Andrés Eloy Blanco: El espíritu del colectivo

Homenaje en los 115 años de su nacimiento: 6 de agosto de 1986

Por Magaly Salazar Sanabria

Para poder ver el bosque, abramos un claro entre los árboles. Son diversas las voces que animan la escritura de Andrés Eloy Blanco: ecos que trazan una nueva concepción de la hispanidad a través de una visión benévola de los conquistadores,”la semilla piadosa de las manos reales”. La asunción del trigo en la tierra llanera compendia el encuentro armonioso de dos realidades, así la manera de anunciarnos la aproximación entre dos culturas: la española y la india y más tarde, la negra.
El paisaje venezolano adquiere líneas decididas en la poesía del poeta centenario:En el poema Coquivacoa se lee:

“Después, ya no muy lejos, entre el Lago y el Cielo,
venía hacia nosotros la playa de arribar
y en el azul clavadas, como tejiendo un velo,
vimos surgir las verdes arañas del palmar” (1)

Esta voz del paisaje es, entre otros designios de su palabra, una búsqueda incesante que pretende romper con el exotismo impuesto por los modernistas, los cuales no lograron superar la relación entre su visión de la realidad objetiva y su imaginación
Lo popular, traído de la mano de un mestizaje acongojado y a la espera de una mejor suerte del destino, hace de la poesía de Andrés Eloy Blanco un ejercicio de lo venezolano, por su emoción, sus modismos, inflexiones, musicalidad, temas y paisajes. El poeta toma elementos del folklore sin grandes variaciones que permiten atacar la quejumbre de lo venido de Palos de Moguer. La palabra enternecida del poeta León Felipe, aquel día de México, ante la caja oscura que contenía los restos de Andrés Eloy Blanco, dijo en su hermoso discurso: “Pero Andrés Eloy Blanco no es un poeta español ni rabiosamente españolista. Es un poeta criollo que cada vez se va haciendo más mestizo. Al final será el poeta más equilibradamente mestizo de la América española”(2)
Es la obra de Andrés Eloy Blanco una poesía de metáforas sencillas que pulsa la emoción y la manifestación de los sentimientos sin rodeos. El empleo de las imágenes poéticas es de una gran claridad y están respaldadas por la verdad de la vida, las tradiciones, el espíritu de la gente y de la historia. Este canto llano pero con calidad lírica es lo que ha contribuido a que el pueblo venezolano recite por allí:

“He renunciado a ti. No era posible
fueron vapores de la fantasía;
son ficciones que a veces dan a lo inaccesible
una proximidad de lejanía”
o
“Ayer vino la paloma
que viene todos los días,
ayer se paró en la reja
y comió de mi comida.
Ayer vino hasta mis hierros,
ayer me escuchó tranquila
y digo en el romancillo
las cosas que le decía” (4)

Preocupado por este colectivo del cual el poeta no es sino un eco, adentrado en la esperanza y la muerte, en la sal de lo álgido, en el conflicto y en la risa, Andrés Eloy, asume una postura ante los problemas del ser humano, y lo hace a través de la solidaridad. Más que política, esta voz es solícita con el pueblo pero es también, fuerza de libertad por la que luchó desde La Rotunda, El Castillo Libertador de Puerto Cabello, Valera y el destierro.

La vocación democrática del poeta, su extraordinaria calidad humana y sus condiciones de ciudadano con alto sentido ético de la vida, hacen que la palabra llegue al alma popular como un legado de su espíritu de hombre poeta, más que el de un militante político. De Baedeker 2000, cito:

“Medio millón de hombres
se secaron los pechos
sus gritos de múltiple tono,
sus imprecaciones
sus sarcasmos,
sus quejas,
sus oscuros pedruscos de voz,
y los fueron mezclando
en el sombrero de un hombre”(5)

Mientras espera, llámese vivir el camino andado o la ilusión de la otra orilla, el poeta establece una ruptura con la herencia recibida. Según criterio de José Ramón Medina, Andrés Eloy Blanco es un poeta que creció entre varias tendencias, ésto le da el carácter de poeta de transición , por eso encontramos en sus primeros poemas rasgos modernistas, románticos y vanguardistas. Pero su universo creador, su ambición por captar toda expresión humana, le imprimen a su obra un carácter de amplitud que le hace ir de lo humano a lo divino, de lo histórico a lo geográfico, de lo culto a lo popular. De esta manera, va desgajando posibilidades temáticas que reflejan su preocupación por el país, el ser, el amor, la vida. El yo poético dice:
Nací en una revuelta
viví una Revolución
y me voy por la puerta de un idilio.
Estoy de pie en los campos
que mi calor maduró al fin para los hombres(…)
De la montaña ideológica
quedó una frase de divinidad sustantiva:
“el Hombre es una fuerza que ama”(6)
El poema, Autorretrato, citado anteriormente, refleja claramente el deseo de Andrés Eloy de comulgar con lo humano que le confiere rasgos estilísticos propios. En un sentido, detectamos una tendencia al diálogo y la plasmación de un sentimiento de confianza. Este aspecto hace que el lector sienta las confidencias del hombre auténtico:
“(…) Y el beso familiar a medianoche:
-La bendición ,mi madre.
Que el Señor te proteja…
Y después en el claro comedor, la familia
congregada para la cena,
con dos amigos íntimos y tú, madre, a mi lado,
y mi padre, algo triste, presidiendo la mesa.
!Madre, cómo son ácidas
las uvas de la ausencia!”(…)(7)

El poeta se compenetra con la colectividad cuando asume la fe como bandera, así, la angustia parece alejarse, el dominio de la negación, también. De esta manera el poeta invoca la confianza:
“Cuando se tiene un hijo,
se tiene al hijo de la casa y al de la calle entera,
se tiene al que cabalga en el cuadril de la mendiga
y al del coche que empuja la institutriz inglesa
y al niño gringo que carga la criolla
y al niño blanco que carga la negra
y al niño indio que carga la india
y al niño negro que carga la tierra” (…)(8)

La confianza está determinada por la absoluta responsabilidad que el escritor asume ante lo social. Este aspecto ha dejado de ser tema para transformarse en una voz. Tomás Segovia afirma: “el poeta ya no habla de lo social, sino en lo social”(9) La fe del poeta se sostiene en su manera de observar la naturaleza, el trabajo, la tierra y en su sentido de la solidaridad. En muchos poemas como “La Hilandera”, “Aparición de Giraluna”, “Caminos” y otros tantos, se siente la hondura de esa intimidad que sella la confianza.
La comunón del poeta con su pueblo se palpa en la presencia del yo que se afirma a través del “otro”. Un yo que se resuelve en nosotros, pero que no sólo se contenta con el otro, -ella, el colectivo-, sino que también se involucra con los espacios, los objetos, las cosas: Para demostrar lo expresado, cito:

“Cuando tú te quedes muda
Cuando yo me quede ciego,
nos quedarán las manos
y el silencio”(10)

Y en ese nosotros llegan las voces de los antepasados. En el poema “Iraida Regina Blanco”, de Tierras que me oyeron, el yo poético musita: “Iraida:Estoy pensando en el navío/ que trajo por los mares a tu abuelo y al mío”.Así el poeta habla de los conquistadores, los que vinieron con limones de Granada, los que trajeron claveles de Sevilla. El nosotros se hace con la sangre del yo y la de Iraida, para recordar a los viejos; el que sembró el árbol y el que salvó el ave.
Pero ese movimiento del yo que le permite refundirse en nosotros, también es
expansión. Entonces, el colectivo surge siempre vívido, apostando por una vida mejor y esperanzada, libre y feliz. Planteamiento que no surge de un dogma ideológico sino de una sencilla convicción de ser sensible. Esta sensibilidad le hace imprimir un sello de humanismo a su poesía y no de moralismo, como algunos han señalado.
De cada verso, unido uno tras otro en eslabones libertarios, nace una ética que surge del poeta y cuyo sentido totalizador tiene como lazo unitivo la solidaridad. Porque la poesía de Andrés Eloy no pretende ser sólo un acto comunicador . Sus voces son afirmativas, en el sentido de hacer del deseo una consustanciación con los otros.
Cualquier elemento de lo cotidiano, por muy pequeño que éste sea, pero que pertenezca al oficio de vivir del pueblo, contribuye a cohesionar la obra del poeta cumanés que es la poesía de lo colectivo.
El poeta no es un hombre que se queda en la contemplación. Su humanismo se transforma en acción; toma partido por la vida, la libertad, la justicia, el amor. La voz del amor llega a manera de canto o de elegía. En el primer caso, el yo poético se identifica con el amor -la mujer-y lo considera motivo central de su existencia, otras veces, lo manifiesta con una sensación de fragilidad. Distingue el amor a los padres. Una dirección cósmica-erótica recrea hermosas sugerencias. Cito: “Pensé: -En sus brazos, con Ella,/!romperé, acero tus lazos!/ ¿Para qué quiere una estrella/ quien tiene al cielo en los brazos?”(11) . El amor huele a “desayuno de amor”, “traslación de la sangre”, “apuro de los poros/ con un millón de hambres y un millón de sedes”. El amor es tranquilo, apasionado, reflexivo. La ausencia es un pretexto para configurar el amor. Se tira de los hilos de la distancia, de la soledad y de la espera. El amante, volverá, tal vez, no revestido de corporeidad, sino de aliento para darle un nuevo motivo de canto al poeta, porque en toda ausencia hay una presencia.
La otra manera de revestirse el amor es a través de la elegía, que también revela el sentimiento de la muerte. El poema elegíaco y la reflexión acerca de la muerte tiene sus raíces en castellano en Disputa del alma y del cuerpo del siglo XIII, y en el planto a Trotaconventos que Juan Ruiz incluye en su Libro del Buen Amor (siglo XIV).
Más tarde, las Coplas a la muerte de su padre, de Jorge Manrique, le imprimieron jerarquía a este género poético. La tradición elegíaca conserva como ejes centrales: 1) El consuelo que se concibe como una nueva vida. 2) El elogio derivado de una situación postmortal. En el caso de Andrés Eloy Blanco, la consolación está dada por la fuerza del amor, por los buenos recuerdos; en fin, por las huellas. El elogio magnificador crea un espacio fantástico. El poeta no percibe la muerte como algo negativo, la persona muerta, habita ahora lugares de misterio y de bondad, por eso se produce el consuelo. La muerte también adquiere su sentido en la vida, porque es ineludible. Es la vida la que le da verdadero valor a la muerte, porque ésta es su fin. En Andrés Eloy Blanco se perfila un sentido solidario con los hombres que se inscribe en una dimensión colectiva e histórica y va más allá de la muerte

“ Padre mío, perpendicular al suelo,
luminoso de canas,
como el sol en medio del cielo,
a plomo sobre las sábanas
Amigo mío, sin paralelo,
amigo sin codicia y sin celo,
amigo de todas las tardes y de todas las mañanas”(12)

