil cerca de las líneas de guerra para ayudar a los cirujanos en el campo de batalla. Aseguró con esta iniciativa, que los soldados heridos fueran atendidos con mayor efectividad si los cirujanos contaban a tiempo con las placas radiográficas. Después de un rápido estudio de la radiología, anatomía y mecánica automotriz, adquirió equipos de rayos X, vehículos y generadores auxiliares y diseñó unidades móviles de radiografía, a las que llamó «ambulancias radiológicas», pero que llegaron a ser conocidas posteriormente como las «pequeñas Curie». Se convirtió así en la directora del Servicio de Radiología de la Cruz Roja francesa y creó el primer centro de radiología militar de Francia. Después de culminada la guerra, a Madame Curie se le ofrecían todo tipo de honores y se le llamaba «la bienhechora de la humanidad». Manifestaciones que supo esquivar con la singular modestia que le caracterizaba.

Después de una vida dedicada a la ciencia y al aporte social, Marie Curie parte de este mundo material, el 4 de julio de 1934, cuando tenía 66 años, debido a una anemia perniciosa, por una alteración de la médula ósea, como consecuencia de las radiaciones a las que estuvo expuesta por tantos años en sus trabajos. Los efectos nocivos de la radiación ionizante no se conocían en ese momento y los experimentos se realizaban sin las medidas de seguridad pertinentes. Fue enterrada junto a su difunto esposo, como lo había pedido en vida. Se fue su cuerpo físico, pero su alma se quedó recorriendo los derroteros de la historia, al dejar un ejemplo de férrea voluntad y abnegación por el mundo científico y la humanidad.

Pasado un año de su deceso, en 1935, su hija mayor Irene, también obtiene el Premio Nobel de Química, junto a su marido Frédéric Joliot, por su descubrimiento de la radiactividad artificial. Cuatro años después un grupo de investigadores alemanes descubre que cuando el átomo de uranio es bombardeado con neutrones se desencadena la llamada fisión nuclear; y Frédéric Joliot completó la investigación, al descubrir que este bombardeo sobre el núcleo de uranio produce, a su vez, nuevos neutrones capaces de hacer estallar otros núcleos de uranio, produciendo así una reacción en cadena. Con este avance se iniciaba la era de la energía atómica. Una era que Madame Curie no conociera pero que fue posible gracias a su incansable trabajo y dedicación por la investigación y la ciencia.

Sesenta años después, en el año 1995, sus restos fueron trasladados, junto con los de Pierre, al Panteón de París, donde se le brindaron las distinciones correspondientes. En honor a esta infatigable pareja se le otorga el nombre «Curie» al asteroide 7000, descubierto el 6 de noviembre de 1939 por Fernand Rigaux. También se le asignó el nombre al elemento sintético Curio (Cm) descubierto en 1944, así como el cráter Curie, ubicado en la Luna, y el cráter Curie del planeta Marte. Sin duda alguna, una labor que dejó una huella indeleble en los anales de la historia.

 

 

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Tal vez demasiado solos, por Raquel Markus-Finckler y Ernesto Kahan, Premio Nobel de la Paz

Foto: Raquel Markus-Fincler

Tal vez demasiado solos


Texto escrito por Raquel Markus – Finckler en colaboración con el Doctor Ernesto Kahan (Premio Nobel de la Paz, 1985)
 

Estamos solos, tal vez demasiado solos

En memoria de Shiri, Ariel y Kfir Bibas Z´L. Dedicado al Doctor Ernesto Kahan

Cada cincuenta años
y en cada generación
seremos elegidos para el juicio.
Cada cincuenta años
y en cada generación
hay quien nos exige sacrificio.

¿Elegidos para qué?
No para vencer
¿Elegidos para qué?
Si ya no nos queda la piel.
¿Elegidos para qué?
Si ya nos ponemos de pie.
¿Elegidos para qué?
Si ya nos colgamos la fe.

Herederos de la rabia de Caín
y de la suerte de Abel.
Siempre en el altar sin ángel ni cordero.
Seguimos ardiendo en el desierto,
Seguimos desafiando el desconcierto.

Estamos solos, tal vez, demasiado solos.
¿Alguien escucha nuestros rezos?
Estamos solos, tal vez, demasiado solos.
¿Alguien atiende nuestros ruegos?
Estamos solos, tal vez, demasiado solos.
¿A partir de qué edad merecernos piedad?

