Palabras de Armando Rojas Guardia con motivo del homenaje recibido

Palabras de Armando Rojas Guardia con motivo del homenaje y la subasta de obras de arte a su favor.

Un día de agosto de 1941 Simone Weil escribió: «La capacidad de prestar atención a un desdichado es cosa muy rara, muy difícil; es casi —o sin casi— un milagro. Casi todos los que creen tener esta capacidad, en realidad no la tienen».

Sabemos la profunda pregnancia conceptual que poseen las palabras «desdicha» y «desdichado» en los textos de Simone Weil. A los fines de lo que me propongo decir en estas breves líneas, basta afirmar que «desdichado» es todo aquel que, por el solo hecho de sufrir de una u otra forma, me necesita. Para prestar atención a la interpelación moral que significa la existencia del hombre o la mujer que me necesitan, requiero vencer y superar la cuádruple tentación entrópica de la indiferencia, la apatía, la inercia y la comodidad dentro de una movilización psíquica y espiritual que empieza precisamente por la capacidad de estar atento al sufrimiento ajeno y culmina en el gesto —a menudo sacrificial, porque cuesta esfuerzo— de la solidaridad.

Esta subasta, y los eventos que la acompañan, son un auténtico milagro de la atención y la solidaridad. En un contexto histórico desgarradoramente difícil, repleto de problemas y penurias, este milagro debe ser calibrado sintomatológicamente; porque señala que todavía existen entre nosotros reservas intactas de generosidad y que mucha gente, atendiendo a un simple reclamo de la necesidad del otro, está dispuesta a apostar, material y simbólicamente por lo que esta atención significa como resistencia espiritual ante la crisis.

Yo nada tengo, ni en palabras ni en gestos, que pueda dar cuenta de la magnitud de mi agradecimiento a todos aquellos que hicieron posible el milagro. Vayan mis primeras palabras de expresa gratitud a las cuatro principales organizadoras de este evento, a las que llamo cariñosamente las santas mujeres de Jerusalén —evocando a aquellas que acompañaron a Cristo incluso hasta en el momento de su crucifixión—: María Elena Ramos, Luisa Helena Calcaño, Franchesca Borjas y Maitena de Elguezabal. Gracias también a Eduardo Carvallo por haber facilitado este local para la exposición y la subasta. Por supuesto mi clamorosa gratitud a los admirados artistas plásticos que donaron sus obras con total, desinteresada solidaridad. Un recuerdo agradecido para todos aquellos que de una forma u otra, directa o indirectamente, contribuyeron a la realización del milagro. Sepan y sientan, todos, que han hecho de mí un abrumado deudor.

A propósito de esta deuda perenne de gratitud, deseo terminar repitiéndome una frase que me ha venido a la memoria durante todos estos días y que parece redactada para ser dicha, pasito y lentamente, en algunos de los más significativos momentos de la propia vida. Es de un relativamente oscuro escritor francés del siglo XVIII: Philippe de Saint – Martín. Dice así: «Estoy seguro que hay seres a través de los cuales Dios me ha amado».

Muchas gracias

Armando Rojas Guardia

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Mujer subsahariana, poema de Carmen Cristina Wolf

Mujer Subsahariana

Por Carmen Cristina Wolf

Caminas y caminas con tu niño cargado
del campo al centro urbano, de la ciudad al campo.
A veces el autobús te lleva
mientras sueñas con un mundo mejor.
Viajas con la esperanza de un riachuelo
hacia las lluvias que caerán en algún paraíso.
De talle fino y el andar de espiga
aún tienes fuerza para embellecerte
con un turbante que te queda bien
y tienes temple para unir tus fuerzas
en solidario apoyo, a las otras mujeres
Plantas medicinales, las conoces
y riegas con tus lágrimas
¡Retrocede, desierto!, es tu reclamo.
Un trocito de espejo es un tesoro
haces milagros
con alguna hortaliza del camino
Luchar es tu bandera
de escudo, llevas el corazón.
Te cuento en confidencia
—te pareces un poco
a la mujer del campo en Venezuela
en su amor a los hijos
por la brega constante
ante los desafueros del poder

Poema inédito, Caracas 2009

Mujeres subsaharianas: la reinvención de África
Por Verónica Pereyra

Fuente: Revista Pueblos

En un continente sacudido en menos de un siglo por transformaciones tan radicales como el proceso colonizador, el acceso a las independencias políticas, el neocolonialismo y la implantación de los Programas de Ajuste Estructural promovidos por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, el africano, en general, y la mujer africana, en particular, se han visto enfrentados a la necesidad de reinventar estrategias de adaptación y supervivencia

El impacto de estos procesos de cambio ha afectado de manera diferencial a hombres y mujeres y contribuye a profundizar, o en ocasiones a disminuir, las brechas que separan a unos y a otras en el acceso a los recursos vinculados a los ámbitos político, económico, social y cultural. En este contexto, las mujeres subsaharianas se han visto confrontadas a una redefinición de sus roles de género y, en consecuencia, a mutaciones en sus sistemas de relaciones familiares, sociales y económicas. Esta situación obliga a una reformulación de la imagen de las mujeres africanas como soporte doméstico y fuente de trabajo no remunerado, enfoque que ha prevalecido hasta la fecha y que se caracteriza por una perspectiva reduccionista, enfatizadora de la marginalización y subordinación femeninas -cuestión innegable, no obstante-, para ofrecer una visión incluyente de los múltiples aportes de las mujeres al desarrollo del subcontinente y a sus procesos constantes de adaptación.

Es importante evidenciar que la reformulación del papel de la mujer ha supuesto, en ocasiones, una reafirmación de su carácter de subordinada dentro de la cultura patriarcal, como es el caso del fenómeno de islamización que experimentan algunos países de la región. Sin embargo, también es cierto que el nuevo orden social ha abierto nuevas posibilidades. Así, paradójicamente, la marginación femenina exacerbada por el sistema colonial y post-colonial les ha facilitado, dentro del nuevo contexto, el acceso a espacios de poder prácticamente inéditos hasta la fecha. En este sentido, la creciente movilidad geográfica, social, económica y cultural de que gozan las africanas en estos momentos estaría favoreciendo un aumento de su autonomía que debilita las limitaciones tradicionalmente impuestas a su desarrollo personal, comercial o social. El éxodo rural y el exilio económico han sido factores determinantes en este proceso.

Éxodo rural y comercio informal

Las transformaciones familiares, sociales y culturales causadas por las migraciones han permitido que las mujeres comiencen a desligarse de sus ámbitos geográficos tradicionales y de esta manera, de las jerarquías basadas en la autoridad y poder masculinos, para ampliar sus opciones y oportunidades.

