Miranda y los derechos de la mujer

Francisco_de_Miranda

MIRANDA Y LOS DERECHOS DE LA MUJER 

Por Simón Trujillo

El  26 de octubre de 1.792, Francisco de Miranda le envía desde Valenciennes a su amigo y protector en el seno de la revolución francesa Jerone de Villanueve Petión, presidente de la Asamblea Nacional  una misiva, la cual se inicia solicitando Miranda al legislador que: “No me lea hasta que Ud. Tenga veinte minutos libres, ya que es importante que Ud. lo lea todo “ , en este documento el caraqueño pide a la Asamblea Nacional Francesa la concesión de derechos políticos  a las mujeres, al respecto Miranda escribe lo que considera una necesidad social  “ Le recomiendo una cosa de mi parte, sabio legislador  ¡ y con las mujeres ¡ ¿ Por qué, en un gobierno democrático la mitad de los individuos no está directa o indirectamente representada, mientras que ellas están igualmente sujetas a la misma severidad de las leyes que los hombres han hecho a su voluntad?  ¿Por qué al menos, no se les consulta sobre las leyes que les atañen más directamente como son las del matrimonio, divorcio, educación de los hijos etc…? Confieso a usted que todas estas cosas me parecen usurpaciones irritantes y muy dignas de ser tomadas en consideración por nuestros sabios legisladores. Si yo tuviera aquí mis papeles, encontraría algunas observaciones que he hecho sobre este mismo tema, hablando de ello con algunos legisladores de América y Europa, que nunca me dieron ninguna razón satisfactoria, habiendo convenido en su mayoría en la injusticia”. 

Esta propuesta, tiene sus antecedentes históricos  en el libro publicado el 3 de enero 1792 de Mary Wollstonecraft “A Vindication  Of The Rights Of Woman” que constituye “el primer documento que da testimonio de la humanidad intrínseca de las mujeres y reclama su reconocimiento oficial”.  A esta autora le había precedido el Márques de Comdorsett en sus” letress d´ un bourgois de newjaben” y “ sur l´ admisión des femmes au droit cité”, quien en la Asamblea Constituyente  reclamó los derechos de la mujer, argumentando que sus “cualidades como seres sensibles, capaces de razonar y con ideas morales al igual que los hombres, y por tanto las consideraba dignas, no solamente al derecho del voto, sino de ser elegidas, alegando que la exclusión de ellas, era una doble injuria en relación a los electores, pues su libertad a elegir se veía restringida, al negársele elegir a las mujeres”. 

Al respecto las mujeres francesas en la toma de la Vastilla solicitaron” Que se estableciera la igualdad entre el hombre y la mujer, que se les diera libertad de trabajo y ocupación: Y se les reservasen puestos apropiados a sus capacidades”. 

El otro antecedente lo encontramos en la escritora y dramaturgo Olympe De Gouges, la cual publicó su” Declaration  des Olroits de la femme et de la Citoyen” cuyo contenido en 17 artículos fue presentado a la Comuna de Paris bajo el lema: “Si la mujer tiene derecho de subir al patíbulo, también tiene derecho de subir a la tribuna”. Esta declaración constituyó un escrito paralelo a la” Declaración de los Derechos del Hombre”; Olympe de Gouges terminó en la guillotina. 

Estos personajes junto a Miranda constituyen los pioneros de los derechos de la mujer en la sociedad moderna, derechos políticos que con el correr del tiempo han sido logrados por las féminas. 

Miranda líder universal de pensamiento y acción, no se le escapó detalle alguno en el acontecer humano, por ello no olvidó a la mujer en su justa reivindicaciones sociales, políticas y económicas. Con la mujer en la geografía de aquellos tiempos trazó una vida de amistad, de amor, de intercambio intelectual y de familia. 

Francisco de Miranda solicita que así como se están exigiendo derechos para la humanidad, estos deben ir en favor de la población femenina en igualdad de condiciones con la población masculina, porque la mujer constituye el 50% de los individuos de la especie humana. Al respecto opina que si las mujeres están sujetas a la “Severidad  de las leyes que los hombres hacen a su gusto” cómo es posible que se consideren personas para la dignidad, para el castigo, para la pena, la flagelación pública, para el presidio, para morir guillotinada por sus ideales políticos; Pero no son personas para las dignidades, para elegir a los representantes o para ser ellas electas, para ejercer cargos públicos, o asistir a planteles educativos universidades, decidir sobre su vida personal, de sus hijos, etc. 

El caraqueño intercede por los derechos de la mujer y hace un llamado a fin de que se les consulte, se les oiga, se les tome en cuenta. Miranda se pregunta: ¿Por qué se les discrimina? ¿Por qué se les excluye de las bondades de las leyes? ¿Por qué ni siquiera se les oye en temas relativos al matrimonio, divorcio, educación de las niñas, etc? 

Francisco de Miranda reta a los legisladores y les señala que son unas” Usurpaciones inauditas ”, las cuales deben ser consideradas, estudiadas y reparadas por ellos, deben buscar una explicación lógica y racional. Igualmente se pregunta cómo legisladores de América y Europa ante sus planteamientos “jamás le han dado razón satisfactoria”. Clama por que se les dé a las mujeres voz, consentimiento y plena participación en el gobierno y en los poderes de representación popular. 

La  exposición de Miranda ante la Asamblea Nacional Francesa, creo un poco de conciencia en los miembros de este poder legislativo, así fue como en 1793 fue propuesto para revisión el reclamo del voto femenino, pero llegado al poder la izquierda jacobina, con ella llegó el terror, prohibiéndose la representación de la mujer en la Convención Nacional, se prohibió igualmente a la mujer participar en las reuniones políticas, se eliminaron los clubes de mujeres, se implantó la flagelación publica como castigo junto a la guillotina. Hoy la mujer en el mundo Occidental, goza de derechos políticos y su voluntad es decisiva en la constitución de las instituciones democráticas a través del voto. 

Es necesario que en el día mundial de la mujer, Francisco de Miranda sea recordado junto a valientes y heroicas mujeres de los distintos continentes, como un verdadero precursor de los derechos de la mujer. Sus planteamientos ante la Asamblea Nacional Francesa y ante diferentes gobernantes de Europa y América fueron demasiando adelantados para su época,  tiempo en que se dudó que las mujeres fuesen seres pensantes, pues se les consideraba “que solo tienen cabellos largos  y mente corta”.   

*Simón Trujillo, Miembro Activo del Círculo de Escritores de Venezuela

                                                                                                    SimónTrujillo         trujillosimonjose@hotmail.com                                                   

 

 

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