Celebrando a Gallegos

Por Horacio Biord Castillo

2 de agosto de 2020

 

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Gallegos sigue siendo un autor fundamental que vale la pena leer por placer y deleite; un faro en la Venezuela convulsionada de ayer y de hoy; y un autor que alimentó de manera sustancial la construcción del imaginario social postgomecista o, si se quiere, de la Venezuela moderna (al menos de mediados del siglo XX, entre 1926 y 1976. Reconstruir ese imaginario para interpretarlo y, si fuera, el caso desmontarlo, así como las visiones subyacentes en la presentación de sus historias, de los personajes y sus actuaciones y las tesis transmitidas mediante el discurso narrativo constituirán, sin duda, no solo un homenaje a Gallegos, sino una contribución al nuevo proyecto de país que sin más dilación debemos construir.

En los capítulos iniciales de Cantaclaro (1934), la segunda novela de Rómulo Gallegos sobre el Llano, se habla de una especie de movimiento milenarista, de un éxodo provocado por una terrible sequía. Es un momento de angustia y desasosiego para las poblaciones que bajan del piedemonte y de zonas altas hacia las planicies del bajo Llano buscando agua, vida, esperanza. De pronto comienza a llover y regresan la ilusión y la confianza, la marcha se detiene y las prédicas del cabecilla se debilitan.

Probablemente durante su viaje a San Fernando de Apure en la Semana Santa de 1927, de donde le vendrían al autor la experiencia y los materiales para escribir Doña Bárbara (1929), Gallegos oiría hablar de una gran sequía que afectó a gran parte del país entre 1925 y 1926. Hoy sabemos que se trató del fenómeno conocido como meganiño y que constituyó una de las sequías más fuertes de la primera mitad del siglo XX.

En la Venezuela agraria y campesina, que hoy miramos con nostalgia ante lo que pudiera constituir el inicio de un declive paulatino pero creciente y quizá inevitable de la economía petrolera, el agua y las lluvias eran un elemento determinante para el éxito de las cosechas y la cría de animales. Se trataba, por supuesto, de un problema agudo, pero de naturaleza distinta al que en la actualidad vivimos muchos venezolanos al tener un acceso limitado al servicio de agua potable.

Ese ambiente de desesperanza por la larga e incomprensible sequía que Gallegos registró en la ficción de su novela ocurría en una Venezuela que, además, poco antes había vivido los efectos de la gripe española (1918) y de una terrible plaga de langostas (1912-1914). Por si fuera poco, tales trastornos coincidieron con un gobierno autoritario. Muchos de esos referentes históricos, incorporados o no a la ficción literaria, se asemejan a los de la hora actual, signada por la agónica presencia del nuevo coronavirus (covid 19) que ha puesto en vilo la vida cotidiana y la economía de la mayor parte del planeta en un momento muy complejo para la vida del Venezuela.

Rómulo Gallegos nació en Caracas el 2 de agosto de 1884 y falleció en la misma ciudad a los 84 años, el 5 de abril de 1969. Le tocó conocer y vivir, aunque también sufrir, otra Venezuela, por la que sintió gran pasión. Como él mismo reconoció, sus obras literarias trataban de describir los problemas del país y de sugerir, desde sus posiciones personales y perspectivas e ideas coetáneas, posibles soluciones. La Venezuela de las novelas de Gallegos, más de noventa años después de publicadas las primeras, mucho han cambiado ciertamente, pero su relectura se convierte en un imperativo impostergable, pese a la crítica y los sentimientos antigalleguianos. Estos últimos están más relacionados e incluso causados por su militancia política y, más que por sus propias actuaciones, por las de sus correligionarios. La acción política casi nunca combina bien con la actividad intelectual y menos aún con la creación literaria. Sin embargo, las tres cosas, pero no como un sino inevitable, se han conjugado muchas veces en el pasado latinoamericano e inclusive en el presente.

La construcción de repúblicas en el siglo XIX demandó de sus intelectuales esos perfiles multifacéticos. No obstante, cuán diferentes fueron los resultados cuando se lograba separar o equilibrar, al menos, esas tareas civilistas. Andrés Bello, en el caso de la producción intelectual, es un ejemplo importante. Desde luego, para entender mejor una trayectoria resulta muy difícil y arriesgado, aunque quizá no un ejercicio del todo inútil como generalmente se asume, imaginar qué hubiera podido pasar de haber sucedido o no tal o cual evento. Arriesguémonos. Las tres últimas décadas de Gallegos (1939-1969) se dividen en tres etapas también: (i) su actuación política (1936-1948), (ii) el exilio y el dolor por la muerte de su amada esposa Teotiste Arocha Egui (1895-1950) y los intentos de novelar las realidades cubana y mexicana (1948-1958), y (iii) el regreso a Venezuela, los homenajes y su enfermedad (1958-1969), además de la reacción contra su obra.

Cabría preguntarse, dejando a un lado por supuesto la infausta pérdida de su esposa y la depresión que ello le causó, qué potencial literario, desde su propia concepción de literatura de denuncia, hubiera podido desarrollar el gran novelista después de la muerte de Gómez y con el advenimiento de la nueva Venezuela. Ante esta última afirmación, obviamos la discusión de si Gómez ayudó o no a construir el país moderno o fue solo la obra de López Contreras y Medina Angarita, entre 1936 y 1945, y luego del llamado trienio adeco (1945-1948) tras el golpe de estado del 18 de octubre de 1945 y, posteriormente, de los gobiernos autoritarios que se sucedieron entre noviembre de 1948 y enero de 1958.

Las únicas novelas de tema venezolano publicadas por Gallegos después de 1936 son Pobre Negro (1937) y Sobre la misma tierra (1943). El forastero (1942) había sido escrita antes, aunque la primera y la segunda versión de la novela difieren y pudieran considerarse como obras distintas. Así, pues, solo Sobre la misma tierra retrata la Venezuela postgomecista y petrolera. Los cambios sociales que de manera tan dinámica se sucedieron en la vida venezolana entre 1936 y 1958 hubieran sido, sin duda, una copiosa cantera para un novelista como Gallegos, interesado en identificar problemas, documentarlos y abordarlos mediante la ficción literaria. A ello se hubieran sumado las complejidades de la Segunda Guerra mundial, la postguerra y la Guerra Fría y su influencia en Venezuela y América Latina.

Dejando la especulación y volviendo a la realidad, a lo sucedido, a la herencia recibida y no a la añorada de forma además totalmente anacrónica e improcedente, debemos considerar dos factores. El primero de ellos se refiere a la actuación política de Gallegos, demostración fehaciente de su sinceridad y compromiso con las causas que, desde la literatura primero, asumió como justas. El segundo es la formación literaria y la actitud creativa, llamémoslo así, de Gallegos. Su estilo, no necesariamente sus propósitos, no se avenía con las vanguardias y tal vez ello hubiera dificultado la elaboración de otras obras, como pasó con La brizna de paja en el viento, la novela de ambiente cubano, y Tierra bajo los pies o la brasa en el pico del cuervo (publicada de forma póstuma en 1973), inspirada en la experiencia mexicana, sin obviar el conocimiento menos profundo de las realidades cubana y mexicana que tenía el autor. En otras palabras, el gusto había cambiado; la experimentación y novedosas formas narrativas ofrecían diversas posibilidades narrativas y hermenéuticas. En este contexto, el viejo estilo podía interpretarse como impropio y anticuado, en especial en una época de tantas rebeldías y aceleradas transformaciones.

Gallegos sigue siendo un autor fundamental que vale la pena leer por placer y deleite; un faro en la Venezuela convulsionada de ayer y de hoy; y un autor que alimentó de manera sustancial la construcción del imaginario social postgomecista o, si se quiere, de la Venezuela moderna (al menos de mediados del siglo XX, entre 1926 y 1976. Reconstruir ese imaginario para interpretarlo y, si fuera, el caso desmontarlo, así como las visiones subyacentes en la presentación de sus historias, de los personajes y sus actuaciones y las tesis transmitidas mediante el discurso narrativo constituirán, sin duda, no solo un homenaje a Gallegos, sino una contribución al nuevo proyecto de país que sin más dilación debemos construir.

Rómulo Gallegos y sus contemporáneos ayudaron a elaborar y consolidar un proyecto político, ampliamente entendido, con fortalezas y debilidades como ocurre en todas las obras humanas. Mirarnos en el espejo de los aciertos y desaciertos de ese proyecto, en los aportes de sus creadores, en las contradicciones y errores, lejos de ser una actitud iconoclasta, o una nueva versión de la reacción antigalleguiana, sería un tributo al gran novelista, uno de los mejores tributos al escritor analista y al político sincero y convencido.

San Antonio de Los Altos, 2 de agosto de 2020

Horacio Biord Castillo

Escritor, investigador y profesor universitario

Presidente de la Academia Venezolana de la Lengua

Fuente: Reporte Católico Laico

https://reportecatolicolaico.com/2020/08/celebrando-a-gallegos/

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Entrevista a Carmen Cristina Wolf

Entrevista a Carmen Cristina Wolf

Por Carolina Jaimes Branger

Caracas 2019

  • ¿Cuándo comenzaste a escribir? ¿Quién te inspiró? 

 

Cuando era una niña, mis padres, mis hermanos y yo vivimos un tiempo en la casa de mis abuelos maternos. Me acostumbré a ver a mi abuelo en su sillón leyendo todas las tardes. Desde que tengo memoria él nos contaba a los nietos historias de personajes  de las novelas que leía. Nos preguntaba, con la gentileza que lo caracterizaba,  si conocíamos a don Quijote y Sancho, a Ulises, a Antígona, a Orestes y otros… Nos contaba relatos maravillosos y seguía con su lectura.

De vez en cuando, nos hacía buscar el diccionario de la Real Academia Española, que era muy grande para nosotros y se lo traíamos entre dos. Él era agrimensor, pero también fue maestro de gramática y castellano y acostumbraba hablarnos sobre la manera correcta de pronunciar.

Un día, una prima mía preguntó que por qué mi abuelo no invitaba a sus amigos a la casa. Entonces él nos explicó que sus amigos eran imaginarios, que salían de los libros. A mí me pareció fascinante aquello de los amigos de la imaginación, y pensé que se parecía a mí, porque yo tenía una corte de amigos imaginarios. Pensando en la posibilidad de aumentar mis amistades, me decidí a leer. Mi mamá me buscó libros apropiados para mi edad y así comenzó la pasión por la lectura. Creo que todos los niños lo hacen, pero a mí se me pasaba la mano porque les ponía unos nombres rarísimos; mi hermano, que era cuatro años mayor que yo se burlaba de mí porque hablaba sola, pero no me importaba en lo más mínimo. Yo tenía dos vidas, la real y la que me inventaba, pensando que era actriz o cantante.

Leí las novelas de rigor, Ifigenia de Teresa de la Parra, con la cual me identifiqué por ese espíritu romántico que anida en las adolescentes. La Trepadora y Doña Bárbara de Rómulo Gallegos, Mujercitas de Louisa May Alcott, los cuentos de Julio Garmendia y de Oscar Wilde Y tomaba las novelitas románticas de mis tías sin que ellas se dieran cuenta. Definitivamente, la vida en las novelas era más interesante que la vida real.

Mi papá también leía muchísimo, lo veía con sus libros muy cerca de los ojos porque era miope, igual que yo. Cuando nos mudamos de la casa de mis abuelos, me empezó a comprar libros y así fui reuniendo una pequeña biblioteca. Y me compró una máquina de escribir Remington, fue el mejor regalo que recibí en aquel tiempo. Mi biblioteca llegó a alcanzar los 500 libros, por los que me compraban y los que recibía de regalo.

 

Mi papá me animó a escribir, desde los doce años escribía cuentos cortos, ideas locas que se me ocurrían y poemas.

 

Muy jovencita, leí a Salgari, Julio Verne, Walter Scott, Mark Twain, Emily Bronte,  Hermann Hesse. La lista es interminable. La felicidad que yo sentía leyendo es imposible de explicar.

 

  • La poesía es el más sublime de los géneros literarios… ¿cómo llegaste a ella?

Mi afición por leer poesía empezó a los catorce años. Mi amiga Carmen María Salge era aficionada a leer libros de poemas. Ella traía de su casa libros de César Vallejo, Andrés Eloy Blanco, Reverdy, Baudelaire,Whitman, y leíamos en voz alta hasta que nos aprendíamos los poemas de memoria. Me sonrío al recordar a unas jovencitas como nosotras leyendo Los Heraldos Negros de Vallejo, o La Carta del Vidente de Rimbaud. Mi hermano mayor decía que nos íbamos a quedar solteras porque a los muchachos no les gustaban las niñas sabiondas.

 

Mi  tío Benito Raúl era poeta, por eso mi mamá y mis tías hablaban de poesía y recitaban poemas de memoria. Me encantaba oír a mi mamá decir versos de El jardinero de Tagore, de Rubén Darío, Gabriela Mistral, Andrés Eloy Blanco, García Lorca y Antonio Machado.