En la elegía a la madre “A un año de tu luz”, la invocación se convierte en una gran energía telúrica y cósmica.
No se puede acallar la voz del prisionero. En sus libros Barco de piedra y Baedeker 2000, el poeta se torna universal cuando proyecta su palabra . Cinco partes componen la obra con nombres de ingrata recordación: La Rotunda, Castillo de Puerto Cabello, Cárcel de Puerto Cabello, El Confinamiento y La Casa de Abel. En el poema “Los grillos me han hecho callos”, se percibe: “Duele un dolor de pobladas,/duele un dolor de dolores;/alguien se queja; en la queja/se quejan millones de hombres/(…) Se podría estar callado,/ callado…pero no puedo!/ Los grillos le han hecho callos/ al silencio”(14).Este poema es reivindicador de la poesía de la prisión y una afirmación de las convicciones democráticas del poeta del espíritu del colectivo, Andrés Eloy Blanco.

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Caracas abismal, por Alid Salazar

El bullicio de Capitolio define a las gentes del suburbio: “Alos chino” “lleve su hombre Araña” “frescos – helados” Es inevitable el aturdimiento, el roce, el choque y presenciar varias escenas en un mismo instante. A la salida del metro en Mercaderes, me distraigo pensando en esa isla larga que conduce hacia la plaza Bolívar; con su enorme cantidad de palomas haciendo sus figuras en el aire, ancianos que se reunían en la tarde o la mañana a echarse los cuentos de otros tiempos, mientras algunos leían el periódico, otros hablaban de caballos y se entretenían viendo algún juego de ajedrez. Aunque mucha de esa gente aun frecuenta la plaza. El nonagenario italiano vestido de blanco impoluto con su bastón de apoyo, que caminaba delante de mí, fue asaltado por dos morenos altos, mientras uno le ataba las manos con las suyas, el otro le sacaba la cartera y huyeron raudos. “ladroni, guante di seta, ladroni di valuta” Una señora con bolsas de mercado grita “ladrones, agárrenlos”.

Por unos instantes no supe de mi. Me quedé con la impotencia tatuada en el alma. Subí al autobús pensando en la inseguridad de mi ciudad, abstraída por la situación me quedé apiñada entre el gentío, un joven amablemente me cedió un puesto, otro sentado a mi lado leía un periódico oficialista. Yo seguía pensando que no pude hacer nada por el viejecito. “La ciudad está extraña” No contesto. “Pasa algo raro, la siento latente” Avanzamos por la Avenida Baralt, observo sus calles abarrotadas de desperdicios. “Como no va a estar latente” le digo “si a cada instante suceden cosas terribles, fíjate la avenida principal está oscura, el metro está congestionado, las escaleras mecánicas no sirven…” Continué enumerando otros tantos detalles. El chico que quería tomarme el pulso para saber mis opiniones, no resistió y se bajó “Prefiero caminar por Caracas para respirar su aire” Lo vi brincar algunas alcantarillas salidas de su entorno, lanzarse de la calzada al pavimento porque la basura no lo dejaba avanzar.

Desde la ventanilla disfruté La Plaza Miranda, que la remodelaron pero no deja de tener maleantes, hetairas, trasnochados e indigentes. Unas mujeres se lanzaban botellas, se decían groserías y los transeúntes corrían asustados. Cerré los ojos y pensé en la belleza de mi ciudad cuando alguna vez está limpia, sus árboles chispeantes y su gente amable. Pasamos por El Mercado de Quinta Crespo y siento nostalgia; evoco mi infancia cuando acompañaba a mis tías a hacer las compras y aunque nunca me han gustado los mercados, ese era un momento de unión con mi familia, un paseo que no me gustaba pero que con el tiempo ha adquirido su valor sentimental, al igual que el mercado de San Martín. Continuamos avanzando y el tráfico era un caos.

La Plaza Madariaga en El Paraíso, estaba muy oscura, sus árboles la arropaban y las intersecciones la bordeaban autos estacionados. El sonido de la música en el bus estaba muy elevado; era un reggaetón aún así el chofer escuchaba a quién solicitaba parada. La Avenida Páez estaba abrumada por la locura de los conductores. El calor era obstinante, sudé como en un baño de vapor.

Pasamos por El Pedagógico y recordé que mi madrina me llevaba de niña, también al liceo Aplicación, donde ella daba clases. Esta es solo una parte de la ciudad que ayer recorrí con mucho temor. De pronto no sabía a donde iba, vi el restauran El Maracaná, solicité parada cerca del Estadio Brígido Iriarte. Crucé la calle, me senté y solicité al mesonero que me sirviera una cerveza bien fría, tomé mi libreta de notas y comencé a escribir.

Un muchacho con el torso desnudo, sus ojos relampagueantes, llenos de temor y de rabia me sorprendió en mi concentración: “¡tengo hambre, dame de comer!” Me quedé mirándolo, no tenía más de diecisiete años, estaba descalzo y sus cabellos ensortijados hacía mucho que no sabían de agua y jabón.

* Alid Salazar: Actriz de teatro y Escritora venezolana

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Aproximación a nuestra cultura, tertulia con Heraclio Atencio Bello, el domingo 7

El próximo domingo 7 de agosto a las 11 de la mañana, en la Sala Cabrujas del Centro Cultural Chacao, Heraclio Atencio Bello nos hablará sobre Aproximación a nuestra cultura. Se iniciará una tertulia con los asistentes. Todo ello con motivo de los 200 años de los acontecimientos que dieron lugar a nuestra condición de Nación.

