DEL NACIMIENTO DE UNA IDEA A LA REALIZACIÓN DE UN SUEÑO

Entrevista a Yoyiana Ahumada

Por Carmen Cristina Wolf

Ha resultado tan enriquecedor y original el proyecto del arte como vehículo sanador, emprendido por Yoyiana Ahumada Licea , que resolví  hacer una entrevista a esta dramaturga y periodista venezolana, acerca de sus últimas obras de microteatro.

#Te la cuento yo: Idea original, guión y dirección Yoyiana Ahumada L.

Para https://www.termometronacional.com/

En la entrevista que realicé a Yoyiana Ahumada Licea, la propuesta que como creadora, escritora y mujer de la cultura venezolana llevó adelante a Plan País Cultura, un proyecto de diagnóstico y soluciones para la transición del país en el área de teatro, en un primer momento se llamó barriodrama, “jugando con los nombres del género que tanto me gusta y conozco: el melodrama. Tanto el proyecto original como el que hoy ya existe como una trilogía, traían consigo el componente del arte como vehículo sanador.”

“El proyecto estaba concebido para trabajarlo en artes escénicas, llevando a las tablas las inquietudes, las emociones, los sueños. Cámara, sonido, edición, con montaje de Yaikel Dorta y Ruben Rodriguez. El proyecto #telacuentoyo hoy en día ha sido producido junto al portal periodístico El Pitazo, nació  de las distintas comunidades populares contempladas para probar esta experiencia donde arte y sanación van de la mano para reconstruir el tejido social. Para no alargar mucho la historia, al topar con una plataforma periodística el proyecto, vivo como está, se transformó. Es decir, El Pitazo ya tenía un trabajo sistemático con las comunidades de manera que nos pusimos manos a la obra. Contactaron a la comunidad de la parroquia Artigas y a uno de sus líderes vecinales, el señor Jorge Santiago y él a su vez procedió a convocar a la comunidad con sus historias a trabajar. Ellos serian los autores de sus historias a las que convertiríamos en materia escénica que luego seria llevada a la plataforma audiovisual de El Pitazo en Youtube.”

Explica Ahumada que entonces llegó la pandemia. Ese mismo fin de semana con la convocatoria, el espacio que sería presencial, volvió a colocar al proyecto en la pausa de la primera vez. Se impuso la reinvención, el proyecto se convirtió en un grupo de Whatsapp y comenzamos a trabajar. Pero la pandemia en su primera ola, se fue alargando y comenzaron a darse las bajas de los participantes: la imposible conexión, la necesidad de emplear los datos de los teléfonos para trabajar, la angustia, la necesidad. La brutal realidad echaba por tierra la posibilidad de hacer el proyecto nuevamente. “Pero ya estamos acostumbrados a no rendirnos en este país, el proyecto volvió a cambiar y los participantes y yo acordamos que me mandaran sus historias, recibieran la sesión de psicodrama.”

Yoyiana tomaría sus relatos para volverlos materia escénica. Así fue que las escribió pensando en una pieza de no más de 20 minutos.

Y continua Ahumada explicando sus experiencias:

“Nacía entonces y por fin #Telacuentoyo. 2020 nos puso en pausa. En detención hacia adentro. Había que escucharse por gusto o a la fuerza. Para los creadores fue un regalo, con dolor, asombro, miedo, pero un silencio que nos volcó hacia adentro. Comenzaron a trabajar,  nacieron entonces “El ángel de Bucaramanga” Meses de ensayo con el gran actor Nelson Lehaman quien se adueñó de Daniel Roque, un venezolano padeciendo en Colombia y encontrando redención. Un rostro de la migración forzosa.”

La segunda historia nos traía a una pareja, Julian y Carmen, venidos a Caracas en aquellas primeras olas del siglo XX. Una historia dura de violencia intrafamiliar y doméstica. “No llames a las balas” encarnada por Claudia Nieto y Antonio Delli. Esta pieza fue nominada por el Festival Femujer como Selección Oficial de Venezuela para el concurso  Mujeres en Corto que acaba de llevarse a cabo en República Dominicana.

La tercera historia, “Niño Jesus ven a esta casa” nos ofrecía el problema de estar contextualizada en diciembre. Cuando comenzaron en enero de 2020, antes de la pausa de la cuarentena,  jamás pensaron que este relato contado a retazos por la protagonista iba a ser un regalo para la parroquia de la Zona 3 de José Félix Ribas en Petare. Así fue. Las encargadas de dar vida a las Lilys; Omaira Abinade y Melba Gonzalez. Zona de Descarga fue la encargada de llevarnos al callejón del Loro en la platabanda y ofrendar a los habitantes de esa zona tan golpeada por situaciones de violencia.. Esa tarde tan mágica y con todas las medidas de bioseguridad, los habitantes tomaron sus sillas y se dispusieron a vivir la historia de dos mujeres que luchan contra la crisis, el hambre y la imposibilidad de satisfacer el deseo de los niños de recibir un presente del Niño Jesús. Acompañados por las parrandas del grupo tradicional Curipaya, la historia se hizo esperanza viva e ilusión.

“Este proyecto se levantó sobre los hombros del periodismo perfomativo que es una tendencia que aunque nace buscando ampliar las audiencias del periodismo más tradicional, no es más que la invitación al yo del periodista presente en las historias transmitidas. En la propuesta se trata de quebrar las fronteras que separan al teatro del periodismo, siempre sujetos a los principios que lo inspiran: el respeto por la historia que es representada – es una historia real, un sentido social de la noticia y la información, del teatro y  el encanto de ver “ese ser tuyo allí” como diría Cabrujas – en vivo y directo? de ver lo vivo bien sea a biodistancia, o desde la pantalla con las emociones trémulas y latientes.”

#Telacuentoyo recorre varios registros y el paso final detrás de la representación, es el paso a la imagen: allí entonces las historias se crecieron y de la mano de Yaikel Dorta y Rubén Rodríguez en las cámaras, sonido y edición y la mirada de Alma Ariza como gerente audiovisual de El Pitazo, quien le dio la tesitura visual a la trilogía y junto a su equipo se esmeraron en darle alas para ponerlas a viajar por los cielos de Quisqueya en el Festival Femujer de República Dominicana.

Agradezco profundamente a la poeta, dramaturga y periodista Yoyiana Ahumada Licea por este testimonio de amor al teatro y de investigación de la realidad social venezolana.

Carmen Cristina Wolf

Fuente: termometronacional.com

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Poemas en Blackout, de Ana María Velázquez

Ana María Velázquez

Los desplazados

Por Beatriz Alicia García

Recientemente El Taller Blanco Editores publicó el libro de poemas Blackout de la poeta y profesora universitaria Ana María Velázquez. El hilo del libro da cuenta del apagón («blackout») que sufrimos los venezolanos en 2019, durante varios días, sin tener claridad sobre qué estaba ocurriendo, ni cuando volveríamos a tener electricidad. Días que se sucedieron sin compás, similares, en su oscuridad, en la angustia que generaron: («…no hay un día nuevo/todos son parte de la sucesión/del tiempo/de la angustia de los meses/de la prórroga de los años/del cansancio de la soledad»…) (Tenemos noventa y seis horas/sin electricidad/en esta ciudad/la mala tierra/donde nunca ha nacido/nada que perdure….)