 

A los 24 años comencé a aficionarme a las librerías. Compré Trópico Absoluto de Eugenio Montejo y quedé enamorada de su escritura.  Fue en esa época que comencé a escribir realmente. Recuerdo el primer poema que me atrajo de él: “Era el país más verde de la tierra / un verde, hecho rumor sobre los pastos de fragantes celajes” (…) O aquel que dice: “Cada cuerpo con su deseo I y el mar al frente, / cada lecho con su naufragio y los barcos al horizonte” (…).

Mi encuentro con la poesía de Rafael Cadenas fue todo un hallazgo sobre mi propio ser. Me identifiqué con este poema de su libro Falsas maniobras: “Hace algún tiempo solía dividirme en innumerables personas. Fui sucesivamente y sin que una cosa estorbara a la otra, santo, viajero, equilibrista.” Todos sus poemarios eran enigmas y puertas que se abrían a otras maneras de decir.

Desde entonces, miro la belleza que me rodea y también el drama de los seres humanos con otros ojos y los convierto en escritura. Me dediqué también a investigar lo que pensaban algunos escritores sobre el significado del poema. Por ejemplo, Góngora escribió que el poema es un objeto enigmático, él alude a la metáfora cuando se refiere al enigma. Él pensaba que para escribir poesía había que alejarse del lenguaje común. Al contrario, Jorge Guillén decía que cualquier palabra es digna de figurar en un poema. No solo las puestas de sol, el mar, los estados de ánimo y las pasiones, sino también las máquinas, los automóviles y las fábricas.

Un poema es el punto de encuentro entre la psique, la imaginación y la idea. Octavio Paz piensa que escribir poesía es un oficio, un ejercicio ascético, una confesión que surge desde lo más profundo. Yo me aproximo a la poesía con reverencia, como ante un objeto enigmático que no tiene un significado único y concreto, porque para cada lector el poema es distinto; incluso tendrá un sentido diferente cuando lo lea de nuevo.

El poeta re-crea el lenguaje, lo enriquece, lo saca de sus nexos de costumbre y lo deslastra de la rutina de lo habitual. La palabra funda, la palabra crea, patentiza la existencia de las cosas. Los seres humanos somos palabra hecha carne.

 

 

 

  • Cuéntame de la maravillosa experiencia de escribir dos libros paralelos a los de Luis Alberto Machado.

Cuando conocí a Luis Alberto en 1995, él estaba escribiendo un poemario que llevaba por título Canto a la Mujer. Me pareció tan hermoso y bien escrito que le propuse publicarlo, pero él fue más allá, me invitó a crear una editorial. Así fue como fundamos la Editorial Cármina. Yo tenía un centenar de poemas guardados, así que los volví a leer y se me ocurrió que podía escribir el Canto al Hombre. Se lo comuniqué a Luis Alberto, y él como soñador al fin, se imaginó dos libros publicados a la vez, libros paralelos que fueron editados en la imprenta de Italgráfica. Cinco ediciones de Canto a la Mujer y tres ediciones de Canto al Hombre. El dueño de la Librería Mundial nos compraba los libros por cientos para distribuirlos por todo el país.

 

Así fue como surgió la idea y fue una empresa poética hermosísima. El escritor Eduardo Casanova Sucre escribió en el Suplemento Cultural de últimas Noticias un extenso escrito que llevaba por título “Libros paralelos”. Son inolvidables los versos de Luis Alberto Machado, como “Y Dios hizo la luz como tus ojos”, “Entrégame los frutos de tu huerto, las uvas de tu vid / y un océano de agua fresca en la fuente donde brota mi sed. Renaceremos juntos para ser todos los seres.” En la contraportada del poemario dice: “En el encuentro con la mujer el poeta comulga con lo invisible en el corazón de la materia. Erotismo y misticismo. Unidos hasta lo indisoluble. Este libro revela una visión cósmica que se adentra en la causa última de todas las cosas.”

En mi libro Canto al Hombre yo quise volver a una escritura diáfana, alejada de las influencias surrealistas de mi primer libro Fragmentos de isla. Fue una decisión de alejarme de las tendencias de estilo de la poética en boga, a veces críptica para el lector no acostumbrado a leer poesía. Y sentí una inmensa felicidad escribiendo este libro. Me gusta mucho un poema de ese libro:

“Huésped del amanecer /en tus manos de acero flexible se despliega la vida. /Con tenaz insistencia tus manos soportan / la fatiga de la sangre y los huesos /conocen mi tersura y los abrazos imperceptibles de las formas.”

Siento una profunda gratitud a Luis Alberto Machado por haberme animado a escribir Canto al Hombre. También le agradezco su invitación a leer libros de ontología del lenguaje, figuras literarias, ideas afines, sinónimos, me invitaba a ir a la Distribuidora de Estudios a comprar lo que han sido para mí libros de cabecera, como la Ontología del lenguaje de Rafael Echeverría, el diccionario de ideas afines, los libros de retórica de Mortara Garavelli, los libros de Alfonso Reyes, Bachelard  y otros tantos.

El aporte de Luis Alberto Machado con su libro “La Revolución de la inteligencia”, ha sido valorado en otros países y poco conocido en Venezuela. Él fue un idealista, un hombre íntegro y un verdadero amante de la poesía.

 

 

  • Estás muy activa en el Círculo de Escritores de Venezuela. ¿Cómo se ha vivido estos años de crisis?

Desde su creación en 1989, el Círculo de Escritores ha llevado adelante su misión de divulgar y promover la literatura venezolana. Reunimos a un grupo de escritores consagrados y noveles sin distinción de credo o filiación política.

Hemos publicado libros a través de nuestro sello editorial y han sido numerosos los foros, conferencias, recitales y presentaciones de obras que hemos organizado. Hemos establecido alianzas con universidades e instituciones, hemos organizado concursos de narrativa, poesía y teatro. En este momento me viene a la memoria el respaldo recibido de la Academia Venezolana de la Lengua, el Centro de Cultura Chacao, la revista Letralia, Venezuela Positiva, el Ateneo de Caracas, la Corporación Andina de Fomento, el Colegio Emil Friedman, la Biblioteca Eugenio Montejo, las Embajadas de España, Colombia, Francia, entre otras instituciones que nos han invitado a participar en sus proyectos dedicados a la cultura.

Actualmente, hemos establecido una alianza con la Librería Kalathos y agradecemos a la Librería El Buscón, a La Poeteca y a la Librería AGO su gentil disposición de ofrecer sus espacios para algunos de los eventos que organizamos.

Desde hace algunos años, tenemos una revista web, en la cual hay cabida para los artículos y textos de nuestros escritores y de autores extranjeros. Se divulgan los nuevos libros y los eventos culturales. Y tenemos una página en Instagram, @circuloescritoresvenezuela.

En la actualidad, el presidente del Círculo  es el poeta, ensayista,editor y músico Edgar Vidaurre Miranda, nuestra vicepresidente es Magaly Salazar Sanabria, el poeta Luis Beltrán Mago es el Secretario General, los directores somos Ildemaro Torres, Lidia Salas, Farah Cisneros, María Isabel Novillo y yo.

Mientras mayores son las dificultades que atraviesa nuestro país, más nos crecemos ante ellas, porque sabemos que mientras haya cultura habrá país. Donde hay escritores que escriben con libertad de conciencia habrá país.

La visión del Círculo de Escritores ha sido y es la preservación de los valores democráticos, del gentilicio venezolano, la libertad de expresión  y la defensa de los derechos humanos.

Para el segundo semestre nos hemos propuesto dictar talleres de poesía,  escritura creativa, e invitaremos a destacados escritores a encuentros y tertulias sobre temas de actualidad.  Emprenderemos un proyecto de ediciones digitales.

 

 

  • Una de mis escritoras favoritas,  Virgina Woolf, se apellidaba como tú. ¿Casualidad, inspiración o hay realmente un vínculo?

Virginia Woolf, británica, nacida en 1882, es considerada una de las figuras más destacadas de la vanguardia modernista. Es autora de varias novelas que me encantan, sobre todo Al Faro y Las Olas. Adoro su ensayo Una habitación propia, creo que ella fue muy sabia cuando describió lo que una mujer, para ser independiente y feliz necesitaba: “Una mujer debe tener treinta libras al año y una habitación propia si quiere escribir ficción”. Esta realidad ha sido así, las mujeres dependieron de la figura paterna y del marido y fueron dominadas por los hombres durante siglos; ella supo poner en blanco y negro lo que requería una mujer para volverse independiente y poder escribir o dedicarse a lo que quisiera.

 

Mi apellido es alemán. Mi abuelo Federico Wolf vino de Alemania a los 19 años, invitado por su tía Augusta Vergamel de Wolf, que era dueña de la primera tipografía que hubo en Caracas en la esquina de Pajaritos. Él no se aficionó a las letras, se dedicó a la contabilidad y a los negocios. Y se casó con María Luisa González Gragirena. Tuvo tres hijos, entre ellos mi padre. Mi abuelo amó tanto este país que se quedó a vivir definitivamente en Venezuela. Mi abuela María Luisa y él se divorciaron, y esta se casó con el destacado violinista José Antonio Escobar. De allí viene su nombre artístico, María Luisa Escobar. Ella era pianista y compositora, fundó el Ateneo de Caracas en 1931 y creó la Asociación Venezolana de Autores y Compositores. Ella pagó los primeros derechos de autor en nuestro país y, además de las numerosas composiciones musicales, se dedicó a promover la cultura.  Yo le agradezco mucho a Maríantonia Palacios su excelente biografía, María Luisa Escobar, un nombre escrito en nuestra historia, publicado por SACVEN.

 

  • Sigues escribiendo con afán. Háblame de tus planes para el futuro.

Terminé un libro de 50 poemas y estoy buscando un editor. Escribo poemas cuando estos no se vuelven esquivos y ensayos sobre mis autores predilectos. Estoy escribiendo sobre poetas hispanoamericanas y escribo también cuentos para niños, influenciada por la cercanía con mi nieta menor, que es una niña con una imaginación desbordante y le gustan mucho los cuentos. Además de mis poemarios, reuní mis ensayos y los publiqué en el libro Vida y Escritura,

Actualmente me he dedicado a profundizar en la gramática. Para ejercer el oficio de corrector de estilo nunca se puede dejar de estudiar.

Y me preparo para el alumbramiento de la libertad en Venezuela, como si nuevamente fuera joven, con un inmenso entusiasmo y dispuesta a dar todo lo que esté a mi alcance por mi país.

 

 

  • ¿Qué significa Venezuela para Carmen Cristina Wolf?

Venezuela es mi tercera madre, la primera es mi mamá, la segunda es la Virgen María. No he dejado nunca de amar a mi país en todo su esplendor y también cuando la siento tan maltratada.

No me dedicado a la política, pero no porque no me interese, soy una apasionada de la democracia y la política es indispensable para que se puedan manifestar las ideas y cambiar lo que ha de ser cambiado. Sin embargo, le hice caso a mis mayores cuando me decían: No te metas en política, eres demasiado confiada.

Pero le sigo el pulso a los acontecimientos y me manifiesto en mis escritos y a través de las redes, apoyando las iniciativas que considero justas y favorables. Siempre tengo presentes las palabras de El Quijote: “La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar. Por la libertad, así como por la honra, se puede y se debe aventurar la vida”.

Caracas 2019

Carmen Cristina Wolf

Nació en Caracas, Venezuela.  Es  poeta, ensayista y cronista, dedicada a la gestión cultural, correctora de estilo y editora. Es Abogado graduada en la Universidad Católica Andrés Bello. Estudios de Gramática española y Ontología del Lenguaje.

Ocupación actual: Escritora, gestora cultural, correctora de estilo, asesora en publicación de libros. Imparte talleres de escritura.  Actualmente es directora ejecutiva del Círculo de Escritores de Venezuela y es Miembro Correspondiente de la Academia Venezolana de la lengua. Le fue otorgada la Medalla Internacional de Poesía Vicente Gerbasi. Dicta talleres de escritura y de oratoria.  Obra publicada: Canto al Amor Divino (Cármina Editores, Caracas 1997. Canto al Hombre (Cármina Editores, Caracas 1996, tres ediciones). Traducido al francés y publicado por la Biblioteca de analitica.com): Fragmentos de isla, Editorial Poiesis, Caracas 1988); Escribe un poema para mí (Ediciones Círculo de Escritores de Venezuela, Caracas 2000); Prisión abierta (Editora Al tanto, Caracas 2002); Atavíos (Editorial El Pez Soluble 2007); Huésped del amanecer  (Universidad Nacional Abierta, Caracas 2008); La llama incesante, Aforismos (Centro de Estudios Ibéricos y Americanos de Salamanca en coedición con Editorial Diosa Blanca, 2013). 4 ediciones; Vida y Escritura. Ensayos. Amazon.com 2014. Monografías: Rafael Cadenas: Templanza honestidad  en el lenguaje. Eugenio Montejo: Viaje a lo sagrado. Luz Machado: Acontecer fecundo.  Rimbaud: El lenguaje del alma, publicados en Revista Círculo de Escritores Venezuela y en Letralia, Tierra de Letras. El Círculo de Escritores de Venezuela. Ensayo publicado en el libro Peñas y Tertulias, edición de la Fundación Venezuela Positiva. Caracas 2012.

