…»Muchos de nosotros entre ellos me cuento, estamos convencidos que después de esta grave contingencia con la pandemia que ha aterrorizado, paralizado, inutilizado y/o aniquilado a un importante número de habitantes en todo el mundo, cualquier cosa a futuro debería se observada y apreciada a través del crisol de sus sobrevivientes. Se me ocurre pensar que los que podamos contarnos tendremos que desaprender para aprender. Una especie de despertar para apreciar con ojos nuevos desde la compasión amorosa, un sentido de la vida honrosamente más agradecido.»…
Por Farah Cisneros
Si hay algo que las circunstancias de la vida en tiempos actuales se han encargado de hacerme notar, son las altas competencias que puede desarrollar el ser humano para salir adelante.
Crecerse ante las dificultades convalida a quien decide vivir al punto del sacrificio mismo por lograrlo, incluso llegar al hecho en sí mismo de sobrevivir. Posee su lado oscuro como más adelante pasaré a explicar, cosa que espero no sea mal interpretada en las consideraciones que creo me asisten. No obstante,como todo lo que hacemos público, queda susceptible a la comprensión e interpretación final de cada quien. Correré el riesgo de caer en la voluntad real, que es lo que tengo en mente o “mala mía” como dicen los muchachos, caer en la voluntad declarada, que no es otra cosa sino lo que se interprete de lo expresado por mí. En todo caso y a los fines consiguientes correré el riesgo.
¿De qué estoy hablando?
Ya para finales del año 2.019 nos encontrábamos en presencia de un mundo con unos niveles de celeridad y competitividad extremos, índices desbordados en todo, la vehemencia por satisfacer los cánones económicos y sociales ocupaban tan altos perfiles de interés y entrega por parte de la gente, que la sindéresis común y la atención a lo natural e indispensable como el respeto por la vida, la salud, la retroalimentación en relaciones afectivas de familia, amigos y entorno; el ecosistema mismo en su uso y disfrute y las maneras simples y llanas para recibirnos estaban en total decadencia,por consiguiente en declive total. Se infiltraban por así decirlo en nuestra sociedad creencias nuevas, aparentemente provechosas, efectivas y acomodaticias en la comprensión de nuevos caminos de crecimiento, expansión, emprendimientos y superación personal mayormente con un punto de encuentro en común sugestivo y apetecible como “lo rápido en lograr para pasar a lo fácil en el disfrute”. Con este nuevo enfoque ser brillante, exitoso y próspero económicamentese convertía en una fuente de alcance inmediato sin los quehaceres propios de invertir mayor tiempo en la obtención sistemática en la preparación y experiencia necesaria para incorporarse a las exigencias de un mercado laboral que reclamaexcelencia y una ya extinta meritocracia.
Las nuevas maneras de entender y recibir la vida en la actualidad están plenas de distracciones y superficialidad y es tal cual, que quienes marcan las novedosas tendencias, con un alto poder de impacto para influir en las masas sociales son los famosos “Influencer” entre muchos otros. De ellos depende que una actividad comercial pueda crecer o derrumbarse y que personas que requieren obtener una mejor formación académica no la alcancen por la manipulación en una preparación inconsistente.Son líderes mediáticos y gurús de cuanta cosa se les ocurre para suplir y ocupar plazas disponibles.
El tiempo que estos seudo maestros se toman para improvisar se encuentra en una psicología de atracción que genera contenidos cautivadores en un mercado humano ávido de convertirse en triunfadores de la noche a la mañana sin mayor contrapartida de tiempo y esfuerzo.
La capacidad de asombro no se extingue ante la crueldad, avaricia y enfermedad de poder que resultan de las manipulaciones y conveniencias que se han estado librando en las dos o tres últimas décadas, marcadas por el cinismo, la confabulación y la carencia absoluta de principios y valores. Representan la demostración en una tormenta perfecta de que el hombre en su codicia y extrema locura por la posesión y colonización de lo que cree puede ser suyo, ha expuesto a la extinción a la clase humana de la faz de la tierra por la violación sacrílega inclusive de lo divino.
En esto y con la fuerza de mi sentir creo en la existencia de responsabilidades en todo el deterioro de nuestra condición como raza humana, por la desigualdad social, económica y moral la cual se dramatiza a niveles aún mayores por una especie de mezcla entre angustia y vergüenza, resultado de la gran IGNORANCIA Y FALSA COMODIDAD.
Muchos de nosotros entre ellos me cuento, estamos convencidos que después de esta grave contingencia con la pandemia que ha aterrorizado, paralizado, inutilizado y/o aniquilado a un importante número de habitantes en todo el mundo, cualquier cosa a futuro debería se observada y apreciada a través del crisol de sus sobrevivientes. Se me ocurre pensar que los que podamos contarnos tendremos que desaprender para aprender. Una especie de despertar para apreciar con ojos nuevos desde la compasión amorosa, un sentido de la vida honrosamente más agradecido.
En los actuales momentos e independiente a las creencias predominantes de cada uno, se nos ha movido el piso y nos han sacado a “patadas limpias” de nuestras zonas de confort o de comodidad, para confrontarnos en un momento real de nuestra historia contemporánea donde los protagonistas de la película somos nosotros. Cada uno de los movimientos y actuaciones no estará nominado al premio de la Academia de Hollywood, ni al Nobel de la paz. Nuestra manera de accionar futura en primer lugarmostrará el invalorable costo de las vidas perdidas, de una economía en el suelo, las conmociones y estragos de lo acontecido. El aprendizaje extraído delecciones tan dolorosas, es una contundente orden para tomar este tiempo de cuarentena como una forma de recreo o apaciguamiento emocional involuntario para ocuparnos activamente de reflexionar con una mente despierta en como que promover nuestro equilibrio entre lo espiritual y lo tangible.
