LA DESHORA DEL ESCRITOR

Antonio Lopez Ortega

Cuando la efemérides apunta a algunos pronunciamientos sobre la situación del escritor venezolano, bien vale la pena asomar un breve balance sobre su situación de hoy y años recientes. De entrada, nada de fondo ha cambiado en torno a lo que se ha dado por llamar la profesionalización del oficio, pues todo sigue dependiendo de su esfuerzo único y solitario. El oficio, por supuesto, no se aprende ni en las esquinas ni en las bodegas; muy al contrario, me temo que sigue surgiendo por generación espontánea, y ya ni siquiera la programación de talleres literarios de otros años cubre el territorio nacional de manera eficiente. Se da más bien lo que, animados por el humor, llaman el ejercicio integral de la profesión, esto es, el escritor que lo es todo: impresor, corrector, diagramador, relacionista, promotor y distribuidor de sus propios libros.
Esto habla, por supuesto, de la situación editorial. Desde el sector público, las prioridades han cambiado drásticamente: se han alejado del mercado, postulan una misión educativa que no se palpa cuando sus ediciones terminan en el mercado secundario y son restrictivos con autores y temas. Desde el sector privado, no hay dólares oficiales para importación, algunos sellos se han ido del país porque no logran repatriar sus ganancias y el marco regulatorio presiona para que sólo sean las casas locales las que editen. La oferta de literatura internacional que muestra la Venezuela de hoy es paupérrima si se compara con la existente en Colombia, México, Chile o Argentina.

Ni hablar de la tribuna internacional, en la que Venezuela sencillamente no existe: ni en la Feria del Libro de Bogotá, ni en la de Buenos Aires, ni en la de Guadalajara, con la excepción hecha de muestras recientes llevadas en los dos últimos años por la Cámara Venezolana del Libro. Los autores que nos representan como delegación oficial pasan a ser un club de amigos. Nuestras ferias nacionales han decaído y ahora son menos, con la excepción de la Filuc de Valencia, que no cesa de crecer; de la Feria de Plaza Altamira, fenómeno de ventas; y de la Filven, cuya última edición mostró apertura, diversidad y públicos entusiastas.

Ante un panorama por lo menos desalentador, lo único que se salva es la creatividad, cuyo empeño sólo debemos a nuestros íngrimos escritores, quienes ni ahora ni antes desfallecen ante nada: son una especie testaruda, que responde siempre a un mandato muy íntimo, donde ni siquiera el país está presente. El país, digámoslo así, se lleva por dentro, como una huella indeleble o como «una mancha de sangre», para recordar un verso del poeta Igor Barreto. Cuando se le preguntaba a Eugenio Montejo la diferencia entre un escritor mexicano y uno venezolano, el poeta contestaba: «La diferencia es que cuando el escritor mexicano camina el país viene detrás».

Más que de lugar y hora del escritor, tendríamos que hablar de extravíos y deshoras, pues sólo cuatro ausencias acaecidas en la primera década del siglo corriente ­Salvador Garmendia en 2001, Juan Sánchez Peláez en 2003 y Adriano González León y el propio Eugenio Montejo en 2008­, todas monumentales, las despedimos sin obituarios oficiales ni coronas florales. Los honores que post mórtem recibió Mario Benedetti, sin duda merecidos, con remitidos que cubrieron páginas enteras en los periódicos nacionales, no pudieron ser emulados por nuestro cuarteto de Alejandría, quienes pudieron bajar tranquilos al sepulcro, pero con la misma soledad que los amparaba cuando escribían. Nuestros autores viajan hacia la inmortalidad, pero el país sólo persigue a fantasmas.

Fuente: , El Nacional, 26 de abril de 2012

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RAFAEL CADENAS, ESCRITURA ESENCIAL EN LA FERIA DEL LIBRO DE BOGOTÁ

Cuando Rafael Cadenas recibió el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2009, en Guadalajara, se dirigió a los intelectuales hispanoamericanos, diciéndoles: “Cuiden su democracia, aunque sea deficiente, aunque no sea cabal, para evitar que pueda ser destruida por algún caudillo”. Se refería en particular a la realidad venezolana, que le duele profundamente, un país que ha caído en manos de un solo hombre que interviene en todos los ámbitos del poder, pretendiendo instaurar una “revolución”que es la copia de lo que han logrado los hermanos Castro en la isla de Cuba.

En cuanto a su visión y voz poética, comienzo haciendo mío un párrafo escrito a Rilke por Lou Andreas-Salome en 1914: “(…) empecé a vivir con el poema mismo, pues en los primeros momentos su sentido objetivo me subyugó demasiado como para poder hacerlo. Y ahora lo leo, o mejor, no paro de recitármelo a mí misma. Hay en él como un reino recientemente conquistado, todavía no se distinguen bien sus fronteras, se extiende más allá del espacio que se puede recorrer en él; se lo adivina más amplio (…)” (del libro Correspondencia, Hesperus 1989).
Así suele suceder con los poemas de Rafael Cadenas: son algunos de ellos una pluma de ave que penetra sin ruido a través de la ventana, otros rasgan silencios a tambor batiente, mas cada uno conduce a un reino de significaciones, y cuando creeemos haber agotado su sentido, surge otro y otro; es una poesía que mueve los cimientos de lo habitual y nos lanza hacia las profundidades del misterio que soymos.

EN LA FERIA DEL LIBRO DE BOGOTÁ 2012

Cadenas, a quien parece no gustarle la fama o el éxito, está acostumbrado a ser “elucidado, disecado, menguado, enriquecido, exaltado y maltratado”, haciendo valer las palabras que escribe Paul Valéry sobre sí mismo en el Prólogo al Cementerio Marino. Es un hombre pausado, de caminar distraído, a quien podemos encontrar en las librerías, a la puerta de los teatros, en las cafeterías o en algún parque, acompañado de sus amigos o alumnos. Se confiesa aprendiz, siempre joven ante el hallazgo que es la vida. A veces saluda con una secreta alegría y en ocasiones parece que hace un esfuerzo por saludar, como si no estuviera allí. sonríe enigmático, jovial, y sus ojos café se vuelven claros como el color de su portafolio de cuero. Vuelven a mi memoria unas líneas que leí siendo muy joven:
(…) “él había pensado más que otros hombres, poseía en asuntos del espíritu aquella serena objetividad (…) y sabiduría que sólo tienen las personas verdaderamente espirituales a las que falta toda ambición y nunca desean brillar, ni convencer a los demás, ni siquiera tener razón” (…) (El Lobo Estepario, Hermann Hesse). Rafael Cadenas es un personaje absolutamente distinto para cada uno de los seres humanos que le conoce; permanece siempre a contraluz, en los límites del misterio, transformándose día a día según crece su obra y se amplía su comprensión amorosa hacia el ser humano. Es lo que percibo en su poesía y siento que ninguno de sus poemas es prescindible, cosa poco frecuente en la obra de la mayoría de los escritores.

Su estar en el mundo crea la sensación de sentirse en paz consigo a pesar de las corrientes subterráneas. Gente que lo conoce y lo aprecia, suele decir que hay que sobreponerse a esos silencios suyos y armarse de valor para osar romperlos. Él es un postigo entreabierto, un vértigo hondo de presencia, tan dado a marcharse y regresar intacto más cercano cuanto más distante. Atravieso las páginas de sus libros y me dejo caer en el vacío, al fin y al cabo, según uno de sus poemas “Florecemos / en un abismo.”

En una entrevista concedida a El Nacional, el 30 de octubre del 2011, Cadenas se refiere a la poesía como escritura esencial que dice “sin decir todo. Por eso exige mucho al lector y suele dejarlo insatisfecho si busca en ella lo propio de la prosa” … Señala que vivimos tiempos espantosos, “basta leer el periódico o ver la televisión o escuchar la radio para horrorizarse… Si permanecemos inconmovibles hemos perdido capacidad de reacción”… Habla de las frases engañosas y de los privilegios de que gozan los que están en el poder, y considera una infamia criminal tildar a los opositores al gobierno venezolano actual, como “vendepatrias”.

En Últimas Noticias el 26/06/02, a la pregunta ¿Cuál es su forma expresiva? él responde: “Escribo poemas en prosa” Acerca de sus influencias, dice: “Durante un largo período la influencia principal fue de poetas franceses como Michaux, Rimbaud, Char. Después volví a la forma del verso libre.” (…) “De la India más que su literatura me ha interesado su filosofía clásica, el pensamiento que parte de los “Upanishads”. También se adivina en su obra lejanas reminiscencias de la lectura de Rilke, Lao Tse, Chuang Tzu, Li Po, Allan Watts.
Ante la interrogante sobre si la poesía debe tener o no un mensaje ideológico o religioso, Cadenas responde: “No. Lo que pasa es que lo que el poeta piensa se trasluce en lo que escribe. Si uno piensa en grande, figuras como Dante, uno sabe que detrás de su poesía había un pensamiento filosófico, el de Tomás de Aquino. En el caso de Shakespeare se ha señalado sobre todo la influencia de los estoicos, especialmente de Séneca (…) Hay un vínculo entre filosofía y poesía aunque no se deben confundir” (…).
En Conversaciones, traducción realizada por Cadenas a una selección de notas de Walt Whitman (Monte Ávila Editores Latinoamericana 1994), se lee este fragmento de Whitman: “Bueno, está muy bien la cadencia, sí bastante bien; pero hay algo anterior, más imperativo. Lo primero que se necesita es el pensamiento (…) Soy muy reflexivo, me tomo mucho trabajo con las palabras (…) lo que persigo es el contenido, no la música de las palabras.” En este aspecto coincide la escritura de Rafael Cadenas. No se pueden leer sus versos de un solo tirón, cada cuatro o cinco palabras parece imperioso detenerse y buscar dentro de sí alguna resonancia.

