Fernando Vallejo, Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2011

Fernando Vallejo, novelista, biógrafo y ensayista, el nuevo Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2011

Artículo publicado en El Universal (México), escrito por Yanet Aguilar Sosa. A continuación un resumen:

¿De dónde es Fernando Vallejo? “Pongámoslo mexicano y colombiano porque yo soy de donde nací y de donde me voy a morir”. Ese escritor apasionado de la lengua, amante de los animales, enemigo de los políticos y de la iglesia católica, se convirtió ayer en el nuevo Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2011por ser “una de las voces más personales, controvertidas y exuberantes de la literatura actual en español”, de acuerdo con el jurado del galardón.

El escritor confirmó ayer mismo a EL UNIVERSAL que los 150 mil dólares que recibirá del premio los entregará inmediatamente a dos asociaciones mexicanas protectoras de animales. Se trata, dijo, de “Amigos de los Animales”, de la ciudad de Xalapa, que está a cargo de la señora Marta Alarcón; y de “Animales Desamparados”, del DF, a cargo de la señora Patricia Rico. “Conozco desde hace tiempo esas asociaciones, colaboro con ellas, las he seguido y está muy bien que se lo entregue a ellas. Son de la gente más generosa, de lo mejor que tiene México”.

En 2003, tras recibir el premio Rómulo Gallegos por su novela El desbarrancadero, el escritor también donó el monto del premio a una asociación defensora de los animales, en Caracas.
Contó que teme dejar huérfana a la perrita que lo acompaña y que recogió en la calle. Fue enfático en que detesta a los políticos porque son “granujas con poder” y sostuvo que “México se está colombianizando o ya se colombianizó y que Colombia ya se mexicanizó”.

El escritor trabaja en la biografía del filólogo colombiano Rufino José Cuervo, de quien este año se conmemora el centenario de su muerte, y, además, ya planea su siguiente libro: “Como ya me siento al final de la vida quiero escribir un libro dejando en claro las conclusiones a las que he llegado”.

El novelista escribió de violencia y narcotráfico en «La virgen de los sicarios», una de sus obras más leídas, llevada al cine bajo la dirección de Barbet Schroeder, pero ese es un tema que, dijo ayer, no volverá a abordar. Cuando escribió esa novela en 1993, entonces la palabra sicario, que viene de la palabra daga, puñal, no se usaba en el idioma pero estaba en el diccionario.

“Aquí en México nadie la conocía, después un buen día empecé a ver que la palabra entraba en los periódicos y de pronto la empecé a ver en las primeras páginas de aquí, de Argentina y de España. ¿Qué quería decir eso?, que estos países se estaban colombianizando; es decir, que si Colombia era la punta del desastre, la Argentina iban siendo todos ellos”, señaló el narrador.

Los caminos de dos países

“El camino que recorrió el PRI, el de la corrupción política, el de la injusticia y el del cinismo más descarado y más ladrón de la clase dirigente, de la clase política, de estos servidores públicos. ¿Qué quiere decir esto?, que México se está colombianizando o ya se colombianizó y que Colombia ya se mexicanizó. Nos repartimos los males, somos países hermanos”.

“Yo vi desaparecer el Estado de Colombia primero, desapareció del campo, quedó a merced de la cuadrilla de bandoleros, luego desapareció de las afueras de la ciudad, luego de la ciudad, después todos los negocios tenían que pagar extorsiones, como ahora en negocios del norte de México. Extorsión doble, del gobierno para sostener burócratas impúdicos, más la extorsión de la policía y luego de las mafias del lugar. Es la desaparición del Estado y la entronización de la ley de la jungla. A ver cómo nos defendemos y cómo nos va”.
Pasión por la literatura y la música

“Me gusta más José Alfredo que Mozart y Chavela Vargas más que cualquier cantante de ópera, quitando a la Callas… a mí la música que más me llega el alma es la música latinoamericana que ya nadie oye, las rancheras, los tangos, las milongas, los boleros, esa es música del pasado, música de fantasmas, eso ya no le interesa a nadie, esa es la música mía, la que me llega al corazón, la oigo muy de vez en cuando y siempre es una experiencia muy profunda, muy intensa, siempre me remite a mi pasado, a mi niñez y a mi juventud, me ayuda como a no desintegrarme, como a seguir sosteniendo el espejismo del yo, de que yo soy el que fui, la música tiene esa virtud”.
Definió su literatura como cargada de datos personales, como biografías. “Decidí siempre escribir en primera persona mis novelas, escribí también unas biografías y estoy presente en ellas, escribo biografías noveladas o novelas biográficas, de todas maneras la biografía es un género menor de la literatura”.

Su obra literaria nada tiene que ver con las novelas fáciles que se escriben hoy en día, en tercera persona y con narrador omnisciente. “Nunca quise escribir novelas así, esas son las novelas fáciles y las que tienen las fórmulas que ya conocemos, las formulas choteadas, manidas, los lugares comunes”.

Vallejo planea dos libros pero tiene claro que pasan rápido, que pueden estar una semana, unos meses y se olvidan porque la realidad los deja atrás, “Ahora se necesita un léxico con sus notas a pie de página para explicar las palabras. El mundo va muy rápido y todo lo deja atrás, libros, películas y granujas con poder”

Fuente: www.prodavinci.com

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