Un rasgo particularmente interesante del fenómeno del éxodo rural es que, aunque sean cada vez más las mujeres abandonadas en el campo o las que emigran, las actividades urbanas femeninas no se hallan desvinculadas de las de sus equivalentes rurales. A diferencia de los hombres, las mujeres no han abandonado totalmente las áreas rurales, sino que han implantado el concepto, la realidad y la economía de lo que podríamos llamar lo peri-urbano. De hecho, muchas africanas participan de manera simultánea en colectivos femeninos rurales y urbanos. Ello tiene dos consecuencias positivas: la mujer en la ciudad puede aprovechar la feminización del campo, asegurarse ventajas en los mercados de alimentos urbanos (de predominio femenino) y disminuir a la vez la dependencia de intermediarios y minoristas. Por otro lado, el intercambio campo-ciudad también permite a las mujeres movilizarse y escapar así de los resortes del control social establecido. De esta manera, en muchas regiones del Sahel, aunque las niñas no asistan a la escuela, viajan sin cesar en autobuses que unen el campo con los centros urbanos, constituyéndose en transmisoras de este intercambio.

La migración definitiva hacia los centros urbanos también produce situaciones diferenciadas para hombres y mujeres. Por un lado, los hombres jóvenes se ven forzados a veces a hipotecarse con parientes o patrones para acceder a la posibilidad del éxodo rural; las jóvenes mujeres, en tanto, conscientes de que no contarán con esos apoyos, recurren a las redes de solidaridad entre mujeres. Una vez en la ciudad, el joven africano procura insertarse en el aparato estatal o en el sector formal de la economía; las mujeres, por su lado, se integran al comercio informal y al trabajo sexual. Por una parte, la expansión del trabajo sexual conlleva un creciente parasitismo y explotación de la prostituta, pero por otra, asegura la generación de ingresos, cuyas ganancias, una vez satisfechas las necesidades domésticas, se reinvierten en los grupos femeninos de solidaridad.

Una constante verificable en la actividad femenina urbana es la búsqueda de lo informal, de lo que posibilite escapar al control patriarcal. Por ejemplo, la clandestinidad de las actividades comerciales femeninas también reduce la capacidad del aparato burocrático para controlar la generación y gestión de ingresos de las mujeres. En este sentido, las mujeres son acosadas continuamente por las autoridades locales que destruyen los mercados paralelos, rehúsan concederles los permisos correspondientes o incluso les niegan las ventajas y los descuentos fiscales que se otorgan sin inconvenientes a los hombres; la movilidad misma de las mujeres es considerada problemática por las autoridades locales aunque se reduzca a movimientos intra o interurbanos dentro de una subregión.

Estrategias de cooperación femenina

Frente a estos obstáculos, las africanas estructuran redes de solidaridad urbanas inéditas, trascendiendo las relaciones de parentesco estipuladas por la tradición y, en cambio, aglutinando a las mujeres por barrios o por actividades. Las estrategias de adaptación y supervivencia que estos grupos ponen en marcha abarcan un amplio espectro pero una de las claves pareciera ser, como se ha dicho, el evitar el aparato administrativo y financiero formal. Citemos el sistema alternativo de ahorro colectivo entre amigas o conocidas (las tontines del África occidental), que asegura la satisfacción de necesidades económicas o financieras de todas las participantes; desde el pago de la matrícula escolar de los hijos hasta préstamos para inversiones inmobiliarias. En el otro extremo, encontramos, en las zonas más deprimidas de Addis Abeba, redes de mujeres que proporcionan refugio temporal a ladrones a cambio de dinero que les permita mantener a sus familias.

Tampoco el ámbito rural ha sido ajeno a esta evolución de las respuestas cooperativistas femeninas; así, han surgido experiencias como la de la reserva Popenguine (Dakar, Senegal), donde en 1987 un grupo reducido de mujeres campesinas se dedicó a la reforestación de la zona de forma gratuita, para llegar a contar con 1.172 voluntarias en 1997; años más tarde, con ayuda externa, lograron también rehabilitar la laguna de Somone para luego establecer allí un restaurante y un sistema de alojamiento turístico.

La lucha contra la desertización también fue llevada a cabo por un agrupamiento de mujeres en Gandiolais (noroeste de Senegal) con asistencia externa (1), pudiendo efectuarse una reforestación con plantas medicinales. De igual modo, el Proyecto Whotie (al sur de Mauritania) agrupa a 160 mujeres, cada una de ellas encargada de 200 m2 de tierra de cultivo para luego comercializar el producto colectivo a través de la cooperativa. Nótese que estas mujeres whoties se han organizado en grupos de siete, que se turnan para trabajar respectivamente un día a la semana en los huertos y poder dedicar así más tiempo a sus familias y a su formación, al tiempo que coordinan las labores agrícolas con la actividad artesanal, como costura, tintura, cerámica y fabricación de jabón. Las africanas han logrado ampliar sus estructuras de solidaridad, reuniéndose tanto en torno a las agrupaciones semiclandestinas como en el seno de instituciones oficiales. En este sentido, son cada vez más numerosas las organizaciones femeninas del África sub- sahariana de diversa naturaleza, alcance y eficiencia. Podría mencionarse desde la agrupaciones senegalesas «Yewwu Yewwi» (del wolof: «despiértate, luego despierta a otro») y la Red de Comunicación y Desarrollo de Mujeres Africanas (FEMMET), a las asociaciones profesionales de protección a la mujer en Benin que reúnen, entre otras, a mujeres juristas, pasando por la agrupación regional Mujeres para la Ley y el Desarrollo en África (WILDAF) cuyos miembros son africanas universitarias o, en el ámbito continental, la Federación de Mujeres Africanas de Medios de Comunicación (FAMW).

