Brother Walt Whitman, por Frank Ziccarelli

América
el pajarraco desdentado
el sátrapa
pretende ensillar la Libertad

América
Él azuza ese trino tenebroso &
pretende
sepultar los vientos libres y traviesos

América
Él insufla escarnio
contra el trepidar del caballo blanco
herrado en oro
laureado en manglares de sol
de frutos abiertos
sangrados & sangrantes

América
Él quiere desnudar tu alma &
clavetear tu cuerpo de puñales

Él quiere arruinar el oxígeno
De las planicies a punta de petardos &
los ociosos
alzan el hacha contra Leo Leo Leo
El León de Caracas

América
Él pretende enculebrar tu sueño
vestirlo de lujuria &
arrojarlo fuera del bosque
resucitado

¡Por mis antepasados:
No ha de lograrlo!

Julio de 2011

Comparte esto:

Poema de Marisol Marrero: Tulipanes amarillos

En homenaje a la ciudad de Caracas, la escritora Marisol Marrero nos envía un poema inédito, que es también un homenaje a los hombres y mujeres de Venezuela que han perdido la vida en defensa de sus ideales de libertad y dignidad.

Tulipanes amarillos

Por Marisol Marrero

A Keila Guerra

No era sangre menstrual
Era de munición 308
Anabelle Aguilar

Corazón sembrado en la plaza
Como una semilla más de tulipán
Amarillo

La sombra de su recuerdo
Sobre el cemento
La muñeca
Rota en el pecho
Sangra como un secreto
Que no cicatriza

Todavía piensa
Que son fuegos artificiales
Triquitraques
Calebración y fiesta
El rubio asesino
De pelo crespo
Se dejó ver con el alcalde
La noche anterior a la tragedia

Con un beso en la mejilla
Selló el pacto
¡Ni un solo yerro!
Tiros certeros a la cabeza y el centro del pecho

El caballero
Así lo llamó el mandatario de turno
Remató limpiamente
A las mujeres de Altamira

Solo queda de ellas
La huella de sus cuerpos en nuestra memoria.
Y la sangre derramada sobre los tulipanes

*** MARISOL MARRERO: Marisol Marrero, venezolana, novelista y poeta, profesora universitaria, socióloga con postgrado
en psicología social, es autora de una vasta obra que comprende poemarios como:
Desmembrando la especie (1979), Segmentos de memoria (1982), Eterna primavera (1982), En mitad de la noche (1986), Carimba (1993), Velaje (1994), Conjuros (1997) e Iracundia (2001), así como de las novelas Las brujas modernas vuelan en la red (2001) y Lotte von Indien, la coloniera de Tovar (2003), Niebla de pasiones (2007). Es Miembro del Consejo Consultivo del Círculo de Escritores de Venezuela

Comparte esto:

Poema de Lidia Salas en homenaje a Caracas

Ha llegado la primavera

Se que ha llegado la primavera
porque el aire se rinde a la transparencia
del violeta. El árbol reclinado entre el puente
a las Mercedes y el río Guaire
incendia con sus ramos de flores
rosa antigua la monotonía de un espacio.
Las buganvilias ensangrentadas
se desgajan en las tapias por los atajos de la ciudad
y las acacias de la Alta Florida
son jardines aéreos que sostienen la autopista.

Se que ha llegado la primavera
porque las guacamayas sedientas desparraman
su acuarela de gritos más temprano
Y la imagen del Ávila
se estruja sobre el corazón
como sonrisa del ser más amado.
Porque los Araguaneyes deshojan
sus corolas de oro en las aceras,
y el aroma de las flores del Caobo
estremecen con su esencia de azahares.

Se que ha llegado la primavera
porque de mis dedos brotan versos
como flores en los pastizales.
Primavera amarga
porque no tengo tus ojos
para mirar como reverdecía nuestro amor en cada Marzo.

*LIDIA SALAS:

Lidia Salas es Magister en Literatura de la Universidad Central de Venezuela. Autora de los poemarios: Arañando el silencio, Mención de Honor del Primer Concurso de Poesía Libre de la Universidad de Córdoba, Colombia (1984),Coautora con Elena Vera de la Antología Quaterni Deni. (1992). Mambo Café, 1º Mención de Concurso de la I Bienal del Ateneo Casa de Aguas (1994). Venturosa Premio Unico Mención Poesía del VII Concurso Nacional del IPASME (1995) .Luna de Tarot (Ediciones Círculo de Escritores de Venezuela. 2000). Y de las Plaquettes Sedas de Otoño (Taller Editorial El pez Soluble, 2006). Itinerario Fugaz editado por la Universidad Nacional Abierta en 2008.

