EN EL 70º ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE ANDRÉS ELOY BLANCO      

Andrés Eloy Blanco

EN EL 70.º ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE ANDRÉS ELOY BLANCO

Por Jesús Peñalver

¡Se podría estar callado,
¡Callado… pero no puedo!
Los grillos le han hecho callos
al silencio.
Castillo de Puerto Cabello, 1931, lugar de reclusión
Hoy, hace 70 años, murió el grande poeta oriental Andrés Eloy Blanco, y he querido rendirle homenaje con estas palabras que dimanan de mi costado izquierdo, y no solo por el amor a la poesía que tengo y profeso gracias a Mita, mi madre, sino porque hoy se honra una vez más –nunca será demasiado ni definitivo– al oceánico poeta cumanés.
Intentaré en apretado resumen, y visto el espacio que me dan los generosos editores, recoger en estas líneas, más bien un esbozo que desde luego será escaso, la actuación del bardo oriental en los más conocidos ámbitos de su vida.

Político

Nació en Cumaná el 6 de agosto de 1896 y murió en México el 21 de mayo de 1955. Se graduó de doctor en ciencias políticas en la UCV. De 1929 a 1933 fue prisionero o confinado de Juan Vicente Gómez en la cárcel de La Rotunda, de donde fue trasladado al Castillo de Puerto Cabello y luego confinado a pequeños pueblos de los Andes venezolanos.
Después de la muerte de Gómez militó en el PDN (del 37 al 39, en la clandestinidad) y a partir de 1941, en el partido AD, cuyo himno (la letra) es obra suya. Ese año publicó Navegación de Altura, una especie de cartilla cívica sobre el proceso electoral que entonces se libraba entre Medina Angarita y Rómulo Gallegos como candidatos presidenciales. En él postulaba la tolerancia y el equilibrio en la lucha política, pero más que eso, las páginas de Navegación de Altura contienen uno de los mejores y más lúcidos diagnósticos de la antinomia militarismo-civilismo que ensombreció tantas décadas de historia venezolana, y que hoy debemos releer por conveniente, necesario y esclarecedor, con vista en la hora aciaga que hoy vive nuestro país. Este fue un tema que desveló al escritor, lo analizó a fondo en obras como Vargas, Albacea de la Angustia, su espléndida biografía del primer presidente civil, cuya elección consideró a destiempo.
Vivió poco y produjo mucho. Solo vivió 59 años, dejando a su muerte una prolija obra. Murió en la plenitud de su capacidad creadora. Conviene resaltar que a su vida venezolana le puso fin el golpe de Estado de 1948 (el poeta tenía apenas 52 años) cuando hubo de irse de Venezuela, condenado al exilio.
Fundó partidos políticos, ejerció cargos de importancia, concejal, diputado, incluso presidió la Asamblea Nacional Constituyente entre el 17 de diciembre de 1946 y el 22 de octubre de 1947, cuyo objetivo fue preparar, discutir, redactar y aprobar el texto de la Constitución en 1947. Fue canciller y con este rol viajó a Francia a la III Asamblea General de la ONU, al mismo tiempo que se aprobaba la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
De allí se desprenden dos papeles o documentos del ministro Blanco: 1.- Su análisis de la situación mundial de la postguerra, del papel de la ONU y de cómo podían y debían echarse unas bases para la paz duradera. 2) Y su último discurso que apoyaba la moción de México, que partía de ese mismo propósito para evitar la confusión y las tensiones que ya nacían entre el Este y el Oeste, lo que después se conoció como la Guerra Fría.

Humanista

Sin duda alguna, humanista de visión política que cree en la cultura y en el destino del hombre. En ese momento cuenta con 52 años. Inicia su destierro con una carta para el presidente norteamericano Harry S. Truman sobre el inaceptable reconocimiento de gobiernos nacidos de golpes de Estado. Había sido derrocado don Rómulo Gallegos.
La experiencia de la ANC no tuvo precedentes: no solo fue el primer parlamento elegido por el voto popular en Venezuela, sino también fue singular por la calidad, diversidad y categoría intelectual de sus integrantes y por el pluralismo ideológico predominante. Por algo o por mucho, Rafael Caldera lo llamó “el amortiguador de la Constituyente”.
Allí hizo gala del talento y de su cultura jurídica, de tolerancia, conciliación, y siempre en todo momento, de buen humor.
Un hombre de ideas, a veces angustiado que no escatimó esfuerzos de impresión, que pensó y escribió con intensidad, que reflexionó y dejó un legado incomparable, muchísimas páginas de meditación y sabiduría, siempre tolerantes, pero también siempre transparentes, porque fue, como su amigo Rómulo Gallegos, un hombre con una posición en la vida.
«…La política me ha dado más quebrantos que alegrías, pero me ha dado buenas alegrías; y este escribir a diario, esta faena del columnista, a caza del centavo, nos obliga a abandonar la obra literaria que más codiciaríamos: los poemas, el teatro, el ensayo”.
Andrés Eloy Blanco
Ante un ataque artero de contrarios políticos, señaló:
«Mi casa de Los Chorros tardó tres años en construirse. Fue el único plan trienal que se ha cumplido en Venezuela». Andrés Eloy Blanco
Y ante otro ataque ruin de sus enemigos políticos:
“Mi columna vertebral, que no se ha doblado nunca, sino ante la máquina de escribir”. Andrés Eloy Blanco (7-12-45)
Afirmó el poeta Andrés Eloy Blanco el 23 de junio de 1948 (hace ya 77 años): “El Municipio es el gobierno de la casa, es el gobierno del ama de llaves, de sacar las cuentas del mercado, de limpiar la telaraña, no sólo de las paredes y los techos, sino también la conciencia ciudadana en el manejo del diario”.

Andrés Eloy y la prensa

Juan Guglieni propuso a la constituyente del 47, elevar a rango constitucional, al que popularmente se conocía como 4º poder: la prensa.
De aprobarse esa propuesta, advirtió Andrés Eloy Blanco, la prensa quedaría sometida a las limitaciones sancionadas para los otros tres poderes. El poeta quería a la prensa libre en todos los sentidos: que no hubiera ley que la reglamentara. Que los periodistas no levantaran cercas gremiales a su profesión; que cualquiera pudiera editar periódicos.
Sostenía el poeta que los dueños de estos no controlaran las opiniones de quienes escribían en ellos. Ni censura oficial ni censura capitalista.
A Andrés Eloy, a quien le tocó ser periodista bajo una dictadura, le parecía insoportable que los gobiernos controlaran la prensa. Andrés Eloy Blanco siempre pidió libertad irrestricta para los medios.

Humorista

Luis Manuel Peñalver recopiló a Andrés Eloy Blanco
En la casa del poeta Andrés Eloy Blanco, en Cumaná, dentro de la colección que allí se encuentra, están más de cuarenta poesías, escritas de puño y letra del poeta.
Estos papelitos (bond blanco), bastante amarillentos por su edad, no miden más de 16 x 12 cm, escritos en su mayoría con lápiz de grafito. Fueron estos versos recopilados y donados a la Fundación Andrés Eloy Blanco por el doctor Luis Manuel Peñalver en el año de 1965, hace ya bastante tiempo, cuando se inauguró La Casa del Poeta.
Bajo la conducción de Andrés Eloy Blanco, la Asamblea Nacional Constituyente se instala el 17 de diciembre de 1946, y delibera el primer semestre del año 1947. El 5 de julio entra en vigencia la Constitución. Todos los partidos están representados en la Asamblea, y los debates son transmitidos por radio; el país se politiza y participa como nunca antes.
Estos manuscritos de Andrés Eloy Blanco daban la vuelta a la sala, “por debajo de la mesa”, y una vez que llegaban a manos de Peñalver, los guardaba en su bolsillo. Es importante reconocer que el doctor Luís Manuel Peñalver valoraba enormemente este juego humorístico del poeta.
«Sres. se suspende la sesión. Me voy a la clínica porque ha nacido un hijo mío y voy a inscribirlo en AD».
15/10/47 Andrés Eloy Blanco
ANÉCDOTA ANDRES ELOY BLANCO (1)
Estaba Andrés Eloy en casa del poeta cubano Nicolás Guillén, en La Habana, cuando le fue presentado un famoso recitador cubano, Luis Carbonell. En la conversación que sostuvieron, Carbonell le manifestó al venezolano su disgusto por la versión musical de «Píntame angelitos negros». Andrés Eloy le contestó que a él tampoco le gustaba, pero que esa canción era la única que le rentaba ingresos económicos; de manera que ese dinero él no lo consideraba como derechos de autor, sino como indemnización por daños y perjuicios.
ANÉCDOTA ANDRES ELOY BLANCO (2)
Corría el mes de abril de 1947 y Andrés Eloy Blanco era presidente de la Cámara, dejó encargado por un momento al diputado Augusto Malavé Villalba, quien sufría de lambdacismo y por eso cambió una «ere» por una «ele». Se va a “abril”–dijo. El diputado Edecio la Riva que estaba muy pendiente, le reprochó el error de dicción. Andrés Eloy subía los escalones del estrado y oyó el reproche. Al sentarse en la presidencia, hablo emocionado: “EL COMPAÑERO Malavé se levantó esta mañana contento. ¡Y se sintió poeta! Y se hizo la resolución de comunicárselo a sus compañeros de cámara. Y es así como al comenzar la sesión, les ha dicho “Se va abril” … y viene mayo, con sus lluvias y sus flores… yo le agradezco al compañero el apunte”. Y entonces agitando la campañilla, dijo con gran solemnidad: “-Se va abril”.
Y hubo un silencio magnífico en la cámara.
ANÉCDOTA ANDRES ELOY BLANCO (3)
En el viejo Congreso de la República, en los tiempos cuando Isaías Medina Angarita era el presidente de Venezuela, ocurrió que Pedro Cruz Bajares negó muchas veces el derecho de palabra al diputado Andrés Eloy Blanco, quien le dedicó esta cuarteta:
Te pedí la palabrita
y me diste tus negares
te espero en la bajadita
cuando de la Cruz Bajares
ANÉCDOTA ANDRES ELOY BLANCO (4)
A Copei se le consideraba en aquellos años como un partido conservador y aristocrático, pero tenía entre sus congresantes a José Camacho, de tez oscura y origen popular, muy apreciado por Andrés Eloy Blanco. A Camacho compuso estos versos famosos:
Cosas que no son de ley
siempre resultan un fiasco:
mujer orinando en frasco
y negro inscrito en Copei.
Otra, de su tiempo de injusta prisión. Entró un esbirro a la mazmorra y preguntó: ¿Quiénes son aquí los adecos? «El Negro Encarnación y yo, somos los adecos», dijo el poeta.
ANÉCDOTA ANDRES ELOY BLANCO (5)
En 1946 ó 1947 fue necesario hacer unas reparaciones en la planta alta del Capitolio, en el que funcionaba la Asamblea Nacional Constituyente.
El público, y entre él el público femenino, en vez de ascender a las galerías tenía que permanecer en la planta baja. Entonces el presidente, que era Andrés Eloy Blanco, improvisó una copla, casi dramática:
Por vicio de construcción
el Senado está de duelo,
pues pa’ coger un picón
hay que agacharse en el suelo.
ANÉCDOTA ANDRES ELOY BLANCO (6)
A un cura constituyentista que miraba mucho a las damas en las barras:
Hay un cura en las sesiones
que mira mucho a las barras
y es pariente de los Parras
por parte de los Picones.
ANÉCDOTA ANDRES ELOY BLANCO (7)
A un cura muy fornido le compuso:
El padre Sánchez Espejo
por su robusto cogote,
en lugar de ser un padre
debiera ser un padrote.
ANÉCDOTA ANDRES ELOY BLANCO (8)
A otro sacerdote que se distraía mucho en libros sagrados durante los debates:
Mientras todos van en pos
de un entendimiento humano
el padre, breviario en mano,
se está entendiendo con Dios
ANÉCDOTA ANDRES ELOY BLANCO (9)
El padre Luis Eduardo Vera recorrió varios micrófonos y todos le producían un ruido que no lo dejaba hablar. De inmediato Andrés Eloy Blanco rimó:
Se ha demostrado hace un rato
que el colega Padre Vera
no es un colega cualquiera,
pues le ronca el aparato.
ANÉCDOTA ANDRES ELOY BLANCO (10)
La joven constituyentista por Carabobo Carmen Gracián de Malpica, en estado de gravidez, fue aludida por los sacerdotes Rojas y Sánchez Espejo como
«la señorita Malpica», a lo que Blanco escribió:
Si Carmen, por un casual,
fuera Señorita es dable
sostener como indudable
que Malpica pica mal.

Poeta

Cultivó distintos géneros (poesía, teatro, novela, ensayo, artículos y crónicas) pero de todos los géneros que componen su obra, el fundamental es el de la poesía. En ella alcanzó los más altos lugares, en ella trabajó más persistentemente a lo largo de su vida. Es su poesía por lo que se le conoce y reconoce abiertamente, sin olvidar su bonhomía, su afabilidad y buen humor, atributos que le ayudaron determinantemente en la escena pública, ámbito en el que también se realizó, siendo uno de los primeros entre nosotros que entendió la búsqueda del poder por los caminos de la política (de la paz) y no de la fuerza.
Es imposible estudiar la poesía de Andrés Eloy sin escuchar el eco de la significación popular del personaje, fruto de la consustanciación natural del poeta con su pueblo, al punto de que este se vio leído e interpretado en sus versos.
Quizá Andrés Eloy sea el único poeta venezolano cuya poesía se recita de memoria y con mucha vehemencia.
Es imposible leer la obra poética de Andrés Eloy, sin recordar que quien escribe es un integrante principal de la generación que inventó la política en Venezuela, que creó los partidos políticos modernos, que convocó a elecciones universales, directa y secretas y que llevó al sector civil al mando, asignándole al militar las tareas profesionales previstas por la Constitución Nacional.
Volviendo al poeta homenajeado y cantado hoy, diré que Andrés Eloy publica Tierras que me Oyeron en 1921, pero el inicio de su legendaria notoriedad ocurre con el Canto a España en 1923. Como se sabe, este poema la valió al cumanés el premio del concurso auspiciado por la Real Academia Española de la Lengua, en la ciudad de Santander. El poeta viajó a España a recibirlo y meses después, a su regreso, fue recibido como se reciben a los héroes.
Las 25.000 pesetas del premio le permitieron prolongar su estadía en Europa. Viajó por Francia e Italia antes de regresar a Madrid, donde recibió la distinción de ser el único invitado a la Cena de Año Nuevo ofrecida a los miembros por la Real Academia de la Lengua. Conoció personalmente a Antonio Machado y Ramón del Valle Inclán, figuras relevantes de la Generación del 98. Y a otros notables como Jacinto Benavente, Francisco Giner de los Ríos y Antonio Maura, director de la RAE. También compartió vinos y tapas, con jóvenes poetas que constituirán la generación del 27, entre ellos Gerardo Diego.
Estuvo en España ocho meses, escribió y publicó la novela El Amor no fue a los Toros y un poemario, Las Cuatro Puertas, de los cuales no se conservaron ejemplares. El poeta poseía un magistral señorío de la palabra, considerado por ello como uno de los oradores notables del país y como poeta, fue artífice de una obra fecunda de amplia tesitura, a ratos sencilla popular, a ratos refinada exquisita.
Andrés Eloy Blanco, poeta, ensayista, cuentista, dramaturgo y orador. Es una de las figuras más representativas de la Generación del 28. En 1916 inicia su carrera literaria con su poema «Canto a la espiga y al arado».
Por definición él fue poeta de varias tendencias, complejo en su expresión y en los rumbos de su acierto lírico. Es poeta civil, político, intimista, de vanguardia, poeta universal, poeta americano, poeta de su tiempo, pero poeta también del pasado. De vanguardia como lo demuestra en su poemario Baedeker 2000, un libro, a mi modo de ver una pieza notable dentro de nuestra expresión vanguardista.
Lo que más impresiona de este libro es la poderosa imaginación de índole narrativa utilizada para exponer un mundo. Para ello, el poeta Blanco echa mano de una serie de recursos vanguardistas que podrían asociarse al futurismo, ultraísmo, surrealismo, el creacionismo hispanoamericano o a una lectura combinada de estos, los cuales tuvieron una marcada influencia en la literatura de la posguerra europea (el término “vanguardia” tiene un origen militar), y que luego fueron asimilados en América de manera progresiva; así tenemos que el Ultraísmo español influenció poderosamente la poesía de Jorge Luis Borges entre 1919 y 1922; también dieron origen a un movimiento tan radicalmente personalizado como el creacionismo de Vicente Huidobro, a quien se ha señalado como el iniciador de la vanguardia en castellano con la publicación del poema «Ecuatorial» en 1918; o el caso notable de César Vallejo, cuyo libro Los Heraldos Negros (1919) condensa toda una experiencia vanguardista tamizada por una personalidad de ancestros indígenas peruanos, en ocasiones guiada por un dilema existencial que se debatió entre París y España; en Venezuela, el caso de Salustio González Rincones, que publica sus Trece Sonetos con Estrambote a Sigma (1922) y La Yerba Santa (1928), como ejemplos de la variedad de las resonancias de la vanguardia en América.
Blanco, en el título de su libro, alude paródicamente al de una de esas guías turísticas, que se propone recorrer, en su viaje poético, un periplo de lo que será Venezuela para el año 2000. Con su don verbal y humor extraordinario, Andrés Eloy Blanco consiguió en éste uno de sus más felices momentos poéticos, que influenció a otros nota­bles poetas venezolanos como Alarico Gómez, Miguel Otero Silva, Job Pim y Aquiles Nazoa. Pero no sólo a ellos. También a otros nos legó la firme lección de su aguda inteligencia y de su privilegiada sensi­bilidad, con una voz que fue capaz de anticiparse al porvenir dando muestras no sólo de un gran amor por su país, sino por muchos de los hombres que habitan buena parte de la Tierra. Pues ese es, a fin de cuen­tas, el Andrés Eloy Blanco que permanecerá.
La mayor parte de su obra se detiene en el aspecto popular de su poesía, y algunos críticos, de manera despectiva, se refieren sólo al verso fácil, a la improvisación momentánea, como si escribir para el pueblo no fuera en realidad la más alta aspiración de un poeta, la máxima excelencia.
Andrés Eloy Blanco era un hombre de una amplia cultura literaria, filosófica, jurídica, política, científica y técnica; esta amplitud de conocimientos se aprecia en sus discursos y conferencias de la más variada temática. Es por encima y ante que todo, un poeta culto que lleva al pueblo, en la interpretación auténtica de los valores contenidos en su alma, las que son preocupaciones de su época. Sin embargo, su poesía es muy amplia en cuanto al contenido, es un escritor que pasa con singular maestría de lo histórico a lo amoroso, de lo íntimo a lo foráneo, de lo general a lo colectivo, de lo popular a lo culto, de lo universal a lo nacional.
Decir que Andrés Eloy es el poeta de Venezuela, como lo hace Miguel Otero Silva, es elevarlo a la más alta categoría que pueda alcanzar poeta alguno, «ninguno encarna, como lo hace a todo trance Andrés Eloy Blanco, el poeta de este pueblo y de esta tierra. El poeta cuyos versos repiten los venezolanos a media voz cuando amamos, cuando sufrimos o cuando compartimos», o como lo reseña Prieto Figueroa: «Su tarea de poeta del pueblo es la expresión de un proceso de decantación, de sublimación, que lo va acercando lentamente a la prístina fuente que mana confusa del alma popular».
El propio Andrés Eloy narra cómo llegó a convertirse en el poeta del pueblo de Venezuela. De cómo el dolor y la sangre le dieron el tono que buscaba, la esperada voz querida por él y que anuncia en la introducción de su poemario Poda. Él nos cuenta: «Yo fui poeta de juegos florales y corría el tremendo riesgo de llegar a ser el más cortesano de los poetas o el más poeta de los cortesanos… para encontrarme conmigo mismo, para encontrar mi propio camino, el que yo no había olvidado porque no lo había perdido nunca… Yo soy, pues, y me enorgullezco de decirlo, un discípulo del pueblo… y que mucho después, cuando el pueblo mismo, el dolor de ese pueblo, la angustia de ese pueblo como el mejor de los maestros, hizo de mí, hasta como poeta, un hombre distinto del que yo era, y no me quejo».
Por encima de cuanto escribió resplandece el hombre, la calidad humana que hizo de Andrés Eloy Blanco el más claro testimonio de la consagración de una vida al servicio de la nación, o como diría Picón Salas: «Intérprete cabal del refrán, el mito y la tradición vernácula».
Sobre Simón Bolívar:
“Se ha citado mucho a Bolívar; pero Bolívar sirve para todo… A Bolívar no se puede citar sino con cuidado… Bolívar sirve para justificar un acto de represión.
El Bolívar de 1828, llevando al arzobispo de Bogotá como miembro del Consejo de Estado, es un dictador en pleno ejercicio de la dictadura; y el Bolívar de 1830 ya no es sino el desprendimiento del creador amargado por la creación.
Pero Bolívar es oceánico. Es el árbol: el que quiera una fruta para darle qué comer a alguien, allí está Bolívar frutal; el que quiera una estaca para darle golpes a un yangüés, allí está Bolívar con ramazones; el que quiera una cruz para clavar a alguien, allí tiene a Bolívar con sus ramas cruzadas; el que quiera una flor para adornar la frente de la patria, allí está Bolívar florecido, y el que quiera una sombra para esconderse y ocultar una trampa o disparar un perdigón sobre algún incauto pájaro electoral, allí está Bolívar frondoso”.
* yangüés, sa
adj. Natural de alguno de los pueblos que llevan por nombre Yanguas. U. t. c. s.
adj. Perteneciente o relativo a Yanguas o a los yangüeses.
Yangüeses en Don Quijote e impresor de La Cuesta.
Los eruditos siguen todavía debatiendo acerca del capítulo XV de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha en el que el caballero de la triste figura y su fiel escudero Sancho son apaleados por unos arrieros que, los cervantinos contemporáneos son prácticamente unánimes en identificarles como yangüeses sorianos.

Andrés Eloy, Rómulo Gallegos y Doña Bárbara

La novela comenzaba (había escrito el autor): “Un bongo remonta el Arauca bordeando las barrancas de la margen meridional”, pero Gallegos decidió modificarla de esta forma —se dice que a sugerencia del poeta Andrés Eloy Blanco—: “Un bongo remonta el Arauca bordeando las barrancas de la margen derecha”.
El poeta Andrés Eloy Blanco fue abogado de Doña Bárbara. El poeta, que también fue un eminente hombre de leyes, ejerció su profesión de abogado en Apure, y fue contratado para defender a doña Francisca Vásquez de Carrillo (la Doña Bárbara de Rómulo Gallegos). De modo que fue el poeta quien le presentó a Gallegos a la mujer que sería su personaje, conocida en vida como Pancha Vázquez en las sabanas del bajo Apure.
Fue Andrés Eloy quien le comentó las características de esta mujer al escritor Rómulo Gallegos. Era toda una mujer que se parecía a un hombre para jinetear caballos, y enlazar cimarrones, codiciosa, supersticiosa, sin grimas para quitarse de por delante a quien le estorbase.