En un artículo de Darío Jaramillo Agudelo, publicado en la página bogotá.vive.in, del 26 de abril de 2012, este afirma: “Con frecuencia, el mundo de la poesía se considera deshabitado de lectores, en parte por culpa de los mismos poetas, que parecen formar un círculo aparte en el que unos poetas escriben para otros poetas en un ámbito hermético de iniciados. Rafael Cadenas es, hoy en día, uno de los muy pocos grandes poetas vivos. Si durante muchos años fue un muy consagrado y querido poeta en su natal Venezuela -nació en Barquisimeto en 1930-, acaso fueron la edición de su Obra entera por parte del Fondo de Cultura Económica (2000), primero y, luego, el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances de la Feria de Guadalajara (2009), los hechos que, fuera de su país, lo hicieron conocer como uno de los grandes. Cadenas se subleva contra esto -«no quiero estilo sino honradez», dice el poema de Gestiones -, y se propone una «soberanía de lo sencillo, lo natural lo que está ahí, todo lo cual es, al mismo tiempo, el misterio». ”

Finalizamos con este poema de Cadenas, de inmensa significación” «Que cada palabra lleve lo que dice./ Que sea como un temblor que la sostiene./ Que se mantenga como un latido./ Quiero exactitudes aterradoras».

Carmen Cristina Wolf
Caracas, 26 de abril de 2012
@literaturayvida

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La colección de la Editorial Diosa Blanca y su editor, Edgar Vidaurre

Por Carmen Cristina Wolf

LA SELECCIÓN DEL NOMBRE PARA LA EDITORIAL

Luego de la aparición de la página www.diosablanca.org, nos reunimos con el poeta, ensayista y editor venezolano Edgar Vidaurre Miranda, y le preguntamos por la escogencia del nombre Diosa Blanca para la editorial creada por él. Nos dice que para la selección se inspiró en la obra “La diosa blanca” de Robert Graves.
Los venezolanos tenemos no podemos menos que sentirnos orgullosos de que un homnre de la de la talla literaria de Edgar Vidaurre, se haya dedicado durante años al difícil oficio de la publicación, a través de la Editorial Diosa Blanca, con una selección de autores que son voces poéticas fundamentales, Los títulos publicados por la Editorial Diosa Blanca, son los siguientes:

En el Calor Vacante–Andre du Bouchet
Aún el que no llega–Elizabeth Schön
Raíz abierta–Phillipe Jones
Nadador de un solo amor–Georges Schehade
La historia de María–R. Rilke
De las resonancias y los orígenes-Adonis
La tierra con el olvido –Salah Stétié
La flor, el barco, el alma–Elizabeth Schön
El Río hondo aquí–Elizabeth Schön
La llama incesante –Carmen Cristina Wolf
Cantata profana-Aladar Temeshy
Corderos– Ruth Vidaurre
Tapices–Ruth Vidaurre
En el ojo de la cabra–Belén Ojeda
Cenizas de espera–Milagro Haack
Probando el tiempo–Aladar Temeshy
El libro de las decepciones–Aladar Temeshy
Viajes en la noche–Aladar Temeshy
El silencio del árbol– Maite Ayala
Después del silencio–Ruth Vidaurre
Antología de versos de poetisas venezolanas–Astrid Lander
La granja bella de la casa–Elizabeth Schön
Ráfagas del establo–Elizabeth Schön
Visiones extraordinarias–Elizabeth Schön
El umbral de los geranios–Maite Ayala
Cantos al Shabd–Ada Rosentul
Hotel–Mariela Casal
Diálogos con el vacío–Zaira Castro
Cartas a Magdalena–Aladar Temeshy

CONVERSACIONES CON EL POETA

Después de largas conversaciones con el poeta Edgar Vidaurre, me adentro en la lectura de los poemarios “El lugar más sosegado” (Mención de Honor en la Bienal Municipal Augusto Padrón) y “La fugitiva” (publicado por el Ateneo de Valencia en coedición con La liebre libre en el año 2002, Premio de Poesía Bienal José Rafael Pocaterra). Llego al convencimiento de que más que el abandono y el desamor, nada hay más doloroso que dejar de sentir la “pasión del espíritu”. Es mejor ser arrojado a las llamas a dejar de vislumbrar “la última espiga de trigo en la sombra”.

Edgar Vidaurre es poeta, ensayista y director fundador de la Editorial Diosa Blanca. Nació en Caracas el 5 de diciembre de 1953. Es abogado egresado de la Universidad Católica Andrés Bello. Es filósofo y músico graduado. Ha publicado: La resurrección de los frutos (Mención de Honor en la bienal de poesía mística Antonio Rielo de España); La fugitiva; La séptima rosa; El Lugar más sosegado; Panayía; El lamento de Ariadna. Es autor de numerosos ensayos y escribe para diarios y revistas. Pasa largas horas en amoroso combate con el piano.

EXPERIENCIAS DE VIDA

Recuerda sus experiencias de vida y sus preferencias literarias, y desembocamos en los orígenes de sus indagaciones y en el camino de retorno al eterno femenino a través de la poesía. Al llegar a casa intento escribir esta nota sobre sus versos: «Conjurada por la flor de sal, así fue la visión. Vino como si fuera una fiebre» (…) Cuando yo cerraba los ojos, ella abría la tierra y el eco de un perfume brotaba de su boca,» Una primera reflexión surge de esta lectura. Los versos dejan vislumbrar ideas arquetípicas con un criterio estético lejano a la simple anécdota o al discurso cognoscitivo. Se siente su fuerza y no se lee «fiebre» como un concepto, nos abrasa la fiebre. Así es el verdadero poema.
Vidaurre dialoga con la aparición y le ruega que no susurre más su nombre, «el nombre por el que me llamaba». Huye de «la agonía presentida» pues teme lo que será luego una nueva ausencia. Porque todo encuentro es fugaz, nadie posee la piedra de luna de la unión eterna. Inexorablemente, los seres humanos somos la otra mitad de nosotros mismos, la huella de la ausencia del ser, una estirpe fracturada desde el comienzo de este sueño que es la Vida.
Las cosas que me dijo el poeta abren ventanas en relación con el poemario La fugitiva y sobre toda su obra. Los poemas hablan por sí solos, no requieren explicaciones; no obstante, un poeta como él, capaz de desentrañar el desarrollo de su escritura a través de una reflexión inteligente, culta, poblada de señales, códigos e interpretaciones personalísimas, es invalorable. Su constante desvelo por el encuentro con el centro, el alma, es plasmado en una nostalgia absoluta por la Belleza, por el Eterno Femenino. Edgar Vidaurre es un amante de la esencia, un enfermo incurable de lo trascendente. Escribe apoyándose en los mitos y leyendas, con un lenguaje y una voz propia, creando también sus propios mitos que surgen de los seres que lo habitan.

LA SÉPTIMA ROSA SURGE DE SUS MANOS DE PIANISTA

Es difícil no dejarse ir por una rendija del corazón en procura de “La séptima rosa”, título de unos de sus poemarios. Digo esto porque sus versos convocan al lector hacia una experiencia íntima a través de sendas señaladas por sus manos de pianista. La lectura de estos poemas nos expone a una fiebre incurable, la de la obsesión por la poesía, y nos arriesga a ser coronados con una cinta de sangre: «El amor se fue con los veranos … yo le ataba una cinta de sangre en la muñeca» … Se siente el lazo de púrpura en plena letra y en pleno corazón. Se lucha para no dejar ir nuestra «llama doble», como la nombraba Octavio Paz, porque sin ella andamos extraviados, sin rumbo, sin sentido trascendente. Atados a la polea de un tiempo que no nos pertenece y al que no pertenecemos, porque tenemos sed de eternidad y el tiempo es inasible.
La «peregrina de la noche» es el alma escondida entre los lirios de abril, visitante de los abismos y de las esferas celestes. Los primeros seres de la tierra se sumergieron en las aguas del deseo para alcanzar el ojo del alma, y también la ciudad de perdida hace milenios. Los versos de La fugitiva traen a mi memoria lecturas de otros tiempos. Y me acerca a las huellas del Caminante de la Aurora, que es Edgar Vidaurre, buscando, como Miguel Serrano en su obra Las Visitas de la Reina de Saba, la «piedra de luna», esa visión siempre añorada en la historia personal y colectiva de la humanidad.

CAMINANTE EN BUSCA DEL AMOR ETERNO

Los versos de Edgar nos llevan a inclinar la cabeza en el regazo de la Madre Primordial, la Tierra, como vientre de la vida psíquica, y nos hace topar con nuestras propias interrogantes. El lector es cautivado por la sagrada locura de la búsqueda de un ser que somos nosotros mismos en su espejo de nacimiento y muertes sucesivas. El Amor Eterno puede ser ignorado, olvidado, combatido. Mas la Estrella Matutina nunca dejará de brillar para el Caminante del Alba, este poeta que nos invita a cerrar los ojos para hallar la luz, en el centro donde el alma no hace sombra.