Es integrante de la Junta Directiva del Círculo de escritores de Venezuela. Ha sido invitada a la Celebración de la Semana Hispánica por la Universidad de Clemson
(Carolina del Sur, USA) en 1989 donde leyó su ensayo “Voces de mujeres en la poesía Venezolana” y a la II Bienal de Poesía Hispanoamericana en la Universidad de George town, Washington. Usa.1997 en donde disertó sobre la vida y obra del poeta chicano Tino Villanueva. Presentó una ponencia sobre la novelística de Marisol Marrero en el Octavo Encuentro Internacional de Escritoras 2008, que se realizó en Caracas. Ha publicado numerosos ensayos en diarios y revistas.

Comparte esto:

FERIA DEL LIBRO DE SUCRE EN LA PLAZA MIRANDA

La I Feria del libro de Sucre se inauguró ayer en la Plaza Miranda

DANIEL FERMÍN | EL UNIVERSAL
jueves 28 de julio de 2011
Caracas tiene dos ferias literarias en simultáneo. Una, que inició el lunes, está en la Plaza de los Museos de Bellas Artes; la otra, que apenas se inauguró ayer, se armó en la Plaza Miranda de Los Dos Caminos.

La primera, organizada por la Fundación para la Cultura y las Artes de la Alcaldía de Caracas (Fundarte), estará hasta el 31 de este mes. Tiene por nombre «II Feria del libro de Caracas», pero también podría llamarse «Feria de las editoriales del Estado». Ahí, los estands relacionados con el gobierno son mayoría, por mucho.

«Se busca el enriquecimiento del pensamiento y el espíritu», había dicho Freddy Ñánez, presidente de Fundarte, el día de su inauguración. Y los libros con ideología socialista abundan. …

Eso sí, también hay otro tipo de actividades. Como las infantiles que organiza el Banco del Libro en la tarima central. Ayer, Cristina Molinati entretuvo a los niños con el taller «¿Quieres que te cuente un cuento?» Y, como esa, hay lecturas dramatizadas y algo más.

Los puestos ocupados por librerías ofrecen un poco más de variedad. También los dos de libros usados, que tienen los precios más accesibles. Así, de a poco, las personas han hecho sus compras. «Las ventas van bien. Sólo el primer día la lluvia opacó un poco», dijo el encargado del lugar destinado a la Librería Macondo, la misma que estaba en Chacaíto.

La falta de editoriales privadas también representa la ausencia de ejemplares. Uno de los visitantes preguntó por El anatomista, de Federico Andahazi (Editorial Planeta). «Planeta no está aquí», le respondieron. Otro buscaba El juego de los abalorios, de Hermann Hesse (Alianza Editorial), pero Alianza tampoco está ahí.

AL OTRO LADO DEL RÍO

LA PRIMERA FERIA DEL LIBRO DE SUCRE inició la tarde de ayer. Se inauguró con una muestra de danza a cargo de la Escuela de Ballet Keila Ermecheo y un concierto de rock sinfónico del Grupo Aedea. Hoy habrá otras actividades, como la tertulia «Basado en hechos reales. Cualquier parecido con la realidad no es coincidencia», a cargo de Leonardo Padrón, Gisela Kozak y Rodrigo Blanco Calderón.

El evento, que organiza la Dirección de Cultura de ese municipio, resulta ser la antípoda de su homóloga que se realiza al otro extremo de la ciudad. Ahí no hay editoriales del Estado ni cooperativas. Son 40 lugares con empresas privadas y librerías independientes. Ni siquiera está Monte Ávila.

«Las instituciones del Estado nos manifestaron, tras enviarles la convocatoria, que estarían en la de Fundarte. Eso les impidió a ellos que estuvieran aquí», explicó Iván Diéguez, presidente de la Cámara Venezolana del Libro (Cavelibro), coorganizadora del certamen hecho en Sucre. Ante el choque de eventos en el calendario, cada quien eligió su camino.

La división, para Diéguez, no representa un problema. «Hay la libertad de participar. Yo celebro que en Caracas, en conmemoración a sus 444 años, haya dos ferias simultáneas. Eso habla de que hay más lectores y que hay públicos para ambas», concluyó. Como las editoriales, el lector también tendrá que decidir a dónde ir.

dfermin@eluniversal.com

Cortesía de El Universal

Comparte esto:

La Ciudad, poema de Dave Franco

Secretas son tus calles,
Misteriosos tus callejones,
Enigmáticos tus rincones,
Una gran contenedora de vida.

