ESAS TARDES
a mi eterna amiga Gris
Después de sortear los transbordos y estaciones subterráneas, donde el tiempo parecía no circular por ausencia de matices diurnos y nocturnos, al fin el tren me vomitaba al exterior de la estación Tlatelolco, a una atmosfera de edificios casi similares y de intrincados senderos que me llevaban a la entrada de tu piso de aquel conjunto habitacional, evocado a principios de los ochentas.
Tú estabas allí puntual a la cita, con un vestido ceñido a tu grácil figura de bailarina arrepentida, esperándome en una banca del parque, en aquellos laberínticos pasadizos donde igual pasaba una turba de niños gritando, un viejo con su famélico perro, o alguna ama de casa con una bolsa de bizcochos para la cena.
Solo tú, aquella presencia y aroma tranquilizaba mis entonces angustias, en esas tardes crepusculares de una ciudad gris/plateada. No recuerdo si eran de un tardío verano o de un casi gélido invierno de diciembre. Podíamos sí, percibir el despertar prematuro de aromáticos nardos y de adormilados geranios.
Cuando llegaba a subir a tu pequeño edificio multifamiliar, me extrañaba sin decírtelo cómo podía vivir tanta gente, en tan poco espacio, yo un mulato que venía de un trópico de palmeras y amplios solares iluminados por los soles del Caribe. Pero pensándolo bien, creo que aquellas nostálgicas narraciones de mis cálidas y pretéritas vivencias te hacían feliz, quizás por lo exótico que sonaban a tus oídos y ojos vírgenes de paisajes tropicales.
Cómo te dibuja ahora mi mente, después de mas de cuatro décadas que nos conocimos, asombrados hoy de un mundo demasiado cambiante, demasiado demente.
Sé que nuestras memorias no se bañan en las mismas aguas del tiempo, parafraseando a Heráclito , pero hoy te evoco oyendo a través de mis audifonos Clair de lune de Debussy, en una misma tarde crepuscular, con el casi mismo aire de nardos en la atmósfera, con la luna llena despuntando al este de esta ciudad de vientos frios.
Sé que ahora andas muy al norte de mi sur y de esas tardes de pincelados colores, de aquel pretérito Tlatelolco.
2009
PASOS DE LUNA
a la también poeta Lucy B.
Una vez más la luna se asoma
en el horizonte del crepúsculo.
Las ramas de los arboles se estremecen
al alborozo de los pájaros por el devenir
de la noche.
Poco a poco el bosque se viste
de sombras- siluetas
y los frutos pierden sus colores.
La luna ya en el cenit parpadea
al paso de las nubes
y las lechuzas elevan su canto triste
a través de los senderos.
En los preámbulos del alba
el cíclope nocturno
descubre una osamenta entre arbustos
A su alrededor se paralizaron
los segundos,
los minutos,
las horas.
Los ciclos de la luna
todo lo oculto lo desnuda en polvo
Tríptico a la musa de mi alma:
DESIGNIO
a angela rayito
Al principio fue la mirada
ese gesto que parecía flotar
como el gusanito para un pez.
Después vendría el roce de las
yemas en una sutil caricia.
La colisión de las miradas y
el tacto cálido de las manos
encenderían ese fuego mutuo.
Nos inventamos entonces el arco iris
con un hâlito de fresca brizna.
El giro de tu cuello al recoger tus cabellos
desnudó ese lunar solitario
y de la obertura de tus labios
escaparían
cien pétalos de rojos claveles.
De aquella isla de nuestra infancia
nos traeríamos mariposas oníricas
que soltamos en los senderos del destino
así nos iluminaran los laberintos
esquivos de la ternura.
Octubre 2023
EPÍSTOLA
a angela rayito
Te quiero como para invitarte
otra vez a mojar tus pies entre olas.
Te quiero como para salir a caminar,
hablar de los dos, mientras pateamos
piedrecillas.
Te quiero como para volvernos chinos
de risa, ebrios de nada.
Pasear sin prisa a aquella plaza de Puerto Morelos
y sentarnos a ver caer
otra vez la tarde.
Te quiero como para ir contigo a los
lugares
que más frecuento, y contarte
que es ahí donde me sentaba
a pensar en ti.
Te quiero como para escuchar
tu risa toda la noche.
Te quiero como para
no dejarte ir jamás de mi abrazo. _
Te quiero como se quiere a ciertos amores,
a la antigua, con el alma
y sin mirar nunca atrás
Agosto 2023
RETAZOS DE INSOMNIO
a angela rayito
A un costado del bosque se desploma la luna.
Verás caer ese lucero
como el beso fugaz que esa tarde me diste.
Tu mirada me brilla en la sombra nocturna.
Tu altivo pecho me trae fragancias embriagantes.
Volarán las hojas a tu paso.
Y algún día vendrán las rojas alegrías
a burbujear bajo un sol radiante.
Mientras,
te espero paciente a la ribera del rio.
Febrero 2024
Douglas M. Sneiden (seudónimo de Douglas J. Maza González. (Barranquilla, Colombia 1954.), poeta. Ejerce como especialista en neumología pediátrica en Cancun México. Publicaciones en revistas y suplementos literarios de Colombia, México y Argentina. Premios literarios en Mexico y Colombia.
Editora: Carmen Cristina Wolf @carmencristinawolf en IG @literaturayvida en X