Sus poemas han sido publicados en: Antología de poetas del Círculo de Escritores de Venezuela. Caracas 2005. Travesías del alma. Doce escritoras con Teresa. Editora: Verónica Amat. TRILCE EDICIONES, Salamanca 2015. Prólogo de Pilar Fernández Labrador. Santa Teresa de Ávila, Poemario. Ediciones Universidad Nacional Abierta, Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez y Museo Abierto para el Mundo. Caracas 2015. Arca de los afectos, Antología de varios autores, de Alfredo Pérez Alencart. Editorial Verbum, Salamanca, España 2013. V Antología de la Asociación de Escritores de Mérida, Octavo Encuentro Internacional de Escritoras. Ponencia: “La poética femenina ante el abuso del poder”. Mérida 2008. Voices take flight in the reflection of the fallen stones. Antología varios autores, textos ingles/español. Compilación de María Gabriela Madrid. Pukiyari editores, Charleston 2015.A voz limpia. Antología, textos en inglés/español. Melbourne 2017.

Fuente: ©El Universal

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Ontología del lenguaja poético II

Sobre la razón poética

María Zambrano, filósofa española, puede contarse entre los más destacados discípulos, si no la más, del raciovitalismo de Ortega y Gasset; es autora de una de las fenomenologías y ontologías del lenguaje poético mejor estructuradas en el s. XX.

Partiendo de las Meditaciones del Quijote (1914), de Ortega, Zambrano funda su pensamiento en la máxima de que las circunstancias tienen un logos desde el cual piden ser atendidas y salvadas, de modo que propone una ruta que va de la razón vital orteguiana, con la cual rompe parcialmente, a su propia razón poética —relación que no desarrollaremos en esta ocasión por exceder en mucho los límites de este artículo—, y de la que atenderemos en particular al vínculo entre logos y razón poética en tanto que racionalidad dadora de sentido.

En Hacia un saber del alma (1934), texto liminar de Zambrano, reconoce como fundamento del periodismo orteguiano la búsqueda del «logos de las circunstancias» por amor a la vida, del que Ortega dice en Meditaciones que «el acto específicamente cultural es el creador, aquel en que extraemos el logos de algo que todavía era insignificante (i-lógico)». Este es el centro de la teoría orteguiana de las circunstancias que la filósofa malagueña toma para sí como núcleo de su fenomenología.

Hay, sin embargo, entre la discípula y el maestro pequeños infartos doctrinales que, además de necesarios, dimensionan extraordinariamente el pensamiento del sabio español. Ortega, por ejemplo, plantea en Meditaciones que «mi corazón salió entonces del fondo de las cosas», a lo cual Zambrano replica en Delirio y destino (1953, 1989) con la necesidad de «ir rectamente al corazón de las cosas», pero desde el «rescate de la pasividad, de la receptividad», como diría años más tarde, con lo cual Zambrano expande, y no poco, la dimensión fenomenológica de Ortega en clave husserliana.

Ahora bien, esta razón fundada en la recepción pasiva deviene en razón poética en la medida en que, como dice Zambrano en Nostalgia de la tierra (1933), pueda «salir de la cárcel de la conciencia», para lo cual «había que buscar otra vez las cosas, había que echarse al mundo de nuevo, a ver si se encontraban», ya que son «cuerpo que dice, llora o canta su misterio».

Valga acotar al margen que Zambrano, no obstante, nos previene contra la «creencia racionalista» de que «el mundo está compuesto de cosas, no de acontecimientos; de sustancias y no de sucesos», de modo que —nuevamente en una perspectiva heraclítea— la tarea del intelectual y, por ende, del poeta no sea otra que «aventurarse en el laberinto terrible de los sucesos» con el fin de «encontrar la razón [logos] del mundo».

Aquella recepción pasiva, de la que hablábamos más arriba, no es otra cosa que el modo de aceptar el logos fecundante de la razón que deviene en poética, de la cual, como dice en Delirio, «la palabra es eco» como consecuencia de que «la realidad penetra en nosotros poética e indistintamente»; sin embargo, tal receptividad no puede descansar exclusivamente en la conciencia y en la inteligencia en tanto que garantías orteguianas de encuentro con la realidad, tal como afirma en Para una historia de la piedad.

Entonces, ¿cuál es el soporte fenomenológico zambraniano? En Delirio nos lo dice: «Saber mirar con toda el alma, con toda la inteligencia y hasta con todo el cuerpo, lo cual es participar de la esencia contemplada en la imagen, hacerla vida». Y este principio fecundante precisa a tal fin de la memoria y del conocimiento de sí.

En otras palabras, y rescatando el carácter liminar de Hacia un saber, el vector gnoseológico de la razón poética no es otro que el «saber del alma», ese modo en que la experiencia se nos da en tanto que sujetos emancipados de la conciencia inmediatista (punto de ruptura con Ortega); por consiguiente, en la medida en que nos conocemos podemos, más que solo percibirla, recibir la realidad para hacerla vida, con lo cual, en una perspectiva un tanto romántica, aquella tiene la posibilidad de ser espejo del alma, de modo que esta pueda saber de sí contemplando su reflejo en el mundo.

En consecuencia, el alma viaja órficamente a la hondura del mundo —como Alfeo— no para tener conciencia de aquel, sino para saber de sí misma; viaje, además, que oscila entre el tiempo (cronos) y el tiempo (kairós), es decir, entre la temporalidad del mundo y la del alma.

El poeta, por tanto, precisa no de la conciencia atenta de la realidad (que se le ofrece como «orden» en «una red de relaciones», según Ortega), sino de su contemplación como método para «ir rectamente al corazón de las cosas», de las que extraerá un logos que revelándoselo a la razón la fecundará hasta hacer que devenga en poética, de modo tal que el poema, en tanto que artificio verbal, es eco de la razón poética, un eco fecundo y fecundante porque regresa al mundo para «resistir al tiempo [como] primera acción que requiere el estar vivo».

Imposible terminar estas líneas sin mencionar El sueño creador (1965), libro en el que la autora propone el estudio de la forma sueño y sus especies, asumiendo que en los sueños «se muestra nuestra vida como puro fenómeno al que asistimos» sin problematizarlo ni disentir, siendo este, precisamente, el rasgo poético del soñar intrínseco a la tragedia, toda vez que el héroe trágico aparece sumido en su historia sin cuestionarla, excepto cuando despierta y toma conciencia de su condición.

La condición del soñar es que «estamos privados durante el sueño del tiempo», prerrogativa propia de la vigilia y la conciencia que recuperamos al despertar; por ello, soñar es recrearse, nacer de nuevo en cada despertar; en consecuencia, la forma sueño es creadora y, en este sentido, germen de la palabra que «acude al despertar» y «se da en la realidad y ante ella como un acto, el más real del sujeto, situado plenamente, por tanto, en el tiempo y en la libertad». Para Zambrano, la palabra es potestad de la realidad porque «ella misma, de por sí, es libertad». En ello radica la «legitimidad poética del soñar», cuyo desciframiento, en tanto que ascenso a la luz, solo es posible «si la claridad proviene de una razón que la acepta porque tiene lugar para albergarla: razón amplia y total, razón poética que es, al par, metafísica y religiosa».

Jerónimo Alayón
@Jeronimo_Alayon

Fuente: ©El Nacional

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Palabras de Inés Muñoz Aguirre sobre Armando Rojas Guardia

Texto leído por la escritora Inés Muñoz Aguirre en el homenaje que realizó el Círculo de Escritores de Venezuela con motivo del Día del Escritor.

Caracas; 23 de noviembre de 2010

A Armando Rojas Guardia, in memoriam

El 23 de noviembre del 2010, el Círculo de Escritores de Venezuela rindió un homenaje a Armando Rojas Guardia, otorgándole la Medalla Internacional de Poesía “Vicente Gerbasi”. La Sala Cabrujas albergó ese día unas ciento cincuenta personas que apenas cabían en el recinto. Todos querían acompañar al poeta.

Inés Muñoz Aguirre inició el Acto con estas palabras:

“Dios miró la flor, el ave, la montaña y el mar.  Dios vio de nuevo. El cielo. Horizonte, luz y oscuridad. No muy convencido aún de la maravilla gestada accionó el verbo y convirtió la acción en poesía. Desde el mismo instante en que Rojas Guardia se encontró con tanta maravilla se tejieron moléculas, cadenas y ovillos que más tarde caerían sobre la hoja en blanco para convertirse en testimonio eterno de lo humano y lo divino.

Un halo de luz penetró por la ventana tiñendo su cabeza de blanco. Pincelada incuestionable a su personalidad, que nos permite distinguirlo a lo lejos. Siempre cálido. Pausado. Reflexivo. En su armazón se atrapó la vida, que gotea palabra a palabra hasta hacerse verso. Rojas Guardia es el libro caminante que se deslizó por Guaire y llegó hasta Tráfico. A pesar de su inesperado silencio. A pesar de la pregunta constante sobre ese Dios que ha querido ver frente a frente.

Armando la oración, precisa que le permite desentrañar los misterios de la vida; se ha hecho laberinto del amor, del desequilibrio, de la ciudad, del deseo, del misticismo, de la demencia y de Dios. Cada mañana cuando se mira al espejo, si es que alguna vez se mira, no se sabe si el reflejo que descubre es el de sí mismo o el del abecedario de la vida.”

Hoy volvemos a leer con  emoción las acertadas palabras de Inés Muñoz Aguirre, que podrían haber sido escritas el 9 de julio del 2020, día en que el maestro, poeta y amigo Armando Rojas Guardia nos abandona para irse a los predios del Padre eterno, a quien tanto anheló ver frente a frente. Nos deja sus poemas, escritos y enseñanzas, nos deja su ejemplo de entrega y búsqueda de la sabiduría.

Hasta luego, poeta.

 Inés Muñoz Aguirre. Escritora, dramaturgo y periodista.  Ha escrito más de treinta obras de teatro. Su obra teatral se estudia en la Cátedra de literatura hispanoamericana de la Universidad de Syracuse en Nueva York. Varias de su obras se han llevado a escena en diversos países latinoamericanos y han recibido diversos reconocimientos. En poesía cuenta con sus libro Poetas en vigilia y Los días aciagos. Ha sido publicada en México y en Italia, así como en numerosos blog y páginas web.  Como periodista han sido publicados sus libros: Protagónicas,  Ciudadano Dycvensa en el cual investiga sobre responsabilidad social y  dos libros de entrevistas biográficas: Venezuela y Polonia y  Entre dos orillas.

En narrativa su obra ha sido publicada por prestigiosas editoriales como Lector Cómplice, Ediciones B, Kalathos España y Bruguera, destacándose sus novelas:  “La Segunda y sagrada familia”, “Días de novenario”, “A los vecinos ni con el pétalo de una rosa”, “Feliz Cumpleaños” y “Anclados”, esta última presentada en España.

 

 

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Despedida al poeta Armando Rojas Guardia

Carmen Cristina Wolf
Despedida al poeta, maestro, místico y amigo Armando Rojas Guardia
Estamos muy tristes, desolados. Nos queda el consuelo de tu inmensa fe en el Padre, tanta como lo fue tu amor, ternura y bondad por tus amigos, discípulos y hermanos en el camino.
Armando, aún con el corazón roto por la tristeza de tu separación definitiva de este mundo, estoy segura de que nos dices las palabras de San Agustín a sus hermanos:
«No lloréis por mí, he ido a encontrarme con el Señor.»
Y el Amado te cobijará en su Amante Corazón y te recibirá con palabras sublimes y amorosas.
Recuerdo ahora unos versos de tu Poema de la llegada:
«Cuando tú vienes no has venido.
Estás ya desde siempre.»
Así has estado siempre sumergido en el centro del alma de Cristo.
Querido poeta, maestro y amigo
Armando querido, descansa en la Paz del Señor.
Carmen Cristina Wolf
Caracas, jueves 9 de julio de 2020

 

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Armando Rojas Guardia, poeta de la Belleza

Ayer 9 de julio del 2020, «Año del Señor» ha entrado en la inmortalidad, el místico monje de la Belleza…el poeta Armando Rojas Guardia.
Al modo de San Francisco, nos deja su honda y sentida palabra, como único ropaje capaz de cubrir nuestra desnudez, estado que nos remite a nuestra condición verdaderamente humana. Ese retorno al alma que nos otorga nuestro cuerpo en su verdad desnuda, que nos salva de la intemperie, que nos devuelve al origen, al primer llanto, a la primera inocencia.
Salud! Príncipe de los poetas…
En su homenaje transcribimos aquí, el conmovedor primer poema de «La desnudez del loco»
A Jean-Marc Tauszik
(…) El Señor Dios llamó al hombre -¿Dónde estás? Él contestó: -Te oí en el jardín, me entró miedo porque estaba desnudo (…) Y el Señor Dios le replicó: -Y ¿quién te ha dicho que estabas desnudo? (Gen 3, 9-11)
1
La hora de bañarse era a las doce.
Bajo la ducha todos, uno a uno.
Las paredes: amarillentas, desteñidas.
El sol del mediodía en las ventanas.
Atrás dejábamos el patio, los árboles inmóviles y el rotundo imperio de la luz de agosto.
Nos desvestíamos con prisa (El enfermero conminaba a hacerlo de ese modo).
Juntos y desnudos ante los cuatro grifos de los que brotaba la ancestral terapia aplicable en estos casos: agua fría.
Llegábamos en grupos hasta el baño, desamparada fraternidad de cuerpos, goteantes carnes, en la mitad del mundo -porque estar allí era una cósmica intemperie, la orfandad meridiana y absoluta:
verse a sí mismo, desnudo ante los otros, desnudos también ellos, devolviéndonos a la solar ingrimitud de ser un cuerpo parado allí frente a los ojos del escrutinio ajeno, sin la sombra bienhechora y cobijante del pudor:sólo desnudo como el Adán culpable con la conciencia súbita de estarlo en la desolación panóptica del día, justo en el eje de las doce en punto.
Sí, el sol en las ventanas también era un ojo coherente y vertical: la mirada de Dios, omnividente, de la que deseábamos huir, sólo escapar para no sentir la vergüenza de ser vistos siempre desnudos, con el sudor manante.
Y el agua de la ducha va cayendo sobre la desnudez flagrante y compartida y no aminora el ardor de ese Ojo vivo clavado en la pulpa de ser hombre, ese sol sin párpados brillando sobre la piel empapada por el chorro de un gran incendio líquido.
Gracias a nuestro poeta Edgar David Vidaurre por sus sentidas palabras de despedida.
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La otra cara: Pobre continente

Al final de esta historia nadie se salva, algo no funciona en los gobiernos del mundo pero en especial los de nuestro continente que tanto nos atañe»

 

Por Inés Muñoz Aguirre

 

 

No sé cual es la lección.  Algo tiene que quedar a los que detentan el poder de esta experiencia frente al Covid-19. Los trapitos sucios quedaron colgados en el tendedero público, mientras hay gobernantes que creen que por poner una mordaza se desconoce lo que son, lo que hacen, o lo que no hacen.

Los sanitarios de España que se han dejado el pellejo día y noche en los hospitales ganan al mes 900 euros, los aplausos recibidos cada noche a las 8, no sé si por efecto espontáneo de las comunidades o por una buena estrategia de comunicación terminó dándose la vuelta para que la verdad aflorara.

Latinoamérica más que quedar al desnudo ha corroborado sin temor a dudas que somos un continente retrasado socialmente. Sin esperanzas de progreso porque cualquier planteamiento que tendría que ver con propuesta cultural, intelectual y en consecuencia económico, es devorado por el enemigo más atroz de cualquier sociedad: el populismo.  La ignorancia y pobreza de todas las poblaciones del continente han saltado al tapete. Las imágenes dantescas donde no hay prevención, distanciamiento social o la mínima conciencia sobre el peligro se imponen. El hambre y la necesidad de ganarse el pan de cada día se vuelven protagonistas ante cualquier experimento de confinamiento y de guerra a una enfermedad. El hambre es arriesgada, no valiente. No hay nadie que la soporte y se busca desesperadamente la forma de aplacarla.

Entre tanto los sanitarios de Bélgica recibieron una visita de la Primer Ministro dándole la espalda en la medida en que la larga caravana de vehículos oficiales pasaba  por el medio de una gran fila de trabajadores de la salud, los que seguramente fueron puestos allí para que le aplaudieran y oh sorpresa, no actuaron como borregos. Demostraron su descontento.

Al final de esta historia nadie se salva, algo no funciona en los gobiernos del mundo pero en especial los de nuestro continente que tanto nos atañe. ¿Qué los suecos se distinguieron? Si, porque para correr riesgos o para apostar a algo distinto al común frente a esta pandemia tienes que apostar a un sistema sanitario capaz de responder a las más impredecibles demandas. Después de todo la interrogante es una sola ¿quiénes son culpables los gobernantes o las sociedades que los eligen, los secundan, los respaldan o los soportan en silencio? Entre tanto esta semana comienzan a multiplicarse en cifras alarmantes los contagiados en países como Brasil, Perú y Chile, de los demás no sabemos.

Gracias por leer este artículo, si desea compartirlo lo invitamos a hacerlo.

Les recuerdo que otros artículos de diversos temas y autores que pueden ser de su interés los puede leer en  https://pasionpais.net/

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Armando Rojas Guardia: Meditación en voz alta

En estos días de obligatoria cuarentena algunos de nosotros le abrimos, con renovado entusiasmo, espacio mental a la oración. Dejo aquí está meditación en voz alta sobre la naturaleza de la plegaria en la tradición bíblica. Quizá ayude y reconforte a alguien.

En la Biblia no hay desarrollados, ni siquiera embrionariamente, como en el hinduismo y el budismo, un sistema ni un método para acceder, a través de ellos, al contacto con lo divino. No existe, perfilada, una metodología meditativa. En la Biblia sólo existe, explayada hasta la exhaustividad, esta convicción: el hombre puede y debe dialogar con Dios. «Dios habla y el hombre habla: he aquí el hecho sobresaliente de Israel» (Maurice Blanchot). Cuando se encuentran y entrecruzan el hablar de Dios y el hablar humano, estamos en presencia de la oración. Santa Teresa de Ávila, fiel a esta tradición, definió la plegaria de este modo: «conversación de amor con quien sabemos nos ama». En tal conversación el hombre puede, y debe, decirle a Dios absolutamente todo lo que experimenta: su bienestar existencial, pero también su desgracia; su alegría desbordante por el hecho de vivir, pero también su desesperanza e incluso su desesperación; su gratitud, pero también su rabia, aunque esa rabia esté dirigida a Dios mismo. PUEDE, y debe, expresarle a Dios lo que cree, pero también lo que no cree: sus convicciones íntimas, la osatura axiológica que sostiene la vida de su conciencia, pero también sus insondables preguntas, aquellas por las que no ha encontrado respuestas; sus afirmaciones radicales, pero también sus dudas, hasta las más devoradoras y atroces. En Gen 32, 25-33, Jacob lucha durante toda la madrugada, cuerpo a cuerpo, con un personaje desconocido que la tradición judeo-cristiana se ha atrevido a señalar que es nada menos que el propio Dios o, al menos, un avatar de su energía.

En Jer 7-10, el dulce y atribulado Jeremías le dice a Dios: “Me sedujiste, Señor, y me dejé seducir, me forzaste, me violaste. Yo era el hazmerreír todo el día, todos se burlaban de mí (…) La palabra del Señor se me volvió escarnio y burla constantes, y me dije: No me acordaré de él, no hablaré más en su nombre. Pero la sentía como fuego ardiente encerrado en los huesos y hacía esfuerzos por contenerla y no podía”. Job es el ejemplo paradigmático de esa sinceridad medular y visceral en el diálogo con Dios. A lo largo de todos los versículos del libro se percibe a un hombre que en todo momento busca y pocura sostener una interlocución tan honesta que a veces es desesperación el Absoluto, (hasta llegar a decirle a Dios; “Apártate de mí para que pueda descansar un poco». Job 10,2).

Los Salmos recogen en múltiples registros, la misma conversación desenfadada y honestísima entre el creyente y su Creador:

Desde el horror indignado que provoca la constatación de una injusticia hasta el hambre de plenitud que, a pesar de la presencia casi constante del mal en todas sus variantes, osa esperar la salvación redentora. En el texto de Marcos, el evangelista pone en boca del padre de un niño epiléptico esta frase asombrosa que muchos cristianos, en especial Miguel de Unamuno, repetimos como propia desde hace siglos: ella sintetiza toda la existencial e interna tensión de nuestra opción por la fe: “Creo, Señor, ayuda a mi incredulidad”. (Repetir estas palabras como un mantra ritual: en eso consiste con frecuencia mi oración. Y todo el caudal desemboca, para incontables creyentes, de cara al sufrimiento desparramado a lo largo y ancho del mundo, en la álgida pregunta de Jesús, a través de la cual él se solidariza con los crucificados de la historia, y que, siguiéndolo de cerca, nos atrevemos a pronunciar abismalmente ante Dios: “Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” (Mc 15,34). En estas consideraciones no puede faltar una mención a la plegaria cristiana prototípica, modélica: el Padrenuestro. La mejor traducción del texto griego de Mateo que yo conozco es la del teólogo catalán José Ignacio González Faus:

“Padre Nuestro, que estás por encima de todo / Que resplandezca tu nombre paterno / que llegue a nosotros tu soberanía / para que se haga tu voluntad en esta tierra como se cumple en el más allá. / Danos hoy el sustento cotidiano. / Perdona nuestras ofensas, puesto que nosotros también queremos perdonar a los que nos deben algo. / No permitas que caigamos en la tentación que nos envuelve. / Y líbranos de la maldad.»

Aquel «conversar de amor con quien sabemos nos ama» se despliega, pues, en todos los registros posibles: contiene todas las modalidades y modulaciones del diálogo amoroso. A veces constituye una íntima pelea con Dios, como la de Jacob en aquella modélica madrugada. Otras, la eclosión de una ola amarga de tristeza que nos empapa el paladar a la hora del encuentro con El. Pero el solo hecho del diálogo, la misma conversación que decidimos mantener con su envolvente presencia, es la prueba fehaciente de su acción salvadora en nuestra vida. Porque nunca regresamos del diálogo siendo los mismos que acudimos a él la «conversación de amor» siempre altera la percepción que tenemos de las cosas. Nos transforma.

Armando Rojas Guardia nació en Caracas el 8 de septiembre de 1949. Reconocido poeta, ensayista y facilitador de talleres literarios. Es Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua y del Círculo de Escritores de Venezuela. Algunos de sus libros publicados: Del mismo amor ardiendo, Yo que supe de la vieja herida, Poemas de quebrada de la Virgen, Hacia la noche viva, Antología poética 1989, La nada vigilante, El esplendor y la espera, Patria y otros poemas, Mapa del desalojo, Obra completa publicada en Cuenca, Ecuador.

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Rodrigo Lares Bassa: Semillas de Primavera

 

SEMILLAS DE PRIMAVERA

Por Rodrigo Lares Bassa

Y las guacamayas

a sus anchas

batieron sus colores

en el paisaje vacío

Todo muy extraño:

parques sin niños

bancos sin ancianos

calles desiertas

sin almas

Aliento exangüe

como una naranja exprimida

Ciudad en ascuas

 

 

Y la tierra

vida y biología

de instinto y prodigio:

la fauna y la flora

en su hábitat danzan;

el ser humano

ya escampa, y llovían guijarros

La primavera

para unos, lo usual

para otros

se impuso

Luz

agua

y azul de seda

siembra y cosecha

 

Las manijas del tiempo

trajinan

en su eterna estrofa de oleaje

Vuelan

mudan sus nidos

de palmeras

a balcones vacíos

las guacamayas

A sus anchas

sobre el lienzo

semillas

espolvorean

Pues al fin tenemos buen tiempo

campo fresco

agua clara

un sol vivo

Todo es propicio:

la humildad brota

mientras ella, florece,

y en las palmeras

anida.

*Rodrigo Lares Bassa, novelista, cuentista y poeta venezolano. Sus últimos libros publicados: La urdimbre y el araguaney, novela; A fuego de jazz, poemario. Miembro del Círculo de Escritores de Venezuela.

 

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LO QUE TOQUE, CUANDO TOQUE, SI ES QUE TOCA

…»Muchos de nosotros entre ellos me cuento, estamos convencidos que después de esta grave contingencia con la pandemia que ha aterrorizado, paralizado, inutilizado y/o aniquilado a un importante número de habitantes en todo el mundo, cualquier cosa a futuro debería se observada y apreciada a través del crisol de sus sobrevivientes.  Se me ocurre pensar que los que podamos contarnos tendremos que desaprender para aprender.  Una especie de despertar para apreciar con ojos nuevos desde la compasión amorosa, un sentido de la vida honrosamente más agradecido.»…

Por Farah Cisneros

Si hay algo que las circunstancias de la vida en tiempos actuales se han  encargado de hacerme notar, son las altas competencias que puede desarrollar el ser humano para salir adelante.

Crecerse ante las dificultades convalida a quien decide vivir al punto del sacrificio mismo por lograrlo, incluso llegar al hecho en sí mismo de sobrevivir.  Posee su lado oscuro como más adelante pasaré a explicar, cosa que espero no sea mal interpretada en las consideraciones que creo me asisten.  No obstante,como todo lo que hacemos público, queda susceptible a la comprensión e interpretación final de cada quien.  Correré el riesgo de caer en la voluntad real, que es lo que tengo en mente o “mala mía” como dicen los muchachos, caer en la voluntad declarada, que no es otra cosa sino lo que se interprete de lo expresado por mí.  En todo caso y a los fines consiguientes correré el riesgo.

¿De qué estoy hablando?