Radiantes tus días, vibrantes tus noches,
Llena de historias ambulantes y tragedias novelescas,
Urbana la memoria pintada en tus paredes,
Respiras historia, evocas nostalgia en las viejas paradas.

Hoy te veo desde mi balcón suspirando tu belleza moderna,
Mientras tu clima fresco y nocturno acaricia mi cara,
Te admiro mientras tú me seduces con las estrellas en tu cielo.

Ciudad de mil encantos…

DAVE J. FRANCO, poeta venezolano

Comparte esto:

Ciudad a sorbos, poemas de Mariela Cordero

Bienvenida Mariela Cordeo al Círculo de Escritores de Venezuela.A continuación, un poema de la atora:

“Una balada tan nostálgica que ya no tiene significado se escucha en la otra orilla” Juan Sánchez Peláez

Convulsa la urbe
henchida de palabras imprecisas
padece de vigila perenne
sólo un hilo

sostiene a los transeúntes.
& & &
Diminutos
llevan máscaras del instante
mientras
se disuelven en avenidas rotas.
& & &
El sopor
florece
en las horas ambulantes
voces y perfiles
fundidos
en un solo cuerpo.
& & &

Colapsan
tras la inercia de las horas,
la melodía irreal
ondula
en el pulso de los pasos.

& & &

Sobre la esquina inequívoca
deambulan
quizás
blancos certeros
entregándose
al disparo.

Mariela Cordero. Selección de poemas de Ciudad a sorbos, poeta venezolana

Comparte esto:

Sangre derramada, poema de Maite Ayala

¿Que será de la sangre derramada?

La misma que enterrada,

injustamente

tragada por la tierra

abrirá surcos como una semilla

en el silencio

en lo velado del mundo

la soledad del hombre

con su angustia

en la geografía del sol

conocedor de agónicas esperas

como heridas de luz

compañero de los abismales

enfrentamientos,

conocedor del mandato de la tiranía

que se hace de crecidas penumbras

sin importarle

el arqueo de las espaldas

el fuego de la bala

los conciliábulos de los poderosos,

_finalmente, después de haber caído

les sacarán para no contaminar más nuestro suelo_

para entonces de la semilla buena

habrá madurado

un germen inquebrantable

nada ni nadie se le impondrá

porque su boca hablará

con la verdad

sus ojos habrán visto

todas las almas

todas las miserias

así, superadas

entrará al fuego sagrado

de los que conocen

el ardor del quebrantamiento

el devoramiento de madrugadas

el yugo de las condenas

su voz habrá adquirido un nuevo tono

para hablarle al mundo

sin distracciones

sostenido en sí

como un poderoso árbol

y con ojos fijos de noche

pasará a lo nuevo

revestido de justicia

Ay! de los que tienen las manos

ensangrentadas

que cada uno se pregunte a solas

de cuáles víctimas es responsable

pues no sólo se mata a hierro frío

sino de tantas otras formas

_por mi parte, no he matado a nadie_

mi tierra llora la sangre impune

que corre por las calzadas

los que tienen ojos que vean

mi ciudad doliente

de tráfico y de sombra

mi ciudad crepuscular y ardida…

ay! de los que anduvieron concitando

con la canalla, los inmisericordes

porque no habrá lugar dónde ocultarse

todos saben quiénes son

los que nos entregaron al hambre

y al miedo feroz en estos años

(como serpiente se enroscaba

a nuestros cuellos día a día)

ya el eje de la tierra ha cambiado

aquéllos que se mantuvieron fuera de la infamia

esos que tienen corazón de pájaro

habrán de volar…

maite ayala

julio 2011

*Maite Ayala, poeta venezolana, Miembro del Círculo de Escritores de Venezuela

Comparte esto:

ESTA CIUDAD ESPLÉNDIDA

Por Carmen Cristina Wolf

He construido ciudades de palabras. Es por esa afición a tomarle el pulso a la casa grande.

