CANTO AL HOMBRE
Poemario de Carmen Cristína Wolf
Por Jesús Peñalver
Tiendo a creer que el verdadero poeta es el que descubre que la poesía es un silencio que invade la palabra y revela palpitaciones, evitando que el poeta se extravíe y se pierda en una nada que estalla en florecidos y conocidos arrebatos convencionales. Las palabras están allí para ordenar y organizar el ritmo de lo que ellas aspiran decir, se amparan en el silencio para que el poema se eleve y se haga profundo y universal y esto solo se logra cuando la palabra y el silencio que viven en ella se relacionan, se enfrentan, se corresponden recíprocamente porque un silencio abusivamente atosigado de palabras se convierte en silencio que habla, en deplorable discurso. Por eso en el poema la palabra y el sllencio se abrazan, díalogan, se complementan.
Es lo que logra Carmen Cristina Wolf con “Canto al hombre”, el fascinante poemario en el que la palabra glorificada secretamente por el silencio emprende una lenta y larga travesía para que el amor compartido conmueva al propio Dios que lo creó y junto a la palabra dulcificada por la dolorosa, pero floreciente belleza de la vida, surgen manos desnudas que buscan regar aceite en los cuerpos mientras la pareja descubre que dos, unidos, forman un solo cuerpo y advierte que al unirse también se convierte en el mar, en una profunda eternidad.
Y entonces el amor se hace boca, fuego, un navío en movimiento y el ser amado es tiempo y espacio y cuando Dios dice amor, dice rosa y cuando no dice nada dice amor, pero si en el amor el amado no está no amanecerá jamás. Es cuando ella pondrá banderas en cada estrella y navegará en la sangre del amado para siempre ausente y hundido en su oscuridad.
Siento que en su estructura “Canto al hombre” de Carmen Cristina Wolf, se acerca al glorioso instante del pas de deux del ballet clásico porque la mujer realiza sus variaciones que lo aproximan al hombre, mientras ambos cierran el espacio que los separaba y dejan de ser dos para convertirse en un solo cuerpo y vivir o morir para siempre.
Y al mismo tiempo, “Canto al hombre” es un poema de amor que ilumina al silencio y hace que resplandezca aún más la palabra poética, porque está lloviendo y no es posible resistir ni un segundo más sin que el cuerpo de él sepa que está lloviendo.
Jesús Peñalver
Poeta, ensayista, docente universitario. Abogado y administrador.