Por Carmen Cristina Wolf
Nuestra admirada y querida poeta y arquitecto Ana Teresa Celis partió de este mundo el pasado 13 de septiembre a los 92 años. Una mujer brillante, que transmitía a todos su amor por la vida. Integrante del Círculo de Venezuela. Amante esposa y compañera del arquitecto y pintor Carlos Celis Cepero.
A continuación, transcribo el prólogo que escribí para su segundo poemario, «Dualidad», publicado en el 2018. Una aproximación a la poesía de Ana Teresa Celis, una escritora cuya voz poética es reflexiva, mística y luminosa y nos sumerge en el misterio y el milagro de la belleza.
ANA TERESA CELIS Y EL POEMARIO DUALIDAD
Escribir el prefacio de Dualidad, libro de la poeta Ana Teresa Celis, es un verdadero reto y un privilegio. Al adentrarme en sus páginas encuentro magníficos hallazgos poéticos y significados de profundo contenido existencial y metafísico.
El lenguaje es el don más preciado que se le ha dado al ser humano. No tiene precio en el mercado, no puede cambiarse por monedas ni venderse en la bolsa de valores. En cuanto a la poesía, ella es un encuentro con el ser más íntimo, es un puente tendido al otro, una invitación al diálogo y a la comunión. Nombrar significa en un primer momento, intentar la representación de las cosas. En un comienzo, las palabras tienen el poder de recrear los objetos con verdadera eficacia. La vida de los pueblos y su evolución se refleja y revela en el lenguaje. Aquello que no puede ser nombrado es como si no existiera. Por ello, los hombres que han alcanzado cierto grado de sabiduría le dan tanta importancia al lenguaje. Octavio Paz en su libro El arco y la lira reseña que en el Libro XIII de los Anales, le preguntaron a Confucio: “Si el Duque de Wei te llamase para administrar su país, ¿cuál sería tu primera medida? El Maestro dijo: “La reforma del lenguaje. No sabemos dónde empieza el mal, si en las palabras o en las cosas, pero cuando las palabras se corrompen y los significados se vuelven inciertos, el sentido de nuestros actos y de nuestras obras también es inseguro”.
Aunque es difícil acertar en aquello que un poeta expresa en sus versos, intuyo en primer lugar, que la “dualidad” a la cual se refiere Ana Teresa Celis es a la unión y revelación de la palabra y el ser humano. También alude al mundo tangible y al universo de lo invisible. Y, por supuesto, a la unión ancestral del masculino y el femenino. El protagonista central de este libro es el poema, esa extraordinaria metáfora que nombra las cosas. El primer poema del libro es el siguiente:
“desprovista de materia
inquieta lanzadera
poesía urde insospechados mundos”
El poemario Dualidad nos sumerge en el origen del universo, lo intemporal, con una escritura en instantes diáfana y otras veces cargada de hermetismo, pero siempre en la búsqueda de la belleza y profundidad del lenguaje:
“escapadas del océano original
vibrátiles fuerzas asidas a su libertad
se vuelven sobre la creación” (…)
Los primeros versos del libro permiten al lector hallar la esencia de la voz poética de Ana Teresa Celis, quien nos recuerda el primer versículo del Evangelio de San Juan: “Al principio era el Verbo, y el Verbo estaba en Dios, y el Verbo era Dios”. Para la autora, en una visión lírica de la Creación, en el principio, que ella nombra como “un tiempo sin memoria”, la Poesía es la semilla del cosmos:
“bendecidas por el Verbo
pertenecientes a un mundo inaudito
donde
generación dos punto cero les transmite su esencia
poseen la divina partícula
lo finito
lo infinito”
La Palabra se encarna en el primer hombre y la primera mujer. ATC intuye la significación del ser humano en las figuras de Adán y Eva, Presiente la semilla y se atreve a nombrarla: “poesía”. Antes del tiempo no existía la dualidad memoria/olvido, aún no existían seres para recordar ni olvidar. Entonces, no se sabe cómo, no se sabe cuándo, el Verbo divino transforma aquello inasible, invisible, inapreciable, en “corporalidades”. Empleo aquí una palabra con la cual bautiza ATC su primer poemario. Refiriéndose a este libro, el poeta Edgar Vidaurre Miranda escribe sobre la manera “más que asombrosa” en que “nuestra poeta, como una especie de profeta susurrante eleva su canto hacia las nubes, revelándonos desde lo más esencial de su corporalidad, el secreto de la Creación … Nosotros somos el secreto de la creación.” Leamos este verso de Corporalidades: “Existo / trasciendo el infinito”.