Amo esta ciudad en desorden, maltratada, con sus inmensas arboledas y sus viejos edificios.
En ella, se palpa desde el más entrañable valor estético hasta las formas más chocantes. En Caracas, el más pequeño detalle marca un destino. Saborear la ciudad se me hace como leer una novela interminable, donde no hay nada que no esté narrado, todo es posible en ella, y se encuentran desde los viejos arquetipos griegos hasta los que ha inventado el tecleo del ipod y de los celulares de última generación. Creencias, mitos, mentiras, medias verdades, esperanzas y desolación, pasando por la depresión, la alegría, el miedo o la indiferencia, todo cabe en este laberinto de calles mal trazadas. Paseo a menudo por el boulevard de La Carlota, una especie de bosque de edificios construidos en los 50, custodiados por matas de mango, cedros y variedad de arbustos, crotos, lirios y plantas cuidadas en la plaza, como si fuese una ciudad europea. Esta avenida hermosa es como la ciudad en pequeño. Los mendigos habituales, los muchachos que hacen malabarismos en el semáforo, los borrachines, mamás con sus coches, papás con su bolsa de pan, enamorados y gente que hace las compras. Ayer me senté en la cafetería donde acostumbro leer y escuchar un radio mínimo, que me parece más divertido que el ipod. Un joven asiduo bebe su café. Estudia filosofía en la Central. Me invita a sentarme y sin más, dice haberse dado cuenta de que su actitud ante las circunstancias es pasiva. Tengo problemas con la novia y con el apartamento, dice. Y me limito a pensar, a darle vueltas, pero no hago nada, añade. Mientras escucho, observo el tejido que forman las ramas con la silueta del Ávila y las guacamayas amarillas y azules que juegan en la palmera de la redoma. La Carlota luce atavíos femeninos y ropajes masculinos muy marcados. Jovencitas nerviosas miran a los muchachos que se ejercitan en las barras de la plaza. Hombres de cualquier edad se encuentran con sus amigos para hablar de política, de negocios, de mujeres… Madres vuelven a casa con sus niños, ancianos recuerdan su juventud y critican la indumentaria de las chicas.
Regreso a mi obsesión de escribir la ciudad, mientras distraida oigo las conversaciones, y el joven a mi lado, me mira con ojos límpidos, esperando una respuesta. Toma el timón de tu vida, no dejes que sean los demás los que la guíen. Si no deseas los mismos resultados, cambia de ruta. Le digo esto, a sabiendas de que, a su edad, fui muchas veces conducida por los demás. Al fin y al cabo era más fácil, no es así? Hoy en día, quisiera que a veces fuese otro el piloto.
En fin, afirmo que amo esta ciudad, en desorden, maltratada, escalofriante, espléndida, con sus arboles y sus calles mal trazadas. Insoportable, pero deliciosamente viva. Y, de vez en cuando, suelto el timón.

TEXTO LEÍDO EN HOMENAJE A CARACAS, EL 19 DE JULIO DE 2011, EN EL AUDITORIO DE CORPBANCA – BOD LA CASTELLANA, EN EL MARCO DEL ENCUENTRO DE ESCRITORES PALABRA DE LEÓN, ORGANIZADO POR PUBLICARTE, EL PERIÓDICO DE LA CULTURA. http://publicartecaracas.blogspot.com

Comparte esto:

DOS POEMAS INÉDITOS DE ALADAR TEMESHY

EL VIERNES 29 DE JULIO A LAS 6PM, EN LA LIBRERÍA ALEJANDRÍA UNO, se presentará el nuevo poemario de
ALADAR TEMESHY, AL MARGEN DE LA TARDE. Están cordialmente invitados.

Con este motivo, publicamos hoy dos poemas del autor:

LEON

Me mandaste postales de mil colores

de León, de tu tierra querida

de flores y catedrales, montaña nevada

y un escrito con piedra amarilla: GRACIA PLENA

en el bendito portal de tres escudos

donde pasaba la Virgen llevada por feligreses

con capucha negra, que pena.

Me dejaste con las ganas de tomarme

el caliente café del mesón de la cocina

o entrar en la Casa Maravilla en la esquina

para tener valor de cruzar la empedrada

plaza y llegar al señorial Ayuntamiento.

Me dejaste en mi gótica querida

que transformó la madera en piedra

donde vivimos nuestra corta vida

con la fe en Dios, bien arropada

por la indulgencia vendida.

Tus estrechas calles en balconadas

llevan a las altas catedrales

para vivir el silencio del hombre

bajo el tejido gótico de piedras

IN EXCELSIOR GLORIAM DEI.

(AL MARGEN DE LA TARDE, 2011)

VIVENCIA URBANA

Recuerdos de Calle Szinnyey Merse, Budapest.

Las calles

viven intensamente,

sus sombras frescas

y árboles urbanos

con impertinentes gorriones,

las casas, los pisos

de caprichosa gracia

del canto barroco,

un abasto discreto

con manzanas y peras,

el reflejo fino

del verde verano

en las ventanas abiertas

sin cortinas,

el silente andar del tiempo

sin huella sobre el gris

del cuadrado empedrado,

un perro soñoliento

en una profunda puerta,

no hay a quien morder

en el encanto lento,

las esquinas desnudas

se abrazan en le brisa,

silente sosiego de apertura

eterna del momento.