Se trata de profundizar acerca de «nuestra rica, mezclada, arquetipal y multiforme cultura. También inconclusa e impregnada de vida, color y entusiasmo, indisociable del mundo afectivo.» (Fragmento del ensayo de Atencio, publicado en al libro Aproximación a nuestra cultura, editado por la Fundación Venezuela Positiva, 2011)

Si no profundizamos en el significado de la cultura para cada uno de nosotros, si no pensamos y discutimos sobre ello, llegará un momento en habremos perdido nuestra memoria histórica, nuestros arraigos, y seremos un pueblo perdido en los vaivenes de las influencias.

Les invitamos!!!

DOMINGO 7 A LAS 11, EN LA SALA CABRUJAS DEL CENTRO CULTURAL CHACAO, EN LA TORRE EL PARQUE, 3ª AVENIDA DE LOS PALOS GRANDES CON FRANCISCO DE MIRANDA, ENTRADA LATERAL DERECHA.

ESTACIONAMIENTO EN PARQUE CRISTAL

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Brother Walt Whitman, por Frank Ziccarelli

América
el pajarraco desdentado
el sátrapa
pretende ensillar la Libertad

América
Él azuza ese trino tenebroso &
pretende
sepultar los vientos libres y traviesos

América
Él insufla escarnio
contra el trepidar del caballo blanco
herrado en oro
laureado en manglares de sol
de frutos abiertos
sangrados & sangrantes

América
Él quiere desnudar tu alma &
clavetear tu cuerpo de puñales

Él quiere arruinar el oxígeno
De las planicies a punta de petardos &
los ociosos
alzan el hacha contra Leo Leo Leo
El León de Caracas

América
Él pretende enculebrar tu sueño
vestirlo de lujuria &
arrojarlo fuera del bosque
resucitado

¡Por mis antepasados:
No ha de lograrlo!

Julio de 2011

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Poema de Marisol Marrero: Tulipanes amarillos

En homenaje a la ciudad de Caracas, la escritora Marisol Marrero nos envía un poema inédito, que es también un homenaje a los hombres y mujeres de Venezuela que han perdido la vida en defensa de sus ideales de libertad y dignidad.

Tulipanes amarillos

Por Marisol Marrero

A Keila Guerra

No era sangre menstrual
Era de munición 308
Anabelle Aguilar

Corazón sembrado en la plaza
Como una semilla más de tulipán
Amarillo

La sombra de su recuerdo
Sobre el cemento
La muñeca
Rota en el pecho
Sangra como un secreto
Que no cicatriza

Todavía piensa
Que son fuegos artificiales
Triquitraques
Calebración y fiesta
El rubio asesino
De pelo crespo
Se dejó ver con el alcalde
La noche anterior a la tragedia

Con un beso en la mejilla
Selló el pacto
¡Ni un solo yerro!
Tiros certeros a la cabeza y el centro del pecho

El caballero
Así lo llamó el mandatario de turno
Remató limpiamente
A las mujeres de Altamira

Solo queda de ellas
La huella de sus cuerpos en nuestra memoria.
Y la sangre derramada sobre los tulipanes

*** MARISOL MARRERO: Marisol Marrero, venezolana, novelista y poeta, profesora universitaria, socióloga con postgrado
en psicología social, es autora de una vasta obra que comprende poemarios como:
Desmembrando la especie (1979), Segmentos de memoria (1982), Eterna primavera (1982), En mitad de la noche (1986), Carimba (1993), Velaje (1994), Conjuros (1997) e Iracundia (2001), así como de las novelas Las brujas modernas vuelan en la red (2001) y Lotte von Indien, la coloniera de Tovar (2003), Niebla de pasiones (2007). Es Miembro del Consejo Consultivo del Círculo de Escritores de Venezuela

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Poema de Lidia Salas en homenaje a Caracas

Ha llegado la primavera

Se que ha llegado la primavera
porque el aire se rinde a la transparencia
del violeta. El árbol reclinado entre el puente
a las Mercedes y el río Guaire
incendia con sus ramos de flores
rosa antigua la monotonía de un espacio.
Las buganvilias ensangrentadas
se desgajan en las tapias por los atajos de la ciudad
y las acacias de la Alta Florida
son jardines aéreos que sostienen la autopista.

Se que ha llegado la primavera
porque las guacamayas sedientas desparraman
su acuarela de gritos más temprano
Y la imagen del Ávila
se estruja sobre el corazón
como sonrisa del ser más amado.
Porque los Araguaneyes deshojan
sus corolas de oro en las aceras,
y el aroma de las flores del Caobo
estremecen con su esencia de azahares.

Se que ha llegado la primavera
porque de mis dedos brotan versos
como flores en los pastizales.
Primavera amarga
porque no tengo tus ojos
para mirar como reverdecía nuestro amor en cada Marzo.

*LIDIA SALAS:

Lidia Salas es Magister en Literatura de la Universidad Central de Venezuela. Autora de los poemarios: Arañando el silencio, Mención de Honor del Primer Concurso de Poesía Libre de la Universidad de Córdoba, Colombia (1984),Coautora con Elena Vera de la Antología Quaterni Deni. (1992). Mambo Café, 1º Mención de Concurso de la I Bienal del Ateneo Casa de Aguas (1994). Venturosa Premio Unico Mención Poesía del VII Concurso Nacional del IPASME (1995) .Luna de Tarot (Ediciones Círculo de Escritores de Venezuela. 2000). Y de las Plaquettes Sedas de Otoño (Taller Editorial El pez Soluble, 2006). Itinerario Fugaz editado por la Universidad Nacional Abierta en 2008.

Es integrante de la Junta Directiva del Círculo de escritores de Venezuela. Ha sido invitada a la Celebración de la Semana Hispánica por la Universidad de Clemson
(Carolina del Sur, USA) en 1989 donde leyó su ensayo “Voces de mujeres en la poesía Venezolana” y a la II Bienal de Poesía Hispanoamericana en la Universidad de George town, Washington. Usa.1997 en donde disertó sobre la vida y obra del poeta chicano Tino Villanueva. Presentó una ponencia sobre la novelística de Marisol Marrero en el Octavo Encuentro Internacional de Escritoras 2008, que se realizó en Caracas. Ha publicado numerosos ensayos en diarios y revistas.

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FERIA DEL LIBRO DE SUCRE EN LA PLAZA MIRANDA

La I Feria del libro de Sucre se inauguró ayer en la Plaza Miranda

DANIEL FERMÍN | EL UNIVERSAL
jueves 28 de julio de 2011
Caracas tiene dos ferias literarias en simultáneo. Una, que inició el lunes, está en la Plaza de los Museos de Bellas Artes; la otra, que apenas se inauguró ayer, se armó en la Plaza Miranda de Los Dos Caminos.

La primera, organizada por la Fundación para la Cultura y las Artes de la Alcaldía de Caracas (Fundarte), estará hasta el 31 de este mes. Tiene por nombre «II Feria del libro de Caracas», pero también podría llamarse «Feria de las editoriales del Estado». Ahí, los estands relacionados con el gobierno son mayoría, por mucho.

«Se busca el enriquecimiento del pensamiento y el espíritu», había dicho Freddy Ñánez, presidente de Fundarte, el día de su inauguración. Y los libros con ideología socialista abundan. …

Eso sí, también hay otro tipo de actividades. Como las infantiles que organiza el Banco del Libro en la tarima central. Ayer, Cristina Molinati entretuvo a los niños con el taller «¿Quieres que te cuente un cuento?» Y, como esa, hay lecturas dramatizadas y algo más.

Los puestos ocupados por librerías ofrecen un poco más de variedad. También los dos de libros usados, que tienen los precios más accesibles. Así, de a poco, las personas han hecho sus compras. «Las ventas van bien. Sólo el primer día la lluvia opacó un poco», dijo el encargado del lugar destinado a la Librería Macondo, la misma que estaba en Chacaíto.

La falta de editoriales privadas también representa la ausencia de ejemplares. Uno de los visitantes preguntó por El anatomista, de Federico Andahazi (Editorial Planeta). «Planeta no está aquí», le respondieron. Otro buscaba El juego de los abalorios, de Hermann Hesse (Alianza Editorial), pero Alianza tampoco está ahí.

AL OTRO LADO DEL RÍO

LA PRIMERA FERIA DEL LIBRO DE SUCRE inició la tarde de ayer. Se inauguró con una muestra de danza a cargo de la Escuela de Ballet Keila Ermecheo y un concierto de rock sinfónico del Grupo Aedea. Hoy habrá otras actividades, como la tertulia «Basado en hechos reales. Cualquier parecido con la realidad no es coincidencia», a cargo de Leonardo Padrón, Gisela Kozak y Rodrigo Blanco Calderón.

El evento, que organiza la Dirección de Cultura de ese municipio, resulta ser la antípoda de su homóloga que se realiza al otro extremo de la ciudad. Ahí no hay editoriales del Estado ni cooperativas. Son 40 lugares con empresas privadas y librerías independientes. Ni siquiera está Monte Ávila.

«Las instituciones del Estado nos manifestaron, tras enviarles la convocatoria, que estarían en la de Fundarte. Eso les impidió a ellos que estuvieran aquí», explicó Iván Diéguez, presidente de la Cámara Venezolana del Libro (Cavelibro), coorganizadora del certamen hecho en Sucre. Ante el choque de eventos en el calendario, cada quien eligió su camino.

La división, para Diéguez, no representa un problema. «Hay la libertad de participar. Yo celebro que en Caracas, en conmemoración a sus 444 años, haya dos ferias simultáneas. Eso habla de que hay más lectores y que hay públicos para ambas», concluyó. Como las editoriales, el lector también tendrá que decidir a dónde ir.

dfermin@eluniversal.com

Cortesía de El Universal

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La Ciudad, poema de Dave Franco

Secretas son tus calles,
Misteriosos tus callejones,
Enigmáticos tus rincones,
Una gran contenedora de vida.

Radiantes tus días, vibrantes tus noches,
Llena de historias ambulantes y tragedias novelescas,
Urbana la memoria pintada en tus paredes,
Respiras historia, evocas nostalgia en las viejas paradas.

Hoy te veo desde mi balcón suspirando tu belleza moderna,
Mientras tu clima fresco y nocturno acaricia mi cara,
Te admiro mientras tú me seduces con las estrellas en tu cielo.

Ciudad de mil encantos…

DAVE J. FRANCO, poeta venezolano

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Ciudad a sorbos, poemas de Mariela Cordero

Bienvenida Mariela Cordeo al Círculo de Escritores de Venezuela.A continuación, un poema de la atora:

“Una balada tan nostálgica que ya no tiene significado se escucha en la otra orilla” Juan Sánchez Peláez

Convulsa la urbe
henchida de palabras imprecisas
padece de vigila perenne
sólo un hilo

sostiene a los transeúntes.
& & &
Diminutos
llevan máscaras del instante
mientras
se disuelven en avenidas rotas.
& & &
El sopor
florece
en las horas ambulantes
voces y perfiles
fundidos
en un solo cuerpo.
& & &

Colapsan
tras la inercia de las horas,
la melodía irreal
ondula
en el pulso de los pasos.

& & &

Sobre la esquina inequívoca
deambulan
quizás
blancos certeros
entregándose
al disparo.

Mariela Cordero. Selección de poemas de Ciudad a sorbos, poeta venezolana

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Sangre derramada, poema de Maite Ayala

¿Que será de la sangre derramada?

La misma que enterrada,

injustamente

tragada por la tierra

abrirá surcos como una semilla

en el silencio

en lo velado del mundo

la soledad del hombre

con su angustia

en la geografía del sol

conocedor de agónicas esperas

como heridas de luz

compañero de los abismales

enfrentamientos,

conocedor del mandato de la tiranía

que se hace de crecidas penumbras

sin importarle

el arqueo de las espaldas

el fuego de la bala

los conciliábulos de los poderosos,

_finalmente, después de haber caído

les sacarán para no contaminar más nuestro suelo_

para entonces de la semilla buena

habrá madurado

un germen inquebrantable

nada ni nadie se le impondrá

porque su boca hablará

con la verdad

sus ojos habrán visto

todas las almas

todas las miserias

así, superadas

entrará al fuego sagrado

de los que conocen

el ardor del quebrantamiento

el devoramiento de madrugadas

el yugo de las condenas

su voz habrá adquirido un nuevo tono

para hablarle al mundo

sin distracciones

sostenido en sí

como un poderoso árbol

y con ojos fijos de noche

pasará a lo nuevo

revestido de justicia

Ay! de los que tienen las manos

ensangrentadas

que cada uno se pregunte a solas

de cuáles víctimas es responsable

pues no sólo se mata a hierro frío

sino de tantas otras formas

_por mi parte, no he matado a nadie_

mi tierra llora la sangre impune

que corre por las calzadas

los que tienen ojos que vean

mi ciudad doliente

de tráfico y de sombra

mi ciudad crepuscular y ardida…

ay! de los que anduvieron concitando

con la canalla, los inmisericordes

porque no habrá lugar dónde ocultarse

todos saben quiénes son

los que nos entregaron al hambre

y al miedo feroz en estos años

(como serpiente se enroscaba

a nuestros cuellos día a día)

ya el eje de la tierra ha cambiado

aquéllos que se mantuvieron fuera de la infamia

esos que tienen corazón de pájaro

habrán de volar…

maite ayala

julio 2011

*Maite Ayala, poeta venezolana, Miembro del Círculo de Escritores de Venezuela

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ESTA CIUDAD ESPLÉNDIDA

Por Carmen Cristina Wolf

He construido ciudades de palabras. Es por esa afición a tomarle el pulso a la casa grande.

Amo esta ciudad en desorden, maltratada, con sus inmensas arboledas y sus viejos edificios.
En ella, se palpa desde el más entrañable valor estético hasta las formas más chocantes. En Caracas, el más pequeño detalle marca un destino. Saborear la ciudad se me hace como leer una novela interminable, donde no hay nada que no esté narrado, todo es posible en ella, y se encuentran desde los viejos arquetipos griegos hasta los que ha inventado el tecleo del ipod y de los celulares de última generación. Creencias, mitos, mentiras, medias verdades, esperanzas y desolación, pasando por la depresión, la alegría, el miedo o la indiferencia, todo cabe en este laberinto de calles mal trazadas. Paseo a menudo por el boulevard de La Carlota, una especie de bosque de edificios construidos en los 50, custodiados por matas de mango, cedros y variedad de arbustos, crotos, lirios y plantas cuidadas en la plaza, como si fuese una ciudad europea. Esta avenida hermosa es como la ciudad en pequeño. Los mendigos habituales, los muchachos que hacen malabarismos en el semáforo, los borrachines, mamás con sus coches, papás con su bolsa de pan, enamorados y gente que hace las compras. Ayer me senté en la cafetería donde acostumbro leer y escuchar un radio mínimo, que me parece más divertido que el ipod. Un joven asiduo bebe su café. Estudia filosofía en la Central. Me invita a sentarme y sin más, dice haberse dado cuenta de que su actitud ante las circunstancias es pasiva. Tengo problemas con la novia y con el apartamento, dice. Y me limito a pensar, a darle vueltas, pero no hago nada, añade. Mientras escucho, observo el tejido que forman las ramas con la silueta del Ávila y las guacamayas amarillas y azules que juegan en la palmera de la redoma. La Carlota luce atavíos femeninos y ropajes masculinos muy marcados. Jovencitas nerviosas miran a los muchachos que se ejercitan en las barras de la plaza. Hombres de cualquier edad se encuentran con sus amigos para hablar de política, de negocios, de mujeres… Madres vuelven a casa con sus niños, ancianos recuerdan su juventud y critican la indumentaria de las chicas.
Regreso a mi obsesión de escribir la ciudad, mientras distraida oigo las conversaciones, y el joven a mi lado, me mira con ojos límpidos, esperando una respuesta. Toma el timón de tu vida, no dejes que sean los demás los que la guíen. Si no deseas los mismos resultados, cambia de ruta. Le digo esto, a sabiendas de que, a su edad, fui muchas veces conducida por los demás. Al fin y al cabo era más fácil, no es así? Hoy en día, quisiera que a veces fuese otro el piloto.
En fin, afirmo que amo esta ciudad, en desorden, maltratada, escalofriante, espléndida, con sus arboles y sus calles mal trazadas. Insoportable, pero deliciosamente viva. Y, de vez en cuando, suelto el timón.

