VICTORIA BENARROCH, SELECCIÓN DE POEMAS
VICTORIA BENARROCH, SELECCIÓN DE POEMAS
Desde que tuve la fortuna de leer La memoria de los trenes de Victoria Benarroch quedé enamorada de su poesía. En la nostalgia y la mirada que se adentra en el pasado de los ancestros, encontré una voz de honda belleza y al mismo tiempo de temple descarnado: «Desde el silencio de cada vagón/deshojas la ternura /nombras la tristeza/elevas la sombra de una perla/que teje la ausencia/y descubre el misterio de su luz.»
Para los venezolanos que vivimos un éxodo constante, cobra mucho sentido preservar nuestra memoria como pueblo. Hoy más que nunca celebro la vida y los poemas de Victoria que salvan la memoria de su pasado y su presente. La obra poética de Victoria Benarroch se caracteriza por un lenguaje decantado, entretejido de imágenes que muestran una profunda reflexión sobre la existencia, en la búsqueda de la huella ancestral, y que al mismo tiempo celebra el tesoro de la vida. Sus poemas ofrecen imágenes espléndidas: «Una mujer/ nombra la vida /es una gota que besa/ el espíritu del que la sueña»
Victoria Benarroch, nació en Caracas en 1962, es poeta y educadora con estudios en psicología y psicoanálisis. Miembro de la Asociación de Escritores de Lengua Castellana de Israel, y del Círculo de Escritores de Venezuela. Participó en el taller de poesía del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos, (2001-2002), dictado por la poeta María Antonieta Flores.
Realizó estudios de especialización de escritura en el Instituto de Escritura Creativa, (2002 y 2003). Ha publicado los libros «Entretejido», primera edición en 2007, segunda edición en 2015. «La memoria de los trenes», 2015. «Mi libro de Vida. Un espacio para cada historia», impreso en Panamá y publicado en Amazon, 2018. Su obra poética se encuentra publicada en revistas y antologías literarias.
Carmen Cristina Wolf. Julio 2024
ENTRETEJIDO
Sosteniendo sombras
me vuelvo íntima
mientras los hilos
rebasan mi cuerpo
y los vientos en mis pechos
me arrastran
con arena
* * * * * *
Entretejes tu mirada
afinando el camino incierto
pies galopando entre aguas
y las aguas en el fango de la suerte
arrastrando polvo y barro
abandonas el desierto
solo dibujas la materia
el alma se delinea en este verso
* * * * * *
«Tienes nombre propio si excavas dentro de ti y rechazas
el miedo a morir y aceptas el verbo que conduce al silencio…»
Juan Liscano
La mudez
traslada la piedra
que espera ser hallada
atraviesa mi ritmo
recoge mis dudas
permanezco en su verbo
es preciso atesorarlo
para seguir la luz que a su paso abre.
* * * * * *
Sólo vinimos al mundo a leer un sorbo de leche
si no quedara el muro del olvido nada quedaría
ni quienes escriben el aroma que prolonga la arena.
* * * * * *
«Yo amo la perla mágica que se esconde en los ojos de los silenciosos…»
Juan Sánchez Peláez
Las líneas de un rostro
aguardan la perla misteriosa
que transforme su figura en honda belleza
amo la textura y el marfil de sus palabras
agonizando entre las luces de la perla
descifrar el altar que se esconde entretejido
en las manos sabias de los silenciosos.
* * * * * *
LA MEMORIA DE LOS TRENES
De la sinagoga
En la baranda donde apoyaba la mirada
en vitrales azules
tiendo el mantel
doy paso al vino
y al vestido de pascua que sujetaba mi cuerpo.
No se logra salir ilesos del cofre olvidado
que guarda la memoria
y espera el retorno que nos salve.
* * * * * *
Fuera del eco en letras que rasgo
voy a deshacer
lo que anuda el laberinto
donde me apoyo y respiro
despojarte es aventurado
me daría una luz que desconozco.
* * * * * *
Del desamparo
Una tormenta acecha
a mi ciudad
es de polvo
de lágrima en mi estómago
de sus escombros
el marfil de la ausencia.
* * * * * *
Del abandono
Advierte el destierro
el cielo
es su sustento
no teme al árbol
ni a la llovizna del río
deja en la vereda su esencia
la barca que nos lleva.
En la tierra
hay que tejer nuestro abandono.
* * * * * *
Para que nazca el cedro
una posibilidad de sencillez
que declare
la libertad de la hoja
el tallo humilde
la belleza del nido
una herida.
* * * * * *
De los caminos
desgrano el miedo
florece en la transparencia
de una lágrima el desarraigo.
* * * * * *
Desde el silencio de cada vagón
deshojas la ternura
nombras la tristeza
elevas la sombra de una perla
que teje la ausencia
y descubre el misterio de su luz.
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GLADYS RAMOS, SELECCIÓN DE POEMAS
Esta es una selección de poemas inéditos de la escritora venezolana Gladys Ramos, a quien damos las gracias:
1
POESÍA FEMENINA
¿Qué es eso que llaman poesía femenina?
¿Se hornea, se come,
corazón, verde espinaca, berenjena sensual
suspiros de tomate?
Intimismo: ¿Acaso receta de cocina para sobrevivir a la soledad?
“Una mujer debe ser soñadora, coqueta, ardiente
y mucho más”
A nadie le interesa estrujar un postre , masticar el poema
que escribe una mujer para su amante mientras cocina
hortalizas de fuego en la cazuela
En realidad todos quieren abrir la puerta, sexo, mujer,
surco donde está encerrada la exacta sabiduría del Universo
Alcanzo mi identidad en el relámpago.
Me reconozco en este fuego interno,
estado inicial de larva centelleante,
consecución perenne de lo que no se nombra.
Reniego de la antigua ruta.
De la huella equivocada
(me pregunto en qué punto
podría de nuevo la rosa pervertirse)
Descubro que soy mi propio fraude.
Repetida en lanza, en miedo, en ardor hasta lo incierto
Del libro inédito “Donde la piel se hace silencio”
2
En estas noches de crecido aroma, cuando el sudor de los cuerpos humedece ventanas
y nos desliza hacia el último pétalo del tiempo
En las que el hondo respiro de la brisa nos arropa y no decimos nada. Porque la palabra
espiga sobre la piel desnuda y no alcanza para apagar la lumbre de la urgencia.
En estas noches donde nada el desvelo. Y vencidos de plazos desatamos amarras,
dejándonos llevar por cualquier cauce hasta el lecho dispuesto a treparnos de sombras.
Y en verdad nos parece que estuviéramos allí. Sobrevivientes.
Solo para eso
Del libro inédito “Donde la piel se hace silencio”
1999-2010
3
Sacudo el polvo
La primera espiga cae
La caña amarga del techo
se quebró en mi falda
Hubo cielos con figuras
de nubes
el día se volvió harapos
Ahora
busco otro tiempo
en la casa de al lado
En esta hora
abandono
cuadros, terracota
tinajero, azul incertidumbre
me arropo en tu pecho
musgo ardiente
me empuja Charles Aznavour
Vuelo en alfombra
Hacia el sitio donde el Sena desborda
Del libro inédito “Mientras el angel de la guarda duerme” (Año 2.000)
4
Germen de la vida. Dólmenes, menhires.
El día, la noche, primera morada
tu costilla en mi pecho.
L a manzana en mi mano
es muy fresca. Pruébala.
Centro dulce
suave a tu dedo, a tu boca golosa.
El Edén está quieto, amable el camino.
Come en silencio. El ángel de la guarda duerme
No puede echarnos
(Del libro inédito “Mientras el ángel de la guarda duerme” Año 2.000
Gladys Ramos. Escritora venezolana (Maracay, Aragua, 1950). Estudió Derecho en la Universidad Central de Venezuela (UCV). Posgrado en Derecho Penal en la Universidad de Carabobo (UC). Diplomado en Docencia en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (Upel). Fue Presidenta de la Comisiòn de Cultura del Colegio de Abogados del Estado Aragua. Directora de la Sala de exposición de pintura y fotografía del Colegio de Abogados del Estado Aragua. Obtuvo el Primer premio en el Concurso de poesía “Orígenes” del diario El Aragüeño (1980). Publicó el poemario “Tiempo de pájaros caídos” (Ediciones del Concejo Municipal de Girardot). Figura en el libro “Pasajeras: antología del cautiverio” y en “Hacedoras”, la compilación realizada por Les Quintero y Graciela Bonnet en la editorial Lector Cómplice. Poemas publicados en “Origenes de la Poesìa Aragueña” del autor español Ricardo Salas. Publicaciones en “Crónicas del Olvido” a cargo de Alberto Hernandez en el Diario “El Periodiquito. Sus poemas han sido publicados en los diarios El Siglo, El Aragüeño y El Carabobeño, así como en las revistas Estrías, Letralia y Azahar.
Poemarios inéditos: “Donde la piel se hizo silencio” y “Ceremonias en otra voz”.
Editora: Carmen Cristina Wolf
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V Festival Internacional «La Mujer en las Letras»
«Moshe y Joshua, el mismo ser», novela de Martha Rosenthal
EL ÁNGULO DIDÁCTICO, POR JERÓNIMO ALAYÓN
El ángulo didáctico
Por Jerónimo Alayón 31 de mayo de 2024
Lunes 15 de enero de 1990 y martes 8 de marzo de 1994. Son dos fechas emblemáticas en mi vida. En una dicté mi primera clase de Castellano y Literatura en cuarto año de secundaria. En la otra dicté mi primera clase de Lengua y Comunicación a alumnos del primer semestre de la Facultad de Ingeniería, en la Universidad Central de Venezuela. Ambas fechas significan el inicio de una vocación que tuvo su origen en una abuela pedagoga. Así pues, crecí en una familia en la que era habitual hablar del «factor educación». Una de las cuestiones que más temprano cautivaron mi atención —y que con el paso de los años denominé ángulo didáctico— es la de la perspectiva docente.
No es fácil acercarse en términos pedagógicos a los jóvenes. Tienen sus propios códigos, intereses y maneras de entender las cosas. Pero si uno es capaz de alinearse con estos requerimientos, el resultado del aprendizaje puede ser más que satisfactorio. En alguna ocasión intenté hacer entender a jóvenes de secundaria el viaje experiencial del héroe, a propósito de Aquiles en la Ilíada. Ellos, sin embargo, estaban conmovidos por el valor de la amistad entre Aquiles y Patroclo. En su momento, me parecía solo vislumbrar dos salidas: imponer mi visión o abrirme a la de ellos. Elegí la segunda —si bien hoy entiendo que cabían otras posibilidades—.
Lo que siguió lo recordaré siempre. Aquellos alumnos no solo analizaron el valor de la amistad en Patroclo, sino que elaboraron un cuadro comparativo de la noción de amistad entre la Grecia antigua y la modernidad, además de proponerse actualizar algunos valores griegos atinentes a la amistad. Jamás habría logrado algo semejante si me hubiera enfrascado en mostrarles al héroe cuya soberbia le había costado la vida a su mejor amigo. A partir de entonces, siempre estoy atento a la perspectiva de mis estudiantes.
Todo objeto de aprendizaje tiene un ángulo didáctico, y la habilidad del docente consiste en manipular dicho objeto hasta dar con el ángulo idóneo. De nada sirve enseñar lo que es del interés exclusivo del educador. El alumno solo recibirá y guardará lo que le cautive porque él también intentará dar con el ángulo acertado. Así que para mover este objeto de aprendizaje hay que vaciarse de sí, desprenderse de las seguridades y estar abierto al otro.
Es posible enseñar sin aburrir y aprender sin fastidiarse. Solo es asunto de girar el objeto de aprendizaje hasta dar con el ángulo didáctico. Lamentablemente, a veces solo enseñamos por enseñar, por cumplir un programa. ¿Para qué enseñamos? ¿Cuál es nuestro objetivo y cuál el del alumno? ¿Enseñar? ¿Aprender? Enseñar por enseñar apenas basta para matar la curiosidad intelectual, pero será insuficiente si el alumno quiere realizar un aprendizaje existencial, si el objeto de estudio cuestiona sus certezas.
Ahora bien, todo conocimiento tiene múltiples ángulos didácticos, y uno de ellos aguarda a ser descubierto por los alumnos. Por tanto, cada clase debe ser única: difícilmente hallaremos dos alumnos o dos cohortes con idénticos intereses. En tal sentido, una práctica que a menudo ayuda es desechar todo y comenzar de nuevo en cada período lectivo… No sucumbir a la tentación de sobar estrategias pedagógicas borroneadas sobre hojas amarillentas.
Por otra parte, el ángulo didáctico no es estático. La perspectiva que permitió durante un período lectivo desarrollar determinada aproximación didáctica podría ser inútil en presencia de otro grupo de estudiantes.
La vida se parece a un gran salón de clases. Entran y salen alumnos mientras otros permanecen en él. Lo que aprendamos allí dependerá ciertamente de otros, pero intrínsecamente de nosotros. En ocasiones elegimos a los maestros y a veces a los compañeros. No escaparemos, sin embargo, de alguna dura lección, que lo será menos si le buscamos el ángulo didáctico. No siempre lo hallaremos enseguida. Yo tardé catorce años en comprender y asimilar el sentido de la muerte de mi padre, y este aprendizaje me ha hecho mejor progenitor de lo que habría sido sin él.
Un día abandonaremos el aula para siempre. De nosotros quedarán anécdotas, cuentos –desapacibles unos y amables otros–, leyendas y hasta mitos… pura palabra, solo verbo quedará y un puñado de recuerdos que otros administrarán a su modo. Con suerte habrá alguna fotografía que alguien guarde como un talismán. Entonces algo de nosotros tendrá algún perfume de nuestra existencia que acompañará a alguien hasta hacerle intuir que, al final, todos somos renglones de un mismo libro imposible de abarcar
En el natalicio de Aquiles, por Jesús Peñalver
AQUILES NAZOA. POETA, DRAMATURGO Y HUMORISTA
Nació en Caracas, Venezuela. Poeta, ensayista y narradora. Abogado graduada en la Universidad Católica Andrés Bello con estudios de Gramática española y Ontología del Lenguaje. Ocupación actual: gestora cultural, correctora literaria, asesora en publicación de libros. Actualmente es Directora del Círculo de Escritores de Venezuela y Miembro Correspondiente de la Academia Venezolana de la Lengua. Obtuvo la Medalla Internacional de Poesía “Vicente Gerbasi”. Obra publicada: Canto al Amor Divino, Cármina Editores, Canto al Hombre, Cármina Editores, Caracas 1996, tres ediciones (traducido al francés y publicado por la Biblioteca de Analítica). Fragmentos de isla, Editorial Poiesis, Caracas 1988. Escribe un poema para mí, Ediciones Círculo de Escritores de Venezuela, Caracas 2000. Prisión abierta, Editora Al tanto, Caracas 2002. Atavíos, Editorial El Pez Soluble 2007. Huésped del amanecer, Ediciones de la Universidad Nacional Abierta, Caracas 2008. La llama incesante, Aforismos, Centro de Estudios Ibéricos y Americanos de Salamanca en coedición con Editorial Diosa Blanca, 2013 (4 ediciones). Vida y Escritura. Ensayos. Amazon.com 2014. Donde no cuenta el tiempo. Editorial J. Bernavil 2023
Monografías: Rafael Cadenas: Templanza en el lenguaje. Eugenio Montejo: Viaje a lo sagrado. Luz Machado: Acontecer fecundo. Rimbaud: El lenguaje del alma, publicado en Revista Círculo de Escritores Venezuela y en Letralia, Tierra de Letras. El Círculo de Escritores de Venezuela. Ensayo publicado en el libro Peñas y Tertulias, edición de la Fundación Venezuela Positiva. Caracas 2012. Acercamiento a la poesía de Cadenas (Papel literario agosto 2022). Emily Dickinson, sin trampas del lenguaje. Eugenio Montejo, viaje a lo sagrado. García lorca, eternamente joven. Joaquín Marta Sosa, los barcos de la memoria. Juan Liscano, hijo del sol y de la noche. Y otros ensayos.
Sus poemas han sido publicados recientemente en: Metapoéticas, Antología de poetas hispanoamericanas, selección de Margara Rusotto, Editorial Pre-Textos. Libro ELLAS, compilación de Amanda Reverón, Editorial Dos islas. Edición en cinco idiomas.
Selección de poemas incluidos en: Antología de poetas del Círculo de Escritores de Venezuela. Caracas 2005; Travesías del alma. Doce escritoras con Teresa. Editora: Verónica Amat. Trilce Ediciones, Salamanca 2015. Santa Teresa de Ávila, Poemario. Ediciones Universidad Nacional Abierta, Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez y Museo Abierto para el Mundo. Caracas 2015. Arca de los afectos, Antología de varios autores, de Alfredo Pérez Alencart. Editorial Verbum, Salamanca, España 2013. V Antología de la Asociación de Escritores de Mérida, Octavo Encuentro Internacional de Escritoras. Ponencia: “La poética femenina ante el abuso del poder”. Mérida 2008. Voices take flight in the reflection of the fallen stones. Antología, textos ingles/español. Compilación de María Gabriela Madrid. Pukiyari editores, Charleston 2015. A voz limpia. Antología de varios autores, textos en inglés/español. Melbourne 2017. Pasajeras, Editorial Lector Cómplice 2020. Hacedoras 2021 (Editorial Lector Cómplice). Homenaje al Dr. José Gregorio Hernández, antología de poemas 2021. El dulce ron que nos embriaga, 60 poetas de Venezuela y de Canarias publicada en Canarias, 2022
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PALABRAS PARA COROMOTO RENAUD Y SU LIBRO AGUA QUE CORRE LENTA
En La Maison de L´ Amerique Latine, Paris, se presentó el poemario «agua que corre lenta» de Coromoto Renaud, el pasado 7 de mayo. Publicamos las palabras que pronunció José Pulido con motivo de la presentación:
PALABRAS PARA COROMOTO RENAUD Y SU LIBRO
AGUA QUE CORRE LENTA
José Pulido
Quienes estamos dedicados día y noche al asunto de buscar poesía a través de la estructura del poema, casi podríamos compararnos a los perros truferos, quizás nos comportamos como un Lagotto Romagnolo oliendo a larga distancia las trufas negras.
Queremos encontrar la poesía. Queremos encontrarla y compartirla. No la queremos para nosotros solos. Pero es el gran tesoro que tenemos. Es una llaga de tesoro, es una dolorosa posesión de tesoro, es una alegría de todas maneras, que sobrepasa y desafía infiernos.
Porque la amamos como algo vital, esa búsqueda difícil de la poesía nos convierte en seres que aspiramos con cierta desesperación que aparezcan lectores capaces de integrarse a la fascinación de retornar al origen. Porque somos hechos de lenguaje. Ya Octavio Paz habló de eso de esta manera:
“La palabra es el hombre mismo. Estamos hechos de palabras. Ellas son nuestra única realidad o, al menos, el único testimonio de nuestra realidad. No hay pensamiento sin lenguaje, ni tampoco objeto de conocimiento: lo primero que hace el hombre frente a una realidad desconocida es nombrarla, bautizarla. Lo que ignoramos es lo innombrado. Todo aprendizaje principia como enseñanza de los verdaderos nombres de las cosas y termina con la revelación de la palabra-llave que nos abrirá las puertas del saber. O con la confesión de ignorancia: el silencio. Y aun el silencio dice algo, pues está preñado de signos. No podemos escapar del lenguaje”
Cada palabra es una memoria. No solo contiene lo que significa, lo que nombra. También refleja su origen, el tiempo en que surgió como lenguaje. Con lo que una sola palabra lleva en sus misteriosas entrañas, se puede generar una biblioteca como la de Alejandría.
Sintetizo lo que don Ramón del Valle Inclán escribió: “Toda palabra encierra un oculto poder cabalístico… El pensamiento toma su forma en las palabras como el agua en la vasija”
Imaginen ahora lo que ocurre cuando el poeta escribe un poema, elabora una estructura hecha de palabras, destinada a permanecer en el tiempo como un objeto indestructible. Hablo de un objeto capaz de penetrar en la mente y en los sentimientos. Algo que desata un proceso y cambia la interioridad del ser humano. Y después de realizar tal prodigio, el poema surge con más fuerza porque seguirá siendo nombrado, sentido y meditado.
A veces uso ejemplos fáciles de atravesar como puertas abiertas hacia la poesía. Como este verso de Nikos Gatsos que me impresionó en cierto momento:
Y si tienes sed exprimiremos una nube
Y si tienes hambre mataremos un ruiseñor
Puedo citar otros más poderosos por su contenido poético:
En un cementerio, ante las cenizas de varias cremaciones, la poeta Emily Dickinson se quedó pensativa largo rato y cuando estuvo en su casa comenzó a escribir un poema que dice así:
Este callado Polvo fue Damas y Caballeros
Muchachos y Muchachas
Fue risa y habilidad y fue Suspiros
Y Vestidos y Bucles.
Ann Carson, una poeta fabulosa escribe versos como este:
Una herida despide su propia luz
dicen los cirujanos.
Si todas las lámparas de la casa se apagaran
podrías vendar esta herida
con el resplandor que de ella surge.
Quien no sienta la poesía, quien no reconozca todavía la poesía, pasará de largo y se irá lejos de esos versos y ocurrirá lo mismo si alguien lee superficialmente una línea de Rimbaud, como esta:
¡Ha reaparecido! ¿Qué? La eternidad.
Por eso la poesía seguirá siendo interesante como un misterio inabordable, y continuaremos teniendo este tipo de reuniones que nos llenan de amor por esas palabras que de repente se juntan y hacen que todos nuestros sentidos florezcan con más ganas de vivir y de apreciar la ampliación de la sensibilidad. Vivir intensamente con solo leer y pronunciar las palabras de un modo más consciente.
Quiero leerles un poema del libro Agua que corre lenta. El libro que nos ha traído hasta este recinto emocionante. Este poemario forma parte de la Colección Patrimonio de la Biblioteca Digital Banesco y de la Colección OT Poesía de Oscar Todtmann Editores.
Sentirán cómo fluyen esas palabras, esas frases de un poema creando imágenes, despertando sentimientos, ahondando sin cesar en lo que llamamos alma, en lo que llamamos psiquis, en lo que llamamos corazón. Escuchen este poema de Coromoto Renaud. Saldrán fortalecidos aprovechando su poder y a la vez sentirán que hay una buena razón para amar la poesía:
Somos tiempo –se ha dicho–
somos árboles de raíces milenarias
desnudos a veces
a veces florecidos
siempre a la intemperie
cortezas goteando
somos capas de fango tierra arena
sedimentadas
somos memoria recobrada
presente extendido
hecho a retazos sin bordes
niños jugando a ser eternos
cuerpos retornando a un origen
que ya no existe
voces
que serán susurros incomprensibles
esperando el olvido
El libro «agua que corre lenta», de Coromoto Renaud, es un perfecto ejemplo de poesía llevada al tope de su pureza.
Cuando ella escribe que somos tiempo, de una vez lo dice todo y coloca en un espejo muy antiguo la imagen del ser humano intentando conocer el inicio de los inicios, el momento en el que se pierde el paraíso de la naturaleza para poder obtener la transformación de la especie con el lenguaje.
Y en ese proceso no solamente nació el ser humano como es hoy, portador de un lenguaje y por ende de un mensaje necesario y constante: también surgió la sospecha divina de que algo llamado poesía balbuceaba su función como lengua del alma.
Todos los versos y toda la música son promesas de la tierra prometida, la cual no existe. Eso decía Marina Tsvietáieva, una de las poetas que he leído con más fervor.
La poesía es la certeza de que somos algo más que un recipiente del lenguaje: somos una hechura del lenguaje. Y la poesía es la manera en que el lenguaje trata de abrirnos los ojos, pero no estos ojos solamente. También los ojos que tenemos instalados en el pasado más remoto, los ojos de la piel, los ojos de la misericordia, los ojos de la humildad, los ojos principales del sueño.
Antes de terminar para que Coromoto lea sus poemas, debo leer este poema de su libro, porque ella logra juntar las dos funciones básicas del poema: decir algo conmovedor, significativo y al mismo tiempo emanar una especie de música que no es posible -ni deseable- separar del sentimiento:
Llévame a ver el mar
dicen que el movimiento de las olas
es una música que dura para siempre
la voz sonora más antigua
antiquísima cuna
también he escuchado
que las huellas sobre la arena son transitorias
el oleaje disuelve la materia más sólida
es cuestión de tiempo
que se puede navegar hacia el infinito
aunque nunca llegues
quiero pasar la prueba del salitre
saber de quién es esta voz que me despierta
Es una persona que le pide a otra o a una entidad invisible que la lleve al mar; quizás no es otra persona sino la aceptación de un ser poético que cobra vida al ser invocado por los deseos de una poeta que busca respuestas, aunque ya las conoce, pero eso genera una música en donde el mar también ejecuta su instrumento.
En este poema, la poeta que no ha ido al mar, lo conoce gracias a todas las características vertidas por el coro humano.
La poeta logra, en el poema, que sintamos el mar moviéndose, cantando, mostrando su extensión y una cercanía casi sanguínea con nosotros. El mar infinito, ir hacia allá y mirar hacia atrás desafiando la sal porque vale la pena saber de dónde viene la voz que te despierta para que no te conviertas en estatua.
Harold Bloom decía:
“La mente siempre retorna a su necesidad de belleza, verdad, discernimiento”. Creo que compartimos ese modo de pensar.
La poesía no tiene dueños. Tampoco tiene esclavos. Ni preferidos. La poesía es como los picos Himalayas: los subes o los contemplas. La poesía tiene su propia vida y quienes pueden sentirla cuando palpita, son testigos de un hecho permanente pero invisible. Este hecho podría definirse como el sonido y bullir del ámbito donde se forma lo humano, la metalurgia gramática, el espíritu. Todo lector es una posibilidad de sentir la poesía. Es muy interesante cuando se forman lectores de sensibilidad idónea, capaces de sobrepasar las opiniones interesadas y de tener un criterio propio y libre respecto a la lectura.
Y por supuesto: la poesía es más importante que el poeta, porque lo que el poeta desea con más pasión es que sus poemas pasen a formar parte del sentimiento ajeno, de las almas y los corazones que quieran leerlos.
Muchas gracias.
José Pulido
Foto cortesía de El Universal
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EL FRANCISCANO ENTRE DOS TIERRAS, NOVELA DE HEBERTO GAMERO CONTÍN
Foto: Heberto Gamero Contín
EL FRANCISCANO ENTRE DOS TIERRAS
Por Lidia Salas
Por las circunstancias que atraviesa Venezuela, me había acostumbrado a leer en pantalla o a escuchar audio libros. En su reciente visita a Caracas mi amigo, el escritor Heberto Gamero Contín, me regaló dos libros: “Después de todo” de Piedad Bonett y “EL FRANCISCANO Entre dos tierras” de su autoría. Qué fascinante es recobrar los rituales de la lectura como el diálogo con un objeto físico. La textura de las páginas de papel, su olor, el ejercicio de subrayar, de intercambiar ideas o de interrogar a quien escribe en una franca conversación. Recobré el placer que inicié en la infancia lejana, cuando la lectura me sirvió de refugio y de compañía.
La ya mencionada novela corta de Gamero Contín es un homenaje a la amistad que mantuvo durante años con Fray José Manuel Teja Fernández, un hermano lego capuchino a quien había conocido en Kavanayen durante sus viajes a la gran sabana. El marco histórico donde los hechos se desarrollan se remonta a la guerra civil española—años en los que creció José Manuel— y a las últimas tres décadas en Venezuela, en donde trabajó en misiones religiosas, primero en la desembocadura del río Orinoco y luego en esas extensas tierras altas compuestas por tepuyes y ríos. La voz que narra es la del religioso, quien al describir a su padre como una persona estricta —que rayaba en la crueldad — y rememorar las circunstancias nefastas vividas en su infancia a causa de la miseria y de la violencia de la guerra, casi sin proponérselo, establece un paralelo con lo vivido en estos últimos años en este país: destrucción y vandalismo ocasionados por el resentimiento, por la ambición y el deseo de control de quienes gobiernan. Así mismo cuenta la labor desarrollada por las congregaciones religiosas, quienes ofrecían educación y servicios de salud a los grupos indígenas asentados en esas tierras; el empobrecimiento de las mismas debido a una ayuda gubernamental inexistente.
Disfrutemos del mágico espacio físico que se describe en los diversos capítulos en las palabras del escritor: Kavanayen está en la parte más alta de la gran mesa y la más alejada de cualquier centro poblado, rodeado de tepuyes y de riachuelos siempre cristalinos. Es la gloria. Todavía resuenan en mis oídos la algarabía de las guacamayas cada vez que despierto en las mañanas. Y unas páginas más adelante: La selva siempre misteriosa. El ruido de los animales. Las lluvias sorpresivas. El olor de la leña ardiendo y del monte húmedo al amanecer.
Pero esta escritura no sólo relata la vida, vocación y misión del personaje que la cuenta, sino que en las voces de otros personajes: Antonio, Mikel y Julián, el lector se entera de las vicisitudes del pueblo venezolano, víctima de la escasez de gasolina, de alimentos y de seguridad, de los hechos misteriosos que ocurren en esos míticos territorios. Este país, al igual que en la España postfranquista, sufre genocidios como el que se narra a continuación: En resumen le dijo que seis de la banda de Los Ciegos, a pleno día, llegaron en una Land Cruiser último modelo y sin cruzar palabra ametrallaron a los pemones que todavía con medio cuerpo en el agua meneaban sus bateas en busca de oro. ¡Desalmados! Los que alcanzaron a correr fueron acribillados por la espalda y de los pocos que lograron internarse en la selva todavía no se sabe nada…
Con un lenguaje claro y preciso se cuentan atracos y asesinatos perpetrados ante la impotencia de testigos durante las largas colas que los usuarios deben hacer para llenar de gasolina los tanques de sus vehículos. De hurtos y de expropiación de negocios en una racha de destrucción que empobreció la otrora república petrolera con su pujanza y riquezas.
Esta es una crónica de dos tierras y dos tiempos con el mismo resultado triste de violencia y de muerte, pero es también un emocionado testimonio de la amistad del religioso y el señor Antonio que abarca varios años y finaliza, como en una historia redonda, en España, donde el primero debe regresar para curar una mordida de serpiente en su talón y el segundo emigra huyendo de la ruina de un país en crisis.
He leído casi toda la obra de Heberto Gamero, a quien celebro su disciplinada persistencia en la narrativa y su pasión por la escritura expresada en la fundación que él creó con sus propios medios económicos: FAEC, para enseñar a los más jóvenes cómo escribir cuentos. Sirvan estas palabras como voz de agradecimiento por la generosidad del amigo, pero también para invitarlos a leer una de sus publicaciones más recientes, de venta en Amazon.
Lidia Salas. Caracas, abril del 2024
@lidiaspo
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Editora de la web: Carmen Cristina Wolf
SELECCIÓN DE POEMAS DE DOUGLAS M. SNEIDEN
ESAS TARDES
a mi eterna amiga Gris
Después de sortear los transbordos y estaciones subterráneas, donde el tiempo parecía no circular por ausencia de matices diurnos y nocturnos, al fin el tren me vomitaba al exterior de la estación Tlatelolco, a una atmosfera de edificios casi similares y de intrincados senderos que me llevaban a la entrada de tu piso de aquel conjunto habitacional, evocado a principios de los ochentas.
Tú estabas allí puntual a la cita, con un vestido ceñido a tu grácil figura de bailarina arrepentida, esperándome en una banca del parque, en aquellos laberínticos pasadizos donde igual pasaba una turba de niños gritando, un viejo con su famélico perro, o alguna ama de casa con una bolsa de bizcochos para la cena.
Solo tú, aquella presencia y aroma tranquilizaba mis entonces angustias, en esas tardes crepusculares de una ciudad gris/plateada. No recuerdo si eran de un tardío verano o de un casi gélido invierno de diciembre. Podíamos sí, percibir el despertar prematuro de aromáticos nardos y de adormilados geranios.
Cuando llegaba a subir a tu pequeño edificio multifamiliar, me extrañaba sin decírtelo cómo podía vivir tanta gente, en tan poco espacio, yo un mulato que venía de un trópico de palmeras y amplios solares iluminados por los soles del Caribe. Pero pensándolo bien, creo que aquellas nostálgicas narraciones de mis cálidas y pretéritas vivencias te hacían feliz, quizás por lo exótico que sonaban a tus oídos y ojos vírgenes de paisajes tropicales.
Cómo te dibuja ahora mi mente, después de mas de cuatro décadas que nos conocimos, asombrados hoy de un mundo demasiado cambiante, demasiado demente.
Sé que nuestras memorias no se bañan en las mismas aguas del tiempo, parafraseando a Heráclito , pero hoy te evoco oyendo a través de mis audifonos Clair de lune de Debussy, en una misma tarde crepuscular, con el casi mismo aire de nardos en la atmósfera, con la luna llena despuntando al este de esta ciudad de vientos frios.
Sé que ahora andas muy al norte de mi sur y de esas tardes de pincelados colores, de aquel pretérito Tlatelolco.
2009
PASOS DE LUNA
a la también poeta Lucy B.
Una vez más la luna se asoma
en el horizonte del crepúsculo.
Las ramas de los arboles se estremecen
al alborozo de los pájaros por el devenir
de la noche.
Poco a poco el bosque se viste
de sombras- siluetas
y los frutos pierden sus colores.
La luna ya en el cenit parpadea
al paso de las nubes
y las lechuzas elevan su canto triste
a través de los senderos.
En los preámbulos del alba
el cíclope nocturno
descubre una osamenta entre arbustos
A su alrededor se paralizaron
los segundos,
los minutos,
las horas.
Los ciclos de la luna
todo lo oculto lo desnuda en polvo
Tríptico a la musa de mi alma:
DESIGNIO
a angela rayito
Al principio fue la mirada
ese gesto que parecía flotar
como el gusanito para un pez.
Después vendría el roce de las
yemas en una sutil caricia.
La colisión de las miradas y
el tacto cálido de las manos
encenderían ese fuego mutuo.
Nos inventamos entonces el arco iris
con un hâlito de fresca brizna.
El giro de tu cuello al recoger tus cabellos
desnudó ese lunar solitario
y de la obertura de tus labios
escaparían
cien pétalos de rojos claveles.
De aquella isla de nuestra infancia
nos traeríamos mariposas oníricas
que soltamos en los senderos del destino
así nos iluminaran los laberintos
esquivos de la ternura.
Octubre 2023
EPÍSTOLA
a angela rayito
Te quiero como para invitarte
otra vez a mojar tus pies entre olas.
Te quiero como para salir a caminar,
hablar de los dos, mientras pateamos
piedrecillas.
Te quiero como para volvernos chinos
de risa, ebrios de nada.
Pasear sin prisa a aquella plaza de Puerto Morelos
y sentarnos a ver caer
otra vez la tarde.
Te quiero como para ir contigo a los
lugares
que más frecuento, y contarte
que es ahí donde me sentaba
a pensar en ti.
Te quiero como para escuchar
tu risa toda la noche.
Te quiero como para
no dejarte ir jamás de mi abrazo. _
Te quiero como se quiere a ciertos amores,
a la antigua, con el alma
y sin mirar nunca atrás
Agosto 2023
RETAZOS DE INSOMNIO
a angela rayito
A un costado del bosque se desploma la luna.
Verás caer ese lucero
como el beso fugaz que esa tarde me diste.
Tu mirada me brilla en la sombra nocturna.
Tu altivo pecho me trae fragancias embriagantes.
Volarán las hojas a tu paso.
Y algún día vendrán las rojas alegrías
a burbujear bajo un sol radiante.
Mientras,
te espero paciente a la ribera del rio.
Febrero 2024
Douglas M. Sneiden (seudónimo de Douglas J. Maza González. (Barranquilla, Colombia 1954.), poeta. Ejerce como especialista en neumología pediátrica en Cancun México. Publicaciones en revistas y suplementos literarios de Colombia, México y Argentina. Premios literarios en Mexico y Colombia.
Editora: Carmen Cristina Wolf @carmencristinawolf en IG @literaturayvida en X
LA MUERTE DE PAUL AUSTER, UN AMANTE DE LA VIDA
LA MUERTE DE PAUL AUSTER, UN AMANTE DE LA VIDA
Por Lidia Salas
Leí en alguna parte, que el libro es el espacio donde se comunican dos desconocidos: el autor y el lector. Encuentros verdaderos que propician la admiración y el amor, que se siente por quienes han escrito páginas, que no sólo estremecen el alma, sino que ayudan a reconocer la naturaleza personal y la realidad en la que se habita. Los autores que han impactado con sus palabras, son aquellos quienes como Gabriel García Márquez, Constantino Cavafis o Paul Auster, utilizaron elementos de su vida como material esencial en la escritura de novelas y poemas. La lectura se convierte entonces, en el reflejo de heridas, sueños y memorias propias, que resuenan en la cadencia de un lenguaje estructurado con la salvia de la existencia.
El pasado 30 de abril falleció el escritor Paul Benjamín Auster, a los 77 años víctima de un cáncer de pulmón. Había nacido en Newark, N. J. el 2 de febrero de 1947. Estudió literatura inglesa y francesa en la universidad de Columbia. Narrador, poeta, traductor, ensayista, dramaturgo, guionista, director de cine y profesor universitario, inició su carrera literaria con novelas como: Ciudad de cristal ( 1985), La trilogía de Nueva York (1985—1986) El palacio de la luna (1989), Leviatán (1992), El libro de las ilusiones (2003), Brooklyn Follies (2005) entre otras. Cuando ya era reconocido como narrador, publicó sus poemarios: Desapariciones. Poesía 1970—1979 y Poesía completa (2007). Se recuerda entre sus ensayos: Experimentos con la verdad (2001) y La llama inmortal de Stephane Crane (2021). Ha escrito también relatos, memorias, obras de teatro, guiones de películas. De joven vivió en París y tradujo obras de Stéphane Mallarmé, Jean _ Paul Sartre y Georges Simenon. Entre muchos reconocimientos a su obra se mencionan: el Premio Faulkner, Premio Médicis Extranjero, Premio Príncipe de Asturias y Comendador de las Artes y Las Letras.
Escribió que se inició en la escritura a una edad temprana, inspirado por una experiencia vivida con un ídolo del béisbol, deporte que amaba desde niño. Nunca olvidaría que por no tener un lápiz, perdió la oportunidad de obtener un autógrafo del jugador que admiraba, suceso que le hizo derramar amargas lágrimas y que jamás olvidaría. Desde entonces, no volvería a salir sin llevar un lápiz en su bolsillo. Apasionado por el juego de azar, introdujo este elemento en la escritura de sus narraciones. Es muy cuidadoso en el lenguaje que usa en párrafos y estrofas, en las que la identidad de quien escribe, y la intención del habla, las muestra con la preocupación de quien conoce la distancia entre la realidad y la palabra, y el poder de las voces como expresión de identidad. Cuidadoso en los detalles pueriles, que contienen la fuerza emotiva para transmitir experiencias de vidas que marcan a todos los habitantes de las ciudades. Utilizó una y otra vez, símbolos que como los muros, las piedras, la repetición de la cotidianidad, marcan de manera sorprendente las experiencias de vida.
Maestro del verso libre como se aprecia en el siguiente poema:
CLANDESTINO
Recordemos juntos hoy — la palabra
y la antipalabra
del testigo: la aurora palpable saliente
de mi puño: el apretón
ciliar del sol: el tramo de penumbra
que escribí
sobre la mesa del sueño.
Ha llegado la hora.
Llévate de una vez
todo lo que has venido
a quitarme. No
olvides
olvidar. Llénate
los bolsillos de tierra,
sella la entrada
de mi gruta.
Fue ahí donde
soñé mi vida
en un sueño
de fuego.
Paul Auster
Quedan las memorias en su amada esposa, la poeta Siri Hustvedt, las frases atesoradas por los lectores, y una obra literaria que testimonia su paso por esta dimensión, donde las palabras resguardan los sueños y experiencias de todo amante de la vida.
Lidia Salas
Caracas, 5 de mayo del 2024
Lidia Salas. Poeta, ensayista, Magister en literatura de la Universidad Central de Venezuela. Integrante de la directiva del Círculo de Escritores de Venezuela
Autora de los siguientes libros: Arañando el Silencio.
1a mención de honor del Concurso de Poesía Libre. Cartagena.
Mambo Café.
Finalista del Concurso del Ateneo Casa de Aguas.
Venturosa.
Premio Único del VII Concurso Nacional del IPASME. Caracas.
Luna de Tarot, Kartharsis, Sedas de Otoño, Itinerario fugaz, Ciudad de Azul y Vientos.
Su más reciente libro en prosa:
La Palabra
7 Secretos de su energía creadora.
Sus ensayos han sido publicados en:
Antología del Octavo Encuentro Internacional de Escritoras,
La mirada femenina y en el libro de ensayos: Nuevas IDEAS para viejos problemas, fundaciónVenezuela Positiva.
Muestra de su obra ha aparecido en antologías, revistas y diarios nacionales e internacionales.
Editora: Carmen Cristina Wolf @carmencristinawolf Instagram @literaturayvida X
Poemas de Benito Raúl Losada Navas
Hoy publicamos poemas inéditos de Benito Raúl Losada Navas, hijo del poeta venezolano Benito Raúl Losada (nacido en 1923, perteneciente a la generación de poetas del 42).
Olas y memoria
Incesante golpeteo da al risco su traste
la angustia declina
a veces
devuelve la conciencia a las
creencias perdidas
Brumas aligeran la noche,
roída la piedra
avizora esa infancia que vuelve
escondida
En la arena yace la luna
que persigue el recuerdo
de la tempestad vencida
La música y el dolor
Trémolos lejanos enturbian el diseño
la razón se desarma ante lo inevitable
con el lento gemido de armonias destrozadas.
Inicia el concierto sus disímiles notas
no acompasan ya más las múltiples funciones
y el balance perfecto de un cuerpo así creado.
Suena el fagot y el canto de tenores
tratando de aliviar sentidos adioses
y rescatar vivencias que guardaba el olvido
Se entrelazan tambores, susurros de sopranos
hasta que clarinetes suavemente aminoran
los presagios oscuros
Los violines penetran al alma de un cuerpo vencido
cuando el fragor inclemente de los bajos
tortura el resquemor perplejo
y eleva el espíritu acongojado por la conciencia en la
escisión de la muerte.
Murmullos inconfundibles del arpa
sosiegan luego al ser atribulado
anunciándole que ya no existe…
y sin embargo
las notas recuerdan su nombre en bellísimos arpegios
de instrumentos extraviados.
Benito Raúl Losada Navas, escritor venezolano. Poesía inédita
Editora: Carmen Cristina Wolf @carmencristinawolf Instagram