A la muerte del poeta

Como lo dijera León Felipe frente al féretro del cumanés Andrés Eloy Blanco:
“¡Aquí no ha muerto nadie! Al que vamos a enterrar es un poeta. Está tendido pero no está muerto. ¿Está mudo? ¡No está mudo! Un muerto no habla ni canta… y este poeta sigue hablando y cantando.
Todo gran poeta sigue hablando y cantando, después del salto mortal ¡no está muerto!”.
Para finalizar, conviene decir que el grande Andrés Eloy Blanco pertenece a la generación que hizo el tránsito de la Venezuela rural a la urbana, que le atribuyó al estado un papel protagónico, para bien y para mal, en el desarrollo de la sociedad y que, en pocas palabras, hizo de la democracia su proyecto histórico.
Si usted no ha leído a Andrés Eloy Blanco, se ha perdido una Venezuela necesaria para enorgullecerse, para llenarse el espíritu de la historia que hay que ondear al aire como bandera de dignidad y amor. Y como él mismo diría:
“Tengo dos hijos tierra, tengo dos hijos cielo, el andar que buscaba para el último paso, las alas que pedía para el último vuelo”.
Jesús Peñalver
              
 
 
 
 

 

 

 

 

 

———- Forwarded message ———
De: Jesús Peñalver <penalver15@gmail.com>
Date: dom, 11 de may de 2025, 12:19?p.m.
Subject: COLABORACIÓN 21 DE MAYO
To: Carmen Cristina Wolf <wolfcarmencristina@gmail.com>
EN EL 70.º ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE ANDRÉS ELOY BLANCO.        Por Jesús Peñalver ¡Se podría estar callado,
¡Callado… pero no puedo!
Los grillos le han hecho callos
al silencio.
Castillo de Puerto Cabello, 1931, lugar de reclusión.
Hoy, hace 70 años, murió el grande poeta oriental Andrés Eloy Blanco, y he querido rendirle homenaje con estas palabras que dimanan de mi costado izquierdo, y no solo por el amor a la poesía que tengo y profeso gracias a Mita, mi madre, sino porque hoy se honra una vez más –nunca será demasiado ni definitivo– al oceánico poeta cumanés.
Intentaré en apretado resumen, y visto el espacio que me dan los generosos editores, recoger en estas líneas, más bien un esbozo que desde luego será escaso, la actuación del bardo oriental en los más conocidos ámbitos de su vida.
Político
Nació en Cumaná el 6 de agosto de 1896 y murió en México el 21 de mayo de 1955. Se graduó de doctor en ciencias políticas en la UCV. De 1929 a 1933 fue prisionero o confinado de Juan Vicente Gómez en la cárcel de La Rotunda, de donde fue trasladado al Castillo de Puerto Cabello y luego confinado a pequeños pueblos de los Andes venezolanos.
Después de la muerte de Gómez militó en el PDN (del 37 al 39, en la clandestinidad) y a partir de 1941, en el partido AD, cuyo himno (la letra) es obra suya. Ese año publicó Navegación de Altura, una especie de cartilla cívica sobre el proceso electoral que entonces se libraba entre Medina Angarita y Rómulo Gallegos como candidatos presidenciales. En él postulaba la tolerancia y el equilibrio en la lucha política, pero más que eso, las páginas de Navegación de Altura contienen uno de los mejores y más lúcidos diagnósticos de la antinomia militarismo-civilismo que ensombreció tantas décadas de historia venezolana, y que hoy debemos releer por conveniente, necesario y esclarecedor, con vista en la hora aciaga que hoy vive nuestro país. Este fue un tema que desveló al escritor, lo analizó a fondo en obras como Vargas, Albacea de la Angustia, su espléndida biografía del primer presidente civil, cuya elección consideró a destiempo.
Vivió poco y produjo mucho. Solo vivió 59 años, dejando a su muerte una prolija obra. Murió en la plenitud de su capacidad creadora. Conviene resaltar que a su vida venezolana le puso fin el golpe de Estado de 1948 (el poeta tenía apenas 52 años) cuando hubo de irse de Venezuela, condenado al exilio.
Fundó partidos políticos, ejerció cargos de importancia, concejal, diputado, incluso presidió la Asamblea Nacional Constituyente entre el 17 de diciembre de 1946 y el 22 de octubre de 1947, cuyo objetivo fue preparar, discutir, redactar y aprobar el texto de la Constitución en 1947. Fue canciller y con este rol viajó a Francia a la III Asamblea General de la ONU, al mismo tiempo que se aprobaba la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
De allí se desprenden dos papeles o documentos del ministro Blanco: 1.- Su análisis de la situación mundial de la postguerra, del papel de la ONU y de cómo podían y debían echarse unas bases para la paz duradera. 2) Y su último discurso que apoyaba la moción de México, que partía de ese mismo propósito para evitar la confusión y las tensiones que ya nacían entre el Este y el Oeste, lo que después se conoció como la Guerra Fría.
Humanista
Sin duda alguna, humanista de visión política que cree en la cultura y en el destino del hombre. En ese momento cuenta con 52 años. Inicia su destierro con una carta para el presidente norteamericano Harry S. Truman sobre el inaceptable reconocimiento de gobiernos nacidos de golpes de Estado. Había sido derrocado don Rómulo Gallegos.
La experiencia de la ANC no tuvo precedentes: no solo fue el primer parlamento elegido por el voto popular en Venezuela, sino también fue singular por la calidad, diversidad y categoría intelectual de sus integrantes y por el pluralismo ideológico predominante. Por algo o por mucho, Rafael Caldera lo llamó “el amortiguador de la Constituyente”.
Allí hizo gala del talento y de su cultura jurídica, de tolerancia, conciliación, y siempre en todo momento, de buen humor.
Un hombre de ideas, a veces angustiado que no escatimó esfuerzos de impresión, que pensó y escribió con intensidad, que reflexionó y dejó un legado incomparable, muchísimas páginas de meditación y sabiduría, siempre tolerantes, pero también siempre transparentes, porque fue, como su amigo Rómulo Gallegos, un hombre con una posición en la vida.
«…La política me ha dado más quebrantos que alegrías, pero me ha dado buenas alegrías; y este escribir a diario, esta faena del columnista, a caza del centavo, nos obliga a abandonar la obra literaria que más codiciaríamos: los poemas, el teatro, el ensayo”.
Andrés Eloy Blanco
Ante un ataque artero de contrarios políticos, señaló:
«Mi casa de Los Chorros tardó tres años en construirse. Fue el único plan trienal que se ha cumplido en Venezuela». Andrés Eloy Blanco
Y ante otro ataque ruin de sus enemigos políticos:
“Mi columna vertebral, que no se ha doblado nunca, sino ante la máquina de escribir”. Andrés Eloy Blanco (7-12-45)
Afirmó el poeta Andrés Eloy Blanco el 23 de junio de 1948 (hace ya 77 años): “El Municipio es el gobierno de la casa, es el gobierno del ama de llaves, de sacar las cuentas del mercado, de limpiar la telaraña, no sólo de las paredes y los techos, sino también la conciencia ciudadana en el manejo del diario”.
Andrés Eloy y la prensa
Juan Guglieni propuso a la constituyente del 47, elevar a rango constitucional, al que popularmente se conocía como 4º poder: la prensa.
De aprobarse esa propuesta, advirtió Andrés Eloy Blanco, la prensa quedaría sometida a las limitaciones sancionadas para los otros tres poderes. El poeta quería a la prensa libre en todos los sentidos: que no hubiera ley que la reglamentara. Que los periodistas no levantaran cercas gremiales a su profesión; que cualquiera pudiera editar periódicos.
Sostenía el poeta que los dueños de estos no controlaran las opiniones de quienes escribían en ellos. Ni censura oficial ni censura capitalista.
A Andrés Eloy, a quien le tocó ser periodista bajo una dictadura, le parecía insoportable que los gobiernos controlaran la prensa. Andrés Eloy Blanco siempre pidió libertad irrestricta para los medios.
Humorista
Luis Manuel Peñalver recopiló a Andrés Eloy Blanco
En la casa del poeta Andrés Eloy Blanco, en Cumaná, dentro de la colección que allí se encuentra, están más de cuarenta poesías, escritas de puño y letra del poeta.
Estos papelitos (bond blanco), bastante amarillentos por su edad, no miden más de 16 x 12 cm, escritos en su mayoría con lápiz de grafito. Fueron estos versos recopilados y donados a la Fundación Andrés Eloy Blanco por el doctor Luis Manuel Peñalver en el año de 1965, hace ya bastante tiempo, cuando se inauguró La Casa del Poeta.
Bajo la conducción de Andrés Eloy Blanco, la Asamblea Nacional Constituyente se instala el 17 de diciembre de 1946, y delibera el primer semestre del año 1947. El 5 de julio entra en vigencia la Constitución. Todos los partidos están representados en la Asamblea, y los debates son transmitidos por radio; el país se politiza y participa como nunca antes.
Estos manuscritos de Andrés Eloy Blanco daban la vuelta a la sala, “por debajo de la mesa”, y una vez que llegaban a manos de Peñalver, los guardaba en su bolsillo. Es importante reconocer que el doctor Luís Manuel Peñalver valoraba enormemente este juego humorístico del poeta.
«Sres. se suspende la sesión. Me voy a la clínica porque ha nacido un hijo mío y voy a inscribirlo en AD».
15/10/47 Andrés Eloy Blanco
ANÉCDOTA ANDRES ELOY BLANCO (1)
Estaba Andrés Eloy en casa del poeta cubano Nicolás Guillén, en La Habana, cuando le fue presentado un famoso recitador cubano, Luis Carbonell. En la conversación que sostuvieron, Carbonell le manifestó al venezolano su disgusto por la versión musical de «Píntame angelitos negros». Andrés Eloy le contestó que a él tampoco le gustaba, pero que esa canción era la única que le rentaba ingresos económicos; de manera que ese dinero él no lo consideraba como derechos de autor, sino como indemnización por daños y perjuicios.
ANÉCDOTA ANDRES ELOY BLANCO (2)
Corría el mes de abril de 1947 y Andrés Eloy Blanco era presidente de la Cámara, dejó encargado por un momento al diputado Augusto Malavé Villalba, quien sufría de lambdacismo y por eso cambió una ere por una ele. Se va a “abril”–dijo. El diputado Edecio la Riva que estaba muy pendiente, le reprochó el error de dicción. Andrés Eloy subía los escalones del estrado y oyó el reproche. Al sentarse en la presidencia, hablo emocionado: “EL COMPAÑERO Malavé se levantó esta mañana contento. ¡Y se sintió poeta! Y se hizo la resolución de comunicárselo a sus compañeros de cámara. Y es así como al comenzar la sesión, les ha dicho “Se va abril” … y viene mayo, con sus lluvias y sus flores…yo le agradezco al compañero el apunte”. Y entonces agitando la campañilla, dijo con gran solemnidad: “-Se va abril”.
Y hubo un silencio magnífico en la cámara.
ANÉCDOTA ANDRES ELOY BLANCO (3)
En el viejo Congreso de la República, en los tiempos cuando Isaías Medina Angarita era el presidente de Venezuela, ocurrió que Pedro Cruz Bajares negó muchas veces el derecho de palabra al diputado Andrés Eloy Blanco, quien le dedicó esta cuarteta:
Te pedí la palabrita
y me diste tus negares
te espero en la bajadita
cuando de la Cruz Bajares
ANÉCDOTA ANDRES ELOY BLANCO (4)
A Copei se le consideraba en aquellos años como un partido conservador y aristocrático, pero tenía entre sus congresantes a José Camacho, de tez oscura y origen popular, muy apreciado por Andrés Eloy Blanco. A Camacho compuso estos versos famosos:
Cosas que no son de ley
siempre resultan un fiasco:
mujer orinando en frasco
y negro inscrito en Copei.
Otra, de su tiempo de injusta prisión. Entró un esbirro a la mazmorra y preguntó: ¿Quiénes son aquí los adecos? «El Negro Encarnación y yo, somos los adecos», dijo el poeta.
ANÉCDOTA ANDRES ELOY BLANCO (5)
En 1946 ó 1947 fue necesario hacer unas reparaciones en la planta alta del Capitolio, en el que funcionaba la Asamblea Nacional Constituyente.
El público, y entre él el público femenino, en vez de ascender a las galerías tenía que permanecer en la planta baja. Entonces el presidente, que era Andrés Eloy Blanco, improvisó una copla, casi dramática:
Por vicio de construcción
el Senado está de duelo,
pues pa’ coger un picón
hay que agacharse en el suelo.
ANÉCDOTA ANDRES ELOY BLANCO (6)
A un cura constituyentista que miraba mucho a las damas en las barras:
Hay un cura en las sesiones
que mira mucho a las barras
y es pariente de los Parras
por parte de los Picones.
ANÉCDOTA ANDRES ELOY BLANCO (7)
A un cura muy fornido le compuso:
El padre Sánchez Espejo
por su robusto cogote,
en lugar de ser un padre
debiera ser un padrote.
ANÉCDOTA ANDRES ELOY BLANCO (8)
A otro sacerdote que se distraía mucho en libros sagrados durante los debates:
Mientras todos van en pos
de un entendimiento humano
el padre, breviario en mano,
se está entendiendo con Dios
ANÉCDOTA ANDRES ELOY BLANCO (9)
El padre Luis Eduardo Vera recorrió varios micrófonos y todos le producían un ruido que no lo dejaba hablar. De inmediato Andrés Eloy Blanco rimó:
Se ha demostrado hace un rato
que el colega Padre Vera
no es un colega cualquiera,
pues le ronca el aparato.
ANÉCDOTA ANDRES ELOY BLANCO (10)
La joven constituyentista por Carabobo Carmen Gracián de Malpica, en estado de gravidez, fue aludida por los sacerdotes Rojas y Sánchez Espejo como
«la señorita Malpica», a lo que Blanco escribió:
Si Carmen, por un casual,
fuera Señorita es dable
sostener como indudable
que Malpica pica mal.
Poeta
Cultivó distintos géneros (poesía, teatro, novela, ensayo, artículos y crónicas) pero de todos los géneros que componen su obra, el fundamental es el de la poesía. En ella alcanzó los más altos lugares, en ella trabajó más persistentemente al largo de su vida. Es su poesía por lo que se le conoce y reconoce abiertamente, sin olvidar su bonhomía, su afabilidad y buen humor, atributos que le ayudaron determinantemente en la escena pública, ámbito en el que también se realizó, siendo uno de los primeros entre nosotros que entendió la búsqueda del poder por los caminos de la política (de la paz) y no de la fuerza.
Es imposible estudiar la poesía de Andrés Eloy sin escuchar el eco de la significación popular del personaje, fruto de la consustanciación natural del poeta con su pueblo, al punto de que este se vio leído e interpretado en sus versos.
Quizá Andrés Eloy sea el único poeta venezolano cuya poesía se recita de memoria y con mucha vehemencia.
Es imposible leer la obra poética de Andrés Eloy, sin recordar que quien escribe es un integrante principal de la generación que inventó la política en Venezuela, que creó los partidos políticos modernos, que convocó a elecciones universales, directa y secretas y que llevó al sector civil al mando, asignándole al militar las tareas profesionales previstas por la Constitución Nacional.
Volviendo al poeta homenajeado y cantado hoy, diré que Andrés Eloy publica Tierras que me Oyeron en 1921, pero el inicio de su legendaria notoriedad ocurre con el Canto a España en 1923. Como se sabe, este poema la valió al cumanés el premio del concurso auspiciado por la Real Academia Española de la Lengua, en la ciudad de Santander. El poeta viajó a España a recibirlo y meses después, a su regreso, fue recibido como se reciben a los héroes.
Las 25.000 pesetas del premio le permitieron prolongar su estadía en Europa. Viajó por Francia e Italia antes de regresar a Madrid, donde recibió la distinción de ser el único invitado a la Cena de Año Nuevo ofrecida a los miembros por la Real Academia de la Lengua. Conoció personalmente a Antonio Machado y Ramón del Valle Inclán, figuras relevantes de la Generación del 98. Y a otros notables como Jacinto Benavente, Francisco Giner de los Ríos y Antonio Maura, director de la RAE. También compartió vinos y tapas, con jóvenes poetas que constituirán la generación del 27, entre ellos Gerardo Diego.
Estuvo en España ocho meses, escribió y publicó la novela El Amor no fue a los Toros y un poemario, Las Cuatro Puertas, de los cuales no se conservaron ejemplares. El poeta poseía un magistral señorío de la palabra, considerado por ello como uno de los oradores notables del país y como poeta, fue artífice de una obra fecunda de amplia tesitura, a ratos sencilla popular, a ratos refinada exquisita.
Andrés Eloy Blanco, poeta, ensayista, cuentista, dramaturgo y orador. Es una de las figuras más representativas de la Generación del 28. En 1916 inicia su carrera literaria con su poema «Canto a la espiga y al arado».
Por definición él fue poeta de varias tendencias, complejo en su expresión y en los rumbos de su acierto lírico. Es poeta civil, político, intimista, de vanguardia, poeta universal, poeta americano, poeta de su tiempo, pero poeta también del pasado. De vanguardia como lo demuestra en su poemario Baedeker 2000, un libro, a mi modo de ver una pieza notable dentro de nuestra expresión vanguardista.
Lo que más impresiona de este libro es la poderosa imaginación de índole narrativa utilizada para exponer un mundo. Para ello, el poeta Blanco echa mano de una serie de recursos vanguardistas que podrían asociarse al futurismo, ultraísmo, surrealismo, el creacionismo hispanoamericano o a una lectura combinada de estos, los cuales tuvieron una marcada influencia en la literatura de la posguerra europea (el término “vanguardia” tiene un origen militar), y que luego fueron asimilados en América de manera progresiva; así tenemos que el Ultraísmo español influenció poderosamente la poesía de Jorge Luis Borges entre 1919 y 1922; también dieron origen a un movimiento tan radicalmente personalizado como el creacionismo de Vicente Huidobro, a quien se ha señalado como el iniciador de la vanguardia en castellano con la publicación del poema «Ecuatorial» en 1918; o el caso notable de César Vallejo, cuyo libro Los Heraldos Negros (1919) condensa toda una experiencia vanguardista tamizada por una personalidad de ancestros indígenas peruanos, en ocasiones guiada por un dilema existencial que se debatió entre París y España; en Venezuela, el caso de Salustio González Rincones, que publica sus Trece Sonetos con Estrambote a Sigma (1922) y La Yerba Santa (1928), como ejemplos de la variedad de las resonancias de la vanguardia en América.
Blanco, en el título de su libro, alude paródicamente al de una de esas guías turísticas, que se propone recorrer, en su viaje poético, un periplo de lo que será Venezuela para el año 2000. Con su don verbal y humor extraordinario, Andrés Eloy Blanco consiguió en éste uno de sus más felices momentos poéticos, que influenció a otros nota­bles poetas venezolanos como Alarico Gómez, Miguel Otero Silva, Job Pim y Aquiles Nazoa. Pero no sólo a ellos. También a otros nos legó la firme lección de su aguda inteligencia y de su privilegiada sensi­bilidad, con una voz que fue capaz de anticiparse al porvenir dando muestras no sólo de un gran amor por su país, sino por muchos de los hombres que habitan buena parte de la Tierra. Pues ese es, a fin de cuen­tas, el Andrés Eloy Blanco que permanecerá.
La mayor parte de su obra se detiene en el aspecto popular de su poesía, y algunos críticos, de manera despectiva, se refieren sólo al verso fácil, a la improvisación momentánea, como si escribir para el pueblo no fuera en realidad la más alta aspiración de un poeta, la máxima excelencia.
Andrés Eloy Blanco era un hombre de una amplia cultura literaria, filosófica, jurídica, política, científica y técnica; esta amplitud de conocimientos se aprecia en sus discursos y conferencias de la más variada temática. Es por encima y ante que todo, un poeta culto que lleva al pueblo, en la interpretación auténtica de los valores contenidos en su alma, las que son preocupaciones de su época. Sin embargo, su poesía es muy amplia en cuanto al contenido, es un escritor que pasa con singular maestría de lo histórico a lo amoroso, de lo íntimo a lo foráneo, de lo general a lo colectivo, de lo popular a lo culto, de lo universal a lo nacional.
Decir que Andrés Eloy es el poeta de Venezuela, como lo hace Miguel Otero Silva, es elevarlo a la más alta categoría que pueda alcanzar poeta alguno, «ninguno encarna, como lo hace a todo trance Andrés Eloy Blanco, el poeta de este pueblo y de esta tierra. El poeta cuyos versos repiten los venezolanos a media voz cuando amamos, cuando sufrimos o cuando compartimos», o como lo reseña Prieto Figueroa: «Su tarea de poeta del pueblo es la expresión de un proceso de decantación, de sublimación, que lo va acercando lentamente a la prístina fuente que mana confusa del alma popular».
El propio Andrés Eloy narra cómo llegó a convertirse en el poeta del pueblo de Venezuela. De cómo el dolor y la sangre le dieron el tono que buscaba, la esperada voz querida por él y que anuncia en la introducción de su poemario Poda. Él nos cuenta: «Yo fui poeta de juegos florales y corría el tremendo riesgo de llegar a ser el más cortesano de los poetas o el más poeta de los cortesanos… para encontrarme conmigo mismo, para encontrar mi propio camino, el que yo no había olvidado porque no lo había perdido nunca… Yo soy, pues, y me enorgullezco de decirlo, un discípulo del pueblo… y que mucho después, cuando el pueblo mismo, el dolor de ese pueblo, la angustia de ese pueblo como el mejor de los maestros, hizo de mí, hasta como poeta, un hombre distinto del que yo era, y no me quejo».
Por encima de cuanto escribió resplandece el hombre, la calidad humana que hizo de Andrés Eloy Blanco el más claro testimonio de la consagración de una vida al servicio de la nación, o como diría Picón Salas: «Intérprete cabal del refrán, el mito y la tradición vernácula».
Sobre Simón Bolívar:
“Se ha citado mucho a Bolívar; pero Bolívar sirve para todo… A Bolívar no se puede citar sino con cuidado… Bolívar sirve para justificar un acto de represión.
El Bolívar de 1828, llevando al arzobispo de Bogotá como miembro del Consejo de Estado, es un dictador en pleno ejercicio de la dictadura; y el Bolívar de 1830 ya no es sino el desprendimiento del creador amargado por la creación.
Pero Bolívar es oceánico. Es el árbol: el que quiera una fruta para darle qué comer a alguien, allí está Bolívar frutal; el que quiera una estaca para darle golpes a un yangüés, allí está Bolívar con ramazones; el que quiera una cruz para clavar a alguien, allí tiene a Bolívar con sus ramas cruzadas; el que quiera una flor para adornar la frente de la patria, allí está Bolívar florecido, y el que quiera una sombra para esconderse y ocultar una trampa o disparar un perdigón sobre algún incauto pájaro electoral, allí está Bolívar frondoso”.
* yangüés, sa
adj. Natural de alguno de los pueblos que llevan por nombre Yanguas. U. t. c. s.
adj. Perteneciente o relativo a Yanguas o a los yangüeses.
Yangüeses en Don Quijote e impresor de La Cuesta.
Los eruditos siguen todavía debatiendo acerca del capítulo XV de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha en el que el caballero de la triste figura y su fiel escudero Sancho son apaleados por unos arrieros que, los cervantinos contemporáneos son prácticamente unánimes en identificarles como yangüeses sorianos.
Andrés Eloy, Rómulo Gallegos y Doña Bárbara
La novela comenzaba (había escrito el autor): “Un bongo remonta el Arauca bordeando las barrancas de la margen meridional”, pero Gallegos decidió modificarla de esta forma —se dice que a sugerencia del poeta Andrés Eloy Blanco—: “Un bongo remonta el Arauca bordeando las barrancas de la margen derecha”.
El poeta Andrés Eloy Blanco fue abogado de Doña Bárbara. El poeta, que también fue un eminente hombre de leyes, ejerció su profesión de abogado en Apure, y fue contratado para defender a doña Francisca Vásquez de Carrillo (la Doña Bárbara de Rómulo Gallegos). De modo que fue el poeta quien le presentó a Gallegos a la mujer que sería su personaje, conocida en vida como Pancha Vázquez en las sabanas del bajo Apure.
Fue Andrés Eloy quien le comentó las características de esta mujer al escritor Rómulo Gallegos. Era toda una mujer que se parecía a un hombre para jinetear caballos, y enlazar cimarrones, codiciosa, supersticiosa, sin grimas para quitarse de por delante a quien le estorbase.
A la muerte del poeta
Como lo dijera León Felipe frente al féretro del cumanés Andrés Eloy Blanco:
“¡Aquí no ha muerto nadie! Al que vamos a enterrar es un poeta. Está tendido pero no está muerto. ¿Está mudo? ¡No está mudo! Un muerto no habla ni canta… y este poeta sigue hablando y cantando.
Todo gran poeta sigue hablando y cantando, después del salto mortal ¡no está muerto!”.
Para finalizar, conviene decir que el grande Andrés Eloy Blanco pertenece a la generación que hizo el tránsito de la Venezuela rural a la urbana, que le atribuyó al estado un papel protagónico, para bien y para mal, en el desarrollo de la sociedad y que, en pocas palabras, hizo de la democracia su proyecto histórico.
Si usted no ha leído a Andrés Eloy Blanco, se ha perdido una Venezuela necesaria para enorgullecerse, para llenarse el espíritu de la historia que hay que ondear al aire como bandera de dignidad y amor. Y como él mismo diría:
“Tengo dos hijos tierra, tengo dos hijos cielo, el andar que buscaba para el último paso, las alas que pedía para el último vuelo”.
Jesús Peñalver
Jesús Peñalver.
Editora de la web: Carmen Cristina Wolf
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MAYO: MADRE