         Blackout da cuenta, más allá de la situación puntual del apagón, sobre todo sobre el apagón emocional que hemos vivido al ver nuestro país, nuestros espacios, nuestras instituciones desmoronarse son remedio.

 

Uno de las realidades más dolorosas de ese apagón ha sido ver partir a nuestros familiares, amigos, seres queridos, especialmente los más jóvenes, en la búsqueda de un futuro mejor. En sus versos Ana María da cuenta de ese desasosiego, de esa doble pérdida, la pérdida de un país estallando, destruído, a oscuras y la pérdida y el dolor de ver partir a los afectos.

 

DESPLAZADOS

 

Los que se fueron no regresarán, me lo ha dicho el silencio de las calles vacías

 

Al final no habrá aviones

ni autobuses

para volver

los que se marcharon

no regresarán

en vano esperaremos

en aeropuertos

en los terminales

 

No volverán nunca

imposible ya el encuentro

después de haber cruzado

en solitario

tantos puentes

 

en este país

nos hemos quedado

solos

los desplazados

de la tierra

los olvidados

del mundo.

NEGACIÓN
No comienza todo
al amanecer
como piensan los simples
mañana no será otro día
ningún día es nuevo
por completo
comienza mucho antes
viene de otros tiempos
de otras noches
de otros insomnios
serpentea entre la casa materna
y la tumba de Bertolt Brecht
en un jardín
junto al abismo
todo delirio
de madrugada
esboza fantasmas
el amanecer es una figura estoica
de mujer
caminando a grandes pasos
alejándose del Café
adonde le acaban de partir el corazón
no hay un día nuevo
todos son parte de la sucesión
del tiempo
de la angustia de los meses
de la prórroga de los años
del cansancio de la soledad

FOSA
Permanezco fiel
en la fosa
sin tomar
la otra mitad de la pastilla
sin guerra clandestina
de estados insurgentes
en una ciudad
casi deshabitada
que no me recuerda
ni me reconoce
que no sabe cuántas calles
anduve antes
que apenas puede
recordar mi nombre

*   *   *   *   *

Ficha de la autora

Ana María Velázquez. Escritora, docente e investigadora de Literatura en la Universidad Metropolitana, Unimet. Egresada del VIII Taller de Expresión Literaria del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos, Celarg, a cargo de Eduardo Liendo (1995)

Licenciada en Letras por la Universidad Central de Venezuela, UCV. MásterDuoda, Centro de investigación de mujeres, Universitat de Barcelona (2015)

Su poemario Extranjera de por vida obtuvo Mención Especial del Premio Nacional de Poesía José Antonio Ramos Sucre, Cumaná, (2013)

Premio de poesía Latin Heritage Foundation, Washington (2011)

Tercer lugar en cuento corto del VI Festival literario ucevista, Universidad Central de Venezuela, UCV (2003). (Publicado en la Revista Nacional de Cultura No 329/Año 2004).

Libros publicados: Con los ojos abiertos (cuentos).Fondo Editorial Ipasme, Caracas(2008)Creí que me besarías antes de partir(cuentos).Areté Editora, Caracas(2009)

Al azar del viento. (novela). Editorial Lector Cómplice, Caracas(2012)

Cadaqués, palacio de viento. (poemario) Editorial Lector Cómplice, Caracas(2013)

Extranjera de por vida. Editorial Lector Cómplice, Caracas (2014)

Blackout. El Taller Blanco Ediciones. Cali, Colombia (2021)

Ensayos de investigación en La mirada femenina desde su diversidad cultural, tomos I, II y III. Publicaciones Universidad Metropolitana, Caracas, 2008-2015.

Su obra ha sido publicada en Mérida (Venezuela), Washington, Barcelona (España) Cuenca (Ecuador), Santiago de Chile, Aguascalientes, Buenos Aires y Heidelberg.

Ha sido traducida al portugués y al alemán.

Blog: anamariavelazquezanderson.blogspot.com

Twitter: @velazquera

Instagram: @anamar_velazquez

 

 

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Tres Sonetos al majestuoso Ávila

Tres Sonetos al majestuoso Ávila

I

 ¡Señor! De frente a tu quietud perfecta

mirando esa estatura majestuosa

bañada en blanco, en actitud alerta

me inclinaré ante ti, respetuosa.

 

Tranquilo, mi Señor… Tu mal aquieta.

Sosiega esos impulsos en ternura.

Devela dones de imperial poeta

que tu nobleza incógnita conjura.

Serena ese silencio que te asiste

y esa quietud que envuelves en tinieblas,

da un paso breve, en cada anochecer.

Tu cobertura que en verdor insiste

bajo el mítico don y que esas nieblas,

se tornen en hermoso amanecer.

II

 Imponente Señor Ávila, inquieto.

Desde aquí, sosegada y en mutismo

en plenitud de emocional secreto

comulga en tu verdor, mi misticismo.

 

Que en reposo prosigas, te lo exijo.

Que no conviertas tu potencia en reto,

la densidad de tu verdeante alijo

desgranado en vertientes de concreto.

 

Señor de mis saudades y alegría…

¡Cuánto amor hacia ti! Tanto embeleso

¡que de felicidad mi mente llora!

 

Quiero decirte, desde el alma mía

que este afán de mirarte, nunca avieso

atenúa el sentir que me devora.

III

Aquí estoy frente a ti, mirando firme

tu elegante estatura, siempre erguida.

Yo, desde mi ventana, conmovida,

plegarias doy al Dios que nos redime.

 

La blancura que hoy nimba esa tu frente

no es corona de plata, ni es diamante

sino el casquete, que en girar andante

mora imperial, en forma permanente.

 

Una vez más, como otras, te contemplo

y en mi silencio, que decir quisiera

todo un sentir, en fervoroso ejemplo.

 

Tu presencia contemplo y hechicera

deifico tus bondades en el templo,

de mi sagrada beatitud, sincera

Nery Russo, 2001

 

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Eduardo Catalán: Cautiverio y libertad

Cautiverio y libertad

El confinamiento a escala planetaria a que nos han  obligado quienes de manera notoria o soterrada dirigen al mundo, es, como todos  los inconvenientes que se nos presentan en la vida, una crisis o una oportunidad, como lo grafica el ideograma chino que expresa ambos conceptos.

Los religiosos y místicos se refieren a la vida interior, vale decir a ese estado en donde se dialoga o hay una conexión íntima con estadios superiores de consciencia, alcanzando el llamado Nirvana en el Budismo o una comunión con Dios, en otras religiones. Si se tiene vida interior, el aburrimiento no puede existir; en cambio, si se lleva una vida hedonista, sensual, materialista, solo el aturdimiento permanente, la vorágine de los sentidos, puede alejar, momentáneamente, el Taedius Vitae, el tedio que produce una vida carente de sentido teleológico. Esto no es un mero postulado intelectual, es una  verdad  comprobable. Omitiré los casos de gente famosa, rica y bella que terminaron sus vidas, tempranamente, de manera atroz, algo inexplicable para el vulgo.