(PROBANDO EL TIEMPO,2001)

Comparte esto:

EL QUIJOTE CUERDO, FORMIDABLE!

Por Eduardo Casanova

¡Qué grato, qué agradable es ver que un esfuerzo colectivo en el que uno ha participado sea un éxito notable! Porque eso fue lo que pasó con “El Quijote cuerdo”. El esfuerzo de los jóvenes de la orquesta, el de los integrantes del coro de pálidos rostros y manos de estudiantes rebeldes, y el esfuerzo (más la profesionalidad) de Gaspar Colón y Cayito Aponte, dirigidos en lo musical por Víctor Mata y en lo escénico por José Tomás Angola, convirtió en realidad, en bella realidad, todo lo que yo soñé cuando escribí la obra que se convirtió en libreto, al que le puso la música el joven y talentoso compositor César Augusto Guillén, que también pudo tocar con las manos todo lo que soñó. Todo. La escenografía de Javier Enríquez, la producción artística de Miguel Bandres y el trabajo intenso de Blanca Verde de Briceño y Mariflor Cruz de Blaser, todo se conjugó en el tiempo de magia que anoche, 15 de julio de 2011, disfrutaron los que al final aplaudieron a rabiar. Y, sin duda, mucho del éxito se debió a los esfuerzos de varias personas que no estuvieron a la vista de los que aplaudieron, como Luis Patricio Almoto, Gennitte Peña, María Fernanda Pereda, Kodiak Agüero, Claudia Mijares de Mata, Fabiola Neri, Luis Sissino, Marta Torrado, José Enrique Burgo, José Ramón Angola, Aurora Blyde, Gerardo Blyde, Hernán Colmenares, Leonardo Lossada y muchos otros, entre quienes, por cierto, debe haber alguien muy por encima de lo natural.
La profesionalidad de Gaspar Colón y de Cayito Aponte, cuya veteranía agregó un mundo de calidad al mundo de calidad que ya estaba allí, significaron para el público un formidable regalo que yo, que tuve el honor de poner la primera piedra del edificio, nunca podré agradecer lo suficiente. Como tampoco podré agradecerle a César Augusto Guillén su música, música hermosa y perfectamente adaptada al texto, que creó para darle color al edificio. Ni al maestro Víctor Mata, cuya batuta fue una guía celestial para todos. Y, por supuesto, hay que destacar el esfuerzo inmenso de José Tomás Angola, no sólo en lo artístico (su puesta en escena es de las más bellas que he visto en mi vida, a fuer de sencilla y sugerente), sino en todo lo que significó la construcción de ese edificio de belleza y armonía que resultó ser “El Quijote cuerdo”.
El final de la velada, la larga ovación del público, no fue otra cosa que algo que en nuestro país hace mucha falta: un premio al trabajo, un premio al esfuerzo, un premio a la responsabilidad bien asumida. Si ese trabajo, ese esfuerzo y ese sentido de la responsabilidad se llega a hacer mayoritario, podemos llegar a tener un gran país, como Francisco de Miranda, el Quijote cuerdo, se atrevió a soñar. Sólo entonces, cuando ya no impere el bochinche, Venezuela llegará a ser un país en el que valga la pena nacer. Y vivir.

*La Ópera El Quijote cuerdo fue presentada en el Teatro del Colegio Emil Friedman, los días 15 al 17 de julio de 2011, escrita por Eduardo Casanova, con música de César Augusto Guillén, bajo la dirección de José Tomás Angola. Eduardo Casanova y José Tomás Angola son Miembros del Consejo Consultivo del Círculo de Escritores de Venezuela.

Comparte esto:

BIENVENIDO EL POETA MEXICANO ROBERTO RESÉNDIZ

Se encuentra en Caracas el poeta mexicano Roberto Reséndiz. Le damos la más calurosa bienvenida. Se va a presentar en la Librería Alejandría Uno, este viernes a las 6 de tarde, invitado por la poeta Astrid Lander.

Roberto Reséndiz nació en Zitácuaro, Michoacán, México, em 1954. Es director del Encuentro Internacional de poetas y escritores que se organiza en Zamora, Michoacán, desde 1997. Promotor cultural independiente y creador del Festival del Chongo Zamorano.
 