 

MAYO: MADRE

Por Lidia Salas

Desde siempre he vivido el mes de mayo con una expectativa de alegría, percibo una luz especial en los días de este mes.
Tal vez la existencia de las flores que se abren en primavera, o la celebración de las fiestas de la Virgen, la madre de Jesús, en el colegio de las salesianas donde atendí los estudios de la secundaria, dejaron en la memoria el recuerdo de los cánticos y de las luces, que dieron a los días de este mes, una pátina de nostalgia.
Ahora en el ocaso de la edad, medito el porqué la fecha de nacimiento de mi única hija es en mayo. Ella también, trajo al mundo en este mismo mes, a Vicky, una de sus hijas.
En ambas, se manifiesta el significado de floración, de fertilidad de Maia, la diosa que da nombre a este mes.
Por esa misma causa se festeja a la madre, símbolo de la flor y del fruto, el segundo domingo del mencionado mes.
Agradezco a la vida, la oportunidad de haber tejido con mucho amor y especial cuidado, el cordón de plata que me unía a los ancestros maternos.
Más allá del lazo de sangre, había una dedicación de ternura, una complacencia espiritual en que ambas nos solazábamos durante las horas compartidas con mamá.
Es fascinante contemplar la madre naturaleza, disfrutar los paisajes de belleza indescriptibles que ofrecen montañas, bosques y playas, pero también el esplendor de los matices del cielo en el cuadrante de la ventana doméstica, el araguaney florecido en la calle por dónde se transita.
La madre ha sido motivo de inspiración para los autores de la literatura universal: Inolvidable la novela: «La madre» de Máximo Gorki.
En la actualidad estoy releyendo: «El amor en los tiempos del cólera» de Gabriel García Márquez, inspirada en las experiencias románticas de su madre.
Por la cercanía de amistad, que tuve con Gustavo, el hermano del Nóbel, pude compartir con doña Luisa Santiago, en Cartagena de Indias.
Ella muy orgullosa reafirmaba, cómo durante más de dos años, su hijo estuvo preguntado, y tomando notas, sobre los días de su juventud.
El talento magistral del autor colombiano describe aquellos años del siglo pasado, con la magia de personajes, costumbres y ambientes excepcionales por el lenguaje poético presente en esas páginas.
La poesía será siempre el mejor instrumento, para expresar el sentido de amor y de vida presente en el significado de la palabra: Madre.
Lidia Salas. Mayo del 2025
Editora de la web: Carmen Cristina Wolf
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Poesía zuliana: una forma poderosa de resistencia en Venezuela

Poesía zuliana: una forma poderosa de resistencia en Venezuela

Poesía zuliana: una forma poderosa de resistencia en Venezuela

Por Joiner Bernavil

En tiempos donde la difusión literaria en el Zulia enfrenta grandes obstáculos la misión del Grupo editorial y literario J. Bernavil es preservar y promover la poesía zuliana como una tarea esencial. La poesía de esta región guarda en sus versos la identidad, el sentir colectivo y la memoria cultural de su gente.

Difundir esta poesía es defender la cultura regional. Por ello, es urgente generar espacios que visibilicen estas voces con contenido auténtico y significativo.

Preservar la poesía zuliana no es solo conservar textos, sino también sembrar inspiración en nuevas generaciones de escritores. Aunque la conectividad, los recursos y los medios locales no siempre favorezcan la promoción literaria, la palabra sigue siendo una forma poderosa de resistencia.

Hoy más que nunca, es vital leer, compartir y escuchar a los poetas que desde el Zulia construyen belleza y conciencia con sus versos. Sus obras son faros que iluminan la historia y la sensibilidad de un pueblo que no se rinde. La poesía, entonces, se convierte en un puente entre el pasado, el presente y un futuro más esperanzador.

En este sentido presentamos de forma simbólica a través de esta publicación a la Sociedad de Escritores Zulianos. Un grupo literario que se encargará de propiciar espacios para la promoción del arte de la palabra en la región zuliana y en toda Venezuela.

Así mismo, te mostramos a 10 poetas zulianos pertenecientes a esta comunidad y compartimos un poema de cada uno.

«Habito en la sed» de Thalía Sanchez

No me nombran las aguas

no me arrastra de pronto su corriente

seré otra al abandonar mi sombra.

En la blancura de la noche persisto

sostengo mi sueño

y se deshace.

Habito en la sed.

Antiguos silencios trastocan mi morada

antiguas palabras se pronuncian,

sin reconocerme.

Infinitud en la memoria: ¿Existes?

no levantaré la voz

no elevaré este canto para salvarme.

Amanecer será cuestión de mi suerte.

Intento florecer sobre la grieta,

y la luz toca mis últimas palabras.

«El Desapego» de María Esperanza Rubiano 

Trabaja el desapego

los iluminados te dicen,

hazlo duro y con esmero

y los maestros te bendicen.

Como puedo a alguien dejar

si debo matar el amor,

como sueltas sin dejar de amar,

¿Existe el desapego sin dolor?

Si el apego quieres definir,

yo diría que es querer algo sin medida,

sin lo cual no podrías existir,

por lo que darías la vida.

¿No es esa la definición de amor?

Si dejas lo que amas duele,

sientes que tu corazón muere

y te llenas de dolor.

Estoy de acuerdo si es material

el desapego trabajar,

pero si hablamos de familia o amigos,

el amor del desapego es el peor enemigo.

«Solo un Beso» de Jasmine M. Lizcano Gutiérrez

Un trueno a las Antípodas

fue el viaje de tu beso

y un elixir hecho sortilegio

fue el sabor que quedó

en mis labios

mi alma experimentó

un tránsito cuántico

desde el lucero hasta el alba

me sentí sabia

me sentí aprendiz

«Mi Alma» de Nelly Franco

Mi alma dormita entre

laureles de Oro

creadora de sueños

habitados en una

caracola de nácar

juraste acompañarme

hasta el fin de mi vida.

Con tus ojos miré el amor,

eran mi espejo.

Me enseñaste a amar

con la profundidad

del alma,

a caminar por tus sendas

llenos de vida

a buscar en los predios

del silencio los cantos

de las altivas olas.

A través de ti

he visto la vida, con sus

alegrías y tristezas.

He visto la magia de la

luna, reflejada en los mares, llorando de soledad.

«Abril» de Rosibel Millán

Tiene la vida un secreto

que va más allá del tiempo.

Procura no mirar las horas,

y halla la luz entre las flores.

Porque las flores son velos

que se esconden en los ojos,

y en su esplendor se iluminan

los sueños que tú mereces.

Una flor marca el comienzo

cuando anhelas alcanzar;

y un capullo fue el intento

que nunca podrás olvidar.

las ilusiones despiertan

en la densa madrugada,

y su olor se derrama

por el lánguido jardín.

Mira mujer, busca el alma

no dejes de sonreír;

que valiosas son las flores

que colman tu corazón.

Toma en tus manos el ramo,

deléitate en la belleza,

y al sentir su suave encanto

comprenderás su mensaje.

Haz el gran descubrimiento,

que la sonrisa corone

cada instante de tu vida,

cuando te acuerdes de mí.

«Apüna/Camino» de Adriana Fernández

Estoy en la calle de mis memorias.

En un lugar de colores  que se esconden entre las piedras y los cujíes, entre la memoria del hombre que extiende sus pasos a la precisa mezcla de luz y agua.

Enigma de mi niñez.

Rayos dibujados entre risas y los recuerdos que zarpan en las nubes claras del que es otro cielo aunque sea el mismo.

«Bramido viento» de María Esthela Martínez

En el borde del abismo el viento recita versos

lejana voz se escucha, resucita al amor.

Sublimes vozarrones mezclados y dispersos

en el bramido de un susurro floreciendo.

Siento un dulce eco en mis latidos

subiendo de tono en cada temblor

rozando las mejillas

rodeando las costillas

y los huesos del amor.

«Ciudadano» de Diego Osechas

A mí no me arrancaron,

yo me arranqué

cuando lo precisaba.

Cuánta mi pena inconsciente,

hoy lo veo al saberme lejano

anhelando lo que he sido

(¿qué he sido?)

Nadie me robó nada

porque tuve cosa alguna.

Abracé a mi madre con distancia

y no supe ver a mi padre;

golpeé a mis hermanos en el rostro

dos o tres veces

y apenas pude disculpar lo que fui.

A mí no me arrancaron.

Nací así, desmembrado.

No tengo tierra, ni patria,

ni he sentido el peso terrible

de una forma precisa.

Y si muero por causas perdidas

lo hago en tanto están muertas

si esta pereza terrible me impide

amar lo que esté vivo.

(sólo palabras, esta leve fugacidad)

A mí no me arrancaron

porque no sentí nada

cuando vi la piel abrazar el hueso

de un padre angustiado.

No estuve ahí. Juro que no estuve ahí.

A mí no me arrancaron,

yo me arranqué de todo

con mis zapatos agujereados

llenos de agua sucia.

No me arrancaron nada,

porque no se pudo: huí de mí mismo,

justo a tiempo,

cuando vi a mi madre llorando en la piedra solar

y parecía una niña,

¿no habrá escondido -decía-

algún trozo de pan?

A mí no me arrancaron.

A mí no me arrancaron.

A mí no me arrancaron.

¿Y cómo?

No me di cuenta

desde el día que maldije la tierra pisada

por ser pisada.

Si vieran la pérfida creatura

que ha devenido

y si supieran

que siempre he sido,

también,

culpable.

«Era una noche de plenilunio»  de Saredil Machado

En el aire conmovido

mueve la luna sus brazos

Federico García Lorca

 

Cuando los amantes

observaban

aquella majestuosidad

mensura y fulgor

el sol le brindaba su amorosa luz

y ella sólo deseaba

que la abrazara,

inamovible, atrapada.

El aire caprichoso

con voluptuosa danza

magia envolvente,

se adentra a la escena

acariciando su redondez.

Ahora, la luna en éxtasis,

olvida aquel deseo

e ignora al astro rey

que ilusionado,

entiende su pretensión.

¡Oh, aire seductor!

Cuánta pena invadía al sol, retirándose lentamente

mientras se apagaba su luz.

La luna menguaba y con tenue luminosidad,

mitigando el fuego que ardía en pasión,

mutaba su forma

trémula aún.

Vibrando abandonada,

acercándose le propuso:

¿aún deseas abrazarme?

Del poemario «Serenidad» de Joiner Bernavil

Hay una nube gris que se adentra en mi interior.

Mi piel seca quiere que caiga

mientras camino sobre una cicatriz inmensa.

Si me buscas en la noche será muy tarde,

solo verás algunas partes de mí

que estuvieron en tu ausencia.

@joinervil @editorialjbernavil

Editora de la web: Carmen Cristina Wolf

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Reflexiones en el Día del Idioma

Pulso del español: fortaleza, retos y pérdidas recientes
Reflexiones en el Día del Idioma

 

Horacio Biord Castillo

 

La celebración de días especiales consagrados a determinados temas ha proliferado en las últimas décadas, desde los ya tradicionales, por ejemplo el Día de la Madre o el del Padre, hasta otros más recientes, como el Día del Idioma Materno (21 de febrero) o el Día Internacional de los Vuelos Espaciales Tripulados (12 de abril). Estas celebraciones recurrentes pudieran generar cansancio a las personas y a la sociedad, en general, o producir un hastío que termine por causar la pérdida de su sentido. Tal vez deberían espaciarse, lo cual redundaría en beneficio de las conmemoraciones y evitaría que se vuelvan actos rutinarios o meramente protocolares.

Este año, sin embargo, el Día del Idioma adquiere una relevancia especial, igualmente el Día del Libro. El español vive una de sus épocas de mayor expansión a nivel global. Ocupa el cuarto lugar entre los idiomas más hablados en el mundo y el primero con mayor número de hablantes nativos. Para el continente americano es de gran importancia, ya que la mayoría de los países lo tiene como lengua oficial.

No obstante ese vigor, en cierto sentido pudiéramos decir que el español vive días aciagos en los Estados Unidos. Allí no solo se perfila como el segundo idioma más hablado, sino que también constituye el segundo país con mayor número de hispanohablantes, después de México. La reciente persecución contra los migrantes latinoamericanos, en especial hispanoamericanos, y las trabas para el uso del español, como la suspensión de la versión en español de la página web de la Casa Blanca, sede del poder ejecutivo federal, parecerían aspectos negativos. Sin embargo, difícilmente se podrá disminuir la vitalidad del español en los Estados Unidos, una tierra de suyo abierta a los migrantes que en gran medida han contribuido a hacerla próspera. Tal vez pudiera darse un efecto inverso: el aumento del uso del español como una forma de resistencia entre los miembros de segundas y terceras generaciones de migrantes hispanoamericanos, a pesar de que los estudios muestran que esas mismas generaciones suelen dejar de hablar el idioma de sus mayores. Solo el tiempo lo dirá. En todo caso, el español va encaminado por una senda de crecimiento que dista mucho de ser detenida por el capricho de gobernantes de turno, independientemente de sus motivaciones.

Por otro lado, el español se enfrenta en la actualidad a un reto de gran importancia: su presencia en las tecnologías informáticas y redes sociales, Internet y, fundamentalmente, en los servidores de la inteligencia artificial. Esto último nos debe llamar la atención como uno de los más asuntos más relevantes para los planificadores lingüísticos en el mundo hispano. Cuantas más fuentes en español estén disponibles para los servidores de la inteligencia artificial, tendremos más información en nuestro idioma y, sobre todo, de mejor calidad.

Lo referido a la inteligencia artificial quizá sea uno de los retos más importantes para el español en la actualidad, porque se trata de una herramienta poderosa y de extraordinarias perspectivas. Apenas empezamos a ver sus comienzos. De forma prospectiva, podemos esperar un crecimiento exponencial de la inteligencia artificial y su uso social. Por todo ello, el recuerdo de los retos pendientes no puede soslayarse en un día dedicado a la lengua española.

La celebración del Día del Idioma este año ocurre en medio de la pérdida de dos importantes hombres, cuyas obras constituyen también un gran aporte, cada una en su campo, para el idioma y la comunidad lingüística hispanohablante.

En primer lugar, la muerte, el 13 de abril, de Mario Vargas Llosa, premio Nobel de Literatura, prolífico novelista y ensayista, numerario de la Academia Peruana de la Lengua y de la Real Academia Española. Vargas Llosa lega un acervo literario de especial cuantía y significación, que lo convierte en uno de los autores verdaderamente grandes de la literatura hispanoamericana. Con su novela La casa verde se hizo merecedor de la edición inaugural del Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos, que también fue el primer galardón de importancia que recibió en su carrera. Le fue entregado en Caracas por el propio Gallegos en 1967.

La segunda gran pérdida la constituye el fallecimiento. hace pocas horas, el 21 de abril, de su santidad el papa Francisco, el primer papa latinoamericano y el primero en más de medio milenio en tener el español como primera lengua. Durante su pontificado, el papa Francisco habló y escribió en español con mucha frecuencia. Aun al hacerlo en italiano, mostraba un acento hispánico, que les recordaba a los fieles de todo el mundo, a católicos y a miembros de otras religiones, a la comunidad mundial, la vitalidad del español y la visibilidad de la cultura hispánica, así como de la herencia cultural proveniente de nuestros países que hace gala de un sincretismo de elementos amerindios, europeos y africanos.

En un año especialmente complejo, todos estos elementos muestran la relevancia del español y su proyección internacional. Nos acercamos a la celebración del 10º Congreso Internacional de la Lengua Española, que se efectuará a fines de este año en Arequipa, Perú, ciudad natal de Mario Vargas Llosa. Su espíritu y legado, seguramente presidirán el evento, dedicado en parte al controvertido tema, todavía inconcluso e irresoluto, del mestizaje, no solamente lingüístico y literario, sino cultural en general.

Celebrar el idioma en su día es celebrar el día de todos sus hablantes, los acentos diversos, las modalidades de cada país, de cada región, de cómo, y ya lo postuló Bello en el prólogo de su Gramática, tienen igual legitimidad y relevancia la forma de hablar de Chile y Venezuela, de Andalucía y Madrid, de todos los países y regiones donde se hable español. Se trata de una lengua global, policéntrica, que se renueva en el espíritu de su unidad y de sus tradiciones.

Celebremos, pues, a todos sus hablantes en el Día del Idioma español. Para los venezolanos, en particular, esa celebración también se extiende a los pueblos indígenas e inmigrantes de arraigo antiguo en el país, quienes hablan lenguas no solo coterritoriales sino, que especialmente en el caso de los pueblos indígenas, en continuo contacto e interacción con las variedades diatópicas del español habladas en las regiones y localidades respectivas y que han enriquecido, y lo siguen haciendo, el español general y el venezolano. Subirse a un tepuy, contemplar un araguaney, degustar un catuche, comer una arepa asada en un aripo, saborear un pan de prote en la Colonia Tovar o El Jarillo, son frases que testimonian esa interacción. Celebremos la belleza del carácter socio y linguodiverso de la unidad lingüística panhispánica.

Recordemos algunas de esas voces que hemos aludido como pérdidas, pero que perduran como palabras. El entonces novel escritor Vargas Llosa, en el acto de entrega del Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos, al recordar al poeta peruano Carlos Oquendo de Amat, señaló que “Convoco aquí, esta noche, su furtiva silueta nocturna, para aguar mi propia fiesta, esta fiesta que han hecho posible, conjugados, la generosidad venezolana y el nombre ilustre de Rómulo Gallegos, porque la atribución a una novela mía del magnífico premio creado por el Instituto Nacional de Cultura y Bellas Artes como estímulo y desafío a los novelistas de lengua española y como homenaje a un gran creador americano, no sólo me llena de reconocimiento hacia Venezuela; también, y sobre todo, aumenta mi responsabilidad de escritor. Y el escritor, ya lo saben ustedes, es el eterno aguafiestas. El fantasma silencioso de Oquendo de Amat, instalado aquí, a mi lado, debe hacernos recordar a todos —pero en especial a este peruano que ustedes arrebataron a su refugio del Valle del Canguro, en Londres, y trajeron a Caracas, y abrumaron de amistad y de honores- el destino sombrío que ha sido, que es todavía en tantos casos, el de los creadores en América Latina”.

Recordemos también unas palabras del papa Francisco, y así su habla porteña, hecha universal desde la cátedra de san Pedro, como Borges, escritor que disfrutaba y a quien admiraba el Papa, la hizo en sus poemas y narraciones. Al final de la encíclica, Laudato si, en homenaje al santo de Asís, cuyo nombre y legado inspiraron no solo el nombre sino el papado de Jorge Mario Bergoglio, Francisco propone unas oraciones relativas al cuido de los ecosistemas del planeta, la crisis ambiental y el cambio climático. Una de ellas dice:

“Dios de amor,
muéstranos nuestro lugar en este mundo
como instrumentos de tu cariño
por todos los seres de esta tierra,
porque ninguno de ellos está olvidado ante ti.
Ilumina a los dueños del poder y del dinero
para que se guarden del pecado de la indiferencia,
amen el bien común, promuevan a los débiles,
y cuiden este mundo que habitamos.
Los pobres y la tierra están clamando:
Señor, tómanos a nosotros con tu poder y tu luz,
para proteger toda vida,
para preparar un futuro mejor,
para que venga tu Reino
de justicia, de paz, de amor y de hermosura.
Alabado seas.
Amén.”

Estos textos nos permiten celebrar el Día Internacional del Libro y, por esa vía, la promoción de la lectura. En la actualidad, como sabemos, un reto importante lo constituye el creciente uso del formato digital en las publicaciones. Se trata de un tema de gran complejidad que genera sentimientos y posiciones encontradas. La Academia Venezolana de la Lengua, por ejemplo, casi de forma artesanal por las limitaciones presupuestarias, ha adoptado esta modalidad en los últimos años y ya llevamos alrededor de quince volúmenes editados en formato electrónico. El reto se extiende a la continuidad del boletín de la corporación y a series de gran utilidad y aceptación en el pasado, como la de “Clásicos Venezolanos”.

Que la celebración del Día del Idioma sea en realidad una permanente preocupación por el buen y bello decir y que la reflexión sobre sus implicaciones lingüísticas , sociolingüísticas y literarias sea una actitud constante y no solo limitadas a un reducido lapso de veinticuatro horas.

 

Extracto de las palabras pronunciadas en la Academia Venezolana de La Lengua en el acto de celebración del Día del Idioma y del Libro. Caracas, 23 de abril, 2025.

#circuloescritoresvenezuela

Editora de la web: Carmen Cristina Wolf @carmencristinawolf Instagram

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EL 22 DE ABRIL ES EL DÍA DE LA TIERRA

El 22 de abril es el Día de la Tierra

Alejandro Gerendas-Kiss

Quienes vivimos en la Tierra hemos tenido la suerte de haber aterrizado en el mejor planeta del universo hasta ahora conocido. Esta amable esfera azul no es nada frecuente, puesto que por ahora no se conoce ningún otra, entre miles de millones, que acobijen esa gran cantidad y variedad de seres vivientes como nuestra querida Tierra. Nuestro maravilloso hábitat rotatorio alberga una cuasi infinita diversidad de especies dispersas en sus suelos, aires y aguas, trátese de alturas estratosféricas o de las más oscuras profundidades oceánicas.

Aquí la vida ha encontrado refugio desde los desiertos más inhóspito hasta las regiones más heladas. Desde los picos más altos hasta las fosas oceánicas, esas depresiones submarinas profundas y silentes, carentes de una mínima luz, en donde una piedra se hunde bajo la otra, como las fosas de las Marianas, la más profunda del mundo, con cerca de 11.000 metros. En este cuasi hábitat extremadamente hostil, aunque no se crea, y a pesar de la alta presión, la oscuridad total y la casi carencia de oxígeno, varias especien hacen vida en lo más hondo de aquellas fosas, incluyendo crustáceos, microorganismos, moluscos y algunos tipos de peces… y ni hablar de los humanos que han bajado hasta allí para curiosear y traer las evidencias mediante sus fotos y videos.

En cuanto a los aires, el ave que vuela más alto es el buitre de Ruppell, un volador rapaz que algunos pilotos han localizado en alturas de hasta 11.300 metros

En las zonas más calurosas de la Tierra, como los desiertos y los trópicos, se encuentran especies adaptadas temperaturas extremas, como el camello, la hormiga del desierto, el gusano de Pompeya y algunas especies de reptiles y anfibios.

En vez de guerrear tanto y todo el tiempo, la humanidad debería reflexionar sobre su hábitat de color cielo y tono marino, llamado Gea por los griegos y luego Terra por los romanos, ambos nombres inspirados en divinidades de estas adelantadas civilizaciones, de las cuales hemos heredado infinitos nombres, denominaciones, costumbres y hasta instituciones. En esto no tengo que ir muy lejos porque las tres novelas de mi trilogía parten de Atenas y el personaje lleva Halicarnaso por apellido. (valga la cuña, jajaja).

Los invito a dedicar algunas líneas en el día de la Madre Tierra, pero reserven sus energías para el 23 de abril, Día del Libro y del Idioma español, así que la semana por aburrimiento no será.

Alejandro Gerendas-Kiss. Novelista, ensayista, investigador. Miembro del Círculo de escritores de Venezuela

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DÍA INTERNACIONAL DEL LIBRO, DEL IDIOMA ESPAÑOL Y LA PROPIEDAD INTELECTUAL.

Día del Libro y del Idioma

 

DÍA INTERNACIONAL DEL LIBRO, DEL IDIOMA ESPAÑOL Y LA PROPIEDAD INTELECTUAL.

Jesús Peñalver

“No hay libro tan enteramente malo, que no tenga algo bueno». Plinio, citado por Gregorio Marañón

El Día Internacional del Libro es una conmemoración celebrada cada 23 de abril a nivel mundial con el objetivo de fomentar la lectura, la industria editorial y la protección de la propiedad intelectual por medio del derecho de autor. Desde 1988, es una celebración internacional promovida por la UNESCO.  Por su parte, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 23 de abril como el Día del Idioma Español, para sensibilizar al mundo, acerca de la historia, la cultura y el uso del español. También motivo de conmemoración en las Naciones Unidas, el español es uno de los idiomas oficiales desde su fundación

La fecha para la conmemoración de la lengua española se basó en el día del fallecimiento del escritor Miguel de Cervantes Saavedra. Casualmente, la fecha coincide con la muerte del dramaturgo inglés William Shakespeare. De ahí que ambas lenguas tanto la española como la inglesa compartan el día .

Recuerdo y echo de menos con nostalgia, desde luego, las jornadas o festivales de lectura que se llevaban a cabo en Chacao, Caracas, en la plaza Francia o Altamira para dicha y disfrute de la ciudad y sus gentes que necesitan, ante tanto desasosiego, de espacios y de eventos de tal naturaleza.

Cuando fue homenajeado el escritor venezolano José Balza, quien desde luego acumula méritos suficientes para que así fuera, decidí escribir esta nota; suerte de cúmulo de aristas sobre el libro, fundamentalmente, y el hecho de leer.

Recordamos entonces la afición del homenajeado por la lectura desde su temprana edad, al punto que él nunca veía (nunca vio) a nadie leer, a pesar de que se reunían a eso; pero él lo que hacía era cabalmente leer, de modo que no tenía chance de ver a otros hacerlo.

Rodolfo Izaguirre refiere en una entrevista, que al preguntársele a Salvador Garmendia por el libro más importante que había leído en su vida, el célebre barbudo larense respondió: “el libro Mantilla porque con él aprendí a leer”. Yo, por mi parte, aprendí a leer –cuenta mi madre- con un periódico (El Nacional) y precisamente con la palabra “Maracaibo”. A ella le agradezco –lo que no hice entonces- haber puesto en mis manos «Cien Años de Soledad» cuando apenas contaba con once años; y la colección completa de poemarios del gran Andrés Eloy Blanco. No entendí nada. Ahora sí. Años después y durante mucho tiempo se lo agradecí, pero nunca fue suficiente.

Cuando leí por vez primera el Palabreo de la Loca Luz Caraballo, pregunté a Mita, mi madre, qué el significado de la palabra serrallo. Ella, inquieta por la pregunta del niño, con cierta vergüenza o reticencia para no decírmelo, tomó la sabia decisión de mandarme a buscar en el diccionario. Luego entendí el temor o la vergüenza, repito, de mi madre: serrallo  significa prostíbulo. Por su parte, Gabriel García Márquez contaba con su cara y voz entusiasmadas, la ocasión cuando su abuelo le regaló el primer diccionario. Él le preguntó feliz ¡¿abuelo y cuántas palabras tiene!? Y este le respondió: ¡¡¡Todas!!! A Tomás de Aquino se le atribuye la frase «Temo al hombre de un solo libro» (Timeo hominem unius libri), a él, quien conocía muy bien los radicalismos de la Edad Media y las mentes estrechas de los difamadores. Oportuna frase para referirnos, mutatis mutandis, a la secta de enfurecidos fanáticos que aprendieron una sola consigna, se cristalizan en un solo eslogan y no se afanarán en comprender y discutir lo distinto para que no se les quebrante su único y desesperado esquema.

En el famoso poema de Andrés Eloy Blanco, vemos como el niño pobre renuncia al juguete caro y el ciego ante el libro abierto. Luis Beltrán Prieto Figueroa, el maestro, se asombraba de que los jóvenes no leyeran –escribió entonces- y le producía desconcierto ver a los adultos pasar con displicencia su mirada apenas, sobre el diario donde buscan la noticia sensacional o la lista de espectáculos.

Que lo dijera el maestro insular no es poca cosa, y aún en los días que corren debe recobrar mayor significación tamaño aserto. De allí que veamos con satisfacción la proliferación de editoriales, la consolidación de otras y el surgimiento de muchas independientes tratando de difundir el libro, con mayor razón “que los perfumes y los confites.”

Sólo nos aficionamos, sólo nos dejamos cautivar por las cosas gratas que conocemos y el libro pasa muchas veces como un desconocido o como una ingrata y fastidiosa mercancía.

Sé de un artista que cuando fue por vez primera a un serrallo, quizá a inaugurar su sexualidad, en el lugar no se consumó otra cosa más que no fuera la entrega de un libro y una flor a la doncella. La gente ignora los maravillosos tesoros que los libros encierran; los alucinantes paisajes que por sus páginas despliegan sus feéricos matices capaces de conquistar a los buscadores de ocultas y lejanas maravillas.

En relación con la propiedad intelectual, y en particular la referida al derecho de autor, es una tendencia de casi unánime aceptación universal que otorga la protección a las obras del ingenio por el mero acto de su creación, sin necesidad del cumplimiento de ninguna formalidad, de manera que el registro de la obra tiene un carácter exclusivamente declarativo y no constitutivo de derechos. No obstante, en nuestro ejercicio profesional aconsejamos a los autores proceder al registro correspondiente ante el órgano oficial respectivo, en previsión de daños y perjuicios derivados del plagio de de las obras de sí ingenio o la llamada «piratería», que, como tal no está contemplada expresamente como delito en nuestro ordenamiento jurídico venezolano; pero qué duda cabe, su existencia viciosa, perjudicial y evidente causa daño a los autores y a la economía en general. Como actividad “pirata” se conoce, entre otras conductas y prácticas las siguientes:

La reproducción de los programas de computadoras que se venden, por cierto, a precios irrisorios; la comercialización de discos compactos, MP3, obras audiovisuales (sea cual fuere el formato o soporte físico que contenga la obra). La pretensión ilegítima de solicitar el registro como marca comercial, de una obra de ingenio protegida por el derecho de autor. El comercio ilegítimo de copias no autorizadas de cualquier obra literaria, artística, científica, artículos de prensa, reportes noticiosos, entre otros. La copia y comercio no autorizados de una patente de invención. La utilización no autorizada de marcas (de productos o servicios) etc.

Estas prácticas constituyen delitos que deben ser perseguidos y castigados conforme a derecho. Cuando nos referimos a la actividad pirata no hacemos otra cosa que aludir al ejercicio engañoso, chapucero, dañino y a todas luces ilegal de cualquier profesión u oficio.

El artículo 120 de la Ley Sobre el Derecho de Autor, en relación con el 41 del mismo texto legal, alude al delito de Reproducción Ilegal de Obras de Ingenio.

De tal manera que, incurrir en cualquiera de las prácticas aquí señaladas equivale a ser pirata, es decir, a robar o enriquecerse parasitariamente en detrimento del esfuerzo intelectual de otra persona.

La propiedad intelectual es la que más significado y elevación espiritual tiene, ya que se refiere a las obras hechas sobre la base de la potencia del alma humana. Este rasgo tan hermoso no está exento del valor del acto del trabajo, por añadidura cualificado, que implica esfuerzos y aun sacrificios. Una obra del intelecto es por tanto la más legítima fuente de orgullo para su autor. Y máxime cuando, si es científica, es de suma importancia para su patria y hasta para la humanidad toda. Cuando entran en conflicto dos o más derechos, corresponderá al Juez decidir conforme a la valoración axiológica que disponga realizar. Si bien tenemos el derecho a trabajar, no podemos ejercerlo violentando el derecho de nuestros semejantes; como, por ejemplo, copiar obras de ingenio de terceros, comercializarlas y enriquecernos ilícitamente.

Todo trabajo dignifica y en especial si tiene las calificaciones de constituir una obra científica. También son de mucho valor espiritual las demás obras de ingenio, como las literarias y las artísticas. Los autores y creadores en general merecen todo el reconocimiento y que se les atribuya el mérito de su creación. Será ello motivo de gran complacencia y de inmenso valor moral para el autor. Por todo esto es que resulta tan sumamente grave el plagio.

También en las redes sociales (RR. SS) se comete plagio haciendo uso de contenidos ajenos de todo tipo, presentándolos como propios: audios, videos, fotos y textos completos, entre otros. Por eso hemos sostenido en dichas redes: Si usted no cita al autor, no pone comillas ni tampoco advierte que está parafraseando, usted plagia, ergo, usted es un delincuente. Si usted no es capaz de parir una idea o un simple tuit o post, por favor, no se embarace con plagio. Y como dice mi apreciado amigo historiador: “los tuits no son bienes mostrencos”.

No es fácil identificar a todos y en qué grado disfrutan ellos de los enormes recursos usurpados a los autores, a los artistas y a los comerciantes honestos; sin embargo, ha sido preocupación de los órganos de policía nacional e internacional el que muchos de ellos estén vinculados al crimen organizado y al tráfico de estupefacientes.

En todo caso, los beneficiados violan la Ley y no contribuyen en nada a la creatividad nacional, ni a la economía del país ni a la producción de bienes culturales. El pirata es un parásito social.

Volviendo al tema amable y sublime que encarna el libro, hoy, como antesala al Día Internacional del Libro y de la Protección de la Propiedad Intelectual; felicito a los escritores, a las editoriales y a mis colegas  agentes de la Propiedad Intelectual.

Dice Elías Calixto Pompa “Es puerta de la luz un libro abierto”, y tiene razón, eso creo. Alguien tiene que abrirla o inducir al futuro lector a que lo haga. Cuando desde el hogar y la primaria escuela se ha despertado la afición por los libros, el camino será menos complicado a la hora de seleccionar las lecturas del agrado. Se trata de la formación del espíritu y el fomento de la lectura.

Ojalá podamos volver a Altamira o a cualquier otro festival de parecida naturaleza a abrir la puerta de entrada para un contacto más estrecho con la lectura. El pretexto de un libro, la fiesta de una feria o el texto contenido en cúmulos de letras que nos dicen tanto.

 

¡Feliz Día Internacional del Libro, del Idioma Español y de la Propiedad Intelectual!

Autor: JesúsPeñalver

Jesús Peñalver
Jesús Peñalver.

 

Editora de la web: Carmen Cristina Wolf @carmencristinawolf en Instagram

 

 

 

 

 

Día del Libro y del Idioma

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EL LEGADO DE JESÚS DE NAZARET

Mosaic representing Christ’s Face, in byzantine style. Golden background. It is modern, made by a Sicilian artist, and looks like the Blessing Christ of the Monreale Cathedral or Cefalu’ one. The background is made of golden leaf. This image is characteristic for its uniqueness.

 

El legado de Jesús de Nazaret

Por Ernesto Marrero Ramírez

No crean que yo vine a suprimir la Ley o a los profetas: No vine a suprimirla, sino a darle su forma definitiva… Y les digo que, si su vida no es más perfecta que la de los maestros de la Ley y de los fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos. (Mateo 5,17-20)

Hace más de 2000 años pisó esta Tierra una persona que dejó una huella indeleble. Se trata de un alma sublime que vino con la misión de propagar el amor, el perdón, la compasión y la justicia, además de prometer un reino de paz que esperaría a las personas justas, sinceras y virtuosas. Para unos es considerado un dios o la encarnación del mismo Dios, pero para otros fue un ser humano, un guerrero que vino para romper viejos moldes, crear modelos revolucionarios y a la vez padecer, con el más puro estoicismo, las injusticias que azotan en este mundo. Armado con un corazón puro y la espada de la verdad, fue capaz de denunciar a los fariseos, sacerdotes, a los hipócritas, a la dominación y a la injusticia de su época, lo cual inevitablemente entraba en tensión con el poder opresor del Imperio Romano, las élites religiosas locales y, en general, a los potentados que acaparaban las riquezas y manipulaban las conciencias; siendo por ello acusado de sedicioso y blasfemo, por lo cual fue sentenciado a muerte en una cruz. El único hombre que logró partir la historia en dos, antes de él y después de él. Se trata de Jesús de Nazaret, a quien dedicaré estas letras.

Con el presente ensayo pretendo examinar, de una manera muy somera, la compleja figura de Jesús, explorando no solo su rol central en el cristianismo, sino también su impacto como líder espiritual, maestro de sabiduría y personaje histórico cuya existencia y enseñanzas continúa siendo objeto de debate, devoción y estudio riguroso. Así mismo me pasearé por el titánico esfuerzo que realizaron sus apóstoles quienes, guiados por una fe inquebrantable, dieron hasta su vida por difundir sus ideas.

Para la mayoría de las corrientes cristianas, Jesús de Nazaret es el Hijo de Dios y, por consecuencia, la encarnación de Dios mismo. El judaísmo niega su divinidad, ya que es incompatible con su concepción de Dios. En el islam se lo conoce como Isa y es considerado uno de los profetas más importantes y mensajero de Dios. Cabe destacar que el Corán lo menciona 25 veces como Isa, aunque también lo nombra como hijo de María (Ibn Maryam), el Mesías (Al-Masih), palabra de Dios (Kalimat Allah) y Espíritu de Dios (Ruhullah). Algunos hindúes consideran que Jesús es un avatar, un sadhu o un ser iluminado, y para muchos budistas, incluido Tenzin Gyatso, el decimocuarto Dalai Lama, es considerado un bodhisattva que entregó su vida en beneficio de todos los seres sintientes de la Tierra.

Conocido como Cristo, Jesús, Emmanuel o Jesucristo, también como el Mesías, el Redentor o simplemente el Maestro Jesús, nace en Belén, Judea, Imperio Romano, en el año 4 a. C. y muere crucificado por orden del entonces prefecto romano de Judea, Tierra de Israel, Poncio Pilato, aproximadamente en el año 30 o 33 de nuestra era. Jesús es la figura central del cristianismo y, en definitiva, la más influyente de la cultura occidental. Prácticamente todos los historiadores de la antigüedad confirman su existencia histórica y su legado trascendental.

Como ya mencioné, Jesús de Nazaret nace hacia el año IV antes de la era cristiana, en un establo de Belén, en Judea, cuando dicha provincia pertenecía al Imperio Romano. Sus padres fueron José, un carpintero y María la Virgen. Muchos se preguntarán: ¿cómo es posible que Jesús haya nacido cuatro años antes de Cristo?, y la respuesta es que estudios historiográficos comprueban que Herodes el Grande falleció en el año IV a.C., y el evangelio de San Mateo nos dice que Jesús nació en tiempos de Herodes: “Habiendo nacido Jesús en Belén de Judá, durante el reinado de Herodes” (Mateo 2, 1).

También es bueno preguntarse: ¿por qué se dice que Jesús nació un 25 de diciembre?, y para responder esto es necesario remontarse al siglo IV de nuestra era, ya que sucedieron una serie de acontecimientos importantes para fundamentar las bases del cristianismo. Y tenemos qué en el año 313, en el Edicto de Milán, se establecía la libertad de religión o libertad de culto en el Imperio Romano, dando fin a las persecuciones dirigidas por las autoridades contra ciertos grupos religiosos, principalmente contra los cristianos. El Edicto fue firmado por los emperadores Constantino I el Grande y Licinio, dirigentes de los imperios romanos de Occidente y Oriente. Esta nueva condición les otorgaba ciertos privilegios a los cristianos y les permitía la construcción de grandes templos.

En esos días se celebraba el Natalis Solis Invicti: el nacimiento del nuevo sol, el 25 de diciembre de cada año, que correspondía con el solsticio de invierno, una fiesta pagana. Luego el papa Julio I pidió en el año 350, que el nacimiento de Cristo fuera celebrado en esa misma fecha, y así, el papa Liberio decreta el 25 de diciembre como el nacimiento de Jesús de Nazaret. De ahí en adelante se motivó a las personas a que celebraran el nacimiento de Jesús como la llegada del nuevo sol de la esperanza y el amor al prójimo.

En este mismo orden de ideas, nos dice el capítulo 2 de Mateo que, durante el reinado de Herodes, vinieron unos magos de oriente a Jerusalén, preguntando: ¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido?, porque hemos visto su estrella de oriente y hemos venido a adorarlo. Y que al dirigirse a Belén se postraron para adorar al niño y le ofrecieron oro, incienso y mirra. La pregunta es: ¿por qué la tradición dice que son tres reyes magos? Y que además se llaman Melchor, Gaspar y Baltazar. Algo que no aparece en ningún lado de la Biblia ni lo avala ningún hecho histórico. Es necesario aclarar que el término mago era una denominación que se le otorgaba a los sacerdotes eruditos en el Antiguo Oriente, y que sus nombres aparecieron por primera vez en un mosaico del templo de San Apollinaire Nuovo, en la ciudad italiana de Rávena, que data del siglo VI d. C., en esta composición artística se distinguen tres magos adornados al modo persa con sus nombres encima: Melchor, Gaspar y Baltazar, representando distintas edades. Posteriormente se fueron identificando con las razas europea, asiática y africana.

Según conocemos por las Sagradas Escrituras, Jesús fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo. Con esto, se quiere explicar la intercesión del Espíritu Divino, para que la joven María, Madre de Jesús, quedase encinta del Hijo de Dios. Una característica también observada en los semidioses o héroes griegos que eran hijos de un dios y un mortal.

En el Génesis 6, también hay un ejemplo de esta formación de héroes: “En ese entonces había gigantes sobre la Tierra, y también hubo después, cuando los hijos de Dios se unieron a las hijas de los hombres. Estos fueron los héroes de la antigüedad, hombres famosos”.

De la infancia avanzada de Jesús y de su juventud es poco lo que se conoce. Lucas nos narra un episodio en que Jesús se les extravió a sus padres en Jerusalén, cuando cumplió los doce años, y lo hallaron a los tres días en el templo, sentado en medio de los maestros de la Ley, escuchándolos y haciéndole preguntas. Todos se quedaron maravillados de la inteligencia y precocidad del niño. Exaltada, su madre María le preguntó al verlo la razón de ese extraño comportamiento. A lo que les contestó: ¿Y por qué me buscaban? ¿No saben que tengo que estar donde mi Padre?

Luego aparece Jesucristo en los relatos bíblicos, a los treinta años de edad y se incorpora a las predicaciones de su primo Juan el Bautista. Tras escuchar sus sermones, Jesús se hizo bautizar en el río Jordán, momento en que Juan lo señaló como la encarnación del Mesías prometido por Dios a Abraham.

Tras el bautismo y un retiro de cuarenta días en el desierto, donde superó las tentaciones que les colocó el demonio, Jesucristo comenzó su predicación. Se dirigió fundamentalmente a las masas populares, entre las cuales reclutó un grupo de fieles adeptos (los conocidos doce apóstoles), con los que recorrió Palestina. Predicaba una revisión de la religión judía basada en el amor al prójimo, la renuncia hacia los bienes materiales, el perdón al prójimo y la esperanza de la vida eterna en el reino de los cielos. El llamado “Sermón de la montaña”, con sus admirables bienaventuranzas, es la mejor síntesis de su mensaje. Pensadores como León Tolstói y el Mahatma Gandhi consideraban que este sermón contenía la síntesis fundamental de la enseñanza cristiana.

Jesús de Nazaret se caracterizó por difundir un mensaje sencillo, nutrido de hermosas parábolas, con un trasfondo de amor, perdón y compasión hacia los más necesitados. Él halló eco entre los más pobres y fueron muchos los que acudieron a su presencia con la esperanza viva de que los ayudaran o simplemente para escuchar su palabra consoladora. Algunos estudiosos, con tendencias de izquierda, han llegado a comentar que Jesús fue el primer comunista o socialista que existió, un grave error desde varios puntos de vista. En primer lugar, él no reconocía el derecho de bienes individuales o comunitarios, simplemente los consideraba bienes materiales, mundanos y temporales. Les prohibía a los apóstoles que llevaran dinero cuando fueran a predicar la palabra de Dios y que vistieran de la manera más simple posible, como una muestra total de desprendimiento; así lo cuenta san Marcos: “Les ordenó que no llevaran nada para el camino fuera de un bastón: ni pan, ni morral, ni dinero; que fueran con calzado corriente y con un solo manto.” (Mc 6,8-9). Por otro lado, Jesús no era populista, ni mucho menos un demagogo, que son características clásicas de las corrientes políticas contemporáneas, que se nutren con las necesidades del pueblo y por eso les mienten o manipulan. Tampoco se le pudiera identificar con la burguesía capitalista que solo busca la simple acumulación de capitales y bienes materiales para vivir de un supuesto confort, algo con lo que él siempre estuvo en contra. En tal caso se le pudiese equiparar con un tipo de anarquismo, al tratar de defender la libertad del individuo por encima de cualquier autoridad imperante. Pero, en definitiva, Jesús fue Jesús, un individuo auténtico y coherente con su discurso, que más bien ha servido de prototipo para millones de personas a través de la historia.

La popularidad de Jesús se acrecentó cuando corrieron noticias sobre los milagros que realizaba en las calles, con los cuales expulsaba los demonios, curaba a los enfermos y hasta llegó a resucitar muertos. Dichos dotes eran considerados como la prueba irrefutable de la gracia que le otorgaba Dios, por ser su hijo elegido. Este profundo acercamiento al pueblo que esperaba la llegada del Mesías, y sus duras acusaciones contra la falsa moral de los fariseos, acabaron por inquietar a los sacerdotes y autoridades judías, que buscaron todas las formas de acabar con él.

Jesús fue denunciado ante el gobernador romano Poncio Pilato, por haberse proclamado públicamente Mesías y rey de los judíos. Si lo primero pudiera ser cierto, y reflejaba un conflicto de la nueva fe con las estructuras religiosas tradicionales del judaísmo, lo segundo ignoraba el hecho de que la proclamación de Jesús como rey era metafórica, mística o metafísica, un simbolismo que aludía únicamente al «reino de Dios, que estaba en los cielos» y no colocaba en peligro los poderes políticos constituidos.

Consciente de que se acercaba su partida de este mundo, para cumplirse lo que estaba anunciado en las santas escrituras, unos días antes de Pascua se dirigió a Jerusalén, donde a su entrada fue aclamado por la multitud como el hijo de Dios. La gente le extiende sus mantos en el camino y lo elogian como un Rey. Los fariseos se quejan, pero él sabía que así se cumpliría una importante profecía. Seguidamente Jesús expulsa a los mercaderes del Templo y celebra la llamada última cena, donde compartió el pan y vino, para despedirse de sus discípulos antes de su muerte. Cabe destacar que el cristianismo considera dicha reunión como el momento de la institución del sacramento de la eucaristía.

Posteriormente, Jesús fue apresado, mientras oraba en el Huerto de Getsemaní, al pie del Monte de los Olivos, debido a la traición del apóstol Judas Iscariote, quien lo vendió por unas cuantas monedas e indicó a los sacerdotes del Sanedrín el lugar preciso para capturarle, al llamarlo ¡Maestro, Maestro!, y darle un beso.

Jesús fue llevado ante Poncio Pilato, según los evangelios, quien parecía reacio a condenarlo, ya que lo consideraba inocente de los cargos presentados. En esos días se celebraba la pascua y era costumbre romana que se liberara a un prisionero por elección del pueblo. Así que Pilatos, en un intento por evitar la responsabilidad por el enjuiciamiento de una persona inocente, ofreció a la multitud la elección entre Jesús y Barrabás, un hombre al que los evangelios describen como ladrón, revoltoso o asesino. Así que la mayoría debía decidir a quién liberar.

Influenciados por los líderes religiosos, o tal vez por el afán de liberar al amigo de muchos o al popular entre sus semejantes, la multitud escogió al delincuente Barrabás y condenó a Jesús de Nazaret. Algo que lamentablemente seguimos viendo en los días de hoy, donde muchas veces la mayoría se inclina por los antivalores, la mediocridad, la ligereza o el absurdo, y desconoce o repudia lo virtuoso, las ideas profundas o lo sensato.

Pilato, aunque aparentemente dudoso, finalmente cede a la presión de la multitud por temor a posibles disturbios, y también aprovecha la oportunidad para sumar puntos a su cuestionada popularidad. Así que le otorga la libertad a Barrabás y condena a muerte por crucifixión a Jesús, un tipo de ejecución que era utilizada para exponer a la víctima en público a una muerte particularmente espantosa, lenta y muy dolorosa, con el fin de disuadir a las personas de cometer faltas graves o violaciones a las leyes impuestas por el Estado.

Comenzaba así la llamada Pasión de Cristo, que le llevaría a la muerte tras sufrir múltiples penalidades y aceptarlas con el más profundo estoicismo. Con ella daba a sus discípulos un ejemplo de sacrificio y aceptación en defensa de su fe, que éstos asimilarían exponiéndose al martirio durante la época de las fuertes persecuciones de las que fueron víctimas.

En muchas oportunidades, los romanos acostumbraban a azotar con un látigo al procesado antes de crucificarlo. También era obligado a cargar sobre sus hombros el madero denominado patibulum o madero horizontal, hasta el lugar en que solía permanecer clavada la estaca vertical o stipes, posteriormente se encajaban ambos travesaños y se procedía a colgar al reo o a clavarlo en la cruz, un instrumento que posteriormente se convirtió en el símbolo fundamental de la religión cristiana.

Jesucristo resucita a los tres días de su muerte y se les aparece varias veces a sus discípulos, encomendándoles la difusión de la fe. Cuarenta días después, según los Hechos de los Apóstoles, asciende a los cielos. Judas se suicida, arrepentido por su traición, mientras que los apóstoles restantes se propagaban por el mundo mediterráneo para predicar la nueva religión. El apóstol San Pedro, quedó al frente de la Iglesia o comunidad de los creyentes cristianos, por decisión del propio Jesucristo. Pronto se incorporarían a la predicación nuevos conversos, entre los que destacó Pablo de Tarso, mejor conocido como San Pablo o el Apóstol de los Gentiles, quien impulsó la difusión del cristianismo más allá de las fronteras del pueblo judío, además de ser el redactor de algunos de los primeros escritos canónicos cristianos, incluyendo el más antiguo conocido, la Primera epístola a los tesalonicenses. Y así, este cristianismo primitivo se extendió, pese a ser una religión minoritaria y perseguida, hacia las regiones de Judea, Siria, Europa, Anatolia, Mesopotamia, Egipto y Etiopía.

En esencia, la obra de Pablo hizo que el cristianismo dejara de ser una secta judía y se transformara en una religión más universal, que se expandió hasta los confines del Imperio Romano para convertirse así en la religión oficial el 27 de febrero del año 380, con la promulgación del Edicto de Tesalónica, también conocido como: Cunctos Populos “A todos los pueblos”, bajo el mandato del emperador Teodosio el Grande.

Durante estos primeros siglos, los Padres de la Iglesia, fueron consolidando las doctrinas del cristianismo y supervisaron el desarrollo del canon del Nuevo Testamento.  Y a partir del siglo XV, con la era de los descubrimientos europeos y las colonizaciones, se difundió por el resto del mundo.

Quiero destacar en este ensayo la convicción que envolvió a los apóstoles, que se dedicaron a difundir las enseñanzas de su amado Maestro a pesar estar arriesgando sus vidas. De los doce apóstoles once murieron como mártires y solo uno, Juan, murió anciano a los 94 años.

Seguidamente, realizaré una revisión muy somera, sobre la forma en que murieron estos apóstoles:

  1. Santiago, el mayor: fue el primero de los apóstoles en recibir el martirio. Al inicio de los años 40 del siglo I, el rey Herodes Agripa, nieto de Herodes El Grande, echó manos de algunos de la Iglesia para matarlos e hizo morir por la espada a Santiago, hermano de Juan. Al ver que esto gustaba a los judíos mandó a detener también a Pedro. (Hch 12,1-3).
  2. Andrés: Fue crucificado en una cruz con forma de X, la cual hasta el día de hoy es llamada la cruz de San Andrés y es uno de sus símbolos apostólicos. La tradición coloca su martirio el 30 de noviembre del año 63, bajo el imperio de Nerón.
  3. Bartolomé: A este santo lo pintaban los antiguos con la piel en sus brazos como quien llevaba un abrigo, porque la tradición cuenta que su martirio consistió en que le arrancaron la piel de su cuerpo, estando él aún vivo.
  4. Santiago, el Menor: la más antigua información sobre la muerte de este santo nos la ofrece el historiador Flavio Josefo. Fue decisión del sumo sacerdote Anan, hijo del Anás, que aparece en los evangelios, el cual aprovechó el intervalo entre la destitución del procurador Festo, y la llegada de su sucesor Albino, para decretar su lapidación, en el año 62.
  5. Juan: Se dice que un atentado fue realizado contra su vida mediante un cáliz de veneno del cual Dios lo salvó, y así murió de causas naturales, cuando tenía la edad de noventa y cuatro años, de acuerdo con San Epifanio.
  6. Judas Iscariote: Traicionó a Jesús por treinta piezas de plata y luego se ahorcó. Así lo narra Mateo: “Cuando Judas, el traidor, supo que Jesús había sido condenado, se llenó de remordimientos y devolvió las treinta monedas de plata a los jefes de los sacerdotes y a los jefes judíos, diciéndoles: «He pecado, entregando a la muerte a un inocente». Ellos le contestaron: «Qué nos importa a nosotros. Es asunto tuyo». Entonces él, lanzando las monedas en el Templo, fue a ahorcarse” (Mt 27, 3-5).

Como queda vacante el puesto de Judas en el grupo de los 12 apóstoles, planearon su reemplazo, presentándose dos candidatos con buenos méritos, José Barsabás y Matías. Los apóstoles eligieron a Matías, que posteriormente fue apedreado y luego decapitado.

  1. Judas Tadeo: Se dice que a San Judas le aplastaron la cabeza con un mazo, razón por la que se le representa con este instrumento. Según otra tradición, fue atravesado con una lanza, y es por este motivo que también es recurrente encontrarle en representaciones iconográficas con este objeto.
  2. Mateo: Algunas tradiciones afirman que fue martirizado en Etiopía. Dice la tradición que evitando el matrimonio de una virgen con el Rey Hitarco, en el preciso momento en que terminaba la misa, un sicario enviado por este rey se le acercó y le clavó una espada en la espalda.
  3. Pedro: La tradición dice que fue crucificado en Roma con la cabeza hacia abajo. Pedro solicitó que lo crucificaran así porque no era digno de morir como su Señor Jesús había muerto.
  4. Felipe: Según narraciones posteriores, Hechos de Felipe y otras, evangelizó Grecia y después Frigia donde habría afrontado la muerte, con un suplicio que según algunos fue crucifixión y otros de lapidación.
  5. Simón: La tradición dice que los persas aserraron a Simón en dos partes, razón por la que se le representa con una sierra. Otra versión dice que sufrió la crucifixión, luego de haber predicado el Evangelio en Samaria.
  6. Y para terminar tenemos al apóstol Tomás: de quién se cuenta que el rey de la India Gondóforo tuvo una fuerte discusión con él debido a su fe, y con un espada atravesó su corazón. Los cristianos recogieron el cuerpo del mártir y lo enterraron con honor.

Es importante resaltar que Pablo de Tarso no formó parte de círculo íntimo de los doce apóstoles que acompañaron a Jesús durante su ministerio terrenal. No obstante, es ampliamente considerado y respetado como un apóstol crucial, en la difusión del cristianismo, por eso también es llamado el “Apóstol de los Gentiles”. Según la tradición cristiana, aunque no se detalla en la Biblia, se dice que murió decapitado en Roma, bajo el imperio de Nerón, probablemente alrededor del año 67 de nuestra era.

Vale la pena resaltar que a pesar de las enseñanzas tan nobles y excelsas transmitidas por Jesús de Nazaret, y el esfuerzo de los Apóstoles por difundirlas de la manera más fidedigna, cimentadas en el amor y el servicio al prójimo que, desde luego, aportó una ola gigantesca de valor moral para la humanidad, el cristianismo se enlodó en los anales de las historia con muchos desaciertos como la Santa inquisición, las Cruzadas, la venta de indulgencias, las tinieblas de la Edad Media, el descuartizamiento de Hipatia, la hoguera de Giordano Bruno y el suplicio de Galileo, entre otros.

Desde luego, es la mano del ser humano manchada con sus vicios la que ha estado detrás de los atropellos y las injusticias, al dejarse arropar por sus bajas pasiones desde las cúpulas del Poder, y otros simplemente al ser arrastrados por la mano de la ignorancia y el fanatismo. Pero ante las caídas hay que volverse a levantar y retomar firmemente el bastión que marcó el horizonte inicial, que no es otro que la enseñanza pura y simple del Carpintero de Galilea, aquel que nos legó una frase inmortal: “Amaos los unos a los otros, como yo los he amado”.

Cabe destacar que, en la actualidad, el cristianismo es la religión más extendida de la humanidad y cuenta con aproximadamente dos mil millones y medio de seguidores. Si bien se encuentra dividida en varias Iglesias, como la católica romana, la ortodoxa y las diversas protestantes. Los cristianos creen que Jesús es el hijo de Dios, así como el Mesías (o Cristo) profetizado en el Antiguo Testamento, que sufrió, fue crucificado, descendió al infierno y resucitó de entre los muertos al tercer día para dar vida eterna a quienes crean y confíen en él, así como la redención de sus pecados.

Ernesto Marrero Ramírez.

Editora: Carmen Cristina Wolf

 

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A RAFAEL CADENAS EN SU CUMPLEAÑOS

Rafael Cadenas

 

Rafael Cadenas en sus 95 años

Por Carmen Cristina Wolf

@carmencristinawolf

“La poesía pertenece a lo más íntimo, lo más sagrado, lo más tembloroso del hombre; no es asunto de frases bonitas (algunas veces es todo lo contrario)”.

Rafael Cadenas, entrevista publicada en El Nacional en 1966   

 

Una existencia vivida con autenticidad y a través de una mirada poética como la de Rafael Cadenas acompaña su poesía. Hace unos años tuve la fortuna de asistir a un recital de los poetas Rafael Cadenas y Eugenio Montejo. Fueron momentos inolvidables cobijados por la hondura de los versos de estos dos escritores venezolanos. Cadenas es poeta, ensayista, traductor y profesor de literatura. Es una voz poética lúcida, penetrante, que obedece a una visión del mundo fruto de un pensamiento profundo y de alcance universal.

En entrevista de El Nacional, en 2022, Cadenas dice: “la gente piensa que uno va a cambiar, y no es así. Yo sigo siendo el mismo, trabajando en mis papeles.” (Isaac González Mendoza). A una de las preguntas de González el 8 de abril de 2025, sobre el peligro en que se encuentran las democracias, responde: «Siempre lo hago, defender la democracias, cada vez que hablo públicamente. Sin democracia no hay cultura ni libertad de expresión»…

El más reciente libro de Cadenas lleva por título “A Rilke, variaciones”, publicado por Galaxia Gutenberg, que según el autor entra en la “lírica del pensamiento”. Se publica en El Nacional  el 8 de abril de 2025  un extenso artículo  y entrevista con motivo de su cumpleaños, haciendo un recuento del discurso pronunciado por Cadenas cuando recibe el Premio Cervantes en España, en el cual resalta la urgencia de defender la democracia y todo lo que la acecha y consideró necesario defender la lengua española. En noviembre de 2024 se reeditó el libro “Entorno al lenguaje” en la editorial de la UCAB. Recomiendo leer la entrevista que le hace Isaac González Mendoza.

Entre sus obras se encuentran: Cantos iniciales (1946), Una isla (1958), Los Cuadernos del destierro (1960), Derrota (1963), Falsas maniobras (1966), Anotaciones (1973), Intemperie (1977), Memorial (1977), Amante (1983), Dichos (1992), Gestiones (1992). Se han publicado varias Antologías de su obra y el Fondo de Cultura Económica publicó su Obra entera. Sus ensayos son referencia indispensable del pensamiento contemporáneo. Sus libros En torno al lenguaje y los Apuntes sobre San Juan de la Cruz y la mística son objeto de estudios e investigaciones. Recibió el Premio Nacional de Literatura, el Premio Internacional de Poesía Pérez Bonalde, la Beca Guggenheim y Doctorados Honoris Causa de las Universidades Central de Venezuela y Los Andes. Recientemente ha recibido el Premio de la Feria Internacional del Libro otorgado en Guadalajara.

Estas líneas que ofrezco a continuación son apenas unas notas, una reflexión muy personal en torno a la visión poética que se revela en la obra del venezolano Rafael Cadenas. Acercarme a desentrañar algunos rasgos en su poesía es un ejercicio que emprendo con timidez, porque es asomarse a su alma. La lectura de sus poemas, escritos y entrevistas es un solaz para el espíritu. Comienzo haciendo mías estas palabras escritas a Rilke por Lou Andreas-Salomé en 1914: “(…) empecé a vivir con el poema mismo, pues en los primeros momentos su sentido objetivo me subyugó demasiado como para poder hacerlo. Y ahora lo leo, o mejor, no paro de recitármelo a mí misma. Hay en él como un reino recientemente conquistado, todavía no se distinguen bien sus fronteras, se extiende más allá del espacio que se puede recorrer en él; se lo adivina más amplio (…)”. (Correspondencia, Hesperus 1989).

Así suele suceder con los poemas de Cadenas: pueden algunos de ellos ser como una pluma de ave que penetra  sin ruido en mi ventana, otros rasgan silencios a tambor batiente, mas cada uno conduce a un reino de significaciones y cuando creo haber agotado su sentido surge otro y otro; es una poesía que mueve los cimientos de lo habitual y nos lanza hacia las profundidades del misterio que somos.

El personaje

A pie descalzo suelo leer a los poetas cuyos versos  dejaron de pertenecerles para volverse míos. Cadenas estará acostumbrado a ser “elucidado, disecado, menguado, enriquecido, exaltado y maltratado”, haciendo valer las palabras que escribe Paul Valéry sobre sí mismo en el Prólogo al Cementerio Marino. Por esta razón no quiero hablar de ese hombre pausado, de caminar distraído, a quien podemos encontrar en las Librerías El Buscón, Kalathos, Alejandría o Lugar Común. No me atrevería siquiera a asomar algún sesgo de su forma de ser, él que se confiesa aprendiz, siempre joven ante el hallazgo que es la misma vida. Dejo constancia de que a veces me saluda con una secreta alegría y en ocasiones parece que mira pero no nos está viendo y hace un esfuerzo para saludar, como si no estuviera allí. Otro día vuelvo a encontrarle sentado en un quicio a la espera de que abran las puertas de algún teatro y nuevamente sonríe enigmático, juvenil, y sus ojos café se vuelven claros como el color de su portafolio de cuero. Me recuerda unas líneas que leí siendo muy joven:

“(…) él había pensado más que otros hombres, poseía en asuntos del espíritu aquella serena objetividad (…) y sabiduría que solo tienen las personas verdaderamente espirituales a las que falta toda ambición y nunca desean brillar, ni convencer a los demás, ni siquiera tener razón (…)”. (El Lobo Estepario, Hermann Hesse). Me atrevo a agregar que Rafael Cadenas es un personaje distinto para cada uno de los seres humanos que le conoce y permanece siempre a contraluz, en los linderos del misterio, transformado día a día en la medida en que crece su obra. Su lenguaje se enriquece y se amplía la comprensión amorosa hacia el ser humano. Es lo que percibo en su poesía y siento que ninguno de sus poemas es prescindible, cosa poco frecuente en la obra de la mayoría de los escritores.

Su estar en el mundo inspira una gran paz, aunque a veces hay que sobreponerse a esos silencios suyos tan férreos y armarse de valor para osar romperlos. Él es apenas un postigo entreabierto, nada más un vértigo hondo de presencia, tan dado a marcharse y regresar intacto más cercano cuanto más distante. Atravieso las páginas de sus libros y me dejo caer al vacío, al fin y al cabo “florecemos / en un abismo”.

 

Y en lugar de elucubrar o suponer, prefiero atenerme a sus propias palabras, tomadas del libro Entrevistas (Ediciones La Oruga Luminosa, 2000) y de recortes de prensa. En Últimas Noticias el 26/06/02, a la pregunta ¿Cuál es su forma expresiva?, él responde: “Escribo poemas en prosa”. Acerca de sus influencias, dice: “Durante un largo período la influencia principal fue de poetas franceses como Michaux, Rimbaud, Char. Después volví a la forma del verso libre”. (…) “De la India más que su literatura me ha interesado su filosofía clásica, el pensamiento que parte de los Upanishads”. También me atrevo a adivinar en su obra la lectura atenta de Lao Tsé, Chuang Tzu, Li Po, Rilke, Whitman, Lawrence…

Ante la interrogante sobre si la poesía debe tener un mensaje ideológico o religioso, Cadenas responde: “No. Lo que pasa es que lo que el poeta piensa se trasluce en lo que escribe. Si uno piensa en grandes figuras como Dante, uno sabe que detrás de su poesía había un pensamiento filosófico, el de Tomás de Aquino. En el caso de Shakespeare se ha señalado sobre todo la influencia de los estoicos, especialmente de Séneca (…) Hay un vínculo entre filosofía y poesía aunque no se deben confundir (…)”.

En el libro Conversaciones, traducción realizada por Cadenas a una selección de  notas  de Walt Whitman (Ediciones Monte Ávila Editores Latinoamericana 1994), se lee este fragmento de Whitman: “Bueno, está muy bien la cadencia, sí bastante bien; pero hay algo anterior, más imperativo. Lo primero que se necesita es el pensamiento (…) Soy muy reflexivo, me tomo mucho trabajo con las palabras (…) lo que persigo es el contenido, no la música de las palabras”. Encuentro en la poesía de Rafael Cadenas una tendencia carcana. No se pueden leer sus versos de una sola vez, cada cuatro o cinco palabras conviene detenerse y buscar su resonancia dentro de nosotros.

Desde una Isla a un Destinatario Desconocido

En el poemario Una isla, el joven Cadenas escribe en 1960:

Si el poema no nace, pero es real en tu vida,

eres su encarnación.

Habitas en su sombra inconquistable.

Te acompaña

diamante incumplido.

 

Una existencia vivida con autenticidad puede ser tan o más poética que el poema mismo. Una isla se forja desde esta reflexión sin ser una escritura de tinte filosófico, porque emerge en la matriz luminosa del mar y ese esplendor acompaña casi todos sus poemas. Plantea la paradoja de la realidad y el lenguaje que la nombra, hasta el punto de considerar la existencia del hombre como una “sombra inconquistable” de lo real, que es el poema. Lo cual nos pone ante los ojos el antiguo interrogante de si la palabra crea las cosas o estas surgen antes que el lenguaje. ¿O son inseparables la realidad y la palabra? A veces me atrevo a pensar que la esencia es la palabra y el origen de todo es el lenguaje. Me reconozco cautiva de los primeros versículos de Juan evangelista: “En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba en Dios, y el Verbo era Dios. Él estaba en el principio en Dios”. (Juan, 1,1-2). Lo visible no es sino una sombra de aquello que ES, el poema supremo de Sí mismo.

 

Cuando se vive en una isla arrojado al desarraigo se está uno sometido a la caricia o a la garra  de luces y sombras, doble visión que viene de lo alto y se refleja en las aguas. Por eso la luz entra a raudales en este poemario:

 

Muelle de enormes llamas  / Navíos que viajan al sol / (…) Ciudad de corazón de árbol / (…) La luz golpea mendigos (…).

 

Y la significación polifónica de los versos abarca el lugar donde se refugia un  personaje femenino:

tú entras en la luz (…)

tú comienzas a recorrer el tiempo como un licor (…)

tu cuerpo es un arrogante / palacio / donde vive / el / temblor.

 

            El amor transforma el exilio en libertad, porque cuando somos libres y estamos bien, poco nos damos cuenta de ello y se nos pasa la vida sin pena ni gloria, aferrados a la rueca de los hábitos que nos convierten en máscaras de mueca inmóvil:

El amor nos transforma… el pobre carcelero se creía libre porque cerraba la reja, pero a través de ti yo era innumerable.

(…)  El amado pronuncia el encantamiento que cubre una zozobra.

 

            Mas el poeta advierte que nada ni nadie en este mundo es para siempre y hay que partir de todo en cada instante:

No hay luz que nos enlace

(…) nuestras fiestas convertidas en fogatas / que avientan su ilusorio mediodía.

 

            En el exilio del alma los pequeños detalles salvan de la desolación, aun en la más triste de las separaciones: «El exiliado deplora las patrias / Rehuye escisiones. Se encamina hacia el instante”. Siempre lo acompaña un diamante incumplido: la libertad de poetizar.

En su obra se aprecia una observación rigurosa de su propio espíritu, así como de los pequeños sucesos cotidianos, como por ejemplo, escuchar las voces infantiles de los niños de la casa pidiendo un helado o salir a comprar el periódico. Encuentro una síntesis de la existencia y su valoración, una visión del hombre acerca de sí mismo, de sus vivencias, una  conmovedora comprensión de sus propias marchas y contramarchas y una prontitud esencial en el uso del lenguaje. Visión que siempre será fragmentaria, pues ningún ser humano puede aquilatar la verdadera dimensión de otro ser, que es infinita.

Cuadernos del Destierro

«Busca tu alma, ámala, tócala, cultívala”, escribe Rimbaud en su Carta del Vidente. Se percibe  en la poesía de Cadenas a un ser que se adentra en profundidad en su condición más íntima y la desviste de eufemismos:

Yo, envés del dado, relataré no sin fabulaciones mi transcurso por tierra de ignominias y dulzuras, rupturas y uniones, esplendores y derrumbes. (Del libro Los Cuadernos del destierro 1960).

El que observa sin velos la caída de sus propias máscaras anhela imperiosamente “ver” su verdadero rostro. ¿Quién soy, cuál de mis yoes, quién es el que Es?:

(…) Un día comenzó la mudanza de los rostros (…) todos escenificaban una danza de posesos sobre mis hombros (…). Mi rostro ¿dónde estaba? Debí admitir, tras dolorosa evidencia, que lo había perdido.

Revela el  desconcierto de quien despierta en una irrealidad habitada por cientos de espejos deformantes y no sabe cuál de todas esas imágenes es la verdadera. Estos versos desgarradores de Cadenas me hacen pensar en las palabras de Rimbaud en su Carta del Vidente:

El primer estudio del hombre que quiere ser poeta es su propio conocimiento, entero; busca su alma, la inspecciona, la tantea, la aprende. En cuanto la conozca, ¡debe cultivarla! (…) El poeta se hace vidente por un largo, inmenso y razonado desajuste de todos los sentidos. (…).

 

         Falsas Maniobras

Cuando se vive la experiencia de un fracaso es frecuenta que la persona se sienta más cerca que nunca del propio ser. De los triunfos poco aprendí, ellos me alejaron del encuentro con lo insondable que se esconde más allá de la apariencia. Por eso me conmueve el poema “Fracaso” del libro Falsas Maniobras. Es la extraña y honda hermosura que siento en unos versos traspasados de lucidez:

Cuando ponías tu marca sobre mi frente, jamás pensé en el mensaje que traías, más precioso que todos los tiempos.

Tu llameante rostro me ha perseguido y yo no supe que era para salvarme (…) Gracias por apartarme.

Cuando el hombre se sumerge en su propia soledad surge el poema, bien sea hecho de palabras o de sangre. “¿Quién sabe de la Noche?”, escribe Juan Liscano en el primer poema de “Nuevo Mundo Orinoco”. “¿Quién sabe de la desolación y del abatimiento a muerte, del fracaso absoluto sino aquel que lo padece?”.

En el vórtice del torbellino más negro puede asomar un celaje de esperanza. Por eso me gusta el poema “Beloved Country”, con su arcoiris de sentidos, porque según sea el estado del ánimo de quien lo lee, significa el canto nupcial con el “sí mismo”, o la llama del encuentro con el amado(a), tal vez el regreso al núcleo de la tierra, o también el reencuentro con la palabra que se había negado a volver al poeta en su abandono:

Cuánto tuyo no se desenvuelve como música perdida en mí.

País al que regreso cada vez que me he empobrecido.

(…)

Nunca me has negado tu leche de virgen.

Mi reflujo, mi fuente secreta, mi anverso real.

Ignoro el alcance de tu olor de especia, pero sé que has estado en todos mis puntos de partida, envolviéndome. Oriente solícito, como una ceremonia.

País donde van las líneas de mi mano, lugar donde soy otro, mi anillo de bodas. Seguramente estás cerca del centro.

 

Este poema trae el lejano aroma de la raíz que tiene sed de beber en la fuente de la vida y se hunde al fondo de la tierra en búsqueda de la madre, amante, esposa y alma en exilio. Que no otra cosa es estar en este mundo más que un exilio del alma que ha sido apartada temporalmente de la palabra que la creó.

 

Intemperie

Del poemario Intemperie me cautivan estos versos:

Hazte a tu nada

plena.

Déjala florecer.

Acostúmbrate al ayuno que eres.

Que tu cuerpo se la aprenda.

                    (Poemas selectos)

Esta referencia trae a mi mente los versos sobre la “Nada” leídos en el libro “La Nueva Tierra” del hombre nuevo (Ediciones Custodia de Tierra Santa, 1977):

La ‘Nada’ es lo más cercano al Ser

y es lo que somos:

somos ‘Nada’.

La ‘Nada’ está más allá del pensamiento,

ella está por encima del entendimiento.

Por tanto, no se llega a ella por el conocimiento,

sino por la ‘renunciación’.

Para llegar al Ser hay que dar un salto

en el vacío,

            ese ‘vacío’ es la ‘Nada’.  

 

En casi toda la poesía de Cadenas y sus escritos en prosa, como en los Apuntes sobre San Juan de la Cruz y la mística se percibe un desprendimiento para alcanzar la sabiduría en la más absoluta sencillez, sin pretender ser moralizante, lejos del culto a la personalidad. En la flaqueza y sobre todo a través de ella se roza el borde del amor, en la mayor indigencia se siente la intensidad de lo hermoso, ese “diamante incumplido” que se haya detrás del espejismo de la nada.

 

Amante

Como si no se pudiera respirar, en un ahogo, en asfixia casi mortal se vive cuando se está lejos del amado. Nada interesa al cuerpo, todo es  baratija, remedo de vida cuando él o ella no ama o no sabe que ama:

“¿Cómo pudiste vivir

de la idea

que la ocultaba,

con un sabor

que no era el de ella,

huyendo

de su aparecer

que era también el tuyo?”             

(Amante)

Cuando se está lejos de la presencia amada el mundo se desdibuja, pierde peso, se regresa al bosquejo, a aquello en el anhelo bosquejado. Únicamente importa él o ella, su latido, su respiración. Quien se enamora está dispuesto a traer, como escribe Emily Dickinson “rosas de Zanzíbar / abejas por millas, / desfiladeros azules / ejércitos de mariposas”.  Ningún elixir calma la sed ni cura el mal; apenas se respira y el pulso se suelta a latir sin concierto porque uno se quiebra y es capaz de lo imposible. Es el enamoramiento sin correspondencia una semilla de la más loca imaginación, lo imaginado sobrepasa casi siempre a la realidad, es más atrayente porque no se transforma en concreciones que suelen no cumplir el ensueño. Muestra de ello la pasión del Quijote por su adorada Dulcinea del Toboso, ejemplo de la hermosura y el encanto que el propio Quijote inventó en su pensamiento y en su corazón.  El dolor del amor ausente no desaparece sino con presencia tangible:

            Llegas

            no a modo de visitación

            ni a modo de promesa

            ni a modo de fábula

            sino

            como firme corporeidad, como ardimiento,

            como inmediatez.             

            (Amante)

 

La realidad refleja casi siempre un solo lado de las cosas y si nos damos vuelta, el espejo, con esa terquedad tan lógica de su sino, continuará  revelando tan solo el otro lado del ser. Así también, los otros reflejan nuestro rostro empañado por sus ideas predeterminadas sobre cómo se imaginan que somos, o como quisieran que fuéramos.

Nadie logra conocernos absolutamente. Solo existe un ser que en un instante es capaz de ver, sentir, saborear y saber cómo somos. Debiera decir, más bien, qué somos, quiénes somos. Es quien realmente nos ama:

“Eludías

el encuentro

con el tú

magnífico,

el que te toma

y te anula como tempestad

y de ti arranca al que busca”.

(Amante)

 

El amante posee por entero nuestra imagen y nos la devuelve intacta, íntegra, plena de toda plenitud. Nos entrega también algo más que antes no éramos, porque habíamos sido fragmentados, porque cuando llegábamos a ser, no había espejo que nos contemplara, ni había cáliz que contuviera nuestra sangre toda.

Después de haber vivido la experiencia de la otredad salvada y vencida por lo inexorable, el amor, que se revela por encima de cualquier pensamiento, de cualquier medida, el hombre se encuentra íntegro ante sí  y adquiere la “conciencia cósmica que nace de una compenetración del fondo más profundo del individuo con la vida de todos los seres y con el universo”, esa conciencia a la cual se refiere Rafael Cadenas en el prefacio a su traducción de algunos fragmentos de Walt Whitman (Conversaciones). Me gusta pensar que cuando Cadenas se refiere a esa “conciencia cósmica”, se describe también a sí mismo.

Y el poeta deja de verse separado, fragmentado, solo de toda soledad, porque posa el pie en la experiencia única, irrepetible, imborrable de ser uno con la vida, de ser vida en la Vida.

No es el éxtasis de los amantes la única vía del encuentro con la totalidad. Recordemos a San Juan de la Cruz: “Sin arrimo y con arrimo / sin luz y a oscuras viviendo / todo me voy consumiendo. / Mi alma está desasida / de toda cosa criada / y sobre sí, levantada / y en una sabrosa vida / sólo a su Dios arrimada”. La agonía y el éxtasis del fraile Juan florece en la unión con el Amado.

Voluptuosa experiencia irreversible, “restaurada inocencia”, florecimiento “en un abismo”, el abismo del ser. Cadenas invita a “Vivir / en el sabor de ser”.

Y nos  confiesa:

“Solo he conocido la libertad por instantes, cuando me volvía de repente cuerpo”. Manera de decir, con prontitud de lenguaje, haber encontrado un rostro ajeno que lo refleja íntegro y le permite ser con absoluta libertad, porque decir cuerpo es decir un todo, es no estar escindido en esas incómodas, a veces penosas categorías del cuerpo y el alma. Versos que ya son míos y de todo aquel que sea tocado por ellos. Palabras que conducen al resplandor, magnífico y terrible, de entregarnos al abrazo del origen:

“Y ella lo obligó a la más honda encuesta,

A preguntarse qué era en realidad suyo.

Después lo tomó en sus manos

Y fue formando su rostro

(…)

y lo devolvió a los brazos del origen”.     (Amante)

 

Importancia del Lenguaje

En 1984 Cadenas escribe: “(…) La situación de deterioro que he descrito de manera muy sucinta tiene graves consecuencias para el venezolano. El desconocimiento de su lengua lo limita como ser humano en todo sentido. Lo traba; le impide pensar, dado que sin lenguaje esta función se torna imposible; lo priva de la herencia cultural de la humanidad (…) lo convierte en presa de embaucadores, pues la ignorancia lo torna inerme ante ellos y no lo deja detectar la mentira en el lenguaje (…)”. Nunca como hoy tiene validez esta aseveración, cuando la falsedad  se extiende cada vez más en casi todos los ámbitos.

Estamos ante una de las reflexiones esenciales contenidas en este libro. Un lenguaje deficiente y empobrecido hace a un pueblo esclavo de la ignorancia. Con frecuencia recuerdo las palabras del profesor de Fonética Higgins, personaje de la obra Pigmalión de Bernard Shaw, que se conduele amargamente de la joven vendedora de flores por su “espantosa” manera de hablar, con graves errores en la pronunciación del idioma inglés. Él asegura que si tuviera ocasión de enseñarle a expresarse correctamente, la joven se convertiría en una dama capaz de ser la dueña de una floristería. No es asunto de afincarse en el sentido utilitario de dominar una lengua, más bien se trata del dolor que causa el incomprensible desprecio por aquello que nos es más ínsito. No amar el lenguaje es dejar de amarnos a nosotros mismos.

 

 

 

 

 

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Adela Zamudio: una guerrera de las letras y las ideas latinoamericanas

Adela Zamudio: Una guerrera de las letras y las ideas Latinoamericanas

 Por Ernesto Marrero Ramírez

¡La idea! Sentimiento sublimado

Que en el cerebro la razón condensa

Y en el claro raudal de la palabra

Brota llenando páginas excelsas.

Adela Zamudio

Adela Zamudio es la musa inconmensurable de Cochabamba, y su vida nos lleva a recorrer un viaje de ideas, conciencia, sentimientos y rebeldía. En su corazón boliviano, arde el fuego de la justicia y la igualdad, que ilumina los senderos oscuros con su poesía y su prosa. Como un ave en vuelo, su pluma revolotea entre los cielos de la opresión y la libertad, dejando a su paso una estela de esperanza y desafío.

Hay mucho que hablar de esta guerrera que se destacó por sus duras letras, su voluntad y talante, pero en el presente ensayo solo realizaré una pequeña reseña de su vida y hablaré un poco sobre algunos poemas que considero importante resaltar.

El 11 de octubre de 1854, nace en Cochabamba, Bolivia, esta insigne mujer, bajo el nombre de Paz Juana Plácida Adela Rafaela Zamudio Ribero. Hija del ingeniero Adolfo Zamudio de nacionalidad argentina y de Modesta Rivero, oriunda de Corocoro, Bolivia, capital de la provincia de Pacajes del departamento de La Paz. Tuvo tres hermanos, Mauro, Arturo y Amadís.

Zamudio es una de las figuras más importantes en la literatura boliviana y latinoamericana, además de ser una pionera en la lucha por los derechos de las mujeres. A lo largo de su vida, no solo dejó un legado literario impresionante, sino que también se convirtió en un símbolo de la emancipación femenina en una sociedad profundamente machista. Su alma indomable logró atravesar las altas montañas de la adversidad, labrado caminos de esperanzas y de posibilidades infinitas.

Desde temprana edad, Adela mostró una inclinación natural por la lectura y la escritura. Para el año 1869 Cochabamba contaba con un noventa por ciento de analfabetismo y las mujeres solo podían contar con tres años de formación inicial, en la escuela del Beaterío de San Alberto, donde ella estudió. Pero esto no la desanimó, y devoró todos los libros que llegaron a sus manos. A finales del siglo XIX, empezó a trabajar como profesora en esta misma escuela y, posteriormente, ya para el año 1905, con cincuenta y cuatro años de edad, es nombrada directora de la Escuela Fiscal de Señoritas, donde realiza una labor entusiasta como educadora, junto a un excelente grupo de docentes. Cargo que ostentó hasta 1920.

Su primer poema, titulado Dos rosas, fue publicado en el «El Heraldo» de Cochabamba, bajo el seudónimo de “Soledad”, cuando aún era una adolescente de 15 años; nombre artístico que ya vaticinaba su futura melancolía y la forma en que llevaría su vida. Motivo por el cual fue apodada la «Alondra Solitaria».

En 1887, editó su primer libro «Ensayos Poéticos» que mereció elogios de la crítica. También escribió artículos en los que desarrollaban sus ideas progresistas, laicas y a favor de la igualdad de la mujer, que publicó en este mismo periódico. Y para el año 1914, publica «Ráfagas«.

En sus versos encontramos la cadencia de la lucha ante las injusticias, la sinfonía de sus anhelos más profundos y la melodía de una voz que no se doblega ante los convencionalismos sociales de su época. Sus ideas llaman al despertar de la conciencia, son como un eco que resuena en los corazones de quienes buscan igualdad en un mundo desigual. A nivel literario, su poesía conserva los rasgos del romanticismo, aunque algunas obras ya palpan las corrientes de vanguardia como el modernismo.

En su poema “Poeta” exhibe una poesía filosófica, no son simples letras ‘floridas’ agrupadas de forma armónica o que juegan a la mejor estética, son letras profundas que dejan huellas en sus mensajes y reflexiones:

Cuando describe a ese maravillosos ser llamado ‘Poeta’, nos dice:

 

En la ruidosa fiesta del trabajo

De nuestro siglo en la grandiosa escena,

En medio de ese caos que se llama

“Lucha por la existencia”

Un personaje exótico aparece

Extraño a los negocios de la tierra.

 

Más adelante define en su poema el concepto de «Idea», que maneja el poeta que ella concibe:

Hay en su pecho un fuego misterioso:

El fuego de la idea.

¡La idea! Sentimiento sublimado

Que en el cerebro la razón condensa

Y en el claro raudal de la palabra

Brota llenando páginas excelsas.

Mas, para que esa llama sacrosanta

En su potente corazón se encienda,

Es preciso que apure de la vida

Las heces más acerbas;

Que conozca del horrido infortunio

Las escabrosas sendas;

Que sus riscos y abrojos le lastimen,

Que sus choques y obstáculos le hieran.

¡Eso es la inspiración! Flor misteriosa

Que sólo exhala su divina esencia

Después de las terribles sacudidas

De tempestad violenta…

 

Esa es la obra de Arte: sacro fuego

Que devorando crea;

Crepitación de un alma hecha pedazos

Sangre del corazón –¡eso es la idea!

 

En esta misma línea de pensamientos, el poema “Fragmento” nos revela la figura del ‘escritor’, quien encarna el compromiso inquebrantable de transmitir, a través de sus obras, ideales nobles como la verdad y el bien:

 

Buzo audaz que ha probado los embates

Del oleaje social, el escritor,

Sabe hallar esa perla de las almas,

Escondido en la concha del dolor.

 

 

Él muestra al mundo esa preciosa joya,

Noble corona de la sien,

Engastado en el oro de su ingenio

El ideal de verdad y el bien.

 

En la época de Adela, se implanta la libertad de culto para las escuelas, esto provoca desagrado en muchos grupos conservadores, y Adela apoya firmemente esta visón laica de la educación. En este sentido el padre Pierini forma la llamada ‘Liga de Señoras Católicas’, para enfrentarse con el sistema laico de enseñanzas. Su molestia es dirigida especialmente hacia esta llamada ‘poetisa’, que se mostraba como libre pensadora y feminista radical. No era ella la más adecuada para formar a las niñas de Cochabamba, y menos después de haber escrito ese poema sacrílego en contra de la Iglesia, llamado “Quo vadis”. Un poema por el que merecería ser expulsada de Bolivia y hasta excomulgarla.

En este poema recrea una escena donde, al estar envuelta en su dolor y soledad, se consigue con Jesús y le dice llena de indignación:

 

–La Roma en que tus mártires supieron

En horribles suplicios perecer

Es hoy lo que los Césares quisieron:

Emporios de elegancia y de placer.

 

Allí está Pedro. El pescador que un día

Predicó la pobreza y la humildad,

Cubierto de lujosa pedrería

Ostenta su poder y majestad.

 

Feroz imitador de los paganos,

           El Santo Inquisidor

Ha quemado en tu nombre a sus Hermanos…

        ¿A dónde vas, Señor?

 

 

Allá en tus templos donde el culto impera,

¿Qué hay en el fondo? O lucro o vanidad.

¡Cuán pocos son los que con fe sincera

Te adoran en espíritu y verdad!

 

Y le habla al buen Jesús sobre las injusticias de este mundo:

 

El mundo con tu sangre redimido,

Veinte siglos después de tu pasión,

Es hoy más infeliz, más pervertido,

Más pagano que en el tiempo de Nerón.

 

Ante el altar de la Deidad impura,

Huérfana de idea, la juventud

Contra el amor del alma se conjura

Proclamando el placer como virtud.

 

Las antiguas barbaries, que subsisten,

Solo cambian de nombre con la edad;

La esclavitud y aun el tormento existen,

Y es mentira grosera la igualdad.

 

¡Siempre en la lucha oprimidos y opresores!

De un lado, la fortuna y el poder,

Del otro, la miseria y sus horrores;

Y todo iniquidad… hoy como ayer.

 

Hoy como ayer, los pueblos de la Tierra

Se arman para el asalto y la traición,

Y alza triunfante el monstruo de la guerra

Su bandera de espanto y confusión.

 Ciega, falta, la humanidad se abisma

En los antros del vicio y del error,

Y duda, horrorizada de sí misma…

     ¿A dónde vas señor?

 

Uno de sus poemas más conocido fue “Nacer hombre”, que es una protesta contra la discriminación del género femenino, que tanto se acentuó en sus tiempos, y un llamado a la igualdad de derechos. Con una dura pluma alza su voz contra el machismo:

Ella ¡que trabajos pasa

por corregir la torpeza

de su esposo! y en la casa,

(Permitidme que me asombre)

tan inepto como fatuo

sigue él siendo la cabeza,

porque es hombre.

 

Luego exige los derechos al voto de la mujer, y continúa explicado lo absurdo de esta desigualdad humana:

 

Una mujer superior

en elecciones no vota,

y vota el pillo peor;

(Permitidme que me asombre)

con solo saber firmar

puede votar un idiota,

porque es hombre.

 

 Él se abate y bebe o juega

en un revés de la suerte;

sufre, lucha y ruega;

ella se llama “ser débil”

y él se apellida “ser fuerte”

porque es hombre

 

 Ella debe perdonar

si su esposo le es infiel;

mas, él se puede vengar;

(Permitidme que me asombre)

en un caso semejante

hasta puede matar él,

porque es hombre

 

¡Oh mortal!

¡Oh mortal privilegiado,

que por defecto y cabal

gozas seguros renombres!

para ello ¿qué te ha bastado?

Nacer hombre

 

Terminaba el siglo XIX y empezaba el nuevo siglo XX, y Adela comenzaba a vislumbrar los problemas de valores que acarrearían a las nuevas generaciones. En su poema “Fin de siglo” nos dice:

¡Avanza humanidad! tu vasto imperio

Explica la razón del optimismo,

No te espanta, en el borde del abismo,

De terribles problemas el misterio.

 Del dolor bajo el rudo cautiverio

Tiene como refugio el alcoholismo;

Sus tragedias te brinda el anarquismo,

Sus romances de amor el adulterio.

En este mismo poema, critica la visión materialista de la ciencia, que niega la existencia del espíritu.

Y la ciencia admirable y bendecida

Te da, tras los tormentos de la vida,

El horrible consuelo de la nada…

 

Nos indica Cicerón que filosofar no es otra cosa que prepararse para la muerte. De igual forma, Sócrates le explica a su discípulo Simias que los filósofos deben ejercitarse en el morir, y que el estar muertos es para ellos mínimamente temible. Pero para un gran número de personas, este tema se convierte en un tabú, en algo oscuro y triste, en una palabra maligna, un mal augurio que atrae la mala suerte e, incluso, a la misma muerte y por eso prefieren evitarla. No obstante, Adela Zamudio enfrenta esta ineludible realidad en sus poemas, con un verso diáfano y certero.

En su poema “Peregrinando” nos revela:

Ya se apaga la luz y el sol se esconde;

La noche se aproxima.

Quiero llamar la temida puerta

Donde solo el Silencio nos responde

¡Tengo una horrible sed que me devora!

Mi espíritu se baña desde ahora

En esa melancólica frescura;

Estoy ansiosa de tu reposo,

¡Oh! ¡lecho delicioso!

¡Callada sepultura!

 

 

En el poema “La primera noche en el paraíso”, nos habla sobre la llegada inevitable de la muerte:

¡En vano tiembla el hombre a tu llegada!

Tú abres al alma luminosa senda.

Tú eres revelación del infinito

¡Oh muerte! ¡oh noche misteriosa y bella!

En “El viaje de la vida”, nos recuerda la ‘finitud’ de nuestra existencia, la cual debemos tener presente para llevar una vida más consciente y reflexiva:

 

¿Qué es la vida, hermana mía

Qué tan bella nos parece?

Flor que se agosta un día

Leve soplo de ambrosía

Que pronto desaparece.

 Por un áspero sendero

Es el viaje de la vida:

Infeliz de aquel viajero

Que en momento lastimero

De su término se olvida.

Convencida de la existencia de una vida posterior a esta vida material, donde el alma continúa su misterioso camino, le dice “A un suicida”:

¡Pobre loco! pensaste en tus quimeras

que, apagando la luz de tu pupila,

te lanzabas al fondo del abismo

para dormir en lobreguez tranquila.

 

¿Dónde está el fondo de ese abismo, dónde?

¿quién el confín del infinito alcanza?

¡Mentira! El alma sigue su destino

por la ruta inmortal de la esperanza.

 

 Te sedujo la calma engañadora

de ese lecho de hielo de la tumba

en que, del fatigado peregrino,

la envoltura de polvo se derrumba;

 

Pero morir no es detener la marcha;

solo es dejar el terrenal ropaje;

hundirse en los espacios invisibles

seguir, seguir el misterioso viaje.

 

Ya a sabiendas de su cercana muerte, escribe su poema Mi epitafio, el cual quedaría reposando sobre su tumba:

Vuelo a morar en ignorada estrella

Libre ya del suplicio de la vida,

Allá os espero; hasta seguir mi huella

Lloradme ausente pero no perdida.

 

Adela no solo se limitó a la poesía; también incursionó en la novela, el cuento y el ensayo. Su novela “Íntimas”, publicada en 1913, es una obra que examina las restricciones sociales impuestas a las mujeres y la lucha interna por la liberación personal. En sus ensayos, Zamudio criticó abiertamente las injusticias y los convencionalismos de su época, denunciando la falta de acceso a la educación y las oportunidades laborales para las mujeres. Sus cuentos fueron publicados de manera póstuma, en el año 1943.

El 28 de marzo de 1926, el presidente de Bolivia, Hernando Siles, decide coronarla en Cochabamba como excelsa pensadora y poetisa de Bolivia y América. Cuando Siles le colocó la corona dorada de laureles expresó con satisfacción: “¡Adela Zamudio está glorificada!”.

Doña Adela Zamudio continuó escribiendo y luchando por las causas que consideró justas, hasta el final de su sendero, que acaeció un 2 de junio de 1928, en Cochabamba. El legado de Zamudio trasciende su obra literaria y educativa. Fue una de las primeras voces en Bolivia en abogar por el voto femenino, la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, en combatir los rituales hipócritas de su época y en elevar los valores morales de la sociedad. Su activismo y su valentía la convirtieron en una figura venerada y en un referente para las generaciones futuras.

El 11 de octubre se celebra en Bolivia el Día de la Mujer Boliviana en honor a su nacimiento, una fecha que sirve para reflexionar sobre los avances y los desafíos en la lucha por la igualdad de género. En la misma ciudad de Cochabamba, se erigió un monumento en su nombre, ubicado al norte de El Prado, que dice: “La comunidad cochabambina, en gratitud a Doña Adela Zamudio, ejemplo de la mujer valluna”.

En conclusión, Zamudio fue un alma muy avanzada para su tiempo, además de ser una voz inquebrantable y firme en la literatura latinoamericana. Con una pluma filosófica y justiciera que desafió muchos problemas sociales, en especial los que afectaban a la mujer, por lo cual es considerada como una pionera en el feminismo de su tiempo. Su obra y su activismo siguen siendo una fuente de inspiración y un recordatorio de la importancia de aportar ideas a su momento histórico y de luchar por la igualdad y la justicia.

Por eso podemos decir que allí, en el vasto lienzo de la literatura, Adela Zamudio pintó su legado con colores de verdad, coraje y justicia, dejando una obra maestra que aún inspira y desafía. Su vida y obra nos invita a soñar con un mundo mejor, donde la libertad no sea solo un anhelo sino una realidad palpable, y donde la igualdad florezca en cada rincón del pensamiento humano.

#ernestomarreroramirez

Editora: Carmen Cristina Wolf

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María Luisa Escobar, su significado en la cultura venezolana

María Luisa Escobar. Su significado en la cultura venezolana

Por Carmen Cristina Wolf

A la venezolana María Luisa Escobar se la recuerda por su talento como compositora, pianista, investigadora, fundadora del Ateneo de Caracas y de la Asociación Venezolana de Autores y Compositores. La tenemos presente por su  condición humana generosa, siempre dispuesta a apoyar a sus amigos y a los artistas para dar a conocer su obra e interpretaciones en el país. Quienes la conocieron la recuerdan por su personalidad descollante, férrea voluntad, belleza en sus obras como compositora y por su apoyo a la cultura.

Ella es mi abuela, muy joven contrajo matrimonio con mi abuelo Federico Wolf y tuvieron tres hijos, el mayor fue mi padre, Waldemar Wolf González. Aprendí de ella su amor por la música, su entrega al estudio de la cultura venezolana en todas sus manifestaciones.

Puede afirmarse que una de las personas más conocidas en el mundo musical venezolano es María Luisa Escobar.  Y ha sido sobre todo por el éxito de algunas de sus composiciones  que se dieron a conocer internacionalmente y fueron interpretadas por cantantes de reconocida trayectoria. Sin embargo, como escribió Mariantonia Palacios en su libro “María Luisa Escobar: un nombre escrito en nuestra historia”,  se ha escrito poco acerca de su obra como promotora cultural, sobre sus investigaciones de la cultura indígena venezolana y “sobre el papel fundamental que desempeñó como luchadora por los derechos de la mujer y en defensa del gremio de artistas.” Ella fue “una de las figuras más extraordinarias en el proceso de culturización de Venezuela”, tal como escribió su amiga y colaboradora Mercedes Carvajal de Arocha (conocida como Lucila Palacios). Por eso, como homenaje póstumo, el diario El Universal del 16 de mayo de 1985, publica un artículo en su honor titulado: “María Luisa Escobar, nombre inscrito en nuestra historia”, que inspiró el título del libro de la investigadora y músico Mariantonia Palacios.

Infancia y primeros años. María Luisa González Gragirena, cuyo nombre artístico es María Luisa Escobar, nació en Valencia el 5 de diciembre de 1896.  Enrique González Olivo y María Gragirena Mijares, sus padres, sembraron en ella la afición por la música. Desde jovencita, su carácter voluntarioso la llevaba a lograr lo que se proponía. A los cinco años fue inscrita en el Colegio de Lourdes de las Hermanas Francesas en Valencia, donde estudió piano con  las monjas tarbesianas.  Luego sus padres viajan a Curazao e inscriben a María Luisa en el Colegio Welgelegen Habay. Estudió piano, violín, armonía y composición, también pintura, literatura, inglés, francés, todo lo que una señorita  de su época debía aprender. Al graduarse de bachillerato viajó a París, donde perfeccionó sus estudios de piano y composición como alumna del profesor Roger Ducasse. Regresa a Valencia y según escribe Mariantonia Palacios, “ingresa a la agrupación que dirigía Rafael Romero, padre de Aldemaro Romero,  destacado compositor de canciones que llegaron a ser muy conocidas en su tiempo y director de orquestas populares que amenizaban bailes y musicalizaban las películas mudas en Valencia.”

Contrajo matrimonio con Federico Wolf en 1918, joven empresario alemán radicado en Puerto Cabello, de quien se divorcia a los pocos años. De esta unión nacen tres hijos: Waldemar, Irma e Iván. Luego conoció a José Antonio Escobar Saluzzo (1887-1970), violinista integrante del Cuarteto “Ríos”. De su segundo matrimonio nació su cuarto hijo, José Antonio (Toney).

Fundación del Ateneo de Caracas. María Luisa Escobar fue un personaje descollante en la vida cultural venezolana. Lo evidencia su destacado papel al frente del Ateneo de Caracas, institución de la cual fue fundadora. El libro de Mariantonia Palacios relata: “En la Caracas de finales del siglo XIX y las décadas iniciales del siglo XX, las familias de los sectores privilegiados de la sociedad venezolana se reunían en sus casas para escuchar e interpretar piezas musicales, comentar sobre asuntos históricos y de actualidad  o bien leer ensayos o poemas. Estas reuniones van adquiriendo regularidad con el tiempo, lo que da paso al surgimiento de instituciones que permiten su expansión fuera del ámbito de los salones. Este es el caso del Ateneo de Caracas, que surge a partir de las reuniones que se hacían en la residencia de María Luisa Escobar.” En la dictadura de Juan Vicente Gómez las únicas iniciativas permitidas eran las actividades culturales, y las mujeres  eran sus  promotoras principales. Un grupo de damas de la sociedad venezolana, entre quienes se encontraban María Luisa Escobar, Cachi de Corao, Emma Silveira, Ana Cristina Medina Jiménez, Eva Mondolfi y la poeta Luisa del Valle Silva, deciden crear un “centro de cultura, arte y ciencias”. La pianista Eva Mondolfi de Del Monte propone el nombre de Ateneo de Caracas. “El General Vicencio Pérez Soto gestiona la consecución de una casa destinada en forma exclusiva para servir de sede al Ateneo, ubicada en la esquina de Marrón a Cují N° 43 de la Avenida Este del centro de Caracas. María Luisa Escobar y Cachi de Corao corren con los gastos de instalación y arreglo del local.” El Ateneo se instala el 8 de agosto de 1931. Se escucha una disertación de la poeta Luisa del Valle Silva sobre la importancia de la cultura en el país y acerca del trato del que es objeto la mujer en general.  Se ofrece un concierto del cuarteto “Ríos” integrado por Pedro Antonio Ríos Reina como primer violín,  José Antonio Escobar Saluzzo (esposo de María Luisa Escobar) como segundo violín, Oscar Brunwald en la viola y Renato Bellaci en el cello. Los padrinos de este acto fueron Pedro Antonio Ríos Reina y Eva Monfolfi. El Ateneo de Caracas será desde entonces el primer centro de promoción cultural del país. La prensa de la época recogió el evento y fue transmitido a todos los radioescuchas de la capital, lo que demuestra la importancia que la sociedad caraqueña le dio a la creación de esta institución.

La primera junta directiva del Ateneo de Caracas estuvo conformada así: Presidenta, María Luisa de Escobar, compositora; María Irazabal y Eva Mondolfi, pianistas; Ana Cristina Medina Jiménez, calígrafa; María Luisa Velasco, pianista y pintora; Luisa del Valle Silva, escritora y poeta; Cachi de Corao, poeta; Mary Espinoza y Ana Teresa Planchart; Emma Silveira, profesora de canto y pianista. Se observa la mayoría femenina y hay preponderancia de músicos y escritores entre los asiduos. Los eventos literario-musicales prevalecerán como actividades principales en los primeros tiempos con la invitación a compositores, escritores o conferencistas. Las cualidades artísticas de los miembros de esta primera junta son destacadas por la prensa capitalina. María Luisa Escobar presidió el Ateneo durante once años por reelección consecutiva, hasta que en 1942 la institución se muda a la casa natal de Andrés Bello, situada en la esquina de las Mercedes, parroquia Altagracia. A partir de ese momento,  la gran actriz Anna Julia Rojas, quien había sido vicepresidenta por cinco años, toma las riendas del Ateneo. Mientras, María Luisa viaja a Bogotá, donde permanece durante un año desarrollando una intensa actividad artística.

Durante el tiempo en que María Luisa fue presidente del Ateneo de Caracas, el movimiento cultural del país giró en torno a la institución, que fue el lugar de reunión de pintores, escritores, músicos, escultores, poetas, compositores, actores, directores, bailarines, conferencistas, historiadores venezolanos y los invitados internacionales que visitaban el país.  Entre las actividades promovidas por el Ateneo durante esa época, tres merecen ser destacadas. La Fiesta del Cuatro, organizada en 1933, la participación de Andrés Eloy Blanco en el Homenaje a las Mujeres de América en 1934 y el ciclo de Conferencias Venezolanistas realizado en 1940. Se desarrolla el interés de María Luisa Escobar por las expresiones folklóricas de nuestro país, que se recoge en su obra como compositora e investigadora musical. En el homenaje a las Mujeres de América se observa su insistencia en la defensa de los derechos civiles e individuales de la mujer venezolana, situación que la llevó a propiciar la Agrupación Cultural Femenina (ACF) y la Asociación Venezolana de Mujeres (AVM).  Se invita a conferencias sobre temas relacionados con la mujer y se lleva a efecto el I Congreso Venezolano de Mujeres en 1940.

El Ateneo de Caracas fue también sede de movimientos de resistencia ante la dictadura. Allí se reunían los “reformadores del sistema”. El 14 de febrero de 1936 se creó la Junta Patriótica Femenina. El 24 de marzo se recibió con honores a Rómulo Gallegos, quien regresaba de su exilio político, con un acto literario y musical donde participaron los escritores Lucila Palacios, Julián Padrón, J. M. Ferrer, Antonio Arráiz y Clara Vivas Briceño. María Luisa Escobar impulsó además la creación de instituciones similares en otras ciudades del país, incluyendo Valencia, su ciudad natal. Allí colabora con la escritora María Clemencia Camarán en la fundación del Ateneo de Valencia.  El día 25 de febrero de 1936 fue fundado y como homenaje por el apoyo brindado, la sala de conciertos lleva su nombre desde 1987.

Su música. A los seis años María Luisa Escobar compuso su primera canción que tituló “Blanca, la niña Angélica”, y a los dieciséis años compone su primer ensayo de teatro musical, en colaboración con el compositor Juan Vicente Lecuna y la poeta Olga Capriles. Fue una comedia musical con libreto de esta última. Maríantonia Palacios señala que su obra abarca varios géneros  instrumentales y ballet. Fue precursora del teatro musical en Venezuela. Escribió obras que fueron presentadas en el Teatro Municipal de Caracas. En 1941 estrenó “Orquídeas azules”, sinfonía ballet en tres actos sobre una leyenda de las selvas de Guayana con libreto de Lucila Palacios. Obtuvo mucho éxito y fue representada durante varios meses en Caracas. En 1942 se presenta en el Teatro Colón de Bogotá. Casto Fulgencio López publicó el 21 de marzo de 1941 en El Universal a  propósito de su estreno: “María Luisa Escobar ha puesto armonía  al hermoso cuento-poema de Lucila Palacios. La interpretación de Orquídeas azules en el Teatro Municipal. Ha archivado en nuestro subconsciente una nueva sensación artística –inocente y lejana- hermana de las maravillosas reminiscencias de los Cuentos de Grimm, de Perrault y del viaje encantado de los niños de Maeterlinck en la busca infructuosa del pájaro azul. (…) Y se hizo el milagro de la primera obra lírica nacional con todos los atributos universales de propiedad en el libreto, en la partitura y en la escenificación”.

Lucila Palacios en su libro Espejo Rodante,    afirma que esta fue la obra de teatro lírico más conocida de María Luisa. Para ella, las razones de su éxito radicaban en el tema (una leyenda indígena) y en la calidad de la música. La obra tuvo trascendencia internacional, al extremo de que La Comisión de Asuntos Americanos, creada en los Estados Unidos con el fin de fomentar la amistad con los países latinoamericanos, la recomendó a Walt Disney para que hiciera una película. Lucila Palacios afirma que el proyecto no se materializó debido al estallido de la Guerra Mundial, evento que requirió de los servicios de Disney para la producción de documentales de guerra. En 1945 estrenó en el Teatro Municipal la fantasía musical “Blanca Nieves y los siete enanos”, comedia en dos actos con libreto de Graciela Rincón Calcaño y escenografía de Carlos Salas, también con mucho éxito. En 1960 se inauguró en el Teatro Municipal un festival infantil. En el programa presentado el 17 de enero figuraban dos obras: “La cajita de música”, una fantasía musical con fragmentos de Schumann, Poldini, Rameau, Lladow, Waldteufel y María Luisa Escobar; y “La Cenicienta”, una comedia musical en 3 actos basada en el cuento de Charles Perrault con música de María Luisa Escobar. Fue un éxito rotundo.  Escribió otras obras como “La princesa Girasol”,  “Las siete lunas”, “Colegio de señoritas”; “Guaicaipuro”, sinfonía ballet en un acto y tres cuadros que exalta la memoria del cacique compuesta en 1951 y presentada con motivo de los III Juegos Deportivos Bolivarianos,  “Cruz de mayo” (1954),   “Las cinco águilas blancas”,  sobre una leyenda indígena merideña que escribió  Tulio Febres Cordero; “Ruptura de relaciones”;  tres coreo-dramas musicales compuestos en 1960;  “Upata”, basado en un relato de Celestino Peraza sobre el cacique guayanés, “Tiuna”, cacique caribe de la tribu de los Caracas, y “Murachí”, cacique de la Sierra Nevada; “Canaima”(1964), la leyenda de la Laguna;  “Tibaire”, basado en la leyenda de la fundación de la ciudad de Valencia y “Arichuna”, ballet en torno a la figura del cacique del estado Lara.

El piano fue el instrumento preferido de María Luisa. Para piano compuso los siguientes valses: “Luna de Camoruco”, “Sueños de Bolívar”, “Caracas romántica”, “La luz de mi ciudad”, dedicado a Antonio José de Sucre, “Noche de Luna en Altamira”, “Caracas va hacia el mar”, “Cundiamor”. La obra más conocida es su “Concierto Sentimental”, composición de 1948 en dos movimientos para piano y orquesta, el cual fue interpretado por María Luisa en Caracas, Buenos Aires y Nueva York (en esta ciudad, con la Orquesta de Conciertos de la Columbia Broadcasting System bajo la dirección de Alfredo Antonini en 1949). Reconocidas pianistas venezolanas también han interpretado esta obra con gran éxito: Rose Marie Sader (Gran Orquesta de Conciertos bajo la batuta de Pedro Antonio Ríos Reyna en Caracas, 1969 y en Polonia con la Orquesta Sinfónica de Czestochowa bajo la dirección de Zygmunt Szczepanski en 1970) y Guiomar Narváez con la Gran Orquesta de Conciertos conducida por Pedro Antonio Río Reyna en Maracay, 1970.

María Luisa Escobar compuso canciones y boleros que la proyectaron internacionalmente. Entre ellos destacan: «Caribe», tema de presentación de Radio Caracas  durante muchos años, “Rosas de fuego”, “Tonada llanera”, «Contigo», «Mi general Bolívar», «La despedida», «Carnaval de candela» (texto de Alberto Arvelo Torrealba), «Siempre».  También los pregones “Naranjas de Valencia”, “Rosas y claveles” y  “Gardenias”. Algunas de estas canciones están recogidas en el Album Canciones sentimentales, Ediciones Musicales Arco, Caracas, Venezuela; “No puedo olvidarte”, “Yo sé que volverás”. “Fascinación”, “Súplica”, “La espera”, “Todo azul”, «Canción del marinero», «Canción del aviador”, “Campanitas de pascua”, “Ven sin que te detengas”. Y su canción más conocida “Desesperanza” (1949), reconocida como «canción del año» en 1950. Esta última obra ha sido grabada por muchos cantantes, pero fue  el tenor de Venezuela, Alfredo Sadel, quien la hizo famosa. Dona Répole, en un artículo publicado en el diario El Mundo poco después de su muerte, cuenta una anécdota que refiere la grabación de ese éxito. Escribió que en el año 48 María Luisa  escuchó en la radio la voz de Alfredo Sadel. Encantada con el timbre, lo busca para ofrecerle su canción “Desesperanza”. Así inicia el trabajo conjunto de los dos artistas y Sadel pasa a ser el intérprete masculino favorito de la compositora, quien financia algunas de sus grabaciones y lo recomienda al maestro Ríos Reyna para que grabe su primer LP, Diamante Negro. María Luisa también escribió música de cámara. Resalta su producción para violín y piano: “Petite Suite” (sobre temas folclóricos venezolanos), “Barcarola “ y  “El pájaro de los siete colores”.

La canción “Desesperanza” ha sido interpretada por destacados intérpretes, como Aquiles Machado, Serenata Guayanesa, Ilan Chester, Josué Hernández y otros reconocidos cantantes.

 

Comunicadora social. María Luisa trabaja en la radio a partir de 1940, en varios programas como La caja de juguetes, de corte infantil. Mariantonia Palacios escribe que la gran pianista Guiomar Narváez “recuerda que en ese programa, donde eventualmente también participaba su madre, la soprano Lucía Malavé de Narváez, se hacía un concurso en el cual los niños debían enviar sus dibujos a la emisora. El que resultaba ganador, se llevaba una caja de chocolates.” Guiomar también recuerda que había otro programa producido por María Luisa Escobar donde interpretaba música en vivo. El nombre de María Luisa Escobar estará siempre ligado a la radio a través de los cantantes que interpretaron y grabaron sus canciones. Entre 1939 y 1943, fue designada, junto a Vicente Emilio Sojo y otras personalidades artísticas, para conformar el jurado de selección en la Junta Nacional de Programación de Radiodifusión. Escribió artículos en importantes revistas y diarios sobre personajes del mundo artístico, muchas veces bajo el pseudónimo “Doña Sol”. En 1944 fue designada jefe de prensa de la Cámara del Senado.

María Luisa Escobar desarrolló una intensa carrera artística, participó en numerosos eventos como pianista, cantante o compositora. Dictaba conferencias internacionales como representante del Ateneo o de la Asociación Venezolana de Autores y Compositores.

En 1937 es invitada a París para participar en el Congreso de Audiciones Musicales para la Juventud. Allí ofrece un recital con sus obras para canto y piano. Ese mismo año  viaja a Estados Unidos y ofrece recitales y conferencias en varias ciudades. En 1949 va a Nueva York como emisaria del gobierno venezolano. Allí  presenta sus obras en varios conciertos acompañando a la reconocida soprano venezolana Fedora  Alemán. También interpreta  como solista su “Concierto sentimental”. En 1951 representa a Venezuela en la Primera Conferencia Interamericana de Música que tuvo lugar en la ciudad de Miami, donde nuevamente, además de dictar varias conferencias, ofrece un recital de sus obras acompañando a  Fedora Alemán. En 1955 graba como pianista un LP con Billo Frómeta del frente de una orquesta conformada por miembros de la  Orquesta Sinfónica Venezuela. El disco se titula «Concierto venezolano.

Gutiérrez.

Se le otorgó el Premio Nacional de Música (1985) por su larga trayectoria creadora y  por sus composiciones de música venezolana. Jurados: Abraham, Abreu, Sauce, Fedora, Serrano, Andrés Sandoval, Eduardo Marturet, Guiomar Narváez, Frank Hernández, Marina Urguelles.

El final de una carrera. María Luisa Escobar falleció en Caracas el día 14 de mayo de 1985 después de haber cosechado laureles como compositora, intérprete y promotora cultural. Su obra deja huella en el mundo cultural venezolano. Para nuestra familia es un orgullo su labor incansable y manifestamos profundo agradecimiento a la pianista e investigadora Mariantonia Palacios por haber escrito el  libro “María Luisa Escobar: un nombre escrito en nuestra historia”, publicado en 2008. Y a SACVEN por su hermosa publicación y homenaje.

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CULTURA MUNDIS, en alianza con EDITORIAL DIOSA BLANCA, invita a un encuentro especial con la poeta GISELA CAPPELLÍN, entrevistada por ANA MARIA HURTADO, EDGAR VIDAURRE y JOHNNY GAVLOVSKI.  En este encuentro, conversaremos sobre su trayectoria y sus obras.
Gisela Cappellin es poeta, editora, gestora cultural y docente. Consultora del Círculo de Escritores de Venezuela.
No te lo pierdas, porque las historias que se tejen con versos son las que nos recuerdan el valor de la humanidad.
CULTURA MUNDIS, TU VENTANA AL MUNDO
Un espacio donde las palabras nos llevan en un viaje que nos conecta con la belleza y la fuerza de la poesía expresadas por grandes poetas.
Editora: Carmen Cristina Wolf
@carmencristinawolf
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UN VIAJE A LOS CONFINES DEL MUNDO

Alvaro Pérez Capiello

Un viaje a los confines del mundo

Alvaro Pérez Capiello

«Cuando el conejo sacó un reloj del bolsillo de su chaleco, miró la hora y luego se alejó a toda prisa, Alicia se incorporó de un salto, pues cayó en la cuenta de que nunca había visto un conejo que llevara chaleco ni reloj que pudiera sacar del bolsillo y, ardiendo de curiosidad, lo siguió corriendo por el prado (…)» Estas líneas, corresponden a un clásico de la literatura: Alicia en el País de las Maravillas del escritor inglés, nacido en Cheshire, Charles Lutwidge Dodgson, mundialmente conocido por su pseudónimo Lewis Carroll. Profesor universitario, matemático y gran aficionado al ajedrez y las cartas, le gustaba sobremanera jugar con las palabras. En Alice in Wonderland, todo sigue su propia lógica: los gatos desaparecen sonrientes, la hora del té no acaba nunca y las reinas tienen ejércitos de naipes. Como muchas historias para niños, acaban seduciendo a los adultos que se internan en ellas y advierten, por ejemplo, la angustia que supone el tránsito de la niñez a la edad adulta a tiro de piedra de una rebanada de pastel o de una botella que, simplemente, está rotulada con la palabra «bébeme».

En el asueto de carnaval, llegó a mis manos una pieza teatral, aún no estrenada, del joven diseñador, actor y dramaturgo, Nelson García Restrepo (Nelson Alexandre). Titulada «El Quinto Elemento», posee indudables referencias al mundo helénico, siendo cuatro de sus personajes dioses que corresponden a los cuatro elementos clásicos: aire, agua, fuego y tierra. Como si estuviésemos al frente de uno de los pasajes de La Ilíada o La Odisea de Homero, Nelson nos presenta a dioses que juegan con el destino de los hombres a su antojo en una asamblea que bien pudiera estar emplazada en las alturas del monte Olimpo. Las acciones se inician con un niño al cual un mendigo ha resuelto contarle una historia… La isla de Kun, hogar de los kunianos, sufre por el poco respeto que sus habitantes han prodigado a las leyes de la naturaleza y, de allí, la intención de aquellos dioses de destruirla. ¿Habrá una salida? Al mejor estilo de los héroes de las epopeyas griegas; Jasón, Hércules, Aquiles, por solo mencionar algunos, el joven Alhí se embarca en una cruzada, y no en una cualquiera… En su viaje, se topará con La Gaviota en una barca, pasaje que me trajo a la memoria las vicisitudes sufridas por el protagonista de Relato de un Náufrago, aquella novela periodística de Gabriel García Márquez. Como bien diría Harold Bloom, todo en nuestro viejo universo algo le adeuda al pasado, hasta la misma idea del vuelo, que tiene su asiento en las alas de cera confeccionadas para Icaro por su padre Dédalo.

Alhí posee una brújula mágica que apunta a lo que más desea su corazón, aunque pareciese no estar preparado para las pruebas que ha de sortear en su búsqueda de los dioses Elementales, los únicos que pueden salvar a la isla de Kun de su trágico destino. Su barca zozobrará a causa de una tormenta que lo llevará a un islote en el centro de la Nada y, salvado por delfines, retomará la cruzada hacia el lugar donde el mar también es cielo. Esto me recuerda, sin duda, a la «Aventura de Jasón en búsqueda del vellocino de oro», cuando la nave Argos cruza un pasaje entre las simplegadas, enormes rocas movedizas que se tragaban a los navíos antes de remontar La Cólquida (El País del Sol). Nelson Alexandre, de nuevo nos revela su gusto por el mundo antiguo, por ese destino inexorable que no puede cambiarse: «todo sucede por una buena razón y en nuestro camino siempre encontraremos a las personas indicadas» -dice el personaje Alhí a La Gaviota.

Esta ave, parece huir cada vez que las cosas se tornan feas, es, digamos, una amiga de la conveniencia. En el caso de los dioses Elementales, ellos exhiben las virtudes y los defectos propios de los seres humanos, algo también muy del mundo helénico en verdad. En la escena siguiente, Alhí es capturado por piratas. El capitán Cascarudo, un temerario hombre-cangrejo, cuyo nombre es conocido hasta por las olas, amenaza con arrojar a nuestro héroe al mar hasta que descubre que es, nada menos y nada más, que un habitante de la isla de Kun. Continúa el viaje rumbo a la Gruta de Sorrento, lugar del Santuario de los dioses Elementales, pero, antes, hay un nuevo escollo que salvar. Se tejen muchas leyendas sobre el canto de las sirenas, un embrujo al que nadie se resiste, ni siquiera un pirata… La odisea que ha vivido Alhí, es una preparación que lo llevará a cumplir su sino. Nada de lo ocurrido, en esencia, es bueno o malo, aunque lo que está claro es que: «las cosas grandes y bellas son siempre difíciles de alcanzar».

El autor, en un tono filosófico, plantea una cuestión trascendental en las palabras del Maestro Februs: «Pequeño, Alhí, es imposible salvar a quienes no quieren ser salvados. Los sacrificios también deben meditarse». Este anciano alquimista, halló al propio Alhí de bebé dentro de una gran ostra en un paseo a orillas del malecón. Estaba envuelto en un manto de oro y llevaba, colgado al cuello, un curioso collar tejido del que colgaba una perla multicolor. A su tiempo, sería él quien le daría algunas claves para iniciar la aventura que nos ocupa rumbo al Santuario de los dioses Elementales. Resulta, de todo punto imposible, no dejarse llevar por algunas lecturas que han dejado huella indeleble en nosotros, concretamente la saga de los caballeros del Rey Arturo y su Tabla Redonda en búsqueda de una reliquia sagrada: el santo grial. Imagino, pues, al Maestro Februs como al Merlín de Camelot, rodeado por sus pócimas y escudillas en una atmósfera de misterio. Al protagonista, se le presenta entonces una decisión; abandonar la misión que lo ha traído tan lejos, o continuar… La historia nos coloca aquí frente a un dilema moral y, como espera el lector, Alhí, tomará la acción correcta… Es un héroe de los tiempos homéricos, que escucha los dictámenes de su corazón, alguien capaz de ofrendar la propia vida por los demás (los kunianos).

Las conversaciones entre los dioses Elementales a veces se nos antojan como una letanía: «¡Yo soy el más afectado por lo que está pasando! (Silfo). ¡Yo soy la más afectada! (Silce). ¡Yo propongo chamuscarlos! (Flamel). ¡Flamel! (Silce y Sifo). ¡Yo soy el que más sufre! (Silfo). ¡No, yo! (Silce)…» Ello, aporta a la pieza un halo de frescura y, hasta pudiera decirse, de comicidad. Muchas historias, exhiben una cierta circularidad, ellas «acaban donde comienzan» y, en nuestra opinión, esto ocurre con la pieza de Nelson Alexandre. Después de muchas aventuras, aquellos dioses continúan enfrascados en la misma cuestión: ¿cuál será la mejor forma de acabar con los kunianos y su isla en forma de pez?

El desenlace llega con grandes acordes, como si de una sinfonía del gran Beethoven se tratase, solo El Quinto Elemento, extraviado desde antiguo, puede salvar a los kunianos. Él, representa la armonía del Cosmos, siendo la suma de las cuatro energías elementales: fuego, tierra, aire y agua. Llegó el momento de que lo evidente se haga, pues, visible… Alhí es, en realidad, ese Quinto Elemento, pero, la verdadera moraleja de esta pieza estriba en que todo es cíclico, y que, de alguna forma, los comienzos se unen a los finales en esa maravillosa rueda de la vida. A veces, hay que recorrer medio mundo para entender que lo ansiado estaba a la vuelta de la esquina. No existen remedios mágicos, la verdad se halla en nuestro interior… Muchas enseñanzas pueden extraerse de esta obra, siendo un eje central la conservación de la naturaleza. A nuestro entender, quizá en un futuro próximo, Nelson García Restrepo (Nelson Alexandre) se anime a escribir una segunda parte donde el narrador se despoje de las ropas de mendigo y se nos revele como el mismísimo Maestro Februs.

 

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CARMEN CRISTINA WOLF EN EL DÍA MUNDIAL DE LA POESÍA

Por ser hoy 21 de marzo Día Mundial de la Poesía, publicamos el presente ensayo de la poeta Carmen Cristina Wolf. Fue publicado en su libro «Vida y Escritura»:

 

El Lenguaje, una Visión del Mundo

Por Carmen Cristina Wolf

El poema es un salvoconducto hacia la redoma azul de la libertad  

Un poema que es un verdadero poema nos acelera el pulso. Puede hacernos sentir asombro, admiración, ternura, rabia, espanto, alegría, dolor, nostalgia. Pero jamás nos dejará indiferentes.                                 

El Ser de la Palabra

Los seres humanos no tenemos otro apoyo ni otro refugio más que el lenguaje y el amor. Nos vamos haciendo, crecemos y nos construimos a través de lo que pensamos, decimos y creamos. O nos conformarnos con un molde ya hecho, lo que significa repetir patrones, o nos damos a la tarea de construir nuestro propio mundo. Ahondar en el ser del lenguaje permite encontrar caminos y avizorar horizontes para encarar el peor de los males de este mundo: la pérdida de sentido de nuestra propia existencia.

Uno de los libros más interesantes que me acompañan en el viaje por estos rumbos, es Ontología del Lenguaje de Rafael Echeverría (Dolmen ediciones). Parece una exageración, pero identificar y ahondar en los actos lingüísticos básicos, tales como decir sí o no, las declaraciones, afirmaciones, juicios, ofrecimientos, peticiones y promesas, en fin, todo lo que expresamos y callamos a cada instante, puede ser vital para entender un poco más nuestro universo personal y desplazarnos del desconcierto a la comprensión.

No hay palabras inocentes que caigan en saco roto. Toda frase construye un mundo de significados y genera acciones constructivas, respetuosas, adorables o perversas. El lingüista Mortara Garavelli acota que uno de los secretos del buen empleo de la teoría de la argumentación es saber guardar silencio cuando es menester. Es preferible hablar menos y reflexionar más sobre lo que pensamos y decimos. Este ejercicio puede convertirse en un juego fascinante, en un arte placentero. Ya la vida está muy enredada últimamente para pretender algo que vaya más allá de pensar apasionadamente en las cosas.

El desarrollo o la decadencia de los pueblos se reflejan en la riqueza o en la pobreza de su lenguaje, porque el lenguaje implica una visión del mundo. Somos de acuerdo a como hablamos. Todo fenómeno social es siempre un fenómeno lingüístico. Nosotros cortamos en pedazos el mundo, lo organizamos, lo conceptualizamos. Por ejemplo, cuando se habla de esencia y substancia, del ser y el ente, estas palabras están impregnadas de una visión que propusieron los griegos. Cuando nombramos los vocablos alma y cuerpo, nos enmarcamos en una concepción cristiana, estamos dejando sentado que existe una clara delimitación entre dos componentes del ser humano, uno visible, tangible, transitorio, el otro intangible e inmortal. Otra manera de entender la naturaleza humana, diría que no existe esta división entre alma y cuerpo, simplemente son estados distintos de energía y de conciencia. Solo mencionar estas palabras representa la adopción de un sistema de pensamiento religioso, filosófico, científico y social.

Un gobernante o líder que posea un lenguaje constreñido a una ideología excluyente y pretenda ignorar las otras visiones del mundo,  pretenderá encasillar a la sociedad en su visión, despreciando al resto de los ciudadanos que no piensan como él.

Hablar sobre la importancia del lenguaje es como constatar que el sol sale todos los días, pero con frecuencia es necesario insistir sobre lo evidente. Leer, escribir, es algo tan común que se pierde la percepción del carácter extraordinario del lenguaje.

¿No es sorprendente que las grandes transformaciones de las sociedades se inicien con palabras? El poeta alemán Hölderlin escribió: “Al hombre se le ha dado el más peligroso de todos los bienes, el lenguaje, para que atestigüe lo que es”. Y yo agregaría: lo que es y también lo que no es, porque el lenguaje está al servicio del albedrío del ser humano, para manifestar lo mejor de nosotros mismos y también para generar confusión, guerras y sufrimiento.

Ha llegado el tiempo de que en Venezuela  los maestros y los estudiantes aprendan teoría de la argumentación. La nueva lingüística reivindica la Retórica, expresarse con eficacia y con ética. Retórica no consiste en adornar las frases con vocablos extraños, no es un simple artificio literario y mucho menos pretender engañar a los otros mediante la persuasión.

La retórica es una disciplina indispensable para transformar a la sociedad. Así como un cuchillo se utiliza para partir el pan y mondar una naranja, también puede ser empleada para herir. Es por eso que saber retórica debe ir indisolublemente unido a la ética. Es un daño irreparable privar a los maestros de su arma principal: la teoría de la argumentación, el arte de la expresión persuasiva.

¿Cómo vamos a inflamar los corazones de los jóvenes de valores éticos, de ideales, cómo vamos  a convencerlos de tener fe en ellos mismos y orgullo de hacer las cosas bien, si los maestros no conocen el arte de convencer porque carecen de los recursos de la retórica?

La debilidad de nuestra nación se inicia en las aulas de clase.

La Seducción del Ritmo

El lenguaje cobra su mayor fuerza expresiva cuando está sustentado en el ritmo. El universo está inmerso en el ritmo. El ritmo rige el crecimiento de todo cuanto existe, de los hombres y de los imperios, de las cosechas y de las instituciones. El ritmo nos atrae porque desde el vientre materno vivimos en los latidos del corazón de nuestra madre. Al nacer nos mecen y nos cantan tonadas que repiten sus estribillos una y otra vez: “Aserrín, aserrán, los maderos de San Juan (…) los de rique, alfeñique, los de roque, alfondoque, riqui, rique, riqui ran (…)”.

El ritmo produce el placer de la espera, el placer de la realización y del recuerdo.  El poeta siente el ritmo de sus pensamientos, de los sucesos, de los sentimientos.  Se ha hablado mucho del ritmo interior del poema. Ese ritmo interior tiene que revelarse en intensidades, acentos, entonaciones, pausas, ritmo.

Aproximación al Poema

Todo lo que pensamos y sentimos, lo imaginario y lo real, puede ser transformado en poema. Una vez escrito, el poema es propiedad de quien lo haga suyo, no de quien lo escribió. Berkeley decía que el sabor de la manzana no está en la manzana, sino en el encuentro de la manzana con el paladar, así el ser del poema está en el  encuentro entre el poema y el ser humano que lo lee o lo escucha. El poema solo existe a medias cuando no es leído. Y cuando el poeta dice que a él no le importa si lo leen o no, me permito dudar de su sinceridad, porque no hay nada más gratificante que encontrar a alguien conmovido con un verso escrito por nosotros.

Sin pretender ponernos a buscar imposibles definiciones, recuerdo a Octavio Paz cuando dice que el poema es una obra única, irrepetible, insustituible, es una unidad autosuficiente. El poema empieza y termina en sí mismo. No tiene valor de cambio ni utilidad tangible. No es fácil poner a las palabras a decir lo que el poeta quiere que digan. Él libera las palabras de la conversación y vuelve a reunirlas en su condición de amigas, gracias a las frases: sonido-silencio, sonido-silencio y así.

Un poema que es un verdadero poema nos acelera el pulso. Puede hacernos sentir asombro, admiración, ternura, rabia, espanto, alegría, dolor, nostalgia. Pero jamás nos dejará indiferentes. El poema es una confesión de fe: el poeta puede o no creer en Dios, puede amar la vida o aborrecerla, creer que el ser humano es bueno, o malo, o ambas cosas, no creer absolutamente en nada. Aun así, el poema es una confesión de fe.

 

El auténtico poema no es fruto de la inspiración. Se aprende a escribir y es el fruto de una larga paciencia y de un intenso trabajo. Dice García Lorca: “Si es que soy poeta por la gracia de Dios, o del demonio, también lo es que lo soy gracias a la técnica y al esfuerzo y a saber de una manera absoluta, lo que es un poema”.

 

Concluyo con una anotación de Rafael Cadenas: “un pueblo sin conciencia de la lengua termina repitiendo los slogans de los embaucadores, es decir, muere como pueblo”.

 

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EN EL ANIVERSARIO DEL POETA LUIS BELTRÁN MAGO

 

ANIVERSARIO

Por Lidia Salas

A un año de su partida en el temblor de luces infinitas, agradezco a Dios el privilegio de haber estado en la cercanía de un poeta como, Luis Beltrán Mago, quien fue mi mentor, el amigo que compartía su pasión por la poesía, el guía dispuesto siempre a regalar una audiencia para mis versos.
Nacido en Cumaná, prestó su voz para  cantar la ciudad, el río y la mar:
«Cabalgando sobre la
mar
el aire juega
con las olas.
Riela el aire entre
la bruma
mientras la mar
se obscurece…»
Fue abogado, periodista, promotor cultural, uno de los fundadores del CEV.
Su escritura expresa la belleza del mundo, para significar estados de conciencia.
La mirada se recrea en los elementos, para reflexionar sobre la naturaleza  humana, sobre el destino del hombre, de acuerdo a los siguientes versos sacados de su libro, Del agua y de la lluvia:
«Por las viejas paredes
donde la lluvia escribe su mensaje,
el hombre se refleja
desde el agua y la nube.
Vive su propia eternidad
en esta hora donde la luz
se estira
hasta la inmensidad
de su presencia.
  Su sombra queda atrás.
  Brilla sobre el agua
de los siglos.»
Más adelante dice:
«Mi corazón es una vieja
casa
donde el sol y la lluvia
son los habitantes de mi alma.»

En su poemario: El mundo de la piel,  habla desde su corazón enamorado con imágenes  diáfanas que iluminan el diálogo con la amada:

«Amanecida esta tu boca sonrojada.
Amanecida la pestaña donde el sueño descansa.
Amanecido yo que pude alzar
la espada por sobre las murallas
y bendije tu cuerpo desde la torre
más alta de mi castillo…»
Deseo dejar testimonio de su generosidad fraterna, del humor presente en sus conversaciones cotidianas, del vacío que la ausencia de su palabra ha dejado en esta Venezuela, huérfana de mensajes de luz, en esta hora de sombras.
#circuloescritoresvenezuela
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DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER

Día Internacional de la Mujer

Por Farah Cisneros

El Día Internacional de la Mujer, es una fecha clave para reflexionar sobre los avances en la trayectoria por la igualdad de género, visibilizar las desigualdades que aún existen y reconocer el papel fundamental de las mujeres en la sociedad.
Relevancia y Significado

1.Orígenes y contexto histórico

•Se remonta a las luchas obreras del siglo XX, cuando las mujeres exigían mejores condiciones laborales y derechos políticos.
•En 1977, la ONU oficializó el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer.

2.Derechos e igualdad de género

•A pesar de los avances, aún existen brechas salariales, violencia de género y barreras en el acceso a educación y liderazgo.
•Este día impulsa políticas y acciones para garantizar la equidad en distintos ámbitos.

3.Reconocimiento y visibilidad

•Se destaca la contribución de las mujeres en ciencia, cultura, política y más.
•Se generan espacios de debate sobre feminismo, derechos reproductivos y participación política.

4.Movilización y cambios sociales

•Se realizan marchas, conferencias y actividades para sensibilizar sobre temas como el acoso, la violencia de género y la discriminación.
•Gobiernos, empresas y organizaciones aprovechan la fecha para promover iniciativas en favor de la igualdad.
Ejemplo de Impacto
Movimientos y campañas sobre igualdad salarial han cobrado fuerza en los últimos años, impulsando cambios legislativos y culturales en muchos países.
La literatura ha sido un espacio clave en la lucha por la igualdad de género y un reflejo de los desafíos, logros y voces de las mujeres a lo largo de la historia.

Relevancia del Día de la Mujer en la Literatura

1. Visibilidad de escritoras y sus aportes

•Durante siglos, muchas mujeres escritoras fueron ignoradas o publicaban con seudónimos masculinos (como George Sand o las hermanas Brontë).
•En la actualidad, el 08 de marzo es una oportunidad para reivindicar sus obras y su impacto en la literatura mundial.

2. Temas clave en la literatura feminista

•La lucha por los derechos de la mujer (Un cuarto propio, de Virginia Woolf).
•La opresión y el control sobre el cuerpo femenino (El cuento de la criada, de Margaret Atwood).
•La identidad y la independencia (Jane Eyre, de Charlotte Brontë).
•El rol de la mujer en la sociedad y la maternidad (Mujer en punto cero, de Nawal El Saadawi).

3. Movimiento feminista y literatura

•Autoras como Simone de Beauvoir (El segundo sexo) y Bell Hooks han influido en la teoría feminista.
•Hoy en día, escritoras contemporáneas como Chimamanda Ngozi Adichie (Todos deberíamos ser feministas) continúan impulsando el debate.

4. Premios y reconocimientos

•Cada vez más escritoras reciben premios importantes, como el Nobel de Literatura (Toni Morrison, Olga Tokarczuk, Annie Ernaux).
•El 8M se usa para fomentar la lectura de autoras y dar espacio a nuevas voces en la literatura.
¡Haz lo que te dé la gana! es un libro de mi autoría , publicado inicialmente en 2016 y reeditado en 2020. La obra se centra en el autodescubrimiento y la transformación personal, invitando a los lectores a reflexionar sobre su identidad y autoaceptación. En esta obra promuevo la idea de que cada individuo tiene el poder de cambiar su vida al hacerse cargo de su preparación y avanzar hacia un futuro inédito.

Reconozco mi enfoque en áreas como la Programación Neurolingüística, el liderazgo y el crecimiento personal. Además de mi labor literaria, me considero formadora en metodologías organizacionales y mentora en desarrollo integral.
Actualmente, formo parte de la Junta Directiva del Círculo de Escritores de Venezuela y fundadora de EGP Escuela de Gerencia y Pensadores, donde apoyo la divulgación del trabajo literario de escritores venezolanos en el mundo.
En una reciente entrevista, me permití compartir mi pasión por la escritura que comenzó desde temprana edad, influenciada por mi abuelo materno, periodista y cofundador de “Il Corrieri di Caracas”.  Después de dedicarme al derecho y al ámbito empresarial, retomo la escritura en 2011, enfocándome en la psicología humanista y la educación emocional. Estas experiencias me llevaron a publicar ¡Haz lo que te dé la gana!, donde abordo la importancia de enfrentarse a las propias emociones y buscar la felicidad a través del autoconocimiento.

 

@farah_cisneros en Instagram

Editora de la web: @carmencristinawolf

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