San Agustín: «La medida de amar es amar sin medida»

José Gabriel Escala

Para San Agustín el concepto de FIN es muy claro. Este fin al que debemos unirnos es lo único que nos dará la felicidad, que es Dios mismo como causa final, por ello debemos volcar todo nuestro esfuerzo al realizarlo, por ser un esfuerzo, es un movimiento de la voluntad, una acción y si la vida transitoria desea alcanzar la permanencia, ha de aferrarse a la eternidad del objeto del deseo y volverse uno con él, que no es otro que Dios mismo, es decir el movimiento es el amor, este puede ser amor cupiditas que es el que sentimos por los “bienes” materiales y el Amor Caritas que es el único verdadero y que apunta a un solo “Bien” que es Dios, San Agustín decía que uno debía tener mucho cuidado con lo que amaba, pues tenía que buscar calidad sobre cantidad. “Uno es lo que ama” si amas un objeto del mundo entonces tú serás un objeto del mundo, por lo tanto podrás ser utilizado y manipulado y perecerás como tal.

Si amas al Ser Verdadero serás Ser Verdadero que no está limitado a la temporalidad del mundo, ya que la Verdad no puede estar limitada por el tiempo, porque entonces no sería verdadera.

La doble acepción de fin la recoge San Agustín, cuando distingue entre el “fin de consumación” y “el fin de consunción”. El primero, es el fin que consume, por ejemplo cuando te comes una torta al acabarla se termina, es “finitum est”, es decir que deja de existir, éste se acaba en su extensión y finitud. Mientras que el fin de consunción, es el fin de lo que se perfecciona, por lo tanto cuando se completa, pasa a ser inicio, por lo que es eterno. El ejemplo que da, es cuando se termina de diseñar un traje, éste acabamiento sería el comienzo del mismo, uno termina un traje para luego usarlo y dice San Agustín, “ahora hablamos del fin que es Bien; no del que consume para no ser, sino del que perfecciona para ser pleno”. Y esta causa final como amor solo puede ser el Amor “Cáritas”, ya que lo bueno es lo apetecible, lo deseable, el fin que perfecciona y da felicidad y por ende Libertad.

Por eso el amor «cupíditas» como fin, no tiene la posibilidad de alcanzar la felicidad, ya que la felicidad es un estado y no un instante, los instantes son felicidad aparente e ilusoria, no permanente, porque lo que termina siendo el objeto del deseo no es la propia felicidad, que sería el fin que es Dios mismo, sino el objeto en cuestión, limitado a las cosas del mundo y a su permanencia transitoria, por eso solo el Amor Cáritas es el único que como causa eficiente nos puede llevar a la causa final, que es Dios, es decir la Felicidad, lo Bueno y nuestra propia Libertad. Claro esto no es tan fácil porque el movimiento amoroso para obtener este Fin no solo es teorético sino que debe ser practico y a Dios solo se le ama por triangulación, es decir amando al otro, pero no a los amigos o vecinos, esto sería demasiado fácil, se debe amar al que consideras más diferente e inferior y en el último caso al que te hace daño, si logras amar así entonces no tendrás limites en el amor y estarás amando a Dios, a Dios no se le puede amar con amor humano sino con amor divino de allí parte la dificultad…

No es para nada fácil pero vale la pena intentarlo. San Agustín dice que en lo único que no se puede tener mesura es en el Amor. Primero se ama para ser libre, sino tenemos que conformarnos a ser entes cosificados (corotos) y a ser consumidos y consumidores y perecer como cualquier objeto que se consume a sí mismo en su propia vanidad. Ese sería el verdadero “fin de mundo” para cada uno de nosotros.

*JOSÉ GABRIEL ESCALA, filósofo venezolano

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