El cautiverio, puede ser, entonces, una  liberación si lo utilizamos para mejorar como personas, así lo han hecho, no solo santos, sino personas  más cercanas a la vida terrenal, aunque quizás son santos, solo que no se los ha declarado como tales. Nelson Mandela puede ser un paradigma de lo que afirmo, pasó veintisiete (27) años preso y  al ser liberado era un ser humano superior al que había entrado en la cárcel. No solo no se doblegó ni abdicó de sus principios;  al gobernar, demostró que no había sombra de rencor en su ser, y tampoco el corolario del rencor, el deseo de vengarse. Gobernó para todos con justicia y será recordado como uno de los grandes líderes de la Historia

La literatura también nos trae el bello ejemplo de Fray Luis de León, quien acusado ante la Inquisición, entre otros,  por un profesor de griego, cuyo nombre optamos por omitir;  por haber traducido al castellano “El Cantar de los Cantares”, lo que había sido prohibido por el Concilio de Trento y por sostener la superioridad del texto hebreo de la Biblia sobre la traducción latina de San Jerónimo, llamada la Vulgata;  la que solo recomendaba Fray Luis de León en caso de duda, todo lo cual hace que sea procesado por herético y judaizante y fue recluido en la cárcel del Imperio de Valladolid, donde permanece en cautiverio casi cinco años. Durante su prisión, escribe “De los nombres de Cristo” su obra maestra en prosa. Absuelto después, vuelve en 1577 a su cátedra de Salamanca y empieza su clase sin ningún reproche para sus injustos acusadores, con la célebre frase: “Como decíamos ayer…”

Tanto Mandela como Fray Luis de León  y tantos otros, nos enseñan que podemos sobreponernos a los barrotes materiales, que  podemos escapar del cautiverio físico, si nuestra mente y nuestro espíritu logran mantenerse libres.

Publicado en el libro El vuelo y la claridad. Antología 2020. Editorial Diosa Blanca

Eduardo Catalán. Abogado de la UCV. Ha sido presidente del Intergrupo de Abogados de la Academia de Derecho Internacional de La Haya. Ex asesor jurídico de la UCV. Profesor de Derecho Internacional . Miembro Activo del Círculo de Escritores de Venezuela. Articulista de reconocidos diarios venezolanos. 

#EduardoCatalanMorales

@circuloescritoresvenezuela en Instagram

 

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Magaly Salazar Sanabria: Ínferos del tiempo

Ínferos del tiempo

 

Mientras las mujeres tejían la trama de la vida;

hilos verticales y horizontales

atravesados como la cruz cósmica,

lo femenino y lo masculino se entendían

así,  la creación y la vida.

La respiración del ser todo lo trascendía,

también la palabra.

Circe, la bruja, se empeñaba en sus hechizos y venenos

desencadenaba borrascas y virus

y las ausencias empezaron a agrietar las casas.

De pronto,las mujeres dejaron el tejido para inventar el tapabocas.

Penélope desataba sus hilos y Circe reía.

Escribimos la historia mortificadas por la necesidad

y asustadas por la muerte.

Yo recordaba  la casa de mi infancia, allí cabían todas las dichas

y todo asunto feo moría al traspasar sus puertas.

Allí aprendí a ser libre y la palabra democracia

sonaba con las campanas de la iglesia

Los amaneceres se empeñaban en reconciliarnos.

Una tórtola enseñaba a volar a su pichón desde su nido.

Mi ventana era el apeadero de los pájaros.

Pero Circe  no se daba por vencida,

le grité que mi palabra sería voz

de las voces prisioneras de la desgracia.

No quiero cruzar los brazos como espectador,

la vida no es un teatro. El hombre que sufreno es actor.

Porque somos signo, símbolo, sentido,

carne y espíritu.

En la medida en que todo muere mi conciencia se ensancha.

Y el buen humor nos asiste para sobrevivir.

En estos días de aislamiento una niña de 9 años me enseñó

cómo subir un archivo a la nube

y cuando este llegó, yo estaba allí desde hace tiempo.

La tecnología se pasea por las redes,

por los espacios desquiciados,

por nuestros ojos y oídos sin rencores

Y nos une la mañana de Caracas con la tarde sevillana

Ávila y Giralda: Voces y rostros hechos querencias al teléfono.

Entretanto el agua canta como un secreto: Está ausente

Aprendemos, leemos, escribimos,cocinamos sin rendirnos.

Trato de asir las visiones de mi amor

cuando despiertan en mi mente

para olvidarnos un rato de la cuarentena.

Menos mal los pájaros no han gastado su vuelo

y los abrazos nos esperan.

A veces nos equivocamos pero estudiamos

la ruta contraria.

Yo respiro para soportar la alegría del monstruo

y el dolor del hombre. La cuarentena es un viento sucio

en un implante de exilio

El Coronavirus es una peste cierta por la muerte

La pandemia, un pretexto incierto por la vida.

Señor: Llena mi corazón de amor y libertad.

Poema publicado en la Antología El vuelo y la claridad, noviembre 2020.

#EditorialDiosaBlanca

 

Magaly Salazar Sanabria. Poeta, ensayista y docente. Magíster en Literatura latinoamericana. Miembro de la Junta Directiva del Círculo de Escritores de Venezuela y Miembro Correspondiente de la Academia Venezolana de la Lengua

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Poema de Magaly Salazar Sanabria. Día Internacional de la Poesía

Magaly Salazar Sanabria

En homenaje a la celebración del Día Internacional de la Poesía, que se celebra el 21 de marzo de 2021, publicamos un poema de la destacada escritora venezolana Magaly Salazar Sanabria. #DiaInternacionaldelaPoesia

Ínferos del tiempo

 Mientras las mujeres tejían la trama de la vida;

hilos verticales y horizontales

atravesados como la cruz cósmica,

lo femenino y lo masculino se entendían

así,  la creación y la vida.

La respiración del ser todo lo trascendía,

también la palabra.

Circe, la bruja, se empeñaba en sus hechizos y venenos

desencadenaba borrascas y virus

y las ausencias empezaron a agrietar las casas.

De pronto,las mujeres dejaron el tejido para inventar el tapabocas.

Penélope desataba sus hilos y Circe reía.

Escribimos la historia mortificadas por la necesidad

y asustadas por la muerte.

Yo recordaba  la casa de mi infancia, allí cabían todas las dichas

y todo asunto feo moría al traspasar sus puertas.

Allí aprendí a ser libre y la palabra democracia

sonaba con las campanas de la iglesia

Los amaneceres se empeñaban en reconciliarnos.

Una tórtola enseñaba a volar a su pichón desde su nido.

Mi ventana era el apeadero de los pájaros.

Pero Circe  no se daba por vencida,

le grité que mi palabra sería voz

de las voces prisioneras de la desgracia.

No quiero cruzar los brazos como espectador,

la vida no es un teatro. El hombre que sufre no es actor.

Porque somos signo, símbolo, sentido,

carne y espíritu.

En la medida en que todo muere mi conciencia se ensancha.

Y el buen humor nos asiste para sobrevivir.

En estos días de aislamiento una niña de 9 años me enseñó

cómo subir un archivo a la nube

y cuando este llegó, yo estaba allí desde hace tiempo.

La tecnología se pasea por las redes,

por los espacios desquiciados,

por nuestros ojos y oídos sin rencores

Y nos une la mañana de Caracas con la tarde sevillana

Ávila y Giralda: Voces y rostros hechos querencias al teléfono.

Entretanto el agua canta como un secreto: Está ausente

Aprendemos, leemos, escribimos,cocinamos sin rendirnos.

Trato de asir las visiones de mi amor

cuando despiertan en mi mente

para olvidarnos un rato de la cuarentena.

Menos mal los pájaros no han gastado su vuelo

y los abrazos nos esperan.