Aunque hoy las redes se vistan de naranja
en nuestro centro, hoy dos niños siguen muertos.
¿Acaso un like los salvará?
¿Acaso una mención los liberará?
Porque hoy ya es muy tarde para ellos,
nuestros niños siguen muertos, tal vez demasiado muertos.

Cada cincuenta años y en cada generación
seremos el pueblo elegido para probar el odio.
Cada cincuenta años y en cada generación
seremos el pueblo elegido para sentir la ira.
¿Para qué molestarse en cosernos las heridas?
¿Para qué molestarse en clamar por empatía?

Siempre en agonía.
Sin llegar a morir del todo.
Siempre en agonía.
Sin dejar de sufrir por todo.
Sería más fácil terminar de caer.

Siempre seremos los extraños.
Siempre seremos los vencidos.
Somos Holocausto. Somos sacrificio.
Somos los culpables, pues seguimos vivos.

Este crudo poema que hoy me atrevo a publicar (y a dedicar), por muy fuerte que pueda llegar a sonar, surgió en mi alma durante una de las profundas e inspiradoras conversaciones (vía chat) que he tenido la suerte y el privilegio de mantener con el Doctor Ernesto Kahan, a quien llegué a conocer gracias a la intervención de dos amistades que valoro y respeto, la que me ha unido por años a Samy Yecutieli, y la que he ido creando, más recientemente, con Cristina Olivera Chávez, una verdadera gigante en el mundo de la literatura y un ser humano inspirador.

El nombre del Doctor Ernesto Kahan se presenta por sí solo, aunque para quienes no lo conozcan, puedo ir adelantándoles que entre muchos otros de sus grandes méritos fue galardonado con el premio Nobel de la Paz, del año 1985, en su figura de vicepresidente regional de la asociación Médicos para la Prevención de la Guerra Nuclear y el Premio Albert Schweitzer de Paz. Es médico, poeta, profesor universitario, académico de honor de la Real Academia Europea de Doctores y Doctor Honorario en Literatura, judío nacido en argentina que, debido a la dictadura de la Junta Militar, emigró a Israel en 1976. También ha encontrado tiempo para expresar su alma por medio de la poesía y el arte, y es un ferviente activista en la búsqueda de una paz verdadera y sustentable para toda la humanidad.

Nuestra amistad se inició a raíz de la invitación que recibí para participar en el Concurso Internacional de Trovas Clásicas de la Organización Mundial de Trovadores (OMT), un certamen promovido desde Israel por el doctor Kahan, quien actualmente se desempeña como Presidente Honorario de este ente. La edición de febrero, centrada en dos temas: pobreza y liberación, estuvo dedicada a honrar al ilustre poeta Jaim Najman Bialik, considerado el poeta nacional de Israel y una de las figuras más influyentes de la poesía hebrea moderna.

Aunque nunca había realizado trova y estaba muy poco familiarizada con su estricta métrica y estructura, tuve la suerte o el mérito (como quiera que se desee interpretar) de conseguir el tercer lugar en la Categoría Vencedores entre los Nuevos Trovadores premiados por este certamen, el cual llegó a convocar a más de trescientos participantes entre Asia, Europa, América e, incluso, África.

A partir de este mes, es para mí un honor y un privilegio contar en mi currículo con un diploma que contiene la firma de la Presidenta de la OMT: Cristina Olivera Chávez y de su Presidente Honorario, el Doctor Ernesto Kahan. Espero que mi relación con la trova siga in crescendo, pues se trata de un género muy retador que exige condensar un poema completo en solo cuatro versos octosílabos, con rima consonante y en esquema abab.

Estoy segura de que mi reciente amistad con el Doctor Kahan seguirá adelante, nos une el amor por la poesía y el arte, un profundo sentido de conciencia sobre nuestra condición humana y un doloroso amor, pero amor al fin, hacia el pueblo y el Estado de Israel. Puede que le resulte sorprendente, y espero que sea para bien, que haya decidido dedicarle este poema, aunque estoy segura de que si revisa nuestras conversaciones encontrará el detonante. Es una sentencia que me dijo y que se me quedó grabada en el alma a sangre y fuego: “en este mundo los judíos estamos demasiado solos”.

Hace pocos días se llevó a cabo en Israel el entierro de los restos de Kfir, Ariel y Shiri Bibas (que su recuerdo sea una bendición). Los tres permanecen sepultados en un mismo ataúd. Lo que la ignominia separó, permanecerá unido para toda la eternidad. Y no hay forma de describir el sentimiento, la emoción, la desolación que hoy embarga a todo el pueblo judío, por separado y en conjunto.

