POEMAS DE ERNESTO MARRERO RAMÍREZ

PRESENCIA

Aquí estoy…

Arrojado en esta balsa

de incertidumbres,

-sin timón ni velaje-

arrastrado por las corrientes

y condenado a decidir.

Sin encontrar siquiera

la naturaleza de este

convulsionado mar

que me azota

con sus tempestades

y me cautiva

con sus secretos

 

Siento la brisa

de los recuerdos

acariciar mi rostro

ya reseco por el salitre,

y un sueño despierto

de horizontes inexplorados

renueva mi alma cada día

 

Escribo mis versos

con las migajas

que me confiere la vida

y los arrojo en una botella,

más allá del viento,

con la espera infinita

de que alguien los lea.

Trato de remontar las olas

y vislumbrar desde su cresta

un sendero cierto

un faro, una señal costera

que disipe esta niebla

y me guíe a tierra firme,

a las mansas tierras del ser,

a un encuentro afable

con mi esencia

IMPERMANENCIA

Pasan los años, y la ola del tiempo avanza

sobre el océano de la incertidumbre.

Pasan días, meses, años y centurias,

y la esfinge del destino se presenta indetenible.

Pasa la primavera, el verano, el otoño y el invierno,

brilla el sol y luego se oculta, las hojas se secan y caen,

y una brisa helada empaña nuestros corazones

 

Pasa un reloj y luego otro, las manecillas marchan

y nadie, nadie las puede detener.

Pasan circos, pasan desfiles carnavalescos

y las máscaras yerran lastimeras, desorientadas,

todas disfrazadas de confianza

…de mentirosa certeza

 

Pasan los pensamientos, los símbolos y las letras,

pasan las inspiraciones más profundas

y también los días estériles, inertes,

los días de lucha contra la tirana sociedad

que subyuga con sus tortuosas rutinas e injusticias

…también eso pasa

 

Pasan los días y las noches, las lunas y los insomnios,

las risas y las tormentas, las palabras y los silencios,

las mentiras y las verdades,

pasan las cosas… todo pasa

 

Pasa la infancia, la juventud y llega la vejez con sus dolencias,

llega la piel resquebrajada y las mejillas flácidas,

la visión nublada y la espalda encorvada,

llega el cansancio y los lamentos pretéritos

… llega el final de la jornada

 

Pasa una existencia, una vida que se extingue como una llama,

una vida que se desliza hacia el laberinto de la eternidad…

Y quedarán marcadas sus huellas en el polvo de la historia:

inseguras o firmes, ligeras o pesadas, falsas o sinceras.

Y quedará, tal vez, una imagen, un suspiro o un triste mausoleo

 

Todo, todo pasa en esta vida

… solo quedan los recuerdos

 

ENTRE TRAGOS Y TRASNOCHOS

¿Que si bebo? ?me preguntan?

y yo respondo que no.

Aunque a veces me provoca degustar

el vino de mi existencia,

el vino amargo que muchas veces

se convierte en vinagre,

el vino que se hace sangre

y nos revela la luz en la oscuridad

 

¿¡Cómo no probarlo si yo soy vida!?

Voluntad, como diría Schopenhauer,

agria voluntad atada al querer…

ese maldito deseo que atormenta

mi sed y la hace insaciable

 

Cómo quisiera sumergirme

en las aguas de Caronte,

visitar el más allá

y beber del néctar de los dioses.

Quisiera brindar con Dionisio hasta la última copa

y recitarle mis poemas más oscuros

para que emerjan las sombras de mi inconsciente,

luego tocar la lira de Orfeo

y rescatar a mi amada del Hades

 

¿Quién no quisiera beber

de la límpida fuente de Afrodita,

arroparse con su piel

y embriagarse con sus besos?

 

Lo acepto…

No puedo apartarme del licor de las pasiones

ni del vicio del amor

… en verdad no puedo.

También me considero catador,

un catador de desventuras

que observa y cavila bajo la luna

buscando un sentido a su vida

 

¡Qué si bebo?  ¡Claro que sí!…

Esa será mi respuesta ahora

AUNQUE TE ESCONDAS

Yo sé que estás ahí,

no importa cuánto te ocultes

yo sé que estás ahí

 

Te vi escondida tras el reloj,

jugabas con las agujas

y arañabas los segundos

 

Te vi junto a las Moiras

entre tijeras, hilos y ruecas,

destejías las hebras de la existencia

 

Te ocultabas en el filo de la espada,

en las gotas de sangre

de las lanzas guerreras,

en el hacha del verdugo

y en la trémula voz del sentenciado

 

Te vi bajo la tierra húmeda,

estabas solitaria y meditabunda,

mojada por las lágrimas

y satisfecha por tu labor

 

Te vi en la barca de Caronte,

en el río de hielo y lava,

mitigabas la sed de las almas

que cercenaste de este mundo

 

Te vi con el niño, con el joven,

con el adulto y el anciano.

Te vi en el alba y en el ocaso

te vi repentina, inesperada,

inexorable y fría

 

Te espero, ya lo sabes,

sé que intentas sorprenderme

 

No importa cuánto te ocultes

yo sé que estás ahí

IMSOMNIO

Me verás despierto tras la luna

hilando versos en la fecunda rueca…

 

A veces destejiendo el velo de la creación,

encendiendo los cirios de la conciencia

o sumido en la cavilación de lo infinito

 

A veces estaré distante de Morfeo

componiendo versos con mi ardiente tinta

y bebiendo de la viva fuente de las musas

 

A veces no me verás, pero allí estaré,

sentado en la oscura claridad del pensamiento

donde comienzan sueños y terminan ocasos

 

Ya me verás despierto como el río que no duerme,

como el arcano viento que siempre sopla

o como la eternidad que nunca muere

 

Ya me verás despierto en las noches insomnes…

 

Ya me verás despierto…

ORACIÓN DE LA CONCIENCIA

Oh, Conciencia, que habitas en mi mente,

deja caer tus pilares sobre mis pensamientos

y sepúltame en el santuario de la contemplación

 

Conciencia…

libérame del antifaz del autoengaño

y ayúdame a disolver mi orgullo

en el manantial de la humildad.

Que mis errores construyan

pasadizos de experiencias

para recorrerlos con la brújula

de la ética y la dignidad

 

Conciencia…

permíteme ver con tus ojos

el noúmeno que se esconde

tras la delgada tela del fenómeno,

que la compasión brote

por los poros de mi piel

y estar más despierto

y ser más consciente

 

Conciencia…

que mi corazón alcance a discernir

entre el noble y el injusto,

y que mis versos sean testigos

de las injusticias que comete

el opresor contra el débil

 

Oh, Conciencia…

destrúyeme para volver a construirme

y que mi vida tenga un Sentido

 

No me dejes caer en la tentación de la altivez

y líbrame de la mediocridad… Amén

Del libro El tiempo y su legado, de Ernesto Marrero Ramírez. Cuentista, fabulista, poeta y novelista venezolano. Miembro del Círculo de Escritores de Venezuela

 

 

1 comentario

  1. Muy buenos sus poemas, plenos de una profunda reflexión acerca del mundo interior del poeta en el lienzo interminable del sentir del ser humano, disfruté de una grata lectura, gracias por compartir.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *