La coma y sus usos (Parte IV)
Por Jerónimo Alayón
Definitivamente, el uso más complicado de la coma atañe al de delimitador de oraciones subordinadas. La subordinación es un tipo de grupo sintáctico en el que dos oraciones mantienen una relación de dependencia semántico-sintáctica: Creo que deberíamos pensarlo mejor. La subordinada «que deberíamos pensarlo mejor» depende semánticamente de «creo» para completar su sentido (y viceversa), y sintácticamente es complemento directo de «creo», elemento con el que forma un sintagma de predicado.
La subordinación se define como sustantiva cuando la subordinada desempeña funciones sintácticas propias de un sintagma nominal: Te dije que no manejaras así ? Te dije esto [en este caso, cumple función de complemento directo]. Adjetiva, si cumple funciones de sintagma adjetival: La casa que compró Luisa es cómoda ? La casa suya es cómoda [modificador adjetival]. Adverbial, cuando modifica circunstancialmente al verbo: Díselo de modo que no se enfade ? Díselo amablemente [complemento circunstancial].
Uso de la coma en la subordinación sustantiva
Las subordinadas sustantivas están encabezadas por las conjunciones que, si (en las interrogativas indirectas: No sé si recibió el mensaje) y los interrogativos qué, dónde, cómo, etc. (¿Ya saben cómo ocurrió el accidente?). Estas subordinadas cumplen funciones de sujeto, complemento directo o término de un complemento preposicional: Que te quedes no es una opción [sujeto]. Pensó que era mejor así [complemento directo]. La causa de que renunciara no la conocemos [término del complemento preposicional].
En consecuencia, y no debiendo romperse la unidad sintáctica del verbo con el sujeto y el complemento directo, o de la preposición con su término, no debe escribirse coma para separar la subordinada de la oración principal. La excepción a esta norma, por supuesto, es cuando concurre entre la subordinada y la oración principal algún elemento periférico con valor incidental: Que te quedes, repito, no es una opción [sujeto]. Pensó, según dijo después, que era mejor así [complemento directo]. La causa, la real, de que renunciara no la conocemos [término del complemento preposicional].
La coma en las subordinadas adjetivas
Las subordinadas adjetivas están encabezadas por un pronombre (que, quien cual, cuanto, etc.), un adverbio (donde, como, cuando, cuanto, etc.) o el adjetivo posesivo cuyo. En todos los casos, estos elementos establecen una relación anafórica con el antecedente, es decir, funcionan como relativos que modifican a un sintagma nominal (un sustantivo o un grupo nominal): Compré una pluma Parker [antecedente] que [relativo] tiene un trazo excelente. En este caso, el pronombre «que» se refiere a «una pluma Parker», que es su antecedente. La subordinada funge como adjetivo: Compré una pluma Parker que tiene un trazo excelente ? Compré una pluma Parker magnífica.
En el ejemplo anterior, el antecedente (doble subrayado) está expresado en la oración, pero hay casos en los que es tácito: Los alumnos que presenten el examen deberán venir el viernes ? Quienes presenten el examen deberán venir el viernes. El antecedente de la subordinada «Los alumnos que presenten el examen» se suprime y pasa en el segundo ejemplo a ser tácito, pero señalado por el relativo «quienes». El uso de la coma como delimitadora en la subordinación adjetiva va a depender, por tanto, de si el antecedente es tácito o expreso y de otros factores. Veamos algunos casos de los que mayor dificultad ofrecen.
Entre las de antecedente expreso, tenemos dos clases: las subordinadas adjetivas explicativas y las subordinadas adjetivas especificativas. Las primeras constituyen un grupo sintáctico periférico, razón por la cual, siendo un inciso explicativo, deben delimitarse con coma: El auto, que tenía días fallando, se averió finalmente ayer. Por el contrario, las adjetivas especificativas no se delimitarán con coma: ¿Dónde colocaste las llaves que te di hace un rato? El criterio para saber si la subordinada ha de ir entrecomada o no es su carácter incidental, a cuyo fin ayuda mucho verificar si la información aportada es prescindible o no.
En este grupo valga destacar las subordinadas adjetivas de antecedente expreso construidas con el adjetivo posesivo cuyo, que tantas dudas ofrece al escribir, pues irá antecedido o no de coma según que la relativa sea explicativa o especificativa: Mi hermano, cuyo prestigio profesional tanto defendiste, te aprecia mucho [explicativa]. Aquí te dejo el libro cuyo prólogo escribiste [especificativa].