Ha participado en diversos Festivales y Encuentro de Poetas en Michoacán, Guanajuato, Veracruz, Estado de México, Quintana Roo, Jalisco, San Luis Potosí, Querétaro y Monterrey. Ha dado lecturas en Queens, Nueva York (USA),  en Buenos Aires, La Plata y Adrogué (Argentina), en La Habana, en la Universidad de Cienfuegos y en la Casa de la Cultura de Cumanayagua, (Cuba) en la ciudad de Bento Gonçalves, de Río Grande do Sul (Brasil), en Pontevedra, Santiago de Compostela y La Coruña (España), en Venecia, Italia, en el VI Festival internacional de poetas de Chimbote, Perú y en la ciudad de Lima.
 
Participó en 2007 en la Feria Mundial del Libro en Bogotá, Colombia. También dio lecturas en la Universidad del Meta en Villavicencio, en el Instituto Municipal de Cultura de Bucaramanga, en la Casa de la Cultura de Floridablanca y en la Sociedad de Escritores Chilenos, en Santiago de Chile. Participó en el VI Encuentro Internacional de Poetas, en Manabí, Ecuador, invitado por la Universidad Laica Eloy Alfaro y en el XII Encuentro Internacional de Poetas en Chañaral, Chile.
 
Ha sido publicado en diversas partes del mundo y algunos de sus textos han sido traducidos al italiano, al francés y al sueco.
 
Obra poética: Poemas de Espejo (1982), La Noche Rueda del Tintero (1985), Diez Años Después  (1994), Recuerdos de Pasión  (1996), De Peces y de Colores (1999), Vino Blanco Para Dos  (2002), De Amargo Color Salado, (2003), Agua de Mar  (2005), Elegías a la Muerte de mi Padre (2005), Desnudo en el Espejo (2006), Mujeres de Luz… (2007), Tal vez seremos inmortales (2008)
 
Elegimos un poema a la Ciudad, por la celebración de PALABRA DE LEÓN, en homenaje a los 444 años de la fundación de la ciudad de Caracas
 
 
AHORA LA CIUDAD

Por Robero Reséndiz
 
Ahora la ciudad puede paladear su nombre
libar la sangre
convertir la carne en ceniza
hablar del pubis
de la voz de los azulejos.
 
Ahora la ciudad
puede gritar el sabor de los costados
suspirar abiertamente
por el olor de la entrepierna.
 
Ahora la ciudad puede hablar de sus ojos y pestañas
deletrear los labios
abrir con la lengua las comisuras de la boca
reconciliar el sueño
el invierno insignificante de la almohada.
 
Ahora la ciudad
puede cantar sonetos
escritos en la soledad de un cuarto
repetir su nombre
hasta que quede ronca
burilar las letras en las paredes
chasquear un látigo
repicar los campanarios
un verso amargo
que carcoma la ventana de los huesos.
 
Ahora la ciudad puede romper las lanzas de madera
desenterrar el hacha de los guerreros
declarar su enojo
pintar el rostro para la última batalla
secar al sol la furia acumulada
tasajear la piel y las palabras.
 
Ahora la ciudad
puede violentar el silencio que le impusieron las prisiones
teñir con óleo la espalda seductora
los refugios intensos de su cuerpo
el latido
el convulso vientre.
 
Ahora la ciudad
puede gritar
a los cuatro vientos
los besos de las tres de la mañana
exhibir los secretos
el naufragio
el sinuoso camino al cementerio.
 
Ahora la ciudad
puede humedecer la piel y los instintos
recordar la lluvia de palabras
la habitación azul
el perfume de las rosas
la fragancia de los alcatraces
el amor que el mar les trajo entre las olas.
 
Ahora la ciudad puede gritar su nombre
mordisquear el secreto
la piel
                      entumecida…

Carmen Cristina Wolf

Comparte esto:

EN TORNO A «CELAJES», DE NADA SALAS

Por HELENA SASSONE
 
El título de una obra funciona a modo de clave enunciativa, de guía del sentido que debemos seguir para una  mutua posesión.
 
«Celajes» de Nada Salas, el libro de poemas que hoy presentamos, responde a una organización espejeante de los fenómenos naturales frente al caos.  Su estructura poética está engarzada en la palabra culta en tanto que sea vocablo vivo aunque escondido, pues a su lectura llega antes la musicalidad que el significado, tal como si una corriente  tonal nos atravesara como rama de oro.  Y ahí está la raíz del escalofrio poético, en el tono, como dijeron Antonio Machado, Hierro y Eliot, este último al expresarse acerca del verso libre.
 
