CAFÉ DE SÓCRATES EN VENEZUELA

Café de Sócrates en Santiago de León de Caracas

 

      La palabra no es el sitio del resplandor, pero

                                                      insistimos

    insistimos, nadie sabe por qué

                                                           Rafael Cadenas

La significación de las enseñanzas del filósofo griego Sócrates, nacido en Atenas en el año 470 antes de Cristo, ha sido una fuente de reflexión e inspiración para la venezolana Carmen María Ravelo de Salge, quien en el año 2001 creó en la ciudad de Caracas, el Café de Sócrates, a la manera de los cafés literarios del siglo XIX. El propósito esencial  ha sido el diálogo sobre los asuntos que han interesado a la humanidad en todos los tiempos.

Hasta hoy se han celebrado veintisiete Cafés de Sócrates en Caracas. Concebido como un café literario, Carmen María ha reunido a personas del mundo literario, artístico y  científico, con distintos oficios, profesiones y ocupaciones. Son asistentes asiduos  los poetas, novelistas, filósofos, maestros, estudiantes,  artistas plásticos, dramaturgos, cineastas, músicos, chefs, diseñadores de moda, enólogos, etc.  Sería imposible enumerar los diversos oficios y aficiones de las personas que han sido recibidas en estas reuniones creadas para compartir ideas y conocimientos.

 Un café literario es  «un lugar para la soledad reflexiva, la grata compañía de la lectura y la concentración en la escritura», define el poeta, narrador, ensayista y traductor Marco Antonio Campos, autor del libro, El café literario en ciudad de México en los siglos XIX y XX. Campos explica  cómo el ensayista austriaco Michael Rössner lo invitó a escribir sobre los cafés literarios de Europa y América Latina. Señala que la vida literaria de México se hacía en las cantinas, bares, desayunos y tertulias, pero que atrás de eso también existía una vida de café muy intensa.

Platón, que recogió las enseñanzas de Sócrates  fue fiel en buena medida a su maestro, y a través de sus Diálogos considera que la verdad se evidencia a través del intercambio de ideas entre diversos interlocutores. En su juventud Platón escribió tragedias, mas según cuenta la tradición, al conocer a Sócrates quemó sus escritos y decidió dedicarse a la filosofía. Desde entonces la mayor parte de sus textos adoptan la forma de diálogos. Se reúnen varios amigos y entablan una conversación sobre un tema de importancia filosófica, bien sea el bien, la virtud, el amor, la ética, la belleza, la política, el ser. Y en casi todos los diálogos participa Sócrates como interlocutor principal y es quien expresa los puntos de vista de Platón.

Las reuniones del Café de Sócrates de Caracas han sido y continuarán siendo un semillero de la reflexión y discusión. Las reuniones se han desarrollado en algunas de las residencias de los amigos socráticos, así como en magníficas cafeterías capitalinas, restaurantes y lugares maravillosos como la Casa Anauco y La Estancia.  Con su amplia cultura e inteligencia, Carmen María Salge convoca a los integrantes del Café de Sócrates a dialogar  sobre asuntos tan esenciales como la Libertad, los Derechos del Hombre, la Amistad, la Esperanza, el Amor, la Ética, la existencia de los Ángeles, las Ciudades, la Belleza, y otros; también acerca de temas más profanos pero igualmente fascinantes, como las Imágenes, la Silla, el Vino, el Perfume, el Circo, la Risa, etc.  En una ocasión fue invitado al Café el investigador y explorador Charles Brewer Carías, para compartir con  los asistentes su experiencia la Meseta del Sarisariñama, al sureste del Estado Bolívar en Venezuela, uno de los más grandes descubrimientos que registra la historia de las Ciencias Naturales en el siglo XX.

Es intenso el trabajo de Carmen María en la investigación de los temas a discutir. Desde las tarjetas de invitación, que  son verdaderas obras de arte y anuncian el tema elegido, hasta los textos y la bibliografía que se entrega a los asistentes.  Los invitados generalmente traen material escrito y vienen preparados para intervenir. Cada uno expone sus puntos de vista con toda libertad. Los encuentros son cuidadosamente organizados. 

 

Deseo expresar mi profunda gratitud a Carmen María Ravelo de Salge y a su amado esposo Dietlif Salge, por lo que han  significado las reuniones del Café de Sócrates. Hemos compartido grandes momentos en las reuniones socráticas, donde no sólo hemos vivido  el privilegio de conocer el modo de pensar de los otros, sino también ha sido un espacio para la reflexión, el solaz, la alegría y el humor.Se han acercado  personas exquisitas  y entrañables, no podría nombrarlas  a todas, porque cada una de ellas ha aportado calidez y conocimientos,  sensibilidad e inteligencia.

Carmen María Salge ha escrito un libro que recoge el transcurrir y los detalles del Café. En breve erá publicado. Dará cuenta de los participantes. Es un documento que nos será gratísimo leer.

Caracas, junio de 2010

 

 

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