CNE: CONSEJO NEGADOR DE LAS EVIDENCIAS

Enrique Viloria Vera

Creo que no nos quedamos ciegos, creo que estamos ciegos,
ciegos que ven, ciegos que, viendo, no ven.
José Saramago

Hay algunos – en nuestro caso algunas – que creen que lo mejor es no ver lo que la realidad electoral demuestra de manera clara y evidente; aducen pues una ceguera ideológica, oficiosa y complaciente con el LÍDER que las impuso para salvaguardar sus pretensiones para mantenerse a troche y moche en el poder. El electorado no cuenta, la oposición democrática mucho menos.

Lo que está a la vista no necesita lentes, arguyen aquellos que constatan la evidencia notoria y concluyente que presentan a la consideración de un amañado CNE, sin embargo para este supuesto árbitro – interesado y torcido – no hay prueba indiscutible que valga a la hora de defender los intereses de un gobierno que predica y practica la concentración del poder en manos del LÍDER y que se burla de la constitucional separación de los poderes.

Desde su posición parcializada es absolutamente lógico que las mujeres venezolanas hayan parido trillizos y cuatrillizos que alteran sustancialmente la composición etaria de la población para hacer de Venezuela el país de mayor concentración de jóvenes en edad de votar… por el Comandante por supuesto.

Para las rectoras, militantes solidarias del proceso revolucionario, es absolutamente comprensible la cedulación masiva de los inmigrantes ilegales provenientes de las hermanas repúblicas andinas siempre y cuando voten rojo – rojito. Es lógico también que los empleados públicos sean intimidados y obligados a asistir a marchas y urnas a riesgo de perder su empleo. Los misioneros del Estado son verdaderamente del Señor Presidente a quien le deben devoción, voto y obediencia. El ventajismo electoral no existe, la migración electoral es consustancial para aquellos que no tienen domicilio fijo por esta siempre a las órdenes del Proceso, la malversación de fondos públicos es asunto de la IV República: todos los recursos del Estado deben estar al servicio no de los ciudadanos, sino del gobierno y de quien lo preside.

Nuestras obedientes árbitras del Consejo Negador de las Evidencias saben – en nómina propia y en chequera buchona – que cualquier desacuerdo, hostilidad, discrepancia, desavenencia, divergencia, disconformidad, con los designios electorales del Líder servirá para que sean expulsadas de inmediato del inclemente y despiadado Corazón de la Patria.

¡Es mejor ser ciega que indigente! proclaman todas a coro.

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Homenaje a la escritora Magaly Salazar Sanabria

Magaly Salazar Sanabria, Directora de Relaciones Institucionales del Círculo de Escritores de Venezuela, fue homenajeada en el Encuentro Internacional de Poetisas celebrado del 20 al 23 de septiembre de 2012 en el Centro de Artes «Omar Carreño» de la ciudad de La Asunción, Estado Nueva Esparta.

El día 21 de septiembre, en el acto de homenaje, también fue condecorada por el Consejo Legislativo del Estado Nueva Esparta con la Orden Rafael «Fucho» Suárez, nombre del prestigioso músico margariteño fundador y Director del famoso «Quinteto Contrapunto».

Magaly Salazar Sanabria acaba de culminar un Doctorado en Cultura Latinoamericana y Caribeña en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador. El acto de grado será el 12 de diciembre próximo.

*Carmen América Oropeza
Periodista

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Melissa Wolf de nuevo en el escenario

La familia, la vida en pareja y la Iglesia Católica
quedarán en evidencia en El matrimonio de Bette y Boo

La comedia del dramaturgo estadounidense Christopher Durang de estrenará el 9 de noviembre en el Teatro Trasnocho de Paseo Las Mercedes, en un montaje del Grupo Actoral 80, bajo la dirección de Héctor Manrique

El próximo 9 de noviembre, el Teatro Trasnocho de Paseo Las Mercedes subirá el telón para presentar la pieza teatral El matrimonio de Bette y Boo, del dramaturgo estadounidense Christopher Durang, en un montaje del Grupo Actoral 80, que estrenó esta comedia en marzo de 1995.

El elenco, integrado por una buena parte de los actores que lo formaron en su estreno, lo conforman: Melissa Wolf, Martha Estrada, Iris Dubs, Omaira Abinadé, Samantha Castillo, Jorge Canelón, Juan Vicente Pérez, Jesús Cova, Wadih Hadaya y Héctor Manrique, quien también dirige la obra.

Esta pieza, que se estrenó el 16 de mayo de 1985, en el New York Shakespeare Festival, en Estados Unidos, es una comedia inteligente que, entre risas y sorpresas, llevará al espectador por una retrospectiva de lo que puede ser la vida familiar en un entorno disfuncional, pero que permanece unida pese a todo. El humor negro y la ironía con las que son tratadas las situaciones planteadas permiten digerir más livianamente lo profundos y desgarradores que pueden ser los errores cometidos en el transcurso de la vida matrimonial y familiar.

“Durang difícilmente ha escrito algo más gracioso o más serio… Ha perfeccionado el arte de convertir la amargura en comedia sin perder su margen”, escribió luego de su estreno en Estados Unidos Edith Oliver, del diario The New Yorker. “Uno de los más divertidos y uno de los más malévolos escritores del teatro americano”, aseguró por su parte Mel Gussow, del periódico New York Times.

Frustración, alcoholismo y divorcio
El matrimonio de Bette y Boo cuenta la historia del proceso de deterioro progresivo de un matrimonio católico que logra tener sólo un bebé, pues todos los demás nacen muertos. Ante esta experiencia, ella (Bette Brennan) se vuelve cada vez más obsesiva por ser madre, y él (Boo Hudlocke) cae en el alcoholismo. Llega el inevitable divorcio; al final, se produce un acercamiento, antes de la muerte, para hacer un recuento de lo bueno y lo malo vivido, para reconocer errores.

Bette y Boo están rodeados por sus respectivas familias, lo que da a conocer al público los antecedentes de cada uno, y de alguna manera por qué cada uno de ellos es como es.

Despojados por el fracaso, minados por sus familias, separados por el alcoholismo, atacados por la enfermedad y desconcertados por su clérigo, Bette y Boo, en sus desorientados intentos por proporcionar una semblanza de amor y hogar, son vistos con una compasión patética, mordaz, conmovedora, que enriquece y amplía la obra y coloca a Christopher Durang íntegramente a la vanguardia de los dramaturgos americanos.
El matrimonio de Bette y Boo recibió en Venezuela el Premio Municipal a la mejor producción 1995-1996 y el Premio Municipal a mejor actor de reparto 1995-1996 a Alejo Felipe, por el personaje de Karl Hudlocke (padre de Boo).

La obra se presentará hasta el 9 de diciembre, viernes y sábados a las 10:00 pm y domingos a las 8:00 pm. Las entradas tienen un precio único de 140 bolívares y están a la venta en las taquillas del Teatro Trasnocho.

