POEMAS DE MARÍA ANTONIETA FLORES

1

si yo pudiese ser

si sólo pudiese ser

si apenas ser

no se oirían

estos gritos

y esta cuerda que arrebata

el último sonido

si apenas ser

y abrir entonces

apenas

el sonido ronco del esternón

la pesada piedra

si apenas

esa flor que de lejos

se divisa

desde un lugar imposible

si apenas

en el tejido de los cabellos

y la serena virtud del misterio

en las llaves que se caen de la mano

y suenan

la profunda hoguera

de apenas

si así

en el turno de la pérdida

bajo la triste inclinación

si pudiera

si sólo

si ser

en las telas lejanas de un cuadro de Memling

si sólo

apenas ser

llave de rozado bronce

de puerta atribulada

cerrado

cerrado mundo

con los vórtices de la tierra suspendida en un límite

trabajoso instante

si pudiese y si hiciera

la hoja abriéndose y se seca

 más al rumbo de la muerte

más añico

y así astilla

pudiendo ser

la temblorosa luz que te devora

pudiendo ser

la ofrenda

de la obscuridad

y el silencio

un brazo, otro

un ojo, otro

un pie, otro

y la muerte

si apenas ser

pudiera

si una quietud y la brea

esta sal que me recubre

si pudiera

si pudiera

en letanía

ser

si yo pudiera

si apenas ser

es arena con tierra y raíces

cae y cubre

De Los trabajos interminables, 1998.

 &   &   &

los tribunos son blancos

 me voy pronunciando tu nombre al revés

para deshacer el conjuro que me ajoró

al vientre de un insecto sin élitros

y coloco la carta del ahogado

en la cruz de los tiempos

sobre el paño negro de las adivinaciones

allí en el centro

donde pregunto quién soy

mientras el eremita mira el desierto

y un grano de arena

se posa justo en el centro de mi lengua

a la derecha de la cruz, invertida

la carta del perro

así veo que a otras proteges

resguardas sus nombres

mi historia toda recogida en el ahorcado

y me llaman los bufones

a ocupar el antiguo lugar de mi jerarquía

se están borrando las líneas de mi mano

 ellos por primera vez callan

y te miran

yo, salida por la puerta equivocada del laberinto

me siento ante un camino sin encrucijadas

 dobles son los pasos de la maldad                          

 De la voz de mis hermanas, 2005

María Antonieta Flores. Caracas, Venezuela, 1960. Poeta, ensayista, crítico literaria, editora, profesora universitaria.. Magister en Literatura Latinoamericana. Ha publicado los poemarios: El señor de la muralla (1991), Canto de Cacería (1995). Presente que no en ausencias (1995), Agar (1996), Criba de abril (1998), Los trabajos interminables (1998), índigo (2001), limaduras (2005), la voz de mis hermanas (2005). En ensayo, Sophia y Mythos de la pasión amorosa (1997).

Su poesía ha sido traducida parcialmente al inglés, al portugués, al alemán, al rumano. Incluida en diversas antologías nacionales e internacionales,  su obra ha sido objeto de estudio en panorámicas sobre la poesía venezolana y en artículos especializados. Editora de la revista literaria digital el cautivo (www.elcautivo.org).

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