A veces nos equivocamos pero estudiamos

la ruta contraria.

Yo respiro para soportar la alegría del monstruo

y el dolor del hombre. La cuarentena es un viento sucio

en un implante de exilio

El Coronavirus es una peste cierta por la muerte

La pandemia, un pretexto incierto por la vida.

 

Señor: Llena mi corazón de amor y libertad

Fuente: El vuelo y la claridad, Antología 2020. Editorial Diosa Blanca en coedición con Círculo de Escritores de Venezuela

*Magaly Salazar Sanabria. Nació en La Asunción , Licenciada en Letras en la U.C.V., Magíster en Literatura Hispanoamericana en la U.P.E.L. Estudios de Doctorado en la Universidad de Barcelona, España en Filosofía y Ciencias de la Educación. Doctora en Cultura Latinoamericana y del Caribe de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador,  Nombre de la Tesis: “El mar y la religiosidad en la canción popular y tradicional margariteña desde una visión poética”.Secretaria General de la Asociación de Escritores de Venezuela, Zona Metropolitana de Caracas.1989-1992 . Representó a Venezuela como Directora del Capítulo de Caracas (III Encuentro de las Academias Iberoamericanas de Poesía), en Georgetown University, Washington USA.1997. En University of West Indies de Barbados  dictó el curso  Cultura Latinoamericana, auspiciado por la Cancillería Venezolana, (sept-Dic 1998). Secretaria de Actas del Círculo de Escritores de Venezuela 1995–2000. Directora de la Casa de la Cultura “Monseñor Nicolás E. Navarro” de La Asunción,  2000-2003.Actualmente,Vicepresidenta del Círculo de Escritores de Venezuela, miembro del Pen Internacional y ExSecretaria de Actas de la Asociación de Profesores del Pedagógico de Caracas.  .Condecoraciones: “Orden al Mérito en el Trabajo”, Primera Clase y “Orden Andrés Bello”, Corbata.  Premio Regional “Casto Vargas León”, Mención Poesía. 2001, Nueva Esparta. Diploma de Honor, Concurso Lincoln-Martí, Miami, 2006. Orden Rafael “Fucho” Suárez,(2012) concedida por el Consejo Legislativo del Estado Nueva Esparta por Méritos Literarios. Segundo Lugar en Poesía del V Encuentro Nacional de la Asociación de Profesores Universitarios Jubilados y Pensionados de Venezuela. Maracaibo (2013). Orden Profesor “Augusto Núñez”. Única Clase,  27 de Junio 2014. Premio “Simón Bolívar”, a la Trayectoria Literaria, otorgado por el Teatro Internacional “Simón Bolívar de  Juangriego. 2016..En 2011, fue Jurado de la XVIII Edición de la Bienal “José Antonio Ramos Sucre” Mención Poesía. Universidad de Oriente. En el Vicerrectorado de Extensión de la UPEL, dirigió la Revista  de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador “Opinión Pedagógica”, Más tarde, fue Co-Directora de la Revista “Topoi” del Departamento de Castellano y Literatura del I.P.C.Obra publicada: No apto para los ritos de la sacralización, (1978) Ardentía, (1992) La Casa del Vigía, (Mención de Honor Fondene) (1993) Bajío de sal, (1996) Levar fuegos y sietes, (1998) Traducida al árabe por el Dr. Abdul Zabour.  Cuerpos de resistencia (2006), Caudalía,(2010)Primera edición. Publicarte, Caudalía (2013) Segunda edición- El Pez Soluble.   (2016) . En Co-autoría: Lo visible, lo decible, Quaterni Deni. El verbo iluminado. Tópicos de Literatura Española. Foro del futuro.

Letralia.org

#DíaInternacionaldelaPoesía

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Poemas de Lidia Salas. Día Internacional de la Poesía

En homenaje al Día Internacional de la Poesía, que se celebra el 21 de marzo, hoy publicamos poemas de la escritora Lidia Salas, publicados en la antología El vuelo y la claridad (Editorial Diosa Blanca 2020).

Mátrix

 La duda es un amargo que se extiende

por las estepas de lo antes conocido.

La hora de la divulgación toca a la puerta con el sigilo

de lo oculto. ¿La verdad elevará la vibración

de la chispa de luz que nos sostiene?

Se derrumban estatuas, paradigmas y credos.

¿Estamos programados por todas las pantallas

a verdades que son falsas y a falsedades

investidas de verdad?

¿Cambiarán nuestra fe por programaciones

robóticas  desde antenas sembradas

en todas las esquinas?

¿Seremos esclavos algún día de ese  “Estado

profundo del Cabal” con un chip inteligente bajo la piel

de nuestras manos?

No me digas que la luna bajo la cual danzamos

enamoradas de su lumbre, era realmente

un satélite lejano.

 

Desconsuelo

 Caen en las aceras, como hormigas barridas

por la fuerza inevitable de la muerte

las personas  que se escapan de la cuarentena.

Camiones con obreros de impasibles bragas

blancas los recogen. No sabemos nunca más

de sus historias.

El Ganges queda lejos. No hay piras suficientes

donde incinerar la sangre detenida ni los huesos.

Exiliados en el  espacio doméstico por la amenaza

del  virus de probeta, descubrimos el ángel y la fiera

que conviven en nuestros pliegues secretos.

La intemperie es un latir descompasado,

un llanto seco, el desconsuelo del silencio.

¿Cuál la llama que ilumine tanta sombra?

Sin huerto ni enramadas, ¿cuándo la mirada que descubra

el Hálito Sagrado en la belleza?

¿Cómo perdimos el cálido regazo de la madre,

los hermanos, testigos de la infancia,

la presencia de los hijos y las palabras

de todos los amigos?

 

Nos han dejado solos, solos y a la deriva,

en nuestras casas solitarias.

*Lidia Salas nació en Colombia, ha vivido gran parte de su vida en Venezuela. Es una destacada poeta y ensayista con una extensa obra publicada y numerosos reconocimientos.

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María Luisa Lázzaro. Cuarentena de vida

CUARENTENA DE VIDA

María Luisa Lázzaro

 Leo sobre el desenvolvimiento espiritual y me quedo atrapada entre las capas por desenvolver (para llegar al centro de todos los centros y comenzar a ser). Algo así como si la vida fuera un dulce pegajoso que para comerla hay que quitar con cuidado el papel celofán (transparente, pero traicionero por pegajoso); que no quede adherido al dulce de vivir.Comer lenta (no apresurada-mente) saboreando la vida y sus circunstancias.

Desenvolver los pensamientos, los sentimientos y el hacer.

Me quedo con el hacer. Hacer es salvación me digo cuando el bululú en la cabeza se pone complicado, pensando, sintiendo. En el hacer está el sosiego, la creatividad, los resultados, el verdadero paraíso terrenal, la paz.  Sentir no ayuda y pensar enreda.

Resulta y desconcuerda que me entrego a accionar de manera automática, aunque con la precisión de quien cuida asuntos de valor para un futuro no lejano, donde hay que acudir a los ahorros para la salud alimenticia de los vasos comunicantes, que permiten la oxigenación de pensar y sentir… aunque a largo plazo.