Otra faceta de la capacidad asociativa de ayuda recíproca de las mujeres negro-africanas son los movimientos para la promoción de la paz liderados por mujeres en diversos países como Mozambique, Liberia, Etiopía o Sierra Leona, asolados por conflictos de todo tipo. En el caso de Mozambique, cabe mencionar ONGs como la Organi-zación de la Mujer Mozambicana (OMM), movimiento que perteneció al FRELIMO y que luego se separó del mismo para establecerse como organización no gubernamental encargada, entre otros, de la educación de adultos, planificación familiar o de la mujer y la ley. La estructura institucional femenina comienza a afianzarse y abrir nuevas alternativas como la estructura del Forum Mulher también en Mozambique, que agrupa a ONGs, ramas femeninas de partidos políticos, agencias estatales relacionadas con el tema de mujeres y organizaciones internacionales. En Sierra Leona, por su parte, el Movimiento de Mujeres para la Paz (WMP) tenía por objetivo asegurar la participación de las sierraleonesas en las negociaciones de pacificación del país a la vez que planificó una estrategia de prevención de conflictos que incluye áreas tan diversas como la educación, rehabilitación, asesoría legal e investigación. De igual manera, Eritrea, la Asociación de Mujeres Eritreas, participó intensamente en la lucha de liberación nacional, actuando sus miembros tanto como combatientes como desde puestos de educadoras. Fueron también mayoritariamente mujeres, sea como individuos sea dentro de ONGs (2), o de los partidos políticos más radicales, las que mejor asumieron las relaciones interraciales durante el régimen surafricano del apartheid y las que, en su momento, en el seno del ACCORD (Centro Africano para la Resolución Constructiva de Disputas) mediaron entre el grupo nacionalista zulu Inkhata y el Congreso Nacional Africano. No debe olvidarse que la colaboración de africanas desde el exilio también ha aportado mucho a la promoción de estos grupos femeninos; citemos sólo al WUFTROL para la restauración de Liberia (con sede en Canadá), la SWO (Organización de Mujeres Sudanesas) con base en el norte de Londres o la más amplia AWW (Mujeres Africanas y la Guerra), con base en el Reino Unido. El listado es verdaderamente extenso pero no quisiéramos omitir la agrupación Akina Mama wa Afrika (Hermandad de Mujeres Africanas), con sede central en Londres, que ofrece asistencia a africanas dentro y fuera del continente a la vez que publica la revista African Woman. En el plano internacional, se ha visto el dinamismo, fuerza y capacidad organizativa de los movimientos femeninos africanos en diversas ocasiones; una muestra de ello fue la amplia participación de mujeres subsaharianas en la Conferencia Regional de Dakar Preparatoria de la IV Conferencia de la Mujer, a la que asistieron unas 5.000 mujeres.

Las redes de solidaridad oficiales y no oficiales de las africanas del sur del Sahara abarcan un amplio espectro de ámbitos, actividades, estrategias y objetivos cuya descripción excede las posibilidades de las presentes líneas. Sin embargo, al margen de esta diversidad, subyace en todas estas formas de cooperativismo una vocación integral e integradora. Las mujeres africanas procuran mantener abiertos los modelos de adaptación a las nuevas circunstancias y de solución de problemas, replanteando su marginalización para convertirla en nuevos horizontes, en respuestas en las que solidaridad y supervivencia se entrelazan. Estas mujeres africanas no debieran ser percibidas, entonces, sólo como supervivientes por excelencia sino, como se ha dicho anteriormente (3), «estas mujeres, magníficas, sólidas y valientes, son protagonistas de una anónima y cotidiana revolución» de solidaridad, fuerza y esperanza.

* Verónica Pereyra es africanista. Autora de numerosos artículos sobre el tema y co-autora de libros sobre literaturas africanas y situación de la mujer subsahariana.

Notas documentales anexas:

  1. ACDI (Agencia Canadiense para el Desarrollo Internacional).
  2. Organización Back Sash, movimiento de mujeres en contra del apartheid desde 1955.
  3. PEREYRA, V. y MORA, L.: Las Voces del Arco Iris, Textos femeninos y feministas al Sur del Sahara (2002), Tanya, México D.F., p. 24
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Una voz en Guadalajara

Por Luis Beltrán Mago

Una voz en Guadalajara habló. Allí se aprestó el libro a conversar consigo. Leerse y escuchar lo que contiene. Abre sus páginas y a solas se solaza. En cada hoja se detiene lentamente. Averigua y conscientemente se alimenta de luces y de fe. Ya lo dijeron otros. Aquellos. Los demás amigos de la voz, del pensamiento. De la palabra fértil y humana. Siempre ante sí. Dialogando con ese Yo interno que hace crecer la sangre, comulgar a la luz y entretener el paso de la sombra entonando cantos a la vida para la convivencia con la fantasía. Dijeron que habría paz si no llegáramos a entrabar las lides del amor y permitíamos que las golondrinas pudieran viajar sin que un misil las persiguiera cortándoles el vuelo. Si el hombre dejara de matar y urgía -más allá de su piel y de su voz- el encuentro con la fe para que el alma se ungiera de votos y se bendijera en la oración. Ya lo dirán después los que vendrán, absortos en la contemplación, a deletrear sus versos dándoles cadencia a la ternura y a la voz que habla y que convida armonizando el ritmo a la palabra para la mejor expresión del pensamiento. Los que vendrán a sonreír sin llanto si es que el dolor prendiera en su fogata la tristeza. Porque para convencernos de que la vida es una y hay que cultivarla cada día matando la desesperanza, el odio, la incomprensión, será necesario que el hombre —como lo ha hecho Rafael Cadenas— se corresponda con la urgencia de satisfacerse espiritualmente desandando el camino de la antiluz. Amándose y amando.

Si lo dijeron los que se han poblado de vivencias para la convivencia espiritual y anímica, ahora lo dijo un venezolano de convicciones, con un sentido humano de lo que es. Un Poeta de palabra libre. Filósofo que se desvela por hacer la poesía para que el tiempo piense y el corazón proyecte la importancia de los afectos concibiendo la vida como un todo indescifrable, hermoso, lleno de contrariedades y abismales preocupaciones, pero digno de vivirse. Lo dijo un Poeta capaz de construirla para que la poesía viva y perviva. Para tallarla en madera, hierro, piedra y mármol. Sobre los muros. En las murallas, En el aire y en la luz. Fue en Méjico. En Guadalajara.

En una Feria transcontinental, donde el libro se abrió. Abrió sus páginas para que se leyera el nombre de la Paz con letras de personalidad. Allí, ante la inteligencia universal, Rafael Cadenas alumbró la palabra con la elocuencia de su sencillez, haciendo que se sintiera una voz en Guadalajara y se supiera que en Venezuela, donde se maltrata a quien disiente y al pensamiento que alerta, existe —para bien del país, de América, la democracia y la Poesía— un poeta llamado Rafael Cadenas.

Luis Beltrán Mago, poeta venezolano con una extensa obra publicada. Sobre su poesía han escrito autores como Alejo Urdaneta, Helena Sassone, José Tomás Angola, Lidia Salas, Carlos Gottberg y Miguel García Mackle. En el 2009 el Círculo de Escritores de Venezuela ha editado una selección de su obra, Antología Esencial, con prólogo de Manuel Bermúdez y selección de José Tomás Angola.