TEXTO LEÍDO EN HOMENAJE A CARACAS, EL 19 DE JULIO DE 2011, EN EL AUDITORIO DE CORPBANCA – BOD LA CASTELLANA, EN EL MARCO DEL ENCUENTRO DE ESCRITORES PALABRA DE LEÓN, ORGANIZADO POR PUBLICARTE, EL PERIÓDICO DE LA CULTURA. http://publicartecaracas.blogspot.com

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DOS POEMAS INÉDITOS DE ALADAR TEMESHY

EL VIERNES 29 DE JULIO A LAS 6PM, EN LA LIBRERÍA ALEJANDRÍA UNO, se presentará el nuevo poemario de
ALADAR TEMESHY, AL MARGEN DE LA TARDE. Están cordialmente invitados.

Con este motivo, publicamos hoy dos poemas del autor:

LEON

Me mandaste postales de mil colores

de León, de tu tierra querida

de flores y catedrales, montaña nevada

y un escrito con piedra amarilla: GRACIA PLENA

en el bendito portal de tres escudos

donde pasaba la Virgen llevada por feligreses

con capucha negra, que pena.

Me dejaste con las ganas de tomarme

el caliente café del mesón de la cocina

o entrar en la Casa Maravilla en la esquina

para tener valor de cruzar la empedrada

plaza y llegar al señorial Ayuntamiento.

Me dejaste en mi gótica querida

que transformó la madera en piedra

donde vivimos nuestra corta vida

con la fe en Dios, bien arropada

por la indulgencia vendida.

Tus estrechas calles en balconadas

llevan a las altas catedrales

para vivir el silencio del hombre

bajo el tejido gótico de piedras

IN EXCELSIOR GLORIAM DEI.

(AL MARGEN DE LA TARDE, 2011)

VIVENCIA URBANA

Recuerdos de Calle Szinnyey Merse, Budapest.

Las calles

viven intensamente,

sus sombras frescas

y árboles urbanos

con impertinentes gorriones,

las casas, los pisos

de caprichosa gracia

del canto barroco,

un abasto discreto

con manzanas y peras,

el reflejo fino

del verde verano

en las ventanas abiertas

sin cortinas,

el silente andar del tiempo

sin huella sobre el gris

del cuadrado empedrado,

un perro soñoliento

en una profunda puerta,

no hay a quien morder

en el encanto lento,

las esquinas desnudas

se abrazan en le brisa,

silente sosiego de apertura

eterna del momento.

(PROBANDO EL TIEMPO,2001)

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EL QUIJOTE CUERDO, FORMIDABLE!

Por Eduardo Casanova

¡Qué grato, qué agradable es ver que un esfuerzo colectivo en el que uno ha participado sea un éxito notable! Porque eso fue lo que pasó con “El Quijote cuerdo”. El esfuerzo de los jóvenes de la orquesta, el de los integrantes del coro de pálidos rostros y manos de estudiantes rebeldes, y el esfuerzo (más la profesionalidad) de Gaspar Colón y Cayito Aponte, dirigidos en lo musical por Víctor Mata y en lo escénico por José Tomás Angola, convirtió en realidad, en bella realidad, todo lo que yo soñé cuando escribí la obra que se convirtió en libreto, al que le puso la música el joven y talentoso compositor César Augusto Guillén, que también pudo tocar con las manos todo lo que soñó. Todo. La escenografía de Javier Enríquez, la producción artística de Miguel Bandres y el trabajo intenso de Blanca Verde de Briceño y Mariflor Cruz de Blaser, todo se conjugó en el tiempo de magia que anoche, 15 de julio de 2011, disfrutaron los que al final aplaudieron a rabiar. Y, sin duda, mucho del éxito se debió a los esfuerzos de varias personas que no estuvieron a la vista de los que aplaudieron, como Luis Patricio Almoto, Gennitte Peña, María Fernanda Pereda, Kodiak Agüero, Claudia Mijares de Mata, Fabiola Neri, Luis Sissino, Marta Torrado, José Enrique Burgo, José Ramón Angola, Aurora Blyde, Gerardo Blyde, Hernán Colmenares, Leonardo Lossada y muchos otros, entre quienes, por cierto, debe haber alguien muy por encima de lo natural.
La profesionalidad de Gaspar Colón y de Cayito Aponte, cuya veteranía agregó un mundo de calidad al mundo de calidad que ya estaba allí, significaron para el público un formidable regalo que yo, que tuve el honor de poner la primera piedra del edificio, nunca podré agradecer lo suficiente. Como tampoco podré agradecerle a César Augusto Guillén su música, música hermosa y perfectamente adaptada al texto, que creó para darle color al edificio. Ni al maestro Víctor Mata, cuya batuta fue una guía celestial para todos. Y, por supuesto, hay que destacar el esfuerzo inmenso de José Tomás Angola, no sólo en lo artístico (su puesta en escena es de las más bellas que he visto en mi vida, a fuer de sencilla y sugerente), sino en todo lo que significó la construcción de ese edificio de belleza y armonía que resultó ser “El Quijote cuerdo”.
El final de la velada, la larga ovación del público, no fue otra cosa que algo que en nuestro país hace mucha falta: un premio al trabajo, un premio al esfuerzo, un premio a la responsabilidad bien asumida. Si ese trabajo, ese esfuerzo y ese sentido de la responsabilidad se llega a hacer mayoritario, podemos llegar a tener un gran país, como Francisco de Miranda, el Quijote cuerdo, se atrevió a soñar. Sólo entonces, cuando ya no impere el bochinche, Venezuela llegará a ser un país en el que valga la pena nacer. Y vivir.