Del poemario de Vidaurre El lugar más sosegado emerge luminoso el árbol de la vida, con poemas en los cuales germinan los abedules, los árboles de mango, los viñedos, todos ellos desprendidos de la Flor de Jessé, Enmanuel, ese “granado florecido” por el cual suspira el poeta:
“Hay un árbol ardiendo
hay un árbol intocado por el fuego
redondo como el fruto de sus frutos
Todas las nostalgias
descansando sobre esta higuera
que llora
con sus raíces que nos miran desde el cielo”

Este libro es hermano de La fugitiva, con imágenes distintas bañadas en las aguas de las Sagradas Escrituras y de los poetas místicos como Kadyr, Tagore, San Juán de la Cruz, Simone Weil, Elizabeth Schön. La añoranza continúa siendo el infinito, la eternidad, el alma: “Una es mi alma que es un árbol En el lugar más sosegado de la tierra lejos del eco y la sombra
Un árbol de sol por donde bajan tus aguas por donde vuelven tus ojos”

El poeta Edgar Vidaurre nos ha descubierto la séptima rosa escondida en el corazón del árbol de sol. Allí hemos de encontrarnos, al pie de su ramaje, donde el alma no hace sombra. Él se haya dispuesto a “sembrarla en el centro de la vida”, e inspirado por el profeta Isaías canta a su amada con la mayor dulzura y belleza de que es capaz un poeta del nuevo milenio.

Carmen Cristina Wolf
@literaturayvida
Santiago de León de Caracas

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Lama Ole: El budismo en occidente

El Lama Ole Nydahl visitará de nuevo Venezuela en Mayo del 2012. Durante su estadía ofrecerá una conferencia pública en Caracas y otra en Maracay. El domingo 6 de Mayo dictará una Conferencia Pública en Caracas: “Meditación Budista en la Vida Diaria”.
Será dictada en Av. Tamanaco, Edif. Impres, Mezzanina, Salón Terraza Gaudi. (Detrás del Centro Comercial Lido) a las 3:00pm. El costo de la entrada es de Bs. 150

El martes 8 de Mayo ofrecerá una Conferencia Pública en Maracay: “La Aplicación de las Enseñanzas del Buda en la Vida Diaria». Será dictada en el Anfiteatro del Hotel Maracay a las 7:00pm. El costo de la entrada es de Bs. 150. Para mayor Información: www.budismocaminodeldiamante.org
Twitter: @budismo_vzla
Facebook: Budismo Camino del Diamante Venezuela (oficial).

BUDISMO EN OCCIDENTE

Por Carmen Cristina Wolf

En el marco de la próxima visita de Lama Ole Nydhal a Venezuela, quien dictará dos conferencias públicas sobre la meditación Budista en la vida diaria –el 6 de mayo en Caracas- y la aplicación de las enseñanzas del Buda en la vida diaria–el 8 de mayo en Maracay-, quisiera compartir mi experiencia personal cuando, hace algunos años, tuve la oportunidad de conocerlo y escuchar acerca de las enseñanzas del Buda.
Del 2 al 4 de marzo de 2009 asistimos al Curso de Mahamudra impartido por Lama Ole Nydhal, maestro budista reconocido tanto por el mundo tibetano como por occidente. Nació en 1941 en Dinamarca, “en una amorosa familia de académicos y escritores”. Su biografía nos cuenta que en la niñez tenía sueños y recuerdos de combates con soldados chinos, y protegía a la población del este del Tibet. Ole se graduó en filosofía en la Universidad de Copenhague, habla varios idiomas y realizó su doctorado sobre la obra de Aldous Huxley.
Ole ha sido reconocido por el XVI Karmapa Rangjung Dorje (líder espiritual de una de las escuelas más importantes del budismo tibetano), como un antiguo protector y lama del linaje Karma Kagyu. Lama Ole siendo muy joven meditó durante tres años en Los Himalayas. Posteriormente el Karmapa lo envió a Europa a impartir las enseñanzas budistas y ha fundado más de 600 centros del linaje Karma Kagyu en todo el mundo. Es autor de media docena de libros traducidos en varios idiomas, visita los centros de meditación que ha fundado y transmite profundas enseñanzas como el Mahamudra “Gran Sello” y el Phowa traducido como “muerte consciente”, que apuntan a la naturaleza de la mente. Recordemos que “Buda” significa “aquél que despertó”, el que eliminó todos los velos de la mente.
Aproximadamente doscientas personas nos reunimos en el Centro de Convenciones Pozo de Rosas a escuchar al Lama dar enseñanzas del Mahamudra, transmitidas a el por el 16to Karmapa Rangjung Rigpe Dorje. Es importante, para comprender la finalidad de esta enseñanza, conocer las siguientes palabras del Karmapa: “absorber las enseñanzas del Buda y su lógica libera de los velos de la no comprensión. Examinar estas instrucciones esenciales conquista la oscuridad de la duda. Mediante la luz producida por la meditación se reconoce la esencia de todos los fenómenos, tal cual es.” Es un asunto central para el budismo actuar en beneficio de todos los seres. Por eso en las sociedades donde existe mucha violencia física y verbal, la existencia de comunidades budistas es tan benéfica, pues es un ejemplo de tolerancia, solidaridad y ayuda a los necesitados, sin distinción de sexo, credo o cultura.
Cuánto sufrimiento se ahorra el ser humano que acepta y comprende la impermanencia y la ilusión del ego. Sin caer en el nihilismo de creer que nada existe, entender que todo lo que sucede dentro y fuera de nosotros es efímero, nos enseña a relativizar los obstáculos en el camino. Los fenómenos son manifestaciones de la mente. Mediante las prácticas de la meditación se puede llegar a comprender la naturaleza de la mente. Y puede obtenerse “la certeza en el verdadero significado último. No se puede probar diciendo: `es esto´. No se puede negar diciendo: ´no es esto´. La naturaleza de la verdad, más allá de los conceptos, es no compuesta” (Truth-nature, beyond concepts, is non-composite). Me permito hacer una interpretación según lo entiendo, y digo que tal vez esto podría traducirse en el sentido de la no-dualidad, algo así como: todo es conciencia ilimitada donde nada es o no es, porque hay que salir de los conceptos absolutos.
Del Lama se desprende una fortaleza y energía, una serenidad gozosa que se transmite a los otros con sencillez y belleza. Su delicadeza y fuerza de espíritu son notables y lo que nos hace sentir como si le conociéramos desde siempre. Es muy posible que así sea, tomando en cuenta la idea de la reencarnación. Sus palabras en inglés fueron traducidas al castellano con claridad y precisión por Dilia Navarro, una de las discípulas del Lama en Caracas. Trató de los principios esenciales del budismo y se refirió a los problemas del mundo. Una de las afirmaciones sensibles de su prédica, fue la recomendación de que cuando nos sintamos tristes y con tendencia a lamentarnos por situaciones personales, recordemos a los millones de seres humanos que mueren de hambre en África, y también pensemos en las mujeres que viven oprimidas y son irrespetadas en algunas culturas por causas religiosas. Me llamó mucho la atención la gran importancia que otorga Lama Ole a la libertad de expresión y a la protección a las mujeres. Lo mencionó en varias oportunidades, y esto es algo que merece todo mi respeto y admiración, porque la esencia del ser humano es la libertad. Un gobierno puede ofrecer bienes materiales, seguridad y bienestar, mas si no se respeta la libertad, esa sociedad está oprimida y agonizante.
De los conceptos escuchados, lo más relevante para mí, es la explicación de las causas del sufrimiento, el sueño colectivo en el que el ser humano se encuentra envuelto, el camino hacia la liberación y transformación mediante el desarrollo de la mente consciente. Buda comprendió que la principal causa del sufrimiento es la ignorancia, el no conocer la naturaleza de la mente e ignorar la impermanencia de las cosas. Cuando se acepta la transitoriedad de los fenómenos y se descubre que lo único real es la conciencia, “el libre juego de la mente ilimitada”, la tendencia del ser humano de darle demasiada importancia a los pensamientos, sucesos y sentimientos, desaparece.
Lama Ole habló de que existe el mal, pero no un mal absoluto, pues una persona de la que solo se desprenda maldad recibiría el mismo mal con igual intensidad y fuerza, por tanto se autodestruiría. Las acciones perversas provienen de una ausencia de claridad y de amor. Las malas acciones provienen de la “estupidez”. Todos los pensamientos, palabras y acciones que provienen del orgullo, la ira, el odio, la avaricia, el apego, los celos, la aversión y la envidia generan karma negativo, una cadena de causas y efectos que producen dolor y daño a nosotros mismos y a los demás. Como consecuencia de comportamientos cargados de emociones perturbadoras se generan nuevos obstáculos, nuevos problemas según la ley de causa-efecto. En el libro de Lama Ole “Las cosas como son”, se lee lo siguiente:
“Esto cambia también la apreciación del sufrimiento en el mundo, y uno puede explicarse mucho de lo que le pareciera injusto si pensara que solo hay una vida, pues hasta que se reconozca la ley de causa y efecto, los actos de vidas pasadas determinan considerablemente las condiciones de cada nueva vida.”
El budismo nos muestra el camino para la liberación del sufrimiento, cuando se comprende la naturaleza ilusoria del ego y se entiende que todos somos mente ilimitada, lo que pasa es que no lo sabemos. Existe la posibilidad de lograr la iluminación, que consiste en permanecer sin esfuerzo y de manera consciente en el aquí y en el ahora, en la vivencia de unidad con todo. La naturaleza búdica, que es el potencial para la iluminación, está al alcance de todos los seres humanos si se comportan “conscientemente de otra manera”. El Lama advierte que para evitar la propia infelicidad, el Buda aconseja evitar “las diez acciones dañinas: matar, robar, causar sufrimiento sexual, mentir, calumniar, hablar en forma disparatada, hablar en forma brusca e hiriente, la codicia, la malevolencia y difundir conceptos erróneos.”
Lama Ole se refirió a los distintos métodos que conducen a la comprensión y a la iluminación, tales como la meditación y el servicio desinteresado a los otros. También se refirió al filósofo griego Heráclito como el más sabio de su época, pues él no buscaba una fuente externa como causalidad de la existencia del universo, él entendió que el Espacio en sí mismo está preñado de todo cuanto existe.
Mi gratitud al Lama Ole y a los organizadores del retiro, por esta oportunidad y por su amorosa paciencia en la enseñanza a las personas de Venezuela. Estoy segura de que la senda del budismo es benéfica, no solo para cada uno de los discípulos que siguen sus principios éticos, sino para las comunidades en todo el mundo.