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Blanca Varela y su poema «Canto villano»

Por Alejo Urdaneta

Canto villano
y de pronto la vida
en mi plato de pobre
un magro trozo de celeste cerdo
aquí en mi plato

observarme
observarte
o matar una mosca sin malicia
aniquilar la luz
o hacerla

hacerla
como quien abre los ojos y elige
un cielo rebosante
en el plato vacío

rubens cebollas lágrimas
más rubens más cebollas
más lágrimas

tantas historias
negros indigeribles milagros
y la estrella de oriente

emparedada
y el hueso del amor
tan roído y tan duro
brillando en otro plato

este hambre propio
existe
es la gana del alma
que es el cuerpo

es la rosa de grasa
que envejece
en su cielo de carne

mea culpa ojo turbio
mea culpa negro bocado
mea culpa divina náusea

no hay otro aquí
en este plato vacío
sino yo
devorando mis ojos
y los tuyos

&

Bajo el título Canto villano (1986), la poeta peruana Blanca Valera recopiló su obra poética desde 1949 a 1983. Después de esa fecha produjo otros títulos: Concierto animal (1999) y la antología Donde todo termina abre las alas: poesía reunida 1949-2000 (2001). Pero me ha traído de la mano el poema que da título al poemario: Canto Villano, y a él me refiero en este breve ensayo. ¿Por qué ese calificativo a un poema, un canto? Noto que la poesía de Blanca Valera tiene el carácter que se define en este poema: lograr un efecto estético con el mínimo de recursos. Son confesiones hechas a solas, dirigidas a un ser invisible que la acompaña en la mesa de la vida. Las confesiones son falsas, nunca lo dicen todo ni expresan la verdad. Son arreglos del espíritu con la propia existencia. Y de su canto podemos decir que es también un acomodo brusco y rebelde. La palabra pretende ser confesión o el canto armonioso que se brinda como acto reflexivo, y sin embargo la poeta es consciente del encubrimiento del fondo del poema: una batalla perdida frente a la realidad que la palabra oculta. El poema ha sido compuesto con cierta parquedad y en forma entrecortada:

y la estrella de oriente
emparedada
y el hueso del amor
tan roído y tan duro
brillando en otro plato

este hambre propio
existe
es la gana del alma
que es el cuerpo

es la rosa de grasa
que envejece
en su cielo de carne

Entrecortadamente nace una tensión nunca resuelta entre experiencia e imaginación, entre el orden y el delirio. Esta poesía nos señala su camino de que la existencia es absurda y trivial. Quizás eso nos lleva a imaginarla bella y provista de sentido. Aunque vivamos rodeados de tristeza y miseria, cargados de aburrimiento, conservamos el impulso de alcanzar algo que colme ese deseo infinito. El escritor sudafricano J.M. Coetzee lo expresó con un seco lirismo en su novela: ‘En medio de ninguna parte’: «La primera condición de la vida: desear siempre. De otro modo, la vida dejaría de ser. Es uno de los principios de la vida: estar siempre sin colmarse. La plenitud no basta para colmar nada. Solamente las piedras no desean nada, aunque, ¿quién sabe? Tal vez en las piedras también haya agujeros que nunca hemos descubierto.» Ese existir sólo se revela al trasluz del lenguaje, porque las palabras nos dan un indicio de la vivencia que las origina, al mismo tiempo que la fijan como un intento por aproximarse a ella. El drama de su voz está en ese juego de precariedad e intensidad que la envuelve:

no hay otro aquí
en este plato vacío
sino yo
devorando mis ojos
y los tuyos.

«Lo cotidiano es lo más difícil de descubrir». Son palabras de Maurice Blanchot, dichas con la intención de que advirtamos que se trata de la oquedad, lo que retarda y retumba, esa vida residual con que llenamos nuestras miserias. No obstante ese vacío, hay en lo cotidiano y su trivialidad algo que tiene valor: Nos remite a la mera existencia como manifestación espontánea tal como la vivimos. Eso mismo ha expresado Blanca Valera en su poema.

También lo superficial tiene un sentido de profundidad. Puede apreciarse en la poesía de Blanca Valera la influencia del surrealismo dominante en la década de 1940; pero la poeta se ha negado a los experimentalismos y ha buscado la palabra en su significado comunicativo, como una incitación interior indomeñable. Tiene la tendencia a ordenar y dar a las cosas su lugar. En el caos que es la imaginación ella ejerce el dominio de un orden que dé permanencia a su vida. De otro modo caería en el delirio o la locura. La poeta peruana no finge un mundo feliz: ella lo ha percibido duro y hermoso en su aspereza, y su autenticidad es perseguir lo inalcanzable. Hay insatisfacción y una honesta inconformidad en su poema, en toda su poesía.

Advertimos la presencia de su mundo doméstico, expuesto sin patetismo o prédica fácil. El ‘agon’ griego como lucha está allí, pero en forma contenida, lúcida e intensa. En Canto villano se muestra al desnudo la inquietud y el malestar profundo de la vida concreta, material. Percibimos la constante sensación de ansiedad casi imposible de calmar, el espíritu acosado por la mentira, la falsedad y el engaño. ¿No será también su poesía una parte del absurdo que la poeta trata de conjurar? Octavio Paz escribió sobre el poemario Canto Villano:

«Blanca Varela es una poeta que no se complace con su canto. Con el instinto del verdadero poeta, sabe callarse a tiempo. Su poesía no explica ni razona. Tampoco es una confidencia. Es un signo, un conjuro frente, contra y hacia el mundo, una piedra negra tatuada por el fuego y la sal, el amor, el tiempo y la soledad. Y, también, una exploración de la propia conciencia».

&

Blanca Leonor Varela González (Lima, Perú, 10 de agosto de 1926 – † 12 de marzo de 2009) está considerada como una de las voces poéticas más importantes de la actualidad en América Latina.

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Discurso de Alfredo Pérez Alencart por recepción de la Medalla «Vicente Gerbasi»

Discurso de recepción del Premio Internacional de Poesía «Medalla Vicente Gerbasi» Otorgado por el Círculo de Escritores de Venezuela – 26 de noviembre de 2009

Apreciados hermanos en la más desnuda fe poética; amigos venezolanos reunidos en Caracas para estar en convivencia con la Palabra multívoca, sea mía o la de cualquier otro oficiante más lúcido que la procrea hasta hacerla idioma y ruta y factoría para los que vendrán desde el porvenir; escritores todos llegados esta tarde de noviembre hasta la Sala Cabrujas del Centro de Cultura Chacao: Decir GRACIAS, y terminar, sería lo adecuado.

