Por Magaly Salazar Sanabria
Comenzaremos diciendo que el libro I Edición de Cuentos de la Fundación Aprende a Escribir un Cuento, es una publicación muy bien cuidada, con un diseño de portada y diseño gráfico de la colección elegantes y creativos, asimismo, la edición de los textos, que producen agrado a la vista e invitan a la lectura de unos cuentos sorprendentes.
Un soñador de honorable acción, sincero en sus palabras, generoso con la comunidad, es Heberto Gamero Contín, que al lado de su diligente y gentil esposa, Iris Verastegui de Gamero, se han dedicado a llevar adelante este proyecto que, en principio se pareció a un sueño pero , que sin lugar a dudas, es bendecido por Dios porque su energía proviene de un ejercicio de gratitud: devolver con creces a los otros la distinción de que fue objeto cuando se ganó el Primer Premio en la Edición 63 de los Cuentos de El Nacional de 2008 con “Los zapatos de mi hermano”. En principio, Heberto Gamero Contín y su Fundación se animan con la búsqueda de un contento que sólo llega cuando el trabajo y las palabras benefician así mismo y a los demás.
Los que tuvimos la dicha de asistir a un Taller dictado por Heberto nos percatamos de la sencillez y claridad llevada a cabo en la transmisión de los conocimientos ofrecidos. Los grupos participantes estaban conformados por personas de distintas profesiones e inquietudes. Heberto expresó sus ideas con un lenguaje accesible para que todos entendieran y esa enseñanza-aprendizaje se demuestra en los interesantísimos cuentos recogidos en este valioso libro. Además, el ambiente creado entre facilitador y asistentes se caracterizó por la cordialidad, que permitió escribir creativamente, sin prejuicios y con libertad.
Para entrar en materia diremos que el cuento se plantea como un juego narrativo entre el autor y el lector, atenidos ambos a su especificidad: brevedad, condensación, personaje generalmente único, que impone a la historia un conflicto que se tensa como un arco hasta el final. Así el lector fija su atención para participar con agudeza en el descubrimiento de “aquello” que muchas veces no se dice pero se sugiere y es allí donde la inteligencia y perspicacia del lector descubre la propuesta porque los cuentos son señales vigorosas de lo imaginario.
Entretanto, la “Fundación Aprende a Escribir un Cuento” ha realizado varios talleres en diferentes lugares de Caracas y el interior: En octubre de 2009, en la Sala Cabrujas de la Fundación Chacao, en ICREA y Taller Juventud Prolongada. En 2010, los participantes se reunieron en: el Taller Marshal (dos oportunidades).2 talleres en Sucre, ICREA, Sala Cabrujas. En 2011, la Fundación dictó los talleres: ICREA, Sala Cabrujas y Casa de la Cultura Ramón Vásquez Brito de Porlamar. Estos encuentros han sido catalogados por los asistentes como muy fructíferos.
Con la finalidad de aportar una modesta opinión acerca del libro I Edición de Cuentos de la Fundación Aprende a Escribir un Cuento, hemos releído con placer los textos dela publicación y aunque todos son muy buenos, comentaremos algunos escogidos al azar: “Un cuento del cuento”, de Néstor Hugo Cardoso Alvarez, es una historia de aduanas aeroportuarias, libros, y como todo viaje en avión, las conjeturas, dudas o “rollos”, y hasta lo bueno, “pasan volando” de acuerdo con una antigua propaganda de una aerolínea venezolana y lo que parecía ser, no es tal cosa. El autor crea hábilmente una atmósfera de suposiciones. “La esperanza” de Elizabeth Conde Pinto, sugiere, con buena pluma y de manera sorpresiva, el viaje frustrado de unos balseros detenidos por los aullidos de patrullas de marina isleña. Limpidez, sencillez del lenguaje y precisión del rayo, contribuyen a dar personalidad a este cuento.
Con cierta picardía cotidiana, la historia de Loly García, “De difuntos” nos revela entretelones de vidas íntimas más allá de la muerte con cierto humor sarcástico y buen manejo del tiempo. Un amor que se presta a confusiones es “El amor de mi vida”, de Alessandra Hernández, gran habilidad para crear el ambiente y un secreto hilo temático que se desnuda al final.
Julio César Marcano Simoza, escribe “Autorretrato con los ojos abiertos”, introduce un elemento importante: una superstición de alguna abuela y sus significaciones mágicas; aquella de cerrar los ojos ante las cámaras fotográficas porque ésta se “roba el alma” del fotografiado. Estupendo el manejo de la variante anecdótica y el conflicto Excelente manejo del lenguaje: límpido, preciso. Una historia de hábil resolución. Y si de locos se trata, la historia de Gladis Poletti, “La otredad de Julia”, aguza la capacidad de investigación del lector. Muy bien planteada la terrible orilla de la locura.
Javi de Rodez, escribe un cuento largo: “Cuando algo grande muere, algo aún más grande nace”. Es la historia de Xavi y Orianna”. Se trata de una serie de vericuetos narrativos que apuntan a un conflicto de mentiras, malandros, coqueteos, frivolidades y muerte con un tinte político. Sorprendentes exigencias anecdóticas y buena narración .“Cuentos de buseta” de Jorge F. Muskus Rodríguez, es un relato de la solidaridad y el respeto por el prójimo. Lo cotidiano, lo citadino caraqueño, están presentes en este ambiente de calle y de espíritu. Lo interior en lucha con los “mandatos” de la sobrevivencia.
En “El tren bajo la lluvia”, de Magaly Salazar Sanabria, la elocuencia de los sentidos, el soliloquio misterioso de un anillo, el traqueteo del tren que viaja de Carmona a Sevilla bajo la lluvia, la soledad de mujer, conducen al que lee a partir de un ritmo fluido a un suspenso con un final inusitado a través de estrategias narrativas novedosas y entretejimiento de los planos cronológicos. Otra temática como la policíaca caracteriza el cuento “Joaquín”, de Mario Schiavelli. Un envenenamiento lento perpetrado a un marido déspota durante 38 años, 11 meses y 18 días, demuestra la capacidad de fabulación del autor que nos revela al final toda una dulce venganza. Una manera de colocar la historia ante el espejo de la realidad. Sorpresivo el desenlace.
Todos los cuentos del libro de la Fundación Faec son verdaderos hallazgos merecedores de comentarios por la belleza del lenguaje, sus significaciones simbólicas, por la justeza de la acción y los argumentos, extensión, la tensión, el manejo del tiempo, la estructura, la temática, la creación del conflicto, la constitución de los personajes, diseño de los escenarios, el punto de vista del narrador, relación hombre naturaleza y por sus correlaciones entre los textos. Hemos comentado algunos como una muestra significativa de la excelencia de este I Edición de Cuentos de FAEC. Invitamos a los lectores a entrar en estos entramados sibilinos, quemantes como las luces de fuegos artificiales que son los cuentos FAEC. Bienvenida esta publicación.
*MAGALY SALAZAR SANABRIA, venezolana, poeta, ensayista, con postgrado en Literatura, con una amplia obra publicada. Directora de Relacones Institucionales del Círculo de Escritores de Venezuela
Oh, gracias, Magaly, por tan buena crítica y porque salí en ella jajaja.
Estoy seguro que haber participado, no sólo en este libro, sino también en tan agradable taller, nos motivará a casi todos nosotros a robarle un trocito a los días para seguir escribiendo, expresandonos a través del cuento… aunque sea para hablar mal de Chávez (?). Y quien quita, tener nuestros propios libros publicados. ¡Yo quieroo!