Ficha técnica
En este nuevo montaje del Grupo Actoral 80, Bette Brennan es interpretada por Melissa Wolf, Margaret Brennan por Samantha Castillo, Paul Brennan por Juan Vicente Pérez, Emily Brennan por Martha Estrada (al igual que en el primer montaje), Joan Brennan por Iris Dubs (también del montaje original), Boo Hudlocke por Jesús Cova, Karl Hudlocke por Héctor Manrique, Switche Hudlocke por Omaira Abinadé (del montaje de 1995), el padre Donnally y el doctor por Jorge Canelón (también del primer elenco) y Matt por Wadih Hadaya.
La música original es de Jackie Screiberg y el solo de cello de William Molina. La asistencia de dirección es de Ana Alicia Pérez, la escenografía y el vestuario de Marcelo Pont-Vegés, la iluminación de José Jiménez y la producción de Carolina Rincón.

Sobre al autor
Christopher Durang nació el 2 de enero de 1949 en Montclair, Nueva Jersey. Cursó estudios en la Universidad de Harvard y la Escuela de Teatro de Yale.
Ganó los premios Obie por las piezas Sor María Ignacio lo explica todo para usted y El matrimonio de Bette y Boo. Recibió una nominación al Tony por Mejor Libro de un Musical para Una historia del cine estadounidense. También ha escrito varios guiones, incluyendo Beyond Therapy, Una monja que mató a Liberty Valence, La casa de los esposos (que coescribió con Wendy Wasserstein) y Las aventuras de Lola.
Como actor, Durang apareció también en El matrimonio de Bette y Boo en Nueva York. También actuó junto a Julie Andrews en Sondheim Putting it Together y con Sigourney Weaver en la parodia Das Lusitania, que coescribió. Ha interpretado papeles secundarios en varias películas, tales como Heaven help us (en el rol de un sacerdote) y La mujer del carnicero, entre otras. Además, ha realizado apariciones como invitado en varias comedias de situación, de la talla de Frasier.


Nota de Prensa de la Periodista Betty Vázquez
Periodista de espectáculos
Tlfs: (0414) 135-6660 / (0412) 552-2751

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Helena Sassone y la Extraña Sonoridad

‘Extraña Sonoridad’ es un título que pre-dispone (en un sentido positivo, opuesto al que se asocia al pre-juuzgar) a la reflexión. En parte, claro está , por el significado de las dos palabras, pero también porque no nos habla de un motivo o de una circunstancia, de un tema al que el poeta dedica su atención, sino de un modo , de una calidad, de una condición del poema mismo, del instrumento mismo con el que el poeta nos invita a ver, a entender o a sentir.
A reflexionar.
 
Y a escuchar. Se trata de ‘sonoridad’ – para entrar ya en el significado- y se trata de una sonoridad peculiar, una sonoridad extraña.
No sabremos, hasta que recorramos las páginas, si la extrañeza a que se refiere la poeta proviene del asombro o de un carácter no reconocido, no familiar. Podría que fuera de las dos cosas.

¿Y de qué sonoridad nos habla? La sonoridad del poema es una sonoridad interior, diferente a la de la música, que se expresa des-bordando el instrumento que la produce. No importa todavía cómo queramos responder, pero sí importa que el poeta haya colocado esa palabra, ese concepto de lo sonoro en el propio título del libro. Nos da a entender, antes de abrirlo, que podemos esperar que allí haya poesía ‘sonora’ , es decir perceptible y sensible, corpórea, material, y no solo intelectual.

Me he conducido pasando de uno a otro poema y deteniéndome en algún título o algún verso.

“Los signos del narrador se esfuman.”

Aquí he sentido confirmarse la presunción inicial de que la extrañeza de la poeta proviene de que la voz que deja oír  no es la voz habitual. Ya se refería ella antes a un «lenguaje desyoizado»  y podríamos pensar que nos hablaba de una idea cercana a la del  » yo es otro» de Rimbaud, central en la reflexión poética moderna, pero pienso que aquí el asunto poético es diferente, porque

“acuden raros presagios con su brillo
a perturbar los sueños
presiente que se equivocó de libro”

…Y nos deja allí, con el interrogante flotando frente a nosotros, como el rastro de un sueño que se nos escapa, sin darnos pista alguna de esos raros presagios que – justamente- perturban los sueños.

Luego nos dirá

“desde la cúspide del sueño os vi
llevar en vuestros picos temerarias
versos sublimes de rebeldes poetas”

y así seguirá , poema tras poema, como quien nos conduce de la mano paso a paso por una escalera que no sabemos si asciende o desciende, pero que – no hay duda- conduce a algún lugar que está más allá del libro y , también, más allá de lo conocido. Allí se descifrará tal vez- o se hará más misteriosa aún- la advertencia inicial sobre esa «extrañeza» que no sabemos si es la de lo insólito o la de lo ajeno.

Hay rellanos en la escalera, hay descansos en el sendero, lugares en que se mira hacia atrás, o hacia adentro.

“Más allá del palpitar de las iras
busco en la fuga incierta de la noche
un rostro de infante”

No puedo sino ver en el poemario entero, más que una colección de poemas de un período, un gran canto articulado, una suite orquestal compuesta por eslabones autónomos pero interdependientes, que recorren un teclado propio de la autora, un naipe de figuras que son las suyas, con las que se lee y nos lee
“oráculos de la mañana

traídos en los picos por esas

aves migratorias del amanecer”

que se decían “flechas/ aves”en un poema/ escalón previo, y que siguen volando página tras página a medida que la poeta nos hace volar con ella, en pos de un poema remoto que

“Se escribe a si mismo”

Éste podría ser el leimotiv general de la composición:

“poeta obsesionado con el signo
creaba con estilo intransferible
Un día escribió un verso sonoro
el mundo lo repitió conmovido”

Y sigue barajando la poeta, y surgen imágenes terribles

“Mi cabeza he visto recién cortada
adornando el centro de la mesa”

Hay que hacer aquí un respiro.
Hay que encontrar aliento, hay que entender que no se puede digerir todo de una vez.

Creo que es un libro de libros.

Más adelante aparecen – como arcanos mayores-  las figuras claves de los ‘antepasados’: Jorge Manrique, Lewis Carroll, Petrarca, Juana la Loca, Van Gogh , Gauguin…

Veo que el tapiz se teje con hilos continuos, que aparecen y desaparecen en el dibujo porque se introducen en el tejido para volver a salir pero que están allí todo el tiempo. La ira,el amor, los sueños, la esperanza recorrida, desmentida, retomada como un astro que cae

 “fruto gigante del árbol de los sueños
multiplicado en luces
se incendió a sus pies”

Seguiré leyendo ‘Extraña Sonoridad’ y no perderé ese placer, pre-sentido desde el título, de la reflexión hecha sonido secreto e íntimo que has decidido, afortunadamente para tus lectores, compartir con total intensidad apasionada.

Gracias Helena.

Tu ferviente admirador artístico,

Pablo Brito

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40 AÑOS: EDAD INTERESANTE

Por Lidia Salas

Ha sido publicado en Bogotá, (Colombia) el No 78 de la revista PUESTO DE COMBATE , con la cual llega a 40 años, la edición de estas páginas dirigidas por Milcíades Arévalo. Sin ayuda institucional, este integrante de la Sociedad de la Imaginación, ha llevado su barco de papel hasta los muelles de una edad interesante.
Quienes conocemos al escritor y sabemos de su pasión por las palabras celebramos el trabajo y perseverancia, para mantener un proyecto literario en un país de analfabetos culturales. Reconocemos su talento especial en la criba, para separar el grano de la buena literatura, de la cizaña de frases que nada significan. Gracias a ese talento, textos inéditos de poetas de la talla de Raúl Gómez Jattin, Gonzalo Arango y Héctor Rojas Erazo fueron publicados en Puesto de Combate.