Sé que escribir no cambia nada, al menos nada realmente importante. Sé que no hay verso que le devuelva la vida a Kfir, Ariel y Shiri. Sé que no hay edificio iluminado de naranja, que no hay ninguna cantidad de likes en una publicación que les restituya todo el futuro que les fue arrancado a la fuerza solo por ser judíos, solo por ser israelíes. Pensar en ellos me hace cuestionarme… tal vez la poesía no siempre tenga una respuesta para todo o, tal vez, la poesía no siempre encuentre la forma adecuada para expresarlo todo. Aun así, no puedo dejar de ver, entender y sentir al mundo (no tanto a su gente) a través del cristal de la poesía que vive dentro de mí… aunque ella no siempre logre salvarme de mi misma o de los demás.

Para que mis lectores no se queden con la curiosidad sobre la trova que me permitió conseguir el tercer lugar entre los veinte ganadores elegidos por la OMT para la edición de febrero 2025 (en idioma español), aquí les dejo mis versos:

¡Si pudiera condensar
en un beso al Universo;
yo podría compensar
la pobreza de mi verso!

Quiero terminar esta entrega citando el Doctor Kahan, quien ha encontrado en el arte y la literatura (y también en la trova) una manera de entender y procesar el mundo en el que vive, aunque algunas veces este mundo por el que tanto ha trabajado lo haga sentir demasiado solo.

Palabras del Doctor Ernesto Kahan

A la reconocida y superior poeta Raquel Markus, que enternece al corazón de los lectores, la conocí cuando se presentó al concurso de Trovas Clásicas que organicé en la OMT (Organización Mundial de Trovadores) desde Israel en homenaje a su poeta nacional Jaim Najman Bialik.

La familia que heredé de mis padres tiene raíces muy profundas, por el lado de Catalina, mi madre, que siempre me inició y llevó, por el camino del arte; la literatura hispanoamericana y la pintura, llegó a fines de los años del 1.800 desde Kishinau, entonces provincia de la Rusia Zarista y hoy día Moldavia, donde sufrían crímenes y persecuciones. En Argentina se transformaron en los “gauchos judíos”. El gran escritor Bialik escribió un poema que en mi infancia me desgarró y también por eso lo elegí para el concurso que hice.

(Fragmento de su poema sobre el pogromo de Kishinau)

¨Levántate y marcha hacia la ciudad de la matanza.
Ve a sus plazas,
observa con tus propios ojos,
palpa con tus propias manos
las cercas, los árboles, las rocas.
Mira: sobre la cal del muro
la sangre coagulada,
los sesos endurecidos de las víctimas.

Encaminate hacia las ruinas,
salta por encima de los desechos,
atraviesa las paredes rotas
y las cocinas incendiadas
en donde la piqueta ha perforado quiebres
y agrandado, ensanchado vacíos,
donde la negra piedra se descubre,
la desnudez del ladrillo calcinado,
abiertas, desesperadas bocas de heridas negras”
[…]

Mis abuelos llegaron a Argentina escapando de la Rusia Zarista, de los pogromos y de la miseria y el terror. A finales del siglo XIX e inicios del XX, antes de las Revoluciones de Abril y de Octubre (Noviembre) de 1917, en todo el territorio ruso el antisemitismo fue una política casi oficial por el Gobierno del Zar, algo que no sucedía de forma tan abierta en Europa Central, Occidental y menos en los Estados Unidos, México o Argentina.
Ahora en los pogromos de Hamás en las poblaciones agrarias de Israel y en mi casa, me encuentro con Raquel y en su hombro y el mío escribimos poesía y yo me declaro culpable.

Me declaro culpable. Un acto de palabra y cicatriz.
Por Ernesto Kahan © febrero 2025

Me declaro culpable
por haber desbordado mi herida
sobre la vasta llaga del mundo,
y por haber sembrado mi sangre
en la tierra ya calcinada
que arrastra siglos de puñaladas y donde
el odio se amasa con la arcilla
y el nombre de Dios es filo y fiebre.
Perdón —
no debí regar mi hiel fuera de mi pecho,
no debí manchar con mi fiebre
la fiebre ancestral,
ni desnudar mi duelo
sobre los cadáveres que todavía
gritan en lenguas de ceniza.
Pero me dolió el viento
que trae con él las voces de mis muertos,
me dolió la sombra que atraviesa el exilio
como un perro sin patria,
me dolió la historia enterrada
y la historia que no deja de nacer
con la misma hemorragia.
Me declaro culpable
por no haber podido contener mi lágrima
en la cárcel de mi ojo.
Por haber dejado que mi rabia
se hiciera río e inundara las manchas.
Perdón —
Yo también soy escombro de Babel,
también cargo la culpa
de los que lloran con la boca apretada,
de los que mueren en los márgenes
porque nacieron con la estrella de David
bordada en la piel.
Me declaro culpable
de haber dicho lo que arde,
de haber amado lo que el mundo
ha condenado a llamas.
Culpable por recordar,
por no haber dejado que la costra
cierre la herida.
Culpable —
porque dentro de mí
se sigue escribiendo la historia
que otros quisieron borrar.
Y aunque pida perdón,
y aunque suplique silencio,
no sé si puedo evitar
seguir sangrando.

