Risco y pedernal
Jerónimo Alayón
Un hombre camina por una vereda
al filo de un acantilado
Allí la soledad
es el viento
incorruptible
que silba una melodía
inédita
Allí el amor
es la flor
de Stendhal
El hombre mira
A su izquierda
yace el tiempo de los funestos
A su derecha
el valle de la incertidumbre
Arriba
la paz de Hölderlin
El hombre resbala
y
en
su caída
el viento
hace
sonar
los tambores
de Mussorgsky
Ha pasado el tiempo
y ahora el hombre
yace en paz
tras su escritorio
en la universidad
Extraña el acantilado
el viento indómito
los tambores
de la gran puerta
la flor en el risco
la soledad insobornable
El hombre ahora
escucha una voz
¡Paz de la belleza!
¡Paz divina!
Quien calmó una vez en ti
su vida furiosa y su espíritu lleno de dudas
¿cómo podrá encontrar remedio en otra parte?
Somos como el fuego que duerme en la rama seca
o en el pedernal
El hombre
asciende el acantilado
o eso cree
porque ahora él es
el risco
y
el
pedernal
Alayón, J. (2024). De mí parten las aves esta mañana. Autor, págs. 20-22.
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Editora: Carmen Cristina Wolf
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