Ya para finales del año 2.019 nos encontrábamos en presencia de un mundo con unos niveles de celeridad y competitividad extremos,  índices desbordados en todo, la vehemencia por satisfacer los cánones económicos y sociales ocupaban tan altos perfiles de interés y entrega por parte de la gente, que la sindéresis  común y la atención a lo natural e indispensable como el respeto por la vida, la salud, la retroalimentación en relaciones afectivas de familia, amigos y entorno; el ecosistema mismo en su uso y disfrute y las maneras simples y llanas para recibirnos estaban en total decadencia,por consiguiente en declive total.  Se infiltraban por así decirlo en nuestra sociedad creencias nuevas, aparentemente provechosas, efectivas y acomodaticias en la comprensión de nuevos caminos de crecimiento, expansión, emprendimientos y superación personal mayormente con un punto de encuentro en común sugestivo y apetecible como “lo rápido en lograr para pasar a lo fácil en el disfrute”. Con este nuevo enfoque ser brillante, exitoso y próspero económicamentese convertía en una fuente de alcance inmediato sin los quehaceres propios de invertir mayor tiempo en la obtención sistemática en la preparación y experiencia necesaria para incorporarse a las exigencias de un mercado laboral que reclamaexcelencia y una ya extinta meritocracia.

Las nuevas maneras de entender y recibir la vida en la actualidad están plenas de distracciones y superficialidad y es tal cual, que quienes marcan las novedosas tendencias, con un alto poder de impacto para influir en las masas sociales son los famosos “Influencer” entre muchos otros.  De ellos depende que una actividad comercial pueda crecer o derrumbarse y que personas que requieren obtener una mejor formación académica no la alcancen por la manipulación en una preparación inconsistente.Son líderes mediáticos y gurús de cuanta cosa se les ocurre para suplir y ocupar plazas disponibles.

El tiempo que estos seudo maestros se toman para improvisar se encuentra en una psicología de atracción que genera contenidos cautivadores en un mercado humano ávido de convertirse en triunfadores de la noche a la mañana sin mayor contrapartida de tiempo y  esfuerzo.

La capacidad de asombro no se extingue ante la crueldad, avaricia y enfermedad de poder que resultan de las manipulaciones y conveniencias que se han estado librando en las dos o tres últimas décadas, marcadas por el cinismo, la confabulación y la carencia absoluta de principios y valores. Representan la demostración en una tormenta perfecta de que  el hombre en su codicia y extrema locura por la posesión y colonización de lo que cree puede ser suyo, ha expuesto a la extinción a la clase humana de la faz de la tierra por la violación sacrílega inclusive de lo divino.

En esto y con la fuerza de mi sentir creo en la existencia de responsabilidades en todo el deterioro de nuestra condición como raza humana, por la desigualdad social, económica y moral la cual se dramatiza a niveles aún mayores por una especie de mezcla entre angustia y vergüenza, resultado de la gran IGNORANCIA Y FALSA COMODIDAD.

Muchos de nosotros entre ellos me cuento, estamos convencidos que después de esta grave contingencia con la pandemia que ha aterrorizado, paralizado, inutilizado y/o aniquilado a un importante número de habitantes en todo el mundo, cualquier cosa a futuro debería se observada y apreciada a través del crisol de sus sobrevivientes.  Se me ocurre pensar que los que podamos contarnos tendremos que desaprender para aprender.  Una especie de despertar para apreciar con ojos nuevos desde la compasión amorosa, un sentido de la vida honrosamente más agradecido.

En los actuales momentos e independiente a las creencias predominantes de cada uno, se nos ha movido el piso y nos han sacado a “patadas limpias” de nuestras zonas de confort o de comodidad, para confrontarnos en un momento real de nuestra historia contemporánea donde los protagonistas de la película somos nosotros.  Cada uno de los movimientos y actuaciones no estará nominado al premio de la Academia de Hollywood, ni al Nobel de la paz.  Nuestra manera de accionar futura en primer lugarmostrará el invalorable costo de las vidas perdidas, de una economía en el suelo, las conmociones y estragos de lo acontecido.  El aprendizaje extraído delecciones tan dolorosas, es una contundente orden para tomar este tiempo de cuarentena como una forma de recreo o apaciguamiento emocional involuntario para ocuparnos activamente de reflexionar con una mente despierta en como que promover nuestro equilibrio entre lo espiritual y lo tangible.

Los cambios que particularmente yo espero sean logrados, están en la capacidad efectiva para soltar tanto“desperdicio o basura emocional” acumulada por diferentes procesos de  domesticación y falsa educación, para entendernos, recibirnos y mostrarnos ante el propósito de vida individual descubriendo en nosotros una acertada alineación coherente con un tiempo de vida perfecto para el crecimiento en unidad como civilización organizada que procure y sincere una identidad al verdadero sentido de mundo globalizado.

Comenzar a fluir en la liviandad de establecernos un propósito de vida con bases sanamente confiables en nuestras reales capacidades y competencias que nos preparen para vivir desde el respeto estará en la autoevaluación y disposición personal.  Solemos referirnos a los demás  como responsables de lo que nos pasa, es momento de salvar la responsabilidad y acción individual, desde la mirada de que lo que YO HAGO influye en el entorno inmediato y se proyecta en ondas expansivas.

Resetearnos como si fuésemos un equipo tecnológico podrá iniciar un interesante ciclo de respuestas a preguntas nuevas para mantenernos en la ocupación de darles respuestas. Esperemos que cualquier avance oportuno podamos crearlo encooperación y trabajo en equipo.

Como una maravillosa enseñanza inspiradora para la solidaridad comparto a continuación para concluir “La fábula de la trampa y el ratón”.

Érase una vez en una granja un ratón escondido en un agujero en la pared. Un día, mientras se asomaba hacia la cocina, vio como el granjero y su esposa organizaban los artículos que acababan de comprar. El ratón enseguida se dio cuenta de que algo iba mal. Habían comprado una trampa para ratones.

Asustado, se volvió a meter en su escondite y de allí corrió a toda velocidad a avisar a los animales de la granja. Estos le recibieron con cierta indiferencia.  – “Han comprado una trampa para ratones”, le contó a la gallina. El ave se rió.   – “Lo siento por ti, amigo ratón, pero a mí eso no me preocupa”. Entonces el roedor acudió al cerdo.  – “tienen una trampa para ratones”. Y el cerdo le dijo:   – “tienes mala suerte, rezaré para que no te pase nada”,  y tampoco le hizo más caso. El ratón fue entonces a ver a la vaca, y ella tampoco se inmutó por la noticia:   – “pequeño ratón, soy una vaca, no tengo nada que temer de una trampa para ratones”.

El diminuto roedor se fue triste de vuelta hacia su escondrijo, determinado a enfrentarse solo a los peligros de la máquina infernal. Durante la noche,  el ruido característico del resorte de una trampa rompió el silencio. La mujer del granjero se levantó inmediatamente para comprobar cuál había sido la presa.  Pero con la prisa, no tuvo cuidado y no se dio cuenta que lo que la trampa había atrapado era la cola de una serpiente venenosa. El animal furioso mordió a la granjera.

El granjero llevó a su mujer rápidamente al hospital, del cual volvió con una pequeña fiebre. El hombre pensaba que el mejor remedio contra la fiebre era un buen caldo de gallina, así que cogió su hacha y fue a matar a la gallina. Pero la mujer no mejoraba. A medida que su salud iba empeorando, los amigos de la pareja se acercaron a visitarla, y para darles de comer el granjero tuvo que matar al cerdo. Finalmente la mujer murió, y tantas personas vinieron al funeral que al hombre no le quedó más remedio que sacrificar a la vaca y así para poder tener carne suficiente para todas.

El ratón presenció todos los acontecimientos con gran tristeza. Sus amigos no se dieron cuenta de que cuando un peligro acecha a un solo miembro del grupo, todos están en peligro.

Lo que podría ser la moraleja de ésta fábula es que:

No creas que un evento no teafecta porque no se relacione directamente contigo.  El mundo es lo suficientemente complejo, y por alguna razón todos estamos relacionados por vínculos sensibles y sutilmente invisibles.

“La vida es bella y el amor de Dios es perfecto”.

 

@FARAH CISNEROS.

Escritora – Pinealista y Mentora

Facilitadora en Procesos de Cambio y Transformación Personal

Master Coach Neuro-Linguistic Programming PNL

Certified Heal Your Life Teacher Philosophy Louise Hay

Abogado con estudios de Postgrado en Derechos Humanos – Empresaria

Fundadora y Directora de EGP. Escuela de Gerencia y Pensadores

Autora del libro ¡Haz lo que te dé la gana!

Produce, coordina y desarrolla el Programa de Entrenamiento y Desarrollo Integral Personal-PEDIP de EGP. Escuela de Gerencia y Pensadores

Directora de Relaciones Institucionales del Círculo de Escritores de Venezuela.

Promueve proyectos de emprendimiento, y participa como Asesor y Consultor en Sistemas y metodologías organizacionales en las áreas de planificación, sistemas y procedimientos administrativos.  Dedicada con pasión a la investigación,  formación y capacitación académica en el desarrollo del comportamiento y potencial humano en psicología humanista e inteligencia emocional.

Coach & Mentoring  en ejercicio activo.

 

farahcisneros@hotmail.comescueladegerenciaypensadores@gmail.com

http://egpvenezuela.wix.com//farahcisneros

http://egpvenezuela.wix.com/egpvenezuela

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Día del idioma y del libro

Por Magaly Salazar Sanabria

«Creo que los escritores deberíamos salir de la torre de cristal y asumir nuestro papel ante la sociedad  y el mundo. Una cruzada internacional contra el hambre y la guerra podría ser impulsada por las  escuelas, universidades, organizaciones internacionales, no como dádiva o paliativo sino como un esfuerzo mundial de los capitales,  profesionales y técnicos del universo para hacer productivas las tierras  y enseñar a los que no lo saben que la tierra nos ama y nos dice: “Ven, trae tus semillas y adóbame para que el pan nuestro jamás tenga asueto»

Ayer se celebró el Día de la Tierra y me detuve en las vendas, parches, muletas, que son los aditamentos utilizados por los  geniales artistas caricaturistas, para representar, desgraciadamente, a nuestro malquerido planeta. Me detengo en la cita del hidrogeólogo, Jean Margat, Vicepresidente del Plan Azul y Consejero  del Bureau RecherchesGéologiques et Minieres, quien, ante la gravedad del problema, dice: “El desarrollo de una nueva conciencia cívica con relación al agua será, en última instancia, un indicador de nuestro compromiso con el desarrollo sostenible”La cita es del libro Claves para el siglo XXI de la Unesco (p.129). Y digo: “Siempre bondadosa, / el agua se expande por la vida, apadrinándola, / sin embargo, no busca el favor de sus ahijados”.  Pero me pregunto¿ Será que los parientes del agua la vamos a dejar morir’? ¿Y si la tierra se seca la van a humedecer nuestras lágrimas? Para escribir a la Tierra, recordemos el “Cántico de las criaturas” de San Francisco de Asis, el primer ecologista escritor que se conoce: “Alabado seas mi Señor, por la hermana, nuestra Madre Tierra/ La cual nos sustenta y gobierna/ y produce diversos frutos con coloridas flores e hierbas”

Creo que los escritores deberíamos salir de la torre de cristal y asumir nuestro papel ante la sociedad  y el mundo. Una cruzada internacional contra el hambre y la guerra podría ser impulsada por las  escuelas, universidades, organizaciones internacionales, no como dádiva o paliativo sino como un esfuerzo mundial de los capitales,  profesionales y técnicos del universo para hacer productivas las tierras  y enseñar a los que no lo saben que la tierra nos ama y nos dice: “Ven, trae tus semillas y adóbame para que el pan nuestro jamás tenga asueto”

Pero dejemos a la Tierra con sus bellezas, bondades, sus cuitas y sus depredadores por un momento. Es producto de la causalidad que el Día de la Tierra y el del Libro y el Idioma se celebren  22 y 23 de Abril, respectivamente. Y digo causalidad  porque la Tierra está buscando quien le escriba, quien la lea y sobre todo, quien la cuide y la quiera.

Definitivamente,  la paz y la armonía de la naturaleza constituyen  una inversión rentable  para siempre. No habrá desarrollo de ningún tipo si acabamos con el planeta. La palabra de los escritores, llámense poetas, ensayistas, narradores, dramaturgos,  es fundamental para respaldar todo acto noble porque ella debe ser  un instrumento para la paz. La paz bien merece la celebración del Idioma que la predica. También es cierto, que necesitamos gobiernos responsables, capaces, sensibles, que tracen programas y los lleven a la práctica para salvar al planeta del calentamiento global y otros desastres. El silencio, en  el caso de la indiferencia, es  depredador y cómplice, la palabra es, contrariamente, flor y redención.

Y sólo hay una manera de conocer el mundo y sus pensamientos, el ambiente y su suerte y es a través del IDIOMA. La lengua contribuye a crear la representación del universo. ¿Cómo entendemos los pensamientos, la existencia de los otros sino a través del idioma? Los pueblos piensan y comunican sus ideas a partir de la lengua. Entonces, el mundo objetivo se transforma en un mundo  que trasciende por el espíritu. El idioma tiene un carácter social inserto en la historia de una manera dinámica, por eso se convierte en memoria colectiva del pueblo que habla y que de alguna manera refleja su pasado y presente.

