Ciudad de azul y vientos
en las memorias del ayer.
De tus ráfagas de arena
caían pájaros en llamas de las horas.
Ahora cuando es irremediable la distancia
la seda de acordeones me devuelve
la belleza desnuda de tus noches.
El arroma de heliotropos humedece
el recuerdo donde alguien con mi cuerpo
atraviesa tus sombras.
¿Cuál destino dilata los secretos
anhelos de la sangre que me trajo
a esta orilla de tu ausencia?
Atrás queda el asombro por la vida,
el grito estremecido de los sueños,
el vino del adiós.
¿Es ilusorio el gesto de alcanzarte
en el poema?
Ciudad de azul y vientos, tu aire
ardía en alas de candela.
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El estropicio
de las gotas resuenan
sobre el zinc de la memoria.
Remota llovizna de la infancia.
Atisbo la alegría elemental
de la niña que fui bajo tus aguas.
Es la misma canción estremecida
por la risa de mi hija, con sus brazos
abiertos, flor que gira bajo la lluvia
ardiente, en el patio de mi madre.
Un día somos y el torrente del tiempo
nos lleva y nos devuelve al verdín de las acequias
a muros carcomidos por la ausencia,
a la humedad de lluvias que continúan
cayendo para siempre, sobre las palabras.
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El tiempo
se deshace en el sepia de las tardes,
en las hojas al viento y en el rastro
de jazmines entre abiertos.
Íngrima soledad de las alcobas.
Ventana donde mamá secaba
cortezas de naranja en espirales
para el té de las tardes.
Casa arrasada por crueles
despedidas. Sus frágiles destellos
se derraman en la melancolía
de las lágrimas.
Junto a la hornilla del corazón
las tintas del achiote tiñen
la antigua melodía. Canción
ajena que hice mía:
“No volveré jamás, jamás se vuelve
El sitio de la vuelta es siempre otro”
Del libro de poemas Ciudad de Azul y Vientos, Caracas 2015
Lidia Salas es Magister en Literatura Latinoamericana y en Idiomas, graduada en la Universidad del Atlántico, Colombia; poeta, ensayista y docente, distinguida con varios premios. Miembro de la Junta Directiva del Círculo de Escritores de Venezuela
No creo que la autora haya escrito «entre abiertos».
Entreabrir(se). ‘Abrir(se) un poco’. Su participio es irregular: entreabierto. Es decir, que solamente está un poco abierto.