Como integrante de la generación de las mujeres que irrumpimos en el panorama poético de la década de los 80, tales como Orietta Lozano, Nora Carbonell, Mónica Gontovnick y Lía Sierra, agradezco el interés por dar un espacio a nuestros versos. Mi primer poemario, Arañando el silencio, fue publicado bajo ese sello editorial. Milcíades, a diferencia de otros editores, siempre tuvo tiempo para escuchar, incentivar y promover nuestras incipientes voces.

He leído con gran nostalgia el editorial de la revista, “La vida es un carnaval”, en el cual se duele de la desaparición de importantes revistas de la literatura colombiana y del paso del tiempo. Todos recordamos esos hermosos días del ayer, cuando de acuerdo a sus palabras, “… no teníamos nada, solo el alfabeto, pero éramos libres.”

Esta entrega se inicia con una interesante entrevista a Gustavo Cobo Borda y algunos de sus poemas. Entre ellos “Ofrenda en el altar del bolero”, uno de mis favoritos, el cual recuerda su paso por tierras venezolanas.

Aparecen también versos de 19 poetas, 9 hombres y 10 mujeres entre los cuales se recuerda a José Luis Díaz Granados, Pedro Antonio Estrada, Ela Cuavas, Lidia Salas, Mario José Cervantes y Dina Luz Pardo Olaya entre otros.

Los lectores podrán leer cuentos de Roberto Burgos Cantor, Milcíades Arévalo y el ensayo de Jorge Consuegra sobre declaraciones de Luis Álvaro Mejías, quien sostiene la poca importancia que ha dado el gobierno colombiano al papel que juega la cultura en el desarrollo del país.
Uno de los artículos memorables es el homenaje que se rinde al autor norteamericano de ciencia ficción recientemente fallecido, Ray Bradbury.

Hay otras reseñas de libros nacionales.
Deseamos que muchos lectores sigan apoyando el proyecto de este Quijote, que sin otra lanza que su amorosa pluma, sigue combatiendo los molinos de viento de la apatía y de la indiferencia.

. La Sociedad de la imaginación tiene cuarenta años trabajando para servir de puente, entre las palabras de los escritores y los corazones de quienes buscan un significado de la existencia a través de la lectura.
En este puesto de combate se sigue la lucha por un mundo más humano, donde no sea la estupidez del poder económico y político, lo que signifique la diferencia entre la vida y la muerte, sino el deseo de trascendencia de la imaginación, de la vida y de los sueños.

Lidia Salas
Poeta / Ensayista
Caracas, Octubre del 2012.

ociedad de la Imaginación, ha llevado su barco de papel hasta los muelles de una edad interesante.
Quienes conocemos al escritor y sabemos de su pasión por las palabras celebramos el trabajo y perseverancia, para mantener un proyecto literario en un país de analfabetos culturales. Reconocemos su talento especial en la criba, para separar el grano de la buena literatura, de la cizaña de frases que nada significan. Gracias a ese talento, textos inéditos de poetas de la talla de Raúl Gómez Jattin, Gonzalo Arango y Héctor Rojas Erazo fueron publicados en Puesto de Combate.
Como integrante de la generación de las mujeres que irrumpimos en el panorama poético de la década de los 80, tales como Orietta Lozano, Nora Carbonell, Mónica Gontovnick y Lía Sierra, agradezco el interés por dar un espacio a nuestros versos. Mi primer poemario, Arañando el silencio, fue publicado bajo ese sello editorial. Milcíades, a diferencia de otros editores, siempre tuvo tiempo para escuchar, incentivar y promover nuestras incipientes voces.
He leído con gran nostalgia el editorial de la revista, “La vida es un carnaval”, en el cual se duele de la desaparición de importantes revistas de la literatura colombiana y del paso del tiempo. Todos recordamos esos hermosos días del ayer, cuando de acuerdo a sus palabras, “… no teníamos nada, solo el alfabeto, pero éramos libres.”
Esta entrega se inicia con una interesante entrevista a Gustavo Cobo Borda y algunos de sus poemas. Entre ellos “Ofrenda en el altar del bolero”, uno de mis favoritos, el cual recuerda su paso por tierras venezolanas.
Aparecen también versos de 19 poetas, 9 hombres y 10 mujeres entre los cuales se recuerda a José Luis Díaz Granados, Pedro Antonio Estrada, Ela Cuavas, Lidia Salas, Mario José Cervantes y Dina Luz Pardo Olaya entre otros.
Los lectores podrán leer cuentos de Roberto Burgos Cantor, Milcíades Arévalo y el ensayo de Jorge Consuegra sobre declaraciones de Luis Álvaro Mejías, quien sostiene la poca importancia que ha dado el gobierno colombiano al papel que juega la cultura en el desarrollo del país.
Uno de los artículos memorables es el homenaje que se rinde al autor norteamericano de ciencia ficción recientemente fallecido, Ray Bradbury.
Hay otras reseñas de libros nacionales.
Deseamos que muchos lectores sigan apoyando el proyecto de este Quijote, que sin otra lanza que su amorosa pluma, sigue combatiendo los molinos de viento de la apatía y de la indiferencia.
. La Sociedad de la imaginación tiene cuarenta años trabajando para servir de puente, entre las palabras de los escritores y los corazones de quienes buscan un significado de la existencia a través de la lectura.
En este puesto de combate se sigue la lucha por un mundo más humano, donde no sea la estupidez del poder económico y político, lo que signifique la diferencia entre la vida y la muerte, sino el deseo de trascendencia de la imaginación, de la vida y de los sueños.

Lidia Salas
Poeta / Ensayista
Caracas, Octubre del 2012.

