El sueño
El sueño nos es dado, creado y re-creado por el Otro que nos habita y que nos sueña en la vigilia. Ese Otro que intuyó Rimbaud y que nos sumerge en un estado de la materia que oscila entre lo líquido y lo gaseoso.
También siento que el poema sucede y nos es concedido como un sueño. Esos momentos marginales donde nos damos cuenta que soñamos, me parecen paralelos a esos momentos de la vigilia en los cuales descubrimos que se nos ha filtrado un sueño, que allí surge la arquitectura onírica con esas flores imposibles o los perros jubilosos que se bañan en los estanques de los parques.
Suele ocurrir en los sueños un voltear repentino buscando el error, el olvido o la incongruencia, para terminar percibiendo que todo sigue allí, puntual y consistente. A veces, en contrapartida, se nos muestran en la vigilia estrechos espacios de incongruencia, asombro o desapariciones: vemos algo, volteamos y ya no está, una esquina desaparece para siempre, aquel que nos daba la espalda en la despedida, apenas pestañeamos y ya desapareció sin retorno… tantas combinaciones posibles, tantos intercambios entre la arquitectura onírica y la de la vigilia.
«We are such stuff as dreams are made on, and our little life, is rounded with a sleep.»
Ana María Hurtado. Nació en Caracas, poeta, ensayista, médico psiquiatra y psicoterapeuta. Ha colaborado en diversas revistas y páginas literarias,de arte, psicoanálisis y de psicología junguiana. Varios libros publicados.