A quienes temen repetirse
A Thomas Bernhard y su brillante ripio
Aulas y galerías/ de lentas ondas
dicen ausencias/ apagan voces.
Rodolfo Moleiro
No temas
repite
volver tras volver es la trama
que te libra del vacío
limpio
el vuelo no se mide
por la altura
no hay puntos cardinales bajo el agua
muy al fondo
el pez elude las corrientes
libre de rutas
puede una y otra
volver a su punto de partida
y siempre
luminoso
el sol sumergido
hace la diferencia.
A UNA PALOMA
Ella descansa
en la beatífica intemperie
de la cornisa
sostiene con sus patas
este abismo de lenguaje
lo hace mínimo
en su ojo perseverante
encuentra mi pregunta
una respuesta para la noche
de alta transparencia en la memoria
aquella talla del espíritu santo
en la iglesia matriz del pueblo
y caigo en cuenta
del sagrado misterio
de la blanca muda colmada
presencia.
AQUEL TEMPLO
A la memoria de Emanuel Swedenborg
Amanece
y los Espíritus del Mundo
hasta el momento
nube oscura
viran a un azul prodigioso
los árboles nativos
enlazan sus ramajes
filtran el Sol
irisan, y yo
incrustada en la Luz
plena de fe caigo de hinojos
ante el Magno Misterio
de este templo que habito
sigo siendo la partícula disuelta
ser que se abisma
ante la súbita presencia de las cosas
salidas de la nada
maquinarias del hacer
magia o rutina
que me justifican.
Pero el espíritu de Dios se cernía sobre la superficie de las aguas Gen.1-1
El marco de la ventana
encuadra dimensiones
que hacen inútil
todo posible dialecto
o lenguaje que no provenga
del día innumerado
y líquido.
Toda semblanza criba,
así los grumos de la razón
se atascan de abismo
y el sutil ovillo
de la intuición
anuda impalpable el espacio
que sólo el sueño
desata.
TIGÜIGÜE
Sus campanas, de tarde,/ignoran la llegada/
del viajero perdido/ en la isla lejana.
Ángel Bernardo Viso
Dos alas de sabana flanquean la vía
bajo un cielo único, plomizo,
del cual pende abismada la memoria
tal la campana de la iglesita
solitaria en su tañido, sobre el polvo
que piadoso cubre los bancos,
las imágenes que devuelven la mirada interrogante
al abandono.
Más allá
el sendero al camposanto,
lápidas sin nombre bajo sombra
de árboles centenarios como el sitio.
El silencio toca
hasta el pensamiento
suspendido al arrobo de florecitas campesinas
única dulzura entre arideces,
y el por qué no aflora,
no rasga la penumbra de las cosas,
de los seres que habitan este pueblo
nombre de ave gris
como sus días.
Tibisay Vargas Rojas
Tibisay Vargas Rojas nació en Caracas, Venezuela (1961). Escritora venezolana, Licenciada en Educación, Mención Lengua y Literatura por la Universidad de Carabobo, y Especialista en Docencia Universitaria. Facilitadora de Talleres Literarios: CONAC, Casa Nacional de Las Letras “Andrés Bello”.
Sus textos han sido publicados en revistas y periódicos (físicos y digitales) nacionales e internacionales. Su obra forma parte de varias antologías literarias, y ha sido galardonada con premios nacionales en poesía. Ha publicado los poemarios Llana palabra (1993), Pasollano (coautoría, 1993), De humo y sal (1998), Tachaduras (2000), Tema de miseria (2002, reedición 2019), De un patio a otro (2005), Tercera Persona (2008) y Poemas (2009).