EDAD INTERESANTE
Ha sido publicado en Bogotá, (Colombia) el No 78 de la revista Puesto de Combate, con la cual llega a 40 años, la edición de estas páginas dirigidas por Milcíades Arévalo. Sin ayuda institucional, este integrante de la Sociedad de la Imaginación, ha llevado su barco de papel hasta los muelles de una edad interesante.
Quienes conocemos al escritor y sabemos de su pasión por las palabras celebramos el trabajo y perseverancia, para mantener un proyecto literario en un país de analfabetos culturales. Reconocemos su talento especial en la criba, para separar el grano de la buena literatura, de la cizaña de frases que nada significan. Gracias a ese talento, textos inéditos de poetas de la talla de Raúl Gómez Jattin, Gonzalo Arango y Héctor Rojas Erazo fueron publicados en Puesto de Combate.
Como integrante de la generación de las mujeres que irrumpimos en el panorama poético de la década de los 80, tales como Orietta Lozano, Nora Carbonell, Mónica Gontovnick y Lía Sierra, agradezco el interés por dar un espacio a nuestros versos. Mi primer poemario, Arañando el silencio, fue publicado bajo ese sello editorial. Milcíades, a diferencia de otros editores, siempre tuvo tiempo para escuchar, incentivar y promover nuestras incipientes voces.
He leído con gran nostalgia el editorial de la revista, “La vida es un carnaval”, en el cual se duele de la desaparición de importantes revistas de la literatura colombiana y del paso del tiempo. Todos recordamos esos hermosos días del ayer, cuando de acuerdo a sus palabras, “… no teníamos nada, solo el alfabeto, pero éramos libres.”
Esta entrega se inicia con una interesante entrevista a Gustavo Cobo Borda y algunos de sus poemas. Entre ellos “Ofrenda en el altar del bolero”, uno de mis favoritos, el cual recuerda su paso por tierras venezolanas.
Aparecen también versos de 19 poetas, 9 hombres y 10 mujeres entre los cuales se recuerda a José Luis Díaz Granados, Pedro Antonio Estrada, Ela Cuavas, Lidia Salas, Mario José Cervantes y Dina Luz Pardo Olaya entre otros.
Los lectores podrán leer cuentos de Roberto Burgos Cantor, Milcíades Arévalo y el ensayo de Jorge Consuegra sobre declaraciones de Luis Álvaro Mejías, quien sostiene la poca importancia que ha dado el gobierno colombiano al papel que juega la cultura en el desarrollo del país.
Uno de los artículos memorables es el homenaje que se rinde al autor norteamericano de ciencia ficción recientemente fallecido, Ray Bradbury.
Hay otras reseñas de libros nacionales.
Deseamos que muchos lectores sigan apoyando el proyecto de este Quijote, que sin otra lanza que su amorosa pluma, sigue combatiendo los molinos de viento de la apatía y de la indiferencia.
. La Sociedad de la imaginación tiene cuarenta años trabajando para servir de puente, entre las palabras de los escritores y los corazones de quienes buscan un significado de la existencia a través de la lectura.
En este puesto de combate se sigue la lucha por un mundo más humano, donde no sea la estupidez del poder económico y político, lo que signifique la diferencia entre la vida y la muerte, sino el deseo de trascendencia de la imaginación, de la vida y de los sueños.

Lidia Salas
Poeta / Ensayista
Caracas, Octubre del 2012.

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Reflexiones de Inés Muñoz Aguirre

Hoy, salí a caminar para encontrarme con el sol, con el verde de la naturaleza, en medio de un silencio, el silencio de mi entorno que estoy segura que no es el entorno del barrio que celebra mientras algunos buscamos la forma de desahogarnos. Hoy un gran número de venezolanos busca como retomar el día a día, la ciudad. Busca como enfrentar la mirada de los que tienen menos de 25 años. Lo que no puedo entender es que desde un lado se celebre con descalificativos y un rencor que se ha ido sembrando a partir de un discurso violento, en el que la agresión parece ser el norte. Y del otro lado se culpabilice a quienes en un momento dado asumieron la lucha titánica que significa el rescate de una serie de valores que deben convertirse en las bases de la vida de cualquier ser humano que se precie de llamarse ciudadano. Lo que no puedo entender es un país en el que sus habitantes se ubican en bandos como: los del barrio y los de las urbanizaciones; los ricos y los pobres, y se utilicen frases trasnochadas como las de lucha de clases.
Yo no creo que la vida se trate de seguir a alguien formando parte de un torbellino. De ser parte del efecto de la ¨masa¨ que levanta la mano, porque hay alguien en frente de él que le dice que la levante y unos cuantos a su lado que obedecen. Yo creo que la vida se trata de una invitación permanente a alcanzar nuestros propios logros. Con la suma de esos logros individuales, alcanzados a conciencia y con esfuerzo es que se construye un país.

Los venezolanos nos encontramos sumidos en una lucha cuerpo a cuerpo, los que se ubican de un lado y los que se ubican del otro. ¿Qué nos separa? Esa es la gran pregunta. Porcentualmente estamos divididos en dos grandes toletes. En uno se ubican quienes piensan que el Estado debe suministrarles dinero, servicios, crear pensiones, quienes sienten que nunca han sido atendidos, quienes reclaman la casa, los alimentos, los servicios médicos, quienes pareciera que no les importan mucho lo de la inseguridad porque manifiestan haber vivido siempre en ella. Del otro lado los que abogan por la descentralización, la inversión en infraestructura para generar el bienestar que dará empleo y con ello desarrollo individual. Los que creen que el Estado es un articulador que debe crear las condiciones para que todo individuo pueda activarse en función de su educación, su desarrollo y su salud. Los que creen que hay que generar las facilidades pero que cada individuo debe ser el gestor de su vivienda, de sus alimentos, de su crecimiento profesional. Los que consideran que el Estado debe asumir las responsabilidades que realmente le pertenecen como resguardar la vida de sus habitantes.

En una sociedad en la que la capacidad de análisis es un norte, cualquiera de las dos opciones pueden ser válidas desde el punto de vista de cada quien, porque el derecho a elegir es la verdadera libertad. El problema comienza cuando alguien nos conduce a creer, defender, enarbolar el concepto contra viento y marea, a costa de divisiones, de insultos, agresiones y descalificaciones. Cualquiera que sea el líder que conduzca a una población a enarbolar sus razones, desprendiéndose de la capacidad crítica, no merece llamarse líder, porque lo que hace es contribuir a la disminución de las capacidades intelectuales, que debería ser uno de los bienes más preciados de cada persona.

El otro problema por el que atravesamos es el que para dar valor a cualquiera de las dos caras de la moneda se denigre de los que estudiamos, los que nos hemos preparado, algunos con grandes esfuerzos y otros con comodidad (tan válida una como la otra) los que invirtieron su dinero para construirse un futuro, la renta que ofrece la tranquilidad de la vejez y la no dependencia del Estado. No puede ser coherente con el desarrollo de ningún país que se agreda a quienes han invertido en pequeños, medianos y grandes negocios, generando empleo formal para un gran número de venezolanos. Muchos son señalados, castigados, agredidos, insultados. Entonces, una de las grandes preguntas a formularnos es ¿Por qué se debe poner a los trabajadores en contra de quien les da trabajo?¿de qué se trata esto? El crecimiento de un país no se logra convirtiendo a sus habitantes en empleados del Estado y a un Estado que confiando en sus ingresos fortuitos de país petrolero se comprometa cada vez más en generar una sociedad de asalariados, que se queda sin descubrir sus verdaderas fortalezas.

Yo creo que la vida se trata de aceptar el reto al que nos conduce querer descubrir nuestras propias fortalezas. Saber que tenemos dos ojos en la cara y que cuando vemos sólo a través de uno de ellos, tenemos visiones distintas. Que la destreza de nuestra mano derecha no es igual a la de nuestra mano izquierda. Que normalmente tenemos un pie un poco más grande que el otro. Si nuestro cuerpo nos recuerda la existencia de las dos caras de una moneda, entonces nuestro cuerpo nos invita a reflexionar sobre el equilibrio. Tenemos que asumir nuestras responsabilidades y por ello tengo que pensar que así como de un lado hay gente trabajadora, preparada, inteligente, apostando a que nuestro país se convierta en uno de los primeros de Latinoamérica tengo que pensar que del otro lado hay personas con las mismas características.
Deseo un país en el que la autoestima de cada venezolano se convierta en su gran capital. Ello nos permitirá el respeto, la no generalización, la no agresión y con ello terminarán los líderes mesiánicos. Surgirán entonces, los prestadores de servicios públicos, a quienes elegimos, a quienes les pagamos por el trabajo que deben realizar para nosotros y quienes tendrán que rendir cuentas de nuestro dinero. Un dinero que entregamos temporalmente para que lo administren atendiendo nuestras verdaderas necesidades. Ningún gobernante, ni los que han estado ni los que vendrán realizan favores para el pueblo, ni otorgan beneficios a nivel personal. Cuando uno de nuestros empleados al frente del Estado otorga una beca, un préstamo, una vivienda, una donación, un regalo, lo está haciendo en nombre de todos los que trabajamos en nuestro país. Todos somos los propietarios de hasta el último céntimo que ingresa y que sale de Venezuela.
El día en que los de un lado y los del otro, por señalar las dos propuestas de alguna manera, vuelvan la vista hacia los principios básicos de lo que significa ser ciudadanos de un país, y los defendamos con la certeza de ser los únicos gestores de nuestra vida, comenzaremos a dar los verdaderos pasos hacia un cambio y estaremos colocando las bases para un país de aciertos, de desarrollo, y de verdaderos logros.