Los cambios que particularmente yo espero sean logrados, están en la capacidad efectiva para soltar tanto“desperdicio o basura emocional” acumulada por diferentes procesos de domesticación y falsa educación, para entendernos, recibirnos y mostrarnos ante el propósito de vida individual descubriendo en nosotros una acertada alineación coherente con un tiempo de vida perfecto para el crecimiento en unidad como civilización organizada que procure y sincere una identidad al verdadero sentido de mundo globalizado.
Comenzar a fluir en la liviandad de establecernos un propósito de vida con bases sanamente confiables en nuestras reales capacidades y competencias que nos preparen para vivir desde el respeto estará en la autoevaluación y disposición personal. Solemos referirnos a los demás como responsables de lo que nos pasa, es momento de salvar la responsabilidad y acción individual, desde la mirada de que lo que YO HAGO influye en el entorno inmediato y se proyecta en ondas expansivas.
Resetearnos como si fuésemos un equipo tecnológico podrá iniciar un interesante ciclo de respuestas a preguntas nuevas para mantenernos en la ocupación de darles respuestas. Esperemos que cualquier avance oportuno podamos crearlo encooperación y trabajo en equipo.
Como una maravillosa enseñanza inspiradora para la solidaridad comparto a continuación para concluir “La fábula de la trampa y el ratón”.
Érase una vez en una granja un ratón escondido en un agujero en la pared. Un día, mientras se asomaba hacia la cocina, vio como el granjero y su esposa organizaban los artículos que acababan de comprar. El ratón enseguida se dio cuenta de que algo iba mal. Habían comprado una trampa para ratones.
Asustado, se volvió a meter en su escondite y de allí corrió a toda velocidad a avisar a los animales de la granja. Estos le recibieron con cierta indiferencia. – “Han comprado una trampa para ratones”, le contó a la gallina. El ave se rió. – “Lo siento por ti, amigo ratón, pero a mí eso no me preocupa”. Entonces el roedor acudió al cerdo. – “tienen una trampa para ratones”. Y el cerdo le dijo: – “tienes mala suerte, rezaré para que no te pase nada”, y tampoco le hizo más caso. El ratón fue entonces a ver a la vaca, y ella tampoco se inmutó por la noticia: – “pequeño ratón, soy una vaca, no tengo nada que temer de una trampa para ratones”.
El diminuto roedor se fue triste de vuelta hacia su escondrijo, determinado a enfrentarse solo a los peligros de la máquina infernal. Durante la noche, el ruido característico del resorte de una trampa rompió el silencio. La mujer del granjero se levantó inmediatamente para comprobar cuál había sido la presa. Pero con la prisa, no tuvo cuidado y no se dio cuenta que lo que la trampa había atrapado era la cola de una serpiente venenosa. El animal furioso mordió a la granjera.
El granjero llevó a su mujer rápidamente al hospital, del cual volvió con una pequeña fiebre. El hombre pensaba que el mejor remedio contra la fiebre era un buen caldo de gallina, así que cogió su hacha y fue a matar a la gallina. Pero la mujer no mejoraba. A medida que su salud iba empeorando, los amigos de la pareja se acercaron a visitarla, y para darles de comer el granjero tuvo que matar al cerdo. Finalmente la mujer murió, y tantas personas vinieron al funeral que al hombre no le quedó más remedio que sacrificar a la vaca y así para poder tener carne suficiente para todas.
El ratón presenció todos los acontecimientos con gran tristeza. Sus amigos no se dieron cuenta de que cuando un peligro acecha a un solo miembro del grupo, todos están en peligro.
Lo que podría ser la moraleja de ésta fábula es que:
No creas que un evento no teafecta porque no se relacione directamente contigo. El mundo es lo suficientemente complejo, y por alguna razón todos estamos relacionados por vínculos sensibles y sutilmente invisibles.
“La vida es bella y el amor de Dios es perfecto”.
@FARAH CISNEROS.
Escritora – Pinealista y Mentora
Facilitadora en Procesos de Cambio y Transformación Personal
Master Coach Neuro-Linguistic Programming PNL
Certified Heal Your Life Teacher Philosophy Louise Hay
Abogado con estudios de Postgrado en Derechos Humanos – Empresaria
Fundadora y Directora de EGP. Escuela de Gerencia y Pensadores
Autora del libro ¡Haz lo que te dé la gana!
Produce, coordina y desarrolla el Programa de Entrenamiento y Desarrollo Integral Personal-PEDIP de EGP. Escuela de Gerencia y Pensadores
Directora de Relaciones Institucionales del Círculo de Escritores de Venezuela.
Promueve proyectos de emprendimiento, y participa como Asesor y Consultor en Sistemas y metodologías organizacionales en las áreas de planificación, sistemas y procedimientos administrativos. Dedicada con pasión a la investigación, formación y capacitación académica en el desarrollo del comportamiento y potencial humano en psicología humanista e inteligencia emocional.
Coach & Mentoring en ejercicio activo.
farahcisneros@hotmail.com – escueladegerenciaypensadores@gmail.com
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