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Metamorfosis de un propósito

Alvaro Pérez Capiello

Metamorfosis de un propósito

Alvaro Pérez Capiello

Caracas es una ciudad que ha inspirado a muchos creadores: pintores, escritores, músicos, escultores… Pareciera que nadie puede resistirse a transitar los secretos de sus calles, esquinas, plazas y parques cobijados por la imponente estampa de la montaña. El Ávila, al cual Manuel Cabré dedicaría sus mejores pinceladas y Juan Antonio Pérez Bonalde inmortalizaría en aquellos versos: «Caracas, allí está; vedla tendida/ a las faldas del Ávila empinado,/ odalisca rendida/ a los pies del sultán enamorado (…)». Las urbes, siempre están en movimiento perpetuo, nunca se detienen. Recientemente, acudimos a la exposición Metamorfosis de un propósito en la Galería Raise de Los Palos Grandes. Una muestra que reúne el trabajo de trece participantes de un taller dictado por Ricardo Benaím en el TAGA, entre junio y octubre de 2024.

Pese al auge de las nuevas tecnologías, el libro mantiene hoy plena vigencia. No solo como reservorio de conocimientos, sino como objeto de culto. Ninguno de los talleristas es, en estricto sentido, un editor, aunque eso no les impidió entregarse a la magia de las palabras. Sabido es que el lector completa el proceso que el escritor ha iniciado, de la misma forma que ocurre con el espectador, parado frente a cualquier pieza artística. Daniel Perozo, uno de los jóvenes expositores, realiza una suerte de libro-escultura cuyas formas calzan perfectamente con el espacio urbano. Una gama de grises, se unen, pues, al negro y al blanco, para componer muros y habitaciones imaginarias que, sin embargo, resultan teñidas de realidad. En esas construcciones fantasmales, si bien no se contienen personajes, la presencia humana está latente. Hay, quizás, alguien que lo sabe y lo ve todo detrás de cada pared, cada viga y cada puerta, a medida que lanzamos una mirada a la obra de Daniel Perozo. Él, viene de culminar estudios de fotografía y de diseño gráfico, por lo que se ancla en esa divina capacidad de las imágenes para contar historias.

Otra propuesta, esta vez de Manuel Aranguren, se centra en las siete letras que componen la palabra Caracas. Su búsqueda, lo lleva a preguntar a un universo de personas, muy diferentes entre sí, cómo definirían a nuestra capital en solo siete palabras. Este número, nos conecta con la sabiduría, la intuición y la espiritualidad. Para muchas culturas y religiones, simboliza el fin de un ciclo y la renovación. Hay que recordar que Dios creó al mundo en seis días, según el texto bíblico, y al séptimo descansó. El simbolismo de la curación también está asociado al siete, así como la profecía del fin de los tiempos contenida en el Libro del Apocalipsis: siete sellos proféticos, siete iglesias, siete trompetas e igual número de ángeles que las tocan. Tiene especial importancia para el judaísmo (el candelabro de siete brazos de la Menorah), el hinduísmo, la numerología, y puede hallarse también en los antiguos mitos sumerios por su carácter de número primo.

Este experimento de Manuel Aranguren, lo lleva a componer un mapa de palabras, tal vez el cuaderno de bitácora de un capitán sobre el propio plano de nuestra ciudad capital. Allí, no puede darse nada por sentado. Cientos de palabras, algunas esperadas y otras extrañas, estimulan nuestra imaginación. El título de esta muestra: Metamorfosis de un propósito, alude a los cambios de vida a nivel personal o social, por lo cual la recomendamos sin reservas.