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Rafael Cadenas en la Feria del Libro de Bogotá

La vigésimo quinta edición de la FILBO se inauguró el 16 de abril. Rafael Cadenas, Sergio Dahbar, Jackeline Goldberg, Gisela Kozac y Rafael Arráiz Lucca son algunos de los invitados venezolanos en la Feria. Recitales, conversaciones, presentación de libros, con la participación de autores, editores, universidades, a fin de comparar las realidades editoriales de Venezuela y Colombia, Gisela Kozac expresa su satisfacción de ver en los stands los libros de Alberto Barrera, Ana teresa Torres, Teodoro Petkov, Elías Pino y Michele Ascencio.

La clausura de la Feria se celebrará el día 1 de mayo.

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El poeta chileno Nicanor Parra recibe el Premio Cervantes

«Nicanor Parra es mucho más que un provocador, es ciertamente un rupturista», afirma Don Felipe de Asturias, quien entregó el Premio Cervantes al nieto del poeta Nicanor Parra. «Él no engaña a nadie, advierte del peligro que corren sus compañeros de aventura, señala el Príncipe Felipe de Asturias en el discurso de entrega del Premio Cervantes. No consiente que se le encasille, sobre todo en política: «Yo no soy ni derechista ni izquierdista, yo simplemente rompo con todo»», continúa el Príncipe.

«¿Se considera usted acreedor del Premio Cervantes? (Responde Nicanor Parra): Claro que sí. ¿Por qué? Por un libro que estoy por escribir…». Así termina el discurso con el que Cristóbal Ugarte, nieto de Nicanor Parra, ha recogido el Premio Cervantes en nombre de su abuelo.

Nicanor Parra, antipoeta, artista, físico y profesor de matemáticas, nació en el San Fabián de Alico, pueblo cerca de Chillán, en 1914.
Hijo de un profesor primario y de una campesina, aficionados ambos a la música folklórica, el antipoeta creció en un ambiente familiar condicionado por las incertidumbres económicas y los constantes cambios de residencia, pero que pese a todo, hizo de él y de sus hermanos, Violeta, Eduardo y Roberto, importantes artistas.
En 1932 Parra marchó a Santiago para finalizar sus estudios secundarios, ingresando al año siguiente al Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile, donde estudió matemática y física. A partir de esta época comienza a tomar mayor contacto con las vanguardias literarias y artísticas, principalmente con el surrealismo, y a relacionarse con otros poetas como Neruda y Huidobro. En 1937, ya titulado y ejerciendo como profesor de escuela, Parra editó su primer libro, ‘Cancionero sin nombre’, texto donde comienzan a perfilarse algunas características de su producción literaria.
En 1943 viaja a Estados Unidos gracias a una beca que le permite estudiar mecánica avanzada en la Universidad de Brown durante tres años. En 1948, ya en Chile, es nombrado profesor de la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Chile. Al año siguiente viaja a Inglaterra, con una beca del Consejo Británico, para estudiar cosmología. Regresa en 1951 al país y se reintegra a la Universidad.
Da curso firme a su vocación poética realiza numerosas publicaciones, dicta conferencias en universidades de todo el mundo, ofrece recitales de poesía, etc. En 1972 viaja nuevamente a los EE.UU, gracias a la Beca Guggenheim.
Nicanor Parra ha sido postulado al Premio Nobel de Literatura. La primera postulación oficial se produce en 1995, mediada por la Universidad de Nueva York; la segunda lo encabeza la Universidad de Concepción en 1997 y tres años más tarde, lo postula Machitún-2000, que media con la Universidad de Chile.

Obra Publicada

Cancionero sin nombre (1937)
Poemas y antipoemas, Nascimento, Santiago, 1954
La cueca larga (1958)
Antipoemas (1960)
Versos de salón (1962)
Manifiesto (1963)
Canciones rusas (1967)
Obra gruesa, Universitaria, Santiago, 1969
Los profesores (1971)
Artefactos (1972)
Sermones y prédicas del Cristo de Elqui (1977)
Nuevos sermones y prédicas del Cristo de Elqui, Galería Época : Estudios Humanísticos, Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas. Universidad de Chile, Santiago, 1977
El anti-Lázaro (1981)
Poema y antipoema de Eduardo Frei (1982)
Cachureos, ecopoemas, guatapiques, últimas prédicas (1983)
Chistes pa/r/rá desorientar a la policía/poesía (1983)
Coplas de Navidad (1983)
Poesía política (1983)
Hojas de Parra (1985)
Poemas para combatir la calvicie (1993)
Objetos prácticos (1996) más tarde calificados de Artefactos visuales
Nicanor Parra tiene la palabra (1997), prólogo y compilación de Jaime Quezada
Páginas en blanco (2001)
Artefactos visuales, dirección obligada, Dirección de Extension / Pinacoteca, Universidad de Concepción, 2002
Lear Rey & Mendigo (2004)
Discursos de sobremesa (2006)
Obras completas I (1935-1972), con prefacio de Harold Bloom, introducción de Niall Binns y prólogo de Federico Schopf; edición supervisada por el autor; Galaxia Gutemberg / Círculo de Lectores, Barcelona, 2006
Obras completas II (1975-2006), Galaxia Gutemberg / Círculo de Lectores, Barcelona, 2011
Así habló Parra en El Mercurio, entrevistas dadas al diario chileno entre 1968 y 2007; El Mercurio-Aguilar, Santiago
Fuentes consultadas:
ABC.es
wikipedia

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Antonia Palacios en los Diálogos de la Academia

El martes 24 de abril a las 6 pm en la Sala Cabrujas
Roberto Martínez Bachrich, ganador en 2010 del Concurso Transgenérico de la Fundación para la Cultura Urbana con su libro Tiempo hendido, tendrá un acercamiento a la vida y obra de Antonia Palacios. Estará acompañado por Ana Teresa Torres en esta tercera sesión de Diálogos de la Academia, promovidos por una alianza entre la Academia Venezolana de la Lengua y Cultura Chacao.

Martes 24 de abril a las 6 pm., en la Sala Cabrujas de Cultura Chacao, ubicada en la Avenida Francisco de Miranda con 3º Avenida de los Palos Grandes, CC. El Parque, Nivel C-1.Palacios en los Diálogos de la Academia,el martes 24 de abril a las 6 pm en la Sala Cabrujas

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ESCUCHAR EL SILENCIO

Por ALADAR TEMESHY
…»si convencidos de la intima realidad, miramos adentro, entonces todo nos parece venir de afuera, y es nuestro mundo interior, nosotros mismos, lo que se desvanece. ¿Qué hacer entonces?» Antonio Machado. Cátedra Letras Hispánicas.

Durante de los pervigilios nocturnos, mirando el techo y esperando la madrugada estuve escuchando el silencio, este fenómeno de muchos variantes. Hay largos, cortos, profundos, momentáneos. Hay de afuera y de adentro, si, de adentro de uno mismo. En estas largas horas o de paseos solitarios busqué, que es el silencio y que está detrás de él. En noches tranquilas caminando sobre la alfombra de las sombras de los árboles dibujadas por faroles, podía palpar el silencio de la ciudad. Una respuesta a la coreografía continua de la urbe, al autobús, al mercado, a la desesperación humana por el sueño, por el vacío de la inconsciencia. Es el estado cerrado de piedra redonda, impenetrable. Es el silencio de la necesidad, del cansancio. Es histórico. En su pesado volumen duermen los conquistadores de la ciudad tan citados por los cuestionados políticos urbanos. No es personal. Es el silencio de la masa conglomerante de calle, casa, pared, foro, zoológico, escuela, orden y bordelo. Es temporal, dura como los amores de una sola noche. Y detrás una otra noche sin forma sin volumen, una imposición desconocida, fuera de la aceptada, nada más. ¿Nada más o simplemente nada? Una ciudad envuelta en una inconsciencia múltiple sin personas, sin paredes.

¿Que es el silencio? Es la suspensión del tiempo y de uno mismo. Disolución de algo no disoluble, es el reflejo del otro yo en el espejo de Lacan*, visión sin forma o contorno. ¿Existe o es imaginación? Cuál es la limitación de nuestra existencia o simplemente estamos entre el tiempo y la muerte. Todo esto en la burbuja secreta del silencio que flota alto, como las aves en el misterio de la negación de la gravedad. Allá arriba no hay palabra, no hay sonido para nuestro oído. ¿Que haruspex puede traducir lo que las aves vivieron en sus vuelos por las alturas? La incógnita se cierra con la palabra silencio, como algo lógico sin razón o explicación palpable, aceptado como factor natural dentro de nuestro alcance. Acaso es una limitación, no, ni es conformación, simplemente quisiéramos poseer este intervalo de suspensión de voces y existencia, de no ser solamente estar.

El silencio independientemente que sea de la ciudad, del río o de cualquier rincón, nos llega y nos envuelve de modo impersonal en, que por deus ex machina estamos con todo de nuestro ego presente. ¿Es la paz o la inquietud? Es el encuentro subconsciente de uno mismo en la burbuja dejada antes de nacer. Es un fragmento de infinidad, sin referencias, sin rumbo, una duda libre sobre uno mismo, invisible en el espejo de Lacan. No es la comprobación de volumen y figura o de las manifestaciones del intelecto.
Es el yo, un libro cerrado.

