DEL BOSQUE: PRIMER MINISTRO

Por ENRIQUE VILORIA VERA

Confieso que no soy un apasionado del fútbol, pero sí me preocupa España. Desde hace más de una década estoy relacionado con el país ibérico y sus avatares económicos derivados de las ficciones del capitalismo financiero, y de una falsa ilusión de modernidad sustentada en el consumo fácil y financiado.

Son muchos los amigos y afectos que he cultivado a lo largo tanto de una estancia larga como en mis anuales viajes a Madrid y Salamanca para cumplir con compromisos académicos y literarios que han sido verdaderos viáticos de la vida eterna como decía Mounier.

Visto el desempeño de la Roja y el liderazgo sensato de su estratega que ha ganado tres grandes competencias de alto cuño, no sería malo probar con Vicente del Bosque como Primer Ministro. Muchas y buenas serían las contribuciones del salmantino a la recuperación de España, tal como lo ha hecho con la selección nacional.

En efecto, nadie duda que Don Vicente le ha devuelto la alegría a una España dividida y enfrentada políticamente, fuertemente castigada en lo social. Las diferencias autonómicas para nada cuentan a la hora de elegir un seleccionado en el que manchegos, catalanes, andaluces, extremeños y gallegos contribuyen por igual.

Del Bosque ha demostrado que es necesario remozar las formas de hacer las cosas, que hay que darle paso a la juventud, que no hay adversario pequeño, pero con la gente y la estrategia adecuada siempre es posible ganar. El seleccionador ha sido capaz de reforzar la autoestima de España, que ha vuelto a ser considerada como un país de los PIGS, por la troika que manda en la Unión Europea. España, estamos ciertos, no es Alemania, Francia ni Inglaterra, y ahora sin fondo de cohesión, le va a costar intentarlo.

Con del Bosque a la cabeza del gobierno, España además de sus exportaciones tradicionales y de sus bancos en entredicho, puede también ser un exportador neto de excelentes futbolistas; el pago en euros – válidos todavía – por el alto precio de sus fichajes puede contribuir significativamente al reembolso del rescate europeo, y a hacer del futbol planetario un asunto meramente español.

¡Del Bosque a la Moncloa!

¡Viva la ROJA!…la de allá

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