Creadora de un estilo único y personal que llenó de asombro a la aparición de su primer libro de poemas «Lapislázuli», pleno de luces que no agotan su esplendor, en «Celajes» el poema avanza por ilación de sensaciones: los celajes son dioramas paisajísticos, por ello, lo mejor de esta obra es el goce de la comunicación de lo mirado, el canto en expresiones centelleantes sumerge en la poesía verdadera, sin olvidar la hondura del sentir, derivado de un  nombrar antinómico que enfoca la existencia en  su límite temporal.
 
En Nada Salas, poeta en español, tres mundos culturales: Croacia (por sus ancestros), América del Norte (nace en Chicago) y Venezuela (por matrimonio) evocan instintivamente otras tantas esencias culturales, no obstante, instrumentalmente predomina en ella el castellano en sus hasta ahora felices obras de poesía lírica descriptiva en lengua española.  La búsqueda de un determinado léxico encauza su fervor verbal.  Los temas recreados a lo largo de 108 poemas integrantes de «Celajes» tipifican una personalidad poética excepcional que  leemos con especial optimismo: no es desconocido el deterioro de la poesía como género literario en el mundo, espejo de la faz deforme de nuestra civilización impaciente.
 
De los 108 poemas que integran «Celajes» 19 corresponden a «Rescoldos», parte final y de temas diferentes.  Ratificación de una conciencia activa
  que la lleva a avanzar, aclarando los propios códigos o valoraciones temáticas entre el resplandor de la belleza y la Brusa** menuda resguardada por la emotividad en «Rescoldos»..
 
**Antigua ciudad turca del Imperio Otomano.
 
Helena Sassone: Poeta, crítico literario, semióloga. Miembro del Consejo Consultivo del Círculo de Escritores de Venezuela                                                             
 
 

Comparte esto:

Facundo Cabral no es cantautor, es un profeta

El Universal, 21 de junio de 2007 12:00 AM
Por Ángel Ricardo Gómez
Facundo Cabral no es cantautor, es un profeta. Lo de Facundo Cabral no es un concierto, es comunión. Facundo Cabral practica su propia religión y los feligreses lo siguen.

Conversando una vez con un hombre que vivía feliz en un basurero, Cabral comprendió que era un príncipe, que todos los hombres son príncipes, porque son hijos del rey, de Dios.

Pero el Dios del argentino no está en las iglesias, en figuras de barro con rostros cándidos y miradas perdidas, sino dentro de él y de cada individuo. «El paraíso está en todas partes», dice, por lo cual la única misión del hombre es amar y ser feliz, el resto, no importa.

El argentino habla desde el comienzo hasta el final del encuentro. Recuerda cuando vino a Venezuela en los años 70 y fue invitado al programa de Renny Ottolina. «Gracias». Cuánto significan estas dos sílabas para el artista.

Se pasea por sus orígenes. No puede esconder su pasado pueblerino, de mucha hambre y pobreza, y cómo se ha convertido en un hombre cosmopolita.

En el escenario de la sala Ríos Reyna se ve pequeñito, pero su aura es gigante. Apenas un par de micrófonos, dos retornos, su silla y una pequeña mesa donde reposa una copa de vino tinto, conforman la escenografía. Cabral luce como siempre unos lentes oscuros y viste ropa casual; a diferencia de los 70, unas canas destacan en su cabello y barba, y un bastón apoya su andar acompasado.

Facundo Cabral reflexiona, es libre. Cuenta que conoció a una mujer que iba a todos sus shows y una vez ésta le confesó que no entendía nada de lo que él decía, entonces le preguntó por qué iba siempre a escuchar a un hombre a quien no entendía, y la mujer le respondió: «De vez en cuando me gusta ver a un hombre libre y feliz». Parece que muchos en la sala buscaban lo mismo.

Finalmente toma la guitarra. Cabral canta la primera canción que escuchó cantar a su madre, para luego proclamar con música: «Yo soy hijo del tiempo, no del espacio». Un par de canciones más y retoma el monólogo.

El humor es muy importante en la religión del argentino, y en la del venezolano también. Más reflexiones y pensamientos inundan la escena. La palabra tiene un gran valor para Cabral.

Para terminar toma la guitarra de nuevo. Una canción por aquí, un verso por allá y para finalizar la que se ha convertido en un himno: No soy de aquí.

Comparte esto:

CARACAS DE MIS AMORES, por Lidia Salas

Llegué a esta ciudad en Agosto de 1973. Era una mañana soleada, el cielo era de un azul irremediable. Fue amor a primera vista. En uno de los días más hermosos de mi vida, subí al Ávila. Desde uno de sus miradores contemplé a Caracas, por el espacio luminoso que el sol había abierto entre la niebla. En ese momento me dije que quería amar y vivir por siempre en sus lares. He guardado fidelidad a este propósito, y jamás me he arrepentido de haberlo hecho.