El yo en el marco del silencio. ¿Y detrás? Voy lento sobre la alfombra de las sombras de los árboles en el silencio de la ciudad y en el mío, sin saber que a donde voy. Allá atrás no hay nada. Las aves no vuelan de noche.

*J. Lacan: El estadio del espejo- Cuando el niño pequeño ve su imagen la primera vez en el espejo.

SOBRE ALADAR TEMESHY

Nacido en Hungría, se graduó de arquitecto y realizó estudios en Budapest, Viena, Los Ángeles y Caracas. Perteneció al grupo literario del poeta venezolano Alfredo Silva Estrada y participó en los talleres del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos. Ha publicado los siguientes poemarios: El califato (2005); Probando el tiempo (2001; Cantata profana (1997); Líneas cortas (1995). Hierba Alta (2010). Al margen de la tarde (Diosa Blanca 2011). Cartas a Magdalena (Diosa Blanca 2011). También publicó Razones y sin razones de la ciudad (Historia del urbanismo) en 1996. Ha escrito ensayos sobre La pintura francesa desde Carlo Magno hasta el siglo XIX, y recientemente apareció su libro Estrellas fugaces en las esquinas del mundo, editado también por El pez soluble. Sus numerosos artículos han sido recogidos en los diarios El Universal y La Razón.

La voz poética de Aladar Temeshy está ligada íntimamente a su manera de comprender la existencia, las situaciones de la realidad y su pensamiento reflexivo. El trasfondo de su escritura es una recia batalla entre la belleza de lo creado y el demoledor paso del tiempo, que todo lo acaba. De sensibilidad contamplativa, tal vez por su profesión de arquitecto y por su dedicación a la docencia, conduce al lector, desde la más sublime hermosura de la naturaleza y de las ciudades, hasta el dolor y el sufrimiento de la pérdida de los afectos y de los lugares más entrañables.

Pienso que Aladar es un romántido a la manera de Rilke.No se reconcilia con la creencia en Dios y en el alma inmortal, no obstante, medita sobre estos temas con la angustia del que se asoma al abismo.

En El libro de las decepciones del mismo autor, editado en el 2008 por Diosa Blanca, el prologuista y editor, Edgar Vidaurre, escribe: ¨En el corazón de la palabra decepción, convergen tres de los aspectos más reveladores de nuestra humanidad a saber: el dolor, la desesperanza (o más bien, la esperanza herida) y la conciencia del engaño y la verdad¨… Ante la decepción, se abren dos sendas, o el hombre se sumerge ante su propio existir o trasciende el sufrimiemto a través de la transformación existencial.

Y es el camino que toma Aladar Temeshy ante tal disyuntiva. Trascender mediante la escritura, a través de estas palabras desgarradoras de sus libros, especialmente de este poemario Al margen de la tarde, que nos deja con el deseo de leerlo una y otra vez, escrito con la entereza y la precisión del oficiante que se aferra a la poesía como ¨una forma de existencia, de elevación de la existencia, de la presencia fuerte de la existencia¨, como escribió en su tiempo el maestro Alfredo Slva Estrada, amigo personal de Aladar.
Al margen de la tarde está dividido en dos partes: 40 poemas que corresponden al capítulo que lleva el título del libro, y un capítulo de 9 poemas, que lleva por título Cuentas del Tiempo. La exquisita belleza del primer poema del libro, nos lleva desde el encanto de un universo ensoñado / en un aljibe virgen / sin fondo y sin rimas:
Es una tarde larga
del encanto de Schumann
en el policromado otoño
surgido de las blanquinegras
teclas del piano grande
en la tamizada luz dorada
de una eternidad.

Hasta aparecer las amargas dudas rebeldes / sobre razones del estar / o del ser y su justa existencia. Es la espada hundida en el pecho, que hiere en las sombras de las letras, al margen de la vida del autor. La muerte es la dignidad del vencido, es la trascendencia y la liberación del ser aprisionado.
Carmen Cristina Wolf, Caracas 2011

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DÍA DE LA TIERRA 2012 EN CARACAS

Carmen Cristina Wolf. Caracas 21 de abril de 2012

Como una manera de rendir homenaje a la Madre Tierra, nuestra casa grande, transcribimos el poema GALOPE MUERTO, del libro Residencia en la tierra, del poeta chileno Pablo Neruda:

Como cenizas, como mares poblándose,
en la sumergida lentitud, en lo informe,
o como se oyen desde el alto de los caminos
cruzar las campanadas en cruz,
teniendo ese sonido ya aparte del metal,
confuso, pesando, haciéndose polvo
en el mismo molino de las formas demasiado lejos,
o recordadas o no vistas,
y el perfume de las ciruelas que rodando a tierra
se pudren en el tiempo, infinitamente verdes.

Aquello todo tan rápido, tan viviente,
inmóvil sin embargo, como polea loca en sí misma,
esas ruedas de los motores, en fin.
Existiendo como las puntadas secas en las costuras del árbol,
callado, por alrededor, de tal modo,
mezclando todos los limbos de sus colas.
Es que de dónde, por dónde, en qué orilla?

El rodeo constante, incierto, tan mudo,
como las lilas alrededor del convento,
o la llegada de la muerte a la lengua del buey
que cae a tumbos, guardabajo, y cuyos cuernos quieren sonar.

Por eso, en lo inmóvil, deteniéndose, percibir,
entonces, como aleteo inmenso, encima,
como abejas muertas o números,
ay, lo que mi corazón pálido no puede abarcar,
en multitudes, en lágrimas saliendo apenas,
y esfuerzos humanos, tormentas,
acciones negras descubiertas de repente
como hielos, desorden vasto,
oceánico, para mí que entro cantando
como una espada entre los indefensos.

Ahora bien, de qué está hecho ese surgir de palomas
que hay entre la noche y el tiempo, como una barranca húmeda?

Ese sonido ya tan largo
que cae listando de piedras los caminos,
más bien, cuando sólo una hora
crece de improviso, extendiéndose sin tregua.

Adentro del anillo del verano
una vez los grandes zapallos escuchan,
estirando sus plantas conmovedoras,
de eso, de lo que solicitándose mucho,
de lo lleno, obscuros de pesadas gotas.
& & & & & &

El Día de la Tierra se consolida como una fecha crucial para la supervivencia y la calidad de vida de la humanidad, desde sus comienzos, en la década del 70. Se calcula que más de 500 millones de personas en 85 países de todo el mundo celebran el Día de la Tierra.

En el marco de la celebración del Día de la Tierra, la Alcaldía Metropolitana de Caracas realizará una jornada educativa hoy en la Plaza Brión de Chacaíto, a partir de las 10:30 am, para crear conciencia en la población sobre la importancia de transformar los modelos de consumo en nuestra ciudad, y así detener el deterioro ambiental. Información y videos alusivos a la celebración, al agua, la tierra, la biodiversidad y el cambio climático, servirán para que los caraqueños conozcan que pueden hacer desde sus casas y lugares de trabajo y comunidades para conservar el ambiente.

PARTICIPACIÓN EN LAS REDES SOCIALES
Las redes sociales también estarán presentes en el Día Mundial de la Tierra, pues diversas organizaciones a lo largo del planeta han anunciado la realización de maratones de mensajes a través de Facebook y Twitter. Entre ellas, en Venezuela la ONG Vitalis realizará un twitterton de la Tierra el cual también será apoyado por Ecocaracas de la AMC.

Facebook develó su «Proyecto de Computación abierto», con el que pretende encabezar la ruta para construir instalaciones tecnológicas más eficientes y ecológicas. Otras empresas tecnológicas como Google y Yahoo también han anunciado planes para ahorrar electricidad y usar fuentes de energía «limpias».

El Día de la Tierra tiene sus inicios en el año 1970 cuando el senador de los Estados Unidos, Gaylord Nelson, promovió la creación de la Agencia de Protección al Medio Ambiente, organismo establecido durante el gobierno de Richard Nixon, con la misión de conservar el medio ambiente y la salud pública. Ese día miles de norteamericanos de distintas tendencias salieron a la calle para manifestarse a favor de un ambiente más saludable y sustentable. Más de 12 mil estudiantes y centenares de comunidades se pusieron de acuerdo para levantar su voz y así sensibilizar a los líderes mundiales sobre la magnitud del deterioro del planeta.

La presión social tuvo sus logros. Este mismo año el congreso norteamericano promulgó el Acta del Aire Limpio (Clean Air Act) con el objetivo de implantar estándares seguros sobre la calidad del aire, emisiones y efusión contaminante. También en 1970 el senador Nelson fundó la Red del Día de la Tierra (EDN), que como entidad de carácter global, promueve la celebración del día de la Tierra con la intención de establecer una plataforma de difusión y reflexión sobre el ambiente y sus principales problemas. Así, cada año en el equinoccio vernal, (alrededor del 21 de marzo) Las Naciones Unidas celebran el día de la Tierra sonando la Campana de la Paz en la sede central de la ONU en Nueva York.

El Día de la Tierra es una celebración de la gente que no está relacionada con reivindicaciones políticas, nacionales, religiosas, ideológicas ni raciales. Es una fiesta que da a los ciudadanos la oportunidad de educar a la sociedad sobre los desafíos a que se enfrenta el planeta y que afectan directamente el bienestar de los hombres y mujeres de hoy y el de las futuras generaciones. El cambio climático y el agotamiento de la capa de ozono son muestras evidentes del impacto que la humanidad ha causado. La diversidad biológica se está reduciendo rápidamente. El agua dulce está cada vez más contaminada y los suelos y recursos pesqueros antes tan fértiles se están volviendo estériles.