Pero muchos son los que no me conocen y me debo a vosotros y al Círculo de Escritores de Venezuela. Por ello les diré otras palabras; sepan que ahora mismo vuestra respiración me silba y me hace entonar pequeñas sinfonías. Debe ser porque creo en el Espíritu errante que sabe regar sus canciones para el día más largo; debe ser porque a veces no entiendo el sentido de nuestros pasos, pero sí percibo los cuatro puntos cardinales de la ternura, del afecto, de la elemental Poesía que no deja de mirarme con su ancestral corazón.

Ya no conozco la prisa de los calendarios. Pero antes tampoco quise sobresalir como lanzador de cerbatanas. He ido cambiando el ruido por el silencio, el vértigo por la sacralizad: ningún bostezo demás, ningún fasto inequívocamente grotesco. Prefiero la emoción; prefiero la divinidad que hunde sus raíces en el misterio; prefiero la tradición que me hace posmoderno.

A mí que me hieran los símbolos y el imaginario; a mí que me sumerjan en el río del Eros que nunca se agota. Soy Bíblico y sé que el Eros tiene conexión con lo Sagrado. Soy lector de sus grandes poetas a los que muchos llaman profetas, y con plena razón. Por ahí, en mi memoria, están los versos de David, Salomón, Isaías, Jeremías, Amós, Miqueas o Eclesiastés, el preferido de la poeta polaca Wislawa Szymborska, premio Nobel 1996. Les adelanto que estoy pergeñando un nuevo libro que trata de esto, del erotismo redentor. Se titula «Gacela mía» y pretende ser una feliz ofrenda a mi esposa Jacqueline. El poemario tiene como epígrafe los versos de algún grande poeta anónimo con unos tres mil años de juventud. Está en la Biblia, en el Libro de los Proverbios, y dice:

¡Goza con la esposa de tu juventud!
Es una gacela amorosa,
es una cervatilla encantadora.
¡Que sus pechos te satisfagan siempre!
¡Que su amor te cautive todo el tiempo!

Son versos eternos que sólo unos pocos logran acuñar en el horizonte del hombre, siglos al margen de cualquier moda intonsa.

Me han concedido un premio, una medalla que lleva el nombre de Vicente Gerbasi. Éste ser de Canoabo forma parte de la elite universal: «Venimos de la noche hacia la noche vamos./ Atrás queda la tierra envuelta en sus vapores,/ donde vive el almendro, el niño y el leopardo». Maravilla de poeta este Gerbasi al que tanto leí, porque la inmigración está en mis células por mis abuelos expatriados de Asturias y del Ceará. España y Brasil, más algo de Perú y algo de Ecuador viven en mí. Gerbasi con su padre me hizo vivir poéticamente el periplo de mis ancestros. Quede anotado mi primer reconocimiento a lo que él reveló desde sus entrañas.

Atrás desnudé algo de mí, pero no atiendan sólo a esa parte de mi perfil, pues tampoco desvío los ojos ante el dolor humano, ante la sangre y los desgarramientos. Hay que dar voz al mudo, al tembloroso ser engrilletado por las injusticias. El poeta no debe esquivar el incendio; no debe rehuir abiertamente del lobo que conduce al filo del abismo; no debe apartar la visión de lo que la maldad ha deshojado…

Un amigo pronuncia mi escritura. Joaquim de Sousa Marta es un niño portugués al que conocí en algún barco humeando hacia América; Joaquín Marta Sosa es un poeta venezolano que ha tenido la deferencia de ocupar mi lugar. Cierto que no estoy, pero cierto que mi emoción es ingrávida y que está en la órbita de Caracas, planeando con mis hermanos venezolanos que pareciera que han muerto pero que yo los vivifico con mi buena memoria y con mi imaginación poética que, como ya anunció Huidobro, es hermana de la imaginación científica.

Yo estoy por ahí, con Carlos Contramaestre, Caupolicán Ovalles, José Barroeta, Eugenio Montejo y Adriano González León. Disculpen tantos amigos y hermanos venezolanos a quienes no nombro por estar vivos: los prefiero así en este día crecido de alegrías. Por eso sigo a Gerbasi, cuando escribe en su Diamante fúnebre:

No hablemos más de la muerte.
La vida está en las aves de la aurora.
Somos los solitarios, los amados
que seguirán el rumbo de los astros,
que volverán a amarse en algún bosque
cerca del fuego, donde cae la nieve.

Quede anotada mi segunda religación con el poeta de Canoabo: la perfección de la vida aupada en la esperanza.

Estoy con la sangre subiendo por los espacios cálidos. La selva es la infancia de Gerbasi: «Te amo, infancia, te amo/ porque aún me guardas un césped con cabras/ tardes con cielos de cometas/ y racimos de frutas en los pesados ramajes». O esos otros versos: «A mi infancia/ la despierta un relámpago… Entre Canoabo y Urama/ una selva lloraba en la lluvia…». También yo soy de la selva y por ello quede anotada mi tercera religación con el poeta. ¿Cómo no estar religado a un poeta que confiesa lo siguiente: «Mi alma se mueve lentamente verde/ en la lluvia de la selva/ que gira con las orquídeas pálidas».

Voy terminando, pero no puedo hacerlo sin dejar anotada mi religación definitiva: Dios. Vicente Gerbasi era un profundo creyente. Él confiaba en el Dios de los poetas. Así, en una entrevista, recalcó: «De todas maneras Dios nos protege. Dios protege a los estetas, por ser estetas precisamente, por ser creadores. La estética es una menera de estar con Dios. La estética es la belleza. Dios hizo las cosas con el criterio de la belleza y de la palabra. La estética no es menos que un árbol o que tocar un pez».

Así voy, anhelando siempre a Dios, portando su ausencia en mi pecho, como una realidad misteriosa, porque sólo el misterio busca compañía. Escritores venezolanos, amigos aquí presentes: Si alguien, años después, les pregunta si en verdad estuve con vosotros este día tan significativo para mí, debéis decir lo correcto: «Había un enjambre sobre un vasto panal de miel. Por ello no alcancé a percibirlo, pero sus palabras llegaron a mi corazón y aquí las tengo todavía».

Eso que ocurre en el fondo de uno mismo es parte de la bandera que enarbolamos los poetas. Y además hacemos el trasiego de lo colectivo a nuestra intimidad. Quiero terminar con un poema inédito, para mostrar mi diáfana gratitud hacia los miembros del Círculo de Escritores de Venezuela, representados por Carmen Cristina Wolf. Está dedicado a una de las más notables poetas de nuestra lengua, la uruguaya Circe Maia, quien vive en Tacuarembó:

LO MÁS OSCURO

Lo más oscuro
es el ojo blanco
del ciego
y la miseria
que se abre paso
entre la gente
que a diario escucho
por el asfalto.
Oscuro el corazón
si se disfraza
de piedra
o el regocijo
si el pan no ilumina
otras mesas.
Y oscuro
jugar a la vida
descolgados
de la rama del amor.