 

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EL SISTEMA Y JOSÉ ANTONIO ABREU, EL GRAN PROMOTOR CULTURAL

José Antonio Abreu

Por Jesús Peñalver

Más que músico o economista, José Antonio Abreu fue el gran promotor cultural de la música y muy temprano así lo entendió, que la música no puede ser cosa de élites:
“Que las escuelas básicas apliquen en su contenido curricular ordinario la enseñanza de las artes, desde el niño de dos años hasta el nivel universitario, ese día el país será otro: Venezuela será una gran empresa educativa y a través de una educación sabia, avanzada, profunda y consciente de sus principios y propósitos, el país encontrará su camino“.
De esa unión nació Ailie Anselmi Garbatti quien se casó con Melpómene Abreu, sus padres y de sus hermanos Dora, Jesús, Enrique, Beatriz y Ana Cecilia, siendo él el mayor.
Bachillerato lo cursaron en Barquisimeto, ciudad musical por excelencia, en el Liceo Lisandro Alvarado de actividad musical intensa porque había orquesta y orfeón, claves educativas para él, al tiempo que se formaba musicalmente con la gran educadora y pianista Doralisa Jiménez de Medina.
El bachiller Abreu se fue a Caracas donde compartió estudios musicales con universitarios de Economía, lo que le llevó a ser el emprendedor creador del sistema de orquestas con el respaldo oficial suficiente para su desarrollo, sin depender de los vaivenes de la política al incluir hábilmente su funcionamiento como parte del presupuesto nacional de donde nadie lo podrá sacar. Específicamente, en el sector social.
Conocido como El Sistema, replicado en todo el mundo, reconocido por instituciones y personalidades de distintas áreas de la cultura y del conocimiento, este año cumple su  quincuagésimo (50.º) aniversario de su creacion. Se dice fácil, pero más allá de los avatares y las circunstancias de diversa naturaleza vividas, son notoriamente mayores las razones para celebrar y aplaudir de pie y por largo rato, el hecho de que El Sistema haya tenido como cuna a Venezuela, y como promotor fundamental a José Antonio Abreu, quien al parecer y sin dudarlo, vino a este mundo a cumplir tan magnífica tarea, titánico esfuerzo digno de ser emulado por siempre.
El maestro José Antonio Abreu, director fundador del Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela, obtuvo en septiembre de 2004 el Premio Internacional por la Paz para el Arte y la Cultura, conferido por el Encuentro Mundial de las Culturas, promovido por la organización World Culture Open.
Por sus méritos, en 1998 la Unesco lo había nombrado embajador para la Paz, y en 2001 recibió el Premio Nobel Alternativo, cabalmente por la creación de El Sistema.
Alguna vez me dijo: “querido, la cultura no puede seguir siendo la cenicienta del presupuesto nacional. Algo ornamental, prescindible. No. La cultura debe contar con su cuota determinada y justa en el presupuesto de la Nación, y no esperar que surgida la necesidad, se le quite a otro sector para darle a ésta”.
Bastante plantón pagó –valga la frase- con paciencia de relojero ante la Comisión de Finanzas del extinto Congreso Nacional, en búsqueda y aprobación del presupuesto suficiente para la música, área a la que dedicó con tesón y ahínco toda su vida.
Antes, mucho antes, de inaugurarse el Teatro Teresa Carreño, hecho ocurrido el 19 de abril de 1983, ya el maestro Abreu, insistente, trabajador incansable, hormiga y ola persistente organizaba y montaba conciertos en la Sala José Felix Ribas del coso de Los Caobos.. ¡Admirable!
          En ejercicio de la Consultoría Jurídica de la Fundación Teresa Carreño, tuve en mis manos un oficio del Ministerio de la Secretaría de la Presidencia, firmado por su titular, Carmelo Lauría Lesseur, en el cual se le asignaba a las orquestas juveniles el uso de la referida sala, llamada “la sala pequeña”. Con base en ese acto administrativo –seguramente- aunado a su afán por difundir la música, su enseñanza y metodología, daba uso a ese recinto, como adelanto de lo que sería en un futuro no muy lejano, el Complejo Cultural Teresa Carreño.
Como Ministro de Estado-Presidente del Conac, se conoce a cabalidad su meritoria gestión. Por cierto, toda su labor la cumplió desde las oficinas del citado teatro. Y aunque dejó de ser Ministro por los sucesos acaecidos en 1992, aquellas intentonas golpistas de ingrata recordación, Abreu siguió presidiendo el Consejo Nacional de la Cultura. Para sorpresa o asombro de muchos, no rendía cuentas al ministro de adscripción, sino directamente al propio presidente de la República, Carlos Andrés Pérez. Astuto y hábil, inteligente y metódico. Dicho de otro modo, no dejó de estar en el gabinete. La cultura siguió teniendo su silla en el consejo de ministros y al propio tiempo la concepción social que de El Sistema acompañó al maestro Abreu toda su vida.
Murió García Márquez, me quedé con su obra. Cerró sus ojos el maestro Abreu hace siete años, me quedo con El Sistema, del cual honrosamente soy embajador de buena voluntad. La miseria humana no va conmigo, tampoco la mezquindad.
 Dijo bien Robert Browning cuando afirmó: «El que escucha música siente que su soledad, de repente, se puebla».
 Hoy celebro y aplaudo a El Sistema, le deseo un feliz cumpleaños, que sean muchos años más, muchísimos, cumpliendo la noble tarea, el sublime objetivo, el luminoso sueño del célebre promotor cultural larense, ese de cambiarle la vida y ofrecer un mejor futuro a tanta gente a través de la música. Y también me uno a quienes dedican una palabra sensible en recordación y elogio a José Antonio Abreu, una figura venezolana ineludible.
 Jesús Peñalver
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LENGUAJE Y PENSAMIENTO: UNA VIEJA CUESTIÓN, POR JERÓNIMO ALAYÓN