«Hemos dependido de los recursos de la naturaleza para nuestro sustento, bienestar y desarrollo. Hemos retirado capital de la naturaleza sin devolverlo. Ahora empezamos a ver las consecuencias de no haber protegido nuestra inversión», señaló Ban Ki-Moon, Secretario General de las Naciones Unidas en referencia al Día de la Tierra.

Fuentes consultadas: www.eluniversal.com

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LUPE RUMAZO: SOBRE LA POESÍA DE ANDRÉS ELOY BLANCO Y UN NUEVO SISTEMA CRÍTICO-LITERARIO

Por Carmen Cristina Wolf

El estudio sobre la poesía de Andrés Eloy Blanco, es uno de los ensayos publicados en el nuevo libro Los Marcapasos, de Lupe Rumazo, mujer ecuatoriana y universal, que representa un valor inestimable en el pensamiento crítico hispanoamericano. Los Marcapasos es un revelador registro del acontecer de la cultura en América. Autora de quince libros de ensayo, relato corto y novela, algunos de ellos han sido prologados por Ernesto Sábato, Mariano Picón Salas, Gonzalo Zaldumbide, Leopoldo Zea, Benjamín Carrión y Juan David García Bacca. Lupe Rumazo es representante de la Sorbonne Nouvelle en la Literatura Comparada y de la Sociedad Europea de Cultura. Es Miembro de la Academia Ecuatoriana de la Lengua y Miembro del Consejo Consultivo del Círculo de Escritores de Venezuela. Ha participado como ponente en numerosos Congresos internacionales.

La sensibilidad y el conocimiento de la poesía en Lupe Rumazo, se pone de relieve este original enfoque crítico literario de la poesía de Andrés Eloy Blanco, con sustentación en el sistema de aproximación filosófica de Juan David García Bacca, aplicado por este a otro poeta, el francés Mallarmé, en su poema Un golpe de dados jamás abolirá el Azar, poema que constituye un universo “de palabras, de sonidos musicales, de constelación astronómica y ontológica”, como escribe Lupe Rumazo en el ensayo “POESÍA DE ANDRÉS ELOY BLANCO Y UN NUEVO SISTEMA CRÍTICO-LITERARIO”.

El análisis de Rumazo, parte de que la poesía de Andrés Eloy Blanco no se centra exclusivamente en el ámbito visible, terrestre, va mucho más allá en cuanto a los conceptos, ideales y valores del poeta. Y transcribe unos versos de La Parábola del Volcán y las Siete Estrellas:
“La Parima que era un volcán pero era al mismo tiempo un refugio de estrellas/ Por las mañanas, los luceros del cielo/ se metían por su cráter,/ y dormían todo el día en el centro de la Tierra”. La reflexión de la autora sobre estos versos, es que la tierra está unida con el cielo no por una visión de “poeta romántico, sino por consustanciación con un hecho de la realidad física, con una verdad.” Las estrellas de Andrés Eloy tienen una dimensión ontológica, puesto que representan, cada una de ellas, el dolor, la piedad, la libertad, la muerte, la ley, la voluntad de vida y el hombre, en el Orinoco de las Siete Estrellas. Lupe Rumazo advierte un contrapunto entre lo perdurable, simbolizado por la patria, y el tiempolo efímero, simbolizado por el río Orinoco, “la barca del instante, el sorbo de hombre apenas, también una pluma en un vuelo”. Esa pluma que, en el poema de Mallarmé, representa el azar. Rumazo contrasta la Necesidad y el Azar, “el gran tema de Parménides y de Mallamé”, y hace un símil afortunado, acertado, con la poesía de Andrés Eloy Blanco, al cual le concede no solo una “feliz y madurada exhortación”, sino una profundidad ontológica, visto el “transitar heraclitiano” de los versos que siguen a continuación:
“…porque si un día se nos muere (la patria) te devolverás –se refiere al Orinoco- del Océano.” Y luego escribe en La Barca Futura: “Río de las Siete Estrellas/ camino del Libertador/ sangre del Corazón de América/ ¡aorta que no sale del corazón”. Luego, el poeta nombra la guerra, el pensamiento, la esperanza, como si fuesen ríos. Los ríos terminan siendo espejos de nuestras almas. Para Lupe Rumazo, los versos de Andrés Eloy son partituras “de modalidad sinfónica…un poema sinfónico.”

En una manera novísima de interpretar la poesía de Andrés Eloy Blanco, Lupe Rumazo descubre la hondura metafísica del poeta en su decir lírico del tener y no tener, ser y no ser, y para demostrarlo se vale de algunos versos de Los navegantes: “Qué ciencia tan rebelde, hermano mío,/ es esta ciencia / de saber renunciar! Te escribo junto al mar, hay un navío, que está dejando el puerto en la evidencia/ de una cosa terrestre que se resigna al mar.” También se refiere a la reiterada obsesión por la blanco, como en el poema Mujer de Sal, que podría simbolizar la muerte, o también la “blancura de la página”: “Supón que esta hoja/ está en blanco y no dice nada/ pero acuérdate de mis ojos/ y escribe tú sobre la página.”

La fina agudeza de Lupe Rumazo, la hace detenerse en los siguientes versos de Andrés Eloy Blanco, en el poema Silencio: “Nadie sabe nunca que empezó el silencio,/ hasta que empieza la cigarra. Ella firma el silencio, ella lo subraya,/ es un silencio en bastardilla,/ … Si el silencio fuera mío,/ le pondría un lazo azul/ con un silencio de amor y lo tendría guardado/ hasta el día de tu voz.”

Lupe Rumazo llama la atención sobre sobrepasar la consideración de Andrés Eloy Blanco como el poeta descriptivo de la cotidianidad y de las emociones, para atender “las profundas verdades”, la aspiración del poeta por la unidad de todos los seres, más allá de las diferencias. Y establece un símil entre Andrés Eloy y Antonio Machado, refiriéndose a los versos del poema El extraño, en el que revela el paso del yo al nosotros: “Iba hacia el salto de las olas/ espantado,/ de no ser extranjero en ningún sitio,/ de escucharse su voz en las lenguas de todos,/… Luego, el poeta hace alusión a “la amargura anónima de las almas sin dueño”, Antonio Machado alude a ese yo que se transforma en todos, cuando dice”” soy un poeta, hijos míos, un hombre/ que nombra y que camina, sin camino y sin nombre”.

El ensayo de Lupe Rumazo es de lectura indispensable, para un comprensión entrañable y magnífica de la hondura y significación de Andrés Eloy Blanco, y para entender el análisis de la poesía como un todo, pues “no hay fragmentación, ni escritura rota; hay, como diría el propio Mallarmé, orquestación escrita.” Rumazo nos señala un horizonte amplio, “de textos que llenan un compás; otros que fragmentariamente se repiten, tanto como un tema se reitera en una composición musical. Pero hay un combate. Vencen los instrumentos que sostienen la línea melódica… El dado simboliza el Azar, tanto como lo revela la pluma, que en su caída, a la vez asciende y baja más allá de las leyes gravitatorias”.

García Bacca afirma que Un golpe de dados de Mallarmé es “una partitura verbal-conceptual-musical.” El sistema crítico literario del filósofo nos sirve para comprender a un Mallarmé de valor polisémico, y encontrar la relación de ser entre las cosas y el lenguaje, entre la realidad y la manera de nombrar.

Lupe Rumazo enfatiza que no toda obra literaria se presta para este análisis. Ella hace referencia a obras de la profundidad de Proust, En busca del tiempo perdido, Melvilla con su Moby Dick, por la “relación entre ser y cosmos, novela y estructura sinfónica”; Alicia en el país de las maravillas, y autores como Kafka, Saint-John Perse y Elliot, Valery y Whitman, Antonio Machado y Jorge Guillén.

Agrego, como lectura sinfónica, Los Miserables de Víctor Hugo, la obra completa de Tagore, Jorge Luis Borges, Fernando Pessoa, Rafael Cadenas, Albert Camus, Oscar Wilde. No podría nombrar aquí cuántos son los autores cuya obra merece y amerita un estudio con la aplicación del sistema crítico literario de Juan David García Bacca. Mas insisto en la lectura del ensayo de Lupe Rumazo, pues nos ayuda en la revisión de ciertos conceptos literarios: el valor polisémico de la literatura, la crítica psicológica con respecto a Mallarmé, y muchas otras aristas que nos permiten profundizar en los textos literarios, encontrando en ellos un abanico de significaciones y una riqueza infinita.

* El ensayo al cual hace referencia está publicado en el libro Los Marcapasos, de Lupe Rumazo, editado por la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Ediciones Bicentenario, Quito, 2011

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El 19 de abril: obra de los mantuanos caraqueños

Por
Enrique Viloria Vera
De acuerdo con Germán Carrera Damas el término mantuano, tan caro a los revolucionarios de antes y de ahora, es:
“una voz originaria de Caracas, derivada de “manto”, que fundada en el uso exclusivo de esa prenda por las señoras de los grandes propietarios y nobles de la Colonia, sirvió para designar a toda una clase social (…) A fines del siglo XVIII los mantuanos de Caracas, que junto con los pocos del interior del país escasamente sobrepasaban un centenar de cabezas de familia, estrechamente vinculados entre sí, se esforzaron por perfeccionar su control de la sociedad intentando convertirse en un “cuerpo de nobles” (…) El hecho es, sin embargo, que al enfrentarse tanto a los funcionarios reales, cuya actuación estimaban que de alguna manera amenazaba sus privilegios, como a los peninsulares que buscaban fortuna y labrarse una posición social, los mantuanos caraqueños desencadenaron un prolongado y profundo proceso político, militar e ideológico que condujo a la emancipación y a sentar las bases iniciales de una sociedad más igualitaria”. (Diccionario de Historia de Venezuela, 1977, tomo 3, 25 y 26).