Y volvemos a los poemas de Dualidad, que se presentan como una concepción metafísica del mundo y al mismo tiempo, revelan la sensibilidad de quien escribe y la concepción de la Poesía en la vida de la Humanidad. Uno de los poemas que nos sumergen en lo entrañable de lo cotidiano, de una especial belleza y sensibilidad, es el siguiente:
“ese hoy / rozaba mi piel / sentía su abrigo / cotidianidad // música de cacharros / olores cocineros / cantos buranos / sol calentándome / leche calentando la mesa calentando mi entraña // un azulejo / contrasta / azul sobre verde. ”
ATC conduce al lector del sin tiempo desconocido al presente con la imaginación de los niños, que alzan vuelo sujetos mágicamente a un paraguas. La “semilla de mostaza”, la poesía, representa lo posible: “algo parece llamarnos para que sigamos un camino determinado”, al decir de la psiquiatra Magaly Villalobos, “es un daimon, una fuerza misteriosa … un plan secreto” guardado en una caja negra, un impulso repentino, una fascinación que nos empuja a hacer una elección, a tomar una determinación. Es una especie de voz inaudible, inexplicable por la razón que se atreve a decirnos aquello que debemos alcanzar, lo que debemos ser. Y cuando el llamado no es tan claro, se presenta como una serie de circunstancias que nos inducen en un sentido o en otro. Al igual que en la semilla está contenido el árbol en toda su expresión y maravillosos detalles, en ese tiempo sin memoria está cobijada la semilla del Ser, la Poesía, desde siempre, por siempre.
La voz poética de ATC apuesta al juego de los contrastes. Siendo arquitecto de profesión, el poemario levanta un hermoso edificio de original diseño. Como poeta y mística del lenguaje nos lleva desde los orígenes del cosmos a la aparición de los primeros seres humanos que atienden a un llamado de trascendencia, oyen “voces / cantan gritan / murmuran cuentan”. Son impulsados por el anhelo de “trascender como seres creados, perdurar”.
La poeta nombra fugacidades en tránsito al paso imbatible de las horas que la conduce, como condujo a Alicia, a través de espejos que intentan desdibujarla. Mas ATC no se pierde en laberintos de sueños. Ella no se resigna al olvido que intenta confundirnos y desaparecernos. ATC tiene conciencia de ser, escucha su propia voz y las voces de “una humanidad perpleja peregrina interrogante”. Celis ecucha su propia voz y las leyendas de los antepasados. Porque ella descubre su esencia: “soy conciencia de ser”. Y advierte que desde aquel antiguo hoy surge un arrullo que la circunda :
Desearía ir deshilando el entramado de este poemario de ATC y no apartarme de él por mucho tiempo, para permitir que sus versos penetren profundamente en mí. Este libro es un valioso hallazgo para los amantes de la poesía. Cómo no asombrarse con la esencia profunda de este poema:
“al crecer como semilla de mostaza
el verbo
haciendo camino es libertad”
La poesía de Dualidad abre sendas profundas en el espíritu. En el preámbulo del libro Ana Teresa Celis confiesa que se ha sumergido en el tiempo escribiendo los poemas como quien cuenta un cuento para hacernos llegar a su tiempo interior, esa “sinfonía de presentes” mediante la cual, a través de la magia del lenguaje, ella alcanza su plenitud dejando huella. En la voz poética se advierte la presencia de la infancia que significa confiar. Los niños confían en el mundo que los rodea. Creen en lo que les decimos. Y si no les ha sucedido algún hecho lamentable que les genere temor, los niños no sienten miedo. Pero el tiempo pasa por nosotros y sobrevienen los temores, las dudas. El mundo es contradictorio y las personas también. Somos justos a veces, otras veces somos injustos. Somos generosos y egoístas. Llevados por corrientes encontradas, a través de un río entre luz y sombras que no elegimos. Ello produce un desasosiego y quisiéramos navegar siempre por el lado cristalino de las aguas.
Concluyo esta aproximación a la poesía de Ana Teresa Celis, una escritora cuya voz poética es reflexiva, mística y luminosa y nos sumerge en el misterio y el milagro de la belleza.
Carmen Cristina Wolf
Caracas, Octubre de 2018
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Muchísimas gracias Carmen Cristina. Mi mamá siempre muy agradecida por ese maravilloso prólogo a su segundo libro.
La poesía de Ana Teresa Celis de Caraballo está impregnada con el misterio de fe y comunión de amor con una misión de esperanza. Su poesía nace del Verbo por el cual toda la creación fue soñada.