Mientras Dios mira, damos un salto a otro lugar del universo y después de beber el agua de Canaletas, por aquello del regreso, (el que bebe esas aguas por primera vez, vuelve) Nos confundimos con el gentío en la Rambla Cataluña de Barcelona, que se llena de rosas rojas  para  acompañar   cada libro que  festeja la dia de de San Jordi. Y es que la jornada  jubilosa  de San Jorge fue la fecha elegida por la UNESCO para celebrar el Día del Idioma, el Libro y los Derechos de Autor. La declaración se realizó el 15 de noviembre de  1995 y se escogió la fecha del 23 de abril para ese efecto.  Se conmemora la muerte de tres grandes escritores: Miguel de Cervantes Saavedra, el gran escritor de las letras españolas, autor de Don Quijote de la Mancha. William Shakespeare, el famoso del teatro británico por su Rey Lear y Romeo y Julieta y el Inca

Garcilaso de la Vega, el ilustre peruano cuyos  Comentarios reales de los incas constituyen un aporte valioso a la literatura del español de América. Ese mismo día  fallece en Venezuela, el 23 de abril de 1936, la excelente escritora Teresa de la Parra, quien escribió la novela Ifigenia y Memorias de Mamá Blanca.

En cuanto a Cervantes, recordamos que nació en Alcalá de Henares en 1547 y murió a la edad de 69 años. Vivió con mucha intensidad, entre la literatura, la guerra, las aventuras y el cautiverio. Sus primeras obras fueron: Los tratos de Argel y La gran turquesa, Novelas ejemplares, Comedias: Los baños de Argel, El gallardo español, El rufián dichoso y los entremeses: El retablo de maravillas, El viejo celoso y Los trabajos de Persiles y Segismunda  y otros libros importantes.

Referente al Quijote, Cervantes logra el milagro de dos personajes que atraviesan solos, sin que nadie los lleve de la mano, a través  de los siglos, sin más apoyo que el de las palabras. El escudero aprenderá que la vida es más que una InsulaBarataria y Don Quijote se dará cuenta, dolorosamente, que Dulcinea no es suficiente para sostener su espada. Quizás ningún signo exprese mejor la forma dialéctica del contenido del Quijote como  ese etéreo símbolo de Dulcinea que se construye en el afinamiento mayor de la parodia. Pero hablar de Cervantes y del Quijote significa llenar muchas páginas de estudio. Lo que he señalado es una gota en ese mar de sustancias trascendentales de esta obra.

También es importante señalar que hace más de 300 años, un 17 de abril , fallece Sor Juana Inés de la Cruz,autora, entre otras obras, de Primero sueño, la figura más importante  de la literatura colonial latinoamericana, y es necesario no sólo recordarla sino estudiarla como lo ha hecho Octavio Paz y Alberto G. Salceda. En la carta de respuesta al Obispo de Puebla, Manuel Fernández de Santa Cruz, quien oculta su identidad bajo el seudónimo de Sor Filotea, ella se manifiesta así:“volví (mal dije, pues nunca cesé); proseguí, digo, a la estudiosa tarea (que para mí era descanso en todos los ratos que sobraban a mi obligación) de leer y más leer, de estudiar y más estudiar, sin más maestro que los mismos libros”. Esta cita es tan importante y la traigo a colación ante Udes., para reafirmar la importancia de los libros y sus valores nutricios. A Sor Juana se le envidió, se le calumnió, muchos no la reconocieron en su tiempo por ser defensora de los indios, los mestizos, de los derechos de la mujer y por su talento y su sed de conocimientos, problemática quesubsiste en la actualidad y que obvia, censura, menosprecia todo lo relacionado con lo femenino. Pero en la historia, el nombre de Sor Juana Inés de la Cruz, lo mantendrá el idioma y los libros.

Prosigamos: Y como todo Idioma se respalda en la escritura, con relación al LIBRO y su importancia diremos que los libros señalan horizontes, caminos que se abren a diferentes áreas del pensamiento: científicas, lingüísticas, artísticas, investigativas. Los libros se convierten en nuestros mejores amigos

Intercalo idioma y libro expresamente porque conforman un binomio inseparable.En cuanto al español en  Venezuela, el Maestro Angel Rosenblat apuntaba lo siguiente en el libro Lenguaje coloquial venezolano de la profesora Aura Gómez de Ivasshevsky:

“Nuestro sistema es común, pero dentro de él cada comunidad (y aun cada hablante) organiza los elementos de acuerdo con su propio espíritu. O dicho con términos de Guillermo de Humboldt, “de acuerdo con su forma interior de lenguaje, que es creación de su espíritu. De esa organización surge la originalidad del habla coloquial venezolana. La manera de hablar es un comportamiento o un modo de ser” (p.27)

Asimismo, las expresiones generales del español venido de la Península Ibérica, co-existen con la influencia indígena, la proveniente de los  africanoamericanos y la de otras lenguas como el inglés, portugués e italiano, también las típicamente venezolanas que dan a nuestro idioma su propia personalidad.

Ahora bien, con el paso del tiempo, las nuevas tecnologías, el lenguaje coloquial de los jóvenes, el deplorable lenguaje en algunos medios radiales y televisivos, aunado al lenguaje agresivo, escatológico e irrespetuoso del Presidente de la República- lo que ha llamado el Maestro Efraín Subero, “basura léxica”- ponen en peligro el equilibrio y belleza del Idioma que hablamos. Sin embargo, a pesar de ser muy atacados, lo menos dañino son  las innovaciones populares o  terminologías extranjeras, que en todo caso, deben someterse a las leyes del uso. El escritor señala que la situación del español, por lo menos en Venezuela, está para conmemoraciones y no para celebraciones.

Al referirnos a la “basura léxica” empleada por la dictadura en sus discursos violentos promotores de odio, debemos recordar que la ética, es sin duda, uno de los campos de reflexión más evidentes en la actualidad. Ante la brutal represión, el irrespeto verbal, el insulto constante, la crisis económica, moral, sanitaria, de libertad y de derechos humanos en general, la ética de la palabra y de la acción humana se presenta como una necesidad de reflexión y responsabilidad, debido a que el sujeto debe ser competente para dialogar con el otro en condiciones de igualdad y respeto para construir una sociedad más justa y debemos hacerlo a partir del lenguaje que es un lugar de lucidez. Lo que llamaría Paul Ricoeur, “los discursos compartidos”

También, Rafael Cadenas (1979) y Ana Teresa Torres (2006) abogan por la ética de la palabra, porque la palabra es liberadora, por lo tanto, hace de cada hombre un sujeto pleno de posibilidades.

¿Cómo entendemos los pensamientos, la existencia de los otros sino a través del idioma? Los pueblos piensan y comunican sus ideas a partir de la lengua. Entonces, el mundo debe encargarse de preservar ese legado.

Para muchos, como Ernesto Sábato en su libro Hombres y Engranajes, le preocupa la injerencia de la  civilización tecnológica mal utilizada y a otros el deplorable lenguaje de algunos medios de comunicación como la televisión.

Para concluir, cito a Don Miguel de Unamuno, quien expresó: “ La lengua es la sangre del espíritu social, y así como la sangre es como el ambiente interior del cuerpo, así la lengua es el ambiente interior del espíritu colectivo, el vehículo de su nutrición ideal (Algunas consideraciones sobre LiteraturaHispanoamericana.Ensayos 1. p.75)

Bibliografía consultada:

Cervantes, Miguel de

Gómez de I, Aura (1969) Lenguaje coloquial venezolano. Caracas: Universidad Central de Venezuela.

Margat, Jean (2000) Hacia una nueva cultura del agua. Claves para el siglo XXI.      Barcelona: Ediciones Unesco

Rivera V, Osvaldo. (2008) Don Quijote, perdón…Día del Idioma[Artículo en línea] Disponible: http//www.lahora.comec[consulta:2010,abril]

Subero, Efraín. Discurso ante la Academia Venezolana de la Lengua

@florasuntina en Instagram

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La deshumanización en primera línea

La otra cara

La deshumanización en primera línea

Por: Inés Muñoz Aguirre

Siempre escribo sobre revisarnos como sociedad, porque más allá de lo que vivimos a diario a través de la fractura de los servicios públicos, o la decisión de algunos de colocarse en una acera, que los ubica en oposición a los de la acera del frente, hay características propias de una gravedad extrema que tiene que ver con la salud espiritual, por identificar de alguna manera aquellas reacciones, emociones y comportamientos que tienen que ver con nuestra forma de actuar.

He visto con horror desde el primer caso que se notificó como víctima del Covid-19 en nuestro país, como se propagaron descalificativos. Hay burlas, señalamientos, reclamos que asocian a personas que han viajado con la culpabilidad de haber traído el virus.  He visto a una hija tratar de defender la memoria de su padre a través del twitter, como respuesta a los insultos, desprecios y señalamientos de gente que no los conoce, pero también de los vecinos que los atacan. Todo nos hace construir en nuestra mente una escena medieval en la que se elevaban las antorchas para dejar en evidencia a los que víctimas de la peste se ocultaban,  ahora se enarbolan las palabras a través de las redes sociales.

¿Cómo es que llegamos a este punto, en el que viajar es una carta que guarda mucha gente bajo la manga, para colocarla sobre la mesa con el fin de darte una estocada final? ¿Cómo es que no se entiende que ya no es un virus importado, y que la importancia de la cuarentena tiene que ver con que a estas alturas de la propagación por el mundo el contagio ya es local?

Preocupa todo lo que estamos viviendo, pero cuando comparas que en Madrid una de las ciudades más afectadas, los vecinos reciben con aplausos al que regresa a su casa como sobreviviente y que nosotros, al parecer lo que hacemos es señalar y exponer física y emocionalmente a las víctimas, descubres la otra cara de una enfermedad que puede dar a cualquiera que se salte el confinamiento, que no guarde las debidas normas de aseo y el distanciamiento social tan necesario.

Pensar en la posibilidad de perseguidos y perseguidores es una realidad que nos asoma al terror de una sociedad descompuesta que ha ido dejando a un lado su humanidad. Mientras esto sucede hay quienes piensan que estamos viviendo una etapa de nuestras vidas que nos llevará a un cambio profundo desde lo individual y que nunca más volveremos a ser los mismos.  ¿será eso verdad?

— Inés Muñoz Aguirre

https://inesmunozaguirre.wixsite.com/inesmunozaguirre

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Templanza y honestidad en el lenguaje

Rafael Cadenas, en sus 90 años

Apuntes de Lectura

 

Rafael Cadenas: Templanza y Honestidad en el Lenguaje

Por Carmen Cristina Wolf

“La poesía pertenece a lo más íntimo, lo más sagrado, lo más tembloroso del hombre; no es asunto de frases bonitas (algunas veces es todo lo contrario)”.

                                    Rafael Cadenas, entrevista publicada en El Nacional en 1966   

 

Hace algún tiempo tuve la fortuna de asistir a un recital de los poetas Rafael Cadenas y Eugenio Montejo. Fueron momentos inolvidables cobijados por la hondura de los versos de estos dos escritores venezolanos. Cadenas es poeta, ensayista, traductor y profesor de literatura. Es una voz poética lúcida, penetrante, que obedece a una visión del mundo fruto de un pensamiento profundo y de alcance universal.

Entre sus obras se encuentran: Cantos iniciales (1946), Una isla (1958), Los Cuadernos del destierro (1960), Derrota (1963), Falsas maniobras (1966), Anotaciones (1973), Intemperie (1977), Memorial (1977), Amante (1983), Dichos (1992), Gestiones (1992). Se han publicado varias Antologías de su obra y el Fondo de Cultura Económica publicó su Obra entera. Sus ensayos son referencia indispensable del pensamiento contemporáneo. Sus libros En torno al lenguaje y los Apuntes sobre San Juan de la Cruz y la mística son objeto de estudios e investigaciones. Recibió el Premio Nacional de Literatura, el Premio Internacional de Poesía Pérez Bonalde, la Beca Guggenheim y Doctorado Honoris Causa de las Universidades Central de Venezuela y Los Andes. Recientemente ha recibido el Premio de la Feria Internacional del Libro otorgado en Guadalajara. Recibió también el Premio de Poesía Reina Sofía y recientemente se le otorgó el Doctorado Honoris Causa de la Universidad Simón Bolívar.

 

Estas líneas que ofrezco a continuación son apenas unas notas, una reflexión muy personal en torno a la visión poética que se revela en la obra del venezolano Rafael Cadenas. Acercarme a desentrañar algunos rasgos en su poesía es un ejercicio que emprendo con timidez, porque es asomarse a su alma. La lectura de sus poemas, escritos y entrevistas es un solaz para el espíritu. Comienzo haciendo mías estas palabras escritas a Rilke por Lou Andreas-Salomé en 1914: “(…) empecé a vivir con el poema mismo, pues en los primeros momentos su sentido objetivo me subyugó demasiado como para poder hacerlo. Y ahora lo leo, o mejor, no paro de recitármelo a mí misma. Hay en él como un reino recientemente conquistado, todavía no se distinguen bien sus fronteras, se extiende más allá del espacio que se puede recorrer en él; se lo adivina más amplio (…)”. (Correspondencia, Hesperus 1989).