Jerónimo Alayón

Lenguaje y pensamiento, una vieja cuestión

Jerónimo Alayón

Desde Platón nos hemos planteado la cuestión de la relación entre pensamiento y lenguaje. Para aquel, el lenguaje era un vínculo entre la lengua y la cognición, puesto que las palabras eran signos de las ideas y estas, signos de las cosas. En la alegoría de La caverna, el filósofo de la Academia nos muestra el pensamiento como conformador del lenguaje. Solo quien ha ascendido al mundo inteligible, al conocimiento de las ideas y las formas, reveladas por la luz verdadera de la razón (regida por la idea de bien), puede regresar al mundo sensible para convencer a sus oprimidos habitantes de su falsa ideación, a riesgo de ser asesinado.

En dicha alegoría, por cierto, hay algo interesante. El filósofo, que en su ascenso al conocimiento ha pasado cerca de la hoguera y se ha percatado de que las sombras en la pared de la caverna no son la realidad, sino la sombra de esta, ha descubierto el error y ahora anhela hallar la verdad. Sin que explícitamente lo haya demarcado, Platón ha significado dos grados en el ascenso al conocimiento: de la doxa (‘opinión’) a la episteme (‘ciencia’), con su consecuente descenso al mundo sensible para dar testimonio de las ideas, todo lo cual nos lleva al desarrollo de la noción de afato en Ramón Llull a principios del s. XIV.

Tomando como punto de partida el pensamiento platónico, y a grandes rasgos, podemos definir tres corrientes filosóficas en la relación lenguaje-pensamiento: 1) tradición platónica, en la que el lenguaje, asimilado al pensamiento, es una facultad para conocer la realidad y expresar lo conocido; 2) tradición aristotélica, según la cual el lenguaje, asimilado a la expresión, es un sistema de signos; y 3) tradición saussureana, que planteando el lenguaje emancipado del pensamiento y la expresión, lo asume en cuanto que facultad de crear sistemas de signos.

Como se echará de ver, la concepción platónico-aristotélica dominó el pensamiento occidental en torno del lenguaje desde el siglo IV a. C. hasta mediados del siglo XIX, cuando Wilhelm von Humboldt planteara el lenguaje en tanto que vínculo entre el individuo y la sociedad, abriendo así el camino, de una parte, hacia la tradición saussureana y, de la otra, hacia la concepción moderna del lenguaje en cuanto que creador de realidades y modelador del pensamiento. Dicha evolución marcó el paso del filósofo lingüista al lingüista filósofo, que en Humboldt fue asumido en el marco de un proyecto lingüístico-antropológico.

Alcanzamos así la segunda mitad del siglo XX en la que podemos identificar, entre tantos lingüistas y sus propuestas, dos corrientes esenciales: una que considera el carácter modelador del lenguaje sobre el pensamiento y otra que asume el lenguaje como un síntoma de influencia social.

En la primera corriente destaca la hipótesis whorfiana, propuesta primero por Edward Sapir y más tarde por su discípulo Benjamin Whorf, ambos lingüistas estadounidenses, si bien la teoría no fue presentada hasta 1954 (13 años después de la muerte de Whorf) por otro discípulo de Sapir, Harry Hoijer.

