Catalina de Miranda retrata a la venezolana

Por Michelle Roche Rodríguez

Cortesía de El Nacional

De Catalina de Miranda se dicen muchas cosas. Que era la cortesana más famosa de Venezuela del siglo XVI. Que por relacionarse con los capitanes de la Conquista consiguió hacerse rica y mantener holgadamente a su prolija descendencia. Que por estar retozando en su cama, el fundador de El Tocuyo Juan de Carvajal fue capturado por Juan Pérez de Tolosa y perdió la cabeza. Pero nadie lo sabe a ciencia cierta. Sobre la historia de esta mujer, nacida en Sevilla en 1527 y que vino al país a los 15 años de edad, hay poca bibliografía.

Esos escasos datos consiguió Xiomary Urbáez navegando en Internet. Leyó allí que la calificaban de «barragana»que según el diccionario de la RAE es sinónimo de concubina y la palabra le chocó por altisonante. Pero la historia la cautivó de tal manera que la llevó a redactar las 264 páginas de una de las novelas que resultó finalista del Premio Iberoamericano de Narrativa Planeta-Casa de América 2012.

«A ella la han calificado de cortesana, pero ella era una mujer buena que tuvo que hacer cosas no tan buenas. No fue prostituta sino empresaria, porque al final de su vida terminó rica y no porque hubiera sido amante de los hombres. Catalina de Miranda retrata a la mujer venezolana, no porque haya sido una cortesana sino porque fue muy dura», indica la periodista graduada de Bachelor of Arts en el St. Petersburg Junior College de Florida.

La autora enfatiza el carácter distinto de la heroína sobre la que construye el libro, que es más ficción que historia. Señala que comenzó a escribir sobre Miranda porque creía que era una figura espectacular. Entre las razones para calificarla así están, no sólo que se murió a los 83 años de edad, sino que los más importantes conquistadores del momento se enredaron en sus faldas. «Pero tengo que decir que no soy historiadora, por lo que no presento la rigidez de la historia. Soy novelista», afirma Urbáez.

La autora señala que en estos momentos escribe una novela ambientada en la Cubagua colonial, antes de que la destrozara el maremoto. También afina los detalles sobre una colección de cuentos dedicada a las mujeres.

«Siempre pensé escribir porque mi papá era poeta, José Rafael Urbáez, y yo no sólo era su musa, sino que crecí rodeada de letras. Como periodista he escrito toda la vida», concluye quien hasta la semana pasada fue jefa de redacción de la revista Expoguía, dedicada a la publicidad.
Fuente: El Nacional, jueves 6 de septiembre de 2012
Arte y espectáculos

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