Manuel Alfredo Rodríguez en su Discurso de Incorporación a la Academia Nacional de la Historia, precisa aún más el origen y circunstancias del término:

“El 11 de febrero de 1571 la Católica Majestad de don Felipe II dispuso desde Madrid se incorporase a las Leyes de Indias una disposición, según la cual, las mulatas, al igual que las negras libres o esclavas, no llevasen oro, seda, mantos ni perlas. Si fueren casadas con español podían usar unos zarcillos de oro con perlas, una gargantilla y en la saya o falda un ribete de terciopelo. En ningún caso podían ataviarse, so pena de confiscación de todas las joyas y ropa de seda que llevasen, de mantos de cualquier tipo de tela. Sólo se les permitía mantellinas o mantillas que llegaran un poco más debajo de la cintura pues los mantos estaban reservados a las señoras de superior condición. No puede estar más claro el origen del calificativo de “mantuanos” aplicado a los miembros de la aristocracia terrateniente”.

Guillermo Morón, por su parte, describe las características de esta clase social mantuana, formada básicamente por los blancos criollos:

“Esta clase social dirigente reclama y obtiene todos los derechos; su situación es la una especie de aristocracia que cuida con celo sus prerrogativas frente al poder central y frente a las clases inferiores, más numerosas. Su función rectora es indiscutible, a través de ciertos órganos, como son el Ayuntamiento y la posesión de las tierras. Cada ciudad importante, sea o no cabeza de provincia, constituyó el centro del grupo social en su jurisdicción. Se trataba de grupos familiares y sociales particulares, más que una sola clase u oligarquía capaz de concebir una unidad de tipo nacional. El conjunto de familias radicadas en cada ciudad (…) se atrincheran en el Cabildo para ejercer desde él el poder municipal, una rectoría municipal. La vara de la justicia, el pendón real, el derecho a palio en las procesiones, son los medios de distinguirse (…) Este predominio político – social está avalado por la riqueza sustentada en la posesión de la tierra. En efecto, los grandes hacendados – cacao, tabaco, hatos de ganado – eran los descendientes de encomenderos. En eso radicaba su poder. Cuando la riqueza comienza a diversificarse por la aparición de oficios capaces de rendir y por la extensión de los conuqueros y de los comerciantes, empieza a aflojarse la rectoría mantuana. Es cuando los mulatos pretenden ya lograr iguales prerrogativas, y no será raro que Jerónima Garcés, mulata libre, entable pleito con el alcalde ordinario de Coro, José Antonio Gil, para que no se le impida usar manto en punta. Esto es ya en pleno siglo XVIII, hacia 1761”. (Morón, 1971, Tomo 4, 609).

El poder en la sociedad colonial giraba pues en torno a tres polos: los blancos peninsulares, los mantuanos o blancos criollos y los pardos que venían incrementando su influencia, tal como aconteció en la fallida Conjura de los Mantuanos.

Recordemos que los pardos fueron el producto de la mezcla de blancos y negros que se inició con la llegada de los esclavos africanos – Piezas de Indias – para sustituir a la “ineficiente” obra de mano indígena desconocedora de las tareas de la minería y de la agricultura formal, ese mestizaje dio origen a una nueva casta social conocida como los pardos –expresión un tanto imprecisa, generalizada en el Siglo XVII – considerada por la pacata sociedad colonial como “una generación propagada no por la santa alianza de la Ley, sino por las torpes uniones reprobadas por la religión”. José Eliseo López analiza el largo periplo que llevó a los pardos de una inicial situación de marginalidad social y económica a constituirse en la Pardocracia:

“De los pardos salieron los artesanos, los pulperos, los arrieros y en general, todos aquellos trabajadores que podían adquirir cierta habilidad a través de de una práctica sencilla y rutinaria. Esa desventajosa situación tendió, sin embargo, a mejorar cuando por situaciones más interesadas que altruistas, surgieron disposiciones que concedían a los pardos libres un importante margen para intentar disminuir las trabas que les impedían su desarrollo social. La conocida real cédula de 1795 de “gracias al sacar” fue uno de los hechos que estimularon sus aspiraciones de promoción. Por ella podían adquirir con cierta cantidad de reales de vellón, la calidad de blanco y supuestamente, los derechos que esa condición implicaba (…) Se permitió también a la “gente de color”, desde 1797, ingresar a las escuelas de medicina y ejercer el oficio de médico, en virtud de la escasez de blancos en esta actividad (…) En todas estas ciudades del país, hallábase este grupo, al comenzar el siglo XIX, formando gremios y cofradías, atendiendo a una diversidad de oficios que se habían hecho indispensables en las nuevas magnitudes urbanas. Su número se amplió a tal nivel que se hizo imposible establecer diferencias estrictas entre los variados estratos de la “gente de color” (…) Es a este tipo de pardo al que se refieren los historiadores que sostienen que alrededor del 80% de la población venezolana de la etapa colonial estaba formada por pardos. A ellos aluden también los escritores que hablan de “pardocracia” para insinuar el predominio numérico de esa capa social”. (Diccionario de Historia de Venezuela, 1977, Tomo 3, 490 y 491).

Y Manuel Alfredo Rodríguez, por su parte, en el ya mencionado discurso de incorporación, señala acerca de los pardos libres y su contribución a la sociedad, lo siguiente:

“En vísperas de la Declaración de Independencia era evidente que los pardos libres de Venezuela representaban en la sociedad colonial un papel muy similar al jugado en la contemporánea por la llamada “clase media». Ellos se emanciparon de la servidumbre a la gleba o al suelo, adquirieron la habilidad técnica necesaria para elaborar materias primas, aprovecharon los prejuicios de la época para señorear numéricamente todos o casi todos los gremios artesanales, proveyeron a la comunidad los productos que no eran alimentos y rebasaron el plano de la artesanía para elevarse a la superior categoría de la creación artística. Esa peculiar «clase media» —incipiente burguesía— no era entonces homogénea como no lo ha sido después. Su capa superior la integraban individuos pudientes como los Mexías Bejarano, José Gabriel Landaeta y Domingo Arévalo con capacidad económica para enseñar Latín a sus hijos y afrontar los crecidos gastos del procedimiento administrativo que habría de «blanquearlos», el pintor Juan José Landaeta — homónimo del compositor— quien pudo visitar Londres y los otros pintores, hasta ahora no identificados, a quienes Boulton ubica en Madrid como alumnos de la Real Audiencia de San Fernando. Aún puede darse otro ejemplo con el nombre del «cerero» y próspero propietario de una fábrica de velas y velones Luis Lovera, hermano del pintor Juan. Hubo también un sector menos acaudalado aunque con recursos como para darse el gusto de tener una buena librería o biblioteca, tal y como lo demuestran las casos del compositor Juan José Landaeta y del retrechero músico, líder en cierne, y aspirante a clérigo Juan Bautista Olivares. La gran mayoría era pobre de solemnidad La burguesía favoreció la urbanización de Europa y los pardos libres de Venezuela contribuyeron de manera considerable al afianzamiento y desarrollo de Caracas y nuestros principales centros urbanos”.

Son pues los mantuanos quienes sin vacilar y según su mejor conveniencia lideran la Revolución de Caracas de 1810, aunque ya más experimentados en la búsqueda de apoyos y reconociendo la importancia creciente de esta casta social, incorporan al Cabildo “un representante de los pardos”. Mucha razón tiene Carlos Fuentes cuando analiza el difícil y contemporizador rol desempeñado por los blancos criollos en los procesos independentistas americanos:

“El criollo hispanoamericano, cada vez más enajenado respecto a la metrópoli española pero respecto también a su propia mayoría nacional, se vio obligado a tomar la iniciativa antes de que la monarquía o el pueblo se la arrebatasen. El criollo se vio obligado a encabezar su propia revolución. Y habría de guiarla en su propio interés, ya no comprometiéndola con España, pero exorcizando al mismo tiempo el peligro de tener que compartirla con mulatos, negros o indios. Este cálculo, frío y desnudo, sería cobijado con el manto tibio de la naciente conciencia nacional, el sentimiento de unidad comprensiva proporcionado por la historia y la geografía, y excluyente tanto del imperialismo español como de la política igualitaria. Esto es lo que se propuso hacer la nación criolla, con la esperanza de que el arco de sus justificaciones morales, políticas, jurídicas, nacionalistas y aun sentimentales, acabaría por abarcar tanto la necesidad continuada de la monarquía española respecto a las colonias, como el creciente clamor de la mayoría de color para obtener libertad con igualdad”. (Fuentes, 1987, 345 y 346).

Luego de su defenestración como Gobernador y Capitán General, Vicente Emparan en carta al Ministro de España Luis de Onis, comenta y reconoce el rol jugado por los blancos criollos, por los pelucones, por los mantuanos caraqueños en la rebelión caraqueña de abril de 1810:

“Me levanté de mi asiento y asomándome al balcón dije en voz alta: si era cierto que el pueblo quería que yo dejase el mando, y los que estaban más inmediatos y a distancia de percibir lo que se les preguntaba, respondieron:”no, señor, no”, pero otros más distantes a quien los revolucionarios hacían señas del balcón porque no me podían oír, y era sin duda de la chusma que tenía pagada, dijo que sí: y sobre este sí de un pillo, los mantuanos revolucionarios me despojaron del mando, obligándome a que le transfiriese al cabildo, que hizo cabeza de la rebelión, por más que protesté la nulidad del acto pues no estaba yo autorizado para renunciarlo”.