La hipótesis whorfiana tiene dos vertientes. Una dura, conocida como determinismo lingüístico, según la cual el lenguaje y el pensamiento —si bien son independientes entre sí— son estructuras sincrónicas y, por consiguiente, la lengua condiciona el pensamiento y las categorías lingüísticas de aquella modelan las categorías cognitivas de este.

En otras palabras, la versión radical de dicha concepción asume que el sistema lingüístico (signos + estructuras gramaticales + reglas funcionales) que emplea determinada comunidad lingüística no solo moldea su forma de pensar, sino que condiciona sus modus intelligendi (maneras de comprender la realidad), para emplear un término caro a la escuela modista. Por cierto, lo mismo que esta, la hipótesis dura de Sapir-Whorf tiene el mérito de volver a apuntar hacia una gramática universal como la que poco después desarrollaría la escuela transformacional y generativa.

Por otra parte, la hipótesis whorfiana laxa, conocida como relativismo lingüístico, parte del principio de que lenguaje y pensamiento son estructuras asíncronas, de manera tal que el lenguaje antecede al pensamiento. En este sentido, tanto la lengua como sus categorías lingüísticas solo modificarían el pensamiento y, por extensión, la voluntad. Se asume, por consiguiente, que el lenguaje es un poderoso inductor de procesos culturales. En síntesis, la postura whorfiana de que el lenguaje modela el pensamiento abrió las puertas para que en el último cuarto de siglo se asumiera el lenguaje como el gran síntoma de la influencia social.

En este sentido, dos hitos fundamentales fueron, de una parte, la gramática generativa de Noam Chomsky y su planteamiento de la teoría lingüística de la competencia (1975) y, de la otra, la noción de campo social de Pierre Bourdieu (1991).

El paso de la competencia a la actuación lingüísticas supone, en términos chomskianos, la actualización de un conjunto de reglas inconscientes en otro conjunto de reglas gramaticales y sociales que establecen, correlativamente, tanto la gramaticalidad como la aceptabilidad del enunciado. En otras palabras, si bien Chomsky no plantea un determinismo lingüístico, la innata predisposición a adquirir el lenguaje a partir de una gramática universal implica que el lenguaje responde a una estructura subyacente común, grabada en nuestro cerebro desde el nacimiento.

Por su parte, Bourdieu plantea una suerte de determinismo social al establecer la noción de campo social, esto es, un espacio colectivo (llamado por el habitus) en el que el sujeto es condicionado por la sociedad. Dicho condicionamiento se refleja en su lenguaje, de modo que este se constituye en síntoma de aquel. Finalmente —y respondiendo a la tesis del relativismo lingüístico—, tal lenguaje sintomático termina afectando el pensamiento y la voluntad del individuo, reiniciándose el ciclo.

Es una pena que Bourdieu haya insistido —con cierta miopía filosófica— en una perspectiva marxista y antineoliberal tratando de expandir el conflicto de clases al del capital cultural y la violencia simbólica. Su concepción del campo social en cuanto que gran modelador del lenguaje —y este, a su vez, como potente escultor del pensamiento— no solo aplica a la lucha de clases, sino que merecía mayor amplitud, pues permite medir cómo sociedades enteras, durante décadas, dejan evidencia en su lenguaje de una recia esclavitud ideológica y, peor aún, de la palabra al servicio del adoctrinamiento… Un lenguaje que moldea un pensamiento lisiado.

Hay grupos humanos que consumen bienes materiales y otros a los que se obliga a consumir supuestos bienes ideológicos. ¿Cuál es la diferencia si, al cabo, unos y otros ofrecen en su discurso los mismos síntomas de dominación social? ¿Qué más da ser esclavo de una superestructura económica o ideológica si en el fondo se trata de un mismo tipo de sumisión?

 

@JeronimoAlayon

CITA CHICAGO:
Alayón, Jerónimo. «Lenguaje y pensamiento, una vieja cuestión». El Nacional. 31 de enero de 2025. https://v.gd/Rwdflg

Fuente: Alayón, J. (2025, 31 de enero). Lenguaje y pensamiento, una vieja cuestión. El Nacionalhttps://v.gd/Rwdflg

Editora de la web: Carmen Cristina Wolf @carmencristinawolf en Instagram @literaturayvida en X (antes Twitter)

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A PATRICIA GUZMÁN, POR JESÚS PEÑALVER

Foto: Lizbeth Salas

 

Jeús Peñalver

Hoy somos menos, ha cerrado sus ojos la poeta Patricia Guzmán, voz esencial de la literatura venezolana.  Escritora, periodista, docente, editora, poeta y mejor persona. De allí el luto en las letras de nuestro país. Merece la honra de leerla y difundir su prolífica y valiosa obra.

