UN AMIGO LEJANO
A Alfredo Pérez Alencart, dedico
Algunas mañanas, acostumbro
acariciar los prados y dejarme
cortejar por la brisa
Pensar de nuevo al mundo
tomarlo por alguno de sus hilos
escribir en constancia
del cortejo de dudas que me asaltan
Interminables filas de palmeras
abanican un vuelo de gaviotas
mientras miles de pies dejan huella impaciente
en las caminerías de la playa
Apenas llegan y se van
para dejarse caer un día
cansados ya de perseguir deseos
Vivo en un país cortado a tajos
en quiebre permanente
Cada día llevo un golpe en la calle
no escribo como antes
exultante, dichosa
hoy los versos salen a dentelladas
ya no me reconozco
Mi país grita, cosido a balas
mancillado por botas delirantes, arteras
Herido de tanto gritar sin que lo escuchen
le duele la piel de las palabras
Entonces, se apacigua mi espíritu
Un amigo lejano, allende el mar
muestra un Cristo del alma:
La hora perfecta es la del amor que reconcilia
… y que tu espíriru are en mi corazón un surco de ternura