Así que, después de vivenciar el día a día, común en cuarentena, en soledad impersonal (no por personas sino por respiros de andar por el mundo como nos vistieron después de venir desnuditos; andar, desandar, hacer, deshacer, rehacer), no compartir saludos, palabras, historias, comidas, lecturas. Después de tantas carencias como lluvia torrencial sin paraguas, sin techo, sin guarniciones dulces que nos distraigan los amargos, hasta dormir como muchachita llena de barro, pero feliz.

Conclusión: es más peligroso pensar y sentir que los haceres de la casa: barrer, limpiar y poner la mesa con un santo en algún lugar.

Sin ningún botón de encendido, desde el amanecer se disparan todas las acciones, levantarse, cepillarse, bañarse, ordenar, cocinar, comer, limpiar, quitar polvo, botar, recoger, cambiar de lugar; en especial perseguir el polvo, los pegostes casi invisibles en la cocina, la grasa salpicada, brillar las ollas, despercudir los trapos, sacar monte en el jardín. Es maravilloso para la salud mental ir todos los días a perseguir hormigas, bachacos, tréboles, monte, bledos en excesos; perseguir todas las semillas de monte ocultas en el infinito de la tierra adentro, bien adentro, cernirlas en un colador de cocina grande y botar solo las semillas para ahorrar tierra. ¡Por qué a dónde, cómo, de qué manera comprar tierra negra o abono, sin gasolina, sin salvoconducto médico o militar, o de rango monetario oculto! Sin contar la persecución de mosquitos, moscas y arañas.

Hay algo que nos detiene por instantes, una especie de respeto de eso que llaman alma, esa parte escondida entre el cerebro y la frente. Digo nos, porque algunas veces ladoble cuántico habla y se queja. Me distrae moviendo cosas por dentro del esófago pasando por el estómago y llegando hasta las piernas y las afloja en un tembleque sin música. Es cuando me habla y me dice que hasta cuándo seguiré negreándola, que no le hablo, no la consulto. Quiere que pare un poco las manos y escuche sus cuentos, siempre tiene cuentos nuevos. Me insiste que nos vayamos al salón de la computadora, que nos sentemos un rato, eso sí me insiste que me bañe con agua fresca, que me perfume y me siente con ella a escuchar sus historias.La mayoría de las veces se pone fastidiosa, no quiere que dedique tantas horas a perseguir sucio, polvo y grasa.  Me echa cuentos, me canta, me deletrea poemas y hasta me va contando historia largas y enrevesadas, que me lleva tiempo discernir qué quiere expresar porque es exageradamente densa. Si me cuesta a mi algunas veces entenderla, qué será al común de los mortales que les gusta las ideas claras y la sopa espesa.

Algunas veces me sorprende, adelanta eventos que no le creo hasta que escucho su risa cuando los compruebo. ¡Viste, viste, incrédula!, me persigue por toda la casa. Suena el teléfono y me dice es fulana o fulano. Tocan la puerta y dice ni vayas es un pedidor de oficio. Alguien me piensa y me dice te va a llamar… y llama. Te va a llegar un dinero, organízalo…  y llega y se va.

Hace poco vi a una señora joven, muy pobre, parecía enferma. Y me dijo:¡Abrázala!  Estás loca, estamos en cuarentena. ¡Dale, abrázala! Casi me obligó. La señora se puso a llorar –y yo también– y me dijo: Tiene mucha energía señora, gracias. Necesito esta medicina; mostrándome un récipe.  La tienes, búscala, dijo la voz.  Efectivamente entre la caja olvidada en el tiempo resaltaba ese medicamento.

Vuelvo al propósito de enmienda, la acción, las manos, la mirada atenta al hacer y hacerlo bien.

 

Me acuesto temprano, como siempre, antes de que la ausencia de luz me angustie más que la falta de agua, porque puedo recogerla y amontonarla. La electricidad no puedo guardarla en un pote para ir sacándola de a poco en el uso comedido de ella. Cuento hasta 1 desde 10 respirando lento para no pensar mientras agarro el sueño; tomo aire, retengo hasta cuatro, expulso el aire lento; vuelvo a tomar aire lento, retengo y exhalo. Y Ella ahí, riéndose, intentando distraerme con algún asunto del día siguiente que quiere vivir, dice ella. Que las palabras también quieren ser desempolvadas, limpiadas, alimentadas.

Me levanto muy temprano, y agradezco a esa loca de la casa acompañándome, agradezco la cama, la casa, la cocina, la nevera.

 

Ya vas a empezar con la cocina, protesta. Mañana toca limpiar el lavadero, los closets, la biblioteca. Sacar, regalar, desocupar. Vacío, muevo, lavo, seco, acomodo, cambio, boto (menos, es más), trapeo, lavo, barro, paso la mopa tres veces.

 

Y ella ahí riéndose algunas veces, o mira el reloj y dice: ¡Basta por hoy, vamos a refrescar el cerebelo y bailar los latidos en algún parque, aunque sea desde el imaginario!Que se emocione ese algo de adentro con alguna música de esperanza y abrazos y fe. Con los ojos entrecerrados y esa parte silenciosa entre ceja y ceja que necesita escuchar, hablar, abrazar.

 

Aunque hay un silencio de casa deshabitada, de vez en cuando ladra uno que otro perro tan quedo como si el oxígeno también estuviera en cuarentena.

 

No obstante, la esperanza está en cada ladrido de perro vivo, y de una familia que lo resguarda como la fe en el porvenir.

 

www.marial-lazzaro.com.ve

Caracas (1950).  Profesora Letras, ULA. Premio Nacional Canción inédita (Atrincherada) XIII Festival Nacional Voz Universitaria (Valencia, 2000). Poemas de agua (1978), Fuego de tierra (1981), Árbol fuerte que silba y arrasa (1988), Nanas a mi hombre para que no se duerma (2004), Escarcha o centella, bebe conmigo (2004). Del agua al fuego (2012). Miniguerra tarea de los cuerpos (2013). Novelas (Habitantes de tiempo subterráneo (Pomaire, 1990) y Tantos Juanes o la venganza de la Sota (Planeta, 1993). Crítica literaria: (Viaje inverso: sacralización de la sal (1985), La inquietud de la memoria en el caos familiar (1995), Dos lecturas, una novela Mis parientes, de Hernando Track (2016). Narrativa: ¿Cómo contarlo? (2006) y Junta de hijas y otras peri-especias (2008). Infanto-juvenil: Mamá cuéntame un cuento que no tenga lobo (1984), El niño, el pichón y el ciruelo (1990); Parece cuento de Navidad, Darlinda (1994), Para qué sirven los versos (1995), Una mazorca soñadora (1995), Un pajarito, una pajarita y la casualidad (1995), La almohada muñeca (1996), Cuentos para el sofá (2011).

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Ana María Hurtado: Tiempos bíblicos

Un día supimos que éramos criaturas de encierro. Nos habían convencido de ser animales gregarios, selváticos, polígamos, constructores de ciudades, errantes, guerreros, antropófagos, omnívoros, grandes cazadores y fabricantes de dioses.

Y no.

Somos animales solitarios, asustados de nuestros depredadores: minúsculos filamentos feroces, antropófagos, omnívoros, de inteligencia microscópica.

Ahora tememos al prójimo como a nosotros mismos. Nos atemoriza respirar al aire abierto. Somos criaturas de ventanas cerradas y oscuras madrigueras. Asustados animales que escuchan a los pájaros y nos escondemos de la brisa. Criaturas despobladas, que devoramos nuestros pasos. Orantes, sin fe.