Inés Muñoz Aguirre

PD: Si desean hacer algún comentario que pueda contribuir a la discusión y reflexión pública pueden colocarlo en mi facebook, si desean que su opinión sólo sea vista por mi persona pueden hacerla llegar a través de este correo. Gracias a todos y un fuerte abrazo

*Inés Muñoz Aguirre: Novelista, dramaturga, editora venezolana. Ultima novela publicada:
La segunda y sagrada familia.
Miembro del Consejo Consultivo del Círculo de Escritores de Venezuela

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Ana Teresa Torres: Acerca de la tristeza

Leía hoy unas declaraciones de quien mucho admiro, Ramón Guillermo Aveledo, quien hace una distinción muy importante entre la tristeza en el ámbito privado y la depresión en el ámbito político (entrevista en Globovisión). La política –dice Aveledo– es siempre una lucha y una actividad muy dura, por ello “no hay espacio para la depresión”. Pero al mismo tiempo acepta su propia tristeza, la de su familia y la de todos los que vimos frustradas nuestras aspiraciones. Para los que no somos políticos de oficio es posible que la distinción no exista en los mismos términos. Yo soy escritora y psicoanalista, y para mí la tristeza es un sentimiento y la depresión un estado, no necesariamente patológicos; a veces inevitables, a veces necesarios. Freud definía la melancolía como la reacción ante la pérdida de un ser querido o su abstracción equivalente, y entre esas abstracciones equivalentes precisamente mencionaba la patria y la libertad. De modo que personalmente creo que hay que saber reconciliarse con la tristeza, y con la depresión también (repito, no soy política sino escritora y psicoanalista, o simplemente, una ciudadana que perdió las elecciones). Tengo para mí que los venezolanos no sabemos hacer bien los duelos, es decir, que tendemos a salir de los momentos depresivos lo antes posible, por medio de la rabia, o de la dispersión, e incluso la falsa euforia. O tendemos a minimizarlos. Por ejemplo, que alguien diga que esto, lo ocurrido, es “un tropiezo”. Entiendo lo que quiere decirse, pero ¿tropiezo? Vaya con el tropezón.

Conozco y aprecio a venezolanos para quienes el resultado de estas elecciones era esencial en términos de su vida personal y familiar; para ellos no hay consuelo. No sería yo capaz de inventarlo. Para todos era de alta importancia. Para el país también, pero el país es mayoritariamente responsable del resultado de las elecciones, y debe aceptar (los responsables, quiero decir) que eligieron libremente la opción que quisieron. Si más adelante la quieren cambiar, bienvenidos, pero de momento no son unos ángeles ni niños inocentes. Votaron, eligieron. Pobres o ricos, son ciudadanos responsables de sus decisiones.

Sentirnos tristes o deprimidos no es una desvalorización. Es la reacción normal ante lo ocurrido, es decir, una grave pérdida para aquellos que pensamos en la posibilidad de otra vía para un mejor país. ¿Que habrá otras oportunidades? Seguramente, pero esta la perdimos y por lo tanto es una pérdida. Así redundantemente. Sin subterfugios. La pena y la tristeza pasan, no cabe duda, pero no pasan mejor por querer salir de ellas. Pasan porque los seres humanos tenemos la capacidad de elaborar duelos y superar traumas, siempre y cuando los aceptemos. Duelos congelados por negados, esos sí que tardan en pasar. Una buena manera de saltarse el duelo es la del que dice, yo no he perdido, es que me robaron. O la de, yo más nunca voto, eso no sirve para nada.

Supongo que en los próximos días recibiremos numerosos análisis de las causas de lo ocurrido, y sobre todo llamados al pensamiento “positivo”, pero lo cierto es que no estábamos bien preparados, precisamente por la inclinación a minimizar lo que llaman “sentimientos negativos”; los sentimientos no son positivos ni negativos (disiento de los manuales de autoayuda), los sentimientos son reacciones de la subjetividad humana y todos conviven, y todos pueden ser necesarios. La duda es uno de ellos. Y una de las razones por las que no estábamos preparados fue la insistencia social (la presión social, diría) en minimizar al adversario (¿enemigo?). La insistencia en que un hombre cercano a los 60 años (un anciano en los códigos venezolanos), con posibles limitaciones físicas (que ignoramos en sus detalles), y movido en una “carroza”, no estaba a la altura de un hombre de 40, en capacidad de caminar doscientos pueblos como si nada. Una insistencia en menospreciar al adversario, en considerarlo despectivamente, en verlo derrotado por nuestros propios deseos. En considerarlo desde nuestras propias referencias. En despreciar a sus seguidores. Y una insistencia en no permitirnos la duda. Quizá la política no permita dudar. Pero ya pasó el tiempo de la duda y viene el del pesar. ¿Tampoco será admisible? ¿Ya estamos montados en que la victoria nos espera a la vuelta de la esquina?

Yo también espero la victoria (desde hace catorce años), y no niego los considerables avances en el camino, pero por el momento la fuerza de la resistencia exige ese incomodo estado de esperar en la desolación.

Fuente: Prodavinci.com
8 de octubre de 2012

Ana Teresa Torres: Novelista venezolana. Miembro del Consejo Consultivo del Círculo de Escritores
de Venezuela

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Al Dr. Ramón Guillermo Aveledo

Por Carmen Cristina Wolf

Desde lo más profundo de mi corazón, deseo expresarle mi gratitud por su invaluable labor como Coordinador de la Mesa de la Unidad Democrática, por su inteligencia, sensibilidad, templanza y bonhomía, Dr. Aveledo.

No olvidaré su desprendimiento y su afán por unir a los venezolanos en la consecución de una Venezuela signada por el respeto a todos los venezolanos. No abandonamos la lucha, amigo, seguimos sin tregua, en procura de un país que brinde a todos la oportunidad de ser mejores, de vivir en paz, una existencia digna, sin temor, con dignidad y amor al trabajo. Un país donde no haya ciudadanos mejor tratados que otros por ser de un partido político, o por apoyar a una persona, un país donde se pueda pensar distinto sin ser despreciado por ello.