*La Ópera El Quijote cuerdo fue presentada en el Teatro del Colegio Emil Friedman, los días 15 al 17 de julio de 2011, escrita por Eduardo Casanova, con música de César Augusto Guillén, bajo la dirección de José Tomás Angola. Eduardo Casanova y José Tomás Angola son Miembros del Consejo Consultivo del Círculo de Escritores de Venezuela.

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BIENVENIDO EL POETA MEXICANO ROBERTO RESÉNDIZ

Se encuentra en Caracas el poeta mexicano Roberto Reséndiz. Le damos la más calurosa bienvenida. Se va a presentar en la Librería Alejandría Uno, este viernes a las 6 de tarde, invitado por la poeta Astrid Lander.

Roberto Reséndiz nació en Zitácuaro, Michoacán, México, em 1954. Es director del Encuentro Internacional de poetas y escritores que se organiza en Zamora, Michoacán, desde 1997. Promotor cultural independiente y creador del Festival del Chongo Zamorano.
 
Ha participado en diversos Festivales y Encuentro de Poetas en Michoacán, Guanajuato, Veracruz, Estado de México, Quintana Roo, Jalisco, San Luis Potosí, Querétaro y Monterrey. Ha dado lecturas en Queens, Nueva York (USA),  en Buenos Aires, La Plata y Adrogué (Argentina), en La Habana, en la Universidad de Cienfuegos y en la Casa de la Cultura de Cumanayagua, (Cuba) en la ciudad de Bento Gonçalves, de Río Grande do Sul (Brasil), en Pontevedra, Santiago de Compostela y La Coruña (España), en Venecia, Italia, en el VI Festival internacional de poetas de Chimbote, Perú y en la ciudad de Lima.
 
Participó en 2007 en la Feria Mundial del Libro en Bogotá, Colombia. También dio lecturas en la Universidad del Meta en Villavicencio, en el Instituto Municipal de Cultura de Bucaramanga, en la Casa de la Cultura de Floridablanca y en la Sociedad de Escritores Chilenos, en Santiago de Chile. Participó en el VI Encuentro Internacional de Poetas, en Manabí, Ecuador, invitado por la Universidad Laica Eloy Alfaro y en el XII Encuentro Internacional de Poetas en Chañaral, Chile.
 
Ha sido publicado en diversas partes del mundo y algunos de sus textos han sido traducidos al italiano, al francés y al sueco.
 
Obra poética: Poemas de Espejo (1982), La Noche Rueda del Tintero (1985), Diez Años Después  (1994), Recuerdos de Pasión  (1996), De Peces y de Colores (1999), Vino Blanco Para Dos  (2002), De Amargo Color Salado, (2003), Agua de Mar  (2005), Elegías a la Muerte de mi Padre (2005), Desnudo en el Espejo (2006), Mujeres de Luz… (2007), Tal vez seremos inmortales (2008)
 
Elegimos un poema a la Ciudad, por la celebración de PALABRA DE LEÓN, en homenaje a los 444 años de la fundación de la ciudad de Caracas
 
 
AHORA LA CIUDAD

Por Robero Reséndiz
 
Ahora la ciudad puede paladear su nombre
libar la sangre
convertir la carne en ceniza
hablar del pubis
de la voz de los azulejos.
 
Ahora la ciudad
puede gritar el sabor de los costados
suspirar abiertamente
por el olor de la entrepierna.
 
Ahora la ciudad puede hablar de sus ojos y pestañas
deletrear los labios
abrir con la lengua las comisuras de la boca
reconciliar el sueño
el invierno insignificante de la almohada.
 
Ahora la ciudad
puede cantar sonetos
escritos en la soledad de un cuarto
repetir su nombre
hasta que quede ronca
burilar las letras en las paredes
chasquear un látigo
repicar los campanarios
un verso amargo
que carcoma la ventana de los huesos.
 
Ahora la ciudad puede romper las lanzas de madera
desenterrar el hacha de los guerreros
declarar su enojo
pintar el rostro para la última batalla
secar al sol la furia acumulada
tasajear la piel y las palabras.
 
Ahora la ciudad
puede violentar el silencio que le impusieron las prisiones
teñir con óleo la espalda seductora
los refugios intensos de su cuerpo
el latido
el convulso vientre.
 
Ahora la ciudad
puede gritar
a los cuatro vientos
los besos de las tres de la mañana
exhibir los secretos
el naufragio
el sinuoso camino al cementerio.
 
Ahora la ciudad
puede humedecer la piel y los instintos
recordar la lluvia de palabras
la habitación azul
el perfume de las rosas
la fragancia de los alcatraces
el amor que el mar les trajo entre las olas.
 
Ahora la ciudad puede gritar su nombre
mordisquear el secreto
la piel
                      entumecida…

Carmen Cristina Wolf

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