Esperando las trompetas del juicio y el retorno de los dioses.

*****

Menos mal que ahora esperamos que asome la realidad, y no esperamos la llegada triunfante de un Mesías.

No queremos crucificar a nadie, aunque nuestra ferocidad continúe inscrita en el silente tejido de la sangre.

En estos tiempos, solo esperamos que no falle la respiración o que el color del cielo regrese cada día.

Nos inclinamos por las pequeñas cosas, las imperfectas, los atajos, las fisuras.

Hemos aprendido a contener algo que dentro de nosotros respira sofocado en las palabras.

Dejemos que la esperanza alcance las raíces, allí donde todavía se pronuncia la letanía certera del amor.

El susurro de palabras blindadas, inagotables, palabras repetidas que pierden su significado y se adentran en nuestra huella, hasta despojarse de la voz y convertirse en materia fluida, savia que nos recorre y nos sostiene en esta espera.

Alcancemos ese estar apacible de los árboles aguardando la lluvia.

*****

Los días han estado tan prístinos y cristalinos, solamente me llegan trinos y gorjeos. En la terraza, las petunias despliegan su refinado azul. Las orquídeas siguen un curso sosegado y a veces se adormecen.

Mi gato mira absorto el vuelo de un gonzalito.
La montaña permite la lenta cópula de las nubes sobre su lomo resplandeciente. La ceiba desnuda comienza a mostrar brotes.

No parece que se acabe el mundo.

Lejos quedan el Covid-19, Wall Street, la muralla china, el derrumbe del capitalismo o el nuevo orden mundial.
Nada habla del horror.

El día no parece esconder más que el excedente de belleza que no podemos soportar. Nada hay que amenace.

¿Seremos nosotros la amenaza?

*****

Quizás el diluvio fue una lluvia ácida.

Sodoma y Gomorra tal vez fueron arrasadas por una explosión nuclear.

Probablemente la Torre de Babel cayó por un atentado terrorista.

Es posible que las siete plagas de Egipto fuesen una pandemia de virus mutantes.

Quizás el mar Rojo se abrió por un Tsunami.

A lo mejor la travesía por el desierto fue una cuarentena masiva.

Tal vez, sin advertirlo, estemos viviendo tiempos bíblicos.

Tendremos que subir al monte Horeb y descalzarnos.

*Ana María Hurtado nació en Caracas, es poeta, ensayista. médico psiquiatra y psicoterapeuta

Fuente: El vuelo y la claridad Antología 2020. Editorial Diosa Blanca y Círculo de Escritores de Venezuela

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Rocío Prieto Valdivia: Atardecer en la bahía

El 24 de febrero la poeta Rocío Prieto Valdivia, está invitada a una conversación en el Taller El Hilo de Ariadna, que conduce Beatriz Alicia García. Se presentará vía Zoom desde México.

Atardecer en la bahía

Por Rocío Prieto Valdivia

Para Waldemar

Te buscaré cada atardecer en las miradas de los transeúntes.

En las sonrisas fugitivas. Los refrescos aperlados.

En las palabras que brotan de los árboles caídos.

La celulosa, trazos de alegría.

 

Te encontré en un pedazo de polaroid

soñando en nosotros, en aquellos días.

 

En el minuto en que quedé muda,

y tu imagen se desvanece

al finalizar el día.

 

Será que solo fuimos un par de trotamundos.

Siluetas bajo la luna. ¿No lo sé?

Si nos encontramos por las historias

de todos los libros.

O si hoy al cerrar los ojos

has aparecido apenas

por unos segundos.

 

 

Rocío Prieto Valdivia, poeta mexicana. Editora de la revista literaria La gata roja

 

 

 

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Farah Cisneros: Conectarse para abrirse paso

Por: Farah Cisneros

“Instalemos el orden y rediseñemos  nuestros espacios interiores”

Brindarnos opciones que potencien nuestras capacidades naturales de sanación y bienestar exige mantener el cable de nuestro interruptor encendido a la energía vital.  Este abordaje es viable y sumamente provechoso cuando agradecemos nuestro transitar con la gratificación de sentirnos bien.

¿De qué puede depender?

“Todo lo que necesito ya está aquí, y todo es para mi bien más elevado”

Asumiendo que nos conviene precisar e instalar como consciencia viva y presente que todo aquello que se nos ocurre pensar puede ser de sanidad o enfermedad para nuestro sistema, surge la total intencionalidad de crear y mantener activo un filtro lo suficientemente poderoso que trabaje permanentemente en la reeducación y reprogramación de nuestra mente.   El libre albedrío perfectamente puede localizarse cuando tomo el control de mi vida para identificar que pienso y siento a través de mis emociones y en consecuencia las decisiones que tomo, para crear a partir de allí la realidad que estaré eligiendo.De allí que seamos únicos, cada quien rueda la filmación de su propia película donde participa como protagonista.

En la medida que aceptamos ser susceptibles de permanentes cambios que modifican nuestros niveles de consciencia nos vamos alineando coherentemente con nuestro equipo humano.  Nos corresponde en todo tiempo ir soltando el pasado para lograr hacer espacio suficiente a lo que llega con renovadas opciones para seguir descifrando paradigmas.  Liberarnos de las necesidades aprendidas de buscar la aprobación del entorno para confiar en nuestras habilidades, nos habilita para avanzar con mayor seguridad y enfoque hacia una mejor visión personal de realización.

Resulta increíble, pero en las expectativas y en los juicios que fundamentamos en falsas creencias que establecemos como realidades, se encuentra una considerable dosis de lo que nos limita, disgusta y nos impide crear las posibilidades que nos hagan plenos, completos y felices en ese trayecto que transitamos y llamamos vida.

Movernos para cambiar el concepto y significado que damos puede crear la inspiración necesaria para renacer en abundancia y plenitud.

Ser felices puede ser nuestro propósito y estado ideal, ocuparnos de ello dejará afuera muchas de las programaciones aprendidas, quebrantarlas para comenzar de nuevo y ensayar lo mismo de maneras diferentes puede ser la maravillosa tarea que nos espere en cada uno de los amaneceres que tendremos de hoy en adelante.

¡Anotarse en el curso de aprender a vivir exige la práctica y ensayo individual en un mundo que nos recibe amigablemente!

Caracas, Venezuela

Febrero 2.021

 

FARAH CISNEROS

Escritora – Pinealista y Mentora

Facilitadora en Procesos de Cambio y Transformación Personal

Master Coach Neuro-Linguistic Programming PNL

Certified Heal Your Life Teacher Philosophy Louise Hay

Fundadora y Directora de EGP. Escuela de Gerencia y Pensadores

Autora del libro ¡Haz lo que te dé la gana!