Aprovecho esta breve nota de reconocimiento, para recordar a los lectores su obra escrita:

2012 – El Llanero Solidario. Editorial Libros Marcados.
2008 – El Dictador: Anatomía de la Tiranía
2007 – El poder político en Venezuela
2007 – La 4ta República: lo bueno, lo malo y lo feo de los civiles en el poder
2005 – Parlamento y democracia: congreso, asamblea y futuro, en perspectiva histórica, constitucional y política
2003 – Gente, historias y cuentos de Barquisimeto y Lara
2000 – La alternativa civil: la constituyente de 1999 y otros temas de política y derecho
1999 – Defensa del futuro libre
1997 – El trabajo parlamentario: apuntes para ciudadanos, parlamentarios y aspirantes
1996 – Populismo, sifrinismo & economía humana
1995 – Venezuela reclama responsabilidad: cuando un hombre de palabra es parlamentario en tiempos de crisis
1995 – El cambio, con razón: lo viejo, lo nuevo y lo distinto en la política venezolana
1987 – Protesta y esperanza
1982 – Hacer historia
1973 – Nuestro mundo: temas de política internacional

Caracas, 9 de octubre de 2012

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José Tomás Angola: Desde una esquina de mi corazón

«Y le he dicho a Jesús: -Hoy haces falta,
mucho trabajo tienes esta noche;
no hay que morir este año, viejo mío;
¿qué importa un año sin Viernes Santo?
para el año que viene, tal vez se arregle esto
y entonces, ya te podrás morir
y estar bien a tus anchas, uno o dos meses muerto.»

Andrés Eloy Blanco del poema «Jueves Santo»
Viernes 28 de marzo de 1929, preso en La Rotunda.

El domingo 7 de octubre, decidimos el camino por venir. No la existencia de ese camino. Escogeremos entre la sanidad y la enfermedad. No entre la vida y la muerte. Es una cita de enorme importancia, pero no la última. Los paises transitan siempre tiempos lentos. ¿Cuánto tardó el mundo para levantarse y salir de los Hitler, los Stalin, los Lenin, los Tito, los Mao?, ¿cuántos años tardó en caer el muro de Berlín? Debemos tener la tranquilidad de que habitamos los espacios iluminados, la honestidad, la moral. Somos cultores del talento, de la responsabilidad, de la solidaridad. Formamos parte de una iglesia hoy muy atacada pero siempre establecida en la verdad, en la hermandad, en el respeto, en el amor al desvalido, en la humildad, en la ayuda al débil, en la creencia de que no hay muerte real, en la seguridad de que Dios nos protege y que siendo mansos su infinita bondad nos guía. Digo todo esto para reencontrarnos en lo valioso que nos toca protagonizar el domingo. Si acaso no sale como lo soñamos, tengamos la fe de que es designio de Dios, para prepararnos, para enseñarnos, para perseverar en su sendero. Nadie puede suponer lo que él ha decidido para Venezuela. Sólo nos queda luchar, desde los argumentos de la paz, de la justicia, del perdón.

Defendiendo lo justo, y siendo valientes si acaso la maldad desea instalarse ilegalmente. Pero serenos y nobles si la voz del pueblo, aunque esté equivocada, se expresa incuestionablemente. Si ganamos, porque hicimos todo lo que debimos hacer, que la soberbia no nos secuestre, que la venganza no nos ahogue.
Tengo una gran confianza en Henrique. Lo conozco desde que era un joven que se asomaba a la política. Iba a mi casa y pasábamos algunas noches de los viernes jugando Pictonary, él, su novia de entonces, mi esposa de entonces, y algunos amigos que pueden dar testimonio de esas veladas. Allí se reconoció como un joven limpio, tranquilo, siempre atento para aprender de los que más sabían. Juntos entonces hasta inventamos proyectos de programas de televisión que nunca se dieron y en los que nos propusimos estimular la democracia en el país. Hablé con él en algunos almuerzos. Allí entendí que jamás lo animó el lucro, siempre se mostró entregado a una misión de servir, entendía la política, entonces y ahora, como un sacerdocio. Es un chamo valiente, no temió ni teme ofrecerse en sacrificio defendiendo la verdad, está dispuesto a inmolarse por el país si es necesario. Aunque le perdí la pista en estos últimos años, su discurso me confirma que no ha cambiado. Se ha crecido y a esa valentía y convicción suma ahora madurez y firmeza. Lo mejor que le puede pasar a Venezuela es que Henrique sea el presidente de todos los venezolanos. Es lo mejor que le puede pasar al pueblo chavista. Él los respetará, trabajará por ellos como por sus seguidores. La cruzada que lleva adelante es de inspiración divina. Lo ha dicho muchas veces y le creo. Henrique entiende como nadie que el adversario no es un simple hombre en sus últimos días, es una idea destructiva, una ideología del mal, una fuerza alimentada por las sombras. Vivimos en este sótano del odio al que nos dejamos llevar. Pero no todos los venezolanos lo entienden. Aún hay personas, hermanos, que viven entrampados en la manipulación. Son gentes buenas pero atrapadas en la envidia, en la retaliación como forma de salir de las adversidades que no han superado, ni superarán nunca con esta revolución. No comprenden que muchos de sus problemas dependen de ellos mismos, nadie les ha quitado lo que deberían disfrutar porque sencillamente sólo el trabajo, la educación, el esfuerzo, la disciplina y la superación es lo que nos brinda oportunidades para crecer. No es un gobierno extraviado, ni una ideología demagógica, ni un despropósito de destruirlo todo, no es quitarle a unos para darles a otros como un país repartirá sus riquezas y hallará la felicidad. Es brindándole chances a todos por igual como saldremos de esta pesadilla que vivimos. Henrique tiene el tenor moral para hacerlo y además tiene el plan para lograrlo.

Todo esto que escribo no son más que palabras de aliento que quiero comunicar para sentirnos serenos y confiados en que si nos esforzamos, si nos resteamos por nuestras convicciones, el país en pleno se beneficiará. No tengamos miedo, pero no agredamos. No nos amilanemos, pero tampoco seamos apáticos. Gandhi es una muestra palpable de que con la no violencia, con la sinderésis, manteniéndonos en la esfera de la paz podremos forjar un camino hacia la esperanza, la igualdad y el porvenir. No existe manera de que el mal venza al bien. Es tan poderoso el bien que deja espacio hasta para que los equivocados recapaciten y transiten los senderos de la verdad. Nada es más hermoso que cuando un errado reflexiona y voluntariamente, sin amenazas, sin maltrato, desanda sus pasos y retorna al camino cierto.

Pase lo que pase el domingo, la luz ha vuelto a nuestros corazones. Alguien, y ese fue Henrique, prendió esa linterna. Quizá no sea tan grande como para vencer todas las sombras, pero ahora tenemos ese rayo. Nadie podrá negar que no hay luz para ver el camino. Dios quiera que el domingo sea suficiente para iluminar a muchos y tender esa línea recta hacia el mañana. Igual ya ganamos. La esperanza renació. Y sus administradores somos todos. Pase lo que Dios haya decidido para Venezuela, ahora tenemos una linterna que nunca dejará de alumbrarnos.

Lo digo desde una esquina de mi corazón. La que se mantiene pura, la que nada ha podido ensuciar. La que espero conservar hasta que Dios decida mi existencia. Yo saldré el domingo a votar por Henrique, estaré dispuesto a defender todo lo que sea justo y honesto, todo lo que por ley corresponda. Y que sea Dios el que dicte lo que ocurrirá. Amén.
Humildemente

José Tomás Angola Heredia, escritor.