Hoy acaso sí estoy triste… hoy quizá el raudo vuelo del pájaro anuncia el final descanso… hoy tal vez el ave tiene un ala de menos y hoy de verdad el cielo está rápido y gris.

Parafraseando al poeta León Felipe:
“¡Aquí no ha muerto nadie! A la que vamos a enterrar es una poeta.
Está tendida pero no está muerta. ¿Está muda? ¡No está muda!»                                                     Un muerto no habla ni canta… y esta  poeta sigue hablando y cantando.
Todo gran poeta sigue hablando y cantando, después del salto mortal ¡no está muerta!”
@jpenalver
#jesuspeñalver
Editora: @carmencristinawolf
#poetas venezolanas
Jesús Peñalver
Jesús Peñalver.
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Patricia Guzmán: la voz imperecedera de una poeta

Por Gisela Cappellin

Hoy la poesía venezolana se viste de luto ante la partida de Patricia Guzmán, una voz esencial en nuestro universo literario. Su palabra, siempre evocadora y sutil, nos enseñó a escuchar el alma de la naturaleza y a sumergirnos en la profundidad de lo cotidiano con una mirada poética única.
Sus versos, imbuidos de un lirismo que trasciende el tiempo, seguirán resonando en quienes han encontrado en su obra un refugio, un eco de belleza inagotable.
 Gisela Cappellin Ediciones se une al duelo  por su partida y enviamos nuestro más sentido pésame a sus familiares y amigos.
Su legado poético perdurará como esas voces invisibles que, aun en el silencio, seguirán cantando.
«Y yo permanezco absorta escuchando la tenue voz imperecedera de un pájaro invisible.»
  Patricia Guzmán, La Virgen del árbol seco , Gisela Cappellin ediciones 2024

Gisela Cappellin

@giselacappellinediciones

Gisela Cappellin, escritora. Fot0 Manuel Sardá El Nacional
#PatriciaGuzman #poesiavenezolana
Editora: @carmencristinawolf
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A Patricia Guzmán, por Edgar Vidaurre

El mundo literario está de duelo por la partida de la poeta y periodista Patricia Guzmán. Deja huellas imborrables en las personas de su entorno y en sus lectores (1960-2025)
Al saber del fallecimiento de la querida escritora venezolana   Edgar Vidaurre escribe:
Querida Patricia… el místico Thomas Merton, decía que «la muerte no es separarse del mundo…sino hundirse en él». Hoy te hundes en el mundo, en los cielos, en nosotros.
Te escribo esto, y elevo mi sentir hacia ese sitio imponderable que ahora te acoge y te contiene. Todavía perdura aquí tú dulzura, tu intensa suavidad, tu amor por el «Eterno Masculino» y el árbol poético de tu jardín. Tal vez para consolarme un poco, y sonreír en lugar de llorar, repito como una oración y una elegía en tu nombre lo que dijo San Agustín como despedida antes de morir:
«La muerte no es nada, sólo he pasado a la habitación de al lado. Yo soy yo, ustedes son ustedes. Lo que somos unos para los otros seguimos siéndolo. Denme el nombre que siempre me han dado. Hablen de mí como siempre lo han hecho. No usen un tono diferente. No tomen un aire solemne y triste. Sigan riendo de lo que nos hacía reír juntos. Recen, rían, piensen en mí. Que mi nombre sea pronunciado como siempre lo ha sido, sin énfasis de ninguna clase, sin señal de sombra. La vida es lo que siempre ha sido. El hilo no se ha cortado. ¿Por qué estaría yo fuera de vuestra mente ¿Simplemente porque estoy fuera de vuestra vista? Os espero; no estoy lejos, sólo estoy al otro lado del camino.»
«Hoy amanecieron débiles los pájaros
Los ojos de amar no sé donde los puse
Rezo santo
Rezo santo
Todo sigue oculto aunque lo vea
Hay una flor flotando en mi vaso
Voy a colocarle una piedra en la boca a cada muerto
(Para que no olviden el peso de vivir)
Los ojos de amar no sé dónde los puse
Aletargados están mis animales
A qué alzar los ojos
A qué salir al jardín
Cada espiga alta trae consigo su propia vanidad
Obsequio y rendimiento brindo»  Patricia Guzmán
Caracas, 3 de febrero de 2025
Edgar Vidaurre, poeta ensayista, músico y editor. Presidente del Círculo de Escritores de venezuela
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