Ligia Colmenares: El talismán

 

 

EL TALISMÁN

 

 A mi abuela Julia

En el vuelo de la imaginación

 

Julia había nacido en el Piedemonte andino entre nubes, pájaros y flores.  Era linda, alegre, llena de vitalidad.  Recibió una esmerada educación en un  exclusivo colegio para señoritas. Tocaba mandolina y cantaba con voz de soprano.  Soñaba  con  viajar por el mundo y   convertirse  en   una gran artista.  A los dieciocho años, sus padres la dieron  en matrimonio  a  Daniel de la Huerta, poderoso terrateniente cuarentón, viudo, descendiente de canarios.  Con  él tuvo seis hijos. Tres varones y tres hembras.  Se  dedicó por  entero  a la  crianza  de  sus    descendientes,   la atención del marido y las labores hogareñas.  Pero en su mente siempre mantuvo latente el deseo de convertir su gran anhelo en realidad.

 

Enviudó a los cuarenta y cinco años cuando los  hijos  varones se  estaban  graduando en  la universidad y las hembras se preparaban para casarse.  En  ese  momento  de  su  vida  decidió cumplir con un  deseo oculto.  Ella guardaba como un talismán la maleta de fino cuero  marrón que heredara de su madre y que fuera repujada por el abuelo materno. La maleta se conservaba intacta, tenía un  forro de seda y varios compartimientos. Elaboró con todo cuidado un itinerario comenzando por Madrid. Se comunicó por teléfono con la prima Isabel explicándole su proyecto detalladamente.  Le informó que la maleta le sería enviada  por la línea aérea Iberia,  cuya  fecha y número de vuelo le serían comunicados oportunamente.  Antes de iniciar  este viaje tuvo que cumplir con una serie de requisitos para  que la  maleta pudiera  movilizarse  sin    acompañante.

 

Volviendo al proyecto le pidió a Isabel que en una hoja de papel escribiera un deseo e incluyera un objeto de valor, guardando las dos cosas en la maleta.    Luego   debería   enviarla  al primo Sebastián que residía en París, con instrucciones precisas.  Este a su vez tendría que remitirla a la prima Úrsula en Berlín. Ella al primo Stellio en Roma. Por último él  la  devolvería  a Isabel en Madrid, quien la enviaría de regreso a Julia, su dueña.

Julia contaba los días con ansiedad y después de dos  largos meses  de espera  recibió  una llamada de la línea aérea para informarle que había un paquete expreso a su nombre, el  cual debía retirar en las oficinas del aeropuerto en el término de cinco días hábiles. A primera hora de la mañana siguiente, en compañía de su chofer se fue a buscar la  valiosa maleta.    Cuando regresó al mediodía se dio un baño, almorzó e hizo la siesta de costumbre.   A  las  cinco  de la tarde realizó los rutinarios ejercicios de relajación.  Con el corazón palpitando de emoción   se dispuso a mirar el contenido de la maleta.  Le quitó los sellos de aduana, la abrió con lentitud. He aquí lo que descubrió.  En  un  hermoso  papel  artesanal de  color   crema,  con   caligrafía perfecta,  la prima Isabel escribió:  que la  luz  divina ilumine tu entendimiento y  ejerzas   con sabiduría tu libre albedrío.  Colocó a su lado un ángel con alas luminosas.  El  primo Sebastián trazó la escritura en un antiguo papiro diciendo: que la bondad reine en tu corazón y ames al prójimo como a ti misma.  Puso a su lado un ardiente corazón rojo con destellos dorados. La prima Úrsula en un papel tejido con caña de bambú escribió lo siguiente: que el amor sea una constante en tu vida y te colme de bendiciones.  Colocó  a su lado  una delicada  estatua  de Cupido tallada en marfil.  Finalmente el primo Stellio en un papel transparente como  el agua escribió: que tu imaginación sea libre como el  viento y  en  su  vuelo  sin  fronteras  te lleve alrededor del mundo.  Como una manifestación divina apareció misteriosamente flotando en el espacio una vistosa alfombra voladora tejida con hilos de Persia que aterrizó a sus pies.  Julia asombrada y feliz se sentó sobre ella y realizó su gran sueño de viajar por el mundo y convertirse en una gran artista.

Ligia Colmenares. 09/07/2017

Ligia Colmenares, reconocida poeta venezolana. Miembro del Círculo de Escritores de Venezuela. Algunos de sus libros publicados: La mujer de la casa de adobe, Bitácora del amor. Una selección de sus poemas está recogida en la Antología Desde el patio del limonero, publicada por la Editorial El pez soluble

   

 

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