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Buenas noticias para mi hijo, el emigrante

Enrique Viloria Vera

Querido hijo:

Muchos fueron los esfuerzos que hizo mi padre, el inmigrante, cuando decidió venirse a Venezuela, desde aquella su patria para entonces dividida, irreconciliable, fraccionada, partida en dos. Vino tu abuelo, en busca de pan y paz, y lo consiguió y decidió quedarse aquí, por siempre, lo saben las flores del cementerio y su partida de defunción.

Aquí decidimos hacer familia e intentamos ser felices. Te diría que hasta hace poco lo fuimos. Había un espíritu especial que hacía de Venezuela un verdadero lugar para querer y ser querido. Entonces te formaste y forjaste en libre albedrío y total voluntad, ¿de qué color es el caballo blanco de Bolívar? Y te reías y me decías ¡no seas bobo, papá! Recuerdo tu risa y tus estudios, el día de tu graduación, cuando te casaste para ver si seguíamos siendo felices, tú con tu mujer y tus hijos, yo con mis hijos y nietos, todos en paz y sin rencores, ni odios, ni nada de eso que no nos une sino que, por el contrario, separa.

Todo ha pasado tan rápido, en una larga década y media, insultos menos, insultos más, ya no estarás más en tu país, que ya no está feliz. Regalado con pasaporte de la Unión, vives ahora devolviendo a terceros lo que otros invirtieron en ti y por el país.

¿Sabes? No me duelen los dólares donados, ni las casas ofrecidas, ni las loas a Fidel ni los astilleros salvados, ni la gasolina gratis, ni el petróleo barato, ni el desprecio y los eructos, los salivazos y las mentadas de madre que como ciudadano nos dedican nuestros gobernantes.

Me dueles tú y los tantos que como tú se van para no volver, a ver si consiguen fuera de aquí, allá, en tierra extraña, donde se respetan las libertades del vivir, lo que tú ahora, emigrante, sales a buscar en el extranjero, como vino a buscarlo y lo encontró tu abuelo, el inmigrante, que aquí en una Venezuela sin exclusiones, ¡sí tuvo patria, nunca fue un infeliz!

Te quiero mucho, besos a tu mujer, que les vaya bien.

Tu papá.

PD: Te tengo buenas noticias: las cosas van cambiar el 7 de octubre, así que vayan preparando pasaporte y maletas y nietos para que regresen a hacer patria que los necesitamos.

¡HAY UN CAMINO!

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Enrique Viloria: Moral y luces siguen siendo nuestras necesidades

Absoluta razón tiene El Libertador quien casi todo lo sabe, porque el que todo lo sabe es el Líder, en señalar que las necesidades principales de Venezuela son Moral y Luces.

En efecto, en honor al Libertador, debemos rescatar la moral primordial para impedir que los delincuentes de cuello rojo, de boina colorá, de chaleco carmesí, de guayabera escarlata, de franela bermellón, de chaleco granate, continúen apropiándose de la riqueza nacional en nombre de la revolución que pretenden encarnar para su propio beneficio pecuniario.

Debemos rescatar la moral republicana para que los gobernantes asuman su barranco, no mientan más ni crean que el pueblo es pendejo y la patria un cuartel; ni pretendan seguir desgobernando con el concurso de los compañeros de promoción y de los integrantes de la familia que no portan ningún mérito profesional para desempeñar los cargos que ostentan y hunden al país en el caos y la inercia. El primer deber moral de todo gobernante es ser eficiente.

Las luces de cualquier tipo brillan por su ausencia en esta Revolución que todo pretende iluminar, y que a fuerza de desidia reiterada y prebendas a granel ha sumido al país en una tiniebla decimonónica, en la que velas, antorchas, cirios y quinqués, aunados a eslóganes y clichés bolivarianos de fácil digestión, se convierten en preciado bien, en incuestionable objeto de modernidad y progreso en esta tierra de montoneras zamoranas y saraos ciprianistas.

En honor al Padre de la Patria, restituyamos la Moral Republicana y las Luces Ciudadanas, porque como bien lo señala Bolívar en su Discurso de Angostura, como si fuese un sufrido súbdito más de la Bolivariana Patria:

“Por el engaño se nos ha dominado más que por la fuerza; y por el vicio se nos ha degradado más bien que por la superstición. La esclavitud es la hija de las tinieblas; un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción; la ambición, la intriga, abusan de la credulidad y de la inexperiencia, de hombres ajenos de todo conocimiento político, económico o civil; adoptan como realidades las que son puras ilusiones; toman la licencia por la libertad; la traición por el patriotismo; la venganza por la justicia”.

Enrique Viloria Vera
Director de Relaciones Internacionales
Círculo de Escritores de Venezuelaa

Caracas, octubre de 3012

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Lidia Salas: Construyendo un sueño

Por Lidia Salas

Bajo la sombra de todos los que han elevado sus palabras para exigir igualdad, justicia y felicidad para sus conciudadanos, escribo estos párrafos. Aún perdura la emoción de haber compartido la energía de miles y miles de personas, quienes alegres y decididos marchamos por calles y avenidas de Caracas, para dar testimonio de nuestro inequívoco deseo de cambiar el actual régimen. Y de cambiarlo en paz, mediante uno de los instrumentos más valioso de la democracia, a través del voto.

Durante largos 14 años hemos sufrido el envilecimiento del lenguaje de quien gobierna. Por horas y horas y en cadena nacional, quien debía ser el presidente de todos los venezolanos, se dio a la tarea de humillar, excluir y amedrentar de manera soez, a quienes no estábamos dispuestos a acompañarlo en su intento vanidoso de convertirse en líder intergaláctico. Como una muralla de odio, erigió el discurso que dividió a la gran familia venezolana. Fantasioso intento de cubrir con el eco de su verborrea, la incapacidad, la corrupción, la mediocridad y el desgobierno. Exacerbó el resentimiento, el odio y la división de clases. Aunado esto último, con la ausencia de una educación para la paz y la más vergonzosa impunidad convirtió nuestras ciudades en las más violentas del hemisferio.

Se podría escribir todo un memorial de agravios, sufridos por los habitantes de esta patria buena. En lo económico, arruinó nuestro signo monetario hasta convertir la inflación de este país en una de las más altas de América y del mundo; destruyó las industrias básicas del hierro y del aluminio, otrora, ejemplos de desarrollo y de riqueza. Arrasó con la agricultura, la ganadería. Desaparecieron los cultivos de café, granos, cereales, oleaginosas, frutas y legumbres. La importación, el gran negocio de los amigos del régimen, facilitó la compra de alimento a punto de vencerse, para dejarlo podrir en las bodegas de los puertos. Todavía no se conocen los autores de este crimen. Olvidó que el mantenimiento de plantas eléctricas y refinerías era importante para la seguridad misma. Amuay es una tragedia que no debió ocurrir. Las autopistas, carreteras, calles y puentes muestran el desinterés del gobierno por la calidad de vida que merecemos los ciudadanos.

Expropió desde ricas empresas hasta modestos estacionamiento sin pagar lo justo, arruinando a familias enteras, condenándolas a la miseria y al dolor. La mayoría de estos proyectos expropiados fracasaron estrepitosamente.

