hacer mi libro de poemas.
Me di un largo baño
y salí a la calle.
En un comercio
no muy antiguo
me hice de una cuerda,
treinta papeles azules,
un pedazo de cartón
que habría de cortar en dos partes.
Me devolví al refugio
con mi botín.
El cartón carcelero del papel,
la cuerda carcelera del conjunto,
Qué inconfesablemente sencillo
es hacer un libro de poemas.
Tengo las flores
(tener es un acto sencillo:
arranque de un jardín
lo que precise),
y su aroma vibra
por encima de mis manos,
haciendo franjas violeta
en el camino.
Tengo las flores,
pero el color y el terco pétalo
son soldados
con manifiestos hechos
en minúsculas.
No cabe duda de que los años
tienen patas.
De otra manera
no podrían distribuir vejeces
ni emprender olvidos
que ofrecen de casa en casa,
ni cruzar umbrales
en busca de herrumbre,
ni trepar hasta la azotea
que es siempre más enana,
ni subir a los autobuses
para rasgar los asientos,
ni comprar en los comercios
tintura de canas,
ni ofrecer a los insectos
el papel de la prensa
del fin de semana,
ni tomar fotografías
de cuartos de siglo,
ni podar las ramas
de los árboles,
ni ir de bares
escupiendo en las botellas
que han de añejarse,
ni destruir la relevancia
de las alianzas.
No cabe duda de que los años
tienen patas.
De otra manera
no podrían pisotearnos.
Ustedes al menos
confían en el invierno
para justificar
el frío que raya
vuestros huesos.
Esta mañana desperté mejor
No me duelen las decisiones
ni se me ha brotado el pasado.
Esta mañana una sombrilla
hizo el papel de celador
bajo la llovizna y la bruma.
El sol es mío
y lo llevo en los bolsillos
y en la sonrisa.
Quema.
Qué bien me siento esta mañana
que ya empieza a ser ayer.
Frío,
blanco, quieto y frío,
indolente y básico
como el frío,
delirante y soso
como el frío,
muerto, quebradizo y frío,
viento, tiempo y alero
como el frío
ritmo de mis días.
Jorge Gómez Jiménez
jgomez@letralia.com
Escritor venezolano (Cagua, Aragua, 1971). Edita desde 1996 la revista literaria Letralia, Tierra de Letras. Ha publicado los libros de cuentos Dios y otros mitos (Venezuela, 1993) y Uno o dos de tus gestos (Venezuela, 2018), las novelas cortas Los títeres (España, 1999) y Juez en el invierno (Venezuela, 2014), la antología Próximos (narrativa venezolana, bilingüe chino-español; China, 2006), la novela El rastro (Argentina, 2009) y el poemario Mar baldío (Caracas, 2013). Textos suyos han sido traducidos al catalán, al chino, al esloveno, al francés, al inglés y al italiano.