Gracias, gracias, gracias. Heme aquí en Salamanca; heme allí entre vosotros.

Alfredo Pérez Alencart

Alfredo Pérez Alencart nació en Puerto Maldonado, Perú (1962). Poeta y ensayista peruano-español. Desde 1987 es profesor titular de Derecho del Trabajo de la Universidad de Salamanca. En 2005 fue elegido miembro de la Academia Castellana y Leonesa de la Poesía. También es director del Centro de Estudios Ibéricos y Americanos de Salamanca (CEIAS), de la Sociedad de Estudios Literarios y Humanísticos «Alfonso Ortega Carmona» (SELIH) y de la revista «El cielo de Salamanca». Entre 1992 y 1998 fue secretario de la Cátedra de Poética «Fray Luis de León» de la Universidad Pontificia de Salamanca.

Posteriormente, entre 1998 y 2005 fue coordinador de los Encuentros de Poetas Iberoamericanos que anualmente organizan la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura, la Fundación Camino de la Lengua Castellana y el Ministerio de Cultura. Escribe en periódicos de España e Iberoamérica.

En poesía ha publicado La voluntad enhechizada (2001. Hay edición portuguesa aparecida en 2004), Madre selva (2002), Ofrendas al tercer hijo de Amparo Bidon (2003); el cuaderno Itinerario de los huéspedes (2005, con grabados de Miguel Elías). Cristo del alma (Ed. Verbum 2009). Su poesía ha sido traducida y publicada al alemán, inglés, italiano, portugués, árabe, serbio y coreano. Ahora lo está siendo al griego. Ha publicado la poesía completa de Gastón Baquero y antologías de la obra de Gonzalo Rojas (Chile), Alejandro Romualdo (Perú), José Hierro (España), Olga Orozco (Argentina), Jesús Hilario Tundidor (España), Reynaldo Valinho (Brasil), António Salvado (Portugal), Ramón Palomares (Venezuela), Francisco Brines (España) o Carlos Contramestre (Venezuela), por señalar algunos.

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Celebración del Día del Escritor, 26 de noviembre

EL CÍRCULO DE ESCRITORES DE VENEZUELA Y EL PEN DE VENEZUELA INTERNACIONAL INVITAN

Programa

Palabras de los escritores Atanasio Alegre, María Ysabel Novillo y Carmen Cristina Wolf
Entrega de Medalla Internacional Vicente Gerbasi al escritor peruano-español Alfredo Pérez Alencart por su obra poética.
Entrega de la Medalla Internacional Lucila Palacios al escritor venezolano Enrique Viloria Vera por su obra ensayística.
Brindis

& & &

Lugar: Sala Cabrujas,Centro de Cultura Chacao. Edf. El Parque, 3ª Av. Los Palos Grandes Nivel C-!
(Estacionamiento en Parque Cristal)

Fecha: 26 de noviembre de 2009
Hora: 6 pm

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Homenaje a Armando Rojas Guardia

Subasta de obras de arte en honor a Armando Rojas Guardia

PROGRAMA
CARACAS, 27 a 29 DE NOVIEMBRE DE 2009

Homenaje y Brindis 27 de noviembre, Hora 6 pm
Exposición de las Obras 27 y 28 de noviembre
Conversatorio de Poesía, Arte y Psicología 28 de noviembre Hora 10 am
Subasta de Obras de Arte domingo 29 de noviembre Hora 11 am
Martillo: Elvira Neri

Lugar Conexión Red de Apoyo Humano, Calle Choroní, Quinta Gaya, Chuao
(a media cuadra del Excelsior Gama)

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Astrid Lander: Bautizo del poemario Buen Camino, el 8 de noviembre

Presentación del poemario Buen Camino, de Astrid Lander el próximo domingo 8 de noviembre en la Sala Cabrujas

El evento contará con una presentación audiovisual a manera de poesía intervenida donde cada verso tiene correspondencia con cada imagen tomada por la autora en el Camino de Santiago.

La presentación estará a cargo de la escritora Ana María Velázquez, quien leerá una semblanza del poemario y la arquitecto Egleé Medina con su texto sobre la arquitectura del alma. El albergue del bautizo será la Sala Cabrujas, 3ra. Av. de Los Palos Grandes (frente a la salida lateral del estacionamiento de Parque Cristal). Sigue las flechas amarillas señalizadas para que compartas con Astrid Lander una experiencia completa del Camino de Santiago. La autora ofrecerá lo que se come en el camino, todo en una ambientación efectista.

Ten un Buen Camino poético, Astrid Lander.

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Adios a Lucila Velásquez y Alfredo Silva Estrada

Estaba de viaje en Australia cuendo supe de la partida definitiva de Lucila Velásquez y Alfredo Silva Estrada. Escritores venezolanos y universales de alto vuelo, que serán leídos y estudiados por las nuevas generaciones. Cuando se nos va un poeta es doloroso, y sus libros no quieren abandonar nuestra mesa de lectura porque se vuelven más presentes que nunca.

El Círculo de Escritores de Venezuela pierde a su querida Lucila, una de sus Fundadoras, amiga y mujer de principios, poeta del Cosmos. Y manifiesta sus condolencias a su amada familia.

Igualmente, lamenta profundamente que se haya ido Alfredo Silva Estrada, poeta, crítico, traductor, y manifiesta su pesar a la artista Sonia Sanoja, su compañera de toda la vida.

Carmen Cristina Wolf

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Celebramos con el maestro y amigo Rafael Cadenas

En 1984 Rafael Cadenas escribe:
«(…) La situación de deterioro que he descrito
de manera muy sucinta tiene graves consecuencias
para el venezolano. El desconocimiento de su lengua
llo limita como ser humano en todo sentido. Lo traba;
le impide pensar, dado que sin lenguaje esta función
se torna imposible; lo priva de la herencia
cultural de la humanidad (…) lo convierte en presa
de embaucadores, pues la ignorancia lo torna
inerme ante ellos y no lo deja detectar
la mentira en el lenguaje» (…)

Nunca como hoy tiene validez esta aseveración,
cuando la falsedad se extiende cada vez más
en casi todos los ámbitos de nustro amado país.
En torno al lenguaje
Estamos ante una de las reflexiones más importantes
contenidas en este libro. Un lenguaje deficiente y empobrecido
hace a un pueblo esclavo de la ignorancia. Con frecuencia
recuerdo las palabras del profesor de Fonética Higgins,
personaje de la obra Pigmalión de Bernard Shaw,
que se conduele amargamente de la joven vendedora de flores
por su «espantosa» manera de hablar,
con graves errores en la pronunciación del idioma inglés.
Él asegura que si tuviera ocasión de enseñarle
a expresarse correctamente, la joven se convertiría
en una dama capaz de ser la dueña de una floristería.
No es asunto de afincarse en el sentido utilitario
de dominar una lengua, más bien se trata del dolor
que causa el incomprensible desprecio por aquello
que nos es más ínsito. Utilizar el lenguaje para engañar
y para mentir.
No amar el lenguaje es dejar de amarnos a nosotros mismos.
Celebramos con nuestro amado poeta y amigo Rafael Cadenas
que se le haya otorgado el Premio Feria Internacional
del Libro de Guadalajara.