En lo político, convirtió la democracia en una dictadura con elecciones. Su pasión por el poder lo hizo centralizar todo bajo las ineptas manos de sus compañeros de partido. Finiquitó la independencia de poderes. El ejecutivo hizo el trabajo de legisladores y jueces. Las infames declaraciones de sus ex cómplices, testimonian cómo ordenaba prisión y años de condena para quienes él consideraba sus enemigos. Nadie pisoteó con tanta furia las leyes de nuestra constitución como los integrantes de este régimen. ¿Existirá otro país dónde los pranes (delincuentes presos) dirijan las cárceles y ordenen secuestros y homicidios desde sus computadoras y celulares?

Internacionalmente, aisló a Venezuela de sus socios comerciales naturales. La separó del Pacto Andino y del Grupo de los Tres, para entrar por la puerta trasera al Mercosur. Buscó aliados entre los tíranos más despreciables del planeta y brindó refugio a la narco guerrilla colombiana. A pesar de vociferar sobre la soberanía y el antiimperialismo, entregó importantes sectores de la administración civil y militar a Cuba, el único país que había intentado contra nuestra integridad. Utilizó el dinero del presupuesto nacional para pagar adeptos y seguidores nacionales e internacionales. Así se invirtieron las inconmensurables riquezas de la bonanza petrolera.

En lo social, orquestó bajo el nombre de “misiones” una ayuda a los más necesitados. La verdadera finalidad era el empobrecimiento de los venezolanos para comprar conciencias y votos a través de la dependencia económica. Los índices de miseria de hace 14 años han aumentado por la ausencia de proyectos de vivienda, de salud, de educación y de empleo sustentables a través del tiempo. Los rudimentarios edificios que se construyen actualmente a la carrera, sin ningún respeto a las normas de la urbe, expresan el desprecio hacia la calidad de vida de los caraqueños. Quienes perdieron sus viviendas por las lluvias y las catástrofes naturales o como consecuencia de erradas políticas en fábricas de armamentos o refinerías, han sido olvidados a su suerte en oficinas, estadios, escuelas o moteles.

Algunos llevan más de 5 años esperando por la vivienda prometida. Este país de grandes riquezas, está en deuda con los más débiles, con los más vulnerables, con los más humildes. Solo cuando comprendamos que es obligatorio dignificar los cinturones de miseria que asfixian a pueblos y ciudades, a todo lo ancho y largo de nuestro territorio, habremos iniciado el verdadero camino de la justicia social y de la paz verdadera.

Pero después de varias derrotas, la inmensa mayoría de la población, encontró las sendas de la unión y del candidato único. Un hombre joven, exitoso, que tiene resultados visibles de buena gestión y de sensibilidad social, en una fulgurante carrera política sin derrota alguna. Un hombre de fe, descendiente como muchos venezolanos, de inmigrantes trabajadores, venidos a esta tierra de gracia, huyendo de la guerra y del fascismo. Un hombre que de acuerdo a la conmovedora crónica del poeta Leonardo Padrón, se entrega a la muchedumbre que lo sigue por pueblos y ciudades para juntos encontrar el camino que nos devuelva a la ruta perdida en mala hora hace 14 años. Un joven que se arrodilla ante el Cristo de La Grita y le pide con la cabeza inclinada del creyente, luz y sabiduría para reconstruir un sueño. El sueño de la comarca rica en plantíos y en ganado, con trabajo digno para todos, Pleno de hermanos que trabajen unidos por el desarrollo y la riqueza nacional. El sueño de un pueblo que valore a sus poetas y escritores, a sus pintores y artistas, a sus músicos y maestros, a los medios de comunicación respetuosos y veraces. El sueño de un país donde la educación, sea el instrumento del cambio. Donde la excelencia guíe a los docentes en colegios y universidades para que la ciencia y la investigación vuelvan a establecer la motivación en el logro de los objetivos mejores. El sueño de ciudades iluminadas y seguras, con medios de transporte cómodos y puntuales, con parques y niños correteando detrás de las burbujas de jabón. El sueño de un pueblo que desea caminar unido, porque hay un camino. Un camino hacia el progreso, el desarrollo y el futuro.

Caracas, 2 de Octubre del 2012
Lidia Salas.
Poeta / Ensayista

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ldemaro Torres: Convicciones que llevan a opciones

Ildemaro Torres – Círculo de Escritores de Venezuela

Hay quienes hablan de “toma de conciencia”, otros que nos instan a ello con la proposición de “mírate en ese espejo”, y hasta en abierta exhortación a “despertar”; pero como sea que se le perciba o se le entienda, equivale a aceptar como al fin llegado el momento de tomar decisiones firmes, y con aspiración de ser definitivas en base a la validez de sus alcances. Unas veces la opción escogida para llevar a la práctica la eventual respuesta a lo planteado, tiene que ver con la naturaleza de lo que nos preocupa y asimismo con la circunstancia de si se trata de algo individual, personal o colectivo, como lo es aquello que nos afecte cual ciudadanos atentos a la situación por la que atraviese una institución, un sector social, o el país como un todo.

Estamos a escasos días de la culminación de un importante proceso comicial, generador de gran expectativa, al punto de ser considerado con rango de suceso histórico de enorme trascendencia: la elección del Presidente de la República. Prestos los votantes a encarar los resultados de escoger entre un teniente coronel que con absoluto descaro y por conocido narcisismo y ambición trepadora pretende seguir en ejercicio del poder; y un joven dirigente en goce de aprecio y admiración por su lealtad al pueblo, valentía, claridad política, visión futurista racional y honestidad a toda prueba.

Al cabo de tantos años de abuso de dicho poder militarizado y a lo largo del mismo, varias veces nos preguntamos hasta dónde hemos pecado de tolerantes y cómo pudimos serlo durante tanto tiempo, si lo que siempre hemos recibido de ese personaje primario han sido agresiones represivas, ofensas y humillaciones, buscando reducirnos en términos generales a temerosos testigos de arbitrariedades, abusos y apego a una conducta delictiva, traducida entre otras manifestaciones en el saqueo de los bienes de la Nación.
De allí que la opción hace mucho escogida y en época más reciente reiterada como tal, para despejar el camino de cuanto hoy lo entorpece y libremente devolverle al país todo lo que le ha sido sustraído o alterado por el régimen actual, es la electoral, concebida con el carácter, la pulcritud y la seriedad propias de una sociedad fiel a los valores esenciales de una democracia.

Es notorio el deseo de contar con una masiva respuesta popular, entusiasta y llena de colorido y fe, como lo fue la multitudinaria marcha que acompañó al candidato demócrata Henrique Capriles Radonski en el cierre de su campaña en la avenida Bolívar. Así será.

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A propósito de las Elecciones Presidenciales en Venezuela

1- Un ladrón cualquiera te roba: El dinero, el reloj, la cadena, el
carro, el celular….

2- Un gobernante corrupto e incapaz te roba:

La felicidad, la salud, la vivienda, la educación, la paz, el empleo,
la recreación, tu salud, tu seguridad…

EL PRIMER LADRÓN TE ELIGE A TI, AL SEGUNDO LADRÓN LO ELIGES TÚ!!!

UN PRESIDENTE SIN PROBIDAD INTENTA ROBAR TU LIBERTAD Y TU VOLUNTAD…

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