En fin, la Revolución de 1810 fue mantuana, no fue ni militar ni eclesiástica y mucho menos popular, fue una rebelión burguesa encabezada por los oligarcas caraqueños. Brewer – Carías resume el carácter de la misma en los siguientes términos:

“ En todo caso, este movimiento revolucionario iniciado en Caracas en abril de 1810, meses antes de la instalación de las Cortes de Cádiz, indudablemente que siguió los mismos moldes de la Revolución francesa y tuvo además la inspiración de la Revolución norteamericana, de manera que, incluso, puede considerarse que fue una revolución de la nobleza u oligarquías criolla, la cual, al igual que el tercer estado en Francia constituía la única fuerza activa nacional (…) No se trató, por tanto, inicialmente de una revolución popular, pues los pardos, a pesar de constituir la mayoría de la población, apenas comenzaban a ser admitidos en los niveles civiles y sociales como consecuencia de la Cédula de <> vigente desde 1795 (…) Por ello, teniendo en cuenta la situación social preindependentista, sin duda que puede calificarse de <> el hecho de que el Ayuntamiento de Caracas, transformado en Junta Suprema, se le hubiera dado representación no solo a estratos sociales extraños al Cabildo, como los representantes del clero, sino a un representante de los pardos”. (Brewer, 2008, 217,
218 y 219).

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ROSAS Y DURAZNOS, DE MARISOL MARRERO

Por LIDIA SALAS

Esta novela recrea la historia mítica de las fundadoras de la aldea de inmigrantes alemanes, en las altas montañas de Aragua, conocida como La Colonia Tovar.
Inés Onferdingen de Tovar cierra el periplo de quienes la precedieron. Pioneras que llegaron a estas tierras, para partir a Europa, huyendo del estigma de sus propias pasiones. Retornan de nuevo atraídas por la magia de un paisaje que conforma parte esencial de la estructura del relato y de las casas que habían abandonado, en cuyas paredes se reflejan, como en mágicos espejos, la belleza de sus cuerpos y de sus cabelleras.
Las voces de Lotte, de sus hijas: Kina y María Manuela, de su nieta Eugenia, se escuchan detrás del relato de Inés, la última descendiente de una estirpe de mujeres apasionadas, artistas, pero sobre todo, trágicas. Trama donde interactúan personas históricas, como la baronesa Von Keller y el escritor Juan Liscano, junto con los personajes de ficción.
Páginas que seducen al lector, por la propuesta de una nueva realidad, donde verdad y leyenda se confunden, en un lenguaje pleno de belleza, de poesía y de imágenes oníricas.

LIDIA SALAS
Poeta, ensayista

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Sonia Sgambatti: La Mujer: Ciudadano de Segundo Orden

En el marco del Día Internacional de la Mujer, fue presentado en el Despacho Rectoral de la Universidad Central de Venezuela, el libro La Mujer: Ciudadano de Segundo Orden.

Sonia Sgambatti, escribió el libro La Mujer: Ciudadano de Segundo Orden, donde plasma todos los hechos que enmarcan la discriminación social y sexual hacia la mujer en el plano constitucional y legal en Venezuela.

Hoy día, nadie podría creer que la mujer en la sociedad venezolana, era considerada un ser humano de segundo orden supeditada a leyes anacrónicas que la trataban poco más que un objeto.

Con este libro Sonia Sgambatti persigue dar una versión objetiva de la situación de la mujer con respecto a la legislación venezolana y estimular la necesidad de colocarla en un rango de igualdad que redunde en la armonía entre los sexos y en beneficio de una sociedad justa.

El libro ha sido comentado por figuras señeras de nuestra patria.
Sofía Imber, opina que el resultado es un libro de erudición y doctrina jurídicas que tomará sin duda un puesto importante en las bibliotecas especializadas y en las cátedras de derecho; y que es a la vez un texto viviente, donde el no especialista puede por fin encontrar compendiadas, y razonada su injusticia, las desigualdades que sufre la mujer en la legislación venezolana.
Virginia Betancourt, destaca que el libro de Sonia Sgambatti es testimonio de los logros alcanzados por la mujer en su lucha por lograr la igualdad ante la Ley, especialmente al perfeccionar instrumentos jurídicos que no se corresponden con el espíritu y la letra de la Constitución.
Ernestina Salcedo Pizani, dice que el libro la Mujer, Ciudadano de Segundo Orden es un libro que confieso leí con insólito asombro, porque no son los curricula ni el trato mismo, suficientes para conocer a los seres humanos; son las palabras que sentimos vienen del trasfondo del corazón las que nos convencen. Les reitero, a partir de la lectura de estas páginas, Sonia ha pasado a ser para mí -y estoy segura de que esto le ocurrirá a cualquiera que lo lea- una venezolana cuyo nombre merece inscribirse en las páginas más puras de nuestra historia.
Evangelina García Prince, expresa que la obra de Sonia Sgambatti, pionera en este tipo de lucha nos honra como parte de la bibliografía más sería que pueda tenerse como referencia en la gesta colectiva por ganar la equivalencia humana y la igualdad ciudadana de las y los venezolanos.
Cecilia García Arocha, manifiesta la Universidad Central de Venezuela, al frente de cuya gestión rectoral nos desempeñamos se complace en difundir esta obra, al tiempo que se honra en tener dentro de su planta profesoral, una figura de los méritos de la autora.

La Mujer Ciudadano de Segundo Orden, de Sonia Sgambatti, es una obra que demuestra la discriminación sexual llevada hasta los extremos de sobrepasar usos, costumbres y tradiciones para convertirlas en ley.

Consecuente con su lucha por la igualdad jurídica de la mujer, Sonia Sgambatti, nos presenta su obra La Mujer Ciudadano de Segundo Orden, en donde plantea y examina la desigualdad de la mujer ante la ley, los problemas sociales que ello conlleva y la necesidad de un cambio radical de esa situación.

Este Libro está dirigido al hombre y a la mujer venezolana. A él, para que conozca los derechos que le son negados a su pareja. A ella, víctima principal de esa marginalidad, para que conociéndolos pueda alcanzar participación efectiva, así como también a estudiantes, profesionales y a todo aquel que se preocupe por nuestra situación jurídico-social.

Es una obra que actualmente es referencia de género en el mundo y sirve de texto de consulta para los profesionales y estudiosos del Derecho, logra hacer más participativa y sensible a la población en la suerte jurídica de la familia.

Sonia Sgambatti dijo en la presentación de su libro: tengo fe, que el porvenir será de primer orden y de todos los órdenes de alta graduación para la mujer venezolana, justamente y en la medida del avance inteligente de la mujer en la conquista de nuestro primer lugar en el mundo, de la primera fila del progreso cultural, económico, científico, espiritual y político.

Hoy el libro esta aquí. Sale a la calle a continuar lo iniciado, para luchar hasta el final. Hasta que se agote la última gota de tinta y la mujer obtenga el respeto que merece en todos los órdenes de la existencia, en los cuatro confines del mundo. No esperamos menos. Si queremos más.

Gracias a Sonia Sgambatti, Miembro del Consejo Consultivo del Círculo de Escritores de Venezuela, por este valioso aporte a la Mesa del Editor de esta Revista.

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«Extraña Sonoridad» de Helena Sassone, en la Librería Alejandría el 21 de abril

Será bautizado el libro «Extraña Sonoridad», Poemas de Helena Sassone,
Editorial ANGHEL, el sábado 21 de abril a las 11 am, en la Librería Alejandría I. El evento es organizado por el Círculo de Escritores de Venezuela y la Librería Alejandría I.
El libro será presentado por el escritor venezolano Luis Beltrán Mago

(Librería Alejandría, Av. Principal de Las Mercedes, frente al Instituto Venezolano Americano)

* Helena Sassone, nacida en Madrid, reside en Caracas desde hace muchos años, ejerció la crítica literaria en el “Índice literario” de El Universal y en el “Papel Literario” de El Nacional. En el campo del ensayo tiene publicadas cinco obras, tres en narrativa y catorce poemarios. Como dramaturgo, recibió Mención de Honor en el Premio de Teatro “José Ignacio Cabrujas” del Círculo de Escritores de Venezuela por la obra “El parto”. La obra fue presentada en la Sala Mozart del Colegio Emil Friedman, dirigida por Frank Ziccarelli.
Posee la Medalla Internacional “Lucila Palacios” otorgada por el Círculo de Escritores de Venezuela, la Orden “Francisco de Miranda”y la Orden Ändrés Bello”.

Durante años tuvo a su cargo la crítica de teatro, ballet y música de la Revista Imagen del Consejo Nacional de la Cultura. Colaboró con la Revista Nacional de Cultura y en los Cuadernos Hispanoamericanos de Madrid, en Punta Europa, etc. Fue columnista del diario Panorama en Maracaibo durante 30 años. Impartió conferencias-talleres en la Universidad del Zulia.

Estuvo a cargo de la crítica de teatro de la Revista Resumen y en diferentes revistas de poesía de Bélgica, sus poemas han sido traducidos al francés. Figura en Antologías nacionales e internacionales, en francés, portugués e inglés.

Invitada a congresos internacionales, se ha destacado en temas como la crítica semiológica aplicada al treatro y a la poesía, y a la paz en el mundo. Ha sido invitada a participar en numerosos foros y conferencias en Venezuela.

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