Él lo merece más que nadie, por su alta Poesía y por su vida ética y sencilla, ejemplo a los soberbios y encumbrados. Junta Directiva y Consejo Consultivo Círculo de escritores de Venezuela

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Música y medios en la época de Alfredo Sadel

Invitación de la ALCALDÍA DE BARUTA Y DEL MUSEO DE LA RADIO para la presentación del libro MÚSICA Y MEDIOS EN LA ÉPOCA ALFREDO SADEL, acto que se llevará a efecto en la Librería El Buscón.

Jueves 3 de septiembre, 7 pm, Centro Cultural Trasnocho, CC Paseo Las Mercedes.

Habrá música en vivo con dos tenores que interpretarán las canciones de Sadel y un brindis al final.

* Carlos Alarico Gómez, Historiador y Cronista, Miembro del Consejo Consultivo del Círculo de Escritores de Venezuela, con una extensa obra publicada.

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Resumen de Actividades enero-agosto 2009

Durante el año 2009 el Círculo de Escritores de Venezuela ha desarrollado numerosas actividades literarias y culturales.

Publicaciones:

Se publicaron los títulos Ciudades y escritores, Ensayos de Enrique Viloria Vera con prólogo de Guillermo Morón; Los surcos del recuerdo, Relatos de María Gabriela Madrid; Antología esencial del poeta venezolano Luis Beltrán Mago, con selección de José Tomás Angola; todos con el sello Editorial del Círculo de Escritores de Venezuela.

Galardones:

Se otorgó la Medalla Internacional Vicente Gerbasi al escritor peruano Alfredo Pérez Alencart, Director de Estudios Ibéricos de la Universidad de Salamanca, por la relevancia de su obra poética publicada. Fue conferida la Medalla Lucila Palacios al escritor venezolano Enrique Viloria Vera, por la importancia de su obra literaria, tanto en ensayística como en poesía. Los reconocimientos serán entregados el 26 de noviembre de 2009 con motivo de la celebración del Día del Escritor.

Conferencias:

Atanasio Alegre dictó una charla sobre Edgar Allan Poe, el hombre de multitudes. Se realizó una tertulia poética: Tres Poetas venezolanos: Enriqueta Arvelo Larriva, Marco Ramírez Murzi y Luz Machado,con la participación de las escritoras Lidia Salas, Magaly Salazar y Carmen Cristina Wolf. El novelista y ensayista Alvaro Pérez Capiello ofreció una Conferencia sobre Giuseppe María Crespi, Pintor del siglo XVII.

Talleres:

La escritora venezolana María Isabel Novillo dictó un Seminario sobre Poesía y Alquimia, que contó con numerosos asistentes.

Bautizos de Libros:

El Círculo de Escritores coauspició la presentación de los libros Los secretos de Aurora de Ana María Eiras, Si no has amado no me leas, de Enma Luisa Wiesse y el poemario Skirlas de Frank Ziccarelli. Ellos son integrantes del Círculo de Escritores de Venezuela.

Lanzamiento del Proyecto Poetas Venezolanos del siglo XX. Diseño y desarrollo de Base de Datos y Página Web.

La educación y formación integral del ciudadano venezolano ha sido identificada como prioridad para el desarrollo socioeconómico del país. A pesar de su importancia como manifestación cultural, la creación poética nacional moderna y contemporánea, ni atraen a masas de lectores ni están disponibles en una compilación exhaustiva, presentada en un medio moderno y de atractivo suficiente para que la mayoría de los ciudadanos, especialmente los jóvenes, puedan descubrir los vínculos de dicha creación con los importantes eventos históricos del siglo en el país y sus protagonistas.Ya no permanecerá desconocida para la mayoría de los ciudadanos, y el resto del mundo, una importante parte de la creación literaria del siglo y lo que revela en sus vínculos con los protagonistas y hechos de la historia del Siglo XX en Venezuela. Cada vez más popular utilización de Internet como mecanismo de documentación permite suponer que un instrumento del tipo de esta base de datos será ampliamente consultado, no sólo en Venezuela sino en todo el mundo. Las áreas temáticas del Proyecto (Autores, Obras, Historia, Fuentes) servirá de interfaz a la base de datos fueron desarrollados por investigadores y técnicos venezolanos, convirtiendo este proyecto en uno de carácter cultural y a su vez de innovación tecnológica. Es también un proyecto de responsabilidad social acompañado de tecnología venezolana. Este es un proyecto de ASOPROCEV y del Círculo de Escritores de Venezuela con el apoyo económico de Inversiones Veneblue, la investigación de Alvaro Pérez Capiello y el inestimable respaldo de Heberto Gamero Contín.

Página web

La página web del CEV ha continuado con la publicación de reseñas, ensayos, noticias y eventos culturales.

Actividades para el cuarto trimestre de 2009:

  • Continuar con el desarrollo del Proyecto Poetas Venezolanos del siglo XX
  • Alianza con La Editorial Equinoccio para celebrar el Equinoccio de Otoño la primera semana de octubre de 2009
  • Foro La mirada femenina en la diversidad cultural, organizado por la investigadora Laura Febres
  • Establecer alianzas con otras editoriales e instituciones para desarrollar con más fuerza la labor editorial
  • Taller La poesía y sus propiedades de sanación, que dictará Lidia Salas
  • Celebración del Día del escritor, bautizo de libros y entrega de Medallas
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La Conciencia en Vigilia, por Carmen Cristina Wolf

La llama incesante, Aforismos
Carmen Cristina Wolf
Editorial Diosa Blanca, Caracas 2008

Capítulo V La conciencia en vigilia

Nadie, nada me obliga
¡o todo!, mi conciencia.

Ida Gramcko
Poemas

A los prisioneros politicos y a todos los que sufren por causa
de los atropellos de la autoridad, dedico.