Produce, coordina y desarrolla el Programa de Entrenamiento y Desarrollo Integral Personalizado-PEDIP de EGP. Escuela de Gerencia y Pensadores

Directora de Relaciones Institucionales del Círculo de Escritores de Venezuela

@FARAHCISNEROS
farahcisneros@hotmail.comescueladegerenciaypensadores@gmail.com

http://egpvenezuela.wix.com/egpvenezuela

http://egpvenezuela.wixsite.com/farahcisneros

 

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La escritura, un acto sagrado

 

Por Edgar Vidaurre

Escribir ha sido siempre y sigue siendo un acto sagrado. Y
digo sagrado en el sentido de que la “sacralidad” es aquella
significación que tienen las vinculaciones del ser humano con
el mundo en su pureza original. Tal vez por ello podríamos
decir que el acto de escribir puede igualmente no tener esa
significación que lo sacralice. Sin embargo, a pesar de esta
ambivalencia, el hecho de registrar de manera escrita y al
mismo tiempo comunicar ese registro, ha constituido el logro
más elevado del ser humano, en cuanto a evidenciar su
semejanza con las fuerzas creadoras (como quiera que se
llamen), y a su resonancia con las vibraciones que
provocaron la formación del mundo y su permanente e
incesante despliegue existencial.
Desde los inicios de la escritura, vale decir desde los sumerios
y los egipcios, siguiendo con la formación de los primeros
alfabetos proto-sinahítico, arameo, hebreo, sánscrito, griego
y latino, así como los ideogramas orientales, los escribas o
escritores formaban una casta especialísima, sagrada e
intocable. Los escribas y escritores tenían por ello un carácter
de iniciados y portadores del secreto y del misterio de la
creación. Hoy en día, y en muy corto tiempo, las sociedades
han provocado una masificación de la comunicación escrita,
una alfabetización globalizada de los pueblos, fenómeno que
ha hecho más generalizada la actividad de escribir y registrar
la historia de la humanidad. Sin embargo y a pesar de esta
masificación, a veces indiscriminada de esta actividad
sagrada, creo que aún los escritores siguen siendo y
constituyendo esa luz y esa guía espiritual, que de manera
humilde le otorga la gracia y el don de replicar el verbo inicial,
el aliento del ánima mundi en términos humanos.
5
Estamos en el siglo XXI, es decir el segundo milenio después
de Cristo, y a pesar de los avances in-imaginados en materia
de conocimiento y comunicación de la humanidad y la
sensación de que siempre hemos tenido la comunicación
escrita como manifestación y expresión de esos avances, la
escritura aparece apenas hace un poco más de 5.000 años.
En un ensayo sobre el mito poético, decía que el hombre ?
aún nosotros hombres de esta actualidad pensada y medida
de manera dimensional? contiene dentro de sí, los elementos
resonantes de la creación, por ello es capaz de
sintonizarse con las vibraciones que animan al universo. Esa
vibración que se manifiesta a nosotros en forma de sonido en
el plano físico y en éxtasis en el plano anímico, es captada
por el ser humano a través de todos sus elementos sensibles
perceptivos e intuitivos. Ese diálogo entre universo y ser
humano se complementa con la aparición del sonido
humano. La reproducción perfecta que hace el hombre con
su voz de los sonidos universales y abstractos del universo y
de los sonidos francamente manifiestos a su mundo sensible,
como los sonidos del planeta que habita: el sonido de las
aguas, de los vientos y de la naturaleza. El hombre recrea el
mundo a través del sonido. Es así entonces como el ser
humano es receptor de las vibraciones implícitas en la
dinámica de la creación y a su vez es emisor de esas mismas
vibraciones a través de su voz, constituyendo así un proceso
de simbolización sonora del mundo que lo rodea.
Esta simbolización sonora desembocará en la simbolización
escrita que pueda reflejar de manera permanente e indeleble
al mundo sensible en primera instancia ?y posteriormente el
mundo psíquico? nacerán los primeros alfabetos, las
primeras letras que ordenarán de alguna manera el lenguaje
dialogante entre el hombre y el universo y entre toda la
6
especie humana. Inicialmente los sonidos que emitía el
hombre simbolizaban a través de jeroglíficos y símbolos
gráficos, las formas manifiestas y visibles de su entorno,
como las formas de la naturaleza, su propio cuerpo y algunos
fenómenos naturales. Más adelante surgirán símbolos más
complejos que involucran y abarcan eventos en toda su
dinámica, como la labranza de la tierra y la caza de animales;
todas estas actividades del hombre ejecutadas con sentido
sagrado y vinculante, precedidas o sucedidas por rituales que
también fueron simbolizados a través de letras y símbolos,
hasta llegar a la simbolización de todas las actividades
cotidianas y extraordinarias del hombre en su mundo social
y político.
El mundo en general, y Venezuela en particular, está
sumergido de manera circunstancial en una crisis de amplio
espectro que involucra lo individual y lo colectivo. Todos los
paradigmas humanos y meta-humanos están en una etapa
histórica de deconstrucción. Ya los viejos y cambiantes
paradigmas están perdidos en esa historia y estamos
presenciando el retorno a la naturaleza y a las fuerzas
trascendentes de la creación. La pandemia general le ha
recordado a la humanidad y al hombre que hay algo que nos
trasciende y nos determina más allá de los paradigmas
sociales, políticos, económicos y científicos, para devolvernos
con fuerza a los paradigmas eternos de la Belleza y del
asombro. Y es por ello que, justamente a nosotros, los
escritores de este momento dimensional ?en espacio y
tiempo? nos toca asumir la responsabilidad sagrada de
seguir registrando, expresando y comunicando el despliegue
existencial de la humanidad, pero sobre todo resaltar el
vínculo de esa existencia con los aspectos esenciales y
universales que nos unifican y nos mantienen bajo la
conciencia de que somos un todo, que la humanidad es un
7
ente trascendente a nuestras duraciones y a nuestras
historias individuales. Dentro del ciclo del tiempo, hoy nos
toca celebrar el Día del Escritor en este espacio geográfico
puntual que se llama Venezuela, y además como
reconocimiento al genio de Don Andrés Bello, escriba sagrado
de esta tribu hispano-hablante, que suscriben más de
500.000.000 seres humanos.
El Círculo de Escritores de Venezuela ha querido rendir
homenaje a todos los escritores a través de esta antología,
sean venezolanos o no, pues ser escritor nos otorga una
ciudadanía cósmica y universal (narradores, poetas,
dramaturgos, periodistas, historiadores, cronistas, críticos,
ensayistas, internautas, blogueros, twitteros, instagrameros
y facebuqueros), exhortándolos a ejercer este oficio en estado
de gracia, con sentido de sacralidad, con plenitud, con
seriedad, con severidad, con pasión, con creación, para que
nuestro registro de la humanidad y su despliegue en este
nuestro tiempo, con sus angustias y sus esperanzas, sus
horas claras y sus horas oscuras, y a través de nuestra alma
y nuestra conciencia individual y colectiva, les siga
ratificando a las generaciones futuras, que el arte y la vida
del ser humano tienen sentido, que no son en vano, que como
diría el poeta no es un inútil registro.
Edgar Vidaurre

Presentación del El vuelo y la claridad, Antología de escritores en tiempos de pandemia. Publicado por Editorial Diosa Blanca en coedición con el Círculo de Escritores de Venezuela. Diciembre de 2020

 

 

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Carmen Cristina Wolf. Poemas 2020. El vuelo y la claridad

Poemas publicados en El Vuelo y la claridad, Antología. Editorial Diosa Blanca en coedición con Círculo de Escritores de Venezuela 2020

                                  I

                                Aposenta su frágil corona

                              ?y su daga?

