A OSCAR SAMBRANO URDANETA, IN MEMORIAM

Por Luis Beltrán Mago

Hoy amanece el corazón dolido.
El llanto aflora y la mirada vaga.
Se fue un amigo amado y presentido
caminante de un sueño que lo embriaga.

Hoy el recuerdo vive conmovido
por este viaje que la vida paga.
El camino de ayer comprometido
lo recorre la voz que amando indaga.

Se fue el Maestro, se marchó el Amigo.
Bien sabe Dios que siempre fui testigo
de como daba con amor su mano.

Viaja a lo eterno, viaja a lo infinito.
Con su partida va el dolor contrito
y al lado de la vida, Oscar Sambrano.

Luis Beltrán Mago poeta venezolano. Con una vasta obra publicada, su último libro, Antología esencial, publicado
por el Círculo de Escritores de Venezuela. Selección de José Tomás Angola.

1 comentario

  1. Hermoso elegía ésta escrita por el insigne Don Luis Beltrán Mago, in memoriam de quien fuera otro gran egregio de nuestras letras, de manera muy especial en el de la crítica literaria; área por la que pude conocer a Oscar Sambrano Urdaneta al través de sus muy bien ponderados y atinados jucios literarios, recogidos y plasmados en los libros textos de estudio del bachillerato, y de sus entrevistas concedidas a los medios de comunicación concernientes a programas sobre biografías de los personajes más interesantes de nuestra historia.

    Luis Beltrán Mago, hace honor a su último apellido. Hace magia con sus lágrimas vertidas sobre el papel que luego se transforman en tan prístino poema por la partida irrevocable de su tan querido amigo. Y, como Don Luis lo dice: «Viaja a lo eterno, viaja a lo infinito». Y yo, por mi parte, con otro poema, quiero rendirle homenaje de forma muy especial a quien fuera Oscar Sambrano Urdaneta; pero también, a todas aquellas exquisitas mentes que ya no están con nosotros y que van «a lo eterno, a lo infinito»:

    DESDOBLAMIENTO

    Arróbame la noche en éxtasis profundo:
    bajo el Universo me arrodillo.
    Su sima no me aterra
    como no lo ha la muerte
    que a otra profundidad me lleva.

    Lo físico, a la sima de la tierra;
    lo efluvio, al éter infinito.
    Adonde medran mentes exquisitas
    llevando su energía pura, decantada,
    a ignotas galaxias depuradas.

    Mientras la materia: a la tierra, reciclada:
    alimenta vidas retrasadas.

    Sublimes mentes no se pierden,
    al espacio vuelan, de la cripta salen.
    Viajan olvidando su vida pasada:
    algunos permanecen cuidando la morada.

    Allá va, pues, ese gran hombre, quien fuera un ser de mente sublime: va a ignotas galaxias depuradas. Paz a sus restos.

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