LIBROS PROHIBIDOS EN EL TRANSCURSO DE LA HISTORIA

Por Carmen Cristina Wolf
Expreso mi más profunda gratitud al escritor Jon Aizpúrua por la conferencia que ofreció el 28 de mayo, a las 11 de la mañana, en la Sala Cabrujas del Centro de Cultura Chacao, en Los Palos Grandes, Caracas. Se eligió la fecha y el tema, por tratarse de la semana del tercer festival de la lectura, organizado por Chacao en la Plaza Altamira. Aizpúrua nos recordó cómo el poder, bien sea religioso, político, académico, científico y de cualquier índole, cuando cae en manos de ideologías totalitarias y excluyentes, condena a la desaparición determinados libros que no están dentro de la ortodoxia dominante. En esencia, la causa de la quema de libros y la persecución de los escritores que piensan libremente, es una manera de atentar contra la libertad de expresión y contra los derechos humanos universales.

Aizpúrua hizo un repaso de las jerarquías sacerdotales que quemaron y persiguieron libros y a sus autores, como la Iglesia Católica en épocas pretéritas, con su Index Librorum Prohibitorum, comenzando por la Biblia, que no podía ser leída por los laicos, y mucho menos, traducida a otra lengua distinta al latín. También la Iglesia Luterana, los fundamentalistas islámicos … En épocas no muy lejanas fueron censurados los libros de astrología, ocultismo, espiritismo, alquimia, publicaciones de los masones y de los rosacruces… Hasta los libros de ciencia fueron censurados, si sostenían tesis distintas a las aceptadas por la jerarquía. En el siglo XX, estas posiciones han sido revisadas por las Iglesias Cristianas, comenzando por la Católica, a partir de la posición ecuménica del Papa Juan XXIII y de Juan Pablo II.
Se refirió a la destrucción de la biblioteca de Alejandría y a la feroz censura de los nazis, fascistas, comunistas y de todos los regímenes dictatoriales, bien sea de izquierda o de derecha.

Fue una charla inteligente y amplia y en esta breve nota no vamos a nombrar todos los autores condenados y las atrocidades referidas por el conferencista, que han sufrido los libros. Pero el público le hizo a Aizpúrua la petición de que publique el contenido de la conferencia.
Josep Fontana, catedrático de Historia y director del Instituto Universitario de Historia Jaume Vicens i Vives de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona, escribió lo siguiente:
… ¨Me gustan los libros prohibidos, que son los que expresan las ideas del futuro que no acepta todavía el orden establecido, pero que ayudarán a construir el mundo de mañana. Como sucedió, por ejemplo, con l’Encyclopédie de Diderot, que, pese a las condenas y prohibiciones de que fue objeto, consiguió extender su influencia por toda Europa y ayudó a cambiar el mundo. Por lo menos en lo que se refiere a la parte más o menos racional de la especie humana, en la que no figuran, evidentemente, los redactores de índices de libros prohibidos. Confieso que he aprendido mucho del Index librorum prohibitorum del Vaticano en su edición de 1948, que se mantuvo en vigor hasta 1966. Allí se prohíbe la lectura, bajo pena de excomunión, de Erasmo, Montaigne, Diderot, Hume, Balzac, Sartre, Spinoza, Tom Paine y de la mayor parte de los libros que importa haber leído. Se puede recomendar, por ello, a los jóvenes para que lo utilicen como un manual de las lecturas necesarias¨…
Caracas, 28 de mayo de 2011

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