                              la esperanza

                             

Cuánto diera por la silueta de un niño en la calzada

nadie hace bullicio en la calle

Solo queda amar para sobreponerse al miedo

mientras lo claro desnuda al horizonte

y los espectros huyen

 

Los días pasan en primavera

más veloces que un avión sobre el océano

en invierno el sol se  ausenta

lejanos dominios lo atraen

Un presagio de nubes dibuja laberintos

no se escuchan cánticos

solo gritos de aves de rapiña

y vagos presentimientos

 

Al año no le importan los meses

el mar deja ir las olas contra los arrecifes

mientras te alimentas de añoranza

en la puerta de tu hogar

                              II

La montaña a lo lejos y él del otro lado

ella lo imagina en aquella ciudad

donde los días se vuelven  interminables

 

Cuando era joven preguntaba

si el amor aguardaría en la ciudad

dispuesto a acudir

a solo un chasquido de los dedos

No hay distancia mayor

que la lejanía de los amantes

 

                             III

                       Sin arrimo y con arrimo

                        sin luz y a oscuras viviendo

                        todo me voy consumiendo.

                                    San Juan de la Cruz

 

Conoces las preguntas del alba

y las respuestas de la tarde

Habito tu silencio

atravesable como el ojo del espejo

no me abandones como un avecilla caída

Es doloroso pronunciar plegarias

sentir que hablamos un lenguaje desconocido

sin entender el idioma del alma

No sé cuando se abrirá el postigo

tú conoces la hora y punto

Dame una señal

Autora: Carmen Cristina Wolf, poeta, editora y ensayista venezolana

 

 

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Héctor Silva Michelena, in memoriam

Por Gerardo Lucas

Héctor Silva Michelena fue padrino de nuestra Promoción de Economistas UCV 1967. Entonces dictaba la Catedra de Desarrollo Económico donde lo acompañaba, Judith Valencia. Sus clases se caracterizaban por la pasión que desplegaba en la discusión de todas las corrientes que interpretaban el origen y las salidas al subdesarrollo.
Hijo de un trabajador petrolero, estudió junto a sus hermanos con los Jesuitas, en el San Ignacio, de los cuales contrajeron su pasión por el estudio y la rigurosidad intelectual.
Comenzó estudiando Medicina, pero por razones económicas y prácticas, se desplazó hacia la economía. No andaba lejos, si nos seguimos por la Escuela Fisiocrática francesa, que planteaba el modelo económico inspirado en el sistema circulatorio humano.
Al igual que él, sus hermanos también se dedicaron al cultivo del intelecto. Su hermano Ludovico Silva Michelena fue poeta y filosofo, profesor de filosofía de la Universidad Central, y especialista en Marx. José Agustín Silva Michelena, fue sociólogo, participó en la fundación del CENDES, culminando su carrera en ella. Su trabajo emblemático fue Estudios Conflictos y Consenso (1966).
Formó parte de un connotado grupo de economistas latinoamericanos que promovió la tesis de la Teoría Marxista de la Dependencia, al abrigo de la Revolución Cubana, que negaba los beneficios del comercio internacional que promulgaba la economía liberal clásica. Liderada por André Guden Frank (Alemania), Samin Amin (Egipto), Theodino Dos Santos y Celso Furtado (Brasil), encuentra su resonancia en Venezuela con Armando Córdoba, quien le sirvió de ductor a Silva Michelena, cuando ambos colaboran en el libro Aspectos Teóricos del Sub Desarrollo, en 1967, traducido al alemán.
Héctor Silva Michelena, como muchos de sus contemporáneos, entre ellos Teodoro Petkoff, Américo Martin, y Emeterio Gómez, que se iniciaron en el marxismo, a partir de la invasión soviética a Checoslovaquia, en 1968, siguiendo en la izquierda, comenzaron a revisar su posición.
Haciendo vida dentro de la Universidad, participó activamente en el movimiento para la reforma universitaria en la UCV y escribió en esa época con Heinz R. Sonntag, Universidad Dependencia y Revolución (México, 1971). En el tiempo de esa experiencia me contó que fue infortunada, pero como hombre maduro, me dijo: “sin embargo, no me lacero”.
A principio de los setenta, trabaja para las Naciones Unidas en África y produce, entre otros el ensayo: Migraciones Modernas en África Oriental, publicada en Dakar en 1972.
Luego, con Domingo F. Maza Zavala y Héctor Malavé Mata producen, dentro de la misma línea de investigación, Venezuela, Economía y Dependencia (1973) y a renglón seguido un artículo, Estructura y Funcionamiento de una Economía Subdesarrollada Madura (1973).
Posteriormente, dentro del contexto de las discusiones respecto a la incorporación de Venezuela al Grupo Subregional Andino, publica Inversiones Extranjeras y Subdesarrollo: el modelo primario exportador imperialista, con Armando Córdoba (1979).
Héctor Silva, como venezolano de su época tenía una pronunciada vena poética que lo llevo a producir y publicar en este género. También fue bohemio, como muchos de los profesores de su generación, recordemos nuestro profesor, su colega y amigo, Orlando Araujo y todo el grupo de intelectuales asiduos a La Republica del Este, constituida en la Avenida Solano colindante con Sabana Grande y las tertulias en el Gran Café. En esa época escribe Economía Política de la Democracia en América Latina (1986).
Se casó dos veces, en segundas nupcias con a la profesora Alicia Castillo con la cual formó una inseparable pareja.
A raíz de las políticas económicas del Gran Viraje, durante el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez, escribió el ensayo: Análisis del Impacto de las políticas comerciales y cambiarias recientes sobre el patrón del comercio internacional: El Caso de Venezuela (1993).
A partir de 1998 con la llegada de Chávez al poder, desde la oposición comienza a escribir una serie de libros denunciando las políticas económicas del gobierno. De esa época es Estudios Selectivos para el Análisis de la Pobreza (2002).
Silva Michelena se preocupa por preservar la memoria histórica nacional cuando escribe El Pensamiento Económico Venezolano en el siglo XX (2006) y respecto al estudio de economía en el país, al publicar Orígenes de la escuela Libre de Ciencias económicas y Sociales (2008). En el 2009 ingresa como Individuo de Número a la Academia de Ciencias Económicas.
Cuando llega Maduro al poder y se produce la debacle económica, escribe una serie de estudios acordes con el momento: Estado de Siervos-Desnudando el Estado Comunal (2014); Escasez y Pobreza en el Socialismo Bolivariano (2015) y Venezuela, Crisis Humanitaria y Represión (2018).
Para mí fue emblemático cuando Héctor Silva fuera invitado a CONINDUSTRIA, bastión del capitalismo productivo criollo, para dar el Discurso de Orden en su Asamblea Anual, se da uno cuenta del camino que había recorrido. En el plano personal, aun cuando me encontraba, desde los días en la Universidad, en la acera de enfrente del espectro ideológico, siempre me inspiró como profesor por su honestidad y recta conducta. El formó parte de un conjunto de dedicados profesores: Cesar Salazar Cuervo, Pedro Esteban Mejía, Juan Bautista Salazar, Edmundo Aray, Domingo F. Maza Zavala, Romano Suprani, Ernesto Peltzer, Carlos Rafael Silva, Tulio Vázquez, Tomas Enrique Carrillo Batalla, Héctor Malavé Mata, Lupercio Salas, Ramon Tovar, Orlando Araujo, Luis Mata Mollejas, Carlos Urdaneta Finuci, Guillermo Márquez, Domingo Alberto Rangel y otros, así como sus talentosos asistentes, los cuales nos motivaron a seguir en el camino de la investigación económica y social y la preocupación por lo venezolano.

Gerardo Lucas

Miembro del Círculo de Escritores de Venezuela

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