Jorge Gómez Jiménez es un destacado escritor venezolano nacido en Cagua, estado Aragua, en 1971. Es el editor de la prestigiosa revista literaria Letralia, Tierra de Letras desde 1996. Ha publicado los libros de cuentos Dios y otros mitos (Venezuela, 1993) y Uno o dos de tus gestos (Venezuela, 2018), las novelas cortas Los títeres (España, 1999) y Juez en el invierno (Venezuela, 2014), la novela El rastro (Argentina, 2009) y el poemario Mar baldío (Caracas, 2013). Textos suyos han sido traducidos al catalán, al chino, al esloveno, al francés, al inglés y al italiano.
1.
He decidido esta mañana
hacer mi libro de poemas.
Me di un largo baño
y salí a la calle.
En un comercio
no muy antiguo
me hice de una cuerda,
treinta papeles azules,
un pedazo de cartón
que habría de cortar en dos partes.
Me devolví al refugio
con mi botín.
El cartón carcelero del papel,
la cuerda carcelera del conjunto,
Qué inconfesablemente sencillo
es hacer un libro de poemas.
2.
Tengo las flores
(tener es un acto sencillo:
arranque de un jardín
lo que precise),
y su aroma vibra
por encima de mis manos,
haciendo franjas violeta
en el camino.
Tengo las flores,
pero el color y el terco pétalo
son soldados
con manifiestos hechos
en minúsculas.
3.
No cabe duda de que los años
tienen patas.
De otra manera
no podrían distribuir vejeces
ni emprender olvidos
que ofrecen de casa en casa,
ni cruzar umbrales
en busca de herrumbre,
ni trepar hasta la azotea
que es siempre más enana,
ni subir a los autobuses
para rasgar los asientos,
ni comprar en los comercios
tintura de canas,
ni ofrecer a los insectos
el papel de la prensa
del fin de semana,
ni tomar fotografías
de cuartos de siglo,
ni podar las ramas
de los árboles,
ni ir de bares
escupiendo en las botellas
que han de añejarse,
ni destruir la relevancia
de las alianzas.
No cabe duda de que los años
tienen patas.
De otra manera
no podrían pisotearnos.
4.
Ustedes al menos
confían en el invierno
para justificar
el frío que raya
vuestros huesos.
5.
Esta mañana desperté mejor
No me duelen las decisiones
ni se me ha brotado el pasado.
Esta mañana una sombrilla
hizo el papel de celador
bajo la llovizna y la bruma.
El sol es mío
y lo llevo en los bolsillos
y en la sonrisa.
Quema.
Qué bien me siento esta mañana
que ya empieza a ser ayer.
6.
Frío,
blanco, quieto y frío,
indolente y básico
como el frío,
delirante y soso
como el frío,
muerto, quebradizo y frío,
viento, tiempo y alero
como el frío
ritmo de mis días.
Escritor venezolano (Cagua, Aragua, 1971). Edita desde 1996 la revista literaria Letralia, Tierra de Letras. Ha publicado los libros de cuentos Dios y otros mitos (Venezuela, 1993) y Uno o dos de tus gestos (Venezuela, 2018), las novelas cortas Los títeres (España, 1999) y Juez en el invierno (Venezuela, 2014), la antología. Próximos (narrativa venezolana, bilingüe chino-español; China, 2006), la novela El rastro (Argentina, 2009) y el poemario Mar baldío (Caracas, 2013). Textos suyos han sido traducidos al catalán, al chino, al esloveno, al francés, al inglés y al italiano.
¡Qué maravillosa manera de encontrarte, después de tanto tiempo, con las imágenes floreciendo en esos mismos senderos que hemos recorrido y que hoy amalgaman esas cotidianidades y las transforman en poesía!
¡Un gran abrazo y admiración, poeta hermano!
Los versos de este poeta tienen una sencillez engañosa, en especial el referido a los años. Es un análisis muy profundo que nos deja pensando en todas esas cosas, que al final, terminan por pisotearnos.
Buenos trabajos. excelente iniciativa. <un editor con conocimiento de causa, es no solo una necesidad, es una fuente dela que mana la energía suficiente para mantener viva la flama
Muchas gracias por su comentario, David González, es alentador.
Carmen Cristina Wolf
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