En ocasión del homenaje a Gastón Baquero, hemos seleccionado algunos poemas que serán leídos por el escritor venezolano Enrique Viloría Vera en el XVIII Encuentro de Poetas Iberoamericanos en Salamanca:
ME NUBLA
No hay entendimiento
ni razón que comprenda
esta sed de tus aguas
esta vocación suicida
que me conduce a morir
herido de placer
entre las espinas
de una rosaleda
que crece
rosada y fresca
húmeda y honda
en el crespo
de tu cuerpo
COMO LUCIÉRNAGA
No me mires
con ojos de luciérnaga dormida
No levantes vuelo cuál gaviota errante
-alada espuma con pico
en búsqueda de otros mares-
para interrogarme incrédula como quien
consulta un oráculo en desuso
No me prestes la atención
que las caracolas le prestan a un viento nómada e indeciso
ni me dejes caer
por las laderas
de tus farallones de olvido
No me conviertas en calendario gastado
en barco encallado
en catacumba de tu amor
No me hagas sentir
el dolor lacerante
de esas lágrimas ardiendo
ADIÓS
No deseo continuar siendo
el trofeo
que orgullosa exhibes
en el salón de visitas
de tu cuerpo
pieza exclusiva
fiera derrotada
victoria de los safaris
de tu amor
En solitaria estampida
huyo me alejo
de las praderas de tu sexo
cimarrón contento
bestia regocijada
que no responde más
al llamado de tu orgasmo
a los tambores de tu amor
BOLIVARIANOS
¡Lo destruyeron todo
todo lo destruyeron!
Queda la placa
de un país sin nombre
¡Lo acabaron todo
con todo acabaron!
Las hojas secas recubren
los restos
del cuerpo institucional
un perro hirsuto
reclama gruñendo
su porción
de cadáver insepulto
dos chivos negros
relamen la ladera
de un convento sin dioses
campanas ni plegarias
¡Coño!
resta un bostezo un sollozo
¡se lo llevaron todo
todo se lo llevaron!
DESCUBRIMIENTO
Cuatro carabelas de aventura
traen en sus húmedas entrañas
patrocinado por majestades militantes
a un dios desconocido
al que la espada el arcabuz la palabra misionera
le sumaron prontos y nuevos feligreses
GASTÓN Y BAQUERO
Desde Barlovento arriba la calima tropical.
En medio de nieblas y brumas irrumpe un eterno poeta niño.
Ingenuo e indefenso
nuestro Gastón
huyendo de la vejez y de la muerte
inútil
se disimula detrás de escogidos seudónimos
Nicanor, Adrián, Cristóbal, Melitón, Alejandro, Filemón.
Sin alas se desplaza por espacios de sueño
a Ceilán y la India
cabalga en lomo de tigres grises y elefantes rayados
como preciosa seda retorna
ave del paraíso ébano brillante sándalo perfumado
en un severo Galeón de piedra llamado Manila o Acapulco.
Se le ha visto también en Segovia, Villalba, Madrid y Toledo
En El Escorial saborea un cordial chocolate indiano
con su Rey llamado Felipe
Boquiabiertos y solemnes
registran los inauditos límites de un reino siempre iluminado.
Domestica abejas para alivio de napoleones y Carlos Magnos.
Almuerza con rodajas de sol
Merienda rosas en tardes tontonas, tetonas y testarudas
Cena cielos y estrellas a la luz de la Luna.
Baila el rigodón con libertadores y libertadoras.
Aconseja a Juan Sebastián, Schubert y Mozart.
Se mueve a ritmo de valses y barcarolas
¡Nureyev de las Antillas!
Echa un pie en el frenético bululú de sus orígenes.
Taconea al ritmo de negros y gitanos
que sin distingos lleva Baquero en su apellido de tres mundos.
Una niña y su muñeco de nieve
urgidos de palabras
demandan un poema al trovador del Caribe.
Gastón consulta con Baquero
Y al unísono responden:
“No puedo darte un poema,
ni soñar en hacerlo todo el día. Pero toma;
toma esta rosa, llévala a aquel vaso que está en el fondo,
colócala allá cuidadosamente, para que mañana
siga siendo tuya todo el día”
La niña tomó la rosa, la colocó en el vaso
y en la noche
súbito repentino inesperado
brotó el imposible poema de Gastón y Baquero.
* Enrique Viloria Vera nació en Caracas. Poeta, ensayista, crítico de arte, humorista. Abogado graduado en la Universidad Católica Andrés Bello, profesor en la Universidad Metropolitana. Con una extensa obra publicada, le fue otorgada la Medalla Internacional Lucila Palacios. Es Miembro del Consejo Consultivo del Círculo de Escritores de Venezuela.