 

Así suele suceder con los poemas de Cadenas: pueden algunos de ellos ser como una pluma de ave que penetra  sin ruido en mi ventana, otros rasgan silencios a tambor batiente, mas cada uno conduce a un reino de significaciones y cuando creo haber agotado su sentido surge otro y otro; es una poesía que mueve los cimientos de lo habitual y nos lanza hacia las profundidades del misterio que somos.

 

El Personaje

 

A pie descalzo y con un candil en la noche suelo leer a los poetas cuyos versos  dejaron de pertenecerles para volverse míos. Cadenas, a quien no parece gustarle mucho que le llamen poeta, estará acostumbrado a ser “elucidado, disecado, menguado, enriquecido, exaltado y maltratado”, haciendo valer las palabras que escribe Paul Valéry sobre sí mismo en el Prólogo al Cementerio Marino. Por esta razón no quiero hablar de ese hombre pausado, de caminar distraído, a quien podemos encontrar en las Librerías El Buscón, Kalathos, Alejandría o Lugar Común. No me atrevería siquiera a asomar algún sesgo de su forma de ser, él que se confiesa aprendiz, siempre joven ante el hallazgo que es la misma vida. Dejo constancia de que a veces saluda con una secreta alegría y en ocasiones parece que mira pero no nos está viendo y hace un esfuerzo para saludar, como si no estuviera allí. Otro día vuelvo a encontrarle sentado en un quicio a la espera de que abran las puertas de algún teatro y nuevamente sonríe enigmático, juvenil, y sus ojos café se vuelven claros como el color de su portafolio de cuero. Me recuerda unas líneas que leí siendo muy joven:

 

“(…) él había pensado más que otros hombres, poseía en asuntos del espíritu aquella serena objetividad (…) y sabiduría que solo tienen las personas verdaderamente espirituales a las que falta toda ambición y nunca desean brillar, ni convencer a los demás, ni siquiera tener razón (…)”. (El Lobo Estepario, Hermann Hesse). Me atrevo a agregar que Rafael Cadenas es un personaje distinto para cada uno de los seres humanos que le conoce y permanece siempre a contraluz, en los linderos del misterio, transformado día a día en la medida en que crece su obra. Su lenguaje se enriquece y se amplía la comprensión amorosa hacia el ser humano. Es lo que percibo en su poesía y siento que ninguno de sus poemas es prescindible, cosa poco frecuente en la obra de la mayoría de los escritores.

 

Su estar en el mundo inspira una gran paz, aunque a veces hay que sobreponerse a esos silencios suyos tan férreos y armarse de valor para osar romperlos. Él es apenas un postigo entreabierto, nada más un vértigo hondo de presencia, tan dado a marcharse y regresar intacto más cercano cuanto más distante. Atravieso las páginas de sus libros y me dejo caer al vacío, al fin y al cabo “florecemos / en un abismo”.

 

Y en lugar de elucubrar o suponer, prefiero atenerme a sus propias palabras, tomadas del libro Entrevistas (Ediciones La Oruga Luminosa, 2000) y de recortes de prensa. En Últimas Noticias el 26/06/02, a la pregunta ¿Cuál es su forma expresiva?, él responde: “Escribo poemas en prosa”. Acerca de sus influencias, dice: “Durante un largo período la influencia principal fue de poetas franceses como Michaux, Rimbaud, Char. Después volví a la forma del verso libre”. (…) “De la India más que su literatura me ha interesado su filosofía clásica, el pensamiento que parte de los Upanishads”. También me atrevo a adivinar en su obra la lectura atenta de Lao Tsé, Chuang Tzu, Li Po, Rilke, Whitman, Lawrence…

 

Ante la interrogante sobre si la poesía debe tener un mensaje ideológico o religioso, Cadenas responde: “No. Lo que pasa es que lo que el poeta piensa se trasluce en lo que escribe. Si uno piensa en grande. Figuras como Dante, uno sabe que detrás de su poesía había un pensamiento filosófico, el de Tomás de Aquino. En el caso de Shakespeare se ha señalado sobre todo la influencia de los estoicos, especialmente de Séneca (…) Hay un vínculo entre filosofía y poesía aunque no se deben confundir (…)”.

 

En el libro Conversaciones, traducción realizada por Cadenas a una selección de  notas  de Walt Whitman (Ediciones Monte Ávila Editores Latinoamericana 1994), se lee este fragmento de Whitman: “Bueno, está muy bien la cadencia, sí bastante bien; pero hay algo anterior, más imperativo. Lo primero que se necesita es el pensamiento (…) Soy muy reflexivo, me tomo mucho trabajo con las palabras (…) lo que persigo es el contenido, no la música de las palabras”. Encuentro en la poesía de Rafael Cadenas una tendencia carcana. No se pueden leer sus versos de una sola vez, cada cuatro o cinco palabras conviene detenerse y buscar su resonancia dentro de nosotros.

 

Desde una Isla a un Destinatario Desconocido

En el poemario Una isla, el joven Cadenas escribe en 1960:

 

“Si el poema no nace, pero es real en tu vida,

eres su encarnación.

Habitas en su sombra inconquistable.

Te acompaña

diamante incumplido”.

Una existencia vivida con autenticidad puede ser tan o más poética que el poema mismo. Una isla se forja desde esta reflexión sin ser una escritura de tinte filosófico, porque emerge en la matriz luminosa del mar y ese esplendor acompaña casi todos sus poemas. Plantea la paradoja de la realidad y el lenguaje que la nombra, hasta el punto de considerar la existencia del hombre como una “sombra inconquistable” de lo real, que es el poema. Lo cual nos pone ante los ojos el antiguo interrogante de si la palabra crea las cosas o estas surgen antes que el lenguaje. ¿O son inseparables la realidad y la palabra? A veces me atrevo a pensar que la esencia es la palabra y el origen de todo es el lenguaje. Me reconozco cautiva de los primeros versículos de Juan evangelista: “En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba en Dios, y el Verbo era Dios. Él estaba en el principio en Dios”. (Juan, 1,1-2). Lo visible no es sino una sombra de aquello que ES, el poema supremo de Sí mismo.

Cuando se vive en una isla arrojado al desarraigo se está uno sometido a la caricia o a la garra  de luces y sombras, doble visión que viene de lo alto y se refleja en las aguas. Por eso la luz entra a raudales en este poemario:

“Muelle de enormes llamas  / Navíos que viajan al sol / (…) Ciudad de corazón de árbol / (…) La luz golpea mendigos (…)”.

Y la significación polifónica de los versos abarca el lugar donde se refugia un  personaje femenino:

 

“tú entras en la luz (…)

tú comienzas a recorrer el tiempo como un licor (…)

tu cuerpo es un arrogante / palacio / donde vive / el / temblor”.

 

          El amor transforma el exilio en libertad, porque cuando somos libres y estamos bien, poco nos damos cuenta de ello y se nos pasa la vida sin pena ni gloria, aferrados a la rueca de los hábitos que nos convierten en máscaras de mueca inmóvil:

“El amor nos transforma… el pobre carcelero se creía libre porque cerraba la reja, pero a través de ti yo era innumerable.

(…)  El amado pronuncia el encantamiento que cubre una zozobra”.

 

          Mas el poeta advierte que nada ni nadie en este mundo es para siempre y hay que partir de todo en cada instante:

 

“No hay luz que nos enlace

(…) nuestras fiestas convertidas en fogatas / que avientan su ilusorio mediodía”.

 

          En el exilio del alma los pequeños detalles salvan de la desolación, aun en la más triste de las separaciones: “El exiliado deplora las patrias / Rehuye escisiones. Se encamina hacia el instante”. Siempre lo acompaña un diamante incumplido: la libertad de poetizar.

En su obra se aprecia una observación rigurosa de su propio espíritu, así como de los pequeños sucesos cotidianos, como por ejemplo, escuchar las voces infantiles de los niños de la casa pidiendo un helado o salir a comprar el periódico. Encuentro una síntesis de la existencia y su valoración, una visión del hombre acerca de sí mismo, de sus vivencias, una  conmovedora comprensión de sus propias marchas y contramarchas y una prontitud esencial en el uso del lenguaje. Visión que siempre será fragmentaria, pues ningún ser humano puede aquilatar la verdadera dimensión de otro ser, que es infinita.

Cuadernos del Destierro

“Busca tu alma, ámala, tócala, cultívala”, escribe Rimbaud en su Carta del Vidente. Se percibe  en la poesía de Cadenas a un ser que se adentra en profundidad en su condición más íntima y la desviste de eufemismos. En su poemario Cuadernos del destierro escribe:

“Yo, envés del dado, relataré no sin fabulaciones mi transcurso por tierra de ignominias y dulzuras, rupturas y uniones, esplendores y derrumbes”. (Del libro Los Cuadernos del destierro 1960).

El que observa sin velos la caída de sus propias máscaras anhela imperiosamente “ver” su verdadero rostro. ¿Quién soy, cuál de mis yoes, quien es el que Es?:

“(…) Un día comenzó la mudanza de los rostros (…) todos escenificaban una danza de posesos sobre mis hombros (…). Mi rostro ¿dónde estaba? Debí admitir, tras dolorosa evidencia, que lo había perdido”.

Este poema revela el  desconcierto de quien despierta en una irrealidad habitada por cientos de espejos deformantes y no sabe cuál de todas esas imágenes es la verdadera. Estos versos desgarradores de Cadenas me hacen pensar en las palabras de Rimbaud en su Carta del Vidente:

“El primer estudio del hombre que quiere ser poeta es su propio conocimiento, entero; busca su alma, la inspecciona, la tantea, la aprende. En cuanto la conozca, ¡debe cultivarla! (…) El poeta se hace vidente por un largo, inmenso y razonado desajuste de todos los sentidos. (…)”.

          Falsas Maniobras

Cuando se vive la experiencia de un fracaso es frecuenta que la persona se sienta más cerca que nunca del propio ser. De los triunfos poco aprendí, ellos me alejaron del encuentro con lo insondable que se esconde más allá de la apariencia. Por eso me conmueve el poema “Fracaso” del libro Falsas Maniobras. Es la extraña y honda hermosura que siento en unos versos traspasados de lucidez:

“Cuando ponías tu marca sobre mi frente, jamás pensé en el mensaje que traías, más precioso que todos los tiempos.

Tu llameante rostro me ha perseguido y yo no supe que era para salvarme (…) Gracias por apartarme”.

Cuando el hombre se sumerge en su propia soledad surge el poema, bien sea hecho de palabras o de sangre. “¿Quién sabe de la Noche?”, escribe Juan Liscano en el primer poema de “Nuevo Mundo Orinoco”. “¿Quién sabe de la desolación y del abatimiento a muerte, del fracaso absoluto sino aquel que lo padece?”.

En el vórtice del torbellino más negro puede asomar un celaje de esperanza. Por eso me gusta el poema “Beloved Country”, con su arcoiris de sentidos, porque según sea el estado del ánimo de quien lo lee, significa el canto nupcial con el “sí mismo”, o la llama del encuentro con el amado(a), tal vez el regreso al núcleo de la tierra, o también el reencuentro con la palabra que se había negado a volver al poeta en su abandono:

“Cuánto tuyo no se desenvuelve como música perdida en mí.

País al que regreso cada vez que me he empobrecido.

(…)

Nunca €me has negado tu leche de virgen.

Mi reflujo, mi fuente secreta, mi anverso real.

Ignoro el alcance de tu olor de especia, pero sé que has estado en todos mis puntos de partida, envolviéndome. Oriente solícito, como una ceremonia.

País donde van las líneas de mi mano, lugar donde soy otro, mi anillo de bodas. Seguramente estás cerca del centro”.

Este poema trae el lejano aroma de la raíz que tiene sed de beber en la fuente de la vida y se hunde al fondo de la tierra en búsqueda de la madre, amante, esposa y alma en exilio. Que no otra cosa es estar en este mundo más que un exilio del alma que ha sido apartada temporalmente de la palabra que la creó.

Intemperie

Del poemario Intemperie me cautivan estos versos:

“Hazte a tu nada

plena.

Déjala florecer.

Acostúmbrate al ayuno que eres.

Que tu cuerpo se la aprenda”.

                                                 (Poemas selectos)

Esta referencia trae a mi mente los versos sobre la “Nada” leídos en el libro “La Nueva Tierra” escrito por Josefina Chacín Ducharne, quien se firma «La esclava del Señor».(Ediciones Custodia de Tierra Santa, 1977):

“La ‘Nada’ es lo más cercano al Ser

y es lo que somos:

somos ‘Nada’.

La ‘Nada’ está más allá del pensamiento,

ella está por encima del entendimiento.

Por tanto, no se llega a ella por el conocimiento,

sino por la ‘renunciación’.

Para llegar al Ser hay que dar un salto

en el vacío,

          ese ‘vacío’ es la ‘Nada’ ”.  