Un caso muy particular de las adjetivas explicativas es el de las subordinadas cuyo antecedente expreso es un pronombre personal. La Real Academia asegura de ellas, en su Ortografía de la lengua española (2010), que «aunque son siempre explicativas, se documentan frecuentemente sin la coma que debería separar el pronombre sujeto del relativo —se conserva, en cambio, la que marca el final de la relativa—», y da el siguiente ejemplo: Yo que probé las frutas más sabrosas de la tierra, me harto ahora de sombras y de barro. Justifica dicho uso porque «se entiende que las secuencias formadas por el pronombre y la relativa se delimitan de la misma manera que las construcciones concesivas o causales por las que pueden parafrasearse: Aunque probé las frutas más sabrosas de la tierra, me harto ahora de sombras y de barro.
Personalmente no comparto este criterio porque no son comparables ambas construcciones. El grado de vinculación de la subordinada con la oración principal en el primer caso —como en todo inciso explicativo— es muy débil e incidental, siendo incluso prescindible la información contenida en aquella, razón por la cual sugerimos entrecomar la subordinada, ya que hace las veces de un adjetivo explicativo: Yo, que probé las frutas más sabrosas de la tierra, me harto ahora… ? Yo, afortunado, me harto ahora… En las concesivas, la unidad sintáctica entre la conjunción («aunque») y la prótasis («probé las frutas más sabrosas de la tierra») es indisoluble.
Las subordinadas adjetivas de antecedente tácito rigen su uso de la coma por el principio de la unidad sintáctica, de modo tal que no se puede romper la unidad entre el verbo y las subordinadas en función de sujeto: Los que se inscribieron iniciarán clases el lunes [sujeto]. Aun cuando en la cadena hablada se haga naturalmente una pausa al terminar la subordinada en función de sujeto, esta no debe marcarse con coma: ?Los que se inscribieron, iniciarán clases el lunes [la bolaspa ? es un símbolo que indica una forma agramatical].
El mismo principio de unidad sintáctica aplica a las subordinadas adjetivas en función de complemento directo, indirecto o de régimen verbal cuando precedan al verbo: De lo que hablamos tu tía y yo no puedo decirte nada [complemento de régimen]. A quienes preguntaron por la hora de llegada les digo que aún no sabemos [complemento indirecto]. Aun cuando entre la subordinada antepuesta y el verbo se haga una pausa oral, esta no se representa con coma, puesto que interrumpiría la unidad sintáctica.
Este tipo de subordinadas adjetivas con antecedente tácito son propias de la tradición oral en forma de refranes: A quien madruga Dios lo ayuda. El que no la debe no la teme. Quien mucho abarca poco aprieta. En estos casos, es común ver que se escriba coma para delimitar una aparente estructura bimembre, pero es necesario recordar que no se debe emplear la coma optativa para crear cesuras en grupos que deben preservar su unidad sintáctica. Si deseamos reproducir la pausa propia de la oralidad, hay recursos —incluso tradicionales en la escritura— como la barra oblicua: A quien madruga / Dios lo ayuda. El que no la debe / no la teme. Quien mucho abarca / poco aprieta.
En el caso de las subordinadas adjetivas con antecedente tácito, funcionando como complemento circunstancial de tiempo antepuestas al verbo, el uso de la coma dependerá de su extensión, en función de la cual puedan llegar a convertirse en elementos periféricos. Así pues, las subordinadas adjetivas muy largas suelen resultar explicativas y las breves especificativas. En ambos casos, irán encabezadas por el relativo cuando, los enlaces conjuntivos mientras o siempre que y por las locuciones adverbiales antes de que, después de que. Por ejemplo: Cuando entraste a la oficina batiendo tu frondosa cabellera negra, me enamoré ? Cuando entraste me enamoré. En este ejemplo, el antecedente tácito es «en el momento»: En el momento en que entraste… Por ello es una subordinada adjetiva.
En conclusión, la puntuación de las subordinadas sustantivas y adjetivas es complicada —no tanto como la de las adverbiales, de las que nos ocuparemos próximamente—, pero en ambas rige una norma estable que es la de la unidad sintáctica. Ciertamente, un fallo cada vez mayor de la educación contemporánea es el abandono de la gramática, de modo que quedamos a expensas de una competencia lingüística y comunicacional precariamente entrenada en textos de dudosa corrección gramatical.sintáctica.
Fuente: El Nacional y Jerónimo Alayón
© Jerónimo Alayón y El Nacional. https://bit.ly/3KcYCYv
CITA CHICAGO:
Alayón, Jerónimo. «La coma y sus usos (parte IV)». El Nacional. 18 de julio de 2025. https://is.gd/zel1ey
CITA APA:
Alayón, J. (2025, 18 de julio). La coma y sus usos (parte IV). El Nacional. https://is.gd/zel1ey