Carmen Cristina Wolf

Ni el régimen más oprobioso logrará que mi espíritu deje de ser libre. Lo más valioso es la libertad

Hasta los perros sienten el peligro
cuando los fusiles se apoderan de los destinos de un país.

No espero que aprueben lo que hago. Es mi conciencia quien tiene que aprobarlo.

El que emprende el camino de la verdad
es un tesoro como amigo, amante, padre, hijo y maestro.

No me alabes si vas a exigirme algo a cambio.

Si soy injusto contigo, creo vergüenza para los míos
y odio en los tuyos.

Cuando camino frente al edificio de los legisladores me pregunto qué nueva regla
escribirán para encarcelarnos más.

Qué débil es aquél a quien los otros temen
por causa de sus amenazas.

El poderoso es esclavo de su imagen.

El gobernante es un siervo, depende de aquellos
que le sostienen en el poder.

Sin inteligencia no hay justicia.

El político que ofrece lo que no puede cumplir es un tonto. Pronto será repudiado.

Eleva tu voz en nombre de los que no pueden defenderse.

Admirable es aquél que reconoce
las cualidades de su adversario.

Quien sabe escuchar, reconocer sus errores, respetar a sus críticos
y actuar con rectitud, será un buen gobernante.

No confíes a priori en que todo irá bien. Paséate por la posibilidad del fracaso.

Respeto a quien me adversa
para no convertirlo en mi enemigo.

Cuando no estoy dispuesta a actuar con nobleza,
prefiero no salir de casa.

La paz es el fruto de un constante esfuerzo.

Prefiero no decir todo lo que pienso
antes de haberlo pensado bien.

El sabio ofrece con humildad sus descubrimientos
y no se atribuye nada para sí.

Comparte tus conocimientos con aquél
que interroga con rectitud de intención.

Fragmento del libro La llama incesante

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Candaya.com – Eventos en Venezuela

La Editorial CANDAYA participará en la VIII Bienal Mariano Picón Salas y estarán en varias ciudades de Venezuela a partir durante el mes de julio, con nuevas publicaciones de autores venezolanos y extranjeros. Los editores Olga Martínez y paco Robles nos envíaron un mensaje con su itinerario de actividades.

¡Sean Bienvenidos!

Para más información abrir www.candaya.com o comunicarse con candaya@candaya.com

Círculo de Escritores de Venezuela

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Ana María del Re: La noche todavía

Por Armando Rojas Guardia

Como el mismo título del libro lo indica, el más inminente e inmediato símbolo que nos es accesible en este poemario de Ana Maria Del Re, editado por bid & co 2008, lo constituye la noche. Puede afirmarse que, sin duda, toda la cadena metafórica que engranan sus versos, y la misma rítmica respiración de éstos, están al servicio de ese símbolo primario y ancestral.

En primer término, la noche como el privilegiado escenario de la revelación del misterio. La noche como el espacio y el tiempo del hallazgo más íntimo y de los más hondos contactos con la realidad. La noche como el momento prístino de la autocomunicación del alma: «Cuando llega la noche / y se adormecen / todos los sonidos / la música que sientes / está en el alma»; «canta un pájaro / otro le responde / bastan dos voces / para llenar la noche».

No se trata, en la poesía de Ana Maria, de la noche del insomne, de la tiniebla desconcertante y desesperada; no se trata de la noche como experiencia infernal. Por el contrario, la noche de este poemario recuerda aquella otra «noche sosegada / en par de los levantes de la aurora» de la que san Juan de la Cruz nos dice: «Porque así como la noche en par de los levantes ni del todo es noche ni del todo es día, sino, como dicen, entre dos luces, así esta soledad y sosiego divinos […]». Al respecto, escuchemos a Ana: «dichosa madrugada / la que muy suavemente / me deslumbra»; «la noche junto a mí / y tanto sol / adentro», «descansa / alma mía / déjate seducir por el silencio / aún no ha cesado / la noche».

Pero hay otro aspecto del símbolo nocturno, tal como lo erige la poeta en este libro, que me gustaría destacar: es la noche como ascesis, como el momento de la maceración espiritual, del oscuro rigor que afina tanto al alma como a la palabra: «Ten paciencia / alma mía / aún te aguarda / un largo tiempo / de vigilias e intemperies / aún no te es dado escuchar / plenamente / el inmenso pálpito / del mar.» «La rosa blanca / está sola / en medio de la noche / no siente miedo / conoce su destino / ser rosa blanca / hasta que llegue el alba». Cabría recordar aquí a Rafael Cadenas: «Templa la noche el habla / que busca ajustarse / más allá de todo efecto». Sí, la noche le ha enseñado a Ana Maria a templar una dicción parca y económica, que huye de cualquier efectismo, de toda charlatanería exuberante, para habitar en la médula de lo esencial. La noche le ha enseñado a Ana Maria la delgadez de la contención.

Y es que hay un omnipresente y quedo misticismo en su poesía. Es mística esta poesía porque en ella palpita de manera tangible la aspiración a la plenitud «en nosotros -nos dice- / la plenitud / del relámpago». Mística porque apuesta por el despojamiento y la desnudez dentro de los cuales, y sólo dentro de los cuales, nos es accesible la experiencia inefable de un amor transfigurado: » La noche todavía / y tú tan lejos/ acaso te despierten / otros amaneceres / otras voces / aquí las aguas / se lo han llevado todo / menos tu nombre»; «Necesidad / de tenerte a mi lado / en la penumbra / de una habitación / intacta / uno en el otro / uno soñándose / en el otro / mientras sigue / la noche».

Para finalizar, quiero resaltar el hecho de que este poemario de Ana Maria del Re es un vibrante y sostenido canto al y del instante. Canto al instante porque celebra la dádiva que el tiempo a veces nos depara, ese obsequio cognoscitivo, anímico o sensorial con el que el transcurrir de los días nos colma en ocasiones. Hay un soterrado eco de aquella trémula solicitud de Fausto («instante, detente, eres tan hermoso…») en los versos de Ana María. Y canto del instante porque el poema, en este libro, brota como fruto de la aprehensión y la vivencia, profundas ambas, del momento al que se ha accedido. A la luz de lo vivido intensamente en el instante, el poema irrumpe como un relámpago de clarividencia: «acaso lo fugaz sea lo perpetuo».

Con un fraseo cuya musicalidad recuerda al laconismo elocuente de Ungaretti, la poesía de Ana Maria festeja de este modo las nocturnas íntimas nupcias de un cuerpo refinadamente espiritualizado con la plenitud del instante, interiorizada y compartida con nosotros en el texto.

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