En casi toda la poesía de Cadenas y sus escritos en prosa, como los Apuntes sobre San Juan de la Cruz y la mística se percibe un desprendimiento de las cosas materiales y de los halagos,  para alcanzar la sabiduría en la más absoluta sencillez, sin pretender ser moralizante, lejos del culto a la personalidad. En la flaqueza y sobre todo a través de ella se roza el borde del amor, en la mayor indigencia se siente la intensidad de lo hermoso, ese “diamante incumplido” que se haya detrás del espejismo de la nada.

Amante

Como si no se pudiera respirar, en un ahogo, en asfixia casi mortal se vive cuando se está lejos del amado. Nada interesa al cuerpo, todo es  baratija, remedo de vida cuando él o ella no ama o no sabe que ama. El libro Amante es, si se quiere, uno de los poemarios más hermosos y originales de la poesía contemporánea y ha sido traducido en varios idiomas. He aquí uno de sus poemas más delicados y maravillosos:

“¿Cómo pudiste vivir

de la idea

que la ocultaba,

con un sabor

que no era el de ella,

huyendo

de su aparecer

que era también el tuyo?”          

(Amante)

Cuando se está lejos de la presencia amada el mundo se desdibuja, pierde peso, se regresa al bosquejo, a aquello en el anhelo bosquejado. Únicamente importa él o ella, su latido, su respiración. Quien se enamora está dispuesto a traer, como escribe Emily Dickinson “rosas de Zanzíbar / abejas por millas, / desfiladeros azules / ejércitos de mariposas”.  Ningún elixir calma la sed ni cura el mal; apenas se respira y el pulso se suelta a latir sin concierto porque uno se quiebra y es capaz de lo imposible. Es el enamoramiento sin correspondencia una semilla de la más loca imaginación, lo imaginado sobrepasa casi siempre a la realidad, es más atrayente porque no se transforma en concreciones que suelen no cumplir el ensueño. Muestra de ello la pasión del Quijote por su adorada Dulcinea del Toboso, ejemplo de la hermosura y el encanto que el propio Quijote inventó en su pensamiento y en su corazón.  El dolor del amor ausente no desaparece sino con presencia tangible:

          “Llegas

          no a modo de visitación

          ni a modo de promesa

          ni a modo de fábula

          sino

          como firme corporeidad, como ardimiento,

          como inmediatez”.           

                                                 (Amante)

La realidad refleja casi siempre un solo lado de las cosas y si nos damos vuelta, el espejo, con esa terquedad tan lógica de su sino, continuará  revelando tan solo el otro lado del ser. Así también, los otros reflejan nuestro rostro empañado por sus ideas predeterminadas sobre cómo se imaginan que somos, o como quisieran que fuéramos.

Nadie logra conocernos absolutamente. Solo existe un ser que en un instante es capaz de ver, sentir, saborear y saber cómo somos. Debiera decir, más bien, qué somos, quiénes somos:

“Eludías

el encuentro

con el tú

magnífico,

el que te toma

y te anula como tempestad

y de ti arranca al que busca”.

                                                 (Amante)

El amante posee por entero nuestra imagen y nos la devuelve intacta, íntegra, plena de toda plenitud. Nos entrega también algo más que antes no éramos, porque habíamos sido fragmentados, porque cuando llegábamos a ser, no había espejo que nos contemplara, ni había cáliz que contuviera nuestra sangre toda.

Después de haber vivido la experiencia de la otredad salvada y vencida por lo inexorable, el amor, que se revela por encima de cualquier pensamiento, de cualquier medida, el hombre se encuentra íntegro ante sí  y adquiere la “conciencia cósmica que nace de una compenetración del fondo más profundo del individuo con la vida de todos los seres y con el universo”, esa conciencia a la cual se refiere Rafael Cadenas en el prefacio a su traducción de algunos fragmentos de Walt Whitman (Conversaciones). Me gusta pensar que cuando Cadenas se refiere a esa “conciencia cósmica”, se describe también a sí mismo.

 

Y el poeta deja de verse separado, fragmentado, solo de toda soledad, porque posa el pie en la experiencia única, irrepetible, imborrable de ser uno con la vida, de ser vida en la Vida.

No es el éxtasis de los amantes la única vía del encuentro con la totalidad. Recordemos a San Juan de la Cruz: “Sin arrimo y con arrimo / sin luz y a oscuras viviendo / todo me voy consumiendo. / Mi alma está desasida / de toda cosa criada / y sobre sí, levantada / y en una sabrosa vida / sólo a su Dios arrimada”. La agonía y el éxtasis del fraile Juan florece en la unión con el Amado.

Voluptuosa experiencia irreversible, “restaurada inocencia”, florecimiento “en un abismo”, el abismo del ser. Cadenas invita a “Vivir / en el sabor de ser”.

Y Cadenas nos  confiesa:

“Solo he conocido la libertad por instantes, cuando me volvía de repente cuerpo”. Manera de decir, con prontitud de lenguaje, haber encontrado un rostro ajeno que lo refleja íntegro y le permite ser con absoluta libertad, porque decir cuerpo es decir un todo, es no estar escindido en esas incómodas, a veces penosas categorías del cuerpo y el alma. Versos que ya son míos y de todo aquel que sea tocado por ellos. Palabras que conducen al resplandor, magnífico y terrible, de entregarnos al abrazo del origen:

“Y ella lo obligó a la más honda encuesta,

A preguntarse qué era en realidad suyo.

Después lo tomó en sus manos

Y fue formando su rostro

(…)

y lo devolvió a los brazos del origen”.     

                                                 (Amante)

Importancia del Lenguaje

En 1984 Cadenas escribe: “(…) La situación de deterioro que he descrito de manera muy sucinta tiene graves consecuencias para el venezolano. El desconocimiento de su lengua lo limita como ser humano en todo sentido. Lo traba; le impide pensar, dado que sin lenguaje esta función se torna imposible; lo priva de la herencia cultural de la humanidad (…) lo convierte en presa de embaucadores, pues la ignorancia lo torna inerme ante ellos y no lo deja detectar la mentira en el lenguaje (…)”. Nunca como hoy tiene validez esta aseveración, cuando la falsedad  se extiende cada vez más en casi todos los ámbitos.

Estamos ante una de las reflexiones esenciales contenidas en este libro. Un lenguaje deficiente y empobrecido hace a un pueblo esclavo de la ignorancia. Con frecuencia recuerdo las palabras del profesor de Fonética Higgins, personaje de la obra Pigmalión de Bernard Shaw, que se conduele amargamente de la joven vendedora de flores por su “espantosa” manera de hablar, con graves errores en la pronunciación del idioma inglés. Él asegura que si tuviera ocasión de enseñarle a expresarse correctamente, la joven se convertiría en una dama capaz de ser la dueña de una floristería. No es asunto de afincarse en el sentido utilitario de dominar una lengua, más bien se trata del dolor que causa el incomprensible desprecio por aquello que nos es más ínsito. No amar el lenguaje es dejar de amarnos a nosotros mismos.

Este ensayo está publicado en el libro Vida y escritura de Carmen Cristina Wolf, publicado en Amazon.

@carmencristinawolf en Instagram. @literaturayvida en Twitter

https://carmencristinawolf.wordpress.com

 

 

 

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Poema de Magaly Salazar Sanabria

A LA MUJER

Soy la que existe con sentido y destino,
construyo mi esencia
y la imagen de la vida me asiste,
inalienable.
Y tú oloroso a nosotros,
nómbrame la intemperie,
haré una habitación
en la mitad del cuerpo,
pues soy casa anterior.
A menudo, la certidumbre me visita
y comparto la unidad;
me refiero a ti, isla recóndita
que dices yo dentro de mi.
Tú, toma mis plasmas vinculantes,
tú aprieta mis abrazos
y mira con cuidado la feminidad
antes que la realidad
abalance sus fantasmas contra esta mujer
También soy silencio
y un “no sé qué” vuelto en resplandor,
bautizado en palabras
y también refugio

en la desnudez
y en medio de la casa múltiple.
Y desde aquello entrañado
entre sabiduría y ventana, pregunto:
¿Cuánto le falta al otro corazón para alcanzar
los símbolos de esta arquitectura?
Antes que el vértigo te asaltara,
te escribí un poema de amor
para que tuviese un ajuste en lo más íntimo
del discernimiento.
¿Sabes?, por aquello de la ternura.

  *   *   *  *  *

Poema VIII de Cuerpos de resistencia

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que hará click en Percepción

y doble click en Una Vida Plena.

 

Magaly Salazar Sanabria nació en La Asunción, isla de Margarita, es licenciada en Letras en la UCV, Magister en Literatura Hispanoamericana en la UPEL, con estudios de doctorado en la Universidad de Barcelona, España. Con una extensa obra publicada, destacan los libros Levar fuegos y sietes, No apto para los ritos de la sacralización, Ardentía, La Casa del Vigía, Bajío de sal, Cuerpos de resistencia, Andar con la sed.

Ha merecido numerosos premios y reconocimientos y ha sido jurado en importantes concursos de poesía. Representó a Venezuela como Directora del Capítulo de Caracas 1989-1992 en el Tercer Encuentro de las Academias Iberoamericanas de Poesía. Actualmente es Vicepresidenta del Círculo de Escritores de Venezuela

 

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Poemas de Anabelle Aguilar Brealey

 

PRINCIPIO DEL FIN

Ofensiva

esta mano tan suave

que sin serlo

es pluma

y es ala

 

demasiado quebradiza

exquisita

melíflua

 

herida y sangrante

al menor corte

 

inútil

para ser obrera

del nido

en que sus habitantes

son únicos y brillantes

 

y las cortinas

son de lluvia

extrema

 De Profanación del huerto (2016)

SIGNOS

Es la locura el centro de la cuerda

la clarividencia de lo agudo

es la lógica perdida en el instante

del parto

es refinado el envoltorio de tanta confusión

en el retorno al crepúsculo

es el ala un pequeño codo

descarnado y triste

con un ojo azul y ciego

 

Por qué unir ojo y lágrima

si el cuerpo es agua pura

y sagrada

 

Cómo es que viene el dolor

en una manzana

agujereada y dulce

 

¿Es así como lo dice

como lo dijo

como lo digo?

 

todo empezó

antes de que lo

reseñara

en las marcas

de mi cuerpo

un rencor

casi

cárdeno

 

se planifica en tiempo

de manera inocente

enmudece Babel

De Profanación del huerto (2016)

SAUDADE

 Dejé creciendo las hierbas

floreciendo las enredaderas

el perro ladrando

 

el descuido

del vecino

que no es cronopio

 

la paquistaní arrancando

en cuclillas

el cardosanto amarillo

y llorando su viudez

cada mañana

los techos de dos aguas

esperando la lluvia

las hojas

de la última estación

con su crujido leve

mi abrigo de invierno

con la vejez en su lana y

un botón de menos

los niños

de ojos brillantes

y sonrisa violeta

el olor

a jengibre fresco

y a vainilla

de Madagascar

 

solo me llevo el colibrí

va en mi cartera

de tela de algodón

para darle un minimalista

jardín de residencia

De Profanación del huerto (2016)

ANABELLE AGUILAR BREALEY. Nació en San José de Costa Rica. Es Bióloga. Residió en Venezuela, actualmente vive en Canadá. Se desempeñó como docente, fue Consejera de la Embajada de Costa Rica en Venezuela y  miembro de la Junta Directiva del Círculo de Escritores de Venezuela. Ha publicado los siguientes libros en narrativa, Los conservacionistas traviesos (1989), Los cuentos del Mago Michú ( 1993), Poeta menor con petirrojo (2001), Laberintitis (2009)  Errática (2011)  Los codos del diablo (2014) y El caballo Grillo (2014) . En poesía , Orugario (1998), Todopoderosa (2000), Hornacina ( 2001) Sangre (2002), Climaterio (2003), Herbario, junto a Márgara Russotto (2005), Desmesura (2008) Consumidas por fuego ( 2011), Canis lupus ( 2012), Profanación del Huerto (2016) y Niño empolvado por explosión de guerra (2019). En ensayo, La cebolla del Arcángel, Eunice Odio (2002)

Una selección de sus poemas parece en Poesía Erótica costarricense. Antología (2003) y en Antología Poética del Círculo de Escritores de Venezuela (2005)  Se le incluye en Muestrario de amores y desamores, de poetas costarricenses (2006), composición musical de Luis Diego Solórzano, Dirección de María Bonilla. Participó con un cuento en Otros cielos, Cuentos de emigrantes ( 2007), Editorial Lumbre. Organización Internacional de las Migraciones. Poemas suyos están incluidos en José Sancho.la forma y la esencia, editado por Triana María Alejandra, Guardia María Enriqueta, Hernández Efraín, también en El arco de Eros, editado por María Enriqueta Guardia. Fundación Museos Banco Central de Costa Rica (2011).

Ha participado en lecturas de su poesía en Venezuela, Costa Rica, México y Smith College, Massachussets.Asimismo, ha sido ponente y ha leído sus poemas en los festivales internacionales de escritores y artistas en la Residencia Internacional de Escritores en Val-David, Quebec, Canadá.

 

 

 

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