Por: Farah Cisneros
“Aprender el valor que tiene la vida, nos permite sentir y apreciar el respeto hacia el otro, coincidiendo en el interés común por la trascendencia de todos”
Los tiempos cambian y las cosas pasan… es una frase bien sustentada que escuchaba decir una que otra tarde en los almuerzos familiares que se daban en casa de mis abuelos maternos. Creo que era una manera aliviadora que encontraban mis abuelos para ofrecer a los demás, confianza y tranquilidad ante situaciones de incertidumbre y conflicto. Este, es un recuerdo que conserva mi mente y que corresponde al pasado como muchos otros.
Con los años entiendo que los retos están permanentemente en todo aquello que las decisiones o circunstancias motivan. Las experiencias son la consecuencia obligada del ejercicio de existir. Unos con menos y otros con más, cada quien hace lo mejor o peor que puede con su vida.
En la psicología del triángulo dramático de Karpman se exponen para identificar ciertos comportamientos en los seres humanos en los roles de salvador, víctima y perseguidor. Lo cierto y a lo que voy es que, sin darnos cuenta, “todos poseemos una altísima importancia en nuestras competencias como hacedores e influenciadores en nuestras sociedades”
Tomarnos en serio ahora, en los actuales momentos, el tiempo que discurre inexorablemente y la ferocidad de los cambios podría servir de instrumento impulsador para llevarnos a establecer, plantearnos y sincerar el curso que le hemos estado dando a nuestro hacer en el medio ambiente que ocupamos.
Hemos desplazado nuestros intereses prioritarios para atender necesidades creadas por los estándares de una sociedad donde el poder, el éxito y la realización personal esclaviza la libertad, la salud y hasta el planeta que tan gentilmente nos ha brindado hospedaje hasta ahora. A muchos literalmente se nos va la vida, buscando sino el logro de llegar a estas cúspides de excelencia establecidas en los mercados de las bolsas financieras, aprender a cohabitar de la mejor manera posible lo cual puede desencadenar en muchos casos malestares, e impaciencias con un tanto de frustración.
Estas luchas por alcanzar el logro hace que en algunos casos se tergiverse absolutamente lo que podrían ser incentivos y oportunidades para crecer en sano bienestar y es cuando el ser humano se declara en retos donde es capaz de arriesgarse a sí y a los otros en pro de alcanzar sus triunfos lo más rápido y fácil posible incluso sin evaluar concienzuday suficientemente lo expuesto que queda para colocar en entredichos ciertos principios fundamentales en cuanto a ética, moral y buenas costumbres.
Son muchas las puertas que se han abierto inusitadamente con la llegada de esta pandemia que azota el mundo desde el año 2.020. Se presentan como no cuantificables el significativo número de decesos por el virus pandémico.
Inequívocamente nos enteramos que esta situación de altísimo peligro es un desafío adicional que se le suma a la ya significativa lista de obstáculos en el camino… es solo que ya no se trata de superar para obtener el poder del éxito, ahora se trata de obtener la oportunidad para preservar la vida y el planeta ¿Esto estará lo suficientemente claro?
Cuando la actitud “de hacerse el loco” muestra a la gente con espíritu de ruindad en un hacerse mercantilista, y aprovechamiento en general de cualquier evento para sacar provecho cabe preguntarnos: ¿Hasta qué punto estamos entendiendo la situación?
Los patrones mentales que fijan nuestra conducta obedecen a lo predeterminado; a lo ya establecido en nuestro estado de consciencia. Hacer los cambios necesarios para adecuar nuestra mente a una nueva realidad, exige ponerle un cote e iniciar un valioso plan de re programación neurolingüística. ¿Cómo se logra?
Podemos lograr los cambios necesarios mediante la aceptación de la realidad objetiva y este, es el enfoque que pueda aportarnos notables beneficios para solventar la situación y salir adelante en bienestar común. La única o la más importante herramienta para ser empleada de manera altamente eficiente son “el encuentro y colaboración en equipo”.
Aprender el valor que tiene para uno mismo la vida nos permite sentir y apreciar el respeto hacia el otro, coincidiendo en el interés común por la trascendencia de todos.
Hoy más que nunca valorar que el brazo del otro es la extensión del mío operará el milagro de amor más grande. ¡El logro de sentirnos uno siendo muchos!
¿Lo lograremos? Sin lugar a dudas dependerá del consenso que hagamos para recibirnos desde la confianza, el trabajo en equipo, el compromiso y la Fe que comodones de la naturaleza sembrada en el corazón humano activemos en gratitud y cooperación permanente.
“La esperanza es el sueño del hombre despierto” Aristóteles
¡Los abrazo siempre!
FARAH CISNEROS
Facilitadora en Procesos de Cambio y Transformación Personal
Master Coach Neuro-Linguistic Programming PNL
Certified Heal Your Life Teacher Philosophy Louise Hay
Abogado con estudios de Postgrado en Derechos Humanos – Empresaria
Fundadora y Directora de EGP. Escuela de Gerencia y Pensadores
Autora del libro ¡Haz lo que te dé la gana!
Produce, coordina y desarrolla el Programa de Entrenamiento y Desarrollo Integral Personal-PEDIP de EGP. Escuela de Gerencia y Pensadores
Directora de Relaciones Institucionales del Círculo de Escritores de Venezuela.
Promueve proyectos de emprendimiento, y participa como Asesor y Consultor en metodologías organizacionales en las áreas de planificación, sistemas y procedimientos administrativos. Dedicada con pasión a la investigación, formación y capacitación académica en el desarrollo del comportamiento y potencial humano en psicología humanista e inteligencia emocional.
Coach & Mentoring en ejercicio activo.
@FARAHCISNEROS
farahcisneros@hotmail.com – escueladegerenciaypensadores@gmail.com
http://egpvenezuela.wix.com/egpvenezuela
http:egpvenezuela.wix.com/farahcisneros
Maravilloso artículo mi querida Farah muy actual, los cambio suceden cuando hay compromiso y capacitación y quien mejor que usted que es experta en la Materia. Muchos Éxitos. Saludo Fraternal
Muy buen artículo.