Amo la manera de intercalarse en una misma época, los chubascos de invierno y el aire dorado y cálido del verano. Esto sucede a veces en un mismo día. Disfruto de sus árboles confundidos, que transforman los matices del verde en amarillo o en dorado coincidiendo con el otoño del Sur o del Norte del Ecuador. Adoro las tonalidades amarillas, rosadas o rojas de las flores, que se aprietan en gajos en las altas ramas. Me gusta contrastar, en una misma calle, la elegancia de las palmeras con la frondosidad de las ceibas. No pierdo la costumbre de atisbar cómo el atardecer tiñe de sepia los muros y paredes de las casas, que puedo divisar desde mi ventana. Adoro cómo la calle donde vivo sube retorciéndose por la colina, lo cual me permite despertar con la serenata de los pájaros y dormir con el susurro de las cigarras y el croar de las ranitas que habitan pozos secretos.

Conozco todos los atajos en el Noreste y en el Sureste de la ciudad. Me fascina burlarme del caos del tránsito en las autopistas y avenidas, manejando mi carro a través de intrincadas conexiones. Ellas me conducen a los túneles de bambúes del Country para llegar Al Bosque o por los declives de Las Mercedes, El Cafetal o Bello Monte hasta los Chaguaramos. Cuando conduzco por esos senderos estrechos, tengo siempre la sensación de que las tapias, las flores, el verde de la vegetación, no pertenecen a Caracas, sino a alguna ciudad imaginariamente bella en la que me he extraviado.

Todavía, puedo leer El Nacional, saboreando un buen café, en la panadería de la esquina de mi casa. He descubierto en Los Galpones, un espacio dentro de la ciudad para aislarme, admirando una pintura o escuchando un buen conversatorio.
Llegar los sábados por la tarde a la zona de los Palos Grandes, para ir a sus Cafés, caminar por la Plaza Eugenio Montejo, o mirar la montaña, desde la Terraza de El restaurante, El Rey David es todavía uno de mis placeres exquisitos.

Me gusta admirar la arquitectura de los edificios de la Avenida Victoria, de Altamira, de San Bernardino o de La Carlota. Siempre encuentro líneas, tonalidades u ornatos que no había descubierto antes. Creo que esta ciudad tiene un espacio privilegiado en el mundo a los pies de esa gran montaña, que ofrece refugio a una fauna de especial belleza y relax a quienes día a día transitan por sus senderos.

A finales de los setenta disfruté la época dorada de Sabanagrande con su callejón de la puñalada y su triángulo de las Bermudas. Escritores, pintores y bohemios compartimos momentos inolvidables. Hoy desde la mirada del recuerdo se puede decir, que la vida era bella.
Mientras casi todas las capitales de los países Suramericanos, progresaban por los proyectos de embellecimiento para ofrecer a sus habitantes una mejor calidad de vida. Caracas ha sido víctima, de una maléfica conspiración para su destrucción.
La administración del Distrito Federal y de la Gran Caracas fue entregada a la incompetencia de una corrupción vil y marginal que de manera consistente ignoró los proyectos de extender los servicios de la ciudad a los cerros donde se apiñaban las viviendas de los más pobres. Estos proyectos han dado buenos resultados en las comunas de Medellín y en Guayaquil, Ecuador. Por el contrario, se permitió la marginalización de la ciudad a través de los buhoneros, quienes se apoderaron por años de todos los espacios de la ciudad y se permitió la toma ilegal o invasiones de edificios y galpones.
Después de largos años, cuando recuperaron el bulevar de Sabanagrande, arrasaron con los nombres, ornatos Decó de los años cuarenta y cincuenta. Nos devuelven calles sin personalidad, pintadas del rojo sangre hasta el abuso, sin seña alguna del pasado que embellece con su pátina de hermosura.

Lo más vil, lo imperdonable, es haber instaurado el reino de la violencia y de la inseguridad en los barrios y avenidas de esta Caracas de mis amores. Sin embargo, cuando junio llega, ese azul cristalino del verano vuelve a teñir sus cielos y las ceibas perfuman el espacio con sus brotes nuevos. En el Ávila se reclinan las nubes más blancas que la nieve. Entonces, me vuelvo a enamorar de esta ciudad sufrida y arrasada, pero persistentes en su elegancia, en su belleza natural y en la agradable cordialidad de la gran mayoría de sus habitantes. .

l

*Lidia Salas, poeta, crítico literario, Miembro de la Junta Directiva del Círculo de Venezuela

Comparte esto: