Ana Teresa Torres: Acerca de la tristeza

Leía hoy unas declaraciones de quien mucho admiro, Ramón Guillermo Aveledo, quien hace una distinción muy importante entre la tristeza en el ámbito privado y la depresión en el ámbito político (entrevista en Globovisión). La política –dice Aveledo– es siempre una lucha y una actividad muy dura, por ello “no hay espacio para la depresión”. Pero al mismo tiempo acepta su propia tristeza, la de su familia y la de todos los que vimos frustradas nuestras aspiraciones. Para los que no somos políticos de oficio es posible que la distinción no exista en los mismos términos. Yo soy escritora y psicoanalista, y para mí la tristeza es un sentimiento y la depresión un estado, no necesariamente patológicos; a veces inevitables, a veces necesarios. Freud definía la melancolía como la reacción ante la pérdida de un ser querido o su abstracción equivalente, y entre esas abstracciones equivalentes precisamente mencionaba la patria y la libertad. De modo que personalmente creo que hay que saber reconciliarse con la tristeza, y con la depresión también (repito, no soy política sino escritora y psicoanalista, o simplemente, una ciudadana que perdió las elecciones). Tengo para mí que los venezolanos no sabemos hacer bien los duelos, es decir, que tendemos a salir de los momentos depresivos lo antes posible, por medio de la rabia, o de la dispersión, e incluso la falsa euforia. O tendemos a minimizarlos. Por ejemplo, que alguien diga que esto, lo ocurrido, es “un tropiezo”. Entiendo lo que quiere decirse, pero ¿tropiezo? Vaya con el tropezón.

Conozco y aprecio a venezolanos para quienes el resultado de estas elecciones era esencial en términos de su vida personal y familiar; para ellos no hay consuelo. No sería yo capaz de inventarlo. Para todos era de alta importancia. Para el país también, pero el país es mayoritariamente responsable del resultado de las elecciones, y debe aceptar (los responsables, quiero decir) que eligieron libremente la opción que quisieron. Si más adelante la quieren cambiar, bienvenidos, pero de momento no son unos ángeles ni niños inocentes. Votaron, eligieron. Pobres o ricos, son ciudadanos responsables de sus decisiones.

Sentirnos tristes o deprimidos no es una desvalorización. Es la reacción normal ante lo ocurrido, es decir, una grave pérdida para aquellos que pensamos en la posibilidad de otra vía para un mejor país. ¿Que habrá otras oportunidades? Seguramente, pero esta la perdimos y por lo tanto es una pérdida. Así redundantemente. Sin subterfugios. La pena y la tristeza pasan, no cabe duda, pero no pasan mejor por querer salir de ellas. Pasan porque los seres humanos tenemos la capacidad de elaborar duelos y superar traumas, siempre y cuando los aceptemos. Duelos congelados por negados, esos sí que tardan en pasar. Una buena manera de saltarse el duelo es la del que dice, yo no he perdido, es que me robaron. O la de, yo más nunca voto, eso no sirve para nada.

Supongo que en los próximos días recibiremos numerosos análisis de las causas de lo ocurrido, y sobre todo llamados al pensamiento “positivo”, pero lo cierto es que no estábamos bien preparados, precisamente por la inclinación a minimizar lo que llaman “sentimientos negativos”; los sentimientos no son positivos ni negativos (disiento de los manuales de autoayuda), los sentimientos son reacciones de la subjetividad humana y todos conviven, y todos pueden ser necesarios. La duda es uno de ellos. Y una de las razones por las que no estábamos preparados fue la insistencia social (la presión social, diría) en minimizar al adversario (¿enemigo?). La insistencia en que un hombre cercano a los 60 años (un anciano en los códigos venezolanos), con posibles limitaciones físicas (que ignoramos en sus detalles), y movido en una “carroza”, no estaba a la altura de un hombre de 40, en capacidad de caminar doscientos pueblos como si nada. Una insistencia en menospreciar al adversario, en considerarlo despectivamente, en verlo derrotado por nuestros propios deseos. En considerarlo desde nuestras propias referencias. En despreciar a sus seguidores. Y una insistencia en no permitirnos la duda. Quizá la política no permita dudar. Pero ya pasó el tiempo de la duda y viene el del pesar. ¿Tampoco será admisible? ¿Ya estamos montados en que la victoria nos espera a la vuelta de la esquina?

Yo también espero la victoria (desde hace catorce años), y no niego los considerables avances en el camino, pero por el momento la fuerza de la resistencia exige ese incomodo estado de esperar en la desolación.

Fuente: Prodavinci.com
8 de octubre de 2012

Ana Teresa Torres: Novelista venezolana. Miembro del Consejo Consultivo del Círculo de Escritores
de Venezuela

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Al Dr. Ramón Guillermo Aveledo

Por Carmen Cristina Wolf

Desde lo más profundo de mi corazón, deseo expresarle mi gratitud por su invaluable labor como Coordinador de la Mesa de la Unidad Democrática, por su inteligencia, sensibilidad, templanza y bonhomía, Dr. Aveledo.

No olvidaré su desprendimiento y su afán por unir a los venezolanos en la consecución de una Venezuela signada por el respeto a todos los venezolanos. No abandonamos la lucha, amigo, seguimos sin tregua, en procura de un país que brinde a todos la oportunidad de ser mejores, de vivir en paz, una existencia digna, sin temor, con dignidad y amor al trabajo. Un país donde no haya ciudadanos mejor tratados que otros por ser de un partido político, o por apoyar a una persona, un país donde se pueda pensar distinto sin ser despreciado por ello.

Aprovecho esta breve nota de reconocimiento, para recordar a los lectores su obra escrita:

2012 – El Llanero Solidario. Editorial Libros Marcados.
2008 – El Dictador: Anatomía de la Tiranía
2007 – El poder político en Venezuela
2007 – La 4ta República: lo bueno, lo malo y lo feo de los civiles en el poder
2005 – Parlamento y democracia: congreso, asamblea y futuro, en perspectiva histórica, constitucional y política
2003 – Gente, historias y cuentos de Barquisimeto y Lara
2000 – La alternativa civil: la constituyente de 1999 y otros temas de política y derecho
1999 – Defensa del futuro libre
1997 – El trabajo parlamentario: apuntes para ciudadanos, parlamentarios y aspirantes
1996 – Populismo, sifrinismo & economía humana
1995 – Venezuela reclama responsabilidad: cuando un hombre de palabra es parlamentario en tiempos de crisis
1995 – El cambio, con razón: lo viejo, lo nuevo y lo distinto en la política venezolana
1987 – Protesta y esperanza
1982 – Hacer historia
1973 – Nuestro mundo: temas de política internacional

Caracas, 9 de octubre de 2012

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José Tomás Angola: Desde una esquina de mi corazón

«Y le he dicho a Jesús: -Hoy haces falta,
mucho trabajo tienes esta noche;
no hay que morir este año, viejo mío;
¿qué importa un año sin Viernes Santo?
para el año que viene, tal vez se arregle esto
y entonces, ya te podrás morir
y estar bien a tus anchas, uno o dos meses muerto.»

Andrés Eloy Blanco del poema «Jueves Santo»
Viernes 28 de marzo de 1929, preso en La Rotunda.

El domingo 7 de octubre, decidimos el camino por venir. No la existencia de ese camino. Escogeremos entre la sanidad y la enfermedad. No entre la vida y la muerte. Es una cita de enorme importancia, pero no la última. Los paises transitan siempre tiempos lentos. ¿Cuánto tardó el mundo para levantarse y salir de los Hitler, los Stalin, los Lenin, los Tito, los Mao?, ¿cuántos años tardó en caer el muro de Berlín? Debemos tener la tranquilidad de que habitamos los espacios iluminados, la honestidad, la moral. Somos cultores del talento, de la responsabilidad, de la solidaridad. Formamos parte de una iglesia hoy muy atacada pero siempre establecida en la verdad, en la hermandad, en el respeto, en el amor al desvalido, en la humildad, en la ayuda al débil, en la creencia de que no hay muerte real, en la seguridad de que Dios nos protege y que siendo mansos su infinita bondad nos guía. Digo todo esto para reencontrarnos en lo valioso que nos toca protagonizar el domingo. Si acaso no sale como lo soñamos, tengamos la fe de que es designio de Dios, para prepararnos, para enseñarnos, para perseverar en su sendero. Nadie puede suponer lo que él ha decidido para Venezuela. Sólo nos queda luchar, desde los argumentos de la paz, de la justicia, del perdón.

Defendiendo lo justo, y siendo valientes si acaso la maldad desea instalarse ilegalmente. Pero serenos y nobles si la voz del pueblo, aunque esté equivocada, se expresa incuestionablemente. Si ganamos, porque hicimos todo lo que debimos hacer, que la soberbia no nos secuestre, que la venganza no nos ahogue.
Tengo una gran confianza en Henrique. Lo conozco desde que era un joven que se asomaba a la política. Iba a mi casa y pasábamos algunas noches de los viernes jugando Pictonary, él, su novia de entonces, mi esposa de entonces, y algunos amigos que pueden dar testimonio de esas veladas. Allí se reconoció como un joven limpio, tranquilo, siempre atento para aprender de los que más sabían. Juntos entonces hasta inventamos proyectos de programas de televisión que nunca se dieron y en los que nos propusimos estimular la democracia en el país. Hablé con él en algunos almuerzos. Allí entendí que jamás lo animó el lucro, siempre se mostró entregado a una misión de servir, entendía la política, entonces y ahora, como un sacerdocio. Es un chamo valiente, no temió ni teme ofrecerse en sacrificio defendiendo la verdad, está dispuesto a inmolarse por el país si es necesario. Aunque le perdí la pista en estos últimos años, su discurso me confirma que no ha cambiado. Se ha crecido y a esa valentía y convicción suma ahora madurez y firmeza. Lo mejor que le puede pasar a Venezuela es que Henrique sea el presidente de todos los venezolanos. Es lo mejor que le puede pasar al pueblo chavista. Él los respetará, trabajará por ellos como por sus seguidores. La cruzada que lleva adelante es de inspiración divina. Lo ha dicho muchas veces y le creo. Henrique entiende como nadie que el adversario no es un simple hombre en sus últimos días, es una idea destructiva, una ideología del mal, una fuerza alimentada por las sombras. Vivimos en este sótano del odio al que nos dejamos llevar. Pero no todos los venezolanos lo entienden. Aún hay personas, hermanos, que viven entrampados en la manipulación. Son gentes buenas pero atrapadas en la envidia, en la retaliación como forma de salir de las adversidades que no han superado, ni superarán nunca con esta revolución. No comprenden que muchos de sus problemas dependen de ellos mismos, nadie les ha quitado lo que deberían disfrutar porque sencillamente sólo el trabajo, la educación, el esfuerzo, la disciplina y la superación es lo que nos brinda oportunidades para crecer. No es un gobierno extraviado, ni una ideología demagógica, ni un despropósito de destruirlo todo, no es quitarle a unos para darles a otros como un país repartirá sus riquezas y hallará la felicidad. Es brindándole chances a todos por igual como saldremos de esta pesadilla que vivimos. Henrique tiene el tenor moral para hacerlo y además tiene el plan para lograrlo.

Todo esto que escribo no son más que palabras de aliento que quiero comunicar para sentirnos serenos y confiados en que si nos esforzamos, si nos resteamos por nuestras convicciones, el país en pleno se beneficiará. No tengamos miedo, pero no agredamos. No nos amilanemos, pero tampoco seamos apáticos. Gandhi es una muestra palpable de que con la no violencia, con la sinderésis, manteniéndonos en la esfera de la paz podremos forjar un camino hacia la esperanza, la igualdad y el porvenir. No existe manera de que el mal venza al bien. Es tan poderoso el bien que deja espacio hasta para que los equivocados recapaciten y transiten los senderos de la verdad. Nada es más hermoso que cuando un errado reflexiona y voluntariamente, sin amenazas, sin maltrato, desanda sus pasos y retorna al camino cierto.

Pase lo que pase el domingo, la luz ha vuelto a nuestros corazones. Alguien, y ese fue Henrique, prendió esa linterna. Quizá no sea tan grande como para vencer todas las sombras, pero ahora tenemos ese rayo. Nadie podrá negar que no hay luz para ver el camino. Dios quiera que el domingo sea suficiente para iluminar a muchos y tender esa línea recta hacia el mañana. Igual ya ganamos. La esperanza renació. Y sus administradores somos todos. Pase lo que Dios haya decidido para Venezuela, ahora tenemos una linterna que nunca dejará de alumbrarnos.

Lo digo desde una esquina de mi corazón. La que se mantiene pura, la que nada ha podido ensuciar. La que espero conservar hasta que Dios decida mi existencia. Yo saldré el domingo a votar por Henrique, estaré dispuesto a defender todo lo que sea justo y honesto, todo lo que por ley corresponda. Y que sea Dios el que dicte lo que ocurrirá. Amén.
Humildemente

José Tomás Angola Heredia, escritor.

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Buenas noticias para mi hijo, el emigrante

Enrique Viloria Vera

Querido hijo:

Muchos fueron los esfuerzos que hizo mi padre, el inmigrante, cuando decidió venirse a Venezuela, desde aquella su patria para entonces dividida, irreconciliable, fraccionada, partida en dos. Vino tu abuelo, en busca de pan y paz, y lo consiguió y decidió quedarse aquí, por siempre, lo saben las flores del cementerio y su partida de defunción.

Aquí decidimos hacer familia e intentamos ser felices. Te diría que hasta hace poco lo fuimos. Había un espíritu especial que hacía de Venezuela un verdadero lugar para querer y ser querido. Entonces te formaste y forjaste en libre albedrío y total voluntad, ¿de qué color es el caballo blanco de Bolívar? Y te reías y me decías ¡no seas bobo, papá! Recuerdo tu risa y tus estudios, el día de tu graduación, cuando te casaste para ver si seguíamos siendo felices, tú con tu mujer y tus hijos, yo con mis hijos y nietos, todos en paz y sin rencores, ni odios, ni nada de eso que no nos une sino que, por el contrario, separa.

Todo ha pasado tan rápido, en una larga década y media, insultos menos, insultos más, ya no estarás más en tu país, que ya no está feliz. Regalado con pasaporte de la Unión, vives ahora devolviendo a terceros lo que otros invirtieron en ti y por el país.

¿Sabes? No me duelen los dólares donados, ni las casas ofrecidas, ni las loas a Fidel ni los astilleros salvados, ni la gasolina gratis, ni el petróleo barato, ni el desprecio y los eructos, los salivazos y las mentadas de madre que como ciudadano nos dedican nuestros gobernantes.

Me dueles tú y los tantos que como tú se van para no volver, a ver si consiguen fuera de aquí, allá, en tierra extraña, donde se respetan las libertades del vivir, lo que tú ahora, emigrante, sales a buscar en el extranjero, como vino a buscarlo y lo encontró tu abuelo, el inmigrante, que aquí en una Venezuela sin exclusiones, ¡sí tuvo patria, nunca fue un infeliz!

Te quiero mucho, besos a tu mujer, que les vaya bien.

Tu papá.

PD: Te tengo buenas noticias: las cosas van cambiar el 7 de octubre, así que vayan preparando pasaporte y maletas y nietos para que regresen a hacer patria que los necesitamos.

¡HAY UN CAMINO!

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Enrique Viloria: Moral y luces siguen siendo nuestras necesidades

Absoluta razón tiene El Libertador quien casi todo lo sabe, porque el que todo lo sabe es el Líder, en señalar que las necesidades principales de Venezuela son Moral y Luces.

En efecto, en honor al Libertador, debemos rescatar la moral primordial para impedir que los delincuentes de cuello rojo, de boina colorá, de chaleco carmesí, de guayabera escarlata, de franela bermellón, de chaleco granate, continúen apropiándose de la riqueza nacional en nombre de la revolución que pretenden encarnar para su propio beneficio pecuniario.

Debemos rescatar la moral republicana para que los gobernantes asuman su barranco, no mientan más ni crean que el pueblo es pendejo y la patria un cuartel; ni pretendan seguir desgobernando con el concurso de los compañeros de promoción y de los integrantes de la familia que no portan ningún mérito profesional para desempeñar los cargos que ostentan y hunden al país en el caos y la inercia. El primer deber moral de todo gobernante es ser eficiente.

Las luces de cualquier tipo brillan por su ausencia en esta Revolución que todo pretende iluminar, y que a fuerza de desidia reiterada y prebendas a granel ha sumido al país en una tiniebla decimonónica, en la que velas, antorchas, cirios y quinqués, aunados a eslóganes y clichés bolivarianos de fácil digestión, se convierten en preciado bien, en incuestionable objeto de modernidad y progreso en esta tierra de montoneras zamoranas y saraos ciprianistas.

En honor al Padre de la Patria, restituyamos la Moral Republicana y las Luces Ciudadanas, porque como bien lo señala Bolívar en su Discurso de Angostura, como si fuese un sufrido súbdito más de la Bolivariana Patria:

“Por el engaño se nos ha dominado más que por la fuerza; y por el vicio se nos ha degradado más bien que por la superstición. La esclavitud es la hija de las tinieblas; un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción; la ambición, la intriga, abusan de la credulidad y de la inexperiencia, de hombres ajenos de todo conocimiento político, económico o civil; adoptan como realidades las que son puras ilusiones; toman la licencia por la libertad; la traición por el patriotismo; la venganza por la justicia”.

Enrique Viloria Vera
Director de Relaciones Internacionales
Círculo de Escritores de Venezuelaa

Caracas, octubre de 3012

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Lidia Salas: Construyendo un sueño

Por Lidia Salas

Bajo la sombra de todos los que han elevado sus palabras para exigir igualdad, justicia y felicidad para sus conciudadanos, escribo estos párrafos. Aún perdura la emoción de haber compartido la energía de miles y miles de personas, quienes alegres y decididos marchamos por calles y avenidas de Caracas, para dar testimonio de nuestro inequívoco deseo de cambiar el actual régimen. Y de cambiarlo en paz, mediante uno de los instrumentos más valioso de la democracia, a través del voto.

Durante largos 14 años hemos sufrido el envilecimiento del lenguaje de quien gobierna. Por horas y horas y en cadena nacional, quien debía ser el presidente de todos los venezolanos, se dio a la tarea de humillar, excluir y amedrentar de manera soez, a quienes no estábamos dispuestos a acompañarlo en su intento vanidoso de convertirse en líder intergaláctico. Como una muralla de odio, erigió el discurso que dividió a la gran familia venezolana. Fantasioso intento de cubrir con el eco de su verborrea, la incapacidad, la corrupción, la mediocridad y el desgobierno. Exacerbó el resentimiento, el odio y la división de clases. Aunado esto último, con la ausencia de una educación para la paz y la más vergonzosa impunidad convirtió nuestras ciudades en las más violentas del hemisferio.

Se podría escribir todo un memorial de agravios, sufridos por los habitantes de esta patria buena. En lo económico, arruinó nuestro signo monetario hasta convertir la inflación de este país en una de las más altas de América y del mundo; destruyó las industrias básicas del hierro y del aluminio, otrora, ejemplos de desarrollo y de riqueza. Arrasó con la agricultura, la ganadería. Desaparecieron los cultivos de café, granos, cereales, oleaginosas, frutas y legumbres. La importación, el gran negocio de los amigos del régimen, facilitó la compra de alimento a punto de vencerse, para dejarlo podrir en las bodegas de los puertos. Todavía no se conocen los autores de este crimen. Olvidó que el mantenimiento de plantas eléctricas y refinerías era importante para la seguridad misma. Amuay es una tragedia que no debió ocurrir. Las autopistas, carreteras, calles y puentes muestran el desinterés del gobierno por la calidad de vida que merecemos los ciudadanos.

Expropió desde ricas empresas hasta modestos estacionamiento sin pagar lo justo, arruinando a familias enteras, condenándolas a la miseria y al dolor. La mayoría de estos proyectos expropiados fracasaron estrepitosamente.

En lo político, convirtió la democracia en una dictadura con elecciones. Su pasión por el poder lo hizo centralizar todo bajo las ineptas manos de sus compañeros de partido. Finiquitó la independencia de poderes. El ejecutivo hizo el trabajo de legisladores y jueces. Las infames declaraciones de sus ex cómplices, testimonian cómo ordenaba prisión y años de condena para quienes él consideraba sus enemigos. Nadie pisoteó con tanta furia las leyes de nuestra constitución como los integrantes de este régimen. ¿Existirá otro país dónde los pranes (delincuentes presos) dirijan las cárceles y ordenen secuestros y homicidios desde sus computadoras y celulares?

Internacionalmente, aisló a Venezuela de sus socios comerciales naturales. La separó del Pacto Andino y del Grupo de los Tres, para entrar por la puerta trasera al Mercosur. Buscó aliados entre los tíranos más despreciables del planeta y brindó refugio a la narco guerrilla colombiana. A pesar de vociferar sobre la soberanía y el antiimperialismo, entregó importantes sectores de la administración civil y militar a Cuba, el único país que había intentado contra nuestra integridad. Utilizó el dinero del presupuesto nacional para pagar adeptos y seguidores nacionales e internacionales. Así se invirtieron las inconmensurables riquezas de la bonanza petrolera.

En lo social, orquestó bajo el nombre de “misiones” una ayuda a los más necesitados. La verdadera finalidad era el empobrecimiento de los venezolanos para comprar conciencias y votos a través de la dependencia económica. Los índices de miseria de hace 14 años han aumentado por la ausencia de proyectos de vivienda, de salud, de educación y de empleo sustentables a través del tiempo. Los rudimentarios edificios que se construyen actualmente a la carrera, sin ningún respeto a las normas de la urbe, expresan el desprecio hacia la calidad de vida de los caraqueños. Quienes perdieron sus viviendas por las lluvias y las catástrofes naturales o como consecuencia de erradas políticas en fábricas de armamentos o refinerías, han sido olvidados a su suerte en oficinas, estadios, escuelas o moteles.

Algunos llevan más de 5 años esperando por la vivienda prometida. Este país de grandes riquezas, está en deuda con los más débiles, con los más vulnerables, con los más humildes. Solo cuando comprendamos que es obligatorio dignificar los cinturones de miseria que asfixian a pueblos y ciudades, a todo lo ancho y largo de nuestro territorio, habremos iniciado el verdadero camino de la justicia social y de la paz verdadera.

Pero después de varias derrotas, la inmensa mayoría de la población, encontró las sendas de la unión y del candidato único. Un hombre joven, exitoso, que tiene resultados visibles de buena gestión y de sensibilidad social, en una fulgurante carrera política sin derrota alguna. Un hombre de fe, descendiente como muchos venezolanos, de inmigrantes trabajadores, venidos a esta tierra de gracia, huyendo de la guerra y del fascismo. Un hombre que de acuerdo a la conmovedora crónica del poeta Leonardo Padrón, se entrega a la muchedumbre que lo sigue por pueblos y ciudades para juntos encontrar el camino que nos devuelva a la ruta perdida en mala hora hace 14 años. Un joven que se arrodilla ante el Cristo de La Grita y le pide con la cabeza inclinada del creyente, luz y sabiduría para reconstruir un sueño. El sueño de la comarca rica en plantíos y en ganado, con trabajo digno para todos, Pleno de hermanos que trabajen unidos por el desarrollo y la riqueza nacional. El sueño de un pueblo que valore a sus poetas y escritores, a sus pintores y artistas, a sus músicos y maestros, a los medios de comunicación respetuosos y veraces. El sueño de un país donde la educación, sea el instrumento del cambio. Donde la excelencia guíe a los docentes en colegios y universidades para que la ciencia y la investigación vuelvan a establecer la motivación en el logro de los objetivos mejores. El sueño de ciudades iluminadas y seguras, con medios de transporte cómodos y puntuales, con parques y niños correteando detrás de las burbujas de jabón. El sueño de un pueblo que desea caminar unido, porque hay un camino. Un camino hacia el progreso, el desarrollo y el futuro.

Caracas, 2 de Octubre del 2012
Lidia Salas.
Poeta / Ensayista

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ldemaro Torres: Convicciones que llevan a opciones

Ildemaro Torres – Círculo de Escritores de Venezuela

Hay quienes hablan de “toma de conciencia”, otros que nos instan a ello con la proposición de “mírate en ese espejo”, y hasta en abierta exhortación a “despertar”; pero como sea que se le perciba o se le entienda, equivale a aceptar como al fin llegado el momento de tomar decisiones firmes, y con aspiración de ser definitivas en base a la validez de sus alcances. Unas veces la opción escogida para llevar a la práctica la eventual respuesta a lo planteado, tiene que ver con la naturaleza de lo que nos preocupa y asimismo con la circunstancia de si se trata de algo individual, personal o colectivo, como lo es aquello que nos afecte cual ciudadanos atentos a la situación por la que atraviese una institución, un sector social, o el país como un todo.

Estamos a escasos días de la culminación de un importante proceso comicial, generador de gran expectativa, al punto de ser considerado con rango de suceso histórico de enorme trascendencia: la elección del Presidente de la República. Prestos los votantes a encarar los resultados de escoger entre un teniente coronel que con absoluto descaro y por conocido narcisismo y ambición trepadora pretende seguir en ejercicio del poder; y un joven dirigente en goce de aprecio y admiración por su lealtad al pueblo, valentía, claridad política, visión futurista racional y honestidad a toda prueba.

Al cabo de tantos años de abuso de dicho poder militarizado y a lo largo del mismo, varias veces nos preguntamos hasta dónde hemos pecado de tolerantes y cómo pudimos serlo durante tanto tiempo, si lo que siempre hemos recibido de ese personaje primario han sido agresiones represivas, ofensas y humillaciones, buscando reducirnos en términos generales a temerosos testigos de arbitrariedades, abusos y apego a una conducta delictiva, traducida entre otras manifestaciones en el saqueo de los bienes de la Nación.
De allí que la opción hace mucho escogida y en época más reciente reiterada como tal, para despejar el camino de cuanto hoy lo entorpece y libremente devolverle al país todo lo que le ha sido sustraído o alterado por el régimen actual, es la electoral, concebida con el carácter, la pulcritud y la seriedad propias de una sociedad fiel a los valores esenciales de una democracia.

Es notorio el deseo de contar con una masiva respuesta popular, entusiasta y llena de colorido y fe, como lo fue la multitudinaria marcha que acompañó al candidato demócrata Henrique Capriles Radonski en el cierre de su campaña en la avenida Bolívar. Así será.

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A propósito de las Elecciones Presidenciales en Venezuela

1- Un ladrón cualquiera te roba: El dinero, el reloj, la cadena, el
carro, el celular….

2- Un gobernante corrupto e incapaz te roba:

La felicidad, la salud, la vivienda, la educación, la paz, el empleo,
la recreación, tu salud, tu seguridad…

EL PRIMER LADRÓN TE ELIGE A TI, AL SEGUNDO LADRÓN LO ELIGES TÚ!!!

UN PRESIDENTE SIN PROBIDAD INTENTA ROBAR TU LIBERTAD Y TU VOLUNTAD…

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La Red por la Paz firma un ACUERDO DE COOPERACIÓN A FAVOR DE LA PAZ CON NACIONES UNIDAS

Este viernes 21 de septiembre, en el marco del Día internacional de la paz, las organizaciones que conforman la Red por la Paz firmarán un acuerdo de colaboración con Naciones Unidas para potenciar el trabajo a favor de la cultura de paz.

Las ocho organizaciones que conforman la Red por la Paz se reunirán este viernes en la sede del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) para firmar, en una rueda de prensa, un acuerdo de cooperación con ONU Venezuela. Dicho acuerdo se ha venido modelando en los últimos meses y está enfocado en respaldar los esfuerzos que llevan a cabo los miembros de la red para promover la cultura de paz.

Durante la rueda de prensa se presentarán los puntos del acuerdo y el cronograma de actividades previstas por la Red entre septiembre y noviembre. Entre estas actividades destacan el concierto «Loc@s por la Paz», promovido por el Sistema de las Naciones Unidas en Venezuela y Paz con Todo; la exposición «Postales para la Paz», a cargo de La Rana Encantada; la campaña «Un Granito de Plastilina», impulsada por Plastilinarte; y el Programa «Arte, Convivencia y Oficios para la Paz» de la Fundación TAAP. Éstas y otras actividades reflejan el empeño que las organizaciones integrantes ofrecen desde la Red, y con el apoyo de Naciones Unidas, como estrategia para la promoción y difusión de valores de paz.

La Red por la Paz es un red de organizaciones de distintas áreas que trabaja desde 2010 por unificar esfuerzos a favor de la promoción de valores de paz; está conformada por Pro, Paz con Todo, Quiero Paz, Collectivox, Plastilinarte , Fundación TAAP, Quincalla Zoco y La rana encantada. En 2011 se llevaron a cabo diversas actividades en el marco del Día Internacional de la Paz y como parte de la campaña Locos por la Paz. Ahora, en 2012, se consolida una agenda de trabajo conjunto en el marco de esta celebración.

Fecha: 21 de septiembre de 2012
Hora: 10:00 am
Lugar: Sede del PNUD.
Av. Fco. de Miranda
Torre HP, piso 6.
Los Palos Grandes.

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Ramón Ordaz: Selección de poemas

Ramón Ordaz (El Tigre, Estado Anzoátegui, 1948). Poeta, narrador, ensayista y editor venezolano; recibió el Premio CONAC de Poesía Francisco Lazo Martí en 1991; el Primer Premio en la Bienal de Poesía Teófilo Tortolero, en 1996; y la mención Publicación en la IV Bienal Mariano Picón Salas con la obra El pícaro en la literatura Iberoamericana. Entre sus obras destacan, en narrativa, En los Jardines de Colón (199); en poesía, Kuma (1977), Profanaciones (2002); Albacea (2003) y El mar es nuestra sed (2007). Director de la revista Latinoamérica de Poesía PODA.

EL MAR EJEMPLO

Escribe todos los días
instante tras instante, escribe y borra su mensaje.

Incesante escribe, tacha la ola
el elogio a su música, el elogio,
lo que nombra.

Escribe, describe, borra
el alma de los seres,
borra
los enseres del tiempo.

Del poemario EL MAR ES NUESTRA SED, Universidad de Oriente, Barco de Piedra Ediciones
y Ediciones Puerta del Sol 2007

Maestr o del destino:
ilustra su espejismo
la vanidad del mundo.

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Dos poemas de Ana María Eiras

Del libro Un vuelo solo para gaviotas:

Déjame sostener lo que no tengo
Lo que se va con intención desmedida
Reír a la hora de la noche
Y llorar con placer las desventuras
Zozobrante me apego a los alientos
impulsores de la vida
Mis manos se detienen en el suspiro
anhelante de la noche

* * *

Encadenados a la intemperie
nos prometemos ser valientes.
Con ahínco luchar
por el bien y cara a cara,
desandar la noche
que se despliega luctuosa
en las aristas rigurosas
de este silencio agorero.

Ana María Eiras: Autora de varios libros, entre ellos Comarca interior y Casas azules.
En el 2009 publicó la novela Los secretos de Aurora. Escribió el libro de gastronomía Amor con sabor se paga. Miembro del Consejo Consultivo del Círculo de Escritores de Venezuela

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Catalina de Miranda retrata a la venezolana

Por Michelle Roche Rodríguez

Cortesía de El Nacional

De Catalina de Miranda se dicen muchas cosas. Que era la cortesana más famosa de Venezuela del siglo XVI. Que por relacionarse con los capitanes de la Conquista consiguió hacerse rica y mantener holgadamente a su prolija descendencia. Que por estar retozando en su cama, el fundador de El Tocuyo Juan de Carvajal fue capturado por Juan Pérez de Tolosa y perdió la cabeza. Pero nadie lo sabe a ciencia cierta. Sobre la historia de esta mujer, nacida en Sevilla en 1527 y que vino al país a los 15 años de edad, hay poca bibliografía.

Esos escasos datos consiguió Xiomary Urbáez navegando en Internet. Leyó allí que la calificaban de «barragana»que según el diccionario de la RAE es sinónimo de concubina y la palabra le chocó por altisonante. Pero la historia la cautivó de tal manera que la llevó a redactar las 264 páginas de una de las novelas que resultó finalista del Premio Iberoamericano de Narrativa Planeta-Casa de América 2012.

«A ella la han calificado de cortesana, pero ella era una mujer buena que tuvo que hacer cosas no tan buenas. No fue prostituta sino empresaria, porque al final de su vida terminó rica y no porque hubiera sido amante de los hombres. Catalina de Miranda retrata a la mujer venezolana, no porque haya sido una cortesana sino porque fue muy dura», indica la periodista graduada de Bachelor of Arts en el St. Petersburg Junior College de Florida.

La autora enfatiza el carácter distinto de la heroína sobre la que construye el libro, que es más ficción que historia. Señala que comenzó a escribir sobre Miranda porque creía que era una figura espectacular. Entre las razones para calificarla así están, no sólo que se murió a los 83 años de edad, sino que los más importantes conquistadores del momento se enredaron en sus faldas. «Pero tengo que decir que no soy historiadora, por lo que no presento la rigidez de la historia. Soy novelista», afirma Urbáez.

La autora señala que en estos momentos escribe una novela ambientada en la Cubagua colonial, antes de que la destrozara el maremoto. También afina los detalles sobre una colección de cuentos dedicada a las mujeres.

«Siempre pensé escribir porque mi papá era poeta, José Rafael Urbáez, y yo no sólo era su musa, sino que crecí rodeada de letras. Como periodista he escrito toda la vida», concluye quien hasta la semana pasada fue jefa de redacción de la revista Expoguía, dedicada a la publicidad.
Fuente: El Nacional, jueves 6 de septiembre de 2012
Arte y espectáculos

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LA ÚNICA LEY DE LA GERENCIA

Por Enrique Viloria Vera

“Ningún sistema técnico o administrativo es mejor o peor que los hombres y mujeres que lo dirigen y personifican”

Repasando un poco mi vida académica, constato que el año próximo se cumplirán 40 años desde que dicté mis primeras clases de gerencia en un postgrado conjunto entre la OEA y la ENAP. Muchas aulas y alumnos han transcurrido desde entonces en diferentes ámbitos académicos: USB, IESA, ENAHP, UCV, USAL, y por supuesto en la UNIMET donde todavía imparto clases de gerencia internacional. Varias son las materias que he dictado alrededor de los dos temas que han concitado mi interés docente: las Empresas del Estado y los Negocios Internacionales, con incursiones en la Historia del Pensamiento Administrativo y en la Teoría de la Organización.

Muchos han sido los libros, ensayos y artículos que he escrito sobre el asunto para uso de mis alumnos y colegas, hasta uno que otro premio de importancia he recibido por algunos de ellos. Diversos han sido los puestos de responsabilidad que he desempeñado a lo largo de mi vida profesional tanto en la CVG (Asesor de la Presidencia y Gerente de Desarrollo Industrial), en PDVSA (Gerente de Planificación de Organización), como en el SENIAT (Director Fundador a cago del Centro de Estudios Fiscales), donde me ha tocado trabajar tanto en la creación o transformación de esas organizaciones, sin contar el CEPET, donde como Vicepresidente Académico, fuimos responsables de la formación del personal a sus diferentes niveles, desde los artesanos, pasando por los profesionales y gerentes, hasta los directivos de PDVSA y sus filiales, o como doblemente Decano en la UNMET.

Distintas han sido las organizaciones del sector público y privado que he asesorado en mi desempeño como consultor organizacional así como diversas han sido las empresas consultoras o universidades con las que me ha tocado interactuar en proyectos de reorganización: MIT, McKinsey, ADIZES, ORC, entre otras. Inmejorables los gerentes y personalidades con las que he trabajado en un permanente proceso de aprendizaje: Argenis Gamboa, Rafael Alfonzo Ravard, Brígido Natera, Héctor Riquezes, Julio Sosa Rodríguez, José I. Moreno León, Allan Brewer – Carías, Luis M. Olaso S. J., entre tantos otros relevantes gerentes y doctores.. Inmejorables también los equipos de trabajo que he constituido – seleccionado muy cuidadosamente a los colegas – cuando me ha tocado dirigir personal como gerente o decano, y de los que han formado parte distinguidos colegas: José A. Gil Yepes, Ricardo Espina, Marcel Antonorsi, Ramón Guillermo Aveledo, José Pulido, Víctor Guédez, Rafael García Casanova, Andrés Stambouli, José Ramón Solano, Henrique Meier, Carlos Lee, Joaquín Marta Sosa, Rafael Arráiz Lucca, Sergio Pascual, Marielena Nuñez, Alberto Silva Aristiguieta, María Angelina Kolster.

Con todo eso en mente y ante los crecientes desastres gerenciales de esta Revolución Bolivariana, recuerdo pues la única Ley de la Gerencia… espero la tenga muy en cuenta para el próximo gobierno mi tocayo con H

“Ningún sistema técnico o administrativo es mejor o peor que los hombres y mujeres que lo dirigen y personifican”

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Entrevista a Carmen Cristina Wolf, por Inés Muñoz Aguirre

LA POESÍA DESDE EL SENTIMIENTO Y LA PASIÓN

Por Inés Muñoz Aguirre

En medio de una tarde lluviosa, subimos a un ático lleno de libros. Fotos, la computadora. Una mesa redonda frente a dos grandes poltronas dispuestas a ser ocupadas por algún curioso oyente. No queda duda de que el lugar pertenece a alguien que escribe. Ella aparta unos cuatro ejemplares que están sobre la mesa para hacer espacio, distingo en medio del movimiento un poemario de Pablo Neruda. Nos sentamos casi al mismo tiempo mientras observo un gesto característico en ella: se acomoda los lentes.
Carmen Cristina Wolf es la dueña del lugar. Hace preguntas sobre mi forma de hacer la entrevista antes de que yo haya empezado. Su hablar suave y pausado la caracteriza. Ella es la Presidenta del Círculo de Escritores de Venezuela, organización que  bajo su guía acaba de celebrar sus veinte años de existencia.

—Después de esta celebración, en la que se logró reunir un nutrido grupo de importantes escritores venezolanos se siente el haber cumplido una vez más, con el trabajo constante que te caracteriza frente al Círculo, ¿cómo defines tu nexo con lo que haces?
-Muy profundo. Respeto mucho el Círculo de Escritores de Venezuela que fue creado hace veinte años por unos soñadores como Marcos Ramírez Murzi, Luis Beltrán Mago; Benito Raúl Losada; Alejandro Lasser, Pedro Díaz Seijas y un grupo bastante nutrido al que luego se fueron uniendo personas como Juan Liscano, Elizabeth Schon; Lucila Velásquez

—¿Por qué soñadores?
-Los escritores quisieron reunirse de nuevo, no como un gremio sino como un grupo de personas que iba a compartir lo que hacían, estudiar, analizar. Hacer foros, conferencias. Eso era un sueño para ellos…

–¿En qué momento ingresas al Círculo de Escritores?
-Yo ingresé al Círculo hace 17 años. Primero fui secretaria, después Directora de Relaciones Institucionales, siempre colaborando en la organización de los eventos. Finalmente, me tocó la hermosa responsabilidad de ser Presidenta hasta abril del año 2012.

-Hay que aclarar que este es tu segundo período en la presidencia…
-Si, primero fueron dos años y luego se convocó a elecciones. Participamos dos planchas la mía y la otra encabezada por un valioso escritor como Alejo Urdaneta. Ganamos con poca diferencia, pero fui elegida por dos años más. Prestamos un poco de nuestro tiempo a la labor de la difusión cultural. Ya que eso es lo que hace el Círculo; investiga, difunde…

—¿Cómo crees tú que aquel sueño ha evolucionado en el tiempo?
-Ha evolucionado favorablemente; porque han ido entrando escritores cada vez más jóvenes que tienen una o dos obras publicadas, queremos dar importancia a lo que piensan y a lo que opinan.

—¿Cómo se logra esa participación?
-A través de Internet, les hemos dado la tribuna de la revista, la gente envía sus trabajos y eso ha generado participación. Después ya terminamos una investigación sobre los poetas en el Siglo XX. Ya tenemos todos los poetas hasta el año 60; ahora queremos avanzar hacia los 90. También queremos hacer investigación sobre los narradores. Esa es una investigación  compleja porque hoy en día tenemos narradores muy importantes.

—¿Cuándo hablas de esa incorporación de los jóvenes, cómo ves la evolución de las letras en el país. ¿La presencia de nuevos autores es señal de que algo importante está sucediendo?
-Yo creo que sí. Tal vez siempre hubo este constante surgir de nuevos escritores pero no se sabía que estaban trabajando, que estaban allí. Quizá publicaban un libro en una editorial alternativa y no tenían alcance. Hoy a través de Internet nos llega la información, de revistas como El Librero, Publicarte; El Salmón; Prodavinci, El Papel Literario. Todo esto nos acerca a los nuevos nombres y a los nuevos libros. Aun cuando atravesamos dificultades para financiar la edición, yo me quedo asombrada de las editoriales alternativas tan buenas que hay en Venezuela como Diosa Blanca, El Pez Soluble; Niebla; por mencionar algunas, aparte de las editoriales medianas como Equinoccio que ha editado muchos títulos con un gran esfuerzo. Por otro lado hay que reconocer que el trabajo es de gran calidad,  observo  como nuestra literatura ha trascendido al exterior, antes, hace veinte años eso no era así; nuestra literatura no trascendía, se quedaba como encerrada en Venezuela. Ahora vemos a escritores como Alberto Barrera Tyszka quien se ganó el premio Herralde de novela, Rafael Cadenas quien se ganó el Premio Fil de Guadalajara. Van a las Ferias internacionales, tienen nominaciones. Allí vemos a autores como Héctor Torres con su nueva novela “La huella del bisonte”.

—Se escribe para ser leído, bajo esa perspectiva ¿Cómo defines nuestro país, es un país de lectores?
-Creo que sí, hace pocos días con motivo de la Feria del libro en la Plaza Alfredo Sadel se hizo una encuesta, no sé cómo fue su metodología, pero ella decía que hay como un 30% de personas que leen. Si eso es así es un éxito, porque con tanta televisión, con las películas y los juegos creo que le estamos ganando la partida a la lectura. En mi caso los libros han sido mis maestros, por eso yo aprecio tanto que los jóvenes estén leyendo. Leer va transformando la vida de cada uno de nosotros
-Cuando hablas de Internet te refieres a ella como una ventaja, sin embargo hay una teoría que dice que los libros desaparecerán porque será precisamente la Internet quien se los devorará, ¿qué opinas tu de eso?
-No lo creo. Yo creo que lo primero que debemos hacer es cuidar la naturaleza, porque de su cuidado depende que siempre tengamos árboles que nos permitan hacer papel. También creo que por ese mismo cuidado deberían existir alternativas para hacer papel de otra manera, pero pienso que el libro no va a desaparecer nunca. A mí que soy tan afecta a las computadoras, no se me puede hacer prescindir de mis libros en cuyas páginas hago notas en sus orillas; porque sino es como que si no los hubiera leído. El libro es algo fundamental, es la calidez, el aroma. Para mi es indispensable y no creo que ningún equipo electrónico pueda sustituir un objeto tan entrañable como un libro.

ENTRE LA ESCRITORA Y LA LECTORA

Si para Carmen Cristina Wolf el Círculo de Escritores es una pasión a la cual se dedica en cuerpo y alma, su otra pasión es la poesía, aunque podemos decir que es narradora, ensayista y editora. Entre sus poemarios publicados se encuentran: “Fragmentos de isla”, “Canto al Hombre”, “ Canto al Amor Divino”,  “Escribe un poema para mí”, “Prisión abierta”, “Atavíos”, “La llama incesante” y “ Huésped del amanecer”

—¿Qué es un escritor?
– Hay tantas definiciones como escritores pero te puedo hablar partiendo de mí. Yo me inclino a dar cuenta de mi realidad interior, de mis reflexiones, de mis emociones. Lo hago pensando en compartir con el otro. No creo en esos escritores que dicen que no les importa que los lean; yo creo que esa es una actitud derrotista y que no es verdad, porque buscamos compartir con los demás. Para el escritor todos sus éxitos, sus angustias, los fracasos y los naufragios que podamos vivir son motivo para levantarse luego.

—¿Y al lector, qué le deja el libro?
-Yo leía mucho “Los árboles mueren de pie” de Alejandro Casona, aprendí con esa historia que sea cual sea la circunstancia dura y difícil que nos toque vivir como persona, no tengo derecho a sumergir al lector en mis problemas. Sin embargo, también hay que entender que aun en la mayor oscuridad puedes encontrar el hilo de luz de la esperanza. Y esa esperanza la puedes brindar a quien te lee. Leo mucho a la filosofa española María Zambrano, quien habla mucho de la esperanza y su importancia para el ser humano. Si no existiera la esperanza ¿Cómo haríamos para levantarnos de nuestras pérdidas?
-En la lectura descubrimos muchos secretos…
—Yo siempre le digo a los jóvenes que para poder escribir hay que leer mucho. Hay que leer a los grandes escritores como aNietzsche un escritor que ha sido mal comprendido. El también tenía su parte de alegría, de optimismo, pero eso no lo hacía desprenderse de la realidad. Hay que leer a Rilke, a Vallejo, a Vicente Huidobro. Eso es muy importante para los escritores. Tiene que existir la disciplina de la lectura, así como también debemos entender que si un libro nos parece malo hay que apartarlo, a lo mejor es bueno para otro.

—Enlazas el espíritu del escritor con lo que hace, aun cuando hablas de que sus vivencias no deben superar lo que quieres decir para atrapar el lector. Sin embargo, la vida de cada escritor tiene una enorme influencia en lo que hace, en tu caso lo observamos en esas crónicas maravillosas que estás escribiendo en nuestro periódico PUBLICARTE y que has titulado “Crónicas de mi madre”, en ellas hablas de un mundo donde se perfilaba una escritora. ¿Cuál fue el momento en que esa inquietud se definió?
-Yo quería escribir cuentos. Aun cuando tenía 13 años leía libros como Demian de Hermann Hesse que me marcaron mucho. Escribí un cuento muy malo y papá trataba de animarme para que yo continuara. Me di cuenta que era muy mala para escribir cuentos o novelas porque me costaba mucho salirme de mi manera de ser y de pensar para crear un personaje que fuera opuesto a mí. Pienso que la novela, el drama, el teatro, son muy difíciles de escribir. Entonces, comencé a leer a los poetas, porque mamá se aprendía los poemas de memoria, Rubén Dario; Andrés Eloy Blanco. Entre los primeros que leí a los 15 años estaba Cesar Vallejo; un mundo abismal para mi edad que me parecía maravilloso. Cuando descubrí ese mundo me plantee que yo quería escribir poesía. Para ese entonces tenía un amigo que ya no está con nosotros Freddy Hernández Álvarez que leía mis trabajos, me corregía, me hablaba de asonancias o de quitar un adjetivo y todo eso me llevó a leer mucho más sobre el cómo escribir y a querer aprender

—Alguna vez te planteaste estudiar formalmente…
-Sí, yo quería estudiar Letras pero en esa época había muchos problemas en la Universidad Central así que en mi casa no me dejaron y fui a parar a la Universidad Católica donde estudié derecho, lo cual me gustó mucho porque las leyes te dan una visión de tu sociedad, además de que tuve muy buenos profesores. Así que la literatura la estudié por mi cuenta y a través de grandes amigos que me hicieron aprender.
-Hay algo muy curioso, tú dices que te dedicaste a escribir poesía porque te consideras muy mala narrando, cuando uno habla con narradores reconocidos te dicen que no escriben poesía porque la misma es muy difícil, porque ella implica una síntesis que es un ejercicio de disciplina muy fuerte…
-Sí, después me di cuenta de eso. La poesía es un mundo completo en sí mismo. El poema es él, te da un impacto, te hace sentir que está completo. Es un camino arduo; hay que romper muchos papeles para llegar a encontrar un poema que te satisfaga en la vida.

—¿Qué te llama a escribir un poema
-Los estados de ánimo o las cosas y situaciones que veo. El poema puede surgir cuando estoy en un semáforo en el carro, entonces agarro un papelito y lo escribo. Por ejemplo, con lo que pasó con los mineros de San José me dio por escribir. No es algo racional, es algo que te surge, desde el sentimiento, desde la pasión, es como un fuego que te consume y te hace escribir. Yo escribo sobre la muchacha que me trae las cartas, quien lo ha hecho por veinte años y eso ha permitido que me llegue correspondencia que sólo tiene mi nombre; escribo sobre la mujer del kiosco o sobre la mujer subsahariana a quien veo a través de la televisión y a quien respeto por su lucha…

—Se puede decir que se produce una conexión entre el entorno y tu emocionalidad
-Si, es así. También me inspira lo que leo. Hay poetas que para mí son nutritivos como Jorge Luis Borges, Octavio Paz. La lectura me hace reflexionar, me hace pensar y entonces surgen las ideas.

—¿ Cómo sabe el poeta cuando un poema está listo?
-En mi caso hasta el último instante, cuando el poema va saliendo hacia la imprenta yo aun estoy cambiándolo. Cuando escribo por primera vez tengo que guardar los manuscritos porque yo escribo primero en un cuaderno y después lo paso a la computadora. Entonces tengo que guardar aquello para no verlo más nunca, porque sino cada vez que lo veo lo cambio. Le cambio una coma, le cambio una palabra, cambio un verso y lo pongo en otro lado. Lo que finalmente me ayuda es darle el trabajo a un poeta a quien le tenga mucho respeto para que lo lea. Un ejemplo de ello es el caso de María Isabel Novillo quien leyó mi poemario Atavíos, que es el que está para ser editado. Yo la escucho con mucho respeto, tomo nota de sus observaciones, porque es la manera de obtener un feedback muy importante.

—¿Con esto nos estás queriendo decir que cada vez que se escribe, debe haber un tercero que lea tu trabajo antes de que salga a la luz?
-Si por supuesto, me parece muy conveniente. Los escritores somos muy emocionales y eso nos lleva a enamorarnos de un texto. Luis Alberto Machado me decía que cuando uno está enamorado de un texto hay que dejarlo a un lado y dejar que sea otro quien lo vea. Esa persona verá lo que uno no ve. Uno lo escribió y ve en él sus propios sentimientos y emociones y eso no es lo que ve el otro. Cuando escribí “Canto al hombre” me reuní con Carlos Armando Figueredo, su esposa, Luis Alberto Machado; Eduardo Casanova y leímos todos esos poemas en voz alta. Había poemas en que yo quería decir una cosa y ellos entendían algo completamente distinto. Eso indicaba que yo tenía que revisar lo que había hecho.

—¿Cómo se define el poema?
-El poema no tiene una sola lectura; es un mundo de infinitas lecturas. Tantas como el número de lectores que tenga. Entonces, no es que uno vaya a lograr que se entienda exactamente lo que uno quiso decir, pero sí que no se produzca un abismo. La poesía es algo tan increíble que uno como lector se consigue a veces con poemas que tú no sabes qué quiso decir el poeta y que sin embargo te encantan. A mí me pasa a veces con poemas de Elliot. Son poemas que son indescifrables, pero fascinantes. Cuando escribí “Canto al hombre” yo quise hacer una poesía diáfana, porque mi primer libro fue un libro demasiado hermético, mi familia no lo entendía y yo tuve una reacción de rebeldía, me planteé que tenía que escribir unos poemas que los entendiera todo el mundo. Ahora si yo volviera a escribir “Canto al hombre”, del cual además pienso hacer una versión completamente distinta, no va a ser igual. Hoy tengo claro que la poesía no tiene por qué ser transparente. En ella hay el valor de lo indescifrable, de lo enigmático y de lo que cada persona entienda. Hay la posibilidad de que cada quien se lleve algo distinto. Yo leo muchísimo a Emily Dickinson y cada vez que la leo encuentro algo completamente diferente.

—La poesía ha acompañado la historia de la humanidad, siempre ha estado allí ¿por qué para los editores es un género que tienden a dejar de lado?  
-La poesía es como la ópera, para poder entenderla y amarla se tiene que escuchar mucha opera, lo mismo que ocurre con ella y con la música clásica ocurre con la poesía, no es un género fácil. No es una historia como ocurre con la novela que te hace salir de tu mundo para meterte en el mundo de los personajes. La poesía te embriaga, te hace pensar, te puede tocar como puede no hacerlo. La poesía para los editores es como jugar a la ruleta rusa, nunca se sabe si ese libro de poemas va a ser un boom de ventas. Sin embargo, las editoriales de mucho prestigio en el mundo tienen su sección de poesía. Cuando se habla de números no se habla de poesía, a menos que sean los libros de Neruda, Mario Benedetti y García Lorca que se han vendido por millones.

—¿Hacía donde miras en este momento, hacia dónde vas?
-Quiero dedicarme con mucha fuerza al lenguaje. Es una de las cosas más importantes del ser humano, el amor, la libertad y el lenguaje. La fascinación que yo siento hacia el lenguaje me lleva a estudiar la nueva retorica que es, de los noventa para acá de una fuerza y una intensidad enorme. El lenguaje está allí para transformar nuestras realidades y transformarnos a nosotros mismos. Me interesa la teoría de la argumentación y la ontología del lenguaje, porque ninguna palabra es inocente, las declaraciones, juicios, afirmaciones, las promesas, todo lo que decimos nos está modelando y cambiando el mundo de los otros. Quiero trabajar sobre eso profundamente a través de un trabajo de investigación que me permita acercarme al estudio de nuestros autores y su lenguaje.

Fuente: http://100entrevistas.blogspot.com/2011

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POEMA DE IDA GRAMCKO

(CARACAS, VENEZUELA 1925-1994)

Lo máximo murmura
Si he sido fiel al colmo compartido
de lo divino, si desamparada
el amparo esencial he mantenido
esta máxima y diáfana morada;
si en el dolor, de su inmutable nido
_colmena de una miel honda y dorada
donde brilla, lejana del sentido,
luz de esencial y única alborada_
no dudé y su fervor he sostenido
pese a estar triste, pese a estar turbada
por el miedo a la duda, y si he sentido
lo total, padeciendo más callada,
si me alcé sobre el grito y su estallido
como entera confianza delicada,
si no he visto y en lo único he creído
y soy la fe más bienaventurada,
¿puedo esperar lo que yo anhelo? Pido
sabiendo que mi voz será escuchada,
como se escucha un manantial sin ruido.
En esta unión altísima y sagrada
se oye la claridad y no el sonido,
se escucha el resplandor de la cascada.
De Poemas de una Psicótica, Editorial Grafos 1964

Ida Gramcko, poeta, ensayista y dramaturga venezolana, Premio Nacional de Literatura, Premio de Prosa José Rafael Pocaterra, Premio de Teatro del Ateneo de Caracas, Premio de Poesía José Rafael Pocaterra, Premio Municipal de Poesía. Algunas de sus obras: Umbral, 1941; Cámara de Cristal, 1943; Contra el desnudo corazón del cielo, 1944; La Vara Mágica, 1948; Poemas, 1952; Poesía y Teatro, 1955; Poemas de una Psicótica, 1964; Lo máximo murmura, 1965; Solo y Soledades, 1966; Este canto rodado, 1967 (Prosa y Poesía); La andanza y el Hallazgo, Antología de Monte Avila Editores1972; Salmos, 1968; Prosa: Mujer del Catey; María Lionza, 1955; La dama y el oso, 1959; Los Estetas, los Mendigos, los Héroes, 1970; Juan sin Miedo, 1956; Preciso y Continuo, 1967; El jinete de la brisa, 1967; O Grados Norte Franco, 1969; Tonta de Capirote, 1972.

Selección Carmen Cristina Wolf
Cuadernos de Poesía

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