Por Jaime Bergamin Leighton / ENcontrARTE
La novela arranca con un tono confesional (que marca la constante de toda la novela), refugiada en la descripción de una partida con aires de naufragio. Dos páginas de abandono y un dejar atrás el lugar nativo que, gracias al «progreso» ya no reconoce y, mucho menos le pertenece y que, autora mediante, nos hace suponer esa Madrid borracha de europeismo, modernidad e imperdonables olvidos.
Un libro cuya primera edición llegó a las librerías en el 2008 y que, a la luz de los acontecimientos adquiere una sorprendente actualidad demostrándonos que el devenir histórico es cíclico, porfiado y tramposo, que el poder solo cambia de fisonomía, pero que inevitablemente termina por entrampar a quienes lo ejercen (ver Criticón Nº140), superando las buenas intenciones para reducirlas a lo que el ser humano es o puede alcanzar. Solo es cuestión de tiempo, y los que toman el relevo, con la excusa de hacer justicia y reparar los excesos, terminan atrapados en la realidad y utilizando los mismos métodos de sus antecesores. Tú eres uno de los muchos ciudadanos que quisieran vivir de otra manera, lo que sucede es que, a menudo, no se puede elegir la manera de vivir.
Y la frase que define los lapsos que la realidad nos impone: Hay que esperar los cambios
progresistas, porque en realidad, en esto consiste la historia. Helena Sassone nos entrega una novela donde el rigor literario no excluye el interés que el lector debe sentir y quedar atrapado por el devenir de hechos y personas, en este caso, reales, novelados con la maestría de quien se ha paseado por la literatura y la vida como protagonista y espectadora en un planeta tierra que gira cada vez más rápido hasta volverse uno, convirtiendo ese mundo ancho y ajeno de otros tiempos en esta aldea global donde guerras y tragedias se suceden y superponen transformando, cada vez más, al ser humano y a la humanidad, en simples datos estadísticos.
Relato lineal de esta periodista, poeta, cuentista, ensayista y semióloga, nacida en una
España destrozada por la guerra civil y que abandonara adolescente, para mudarse a la Caracas pastoril de los 50′, dejando atrás 17 años de guerras, privaciones y una carrera de derecho sin culminar.
Su biografía nos dice que ha participado en congresos en Rumania, Yugoslavia, Alemania, Bélgica, España, Perú, Colombia, Francia, Israel… y todo parece indicar que lo biográfico prima en estos «olvidos no siempre», desde la misma protagonista, madrileña y académica, como ella, participante de ese movimiento esperanzador que siguió al fin de la Segunda guerra mundial asentado en el surgimientos de países donde la solidaridad revolucionaria se volvía realidad posible en una hermandad internacional que se tradujo, además de hechos trascendentales y decisivos, en el trasiego de miles de fervientes partidarios, jóvenes, la mayoría, que anhelaban para nuestros países un futuro mejor. La Rumania de Ceaucescu, sumida en su trampa histórica, se convierte en la verdadera protagonista, para enseñarnos que la
caída de su régimen no significó el fin de los viejos métodos que, a pesar de nuestro conocimiento superficial de esa sociedad, nos hablan de costumbres atávicas (y universales), muy difíciles de superar en el reducido marco de unas décadas.
Un libro imprescindible, que debieran leer esos beatos vociferantes que, con aire inquisidor esgrimen manuales absolutos olvidando quizás, ignorandoseguramente, que el socialismo del S.XXI está aun por definirse y que, como un gran rompecabezas, se debe ir conformando al ritmo de los acontecimientos, en diálogo permanente con la realidad, sumando voluntades, pero, por encima de todo, respetando la otredad sin que ello signifique abandonar la trinchera que, crisis mediante y los siempre peligrosos manotones de ahogado del capitalismo salvaje, se vuelve la única alternativa posible para salvar lo que nos está quedando de mundo.
«No siempre el olvido» de Helena Sassone
Monte Ávila Editores Latinoamericana C.A.
De venta en las Librerías del Sur