Por Enrique Viloria Vera
Canciones y danzas de Europa y América nos son ofrecidas en su primer disco digital por esta nueva – pero ya vieja en presentaciones y experiencia – agrupación musical DÉCIMOXIXNÓNICO integrada por Andrés Barrios, Luis Felipe Santos y Bartolomé Díaz.
17 pistas de pasión, porte y picardía integran la oferta musical del grupo de marras. Bartolomé Díaz, en docto y enjundioso texto de presentación del trabajo discográfico, señala: “La “marca de origen” de nuestra música no es producto de un ingrediente omnipotente que al ser rociado sobre una melodía ibérica la transforma de inmediato en composición criolla. Se trata de un proceso mucho más complejo y sutil, en el cual interactúan todos los elementos constitutivos del lenguaje de los sonidos: el mayor acierto de los músicos venezolanos del siglo XIX fue atreverse a imaginar un concepto de música popular abiertamente, quizá descaradamente, novedoso…Si a eso añadimos la asombrosa fidelidad con la que la música criolla retrata la idiosincrasia venezolana del momento, tendríamos que llegar a la conclusión de que estamos frente a un instante estelar, a mi entender irrepetible, del proceso sociocultural venezolano: de no ser así, consecuencias tangibles como el álbum que usted sostiene en sus manos no existirían.”
Confieso que he sido uno de los privilegiados que ha asistido desde sus inicios en 2010 a las presentaciones de DÉCIMOXIXNÓNICO para disfrutar de las buenas y refrescantes interpretaciones de la agrupación. Ahora disfruto de su primera producción musical, y como no soy – muy a mi pesar – músico, sino hombre de letras, sólo puedo decir que el disco es: divertido, idiosincrásico, hilarante, jocoso, festivo, rescatador, educativo, didáctico, venezolanista, original, pícaro, apasionado, curioso, burlesco, excelentemente grabado y profesionalmente ejecutado.
No lo escuche solamente, lea también el pedagógico texto del profesor Bartolomé Díaz, y dispóngase a disfrutar de excelentes canciones y danzas de Europa y América, y en especial de las muy nuestras del siglo XIX.
Ciertamente es un inconmensurable placer oírlos y leerlos, pero nada como asistir a sus presentaciones personales, porque en ellas es donde las 3 P decimonónicas se ponen totalmente de manifiesto: pasión, porte y picardía.